de Inuyasha - Diamond. [SessKag]

Tema en 'Inuyasha, Ranma y Rinne' iniciado por FiraLili, 3 Julio 2011.

  1.  
    FiraLili

    FiraLili Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    15 Febrero 2011
    Mensajes:
    350
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Diamond. [SessKag]
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2421
    ¡Hola! Espero les guste este one-shot.

    Disclaimer: Inuyasha no me pertenece ni ninguno de sus personajes.

    Advertencia: OcC, AU

    Diamond.

    Te deseo un buen viaje, Inuyasha.

    Esas palabras eran las que mis labios anhelaban decir pero que se atoraban en mi garganta, mis ojos comenzaron a escocer, detrás de la columna me ocultaba lejos de él… Inuyasha.

    Como deseo ir y despídeme de ti, te iras a Londres pero tengo miedo, miedo de que al oír mis palabras de despedida nunca vuelvas. Apretó fuertemente mis manos, te veo mirar en todas direcciones, seguro buscándome a mí… tu mejor amiga.

    Algo palpito fuerte y duramente en mi pecho.

    Un paso.

    Dos pasos.

    Tres pasos.

    Y te alejabas lentamente… ¿volverás?

    0-0-0-0-0

    —¡Kagome! ¡¿Por qué no te fuiste a despedir de Inuyasha?! ¡Él te esperaba!

    Mi amiga de alma y corazón me gritaba pero… ahí tumbada en la suave y mullida cama, me dedicaba a mirar el techo, con el corazón contraído y aguantando las ganas de llorar, no iba a llorar por lo menos no enfrente de Sango… así que en ese momento, decidí ocultar mis sentimientos que te profesaba, ese amor que jamás le dije y que jamás sabrás.

    0-0-0-0-0

    Un copo de nieve toco mi nariz, lo ignoré, 3 meses desde tu partida.

    3 meses desde que ni una sola lágrima sale.

    3 meses desde que mi tiempo ha sido detenido.

    3 meses desde que egoístamente no quiero que el tiempo pase ¿Por qué? Porque sé que si pase el tiempo… lo más importante se borrara. Aunque no he podido entender el significado que conlleva dejar el tiempo transcurrir.

    En esto me he convertido en una egoísta.

    Mis tacones resonaban en el pavimento atrayendo miradas sobre mi persona, no me importaba.

    —¡Ten cuidado! —No hice caso a esas palabras, mis ojos estaban clavados en mi pulso roto.

    Al momento de que mi cuerpo colisiono contra el del hombre, se deshizo el nudo y se rompió en pedazos al contacto del suelo.

    Inuyasha fue quien me dio ese presente, en mi cumpleaños. No solté lagrima alguna… después de todo él no está aquí, que ahora su regalo se fuera era lo mismo… pues no estás a mi lado.

    No me di cuenta en que momento me agaché, no me atreví a tomar lo que aún quedaba de ese regalo, las personas pasaban a mi lado me miraban confundidos, otros con burla y los demás simplemente me ignoraban siguiendo su camino.

    Y yo seguía aquí, en esta calle atestada de gente que no conozco y ni quiero conocer. En esta ciudad en la que tú ya no estas, si antes pensaba que era grande ahora me parece inmensa. Tan solitaria me siento y lo único que desearía hacer es tomar mis cosas e irme de esta ciudad que tanto me asfixia.

    No entiendo este deseo que siento en mi corazón me quiero ir pero aquí es donde aún puedo sentirme como en casa porque los recuerdos de ti están en cada calle, en cada parque… en cada paso que daba. La brisa acaricio mi rostro de porcelana.

    ¿Qué debo hacer?

    Una mano de la nada apareció en mi campo de visión, le vi tomar mi pulso. Levanté poco a poco la mirada.

    ¿A dónde debo ir?

    Mi corazón se estrujo con dolor.

    Me prometí a mí misma ser fuerte sin embargo creo que este es mi limite, las lágrimas comenzaron a recorrer mis mejillas, fluyendo sin restricciones. Si se preguntan ¿Por qué ahora? ¿Por qué no llore cuando él se fue? ¿Por qué no llore al ver su regalo hecho pedazos?

    La respuesta está en frente.

    Ese hombre me recordaba tanto al que he perdido… y su recuerdo se clava en mi pecho, haciendo que mi decisión de haberte dejado ir, sea incorrecta y tortuosa.

    Me lamento en silencio en no estar contigo.

    —Muchas cosas en esta vida se rompen, se destruyen o se pierden —su voz era profunda y aterciopelada muy diferente a la de él—, no debes llorar por cosas materiales —tomó y abrió mi mano para depositar lo último que quedaba de ese hermoso recuerdo—, llora por alguien que de verdad lo merezca y al final… volverás a sonreír. El dolor es una enfermedad como una cura, con el tiempo sanaras.

    ¿Por qué esas palabras ahora? ¿Acaso sabría sobre lo que sentía? ¿Era tan transparente?

    Al salir de mis pensamientos él ya no estaba frente a mí, me levanté rápidamente al verlo alejarse.

    —¡Espere! —Me sorprendió el tono de mi voz, desesperado—. ¿Cuál es su nombre?

    Retrocedí inocentemente ante su mirada dorada y penetrante.

    —Sesshomaru…

    0-0-0-0-0

    Los días han pasado como un parpadeo, como una ligera brisa. Ya que no te das cuenta hasta que roza tu piel expuesta y luego… se va.

    Poco a poco recupero mi sonrisa o eso es lo que me ha dicho Sango… pero eso es lo que me da miedo, temo el olvidarte.

    —Oye ¿vienes?

    ¿Eres tú la razón de mi renovada sonrisa?

    —No…

    ¿Sesshomaru eres tú responsable de esta sonrisa? Retrocedo pues no puedo permitirte entrar a mi corazón… no quiero olvidarlo.

    Algo pesado y apretado se posa en mi alma.

    ¿Remordimiento? La respuesta es sí.

    La barrera que he puesto en mi corazón… nadie superara ni tú.

    Doy varios pasos hacia atrás con una sonrisa dibujada en mis labios, me doy vuelta rápidamente, nunca veras más allá de mi sonrisa superficial, nunca sabrás del dolor que roe mi alma y destruye mi corazón.

    Nadie lo sabrá.

    Mis piernas comenzaron a dar pasos más largos y rápido, dejándote atrás donde quiero que te quedes, antes de darme cuenta corría con desesperación.

    ¿Quieres ser mi amiga?

    Kagome eres única por eso te quiero.

    Enana corre, el amanecer comenzara en unos minutos.

    Esas palabras resonaban en mi mente, su voz era gruesa y ruda pero… nunca mal intencionada. Pero ahora esa voz poco a poco menguaba y era sustituida por otra.

    Sesshomaru… ese es mi nombre.

    Ven conozco en donde pueden reparar tu pulsera.

    Nos vemos.

    -Pero… nunca olvidare la tuya… jamás lo haré- mordí mi labio inferior, dudaba poder cumplir esa promesa… pero esos eran sus únicos regalos que me dio, aparte de la pulsera que volvía a colgar de mi delgada y frágil muñeca. Aunque algo me decía que esta… desaparecería.

    Las gotas comenzaron a caer sobre la calle, sobre los árboles, sobre mí.

    Un paso, chapoteo.

    Dos pasos, chapoteé.

    Tres pasos y resbalé.

    Una punzada aguda en mi rodilla me dio la pauta para saber que estaba herida, pero ese dolor no era comparable al que yo sentía adentro.

    La lluvia se hizo más fuerte y tupida, igualando a mi dolor.

    —¡Inuyasha! —Sé que no vendrías, a mi lado jamás volverás. Mi vida he de continuar pero mi corazón no latirá más, es que no entienden, él es el amor de mi vida—. ¡¿Cómo puedo seguir sin ti?!

    Lloré.

    —¡Inuyasha! ¡Por favor… regresa!

    Sollocé.

    —¡Te extraño! Con un demonio. —Estoy muerta, mi tiempo se ha detenido al momento de verte salir de mi vida, ¿cómo seguir?

    Alcé mi puño y lo asenté con fuerza contra el pavimento, sentí como la cadena del pulso y las cuencas se clavaban en mi carne, lastimándome… no me importo y proseguí a volver hacerlo.

    Te perdí y yo soy la culpable. Otro dolor punzante en mi muñeca.

    No te detuve y yo soy la culpable. Más dolor. Un dolor lacerante.

    Un jalón en mi brazo hizo que me separara del suelo, levantándome.

    El movimiento fue tan brusco que mis pies se enredaron, algo o más bien alguien me tomó de la cintura para que no cayera de nuevo pero no pudo hacer nada por mi pulsera… que de nuevo fue a parar contra el piso.

    Las cuencas se esparcieron… el agua se las llevo, alejándolas de mí… tu recuerdo se iba poco a poco, frente a mis ojos se perdían.

    Me solté de esos brazos y me deje caer en donde aún quedaba algo de esa pulsera de plata, el día que me regalaste esta pulsera o lo que queda de ella me dedicaste unas palabras que había sepultado en lo más profundo de mi mente.

    Alcé mi mirada en busca de la luna que se había convertido en mi consoladora pero… las nubes negras la cubrían… fue en ese momento que decidí buscarla en otra parte, en el cabello plateado de él…

    —Sesshomaru…

    Las lágrimas volvían a caer pero la lluvia las confundía y camuflaban. Cuanto me recordabas a él pero…

    Kagome este regalo tiene doble sorpresa porque esta pulsera se romperá el día en que encuentres a tu alma gemela, a tu amor.

    Decidí olvidar esas dulces y tan crueles palabras porque tú eras mi alma gemela… o eso creía.

    ¿Podría ser verdad? ¿Sería verdad que el pulso se rompería solo en ese momento?

    Muchas cosas en esta vida se rompen, se destruyen o se pierden, no debes llorar por cosas materiales, llora por alguien que de verdad lo merezca y al final… volverás a sonreír. El dolor es una enfermedad como una cura, con el tiempo sanara.

    —Kagome… —Tus ojos me preguntaban muchas cosas, cosas que tal vez no podrías comprender pero…

    —Perdí a alguien muy importante para mí, pude haberlo detenido pero no lo hice porque egoístamente pensé que él se quedaría o regresaría a mí…

    La lluvia caía ahora sobre nosotros, nos empapaba pero para mí… además de mojarme, me estaba lavando, poco a poco.

    —Lo amaba… lo oculte y así viviré. —Mis labios temblaban, dudaba su continuar o callar ¿arriesgarlo u ocultarlo? —. Pero antes de irse me dio una regalo —los ojos de él se dirigieron al pulso de plata—, sí, el pulso y me dijo… que se rompería cuando conociera a mi alma gemela…

    Fue como si el tiempo se detuviera, como si las gotas se suspendiera y los sonidos se apagaran o ¿era yo?

    —¿Crees en esa superstición? —preguntó.

    Fue como si con esas palabras se rompiera un encantamiento, el tiempo comenzó a transcurrir, mi corazón parado seguía y seguiría sin transcurrir.

    Bajé mi mirada al suelo, veía correr el agua entre mis dedos que posadas en el piso se enfriaban y arrugaban.

    —Yo —comencé—, no creo en esa superstición —mi debilidad era notable, tan notable, ¿qué demonios había hecho? —, pero… espero que tú sí.

    No pude retener unas cuantas lágrimas que resbalaran de nuevo por mi rostro. Ese hombre que hace 2 meses conocí, ese hombre que tan parecido a mi antiguo amor… ese hombre…

    —¿Vendrás conmigo? —Ya no seguiría atrapada, ya no… quería que mi tiempo volviera a transcurrir, lo quería a él.

    Tomé la mano que me extendía, ahora comenzaba algo nuevo…

    0-0-0-0-0

    Un hombre descansaba apaciblemente en un sillón mientras leía el periódico. Escuchó un débil chasquido y observó su regazo con sorpresa para después una débil sonrisa se formara en sus labios al ver una delicada pulsera de plata fuera de su muñeca.

    —Así que has encontrado a la persona con la que compartirás tu vida… se feliz mi pequeña, Kagome.

    ¿Les gusto? Espero que sí. Un saludo y un beso.

    FiraLili.
     
    • Me gusta Me gusta x 8
  2.  
    andi-chan

    andi-chan Entusiasta

    Géminis
    Miembro desde:
    8 Abril 2011
    Mensajes:
    93
    Pluma de
    Escritora
    que bonito fue muy como decirlo no se pero no fue tan dramatico y por fin kagome encontro su alma gemela y espero que sea feliz a su lado y tambien inuyasha me encanto

    bye,bessos
     
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso