Dias de Abecedario

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Marina, 15 Julio 2015.

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    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Los siguientes capítulos participan en la dinámica: Días de Abecedario

    A de Amor

    La puerta de la habitación se cerró cuando él salió, dejándola de nuevo sola.

    Susana suspiró y miró a su alrededor mientras la tristeza modificaba su rostro. El amor entre ella y su esposo era muy fuerte y debía serlo puesto que por él se despojó de su verdadera naturaleza, pero desde que se mudaran a esa granja por motivo de que su suegro había resultado herido al caerse del corcel mientras arreaba el ganado vacuno, rompiéndose una pierna y un brazo, su único hijo, o sea, su esposo, tuvo que hacerse cargo de la granja, así que ahí estaban, viviendo aislados de la vida de la gran ciudad en donde el último año fue muy feliz, porque la metrópolis había sido un territorio nuevo para ella y lo disfrutaba.

    Pero el problema en sí no era que vivieran en la granja, pues ella misma provenía de un lugar similar, aunque mucho más bello. Lo que más bien la hacía sufrir, eran esas largas horas de soledad que pasaba día tras día, pues Santiago; su marido, estaba fuera de casa desde antes de despuntar el alba, hasta mucho después de que el sol se ocultara, porque había mucho trabajo, así que poco lo veía.

    Cavilando en sus tristes pensamientos, sintiendo marchito el corazón, se levantó de la cama y fue a sentarse ante el mueble que contenía un gran espejo. Todavía estaba oscuro, pero no necesitó la luz para ver su silueta reflejada en el cristal y notar que su aura había menguado bastante en los últimos días, entonces recordó con preocupación las palabras de advertencia:

    Al romper la regla, expones a que los mundos se mezclen. Si su amor tambalea, será el caos.

    Pero ella no había querido entender. Se había enamorado de él, aunque no era fácil alimentar ese amor, el equilibrio de todo.

    Gracias por esta bella actividad, @Shani, porque me ha brindado una muy buena oportunidad de escoger una palabra por día de acuerdo al abc y escribir sobre ella, imponiéndome un reto al seguir una secuencia, lo que creo yo crea un grado más de dificultad... bueno, desde mi óptica xD
     
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    Víngilot

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    Hola Marina ¿molesto? Perdón por venir pero me llamó la atención esta historia de tu autoría. Como siempre, mostrando ese tremendo talento que detentas, no te limitas a una historia "común y corriente", le imprimes un telón de fondo que percibo como universos alternos o algo similar. Y de entre el contenido me quedo con esa sensación de soledad de Susana ¿por qué? Santiago la ama y ella debe amarlo también, supongo y se supone que cuando se ama a alguien se puede estar a cientos de kilómetros de distancia y sentirse pleno, seguro del amor y el respeto de la pareja, me ha sucedido, ni siquiera la tentación llega a calentar; es algo hermoso el amor y aquí debe pasar algo con Susy que se siente así, esperaré a que desmenuces esa parte de la trama. Permiso.
     
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    Marina

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    Jamás será molestia, @Víngilot, más bien gracias por pasarte también por aquí xD Completamente de acuerdo con lo que dices sobre el amor, pues cuando este es, no hay distancia que pueda contra él. Lo digo por experiencia.

    Gracias también a los que dieron clik al tema.

    B de Bruja

    El jarrón fue directo a su rostro, pero Santiago logró esquivarlo al agacharse y los finos pedazos de porcelana al estrellarse estrepitosamente contra la puerta, cayeron detrás de él. Se levantó mirando a la mujer, sorprendido por tal recibimiento.

    —¿Qué te pasa? —inquirió calmo.

    Lejos de responderle, le arrojó ahora una pequeña cajita musical que le había regalado al cumplir el año de casados, pero también logró esquivarla moviéndose a un lado, sin embargo, el cepillo para cabello siguió a la cajita y éste dio en su cabeza.

    —¡Ya basta, bruja! ¿Qué rayos te ha picado?

    —¡Lo olvidaste! —le gritó ella tomando ahora del tocador, un tarro de crema, doblemente airada porque la llamara bruja. Ella era algo más excelso que una de ésas, así que odió la comparación.

    —¿Qué olvidé? —inquirió el hombre francamente muy afectado, pasando revista en su mente por si de veras había olvidado algo, pero no, según él no.

    Esa bruja, -porque sí, en ese momento su esposa parecía una-, no estaba en sus cabales de nuevo, como venía sucediendo en los últimos días. Le reprochaba que trabajaba todo el tiempo, que ya no le prestaba atención y siempre andaba triste... y él se sentía culpable.

    Susana no comprendía que para que la granja funcionara, debía dedicarle todo su tiempo. No solo era una granja cualquiera, allí se cultivaban varios tipos de granos, se criaban variedades de ganado y se producía queso que, junto con los demás productos que la granja producía, como huevos, tocino y carnes, era para importar y aunque ella lo ayudaba mucho en el trabajo referente a las inmediaciones de la casa, él siempre andaba de un lugar tras otro supervisando todo, por lo que poco o nada se veían durante el día, de hecho, pasaba más tiempo con María, la asistente de su padre y ahora la de él, de ahí que se sintiera culpable, porque María... ah, no quería pensar en ese momento en su tentadora y bonita asistente.

    Y esa situación la tenía por demás descompuesta, así que miró a Susana levantar la mano que sostenía el tarro y arrojándoselo, le recordó su olvido, dolida, llorosa y temerosa por las consecuencias que traería su apagamiento.

    —Habíamos hecho planes para ir a esa obra y, ¿qué haces tú? Me dejas plantada. ¡Te había dicho que quería en verdad ir a verla! —. Pero jamás le dijo que estaba haciendo hasta lo imposible por alejarlo unas horas de la granja... de María. No quería seguir pensando mal, pero la disminución de su aura no la engañaba, mas ¿cómo decirle que desde el momento que lo eligió puso en peligro a su gente y a la de él? ¿Que una traición por su parte era impensable?

    Afortunadamente el frasco no le dio y Santiago se apresuró a llegar al lado de ella para tomarla por los brazos y así evitar que tomara el florero que adornaba una esquina del mueble.

    —Habíamos quedado de ir la noche del jueves 23, fecha exacta de la presentación, no éste que es 16, pero anda, vamos ahora al teatro y veamos si por arte de magia los apareces para tu beneplácito.

    —¿El 23? —balbuceó incrédula, cediendo de pronto su mal humor— ¿Estás seguro? Pero el boleto dice jueves 16.

    Él movió la cabeza de un lado para otro y tomando las entradas de la obra, las que ella había estrujado decepcionada mientras toda la tarde lo esperó, se las mostró señalándole:

    —Es el jueves 23, mira, y el palco es el 16 ¿cómo pudiste confundirte?

    —¡Oh!

    Susurró, luego lo abrazó y aclarándose la voz, le dijo:

    —No permitas que me apague.Ya no pases tanto tiempo con María.

    Él correspondió al abrazo sin decir nada, porque su culpabilidad no lo dejó.
     
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    Uuuuuuuh. Oh por Dios, la tentación... Sólo les llega a los guapos así que nunca he tenido que preocuparme por eso. Un capítulo algo chusco con esa escena entre Susana y Santi, claro no para él y mira que me sorprendió cómo sobrellevó la escena, calmo y tierno, excepto por esa ofensa que más bien se le escapó; cualquier otro se agarra gritando y exigiendo en el afán de dominar, aquí Santiago muestra respeto y cariño por su mujer dolida, aunque sí, puede que sea debido a la culpa que dices. No es por nada pero una mujer atractiva le calienta a uno la hormona, en ese sentido Susy tiene razón en ponerse así, pero debe confiar en él, sentirse segura del amor de ambos, mirarlo a los ojos y preguntarle: ¿todavía me amas? Los ojos no mienten, imposible disimular. Veamos qué pasa con esta pareja y también quiero ver las intenciones de María ¿se trae algo con Santi? o "sólo son figuraciones tuyas mujer". Hasta mañana.
     
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    Marina

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    Jajaja, ¿será de veras que solo a los guapos se les presenta la tentación? Muchas gracias por el apoyo @Víngilot, y un poco más adelante se verá hasta qué punto ella confía... o confiaba en él xD Buen día.
    A los demás, gracias por leer.

    C de Caballo

    —¡Tía!— gritó el niño de nueve años entrando a la sala como torbellino, nervioso y alegre a la vez— ¿Dónde está mi tío? La yegua va a tener al potrillo y mamá ya está en el establo.

    Susana se levantó del sofá en donde había estado la última hora leyendo, con el par de siameses felinos sobre su regazo, los que saltaron con delicada agilidad al suelo en cuanto se puso de pie y ahora ronroneaban frotándose en sus tobillos. Miró sorprendida a Felipe, el hijo de María, quien se había acostumbrado a llamarlos tíos, puesto que tanto él como su madre vivían en la hacienda desde que ella quedara viuda de uno de los trabajadores de su suegro, así que este había decidido hacerse cargo de la joven y su hijo que contaba entonces con cuatro años, brindándole hogar y trabajo, además del afecto de un padre.

    —¿Cómo? ¿No le faltan días todavía? Tu tío tuvo que llevar algunas reses a la hacienda vecina, no hace mucho que se fue. ¿Ya le hablaron al veterinario?

    Felipe asintió y enseguida salió corriendo rumbo al establo, con Susana detrás de él.

    En el lugar estaba María, lo que sorprendió a Susana, pues pensaba que se había ido con Santiago como siempre y aunque en general se llevaban bien, en esta ocasión María rehuyó el contacto, tanto visual como oral con ella

    Susana pretendió no darse cuenta y puso toda su atención en el asunto que la había llevado ahí. Don Fabián su suegro, acomodado en su silla de ruedas, daba instrucciones a uno de los empleados que en ese instante atendía a la yegua que yacía recostada en el suelo visiblemente en mal estado, sin poder ayudarla mucho, así que suspiró aliviado cuando el veterinario llegó.

    Mientras tanto, el nerviosismo de Felipe creció, porque su abuelo, como llamaba a Fabián, le había prometido regalarle al potrillo si la yegua lograba tenerlo, pues había tenido una gestación difícil y el veterinario siempre aseguró que no llegaría a término, lo que parecía un hecho ya que aun le faltaban varios días.

    —La yegua está muy delicada —anunció el veterinario mientras la ayudaba con el nacimiento de su hijo—. Si no logra expulsarlo, tendré que abrir, pero no garantizo que ambos sobrevivan.

    El niño se asustó al escucharlo, pues desde que tenía uso de razón, quería un caballo que fuera solo suyo y si era uno que crecería a la par con él, pues qué mejor, así que hincándose a un lado de la yegua, trató de animarla con su tierna voz.

    —Yo sé que tú puedes, sé que sí —Acarició su crin con cariño transmitiéndole tal vez su ilusión.

    Porque la yegua lo miró con ojos llorosos, reflejándose en ellos el último de los dolores y a la vez que expulsaba al potrillo, exhaló su último aliento y en medio de esa exhalación alcanzó a sentir como las lágrimas del pequeño caían abundantes y tibias sobre su cabeza.

    —Cuidaré a tu hijo y se convertirá en un hermoso caballo, lo prometo.

    Pero no había necesidad de tal promesa, porque el potrillo era la criatura más hermosa que había nacido y en cuanto pudo levantarse, desplegó de sus costados un par de hermosas alas blancas que, aunque su madre ya no pudo ver, sí lo miró su tierno dueño que exclamó incrédulo:

    —¡Abuelo, no es un caballo, sino un pegaso! ¿Cómo es posible?

    Ni su abuelo ni nadie pudo responderle y retrocediendo bastante asustada hasta la puerta, Susana miró al pequeño pegaso y después los rostros maravillados de los demás.

    ¡Oh, Dios!”, pensó sintiendo como se congelaba su corazón.“¡Esto lo confirma, es una realidad. Ah comenzado!”
     
    Última edición: 17 Julio 2015
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    Borealis Spiral

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    Libra
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    Holi, Master, pues aquí, pasando a comentar esta historia tuya, que no podía no hacerlo. Hm, es interesante, me intriga todo ese asunto de ella de su esencia, su aura, su alegría. Yo sé que ella no es humana, yo no lo sé, ¿pero exactamente que es? ¿Un hada? Habla de un equilibrio y de una advertencia y sé que tiene que ver con el amor que siente por Santiago (ay, qué recuerdos me trae leer este nombre xD). ¿Y Santiago sabe la verdadera naturaleza de Susana? Lo que es más, ¿en verdad él intenta algo con Mary; va a lastimar de esa forma a su mujer?
    Y ahora este, wow, me sorprendió que se tratase de un pegaso, wow. Pero más me sorprendió la actitud de Susana. ¿Qué está pasando? ¿El equilibrio se está perdiendo? Eso parece. Pues nada, esperaré el siguiente o lo siguiente, por el momento me despido y te cuidas.

    Hasta otra.
     
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    Einsamkeit

    Einsamkeit Einsamkeit

    Aries
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    La historia esta sublime.
    Los tres capítulos que he leído me han atrapado.
    Le has puesto fantasía, misterio, romance y bueno, algo de angustia.
    Susana se me hace un ser puro, que posiblemente por sus inseguridades en cuanto al amor de Santiago, se va manchando (es solo una suposición).
    Agradezco que sea historia de todos los días, para luego no andarme comiendo las uñas por la espera.
    Mary me genera escalofríos, más que todo en el momento que evitó la mirada de Susana.

    Ya estoy ansiosa por saber que pasa en el siguiente capítulo.
     
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    Víngilot

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    Virgo
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    ¡¡¿Un pegaso?!! Nunca me esperé eso. Lindo trato el que le dio Felipe a la yegua, todo un amante de los animales, yo tuve este ciclo un alumno que adora a los caballos y se desenvuelve en un mundo como el que acabas de mostrar, tal cual, me lo imaginé como a ese niño, fue una agradable sensación.
    ¿Ya ves Susana que entre tu viejo y María no hay nada? Ahí está la "rival" chambeando por separado y tú que la fulminas con la mirada. No, si la intuición femenina no falla, sé que ese par se trae algo ¡duro con ellos Susy!
    ¿Ahora cómo van a criar a ese pegaso? ¿Alguien conoce su dieta? Sospecho que va a causar problemas, pero eso será más adelante, de adulto, de mientras disfrútalo Jelipe.
    De maravilla, Marina, hasta mañana, que descanses. Estoy al pendiente.
     
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    Marina

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    Tauro
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    @Borealis Spiral, qué grato verte por aquí xD Gracias. Ya se sabrá quién es Susana xD
    @Einsamkeit, gracias por tu comentario y que bueno que te atrapó esta, aunque no esperes mucho, jajaja.
    @Víngilot, wow, que lindo conocer los diferentes gustos de tus alumnos xD Gracias por tus comentarios tan divertidos y bueno, de niña me encantaban los pegasos y pensaba que era una lástima que no existieran de verdad. También me gustan los caballos. Saludos, que estés muy bien.

    Gracias también a los que se han pasado por este tema.

    D de Demencia

    No podía parar de llorar, de hecho, sus lágrimas abundaban al mirarse en el espejo. El aura que la redeaba era apenas un reflejo, confirmación de la traición a su amor. No podría evitar que más cosas raras para este mundo ni para el suyo, sucedieran.

    —Susana —habló Santiago entrando, tan pasmado que no se fijó en su llanto—. Vengo del establo y no logro comprender qué cosa ha nacido ayer ahí.

    —Es un pegaso —le informó ella tratando de retener sus lágrimas, más dolida de verlo—, y es mi culpa que haya nacido en este mundo, porque yo no debo estar aquí.

    Demencia

    Fue lo que pensó Santiago al escucharla. La demencia se había tragado el cerebro de su esposa, solo así podía explicar sus palabras... aunque quizás el también estuviera demente. ¿Es posible que la culpa que sentía lo había enloquecido? El potrillo no podía ser un pegaso, ¿verdad? Eso solo sucede en las historias de fantasía, jamás en la vida real. Estaba alucinando... todos ellos estaban alucinando. ¿Tal vez la cocinera estaba dándoles algún alucinógeno en las comidas?

    Solo así podría comprender que se hubiese atrevido a poner los ojos sobre su asistente, pues amaba a su esposa y no comprendía cómo había pasado eso.

    —Susana, los pegasos no existen —dijo tratando de mitigar sus arrolladores pensamientos.

    —Tienes razón, no deben existir, no en este mundo. Ahora encárgate de que esté bien, que nadie sepa de él, porque si alguien más a parte de los trabajadores se entera, tu hacienda se convertirá en un circo.

    Santiago se estremeció al escucharla, la miró y entonces notó que había estado llorando, tal vez durante toda la noche, no podía saberlo, pues era la primera vez que no pasaba las horas nocturnas con ella. Los asuntos con el otro hacendado lo habían retenido allá hasta esa mañana.

    —Y, Santiago, quiero que sepas que esto solo es el principio, que aunque comenzó aquí, se extenderá por todos lados.

    Santiago esperó a que siguiera hablando, pero ella no volvió a decir nada, porque no podía revelar más.

    Así que el hombre salió preguntándose: “¿El principio de qué?”
     
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    Víngilot

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    ¿Así que la cocinera les anda dando alucinógenos en la comida? Je, je. Bueno, pasan los capítulos y ese nudo de la hebra del origen de la relación entre Susana y Santiago no se desata, queda claro que la mujer pertenece a otro mundo, por ahí comentaba BS que tal vez era un hada, por lo que su unión con su marido debe haber sido emocionante y hermosa ¡las relaciones de mundos diferentes siempre son así! Me gustaría (aunque sé que no es el objetivo de la historia) saber un poco más de ellos pero parece que nos centraremos en las consecuencias de esa unión ¿no? ¿Acaso el mundo va a sufrir algún cataclismo o se reduce simplemente a ellos?
    Por otra parte Susana no está demente por ningún lado, está completamente cuerda, inestable, dolida, lastimada, tal vez impotente pero cuerda, le deseo el mayor de los éxitos para que su matrimonio acabe en los mejores términos. Un placer Marina, hasta mañana.
     
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  11.  
    Marina

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    @Víngilot, gracias por leer. Qué buenas preguntas haces xD En general, la historia se centra más bien en las consecuencias, no obstante, como son muchas letras, me da opción de escribir un poco acerca de como se conocieron Susy y Santi, de hecho, sí tenía planeado poner un poco de eso, pues siempre es bonito conocer cómo comenzó lo de la pareja *w* Saludos, que estés pasando un lindo domingo.

    A los demás que se han pasado, gracias.

    E de Elixir

    Eliv, sabes que al beber este elixir, no habrá vuelta atrás, que vivirás atada a ese hombre que de ninguna manera debe conocer tu verdadera naturaleza, es más, ni siquiera tu nombre, porque si lo sabe lo condenarás y si te llegara a traicionar, se apagará tu esencia y los mundos pueden arruinarse, pues con cada cosa que cobre vida allá, aquí morirá algo, mucho o poco, no lo sé con certeza. ¿Es tu amor por ese mortal tan grande como para arriesgarlo todo? ¿Es su amor mayor que el tuyo?

    Lo amo y confío en él, quiero ir a su lado.

    Es muy egoísta de tu parte ceder a tus deseos, Eliv. Por algo existen las leyes sobre no tener alianzas románticas con los humanos; además bien conoces que los sentimientos de los mortales son corruptibles.

    Eliv miró a la consejera real y le suplicó con la mirada que la comprendiera, pues aunque había controlado sus sentimientos de amor por el humano durante algún tiempo, al final no había podido más.

    Una y otra vez te ordenaron tus padres no volver al laberinto después de conocer al mortal, al que ni siquiera debiste salvar, pero de nada sirvió y mira en lo que terminarás.

    El laberinto era un bosque de cipreses que formaban una infinidad de largos y estrechos corredores comunicados entre sí, el que a su vez se situaba en medio del extenso bosque y aunque los humanos sabían que estaba ahí, no conocían de dónde procedía.

    Por otro lado los del mundo de Eliv, sabían que ese laberinto había sido creado por los primeros padres para camuflar la puerta que comunicaba los dos mundos y aunque algunos humanos, los más aventurados se habían arriesgado a explorarlo, jamás salieron de ahí con vida, porque se extraviaron sin encontrar una salida.

    En cambio los del mundo de Eliv conocían cada corredor, cada rincón, cada árbol, cada cosa nueva que entraba ahí, porque les encantaba dar paseos por sus intrincados pasillos; les gustaba la paz solemne que de ellos emanaba y lo que para los humanos daba la sensación de ser sobrenatural, para ellos era la cosa más cotidiana.

    Así fue que un día ella se encontró al extraviado Santiago, un joven humano, hermoso y asustado que, “andaba más perdido que el arca de la alianza” —palabras del mismo muchacho cuando estuvo fuera del laberinto y le agradeció por su ayuda—, pero ella respondió que no tenía que agradecer, sin embargo no añadió que le había bastado verlo para desear ser vista por él, así que rompiendo dos normas ese día, se mostró a Santiago y lo ayudó a salir del laberinto; cosas que les estaba prohibido hacer, pero fue todavía más allá, salió al mundo humano para, en días posteriores, entrevistarse con él.

    De esa manera conoció más del mundo humano, pero lo mejor desde su perspectiva, fue que su amor era correspondido, porque Santiago jamás faltó a las citas, enamorándose ambos cada día más.

    El mundo de los humanos es muy bonito, consejera —dijo Eliv defendiendo su posición—, y Santiago me ama. Sé que no me fallará.

    La bella mujer movió la cabeza de un lado a otro, pero sin decir más, le tendió la copa de fino cristal y ella bebió del elixir prohibido.

    ¿Qué crees, Eliv, qué o quién murió en el que antes fue tu mundo?

    Golpeando con fuerza su corazón, Susana se incorporó en la cama. Se tocó el pecho como si así fuera posible calmar la angustia y luego notó que ya estaba sola... otra vez.
     
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    Víngilot

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    Lo diré una vez más: cuando nos enamoramos de personas que pertenecen a otro mundo la relación adquiere una emoción e intensidad aún mayor pues esa persona especial representa todo lo desconocido y maravilloso de ese mundo. No me refiero a mundos fantásticos, puede tratarse digamos de una persona de ciudad y otra de un medio rural (Avatar, más o menos) o bien personas de distintos países. Aquí sucede algo similar.
    Es un alto precio el que hay que pagar por parte de Eliv-Susana, para ella vale la pena y me parece que tiene un as bajo la manga o al menos una última oportunidad, estoy seguro de que si pudiera mostrarle su hogar real a Santiago, éste reforzaría su amor y terminaría viendo a la tal María como otra persona más, opacada por le belleza y plenitud de ese mundo natural.
    Ahora bien, veo que Eliv intentó luchar contra sus sentimientos y generalmente cuando pasa eso pareciera que sólo se le otorga más fuerza como una llama que se aviva en vez de apagarse, así que no es tan recomendable ignorar lo que el corazón demanda. Santiago tiene que ser una persona muy especial o todo un adonis para que Susana renunciara a su vida pasada ¿él haría lo mismo?
    Gracias Marina, esto está muy rico, en verdad lo estoy disfrutando mucho y afortunadamente aún falta mucho por descubrir. Un abrazo, que estés muy bien.
     
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    Marina

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    Gracias, @Víngilot por tu interesante comentario, siempre disfruto leyéndolos. Algunos, o muchos de ellos son muy reflexivos. Te agradezco el apoyo y aun no sé qué solución le daré a lo que acontece en la historia, pues esta nació de manera improvisada con ese primer capítulo de la A, (y fue ahí que pensé cómo se conocieron ellos, la única idea que tuve de antemano y el que debía ser de fantasía), así pues no está en realidad pensada por lo que ni yo misma sé qué seguirá en la siguiente letra sino hasta que lo escribo xD. No hay ideas, así que solo estoy inspirándome en la letra que sigue tratando de que no se me escape de las manos la secuencia, por eso estoy doblemente agradecida por tu apoyo. Gracias mil. Que sigas muy bien xD

    A los demás, gracias por pasarse por aquí.

    F de Fuente

    Felipe trotó detrás de Viento, como había llamado a su caballito con alas, —así le decía su madre: caballito con alas por más que él la corrigiera diciéndole que no era un caballo, sino un pegaso—, y le había llamado así porque éste era tan veloz, que mientras corría, se elevaba algunos centímetros del suelo. Con tan poco tiempo de nacido, aun no podía controlar bien sus alas, así que solo se limitaba a correr y al niño le parecía bien que no volara. Tenía miedo que al ascender más alto, se le escapara para siempre.

    Muchachito y alado se encontraban en la pista que el abuelo tenía para entrenar a sus caballos para que participaran en algunas carreras cada año, jugando alegres, aprovechando que el pegaso finalmente se había quedado solo, pues no pasaba un momento en que no fuera rodeado por los trabajadores para admirarlo, lo que molestaba mucho al niño, porque con tantas presencias, Viento se ponía nervioso.

    Así que ahí estaba, haciéndolo correr para que descargara su ansiedad, aunque Felipe no podía seguir su paso, así que cuando se cansó, tomó las pequeñas bridas de Viento y saliendo de la pista, se dirigieron a otro amplio terreno cerca del establo, una especie de jardín en donde había una fuente en medio, bastante honda y amplia.

    Y era así de enorme porque en el agua nadaba un pez grande, de más de medio metro de largo. El pez era una costosa adquisición, capricho del abuelo, así que era la mascota preferida del hombre y lo cuidaba con exageración. Era de un hermoso dorado con franjas anaranjadas.

    Las personas jamás se cansaban de verlo por su belleza, por lo que, como era su costumbre, Felipe se dirigió a jugar un rato con él antes de entrar a la casa para la cena. El sol estaba por ocultarse y ya no debía entretenerse mucho, así que solo se conformó con acariciar al tranquilo pez —al que parecía gustarle mucho las personas, pues se dejaba tocar—, y a mirarlo por breves minutos nadar con una elegancia innata.

    Entonces, cuando estaba por retirarse, una incontable cantidad de burbujas que dieron la ilusión tanto de vista como de oído de que el agua hervía, rodearon al pez. Viento se movió inquieto ante el espectáculo, aleteando las alas con fuerza, pero sin levantar el vuelo y el niño se retiró del borde, pero no con la suficiente rapidez, así que de en medio de las burbujas se levantó una extraña mano que tenía los dedos unidos por una fina capa de piel y sujetó a Felipe por la camisa intentando llevarlo al agua.

    Felipe gritó asustado y echándose atrás, logró desprenderse de la mano que desapareció en el fondo junto con las burbujas.

    Al soltarlo aquella mano rara y por la fuerza del impulso al arrojarse atrás, el muchacho quedó sentado en el suelo, así que temblando por la impresión, se levantó y sin acercarse tanto al borde, miró la nítida transparencia de la ya tranquila agua y al distinguir lo que lo había sujetado, gritó a pulmón abierto, aterrado a más no poder.

    Su amigo el pez ya no estaba ahí... o sí estaba, pero se había transformado y su amigo Viento, asustado por sus gritos, corrió a la seguridad que conocía, la del establo.
     
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    Víngilot

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    ¡Wao! Este capítulo sí que fue emocionante ¡¿Un tritón acaso?! Porque eso sería sensacional y por lo que advierto, las cosas raras seguirán pasando, en esta en particular espero que alguien llegue a auxiliar a Felipe ya que él solo no creo que pueda defenderse de la criatura ¡Santiago! ¡Susana! ¡María! ¡Aprisa!
    Me agradó el nombre que le dieron al pegaso (yo lo hubiera nombrado Seiya, je, je) y a lo que se ve ha madurado muy rápido ¡ya casi vuela! Ha de ser muy lindo verlo correr en compañía del niño, un espectáculo así en la intimidad de mi hogar sería algo sublime, imperdible, de auténtica fantasía, lamentablemente eso no puede durar, de seguro no tardará algún empleado en soltar la sopa y todo se volverá público y eso suena amenazante, por desgracia.
    Este par de especímenes han impregnado el episodio de una hermosura sin igual, tanto el pegaso como el pez son una maravilla natural, o antinatural en el caso de Viento, me gusta eso de ti, me gusta eso de la fantasía. Marina, veamos qué nos preparas para mañana y por favor, no elimines a Viento. Bye.
     
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    Marina

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    @Víngilot, estás en lo cierto, eso de ahí es un tritón, pero es éste el que necesita la ayuda xD Gracias por seguir aquí y que lindo que te siga gustando. Seiya sin duda, un buen nombre para un pegaso, jaja. No te preocupes por Viento que ahí tienen a su protectora, pues Susana no dejará que les pase nada... creo. Saludos y que pases bonito día.

    Alos demás, gracias por leer... Bore-chan, gracias por esos me gustan xD

    G de Gato

    Tres hombres que todavía se encontraban en el establo, miraron entrar a Viento e ir a su cubículo en donde se quedó quieto, entonces salieron alertados por los gritos del niño y acudieron presurosos hasta la fuente.

    —¿Qué pasa, Felipe? —preguntó uno de ellos observándolo atento, buscando alguna herida, un daño o algo en el niño.

    Entonces el muchacho señaló el agua para que miraran ahí. Una fina y larga figura se movió debajo nadando hacia el otro extremo de la fuente mientras que los hombres retrocedían un paso preguntando a un mismo son, pasmados por lo que podían ver bajo el transparente líquido a pesar de la penumbra que iba reemplazando la luz del sol.

    —¿Qué es eso?

    La cosa en el agua se quedó quieta, porque se sintió amenazada ante los desconocidos y ellos pudieron observarla atentos, incrédulos por lo que veían. El miedo por las dos partes se sentía.

    —Aquí está pasando algo muy, pero muy raro —dijo uno de ellos retrocediendo—. Primero ese pegaso y ahora una sirena. Son aberraciones del averno.

    El hombre se dio la vuelta para salir corriendo de ahí, pero Susana, quien había sido advertida por su sentido sensorial sobre la nueva criatura, lo detuvo y sentándose en el bordillo de la fuente, dijo con frialdad:

    —No son aberraciones del infierno, sino solo criaturas que no deben estar aquí —Los barrió a todos con mirada endurecida—. Y ninguno de ustedes debe hablar con nadie de esto, ¿está claro?

    Ellos se miraron entre sí y asintieron mientras ella palmeaba la superficie del agua, atrayendo a la criatura hasta su mano, quedando la cabeza bajo la palma. Susana la acarició para transmitirle confianza, pues solo ella podía percibir lo asustada que estaba. Los humanos eran la amenaza, no la criatura y cuando logró calmarse un poco, asomó la cabeza y todos exclamaron un “¡oh!”, pues el rostro pertenecía al de un niño, así que eso de ahí era un pequeño tritón que carecía de cabello, adornando su calvicie una larga cresta que nacía sobre la frente alargándose hasta la nuca y sus ojos eran negros, grandes y redondos, la nariz pequeña y una fina línea hacía de boca. Su torso también parecía humano, pero de la cintura hacia abajo era un pez, terminando sus extremidades en una cola parecida a la de las ballenas, siendo todo su cuerpo de un tono gris plateado.

    Entonces de pronto, se escuchó un gruñido gutural e identificaron que procedía de un gato que, en actitud amenazadora, se acercó a la fuente, deteniéndose cerca, pivoteando el siamés la cola deliberadamente, luego soltó una serie de chillidos mientras que el otro gato apareció por otro extremo de la pileta y acercándose hasta la pared, levantó la cola y la golpeó con fuerza, chillando con molestia.

    El tritón, reconociendo que era el origen de la irritación de los gatos, se sumergió hasta el fondo y desde ahí miró como los felinos en breve, se asomaron cuando saltaron al borde, mostrándole sus fauces llenas de filosos dientes, sus cuerpos hinchados, la parte de atrás arqueada para mostrarse más grandes, lanzando saliva, silbidos y chillidos, así como zarpazos sobre el agua.

    Y solo Susana supo que el pequeño tritón estaba muy asustado y lloraba.
     
    Última edición: 21 Julio 2015
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    Borealis Spiral

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    Ay, cómo son los gatos ¬¬ Y los siameses en especial no me gustas, se me hacer re-feos xD

    Pero qué cosas han pasado aquí, ¿eh, Master? Creo que sin duda el padecer de Susana por esa angustia en su relación con Santiago está desequilibrando todo. Y wow, me gustó cómo fue que se conocieron y también cómo ella luchó por reprimir sus pensamientos y cómo no lo consiguió y decidió dejar atrás su mundo para irse con él. Y por un momento me parece extraño que él se hubiese fijado en María, pues mira que él mismo admitía que amaba mucho a Susana :/ Eso es raro. Y tengo la mima duda que Víngilot. ¿Sería él capaz de reafirmar su amor por ella si llegar a saber que Susana es de un mundo fantástico? Lo malo aquí es que ella tiene prohibido hablar de su origen, aunque como van las cosas, hm, esa prohibición no tendrá mucho sentido.

    Y las cosas fantasiosas que pasan, bueno, eso del tritón me dejó pasmada; no lo habría imaginado nunca y me dio penita leerlo así de temeroso y que llore :( Al final, es una criaturita que apenas conocía el mundo y uno que no es ni el suyo; está solito, porbecito. Muy interesantes lo capítulos, Master; sólo contigo y Sati leo fantasía pero es que le ponen un toque tan chido que no puedo evitar desear saber qué pasará xD Y nada, yo por aquí, otro día regreso a leer algo más xD Por el momento me despido. Te amo *u*

    Hasta otra.
     
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    Víngilot

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    El miedo por las cosas incomprendidas es muy frecuente y poderoso. Claro que Susana ya conoce a esas criaturas fantásticas, por ello la seguridad demostrada y hasta la misma preocupación por el espécimen. Si yo viera algo así también por instinto lanzo una majadería y me pongo en postura defensiva ¿tú crees? les tengo flojera a las vacas y eso que no hacen nada.
    Es una suerte que Susy haya estado ahí en esos momentos porque de lo contrario, pienso que los empleados hubieran liquidado al tritón en el afán de proteger a Felipe, por cierto ¿qué harán con el ser acuático? ¿acaso formará parte también de las atracciones del niño? ¿y si continúan llegando los seres fantásticos qué tanto tiempo podrán guardar el secreto todos los que viven en ese rancho? No veo fin del mundo en esto, al contrario, veo intercambio "cultural" y si continúa este fenómeno me encantaría ver a un fénix, sí, sé que no estás para complecensias pero igual y lo expreso, je, je. Bueno, ahora que lo pienso sí que se podría dar un fin del mundo si llega un dragón, sería una calamidad.
    Estoy a la espera del próximo episodio y ya quiero conocer un poco más el mundo de Susana, éste de aquí ya lo conozco, aquél es el que me interesa. Que estés muy bien.
     
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    Marina

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    @Borealis Spiral, qué grato verte y sí, sé que los gatos no te gustan mucho, pero mira mujer, los siameses son los gatitos más lindo que hay... okey, no. A mí me gustan todos los gatos, así que para mí todos son lindos. De hecho Santiago sí quiere mucho a Susana, así que también se me hace raro que haya pasado eso, pero bueno, ya veremos qué pasa xD Gracias por leer. Nos vemos.

    Jajaja, @Víngilot, tan lindas las vaquitas xD A mi hija le gustan mucho, y los cerditos también... amm, de hecho, le gustan todos los animales, cuando era pequeña nos pedía que le regaláramos una granja llena de animales xD Un intercambio cultural sería lindo, pero me temo que estas criaturas más bien serían conejillos de indias. Es difícil guardar un secreto así, y más cuando son muchos los que lo saben. A alguno se le hará fácil revelarlo, la cuestión aquí es: ¿qué reacción tendrá la gente de afuera cuando lo sepa? Gracias por leer xD Saludos, que estés muy bien *w* Por cierto que un ave Fénix y un dragón ya habían sido pensados, xD, de hecho pensé en casi todas las criaturas de fantasía que hay, pero obvio que no podré incluirlas a todas.

    A los demás que leen, también gracias.

    H de Hada

    —¡Es una completa locura! —farfulló Don Fabián postrado en su silla— ¿Cómo mi precioso pez pudo transformarse en eso?

    Estaban en la habitación del joven matrimonio y Santiago, parado en la puerta del cuarto de baño, no podía dejar de ver la bañera llena de agua en donde el pequeño tritón reposaba y el que no podía dejar de sentirse temeroso, sobre todo de esos felinos que, enjaulados en el cuarto, no dejaban de gruñir y chillar.

    —Eso pienso, papá, que es una locura —asintió Santiago bastante perturbado—. ¿Cómo es posible esto? Creo que es culpa de la cocinera. ¡Sabrá Dios que le pone a las comidas que nos hace ver cosas que no existen!

    O estaba soñando, todos en la hacienda estaban teniendo un sueño colectivo, seguro y sí.

    —No debería ser posible, pero lo es —respondió Susana con expresión inalterable mientras tomaba las jaulas en donde ella misma había encerrado a los airados gatos—. Y estos amiguitos deben irse de la hacienda. Mientras el tritón esté aquí, cero gatos. Ahora esas criaturas son nuestra responsabilidad.

    —¡No, tía! —protestó Felipe, quien había ayudado a Susana a llevar al tritón hasta donde estaba ahora para protegerlo de cualquier peligro que pudiera enfrentar quedándose en la fuente—. Yo crié esos gatitos, son como... mis hijitos.

    —Lo sé —respondió Susana con voz tierna—, pero será solo temporal.

    Le dio las jaulas a Santiago y sin mirarlo, le pidió ahora con voz neutra:

    —¿Puedes encargarte de estos? No entiendo por qué odian al tritón, así que por favor, sácalos de aquí.

    Santiago tomó las jaulas, las miró y luego asintió.

    —Yo me encargo y no te preocupes, Felipe, los pondré en buenas manos y cuando...

    Pausó al pensar: “cuando despertemos del sueño, volverás a tenerlos.”

    Mas terminó así:

    —Cuando todo esto pase, los tendrás de nuevo.

    Con tristeza, el niño asintió y miró como su tío adoptivo se dirigía a la puerta de salida, pero Susana lo detuvo en el umbral al decirle:

    —La cena se retrasó, así que si ya terminante, me gustaría que cenaras con nosotros, ¿puedes?

    —Claro, espérenme en el comedor. Avisaré a María que por hoy terminamos. A ella también le dará gusto pasar tiempo con Felipe.

    María. Susana crispó las manos, respiró hondo y trató de serenarse mientras su suegro y felipe iban a su propia habitación a asearse, haciendo ella lo mismo, viéndose de nuevo en el comedor más tarde.

    Ya sentados los tres ante la mesa, esperaron pacientes la llegada de Santiago y María, los que al ingresar a la estancia lo hicieron en silencio, pero en cuanto comenzaron a comer, entre Don Fabián, Santiago y María entablaron una charla sobre los sucesos extraños.

    Sin poder decir nada relevante, Susana sintió frío a pesar de que un agradable fuego ardía en la chimenea. El otoño no estaba tan avanzado, pero ya podía sentirse la baja temperatura que anunciaba el invierno en cuanto descendía el sol, así que la calidez de la chimenea era reconfortante, sin embargo, el sentir de Susana fue por otra cosa.

    —¡Miren! —exclamó de pronto Felipe señalando precisamente el fuego.

    Los adultos miraron y sorprendidos observaron como las llamas se alargaban y luego encogían, entonces una de ellas se alargó tanto que salió afuera del cubículo que formaba la chimenea, como si fuera un brazo y en la punta se formó algo semejante al puño de una mano, el que explotó en decenas de chispas que rociaron el suelo haciendo humear la madera, lo que hizo que Santiago se apresurara con la servilleta de tela en mano, a golpear las chispas con certeros servilletazos para apagarlas antes de que se produjera un incendio.

    Pero sucedió que una chispa no se dejó apagar, pues como si tuviera vida propia, la pequeña llamita se elevó en el aire y se desplazó con rapidez de un lado a otro como si de una luciérnaga se tratase y Santiago, sorprendido, dejó de perseguirla y de lanzarle golpes con la servilleta cuando la pequeña llama fue a pararse en la mano de Susana, la que de inmediato protegió a la criatura poniendo la otra palma ahuecada sobre ella.

    —No es una llamita de fuego —dijo solemne—, sino que es un Hada.

    —¿Un qué? —inquirió María levantándose de la mesa, su rostro desfigurado por la incredulidad.

    —Un Hada —repitió Susana y quitó la mano para mostrarle la diminuta figura, la que parecía una humana, pero con alas parecidas a las de las mariposas.

    —¡Genial! —clamó Felipe maravillado— Tinker Bell.

    Tendió la mano y el Hada se trasladó posándose en la suave piel del niño.
     
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    Marina

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    Gracias por leer xD

    I de Invasión

    —Susana, no dejé el trabajo temprano para que ahora no quieras ir a esa obra. ¿Y ese reclamo que me hiciste cuando equivocaste los días?

    —Yo quiería ir, pero ahora es diferente. Ya no tiene caso.

    —¿Qué significa eso?

    Susana se miró por última vez en el espejo. El resplandor que antes era su aura se había tornado por completo oscuro, como sinónimo de un luto anticipado.

    —¿Me sigues amando, Santiago?

    Él se movió con inquietud, aunque no dudó al responder.

    —Con toda mi alma.

    Ella se levantó y lo enfrentó mirándolo con tirsteza.

    —El verdadero amor es fiel —le dijo dolida— ¿En qué fallé?

    —Susana, tú no fallaste en nada.

    Y la miró sintiéndose el peor de los hombres. Ahí estaba ella, dándole a conocer que sabía lo de la traición y aun así, sin reprocharle nada. En verdad era un canalla y se preguntó de nuevo qué le había sucedido para traicionarla de esa manera.

    Abrió la boca para disculparse, pedirle perdón, mostrarle su arrepentimiento, pero un profundo sonido proveniente del baño lo dejó mudo y tuvo qué taparse los oídos para soportar el silbido de alta frecuencia, una serie de ellos que parecían cantar una canción de lamento.

    Sin destaparse los oídos, miró a Susana apresurarse al baño, así que fue detrás de ella y ambos miraron la bañera notando que el tritón estaba bajo el agua, recostado en el fondo en forma fetal y era quien emitía la serie de sonidos.

    Una clara advertencia, así que Susana salió del baño y corrió a la ventana para asomarse afuera. Sorprendida miró la multitud que había invadido la propiedad y muchos rodeaban a Viento, quien aleteaba asustado ante las manos que lo tocaban, cegado por los flash de las decenas de cámaras, lastimándolo y su sufrimiento había llegado hasta el tritón, como si las criaturas estuvieran comunicadas telepáticamente.

    La invasión era un hecho. Algún trabajador había denunciado las anomalías que estaban sucediendo en la hacienda.

    El tritón siguió cantando el tormento de Viento mientras que Santiago y Susana salían corriendo de la habitación y luego de la casa y en cuanto los vieron, fueron cercados por la muchedumbre, algunos periodistas sobre todo comenzaron a empujar a los demás para ponerse en primera fila y bombardear con preguntas al matrimonio, mostrándoles un vídeo en tablets y celulares, de Susana y Felipe con las criaturas. Alguien los había grabado y ellos ni en cuenta.

    —Comprobamos que este video que anda en You Tube es real, por el pagaso, así que, ¿dónde están el tritón y esa luciérnaga con pies? —se escuchó uno— ¿Dónde los tienen?

    —¡En la casa! —gritó otro— ¡Escuchen ese sonido!

    —¡Maldito sea el soplón! —exclamó Santiago mientras tomaba la mano de Susana para que no se la llevaran de su lado, pues la multitud era terrible.

    Desde su habitación, Don Fabián, mirando por la ventana y sin destaparse los oídos, pues la alta frecuencia del llanto del tritón hacía incluso cimbrearse la casa, murmuró espantado:

    —¡Santo cielo!

    Notó angustiado como su hijo y nuera no podían romper el círculo humano y más allá, Felipe, tratando de defender a Viento, había sido arrojado al suelo en donde se vio a punto de ser pisoteado.

    La gente parecía haber enloquecido y la invasión estaba por extenderse al interior de la casa, pues muchos, atraídos por el intenso y extraño canto, querían ver, desde la perspectiva de muchos, al engendro.
     
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    Marina

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    Gracias por leer.

    J de Junco

    En su habitación, María, quien estaba en la ducha cuando escuchó el canto, salió aun con jabón y había hecho lo mismo que todos, asomarse por la ventana cuando el escándalo afuera le advirtió de algo serio, así que desde ahí miró el peligro que corría su hijo ante el ataque de esa gente.

    Después de que Santiago le dijera que tomaría la tarde libre y ella podía hacer lo mismo, había hecho planes para ir con Felipe a la ciudad, pues el niño necesitaba ropa nueva, por lo que aprovecharía para comprársela, así que mientras ella se arreglaba, Felipe la esperaba con Viento.

    En ese momento su corazón saltó de miedo ante el pensamiento de que algo malo le pudiera suceder a su hijo, así que envolviéndose en una bata, salió corriendo por el pasillo.

    —¡María! —la llamó Fabián al pasar frente a su cuarto— ¡Espera!

    Ella no quería esperar, sino llegar pronto al rescate de Felipe, pero la urgencia en la voz del hombre la detuvo y él, asomándose por la puerta, le ordenó:

    —¡Anda! ¡Que se cierre la casa que están por entrar también aquí!

    María asintió y emprendió la carrera llamando a gritos a la servidumbre, pero se dio cuenta que ya las sirvientas estaban cerrando puertas y ventanas, así que no se entretuvo en eso y estaba por salir cuando una luz se detuvo ante ella.

    —¡Uff! —bufó María manoteando con la mano, airada— ¡Quítate de mi camino, Tinker Bell!

    El hada esquivó los manotazos y voló alrededor de María dejando brillitos en el aire que parecieron formar una barrera que contuvo a la mujer, entonces, cuando vio que no podía moverse, el hada detuvo el vuelo ante ella y haciéndole gestos con las manos, le pidió que se calmara.

    —¡Qué! —exclamó María enfurruñada— ¿No sabes hablar mi idioma? ¿O eres muda? ¡No te entiendo! ¡Déjame ir a ayudar a mi hijo!

    El hada movió de un lado para otro la cabeza, pues por más que le hablara en su idioma, era tan pequeña que no la escucharía y mejorfue a la puerta principal, la que estaba siendo golpeada por decenas de manos para echarla abajo, pero la puerta era maciza y soportaría el ataque, así como las demás, no obstante, las ventanas eran frágiles y ya se escuchaba cómo rompían los cristales con la intención de ingresar por ellas.

    Por lo tanto, voló con rapidez a la chimenea y elevándose, salió por ahí al techo, entonces, ubicando a Felipe y a Viento, levantó los brazos para luego extenderlos delante de ella y de sus dedos brotaron esos brillitos que formando como una especie de relámpago, largo y delgado al entretejerse unos con otros, para dirigirse después directo hasta el niño y el pegaso.

    La energía golpeó el suelo y ahí donde dio, nació un junco gigante, luego el relámpago se deslizó alrededor de Felipe y Viento produciendo que más juncos gigantes crecieran, uno tras otro sin dejar espacio entre ellos, moviéndose como si tuvieran vida propia para separar a los pequeños del gentío, por lo que en breve, una barrera de juncos de seis metros de alto estuvo entre los invasores y los residentes de la hacienda, todo en medio de gritos de pánico por parte de las personas que corrían para todos lados ante la súbita escena, además de que los que estaban en las puertas y ventanas fueron tomados por las raíces que se levantaron del suelo, enrollándose en sus piernas, cinturas, pies y brazos para después ser lanzados lejos.

    Felipe, sin saber exactamente qué había sucedido, miró el alto muro, luego vio como la energía iba reptando por el suelo formando un corredor con paredes de juncos a ambos lados y pronto su visión fue enfocada en Susana y Santiago, quienes también habían sido apartados de la multitud de esa manera, poniéndolos a salvo.

    Mientras que afuera, el espectáculo era aterrador, pues los altos juncos siguieron brotando bajo los pies de las personas, las que tuvieron que huir despavoridas y una vez desalojadas de la propiedad, miraron asombrados, trémulos de miedo, los altos muros que se habían formado, resguardando el territorio de Don Fabián.
     
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