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¿Qué debo cambiar?

  1. Ortografía.

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  3. Trama.

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  4. Historia.

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  1.  
    Marceline

    Marceline Iniciado

    Cáncer
    Miembro desde:
    8 Julio 2012
    Mensajes:
    10
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Diclonius
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    1055
    Nyu salió corriendo, detrás de ella iba Yuka pidiéndole que se detuviera, pero la primera, riéndose y negándose, siguió corriendo.

    -¿Qué pasa?-preguntó Kouta un poco dormido corriendo la puerta de su habitación.

    -¡Nyu!

    Cuando vio a Nyu pasar corriendo se quedó parado y un sonrojo tiñió sus mejillas. La chica iba desnuda corriendo por la casa cubierta de jabón que era lo único que tapaba sus partes. Cuando Yuka le vio se enfadó y de paso le pegó una bofetada.

    -¿Por qué?-preguntó el chico un tanto molesto con una mano en la mejilla dolorida.

    -¡Porque te lo mereces!-le gritó ella desapareciendo-. ¡NYU, ESTÁTE QUIETA!

    -¡Nyu!


    Pocos minutos después Yuka consiguió detenerla. La chica había resbalado por culpa del jabón y se quejaba del dolor en el lumbago sentada en el suelo. En seguida, la morena la cogió de la muñeca y la volvió a llevar a la bañera donde consiguió acabar de limpiarla.

    -Aix-se quejó Kouta en su habitación-.
    Yuka a veces se pasa con los puñetazos-y se frotó la mejilla. Pero entonces se tumbó y se sonrojó-. Nyu…


    -Nyu, ¿qué haces?-le preguntó Kouta al ver que la chica estaba tumbada boca arriba en medio del pasillo.

    -Nyu-y señaló con una sonrisa al techo.

    -¿Quieres que mire?-preguntó el chico rascándose la cabeza.

    Ella asintió con ganas.

    -Nyu.

    Él obedeció y se tumbó a su lado. El chico se quedó asombrado. Las manchas de aquella antigua casa formaban dibujos que nadie se había parado a mirar. Kouta pudo ver la cabeza de un caballo y una serpiente.

    Sonrió y miró a Nyu que en seguida le devolvió la mirada.

    -Nyu.

    -Qué curiosa eres, Nyu-le dijo él casi en susurro y con una sonrisa en el rostro.

    Entonces, ella en un arrebato de amor se colocó sobre él y comenzó a abrazarle. Enseguida Kouta intentó deshacerse de ella, pero la chica le había sujetado las muñecas. Los labios de Nyu se acercaron a los de él pero algo la detuvo. Una persona. Era Yuka. La morena estaba plantada en el umbral, sorprendida y horrorizada a la vez. Se dio media vuelta y salió corriendo.

    -¡Yuka!-gritó Kouta lanzando a un lado a Nyu y corriendo hacia su prima que parecía estar llorando.

    Enseguida que desapareció el chico y Nyu recibía aquel dolor en la espalda, su estado de ánimo cambió. Respiró hondo y tambaleándose consiguió ponerse de pie. Sus vectores sobresalieron de su cuerpo, invisibles ante el ojo humano. Se paseó por los pasillos hasta dar en la habitación donde Kouta acariciaba el cabello de Yuka, con la intención de animarla. La morena negaba con la cabeza, diciéndole que era un idiota y ella también por seguir viviendo aquí cuando ya tenía a Nyu para hacerle feliz. Nyu se tambaleó un poco y con un ojo oculto bajo el flequillo se dio media vuelta y salió corriendo, dando un portazo nada más salir del edificio.


    Corrió sin cesar, sin saber a donde hasta que…chocó contra alguien. Cayó desplomada hacia atrás, sentada y con las manos hacia atrás sirviendo de apoyo. Apretó los dientes y se quejó por el dolor.

    -¿Estás bien?-le preguntó una voz masculina.

    Nyu no observó el rostro del desconocido sino que clavó su mirada en la mano del chico. Él la ayudó a levantarse y los dos a la vez retrocedieron un paso.

    -Eres un Diclonius.


    -¿Y Nyu?-preguntó Yuka después de haber llorado durante una hora sobre el pecho de su primo.

    El chico se encogió de hombros y esperó a que Yuka apartase su cabeza para levantarse y buscar a la chica.

    -No aparece-dijo después.

    Parecía preocupado.

    -No parece estar en casa-admitió la morena.

    Los dos se miraron y luego recordaron que mientras Kouta intentaba tranquilizar a Yuka los dos escucharon un portazo.

    -No será que…


    -¿Qué haces aquí?-preguntó el chico un poco sorprendido por haber encontrado a un Diclonius como él-. Mi nombre es Shun. ¿El tuyo?

    -Lucy-contestó ella seria-. Aunque dos humanos me suelen llamar Nyu-y se encogió de hombros.

    El chico sonrió y acarició el cabello de la chica que en seguida sus mejillas se tiñieron de rojo.

    -¿Q-Qué haces?-preguntó ella mirando el suelo, los nervios le impedían mirarle.

    -Es un gesto de aprecio.

    Entonces, Lucy se armó de valor extendió una mano y acarició el cabello rojizo del chico y le sonrió. Shun se quedó un poco sorprendido pero en seguida le devolvió el gesto.

    -Lucy…

    -Shun…

    Los dos se sonrojaron y se separaron. Miraron el suelo y pusieron las manos en el banco que estaban sentados.

    -¿Y cómo has escapado?-se atrevió a preguntar el chico.

    -Fue fácil, los artefactos que me sujetaban se abrieron sin más y maté a todo ser que se puso frente a mí-le miró-. ¿Y tú?

    -Me dijeron que te capturara para llevarte de nuevo al laboratorio-Lucy cerró las manos en puños-. Pero no pienso hacer eso. Si lo quisiera ya lo hubiera hecho.

    -Nunca había visto ningún Diclonius chico-afirmó ella con una sonrisa torcida.

    -Soy el único-dijo él frotándose la nuca-. He sido programado para procrear con las demás Diclonius que…sino me equivoco son tres, ¿no?

    La chica se quedó parada por dos cosas. Por el motivo que Shun había sido capturado y por el hecho que existían más de una Diclonius, a parte de ella. Pensaba que todas ellas habían sido asesinadas nada más nacer.

    -Puede ser. No sabía nada-dijo ella sorprendida.

    -Que más da-y se apoyó en el respaldo del asiento-. Se piensan que procreando entre nosotros conseguiremos dominar el mundo. Eso es mentira. No se puede. Es imposible.

    -Entonces…¿no piensas…procrear?-preguntó ella pero al darse cuenta que parecía una súplica rectificó antes que el chico contestase-. Quiero decir…-se rascó la cabeza-. Si has sido capturado para ello…deberías hacerlo.

    Shun pareció entender las intenciones de Lucy y rió.

    -Que yo sepa, la única Diclonius que ha sido sacada del laboratorio eres tú. Las otras siguen ahí encarceladas, experimentando con ellas-explicó abrazándose una rodilla.

    La chica asintió y miró al suelo. El chico la rodeó entre sus brazos y la apretó contra él. Lucy se sintió extraña. ¿Qué era aquella sensación? Su cuerpo estaba caliente y el corazón le palpitaba rápidamente. ¿Se estaba enamorando?
     
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  2.  
    Marceline

    Marceline Iniciado

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    Escritora
    Título:
    Diclonius
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    797
    "¿Enamorada?"
    Lucy se separó lentamente y se quedó mirando al chico. Shun sonreía con su encantadora sonrisa que parecía haber cautivado a Lucy.

    -¿A qué ha venido eso?-preguntó ella sonrojada pero resignada a admitirlo.

    -¿No te ha gustado?-ella comenzó a balbucear pero se detuvo cuando él le puso una mano en el hombro-. Es que siento que esos humanos te dan abrazos pero eso es como si un perro te lo hace pero yo…yo soy como tú. Así que he pensado que necesitabas un abrazo de alguien de tu especie.

    Ella le miró con la cabeza baja.

    -Gracias-y suspiró. Se levantó y con una sonrisa añadió-. Lo siento, pero…Yuka y Kouta me estarán buscando.

    -¿Seguro?

    Entonces, Lucy recordó la última escena que había observado antes de marcharse corriendo. Kouta parecía estar a gusto con Yuka, los dos lo parecían. Frunció el ceño y apretó los dientes, a la vez que sus manos se cerraban en puños.

    -No-le cogió de la muñeca y tiró de ella-. Me quedo contigo, si no te importa.

    Aquel gesto hizo que Shun chocase contra ella, haciendo que la chica retrocediese unos pasos pero sonrió. Sus cuerpos habían aumentado más de temperatura. Los dos parecían hablar por los ojos, porque clavaron las miradas en los del otro. Lucy pudo leer las intenciones de Shun pero se negó. Se separó de él.

    -¿Te ocurre algo?-le preguntó el chico, atónito.

    -No quiero caer en la trampa del laboratorio-confesó retrocediendo unos pasos-. Tú quieres seducirme para luego capturarme.

    -Yo no…

    -¡Calla!-se llevó las manos a la cabeza y mientras apretaba con fuerza cayó de rodillas con la cabeza gacha-. Todos pensáis que soy mala, no lo soy. No he matado desde que he escapado. Solo aquellos que intentaban detenerme.

    Una lágrima se asomó por sus ojos, mojando su mejilla.

    -¡¿Por qué lloro?!

    Shun se arrodilló a su lado y fue a ponerle una mano sobre el hombro cuando una voz gritando lo detuvo.

    -¡Quieto!

    -¿Kouta?-preguntó en susurro Lucy que ya volvía a ser la inocente Nyu. Se dio media vuelta y rápidamente se lanzó a sus brazos-. ¡Kouta!

    A su lado, Yuka le acarició la cabeza.

    -¿Por qué te has escapado?

    -Nyu…

    -¡Aléjate de ella, ¿entendido?!-le amenazó el chico al Diclonius-. No queremos que le pase nada a nuestra Nyu.

    Dio media vuelta y con una mano sobre el hombro de la chica los tres fueron.

    Shun se quedó atónito. ¿Qué había pasado? Todo había sucedido muy deprisa. Se agachó en el suelo y cogió un pequeño mechón de cabello de Lucy y lo olisqueó. Sonrió y se lo guardó en el bolsillo.

    -Tranquila, Lucy, regresarás conmigo.


    -¿Qué hacías con ese desconocido?-le intentó preguntar Kouta.

    -¡Nyu!-contestó ella sonriendo mientras se abrazaba las rodillas.

    Él suspiró.

    -Es imposible hablar contigo, Nyu.

    -Déjala-le pidió Yuka sentándose a su lado.

    -Nyu-dijo la chica llevándose las manos a sus cuernos.

    -Cuernos-coincidió el chico, curioso-. ¿Qué les pasa a tus cuernos?

    -Nyu-y sonrió.

    Entonces Yuka se dio cuenta de lo que la chica quería decir. Ahogó un grito.

    -Kouta-el chico se giró-. Lo que quiere decir Nyu es que ese chico tenía los mismos cuernos que ella.

    Él abrió los ojos como platos y se llevó una mano a la frente.

    -Vaya…-se rascó la cabeza-. ¿No estaba haciéndote daño?

    -¡Nyu!-y negó con la cabeza.

    -Mm…pobre-dijo Yuka acariciando el cabello de Nyu-. Hemos apartado a un amigo de ella.

    -Me siento mal…

    -Kouta, deberías ir a disculparte.

    -Pero no estará.

    -Kouta…

    -Está bien-se levantó y se marchó.


    Shun entró en la sala y se arrodilló frente a Kurama. El hombre pelinegro frunció el ceño al ver que su Diclonius venía solo. Se cruzó de brazos y se apoyó en la mesa de su despacho. Sus ojos, tras sus gafas se clavaron en aquel chico joven.

    -Así que no las has conseguido, ¿no?-preguntó retóricamente, decepcionado.

    -No, señor, lo siento. Unos humanos me la arrebataron.

    -¿Unos humanos dices?

    Kurama se levantó y dio unos pasos a él. El hombre estaba sorprendido. ¿Unos humanos? Negó con la cabeza. Solo los que trabajaban en el laboratorio sabían de la existencia de los Spliteit, que eran como los Diclonius pero que sus padres son humanos.

    -No puede ser.

    -Lo siento, señor.

    -Shun-le llamó. El chico alzó la cabeza-. Quiero que vayas hasta Lucy y aniquiles a esos humanos. ¿Entendido?

    -Entendido-y se levantó con una reverencia.

    -Y de paso, tráenos a Lucy que pronto tendréis un hijo.

    -Eso mismo haré señor.

    Asentió, se dio media vuelta y se dispuso a marcharse cuando de nuevo, la voz de Kurama le detuvo.

    -Cuidado con las huellas de sangre que derrames.

    Seguidamente desapareció.
     
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  3.  
    Marceline

    Marceline Iniciado

    Cáncer
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    Mensajes:
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    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Diclonius
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    3
     
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    902
    "Novio"
    Kouta salió de la casa disgustado. Pensar que se había comportado mal con un amigo de Nyu le derrumbaba. Serio pero triste se encaminó en la oscuridad, en busca de aquel desconocido pero del cual Nyu estaba contenta de haberle conocido.


    Mientras, Yuka baño a Nyu que se había ensuciado por intentar seguir al chico. La chica había resbalado en un charco y todo su cuerpo y ropa se había quedado empapada y llena de barro. No lloró, ni se quejó, sino que comenzó a reírse y salió corriendo por toda la casa para que Yuka no la cogiese, como si de un juego se tratase.

    Pero la morena la pilló encerrada en su habitación. Todo el suelo y paredes estaban llenas de barro, al igual que su futón blanco. La chica se llevó una mano a la frente y suspiró. Nyu la imitó e intentó escapar de nuevo pero Yuka fue más rápida, la cogió de la cintura y la arrastró hasta la bañera.


    -Nyu, tienes que aprender a comportarte, eh-le dijo mientras le frotaba la espalda.

    -Nyu…-se quejó ella bajando la cabeza.

    -Porque eres tú, Nyu, sino te haría limpiar todo lo que has ensuciado-le advirtió. Suspiró-. Vaya, ahora pensar que tengo que limpiar todo…-negó con la cabeza-. Eres mala eh, Nyu.

    Y le removió el cabello mojado con ganas como si jugara con un perrito. Nyu rió y se la devolvió.


    -¿Eres el amigo de Nyu?-preguntó Kouta cuando se encontró cara a cara con Shun.

    -Soy su novio-mintió él, serio.

    Ante aquella respuesta, Kouta se sorprendió pero enseguida desvió la mirada hacia el suelo. Suspiró y en aquellos momentos todo su mundo se derrumbó sobre él. Nyu…, susurró en su cabeza. Miró a Shun que a la vez este le observaba serio, como esperando algo.

    -Eh…-se rascó la nuca, avergonzado-. Siento mi comportamiento de esta tarde. No imaginaba que Nyu tuviese novio.

    -No se llama Nyu, se llama Lucy-le rectificó de mala gana-. Además, ¿qué tiene de malo?

    -No, nada-se dio media vuelta-. Acompáñame que te llevaré con ella- suspiró triste y comenzó a caminar.

    Shun le siguió mirando al suelo. Por una parte no quería hacer daño a nadie pero por la otra, odiaba desobedecer a su señor. Respiró hondo y dejó que su instinto actuara por sí solo.

    Poco después llegaron a casa de los dos primos y Nyu y el chico pelinegro abrió con la llave y los dos entraron.

    -Buenas noches-saludó triste.

    -Buenas no…-devolvió Yuka pero se detuvo sorprendida al ver a Shun, ahora podía observar con atención los cuernos que sobresalían de la cabeza del chico-. Buenas noches.

    Al lado de la chica apareció Nyu que se agarró al brazo de ella, con las mejillas sonrojadas y tímida como una niña pequeña ante extraños amigos de sus padres.

    -Nyu…-susurró tímida.

    -Lucy, he venido a por ti-le informó Shun con una sonrisa.

    Ella negó con la cabeza y se ocultó detrás de Yuka con un "Nyu" como grito.

    -Vamos, Lucy, tienes que venir conmigo. Yo soy tu novio.

    -¿Novio?-preguntó sorprendida Yuka.

    La morena miró a Kouta que se encogió de hombros resignado.

    -Sí, Lucy es mi novia desde muy pequeña pero algo la despistó hace unos días y se equivocó de camino, haciendo que se separara de mí-Shun mentía bastante bien por ello enseguida Yuka y Kouta se lo creyeron-. Por eso he venido hasta aquí, para recuperar a mi querida novia.

    Sonrió a Nyu que seguía negándose a acercarse a su "novio". Shun dio un paso y extendió el brazo. Yuka miró a Kouta que asintió con los ojos lacrimosos. Entonces, la morena empujó a Nyu por la espalda y la empujó delicadamente hasta el chico de cabello rojizo. Nyu, sin entender nada intentó agarrarse de nuevo a Yuka pero Shun ya le había puesto una mano sobre el hombro y le tiraba hacia él.

    -¡Kouta! ¡Kouta!-gritó sin cesar Nyu intentando entrarles en razón.

    Nyu estaba arrepentida. Al principio había pensado que aquel Diclonius, de nombre Shun, era bueno pero su sonrisa era falsa. Sonreía no por estar de nuevo con su "novia", sino por haber obedecido a su jefe.

    Tiró de él pero el chico la sujetaba con fuerza y la arrastraba hacia la puerta.

    -¡Kouta! ¡Kouta!

    Pero el pelinegro ya no le hacía caso. Con los ojos lacrimosos, él se dio media vuelta y se marchó. Yuka se despidió de ella con un gesto que hizo con la mano y se marchó.

    -¡Kouta! ¡Kouta! …¡Yuka!

    La chica morena se quedó parada pero no tuvo valor de darse la vuelta. Se quedó helada durante dos segundos. Dos segundos, en los cuales varias lágrimas recorrieron las mejillas de Yuka hasta caer desde su mentón hasta el suelo. Seguidamente se marchó a su habitación.

    -¡Kouta! ¡Yuka!-pero Shun no cedía.

    -Vamos, Lucy, mi jefe te está esperando-le informó Shun tirando de ella hasta sacarla fuera del edificio.

    -Ya sabía yo que tú no eras de los míos-dijo de repente Nyu volviendo a ser Lucy-. Tú solamente eres un Diclonius sin sentido común.

    -Soy tu novio-reconoció el chico.

    -Tú solo quieres obedecer para que no te maten-admitió ella.

    Shun le tapó la boca y se la llevó consigo al laboratorio donde los trabajadores la metieron en una habitación.

    Lo único que sabía Lucy es que pronto volverían a experimentar con ella.
     
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