K-Dramas Detalles [What's wrong with secretary Kim?]

Dorama: What’s wrong with secretary Kim?
Personajes: Kim Mi So & Lee Young Joon
N/A: Paraaaaaa SweetSorrow me encantan!




Se mantenía sentada, con las piernas cruzadas con elegancia bajo la mesa, tratando de sonreír mientras sus amigas hablaban sin parar de sus matrimonios e hijos. Comenzó a golpear la mesa con la punta de los dedos, tratando de refrenar las ganas de ordenar el desorden en la mesa. Todo estaba puesto descuidadamente, sin duda éste restaurant no cumpliría con los estándares del vicepresidente Lee.


—¿Mi So? ¿Estás escuchando?


—Sí, sí, disculpen, me distraje.


Estaba desperdiciando su precioso tiempo libre en excentricidades que ya nada tenían que ver con ella.

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Vio por segunda vez el reloj de su muñeca. Elegante, práctico y poco pesado. Un regalo del vicepresidente Lee, el que por cierto nunca se le ocurriría llegar tarde a una cita como le estaba pasando en estos segundos. Tal vez simplemente, debería dejar de intentar ir a citas a ciegas… tal vez no era lo suyo.


Suspiró, llevándose el vaso de agua a los labios. Agua que por un momento casi escupe al ver al hombre tomando asiento frente a ella.


Definitivamente, tendría que abortar la misión de las citas a ciegas.

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—Ven a mi oficina.


Y la comunicación se cortó. Se apresuró a levantarse, alisándose la falda y la camisa antes de entrar a la oficina del vicepresidente. Él estaba de pie frente a la ventana, con aire pensativo. Perfectamente engalanado en un traje a la medida como todos los que tenía, se volteó hacia ella y comenzó a hablar y por un momento no pudo prestarle atención. Sus manos simplemente se movieron por inercia hacia la corbata vinotinta torcida, enderezándola hasta dejarla correctamente anudada y alineada.


Ella apartó las manos avergonzada, sosteniéndole la mirada al vicepresidente Lee que después de unos minutos sólo sonrió.


—Por este tipo de detalles es que eres perfecta.


—¿Perfecta? —chilló con el corazón acelerándose.

—Sí, por supuesto. Una perfecta secretaria para un perfecto vicepresidente como yo.


Ella puso los ojos en blanco tratando de contener la verdadera réplica mordaz que venía a sus labios. Acababa de arruinar un perfecto cumplido a causa de sus excentricidades. Pero muchas de esas excentricidades eran detalles que ahora simplemente no lograba pasar por alto.