Long-fic Destino [Sessho&Kago]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Lady Stanley, 2 Julio 2013.

  1.  
    Lady Stanley

    Lady Stanley Sweet Room

    Virgo
    Miembro desde:
    12 Enero 2008
    Mensajes:
    885
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Destino [Sessho&Kago]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    865
    Hola chicas!

    Bueno está vez, mientras escribía en mi diario personal una fugaz idea pasó alrededor de mi mente, algo tan flash back que bueno terminé escribiéndolo. Esperó que sea de su total agrado y con este Fanfic anunció oficialmente mi regreso a FFLandia y a los FF de Rumiko Takahahi y sobre todo a la pareja Sesshomaru&Kagome.

    Si quieren enterarse de las actualizaciones de mis FF’s pueden seguirme en mi página de Facebook, siguiendo el siguiente enlace aquí -àhttps://www.facebook.com/zimbacavalera


    Desclaimer: Los personajes y escenarios del universo de InuYasha, pertenecen únicamente a su creadora Rumiko Takahashi.

    [​IMG]
    Prólogo.

    Era una noche roja, era la primera vez en mucho tiempo que miraba el cielo rojo, junto a una luna amarillenta. Sentía en su corazón un mal presentimiento, podía presentir que algo malo iba a pasar.

    Los guardias youkai del Palacio de la Luna estaban vigilando constantemente las entradas de los puntos cardinales, esa madrugada, el Lord del Oeste no se encontraba para defender su castillo, a su mujer y a su pequeño cachorro recién nacido. No estaba para defenderlos de él

    Ella la señora del Oeste, miraba temerosa aquella Luna. Estaba segura que algo iba a suceder esa noche roja.

    Asustada corrió rumbo a los aposentos de su pequeño cachorro al escucharlo llorar, entrando con vigor, vio que todo estaba en orden, las largas cortinas de seda bailaban con el viento, se asomó a la cuna del pequeño hanyou que pedía a su madre inmediatamente, a petición del bebé ella lo recibió en brazos.

    —Tranquilo, Shiromaru… todo estará bien.

    Empezó a arrullar al pequeño con un canto y el meneo de sus brazos tiernamente, escuchaba que lloraba y lloraba. No podía calmar su llanto y en su corazón se sembró con más anhelo la angustia de no saber del ambarino.

    Un grito… abrazó fuertemente a su bebé, y pudo escuchar el gazapo del acero al blandirse… algo estaba pasando en la parte baja del Castillo. Fuera de la habitación del príncipe del Oeste pudo escuchar a uno de sus siervos.

    —¡Señora Kagome!—gritó—Tenemos que salir de aquí… InuYasha ha invadido el palacio.

    —Sesshomaru—susurró mientras abrazaba más a su hijo, Shiromaru empezó a llorar más.

    —Vámonos mi señora es demasiado peligroso estar aquí sin la presencia del amo.

    Ella obedeció, no estaba en condiciones de enfrentarse a él. Tenía mucho tiempo que no lo veía y en su mente siempre recordó al mitad bestia como un amigo fiel… un viejo amor. Pero nunca imaginó que él fuera el acreedor de tanta maldad…

    Tomada de la mano del youkai montó sobre un extraño animal, una kimera con forma de tigre blanco y alas de ángel.

    —Nosotros estaremos bien mi señora—dijo el joven, un chico de cabello negro, ojos azules y para Kagome siempre fue la viva imagen del fallecido guerrero Bankotsu—Vayase ahora mismo o será demasiado tarde…

    Pudo escuchar que abajo las espadas caían y seguían blandiéndose.

    —¡KAGOME! ¡HE VENIDO POR TI MALDITA ZORRA!—pudo escuchar las rabiosas palabras de InuYasha.

    Con lágrimas en los ojos decidió tomar vuelo con aquella kimera y Shiromaru en brazos, a lo alto en el cielo pudo mirar como fieles guerreros de Sesshomaru morían por defender el palacio de la Luna. Y sobre todo… defenderla a ella.

    Algo que no le cabía en la cabeza era pensar en que algo malo le haya sucedido a su amado youkai.

    0-0-0-0-0-0-0-0-0-0

    De una esfera de luz que bajó a gran velocidad pudo asesinar a más de diez monstruos con un látigo verdoso.

    —¡Amo Sesshomaru!—gritó Jaken, su fiel servidor desde sus inicios—¡InuYasha ha invadido Moon Palace y la señora Kagome sigue dentro!.


    Los ojos del Inu se comenzaron a poner rojizos como el mismo cielo; el pensar que el estúpido de su hermano podía herir a su mujer lo enloquecía… con determinación y coraje entró blandiendo a Tokijin y matando a hombres de su hermano, dispuesto a rescatar a su mujer e hijo.
     
    • Me gusta Me gusta x 8
  2.  
    Fernandha

    Fernandha Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

    Acuario
    Miembro desde:
    17 Agosto 2010
    Mensajes:
    3,169
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    ¡OhPorDiosOhPorDiosOhPorDiosOhPorDiosOhPorDiosOhPorDios! D:
    Me encantó. Aww, Zimba, es bueno saber que regresarás a FFL, más con una historia como ésta. Para ser el prólogo tiene muy buena pinta, además de que deja con grandes interrogantes. ¿Cómo terminaron Sesshômaru y Kagome juntos?, ¿por qué InûYasha se ha vuelto la maldad a tal grado?, ¿qué pasó con los demás? D: Me encantó y no puedo esperar más para la continuación,

    Más que nada porque el título deja un tanto de intriga; Destino, para mí, se puede interpretar en el amor. Cómo la miko y el youkai estaban destinados a un amor de tal magnitud; quizá también a que era el 'destino' de InuYasha el terminar como el portador de una maldad así. La portada se me hizo muy linda, bastante acorde a mi parecer.

    ¡Aw, Jaken! Siempre adoré a 'ése duendecillo' verde, lol. Se me hace muy tierno y bastante fiel a sus ideales, aunque algo temeroso pero muy respetuoso igualmente; quisiera saber qué pasó con Rin. Aunque Jaken lo negará siempre, bien que quiso a la pequeña humana, ¡eran una monada juntos!




    Una de las cosas que más me gustó. Puff, si Rumiko los hubiera emparejado... aw <'3
    Además de que quiero conocer más al pequeño Shiromaru, ha de ser una monada de bebé. Y sobre el guardia que se parecía a Bankôtzu, diablos ;_; Ban siempre se me hizo una persona buena, que tomó malas decisiones y tenía una actitud bastante arrogantes, pero qué va, me encantaba. Además bien que quería a sus hermanos. Sufrí cuando su vida se terminó.

    Well, comencé a balbucear, lol.
    Con respecto a lo técnico.



    A mi consideración, en vez de repetir 'rojo' sería más adecuado cambiarlo por un 'así' o 'de ésa manera-forma'

    Si se lee de nueva cuenta, las comas ayudan a reflejar mejor la idea. Aparte de que la que está tacha sentí que forzaba la pausa y quedaría mejor eliminada.


    Lo mismo de la coma, ayuda a que la idea se entienda mejor; sirve para explicación.






    Aparte de lo de separación... en un primer momento pensé que sería otra persona, no sé, me figuré que era un nuevo enemigo, pero wow, tampoco es de sorprenderse que fuera el hanyou. Aunque no sé qué derecho tiene de reclamar, si quería a Kagome bien pudo quitarse y dejarla ser feliz.


    Considero que con los signos exclamativos era más que suficiente, no hacía falta escribir todo el grito en mayúscula. Además de que agregué dos comas, la que se encuentra entre las preguntas es debido a que si las interrogantes-exclamaciones son continuas se deben separar con una coma e iniciar la siguiente en minúscula; iniciará con mayúscula sólo si la idea entre pregunta y exclamación cambia.

    Evité mencionar los demás ya que, en sí, son repetitivos.

    De verdad que espero la continuación, Zimba.
    Es bueno leerte, me encantan tus ideas. Sólo espero que conforme avance la historia expliques el Ooc que se comete en los personajes :3

    Bonito día.
    At: Fer-chan
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  3.  
    Lady Stanley

    Lady Stanley Sweet Room

    Virgo
    Miembro desde:
    12 Enero 2008
    Mensajes:
    885
    Pluma de
    Escritora
    Hola! Bueno gracias. Tienes razón.

    Hasta ahora lo noté y es que cuando lo subí eran como las tres de la mañana entonces imagínate cómo me encontraba toda zombi xD y no me fije bien en qué escribía pero bueno. Gracias.

    Entre hoy o mañana estoy subiendo el primer capítulo.

    Saludos.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  4.  
    Lady Stanley

    Lady Stanley Sweet Room

    Virgo
    Miembro desde:
    12 Enero 2008
    Mensajes:
    885
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Destino [Sessho&Kago]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    3936
    Hola a todos, bueno agradezco de antemano el comentario de Fernandha, gracias chica por marcarme los errores pero… bueno que te esperas si andaba muerta de sueño a las tres de la mañana. Bueno que va.

    Me ha costado horrores escribir el primer capítulo ya que no sabía cómo comenzar la historia. Mi musa luego me abandona y no puedo escribir, se da el “estancamiento del escritor” pero bueno acá les traigo el primer capítulo y esperó que sea de su agrado total.

    Y viniendo a hacer publicidad xD acá les pido un like en mi página de fans en Facebook, siguiendo el siguiente linkàhttps://www.facebook.com/zimbacavalera

    Desclaimer: Los personajes y escenarios del universo de InuYasha, pertenecen únicamente a Rumiko Takahashi.

    Capítulo I. Mi elección.

    Las llamas de la fogata crispaban con los maderos que ardían en ella, proporcionaba calor a quienes estaban a su alrededor, los grillos entonaban su melodía y a lo lejos un aroma de lluvia se acercaba lentamente. El ambiente estaba un poco apagado gracias a que una vez más no habían podido acabar con Naraku y el maligno hanyou les había arrebatado un fragmento más de la Shikon no Tama.

    Las heridas de InuYasha eran sanadas por la miko del futuro, el pecho del peli blanco estaba rajado a una poca profundidad pero lo suficiente como para debilitarle lo suficiente.

    —Espera un poco más, InuYasha, deja terminó de untar la pomada—sonrió la chica. A ella le gustaba cuidar del hanyou.

    Estaba un poco sonrojada al apreciar el pecho de su amado hanyou, a pesar de la enorme rajada le provocaba nerviosismo ver el torso del chico. Aunque en contadas ocasiones lo había visto así, siempre le causaba ese tono rojizo en sus mejillas.

    — ¡Ag! Kagome basta—se quejó el hanyou, odiaba el escozor que esa maldita pomada le causaba y el apestoso aroma de las hierbas medicinales lo mareaba considerablemente.

    Por su parte, Sango ayudaba al monje Miroku, el hombre ardía en temperatura ya que durante la batalla había absorbido con Kazaana demasiados bichos que Naraku había mandado para poder escapar. El aguijón de los insectos era demasiado dañino para el monje.

    —Tome esto su excelencia—dijo la taijiya mientras le acercaba a los labios una infusión para que la temperatura descendiera un poco.

    Y el pequeño Shippo, ayudaba a la exterminadora con los paños de agua fría, poniéndoselos en la frente al monje.

    Relativamente la noche era tranquila, con InuYasha y Miroku estabilizados un poco, lograron poder preparar algo de cenar, no quedaban más que unas cuantas ramen. Tendrían que ir pronto a algún poblado para llenar provisiones y seguir con el viaje en busca de la Shikon.

    Tras cenar la sopa que Kagome traía de su época decidieron ir a dormir, todos estaban adoloridos y con algunos rasguños. La miko se acomodó en su bolsa de dormir y junto a ello el pequeño kitsune.



    Pasada la media noche, aquella fogata estaba apagada, dejando algunas brazas encendidas. El hanyou que no conseguía conciliar el sueño miraba a la luna, se veía grande y redonda en lo alto del azulo oscuro lleno de estrellas. Mirando a su alrededor a lo lejos pudo distinguir una figura alargada y brillante.

    Supo inmediatamente que Kikyo andaba cerca ya que se trataba de sus fieles seguidoras, las serpientes caza almas fueron abundando más y más. Trayendo consigo las almas de aquellas desdichadas mujeres que no podían descansar eternamente. Mirando que todos sus compañeros estaban dormidos y comprobando que su herida estaba mejor echó la carrera entre los árboles para poder encontrarse con aquella que amaba.

    Ignorando los piquetes que su herida le daban siguió adelante para poder encontrarse con aquella miko.

    Al llegar al pequeño valle dónde la miko se encontraba reposando sobre la raíz de un árbol. Miraba cómo aquellas criaturas depositaban las almas delicadamente en el cuerpo de la chica. Al contacto con ella estás se desvanecían para formar parte de su cuerpo.

    —No esperaba verte aquí, InuYasha—sin abrir sus ojos, la miko habló.

    El hanyou se quedó de pie, y pronto vio cómo su traje empezaba a teñirse nuevamente de rojo. Se había abierto la herida con el movimiento.

    —Kikyo—susurró el hanyou, la belleza de la mujer era perfecta y lo hinoptizaba completamente.

    Ella abrió esos ojos tristones que le miraron, salió de sus labios una pequeña sonrisa y lentamente se levantó de su lugar de reposo. Al estar frente al mitad bestia, tocó con sus finas manos el pecho de InuYasha.

    —Te han herido—dijo suavemente—Ven, te curaré esa herida.

    El peli plata obedeció y siguió a la mujer que parecía un pequeño fantasma danzar entre la noche. Al sentarse él en el lugar que antes la miko ocupaba, con rapidez la azabache empezó a cuidar de sus heridas. Con sus poderes espirituales en el blanco pecho del hanyou tocó a su piel. Los dedos de la sacerdotisa hicieron que la piel el masculino se erizara completamente.

    —Kikyo—suspiró el nombre de la miko y luego se quejó al sentir el poder espiritual de la chica.

    Miró que antes en el lugar de la herida se encontraba su piel totalmente regenerada.

    —Listo—

    —Kagome, no pudo curarme de esa forma—confesó el chico, mirando al cielo. Y disfrutando del contacto con la chica.

    —Es porque ella aún no tiene el poder espiritual que he adquirido con los años—dijo ella—La sabiduría se adquiere con las muertes, las tristezas.

    Estando ambos en cuclillas, el mitad bestia aprovechó para tomarla entre sus brazos y estrechar sus cuerpos. Ella se sorprendió, pero se relajó inmediatamente al sentir la calidez que le brindaba InuYasha, levantó su rostro y vio aquellos ojos ámbar que la enamoraron hacía cincuenta años. Y cómo si el chico notará que ella le admirara sin pedirle permiso. Tomó entre sus labios los de ella cerrando un dulce beso que la hicieron estremecer totalmente.

    Escasos de oxígeno se separaron y se miraron directamente a los ojos, Kikyo sentía cómo su corazón de barro latía al estar cerca del chico.

    —InuYasha—susurró la joven, chocó su mirada con el hanyou que la miraba intensamente. Era la primera vez, la primera vez que estaban tan cerca. Demasiado para no dar mala impresión si algún viajero pasaba por ahí.

    El mitad bestia sentía su corazón latir. Y viendo directamente a la miko de barro supo inmediatamente que aunque besará a Kagome tantas veces quisiera ese enorme sentimiento que Kikyo le causaba, la miko futurista no iba a conseguirlo nunca, entendió que su corazón era de la mujer que tenía en frente… y tomó una pequeña decisión. Sabía que era una gran consecuencia llevar a la miko con él a formar parte del equipo… sería confrontar a Kagome con Kikyo y sinceramente no le apetecía enfrentar a ambas chicas.

    Sin medir, y sin pensar en los demás, en Higurashi. Tomó su decisión final…

    —Kikyo viaja conmigo, con los demás, para terminar de recolectar la perla de Shikon—pidió el mitad bestia, mirando directamente a los ojos a la joven.

    La blonda se quedó en silencio durante algunos minutos ya que no estaba del todo segura de querer viajar al lado del hanyou. Ella sabía a qué se enfrentaba y tenía demasiado tiempo que no estaba en compañía de alguien… pero… ¿Por qué no? Ella amaba a InuYasha y le iba a demostrar a su reencarnación quién era la mujer que el hombre que tenía en frente amaba y estaba dispuesto a proteger con toda su vida. Egoístamente, aceptó la propuesta del mitad bestia.

    —Acepto—dijo la joven sencillamente.

    Los ojos de InuYasha brillaron inmensamente, un tierno brillo en esos ámbares tornearon sus pupilas. Abrazó fuertemente a la miko no-muerta y besó fugazmente, en una danza dónde sus lenguas debatían en un exquisito beso.

    Al separarse, se tomaron de las manos, el amanecer estaba próximo a llegar al escuchar los primeros cantos de los pájaros en las copas de los árboles. No se habían percatado de que toda la noche habían estado juntos, besándose y abrazados.

    Se levantaron de su lugar de reposo y partieron rumbo al campamento.

    0-0-0-0-0-0-0-0-0-0

    La mañana hacía bella, el clima estaba fresco pero a la vez templado, estaba en su punto perfecto. Los primeros rayos del amarillo despertaron a Kagome. Se restregó un poco los ojos para poder acostumbrarse a la reciente luz que invadía sus chocolates. Seguido de ella pudo escuchar los primeros bostezos de Miroku y Sango qué habían dormido juntos sin darse cuenta, al mirarse ambos se sonrojaron y la exterminadora se separó de su lado para colocarse al lado de la miko.

    La chica azabache miró al pequeño Shippo que se encontraba profundamente dormido, lo dejó hacer, en cuanto el desayuno estuviera listo le despertaría. La gata de fuego, se acomodó al lado del pequeño kitsune para dormir un poco más.

    El monje en silencio se desperezó y finalmente saludó a las chicas cordialmente, él encendió la fogata con las brasas vivas e inmediatamente unas llamas vigorizantes llenaron su ambiente.

    A todos se les hizo obvio que InuYasha no estaba… y la única razón por la que él desaparecía en medio de la madrugada era porque Kikyo se encontraba cerca, sabían que Kagome aunque mostrara una sonrisa radiante estaba sufriendo por dentro al ver que el hanyou aún no se decidía en escoger con quién quedarse y eso la lastimaba totalmente.

    Cuando por fin el desayuno estuvo listo después de una media hora, degustaban entre pláticas el alimento.

    El bocado que Sango se llevaba a la garganta le sabía a gloria, sinceramente adoraba la comida que la miko futurista traía de su época. Se llevó otro bocado de pan dulce, junto a algo que llamaban café instantáneo y le sabía a los cielos. Era el mismo caso con los demás, qué después de haber desayunado unas salchichas asadas ahora disfrutaban de pan dulce.

    —Me pregunto a dónde se habrá escondido esta vez, Naraku—dijo Miroku seriamente, luego miró a la sacerdotisa—Señorita Kagome… ¿usted no ha percibido la presencia de algún fragmento de la perla?—preguntó curioso.

    —No… últimamente todo ha estado muy tranquilo por los alrededores—

    Todos concordaron y sabían que algo iba a suceder porque Naraku no se quedaba tan tranquilo.

    Cuando por fin estaban levantando lo poco que habían consumido, se dispusieron a levantar el campamento para seguir su búsqueda por la perla. Sin embargo; no podían seguir ya que aún el mitad bestia no llegaba…

    Y hablando del Rey de Roma… aquel hanyou se acercaba tranquilamente… pero no venía del todo solo. A su lado se encontraba aquella mujer, el corazón de la miko del futuro dio un vuelco y en su estómago hizo un clic cuando la vio.

    —Kikyo—susurró, mientras sentía que algo dentro de su interior se rompía.

    Finalmente ambos llegaron para ponerse frente a los demás, ninguno, absolutamente nadie dijo palabra alguna. Sango se colocó al lado de Kagome, Shippo trepó al hombro de la misma y Miroku se quedó un poco más alejado pero mirando atentamente que era aquella toda situación. Los ojos de Kikyo se cruzaron con los de Higurashi y se quedaron mirando fijamente. Hasta que finalmente la joven bajó la mirada, se sentía derrotada, sabía que el mitad bestia había hecho su elección.

    — ¿Qué hace ella aquí, InuYasha?—preguntó inmediatamente la exterminadora, viendo de reojo cómo su amiga se había cohibido por la repentina presencia de la miko de barro.

    Tardaron unos segundos en responder.

    —A partir de ahora, Kikyo viajará con nosotros—finalizó el de orejas de perro, mientras sus amigos no sabían que decir.

    Kagome alzó la mirada y unas pequeñas lágrimas rebeldes se escaparon, InuYasha sintió el aroma salino que la chica desprendía y algo en su ser le dijo que había metido la pata hasta el fondo, pero ya no podía echarse para atrás, él juraba que amaba a la miko que estaba a su lado.

    —Gracias por aceptarme—dijo indiferente la miko de barro y nadie más dijo nada.

    Había una enorme tensión en el grupo.

    —Nos dirigiremos rumbo al Oeste… Kikyo ha sentido la presencia de un fragmento de la perla—

    De la misma forma nadie dijo absolutamente nada, una vez guardadas todas las cosas empezaron el viaje. Frente a ellos iba la reciente pareja y tras de ellos a varios metros iba la exterminadora, la miko, el monje, el kitsune y la gata de fuego. Sango miraba asesinamente a la muerta que iba al lado de InuYasha y Kagome… quería correr, no mirar atrás. Le dolía mucho lo que había pasado esa mañana.

    0-0-0-0-0-0-0-0-0-0

    Caminaba lentamente, había regresado de ver a Totousai. Y todo estaba demasiado aburrido últimamente, escuchaba los cantos de la niña y los reclamos de Jaken unos metros tras de él.

    Pudo distinguir a lo lejos el aroma de huesos mezclados con barro y el apestoso aroma de su medio hermano. Arrugó la nariz y supo que InuYasha se encontraba cerca… que odioso iba ser encontrarse con toda aquella panda de humanos.

    Y no se equivocaba, a los pocos minutos de seguir caminando se encontraron ambos grupos cara a cara.

    — ¡Qué haces acá Sesshomaru!—exclamó inmediatamente a la defensiva su medio hermano.

    Él no contestó, pretendía ignorarlos e irse lo más pronto posible de ahí. Pero sus planes se vieron interrumpidos cuando la pequeña Rin corrió directamente hacia aquella odiosa humana de ropas extrañas, escuchaba a Jaken gritarle a la niña y está no entendía.

    — ¡Señorita Kagome! Qué gusto me da verla de nuevo—dijo la niña radiantemente—A usted también señorita Sango, su excelencia Miroku—hizo una pequeña reverencia al dirigirse ante el monje.

    —Lo mismo digo, pequeña Rin—dijo Miroku, sonrió a Sesshomaru y él le ignoró.

    El youkai no sabía porque últimamente, el monje le sonreía y luego hacía una reverencia disimuladamente sin que nadie se diera cuenta a excepción de él. Vio a las dos mujeres conversar con Rin y hacerle cariñitos que la chiquilla recibía gustosa. Jaken se había dado por vencido y se había colocado a su lado.

    Su medio hermano seguía al a defensiva, no iba a darle el gusto de que le jodiera el día, suficiente era con verlo.

    —Oh señorita Kagome, la extrañé mucho—dijo la chica mientras abrazaba a la miko fuertemente por las piernas.

    Mientras tanto Kikyo miraba inquisitivamente a la chiquilla, miró que también los compañeros de Sesshomaru tenían un aprecio por su reencarnación y solamente hizo que en su interior creciera la molestia, ella en ningún momento dijo nada. Simplemente se vio excluida junto con InuYasha que gruñía constantemente y su mano estaba en el mango de Tessaiga para atacar.

    En la tranquilidad y un poco de alboroto por Shippo y Rin, estaban distraídos con los pequeños, ni siquiera notaron que los insectos de Naraku empezaban a rodearlos.

    Fue cuestión de segundos en los cuáles las extensiones de aquel odioso hanyou les ataco.

    Kagura batallaba contra Sango, Hakudoshi contra InuYasha y Sesshomaru intentaba atacar al mitad bestia, era casi imposible que el youkai se acercara a Naraku, ya qué miles de monstruos salían de sus extremidades impidiéndole el paso.

    — ¡InuYasha! Trae la perla de Shikon con él—gritó Kagome, podía ver entre las vestimentas de orangután un resplandor rosáceo que indicaba que la joya estaba contaminada con la maldad de aquel ser.

    Kikyo miró la batalla, empezó a lanzar flechas purificadas para deshacerse de los monstruos, miró cómo todos estaban en una batalla contra aquel odioso ser.

    Naraku mirando que tanto Kagome como Kikyo estaban desprotegidas y con la guardia en otra dirección aprovechó para atrapar a ambas sacerdotisas. Era un excelente plan para deshacerse de una de ellas, debilitar a InuYasha y tomar ventaja de la situación. Dos de sus enormes tentáculos tomaron a las mujeres.

    Las dos gritaron, dejando a todos en silencio y quietos. Escucharon la malvada risa de Naraku.

    —Querido InuYasha—dijo socarronamente—Mira que ambas mujeres mueren por tus huesos… te aman y darían la vida por ti—sentía cómo entre sus tentáculos ambas se retorcían en un intento de escapar. Río malvadamente y las estrujó para hacerlas gritar—Tú decide InuYasha—

    — ¡Suéltalas maldito!—gritó el mitad bestia, estaba pálido al ver ambas a merced de aquel demonio.

    —Sólo podrás salvar a una, la otra morirá—

    La exterminadora y el monje estaban más preocupados por Kagome, la vida de ella estaba en juego y dependía lo que el peli plata escogiera. Estaban dudando, sin embargo; no podrían ir a socorrerla en caso de que el inu escogiera a Kikyo y dejará morir a Kagome.

    Sesshomaru se decidió a atacar, no le importaba ninguna de las mujeres que había atrapado Naraku. Ese maldito ser… al momento de blandir a Tokijin, frente a él se interpuso Kanna, impidió su ataque desviándolo a unos metros dónde el aura maligna de la espada acabó con unos varios árboles de alrededor. Gruñó.

    — ¿Y bien… mi querido InuYasha? No tengo todo tu tiempo—sonrió maligno y volvió a estrujar a ambas mujeres que estaban ansiosas por conocer la respuesta del chucho.

    Sango sin resistir más la tensión, se liberó de Kagura para ir al lado del mitad bestia dónde comenzó a reclamarle. Tenía que salvar a Kagome fuera a cómo de lugar, el del traje rojo se estaba estresando de escuchar a todos pedir por la chica del futuro, hasta la niña que viajaba con Sesshomaru le suplicaba que eligiera a Higurashi. Y luego miró a ambas, del lado izquierdo se encontraba la mujer que decía amar y del lado derecho estaba Kagome.

    Dentro de su cabeza había un enigma qué le decía que salvará a Kikyo pero otra de sus contrapartes le decía que salvará a Kagome. Cerró los ojos, sintió como de sus labios salían las palabras.

    Todos se quedaron de piedra al escuchar las palabras dichas por InuYasha.

    —Elijó a Kikyo—y la risa perversa de Naraku se escuchó, en un eco de silencio, seguidamente soltó a la mujer hecha de barro y huesos. Para después llevarse a la miko del futuro. Frente a todos el hanyou se elevó altamente en los cielos mientras Kagome no decía nada, estaba en shoock, para después derramar en silencio amargas lágrimas.

    Segundos después no sintió nada más, un doloroso golpe sintió en su columna. Agua y el vacío.

    0-0-0-0-0-0-0-0-0-0

    Enseguida de ver cómo caía la miko del futuro por un risco de gran altura Naraku desapareció frente a ellos con una risa, dejando una nube de veneno, también desapareció Hakudoshi junto a Kagura y Kanna. Al disiparse la nube de veneno miles de insectos se desprendieron junto a varios monstruos que se dirigían a atacarles, sin dudar empezaron a atacar hasta quedar solo restos de aquellas criaturas demoníacas.

    Sango cayó de rodillas, desmoronada al ver cómo su amiga caía al vacío sin que ella pudiera hacer nada. También escuchaba el llanto del pequeño Shippo. El silencio acongojante de Miroku.

    Todavía el mitad bestia no salía de su sosegó, no comprendía que era lo que pasaba, hasta sentir que alguien le rodeaba con sus brazos y al verla vio que era la miko no-muerta. Ella le abrazaba.

    —K-Kagome—tartamudeó y Colmillo de Acero cayó fuertemente al piso causando estridencia para después de su transformación volver a ser una espada vieja sin filo.

    Sesshomaru empezó a caminar, escuchaba los llantos de Rin y los regaños de Jaken a la niña.

    El ambiente se volvió lúgubre.

    El youkai emprendió su camino, a él no le importaba la muerte de aquella mocosa odiosa. Sin mirar atrás se alejó.

    Continuará…

     
    • Me gusta Me gusta x 5
  5.  
    Monyc

    Monyc Entusiasta

    Virgo
    Miembro desde:
    28 Febrero 2012
    Mensajes:
    52
    NOOOOO!!!!!! Kag a muerto no puede ser que esta pasando con esta historia:( la verdad fue un capitulo muy triste pero muy bueno
    ya quisiera saber como es que al final van a terminar juntos esos dos, no demores mucho en sguir contandonos esta maravillosa historia

    Besitos
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  6.  
    Lady Stanley

    Lady Stanley Sweet Room

    Virgo
    Miembro desde:
    12 Enero 2008
    Mensajes:
    885
    Pluma de
    Escritora
    Vale, vale, en el transcurso de la semana estaré actualizando. Lo más difícil fue el inicio pero acá está. Gracias por leer y te esperó pronto por aquí.
     
  7.  
    Lady Stanley

    Lady Stanley Sweet Room

    Virgo
    Miembro desde:
    12 Enero 2008
    Mensajes:
    885
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Destino [Sessho&Kago]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    3462
    Oh Dios! No tengo perdón pero es que he tenido una semana muy pesada. Mis amigos me absorben y sinceramente tengo los ánimos muy bajos porque lamentablemente no me quedé en la universidad. Entonces no he podido escribir, pero sé que ustedes con un lindo comentario me van a animar por colgar este capítulo. Además de que por andar bebiendo… me accidenté y perdí mi diente frontal izquierdo… y bueno soy fea :/

    Gracias a las lectoras y seguidoras y “me gusta” que me han dejado, se les agradece aunque quisiera ver más actividad en el FF.

    Y viniendo a hacer publicidad xD acá les pido un like en mi página de fans en Facebook, siguiendo el siguiente linkàhttps://www.facebook.com/zimbacavalera

    Desclaimer: Los personajes y escenarios del universo de InuYasha, pertenecen únicamente a Rumiko Takahashi.

    Capítulo II. Maldita mujer.

    Se dice que las cosas suceden por algo… a veces es bueno pero otras veces malo. Pero el destino es decidido y no pensado.

    El ambiente llenaba de tristeza el alrededor, las lágrimas del kitsune y la exterminadora se notaban, la mirada reprochadora de Miroku hacía la pareja singular que estaba frente a ellos. La tormenta se había soltado hacía unas horas y no aliviaba los ánimos del grupo.

    —¡Tú maldita muerta!—exclamó Sango fuera de sí. La exterminadora estaba destrozada por la muerte de su mejor amiga y le echaba la culpa a InuYasha por elegir erróneamente.

    —Tranquila, Sango—pidió Miroku, abrazándola por la espalda para intentar calmarla.

    —¡Por tu culpa, Kagome está muerta!—gritó—Hiciste una mala elección… InuYasha.

    Tanto el hanyou cómo la sacerdotisa no muerta no contestaron a las ofensas de la castaña. Podían escuchar cómo Shippo lloraba en silencio, la pequeña gata de fuego intentaba calmar al cachorro con pequeñas lamidas en su mejilla pero no servían de mucho. E incluso, Miroku abrazaba a Sango, sin intención de tocar su trasero. Ya que estaban en una situación demasiado dolorosa.

    —Seguiremos con la búsqueda de Naraku y los fragmentos de la perla—anunció repentinamente InuYasha, tomando por sorpresa al grupo por completo. Para todos la pregunta en sus mentes fue obvia… ¿A caso era tan insensible cómo para no sentir la muerte de Kagome? ¿La chica solamente fue un recolector de fragmentos? Todos sintieron en su interior resentimiento por el hanyou y la mala decisión que había tomado y las próximas que estaba remitiendo. Las miradas de los chicos viajaban de InuYasha a Kikyo.

    La mujer de blonda piel los miraba sin sentimiento alguno, todos notaban que aquel brillo de vida en sus ojos no estaba.

    Sango en especial era la que más alterada se encontraba y no iba a permitir que la miko no-muerta tomará el lugar que le pertenecía a Kagome. No iba a dejar que Kikyo fuera un integrante del grupo, tampoco dejaría que se sintiera en compañía o amistad entre ellos… es más ni siquiera pensaba viajar con aquel saco de huesos. Su mente era un enigma en esos momentos de cólera y tristeza.

    —Yo no viajaré más con ustedes, chicos—soltó de repente la castaña, tomando por sorpresa a Miroku y Shippo.

    —¿A qué te refieres, Sango?—preguntó el hanyou dudoso de las palabras de la exterminadora.

    —No estoy dispuesta a viajar con un cadáver que pretende ocupar el lugar de mi mejor amiga—miró despectivamente a Kikyo—Y no estoy dispuesta a ver cómo te revuelcas con esa… a pesar de la muerte de Kagome-chan.

    La sacerdotisa podía sentir el rechazo despectivo de la exterminadora. Sin embargo; ella sabía que no estaba en posición de pelear.

    —¡Feh! Haz lo que quieras—dijo el mitad bestia, no estaba muy convencido de lo que estaba sucediendo. Interiormente se sentía culpable por la muerte de Kagome.

    —Entonces me voy—dijo determinada, luego miró a los otros presentes—Nos vemos chico… espero verlos pronto.

    —Si tú te vas… yo también me voy, Sango—habló Miroku seriamente.

    InuYasha que en esos momentos les había estado dando la espalda se viró noventa grados bruscamente para mirar al monje y a la exterminadora. No podía ser cierto lo que estaba pasando. Iba a decir algo pero calló al escuchar al pequeño kitsune.

    —T-también me voy… Kagome, no debió morir—chilló el pequeño y subió al hombro del bonzo.

    Las miradas de los chicos se enfrentaron contra los de la sacerdotisa y el hibrido.

    —Vayanse, no necesito de ustedes para recolectar los fragmentos de la perla. Kikyo y yo estaremos perfectamente bien, y juntos reuniremos la perla—dijo amargamente, estaba viendo como todas las personas que él quería se estaban apartando de su lado por una mala decisión tomada… fue por nervios, él sabía que estaba demasiado presionado cuando Naraku tomó a ambas mikos. Poniendo las vidas de ambas en peligro… y reaccionó mal.

    Sin decir nada más el grupo se desintegró completamente.

    —No fue buena idea que yo haya aceptado venir contigo… InuYasha.

    Kikyo se alejó del mitad bestia para ir a sentarse a la raíz de un árbol y alimentarse de almas.

    -
    -
    -

    Rin tarareaba una pequeña canción mientras iba a buscar agua. La noche había caído y el clima era húmedo debido a la tormenta que había terminado. Se sentía un aire frío y calaba los huesos de la pequeña niña. Desde lo lejos podía escuchar a Jaken gritando y siguiéndola. Debajo de sus pies sentía el césped mojado y las cosquillas que cada pasto le causaba en los dedos.

    Llegando a un pequeño claro pudo vislumbrar que el agua tenía un peculiar color rojizo y claro, estaban mezclados. Al meter su pequeña mano; vio como su mano se llenaba de aquella mezcla líquida.

    Abrió sus ojos con sorpresa al ver que eso era sangre.

    —Sangre—se alejó del riachuelo con un poco de temor, esperando no encontrarse con ningún monstruo y lamentaba haberse alejado demasiado de Jaken.

    Escuchó a unos metros unos quejidos que la alarmaron más, su piel se erizó y comenzó a sentir en el estómago la sensación de peligro, tentada a echarse a correr volvió a escuchar los quejidos pero ahora fueron más claros.

    Con una mezcla de temor y curiosidad se acercó a la zona del sonido. Cuidadosamente apartó los arbustos para ver… corrió apresuradamente para llegar a la fuente ruidosa.

    —S-señorita… Kagome—susurró.

    Su cara era un puzle de terror, al ver la cantidad de sangre que bañaba el cuerpo de la chica, sus piernas parecían estar rotas y estaba sufriendo un terrible dolor. Su cara estaba ensangrentada y gemía constantemente… se estaba muriendo. Ella no sabía que hacer; jamás había visto algo como eso. Con su mirada intentó buscar algo con que ayudar a la chica pero nada del alrededor… ni siquiera había plantas medicinales que pudieran auxiliarla en esos momentos, nada, absolutamente nada.

    Y los quejidos de Kagome se hacían más evidentes.

    —Por favor, aguante señorita—pidió la niña mientras limpiaba la sangre de su frente—Pediré ayuda—

    Sentía que si se alejaba de la miko, esta moriría y todavía podía escuchar a Jaken gritarle. Como si de un haz fuera empezó a gritar el nombre del sirviente de Sesshomaru para llamar su atención y fuera corriendo a verla…

    Fue intuitivo ya que en cuestión de minutos llegó el sapo verde al lado de la niña del kimono naranja; este sentía que se ahogaba por la carrera que había hecho para encontrar a Rin. Se inclinò en rodillas para tomar aire y una vez recuperado, tomó con ambas manitas su báculo de dos cabezas.

    —¡Qué te pasa mocosa! ¡Por qué corres así!—Jaken no se había fijado en Kagome hasta que Rin se fue al cuerpo tendido—Pero… ¿qué es esto?... pero si es la mujer de InuYasha.

    —¿Cree que muera? Está muy grave.

    —Posiblemente… ha perdido una gran cantidad de sangre y al parecer no le queda mucho. Fue una gran caída.

    —¡El señor Sesshomaru puede salvarla!—gritó la niña.

    —El amo bonito no revive humanos ni los salva—vio cómo Rin hizo puchero—A excepción tuya… me probó que Tenseiga es digna de regresar a la vida a un mortal.

    La pequeña estaba a punto de llorar, pues entre más tiempo pasaba, Kagome estaba a un paso de irse al otro mundo.

    -
    -
    -

    Sus ojos fríos miraban la situación, desde que Rin había empezado a gritar él fue inmediatamente a socorrer a la chiquilla. Sin embargo; tampoco comprendía del todo porque aquella mujer, esa odiosa mujer estaba ahí. Miró al cielo encontrándose con el gran risco por dónde había sido lanzada… era terca hasta eso—no se había resignado a morir—ya que habían sido varios metros de altura. Cualquier otro humano hubiera muerto al impactarse contra el piso. Podía notar en ella que sus poderes espirituales la habían salvado de una muerte segura. Hasta ese momento se había mantenido oculto de sus acompañantes mientras escuchaba a Jaken gritarle a Rin que no iban a ayudar a la miko.

    A él sinceramente no le importaba si esa mujer moría o no. No era un asunto suyo, y tampoco estaba interesado en ayudar a alguien del grupo de su medio hermano.

    Sus instinto de inu no lograban entender por qué de un momento a otro Tenseiga estaba latiendo, con su mano tomó el mango de la espada envainada y sentía su poder emerger desde la punta de la hoja. No era posible que el Colmillo Sagrado quisiera que salvará la vida de aquella mujer. Gruñendo por esa curiosa necesidad que nacía desde su pecho por salvar a la azabache desenvainó el colmillo. Pudo sentir cómo todo el poder que le brindaba aquella poderosa espada emergía en su ser, la energía lo hacía vibrar y finalmente sus ámbares perlas miraban a los seguidores del infierno.

    Vio cómo aquellas pequeñas criaturas verdes y desnudas intentaban desprender el alma del cuerpo de aquella sacerdotisa para llevársela al infierno. Pudo ver cómo estos brincaron extasiados al encontrar la entrada de la mujer.

    Mientras qué Rin y Jaken seguían discutiendo sobre Kagome, Sesshomaru apareció y de un solo filo rebano el cuerpo de aquella mujer.

    Y al mismo tiempo los seguidores infernales fueron cortados por Colmillo Sagrado, desapareciendo. El alma de la miko regresó a su cuerpo.

    Jaken no cabía en su asombro, ni siquiera había sentido la presencia de su amo, y tampoco estaba en si al ver que el youkai había salvado la vida de aquella mujer. Rin también estaba con la boca abierta ya que no esperaba ver a Sesshomaru por ahí.

    —Cuídenla—fue lo único que ordenó el ambarino para volver a alejarse de los dos individuos.

    Se alejó a paso lento, sin mirar a aquellos dos, él tampoco estaba del todo seguro del porque había salvado a la miko. Él detestaba a esa mujer terca, contestona e imprudente. Cuantas veces no lo había retado, sin embargo; no conseguía entender por qué nunca pudo matarla como a otros infelices que se atrevían a enfrentarlo. De un solo latigazo venenoso los miserables estaban revolcándose en el infierno… pero con esa mujer… era diferente. Ella se enfrentaba arrogantemente a él y ni siquiera un golpe le había dado…

    Y a veces odiaba profundamente a su padre por heredarle la sangre: Compasión por esos miserables seres llamados humanos.

    En su mente pasaban diversos momentos en los cuales, Kagome, se había enfrentado a él por proteger al inútil de InuYasha. Recordó la primera vez que la conoció… siempre traía aquellas ropas tan raras y descaradas en su fino cuerpo. Se había opuesto a él para darle cómo de lugar a Tessaiga al hibrido, cuándo le atravesó el abdomen a InuYasha ella volvió a enfrentarle e inclusive una flecha sagrada le había lanzado. Varios encuentros con aquella rara mujer estaban pasando por su mente en esos momentos y el palpitar de Tenseiga no lo dejaba pensar bien; era raro todo lo que estaba sucediendo en esos momentos.

    Y gruño al recordar cuando la salvó de Mukotsu, uno de los siete guerreros, ese enano apestoso creía que con sus venenos caseros iba a matarlo. Él era un ser venenoso y esas sustancias no le afectaban. Se enojó cuando sintió en su interior ira al ver a la sacerdotisa intoxicada por aquel enano.

    Seguía sin entender que carajos le estaba sucediendo.

    —Maldita mujer—maldijo y se dejó caer pesadamente en la raíz de un árbol. Aún podía sentir el aroma a varios metros lejanos de Rin, Jaken y de la miko.

    -
    -
    -

    Estaba ardiendo en temperatura, pero al menos sabía que iba a estar con vida. Sonrió tiernamente al ver a la joven que ahora respiraba pesadamente, mientras le colocaba en la frente paños de agua fría. Se habían quedado junto al riachuelo ya que también dentro del mismo había peces que Jaken había pescado para cenar.

    Le había limpiado la sangre de alrededor, pero no pudo hacer mucho ya que no había ropa para la chica y no podía cambiarle las ropas rotas y ensangrentadas. Con ayuda de unos conjuros del sapo verde soldaron las piernas rotas de la miko.

    —La fiebre no baja—dijo la niña, sentada a un lado de Kagome y con tono de voz preocupado.

    —Tendrás que esperar niña—dijo el sapo, él se encontraba asando los pescados alrededor de la fogata—Además… no hay plantas medicinales en los alrededores para hacer alguna infusión.

    —Recuerdo que el té de rosas… es bueno para aliviar la fiebre… mi mamá me lo daba cuando enfermaba—su mirada chocolate se hizo nostálgica al recordar a sus progenitores.

    Jaken la miró, era duro con la niña pero la quería. Ya dos años en su compañía era mucho como para no tomarle cariño.

    —Vi unos rosales por aquí cerca, trae algunas rosas para ver qué podemos hacer por la humana—dijo el sapo.

    La niña sonrió nuevamente, aceptó y fue inmediatamente a buscar lo que el hombrecillo le había pedido para aliviar a la inconsciente Kagome.

    El sirviente del youkai, se levantó de su lugar para acercarse a la chica, miró sus azabaches cabellos y su semblante nada bueno. Sin embargo; la miró nuevamente escudriñándola…

    —No entiendo porque el amo Sesshomaru decidió salvarte la vida—suspiró, había veces en qué no entendía las acciones del youkai—Algo bueno has de traer para beneficiar al amo bonito.

    Y escuchó el crepitar de los pescados anunciando que ya estaban listos para comer.

    -
    -
    -

    Ellos caminaban bajo la noche fría y húmeda, hacía un par de horas en las cuáles se habían separado del hanyou y de aquella mujer. Iban en silencio y todavía podían sentir la ausencia de la miko del futuro. La exterminadora sentía que había hecho lo correcto por respetar la memoria de su amiga.

    Miroku, iba en silencio, meditando todo lo que había acontecido ese fatídico día. Él tampoco podía comprender del todo… no culpaba a InuYasha ya que estaba él en una situación difícil por salvar a ambas mujeres… pero apoyaba a Sango, había tomado una desición errónea. Ya que quieran o no Kikyo ya no era una mujer mortal, su cuerpo había sido hecho de huesos y barro, se alimentaba de las almas de mujeres en pena y lo que aquella mujer fue ya no era. Ya no estaba viva, no tenía esa semilla de vitalidad que todos ellos tenían al vivir.

    Shippo hacía un rato se había dormido en el lomo de Kirara, quién ahora se había convertido en una gran gata.

    —¿Crees que hicimos lo correcto, su excelencia?—preguntó de repente la castaña.

    —Fue lo mejor, Sango—

    Prefirieron no tocar el tema más por esa noche, buscaron en dónde poder pasar la noche para seguir su viaje. Tras caminar un rato más encontraron una cueva en dónde se acomodaron al ver que no estaba húmeda ni tan fría.

    Sus corazones acongojados necesitaban un descanso.

    -
    -
    -

    Lo único que quedaban eran las brasas casi extintas de una fogata muerta, alrededor se escuchaban las respiraciones tranquilas de los individuos y sentía que su cabeza le estallaba al igual que todo el cuerpo. Lo tenía entumecido y le dolía a horrores, no podía moverse en su totalidad. Al virar su cabeza se encontró con un cuerpecito muy conocido para ella, envuelto en un kimono naranja, a su lado un hombrecillo verde y para no perder calor un enorme dragón de dos cabezas dormía junto a ellos.

    —¿Cómo llegué aquí?—se quejó al mover un codo.

    —Cállate, humana—escuchó aquella voz fría que conocía perfectamente. Chocó su mirada con aquellos ámbares ojos, no aguantó la mirada ni un segundo.

    —Sesshomaru—la joven no sabía que decir… pensaba que iba a morir…
    ¿Cómo había llegado ahí?

    —Los humanos son basura, no pueden cuidar de ellos mismos… siempre tan débiles—le reprochó a la chica su estado.

    Ella iba a reprocharle pero los recuerdos invadieron su mente y la hicieron ver qué ella había sido rechazada por el hombre que amaba. Sus ojos se aguaron y empezó a sollozar y las palabras de Sesshomaru no ayudaban de nada.


    —Maldita mujer—dijo el youkai para alejarse de la joven llorona y recostarse en la raíz de un árbol. Cerró sus ojos malhumoradamente y gruñó al escuchar los sollozo de la chica.
     
    • Me gusta Me gusta x 4
  8.  
    Monyc

    Monyc Entusiasta

    Virgo
    Miembro desde:
    28 Febrero 2012
    Mensajes:
    52
    Te tardaste muchooooo jejeje pero vali la pena, me a gustado bastante como manejaste este capitulo, me dio mucha ternura el acto de rin por querer salvar a Kag,
    lo que me puso muy triste fue que el grupo de Inuyasha se separara por culpa de sus malas deciciones, pero ttiene que asumir las consecuencias espero que no se
    arrepienta despues, porque la vida puede dar muchas vueltas.

    No demores mucho para seguir conquistandonos con tu historia... Besitos
     
  9.  
    Lady Stanley

    Lady Stanley Sweet Room

    Virgo
    Miembro desde:
    12 Enero 2008
    Mensajes:
    885
    Pluma de
    Escritora
    Estoy a unas cuantas horas de publicar el siguiente capítulo ;)
     
  10.  
    Lady Stanley

    Lady Stanley Sweet Room

    Virgo
    Miembro desde:
    12 Enero 2008
    Mensajes:
    885
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Destino [Sessho&Kago]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    5373
    Está vez he tardado, creo que estoy tardando demasiado en actualizar pero con eso de que estoy estudiando para la segunda vuelta de ingreso al IPN necesitó estar bien preparada para poder ser pronto una gran universitaria. Por eso no he podido actualizar, pero también me quedo viendo nuevamente InuYasha y leyendo más FF de Sesshomaru y Kagome y bueno que más decirles, esperó que el FF pronto tenga más comentarios, la gente regrese al foro y sigan expresando sus historias a todos los lectores. Creo que eso es todo y yo me despido para que puedan leer el siguiente capítulo de esta historia.

    Gracias a las lectoras y seguidoras y “me gusta” que me han dejado, se les agradece aunque quisiera ver más actividad en el FF.

    Y viniendo a hacer publicidad xD acá les pido un like en mi página de fans en Facebook, siguiendo el siguiente linkàhttps://www.facebook.com/zimbacavalera

    Desclaimer: Los personajes y escenarios del universo de InuYasha, pertenecen únicamente a Rumiko Takahashi.

    Capítulo III. El Palacio Lunar – Moon Palace

    Tal vez para el youkai solamente fueran simplemente humanos desagradables… la opinión del Inu se basaba en todos aquellos detestables seres qué apestaban a sudor y mugre, su poco conocimiento e ignorancia. Para él todos eran iguales, ni uno merecía su interés o respeto alguno. Todos eran lo mismo… basura.

    Nadie ni nada podía hacer cambiar de opinión al frío ser de ámbares ojos respecto a los humanos, lo que ella no podía entender era por qué cuidaba de esa pequeña niña. Rin era una chiquilla de siete u ocho años, apegada totalmente a él. Podía notar que la niña miraba al Taiyoukai cómo a un padre. Y bueno, de Jaken no podía decir nada; de antemano sabía qué el demonio no despreciaba a tal grado al sapo verde por ser un youkai. Pero ella… era la intrusa de ese pequeño grupo… extrañaba a sus amigos, su casa, su familia.

    —Vámonos—escuchó la voz fría del demonio, vio cómo empezó a andar en una dirección desconocida para ella.

    —Señorita Kagome, vayamos con el señor Sesshomaru—sonrió dulcemente Rin—No puede quedarse aquí sola y menos porque sus heridas no han sido curadas del todo.

    — ¡Vamos humanas!—refunfuñó Jaken quién empezó a andar inmediatamente detrás a unos pasos de Sesshomaru.

    Kagome, con ayuda de Rin se levantó para montar sobre el lomo de Ah-Uh el dragón de dos cabezas.

    No tenía conocimiento alguno de qué horas serían no era que realmente le interesara saber pero podía asegurar que el amanecer estaba por llegar pues escuchaba los cantares de los pichones desde sus nidos. En el camino ella iba en silencio, no sabía qué hacer… no quería regresar dónde estaba InuYasha y ella. Posiblemente el hanyou ya la haya remplazado por Kikyo para seguir la búsqueda de los fragmentos de Shikon, y ella… estaba ahí con la última persona en el mundo que pudo imaginar encontrarse. Ni siquiera tenía fuerzas para preguntar a dónde iban, se sentía aún demasiado débil por la fiebre que había tenido y las heridas de sus huesos no sanaban completamente. Con adormecimiento en todo su cuerpo no pudo aguantar el sueño que sintió, perdiendo nuevamente el conocimiento en el lomo del mamífero sobrenatural.

    —Se ha quedado dormida—dijo la pequeña Rin al escuchar la tranquila respiración de la miko.

    -0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-

    El cálido Sol alumbraba el Sengoku Jidai. Con sus rayos calentaba todo a sus alrededores totalmente, tras haber volado prácticamente al alba del amanecer estaban por llegar a los territorios de Moon Palace. Desde su estola se encontraba Jaken, tras de ellos iba el dragón con aquellas dos humanas montadas en su lomo.

    —Amo Sesshomaru—llamó la atención del demonio—Tenía mucho tiempo qué no visitaba el palacio real.

    —Lo sé.

    Jaken no terminaba de entender al Taiyoukai, él mismo demonio había dicho que odiaba ese palacio aunque sabía perfectamente todas sus obligaciones dentro de aquellas paredes cómo Lord del Oeste. Moon Palace estaba a su mando y había estado abandonado muchísimo tiempo aunque el esplendor de la construcción no dejaba de ser sorprendente.

    Se alzaban grandes muros hechos de piedra sólida, con unas cuántas torres que se alzaban en lo alto siendo más grandes que los mismos robles. Grandes estandartes con el símbolo de la luna a cuarto menguante se levantaban en color morado y amarillo; grandes jardines rodeaban todo el palacio y numerosos youkai estaban al servicio del mismo. Grandes ventanales se levantaban con complicado vitrales en los mismos, una tecnología que no iba a admirarse en unos cuántos siglos más pero aquel palacio era muy diferente e inclusive al de cualquier terrateniente o feudal humano. Sus palacios seguían siendo de madera con cortinas de papel de lámpara.

    Al aterrizar, llegaron por el jardín principal en dónde había una enorme laguna, un puente que atravesaba el agua con bellas piedras soldadas para hacer el puente.

    Los sirvientes al ver aterrizar a su amo y señor se inclinaron inmediatamente ante su persona.

    — ¡Bienvenido sea a casa, amo Sesshomaru!—exclamaron la youkai qué se encontraban arreglando el jardín.

    Él no contestó y paso de largo, no sin antes darle órdenes a uno de los kitsune de ahí que llevará a la forastera a una habitación.

    Rin se bajó contenta de Ah-Uh, pues ella era la primera vez que visitaba semejante lugar, se tiró en el césped que estaba rodeado de flores hermosas. El aroma dulce de las flores mermaba en ella, llenándola de energía. El dragón de dos cabezas se echó tranquilamente a reposar mientras una youkai más de la servidumbre le quitaba amablemente el bozal que estaba en el mismo.

    —Rin—llamó el youkai a la lejanía—No tardes mucho en entrar.

    Tras decir aquellas palabras, Sesshomaru desapareció por el gran portón principal del palacio, tras de su persona iba Jaken. El sapo verde añoraba el palacio, sus lujos y poderes que tenía dentro del mismo siendo el lacayo personal.

    Jaken adoraba las atenciones que la servidumbre le brindaban a él y a su amo, sobre todo se complacía de ver a los sirvientes intentar complacer al Inu. Siguió su camino detrás de Sesshomaru para dirigirse con él a oficina del mismo, tenía muchísimo tiempo en el cual no habían pisado Moon Palace. Recordaba que la última vez qué había estado en el mismo el peli plata había tenido un encuentro nada agradable con su madre.

    —Jaken—llamó el youkai—Asegúrate de revisar todos los pendientes en el palacio… estaremos una muy corta temporada en este lugar.

    El sapo verde, asintió, e inmediatamente con sorna y felicidad comenzó a dar órdenes a la servidumbre, dejando sólo a Seshomaru.

    “Esa humana… esa maldita humana. Tenía planeado regresar a Moon Palace un tiempo y ahora ella… ningún humano había pisado estas tierras; y aquellos idiotas youkai pensaran que soy como mi padre… débil. Por traer a dos humanas.”

    Gruñó ante ese pensamiento.

    0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0

    Poco a poco recuperó el conocimiento, sintiendo un enorme mareo al incorporarse rápidamente. Sin embargo; no conoció aquellas paredes ni el exquisito lugar en el que se encontraba, tampoco pudo reconocer si quiera la cama en la que su cuerpo reposaba. Casi murió de un infarto al toparse con unos ojos zafiros, penetrantes, inquisidores y curiosos.

    —Vaya… humana, al fin despiertas—dijo esa voz, era una voz varonil.

    —No soy humana, soy Kagome—por instinto contestaba, siempre que la llamaban así, en especial cierto youkai, respondía de la misma manera.

    —Lo que sea… bueno, quién demonios eres tú y porque has venido junto al amo Sesshomaru—

    — ¿Eh? ¿Dónde me encuentro?—preguntó la joven totalmente desconcertada.

    —Estás en los dominios del Lord del Oeste, bienvenida seas a Moon Palace, humana—respondió la pregunta de la chica—Ahora tú responde lo que te pregunte… que intenciones tienes con el amo.

    Kagome se sorprendió al ver la exquisitez del lugar, unas paredes color crema con pequeños pétalos de flores. Un enorme closet se erguía en la recámara y un ventanal con ricas cortinas de seda. El piso era de tatami fino y la cama en la que se encontraba estaba lo más amplia posible, pudo notar que su cuerpo era tapado por unas mantas de la seda más fina. Unas ricas y esponjosas almohadas en las que reposaba su espalda; frente de ella estaba un tocador. Pudo ver algunos cepillos, peinetas y demás. Se sumergió en sus pensamientos al ver la maravillosa habitación y no cabía qué eso le perteneciera a Sesshomaru.

    Fue sacada de sus pensamientos por el hombre que estaba frente de ella, esperando una respuesta.

    —He tú, no me has contestado.

    —Ya te dije que soy Kagome—dijo enojada, sorprendiendo al youkai por su repentina furia—Y yo no tengo nada que ver con el engreído de Sesshomaru.

    — ¡Más respeto para el amo, maldita humana!—se levantó de su lugar de reposo, una silla.

    —Cállate—dijo ella, se acostó nuevamente en la cama; y se tapó en su totalidad con las colchas.

    Entonces comenzó a reír de buena gana, la miko se quitó las colchas de la cara para mirar con incredulidad al hombre. Se reía y al mismo tiempo se agarraba la barriga.

    —Vale, vale—sonrió—Me llamó Rekimimaru, soy un fiel servidor del amo Sesshomaru. Estoy totalmente a sus órdenes y también estoy para protegerla mi lady. Soy un youkai de la especie de los neko de agua y viento, el más fuerte de mi clan. Supongo que es amiga del amo si él ha decidido traerlas a vosotras dos, me refiero a su hija.

    — ¿Eh? ¿Hija?

    —La pequeña humana que vino también con vosotros—sonrió el chico—Tiene un gran parecido con usted así que supongo… que es su hija.

    Kagome río dulcemente.

    —Estás equivocado, la pequeña Rin no es mi hija. Ella es la pequeña protegida de Sesshomaru y viajaba con él… y yo creo que también… me he vuelto… del equipo—dijo más para ella que para el neko.

    Rekimimaru la quedo viendo con incógnita en el rostro, pero decidió no preguntar. Pero interiormente se sintió contento de que su amo no fuera tan despiadado como en algunos varios viejos ayeres. Ahora en su compañía traía a dos pequeñas humanas y estuvo de acuerdo con las palabras que una vez le dijo el gran InuTaisho.

    Y recordó aquellas palabras.

    Esperó que el corazón de mi hijo algún día sea cautivado, tal vez no por una de nuestra especie si no… por la bella raza humana.

    Suspiró y luego volvió a mirar a Kagome. Sonrió a la miko.

    —Bueno, puedes sentirte cómoda, el amo está ocupado con algunas cosas del palacio así que bueno supongo que estaré a su servicio, hasta entonces.

    La joven no había reparado en el youkai, era un joven de tez tostada y ojos zafiro. Con un cabello azabache y alto, le recordó a aquel guerrero de los Shichinintai. Bankotsu, el líder de los siete guerreros, algunos detalles diferían en Rekimimaru. Se sonrojó un poco al ser descubierta mirando al demonio, pero el mismo sonrió de buena gana.

    —Bueno… señorita… Kagome ¿verdad?, si gusta puedo llevarla a cualquier lugar del palacio.

    —Gracias—dijo la joven—Pero quisiera hablar con Sesshomaru.

    —No creo que sea posible, señorita, el amo se encuentra con asuntos del palacio.

    — ¿El castillo pertenece a Sesshomaru?

    —Efectivamente, Moon Palace ha pertenecido a la familia Taisho por más de 300 años. Cuando los mongoles atacaban Japón, el palacio era la construcción más moderna de ese entonces, por esos tiempos el amo Sesshomaru era un niño y el señor InuTaisho regía las tierras del Oeste. Pero con la muerte del señor InuTaisho, ahora Sesshomaru-sama es el dueño y señor de las tierras del Oeste.

    Kagome se sorprendió por las palabras del neko, no tenía mucho conocimiento acerca de la familia de InuYasha y Sesshomaru, recordó que tampoco en ningún libro de historia japonesa apareciera Moon Palace en registros, ella recordaba haber leído el desarrollo de la invasión de los mongoles a Japón pero muy pocos tomos hablaban de la aparición de criaturas sobrenaturales, no recordaba haber leído nada de los youkai. Era un poco raro y no entendía porque no aparecían registros del Sengoku.

    —Cuéntame un poco más—pidió la joven curiosa.

    —Por lo que puedes saber, el amo Sesshomaru es hijo del poderoso Inu youkai InuTaisho y de la misma especie la poderosa Irasue. Entre los youkai las relaciones matrimoniales no se rigen por el amor.

    —Que cruel—dijo Kagome, ella no estaba muy de acuerdo con que dos personas se casaran por otras razones ajenas al amor.

    —Supongo, para un youkai el afecto no es importante, dentro de la unión se rigen las políticas de alto rango en poder, posición y raza. Simplemente para reproducirse y nada más.

    —Ya veo…

    — ¡Bueno! Cambie esa cara de asco—dijo Rekimimaru sonriente—Si gusta puedo retirarme ahora mismo para que usted pueda descansar.

    —No es necesario—dijo la joven, salió de las colchas y mostró al youkai la ropa que ella traía de su época, para el neko era una ropa muy atrevida y mostraba más de la cuenta. Nada común en una humana. Pero la falda verde de colegiala estaba rasgada por la caída por el acantilado y su blusa estaba sucia y llena de sangre por la espalda.

    —Supongo que… gusta cambiarse de ropa—sugirió el chico un poco sonrojado al admirar las largas piernas de la miko.

    —Creo… pero no tengo nada de ropa para cambiarme—se rascó la cabeza apenada.

    —No se preocupe, ese no es el mayor de los problemas—guiñó el ojo a la joven—Traeré algunas kitsune para que se encarguen de sus finas molestias.

    Tras decir eso, Rekimimaru salió de la alcoba de la chica dejándola con muchas dudas, ella no tenía ningún conocimiento sobre el palacio de Sesshomaru. Sabía que su padre y el de InuYasha era el mismo, pero no tenía idea de qué el youkai fuera un poderoso rey. Eso era un rey, ahora Sessshomaru tenía todo el poder de las tierras del Oeste, estaba demasiado sorprendida… sin querer recordó cómo el hanyou hacía su elección frente a Naraku y ella… ella caía al vacío. Sintió cómo sus ojos chocolate se aguaban l recordar que el amor del mitad bestia no era y jamás sería para ella… muchas cosas pasaron en esos momentos; fue tan rápido—en unos cuántos momentos ella se encontraba cayendo al vacío mientras InuYasha salvaba desesperadamente a Kikyo.

    No notó cuándo un par de kitsune entraron a la habitación, hasta que ellas hicieron ruido.

    — ¿Eh?

    —Disculpe señorita—dijo una de ellas, ambas eran idénticas, solamente un kimono las diferenciaba por diseño y color. Notó que las kitsune tenían una piel blonda, de ojos verdes, y un cabello pelirrojo que le recordaba al pequeño Shippo. Sus hebras rojas eran tan largas como la de InuYasha y eran adornadas por dos coquetas coletas—Hemos venido por órdenes de Rekimimaru-san—

    —Gracias—

    —Bueno… empecemos por bañarle.

    La joven miko miró cómo con un chasqueo de dedo apareció una gran tina de madera, una de ellas con una hoja como las de Shippo hizo aparecer unas sales y un trapo para tallarle el cuerpo. Entre ambas con chasquear sus dedos hicieron aparecer una exquisita tela con la que confeccionaron un precioso kimono.

    —Me pregunto… si Shippo algún día podrá hacer eso—habló para ella, olvidando la presencia de ambas chicas.

    —Perdón… pero ¿quién es Shippo?—preguntó una de ellas curiosa.

    —Shippo es un pequeño zorrito que nos acompaña a mí y a mis amigos—dijo la joven, sonrió a ambas—Mi nombre es Kagome, un gusto.

    — ¡Qué descortés de nuestra parte!—dijo una—Yo me llamó Yukia—

    — ¡Y yo soy Rukia!—dijo la otra.

    —Que bonitos nombres—sonrió Kagome, y su sonrisa se agrandó al ver las felpudas colitas de zorro que ambas tenían.

    Tras la conversación de las féminas, estas decidieron asear el cuerpo de la miko, con algunas protestas de la azabache ya que no quería que vieran su desnudez, y un buen rato de lucha por meterla al agua, consiguieron bañar a la joven. Para después darle el kimono, no sin antes que la chica tomara sus prendas interiores.

    — ¿Qué es eso?—preguntó Rukia curiosa, muchas cosas que la chica tenía eran raras.

    —Oh bueno… esta es ropa interior, sirve para ponerla antes que toda la ropa—sonrió—Aunque… está un poco sucia.

    Sabía que el olor de suciedad estaba impregnado en la ropa, pero no tenía otra cosa más que ponerse.

    —Pero apesta—dijo Yukia—Está sucia… tal vez Rukia y yo podamos hacer lo mismo.

    Tras varios intentos lograron conseguir una pantaleta y un corpiño ya que para que fuera un brasier se necesitaba de las varillas y resortes de los tirantes. Kagome aceptó pues no estaba del todo cómoda con tener en su cuerpo limpio ropa sucia. Se vistió y finalmente accedió a qué ambas kitsune arremetieran en su pequeño cuerpo el kimono que le quedo perfectamente.

    La tela era deliciosa, todo en ese lugar era delicioso, y ella no estaba acostumbrada a ser tratada de esa manera. En su época tenía sus propios lujos y le gustaban, se sentía un poco apenada por recibir toda esa atención, pero en su mente se seguía preguntando en dónde estaba Sesshomaru, ella no había visto más allá de la alcoba dónde estaba. Finalmente reparó a mirar su kimono y era de un suave color blanco con flores lilas muy pequeñas. El lazo que ataba su cintura era de un suave color lila. Y unas sandalias terminaban su vestimenta, no quiso que peinarán su cabello, se quedó totalmente suelto.

    —Nosotras dos hemos terminado aquí señorita Kagome—dijo Yukia—Así que nos retiramos, que tenga buen día.

    Las dos kitsune se retiraron fuera para después dejar a la chica totalmente sola.

    Tras varios minutos en dónde Rekimimaru no regresó, ella decidió ir a buscar a Sesshomaru… para agradecerle que le haya salvado la vida.

    0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0

    El astro Sol, molestaba sus parpados obligándolos a abrir los ojos. Con molestia por no acoplarse a la luz se tallaron los ojos. Les dolía el cuello y la espalda por la posición en la que se encontraban durmiendo.

    Sango miró a su alrededor, sobre de ella estaba Kirara y sobre Miroku se encontraba el cuerpo de Shippo. Se sentó en el mismo lugar.

    —Su excelencia—llamó al bonzo para despertarlo.

    El monje despertó tras escuchar la voz de la taijiya, la miró e inmediatamente se dio cuenta de que todo lo acontecido no había sido un sueño. Lamentablemente a su lado ya no se encontraba Kagome y el grupo estaba totalmente desintegrado.

    —Extraño a Kagome-chan—dijo entre bostezos, Shippo. Quién despertaba.

    —Ahora el alma de la señorita Kagome, descansa en paz—dijo tranquilo pero triste el monje.

    —Es hora de partir—dijo Sango.

    El apetito no mermaba en sus estómagos; el corazón de ellos aún estaba herido y nada podría remediarlo.

    En silencio salieron de la caverna para empezar ellos un nuevo viaje para poder acabar con Naraku y vengar la muerte de la miko del futuro. Al bajar de la pequeña montaña en la cual estaban, llegaron a un claro, sin saber a dónde ir. Sin la percepción de Kagome y el olfato de InuYasha estaban un poco desorientados. Tal vez con la ayuda de Kirara y Shippo pudieran seguir la pista de Naraku.

    En camino a la siguiente aldea pudieron escuchar a paso veloz al lobo. Kouga.

    El lobo se detuvo frente a ellos y les miró curioso.

    — ¿Dónde está Kagome y el perro rabioso?—preguntó.

    —L-la… señorita Kagome h-ha m-muerto—titubeó Miroku, no tenía caso que le ocultaran a Kouga la muerte de la miko.

    — ¡Qué!—exclamó— ¿Y el idiota de InuYasha que hizo o dónde estaba?

    —Bueno él…

    — ¡Por culpa del tonto de InuYasha, Kagome ha muerto!—empezó a llorar el pequeño kitsune—Él prefirió salvar a la fea de Kikyo.

    El lobo estaba totalmente molesto, tampoco podía imaginar que su amada miko estuviera muerta y le dolía profundamente. Sintió como algo dentro de su interior se desquebrajó y sintió una ira crecer en su interior, ahora sí tenía razones para matar a InuYasha.

    Evitando que el grupo viera su dolor, se despidió brevemente de ellos y se fue rápidamente al norte, siguiendo el aroma perruno que despedía el mitad bestia. Iba a acabar con su miserable vida y la vida de la no muerta; estaba seguro que esa mujer acompañaba al de vestimenta roja después de que sus amigos se separaron de su lado. Dejando a Hakaku y Ginta atrás apresuró el paso, más tarde le alcanzarían como siempre lo hacían.

    El pequeño grupo al ver que el lobo se iba junto a los demás, decidieron seguir su camino. Podían ver que a las afueras de la aldea todo estaba totalmente tranquilo… sinceramente a ellos volvía su incógnita de a dónde ir. Sabían cuáles eran los puntos cardinales pero no había orientación alguna de a dónde ir sin la ayuda correspondiente. La mañana iba a ser muy larga, aceptaron ir rumbo al poblado para recargar algunas provisiones. Si bien era; ellos tenían la mochila amarilla que era de Kagome.

    —Parece ser, que todavía quedaban algunas cosas para el viaje—dijo el monje mientras inspeccionaba la mochila.

    —Al menos quedaba suficiente comida ninja para al menos una semana.

    —También por aquí hay café, primeros auxilios, algunos ungüentos de la época de Kagome—dijo Sango.

    Al revisar la maleta esta aún tenía unas cuántas cosas, pero estaban por agotarse. Así que no hacía nada mal rellenar las botellas de agua, recoger algunas plantas medicinales en el camino y abastecerse de alguna otra cosa que se necesitará en el viaje.

    0-0-0-0-0-0-0-0-0-0

    La miko divagaba en ese enorme castillo, maravillándose con todo lo que el mismo tenía. Podía ver que había retratos enormes de algunos youkai pero todos parecían ser parientes por los rasgos retratados en el lienzo. Al final se erguía un cuadro enorme, en dónde aparecía la madre de Sesshomaru, su padre y él mismo a una corta edad adolescente. El palacio tenía un ambiente envolvente que la adormecía. Subía y bajaba escaleras, caminaba por largos pasillos sin encontrar algo en especial, sabía que estaba buscando al youkai pero no tenía idea alguna de en dónde podría encontrarse. Al bajar por una gran escalera recubierta con una alfombra roja que llegaba hasta el gran portón de entrada.

    Miró a la servidumbre del lugar, haciendo sus deberes, podía mirar a varias personas sacudir los adornos. Barrer, limpiar entre otras cosas más. Al lado del portón se encontraban dos guardias con grandes lanzas parecidas al del Dios Odín.

    A lo lejos pudo ver un pequeño hombrecillo de piel verde, gritando a los sirvientes, ella sonrió ya que era la única cara que conocía. Bajó rápidamente las escaleras para llegar a la altura de Jaken que se vio sorprendido por la presencia de la miko.

    —Humana ya despertaste—dijo el sapo.

    —Así es Jaken… --sonrió— ¿Podrías decirme en dónde se encuentra Sesshomaru? Quisiera hablar con él.

    —El amo Sesshomaru se encuentra en su despacho y está demasiado ocupado con asuntos de Moon Palace, no tendrá tiempo de atenderte humana.

    —Por favor…

    —No te diré dónde está.

    Mientras ellos dos dialogaban, algunos sirvientes miraban con recelo a la joven miko. No podían escuchar exactamente qué era lo que decían pero era obvio que no estaban de acuerdo con la presencia de dos humanas en el palacio que por años ningún ser humano había pisado el palacio. Se vieron todos totalmente sorprendidos al ver llegar al Lord del Oeste acompañado por dos humanas. Era totalmente raro…

    Jaken discutía con Kagome ignorando las conversaciones recelosas de un par de youkai.

    —No puedo creerlo… un par de asquerosas humanas han pisado las nobles paredes de Moon Palace.

    —El joven Sesshomaru parece ser que heredó la simpatía por los humanos.

    —Aunque el amo lo ordené yo no voy a servir a ningún humano apestoso.

    —Además son ambas muy feas, apestan a humano.

    Sin darse cuenta de que eran escuchadas por Rekimimaru a lo lejos, siguieron cuchicheando esas dos. Pero tampoco habían reparado en que Sesshomaru ya se encontraba en el Gran Salón, caminando con su elegancia natural y con los ánimos de mal humor con un par de latigazos esas dos youkai murieron al instante, tanto Jaken como Kagome quedaron horrorizados al ver cómo el cuerpo de las féminas caían al piso sin vida alguna.

    — ¿Por qué lo hiciste, Sesshomaru?—preguntó la joven asustada, pues desconocía el motivo por el cual el demonio háyase acabado con la vida de esas dos.

    —En mi palacio, se hace lo que yo ordene—dijo indiferentemente, ignorando a Kagome en su totalidad. Él se dirigió a los demás sirvientes que miraban igualmente sorprendidos la muerte de las dos youkai—Si alguien toca a alguna de estas dos humanas, encontrará inmediatamente la muerte bajo mi mano.

    Nadie dijo nada, algunos asintieron con la cabeza llenos de terror de morir si osaban tocar a las humanas.

    — ¿Cómo puedes decir eso? Eres un malvado, Sesshomaru—dijo Kagome enojada al escuchar las órdenes del platino.

    —Cállate humana—estaba decidido a ignorarla pero parecía que la joven era demasiado terca o insolente cómo para no temerle a su muerte.

    — ¡Te he dicho mil veces que mi nombre es Kagome! Ka-go-me—gritó— ¿A caso eres tonto y no puedes recordarlo?

    De un momento a otro su cuello fue atrapado por la única mano del ambarino quién la miraba con furia. Apretaba el cuello de la miko, sintiendo entre sus garras la tierna carne de la chica, cualquier presión podría atravesarla y darle muerte inmediata, está estaba levantada en el aire intentando zafarse del agarre brusco que el youkai ejercía sobre de ella; el demonio verde no decía absolutamente nada, estaba en silencio pues Sesshomaru se encontraba molesto por haber regresado a Moon Palace, todos los documentos de otras tierras que tenía que firmar y el tener que estar soportando los insultos de esa sacerdotisa.

    —Más te vale que me respetes—sentenció el Inu—No por el hecho de haberte salvado de la muerte con Colmillo Sagrado signifique que no pueda matarte con mis propias garras… así que cuidado miko.

    La soltó bruscamente y cayó con violencia al piso. Ella tosía por recuperar aire en sus pulmones y se sobaba el área dónde los dedos de Sesshomaru habían hecho presión sobre de ella. Lo miró con odio.

    —Eres un maldito.

    Fin Capítulo.

     
    • Me gusta Me gusta x 6
  11.  
    Shassel

    Shassel Usuario común

    Tauro
    Miembro desde:
    29 Octubre 2012
    Mensajes:
    465
    Pluma de
    Escritora
    :/ AAyyyy Sesshomaru, siempre tan ........,
    Hola :) , buscando y buscando algo nuevo me eh encontrado este FF que a mi parecer ha estado bastante bueno, me confundo un poco en el tipo de dialecto del escrito, pero por lo demás a estado interesante ;)
    Eh notado un par de faltas ortográficas, pero nada que no sea comprensible, jejeje, ya no deberías escribir en la madrugada XD, sin embargo ánimo chica, que seguro lograras entrar a la U, yo sé lo feo que es tener que amanecer estudiando pero vale la pena, así que, ÁNIMO.
    No me gustaría forzar la historia, pero si me ha quedado una gran duda, Cómo le hizo Kagome para conquistar a Sesshomaru?
    :O Qué tonto es Inuyasha, al parecer nunca cambiará XD, cambiar a Kagome por la insípida de Kikyo !!No tiene perdón!!!! :P
    Bueno sin más que decir, esperaré la continuación con paciencia, ya que de lo contrario seguro me mata la duda XD.
    Saludos y suerte con la U.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  12.  
    Lady Stanley

    Lady Stanley Sweet Room

    Virgo
    Miembro desde:
    12 Enero 2008
    Mensajes:
    885
    Pluma de
    Escritora
    Gracias, chica.

    Estás como muchas lectoras que se preguntan como es qué Sessh y Kag, terminaron juntos... pero bueno es una sorpresa qué se irá descubriendo poco a poco. Intento actualizar lo más pronto que puedo pero a veces me es imposible... como ahora, mi madre me tiene ayudándola con el quehacer de la casa.
    Lo sé que tengo algunas faltas ortográficas e intentaré pronto darles un corregimiento para qué ya se vea un escrito totalmente impecable sin faltas de ortografía.
    Referente a la forma de escribir los diálogos, desde hace mucho tiempo he escrito así... el guión teatral de:

    Kagome: Hola
    Shippo: Hola

    A mí personalmente se me hace tan tedioso, por lo mismo yo al momento de toparme con ese tipo de historias lo abandono inmediatamente porque no tiene sentido, parece que estoy leyendo una obra de teatro ._. así que bueno por ese lado mi escritura seguirá de la misma manera. Si quieres leer algo más de mi autoria te recomiendo leer: Lluvia, Otoño, Invierno y Primavera, también son SesshKag y son One-shot! Esperó que sean de tu agrado y un placer tener una nueva lectora montada en el barco.

    Saludos!
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  13.  
    Sacnite

    Sacnite Entusiasta

    Géminis
    Miembro desde:
    25 Junio 2013
    Mensajes:
    70
    Pluma de
    Escritora
    Wooo!!!
    Me encanto cada uno de los capítulos!!! Como Sango le reprocha todo a Inu y decide irse y junt a ella Shippo y Miroku ojala ellos sepan que Kagome aun esta viva^^

    Que pasara ahora con la búsqueda de los fragmentos?
    Que hará ahora Kagome?
    Sesshumaru que pensara hacer con ella?

    Que pasara ahora espero con ansias el próximo capitulo^^

    Me fascino sigue así!!!
    Saludos!!! espero que la continúes ^^
     
  14.  
    FiraLili

    FiraLili Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    15 Febrero 2011
    Mensajes:
    350
    Pluma de
    Escritora
    Hola, Zimba.

    Gracias por la invitación, ya tenía un tiempo que no leía alguna historia de SessKag (sí, mátame he descuidado esa parte xD), bueno, dejando eso de un lado cuando leí el prólogo me quedé con cara de "OMG, ¿InuYasha?, ¿INUYASHA ES EL MALO?" con decirte que mi madre que estaba pasando se me quedo viendo cuando lo grite y me pregunto: "¿InuYasha es malo?, ¿no era bueno? Y deja de gritar que ya es de madrugada" (mi madre es fánatica de InuYasha :p) es que enserio eso si me sorprendio, es decir, entiendo que se sintiera herido por perder a Kagome pero al punto de ir a por ella y atentar contra toda vida que hubiera a su paso... la neta me sorprendí.

    Pero conforme iba leyendo me di cuenta que no tiene ni un maldito motivo para hacer eso, ¡¿Quién demonios se cree el muy desgraciado?! (perdón, me enojé pero a mi favor esta que se lo merece xD), ¡¿cómo se atrevio hacer semejante cosa?! Me dolio la elección de InuYasha, aunque lo comprendo la presión y el recuerdo de Kikyo fue lo que colapso su mente :/ tomó una mala desición y yo se que se va arrepentir el muy tonto (eso se muestra el el prólogo, sufre Inu, sufre xD)... además... ¿en qué maldita mente cabe perdirle a Kikyo que se una a su grupo cuando Kagome está ahí? Eso fue muy rastrero de su parte, muy, muy rastrero D: yo le hubiera pegado un puñetazo por semejante barbarie, enserio, Kagome debió haberle dicho muchos "siéntate" pero ahí entra el amor que le tiene la morena a Inu... asdfg! ¡Nada debió darle un puñetazo!

    Bueno... dejando a parte eso, pasemos a nuestro yokai preferido, ¡Sesshomaru!, ¡Dios! lo adoro tanto, gracias colmillo sagrado, sin ti Sessho se hubiera dado media vuelta y haberse ido sin tomar en cuenta a nuestra Kagome, pero asdfg, Sesshomaru no te vas a escapar :) vas a caer redondito a los pies de Kagome-chan, no podrás resistirte jojojojojo, nadie lo hace :)

    ¡Asdfg! Zimba gracias por la invitación, quedé satisfecha con lo que leí y emocionada :)

    FiraLili
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  15.  
    Lady Stanley

    Lady Stanley Sweet Room

    Virgo
    Miembro desde:
    12 Enero 2008
    Mensajes:
    885
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Destino [Sessho&Kago]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    4326
    Bueno, ahora no tardé demasiado porque me inspiré. Sigo viendo InuYasha otra vez voy en el capítulo 129. Aunque ha terminado la temporada de los Shichinintai ellos siempre han sido mis favoritos en especial Bankotsu y Jakotsu. Adoró la parte en dónde Kagome le dice a InuYasha: No te conocía esas mañas es mi favorita esa parte. CAPÍTULO DEDICADO A MI AUTORA FAVORITA: FIRALILI.

    Sin más que decir, los dejó con este próximo capítulo ya que el fin de semana por fin es mi examen de segunda vuelta de ingreso a la Universidad. ¡Estoy muy feliz por eso! :3

    Y viniendo a hacer publicidad xD acá les pido un like en mi página de fans en Facebook, siguiendo el siguiente linkàhttps://www.facebook.com/zimbacavalera

    Desclaimer: Los personajes y escenarios del universo de InuYasha, pertenecen únicamente a Rumiko Takahashi.

    Capítulo IV. Siempre será un demonio.

    Unas semanas habían pasado desde que Kagome había muerto, habían estado viajando sin encontrar pista alguna sobre el paradero de esa bestia. Ellos habían encontrado una aldea en dónde poder pasar la noche. La búsqueda por el último fragmento de Shikon se estaba complicando demasiado. Sus corazones tristes no ayudaban mucho en esos momentos.

    Al llegar a la aldea pudieron ver qué el poblado era muy tranquilo. Las personas se encargaban de sus actividades agrícolas y entre otras, pudieron ver a los niños jugar. A las madres de familia preparar la comida y hacer el pequeño quehacer doméstico, otras más lavaban la ropa y en los arados de cultivo se encontraban los hombres haciendo su labor.

    —Parece qué este poblado es muy pacifico—dijo el monje mientras pisaban la entrada de la aldea.

    —Eso parece… Naraku no ha destruido está aldea, desprende mucha paz su excelencia.

    Los jóvenes intentaron buscar a alguien con quien hablar para pedirles un poco de provisiones. Y algo de alimento ya que en los últimos días no habían comido lo que se dice exactamente una comida agradable. Parecía que los ánimos de Miroku habían mejorado considerablemente ya que el buen bonzo cuando vio un grupo de jóvenes pasar sonrientes.

    —Hola bellas señoritas—dijo galante a las campesinas.

    —Su excelencia—dijo una de ellas— ¿Qué lo trae por aquí? ¿A caso hay algún monstruo en nuestra humilde aldea?

    —No para nada—sonrió nuevamente galante y fue al grano. —Disculpe bella señorita ¿quisiera tener usted un hico conmigo?

    Un fuerte golpe le dio en la cabeza, una exterminadora furiosa se encontraba viendo el reciente chichón de la cabeza del monje. Shippo suspiró ya que Miroku nunca cambiaría y Kirara maulló a su dueña.

    —Usted nunca va a cambiar su excelencia—Sango se veía furiosa y las jóvenes vieron a la castaña un poco asustadas.

    — ¿Quiénes son ustedes?

    —Discúlpenos—sonrió Sango, cambiando su faceta furiosa a una feliz—Mi nombre es Sango soy una exterminadora de monstruos y el pervertido del suelo es el Monje Miroku. Hemos llegado a su aldea para pedir un poco de provisiones.

    Las jóvenes un poco más tranquilas decidieron ir con el responsable de la aldea para consultarles la visita de los forasteros. El hombre era de edad avanzada, su poco cabello tomado en una coleta era totalmente blanco y en su piel se ceñían las arrugas. Y se veía notablemente qué era un anciano amable.

    —Querida Misuki—dijo el hombre—me alegro que hayas regresado querida hija, ¿a dónde habías ido?

    —Padre—sonrió la joven—Estos forasteros han llegado a la aldea pidiendo un poco de comida y provisiones para su viaje.

    El viejo miró a la exterminadora y a los demás presentes.

    —Bienvenidos sean a esta aldea—

    De tal manera fueron recibidos a la pacifica aldea, Sango fue llevada por Misuki la hija del responsable del pequeño poblado. La llevó a qué se diera un buen baño en las termas a las afueras de la misma, mientras que Miroku intentó coquetear con las demás jóvenes aunque su atención fue llamada por todas las mujeres maduras de la aldea que lo hicieron correr despavorido. Shippo jugaba con Kirara junto a los pequeños campos de verduras.

    Mientras Misuki y Sango se dirigían hacia las termas, iban conversando sobre la aldea y sus orígenes.

    —Veo qué esta aldea es muy pacífica—dijo curiosa la taijiya.

    —Eso es porque la aldea se encuentra en los territorios de un poderoso youkai.

    — ¿Qué clase de youkai?—preguntó un poco insegura, Sango comenzaba a creer que era llevada hacia una trampa y la hija del responsable en realidad era un demonio.

    —En realidad las tierras no tienen nombre, pero muchos demonios y humanos que pasan por aquí suelen llamar Las Tierras del Oeste.

    —Ya veo… pero no entiendo… ¿Cómo es posible que ese youkai permita en su territorio una aldea humana?

    —La aldea existe desde hace muchísimos años, tiene una antigüedad de 300 años. Por lo tanto los youkai amos de estas tierras nos han permitido vivir aquí.

    —Ya comprendo—Sango seguía sin estar segura, estaba un poco nerviosa y se reprochó así misma haber olvidado su boomerang.

    Al ver que la joven se desnudaba tranquilamente y entraba al agua un poco de confianza regresó a ella. Pero estaba lista para cualquier cosa que la fémina pretendiera. Finalmente decidió confiar en ella ya que a su alrededor no sentía ninguna presencia demoniaca. Al empezar a desnudarse se le ocurrió mirar al cielo, como muchas veces cuando se duchaba con Kagome hacía. Pudo ver el humo de las termas yendo al cielo para seguir formando parte del Ciclo del Agua. Pero a lo alto se ceñían enormes torres majestuosas.

    Abrió la boca como pez, sorprendida de ver semejante arquitectura jamás antes vista. Salió de su asombro al escuchar un suspiro de Misuki.

    — ¿Qué es eso?

    —Ah… es el Castillo del poderoso youkai que vive ahí. Por eso la aldea no sufre ataques de demonios.

    —Eso es raro… ¿Quién vivirá ahí?

    —Mi padre me contó que ese castillo tiene siglos y ha pertenecido siempre a la familia Taisho. Son Inu youkai.

    Sango comprendía, así qué esos poderosos youkai eran amos de todos esos lugares, sin embargo; algo no cuadraba en ello. No era creíble que los youkai de ese castillo cuidaran de esa aldea. Ya tendría que ir a investigar con Miroku que era lo que pasaba… posiblemente podía qué Naraku se encontrara escondido dentro de las paredes de majestuosa construcción.

    0-0-0-0-0-0-0-0-0-0

    Las semanas habían venido y por ella InuYasha no había ido, empezaba a ponerse triste y su miserable realidad era qué el hanyou había hecho realmente su elección por una de las dos… y ella… no había sido elegida. La había dejado morir como cualquier cosa.

    Tampoco tenía conocimiento alguno de sus amigos, no sabía que era de ellos. Todo la tenía mal. Estaba muy lejos de su casa, ni siquiera podía ir a su época, estaba fuera de lugar, de casa, de su familia y sobretodo de su época. Ella no pertenecía a ese lugar.

    Desde aquel pequeño incidente con Sesshomaru no lo había vuelto a ver, la relación que ella tenía con la pequeña Rin se había fortalecido. Pasaban los días juntas, la niña adoraba dormir al lado de Kagome, gustaba de peinar a la niña y pasar todo el día a su lado pero aun así se encontraba fuera del mundo. No tenía idea alguna de lo que estaba sucediendo afuera de Moon Palace. Rekimimaru se la pasaba también con ella horas y horas contándole cosas sobre el castillo, sus amos e incontables batallas libradas. Otras youkai con las qué había entablado amistad era con Rukia y Yukia las gemelas kitsune. Pero otros demonios más al servicio del Inu se mostraban repelentes a ella tanto como a Rin, solamente les servían por órdenes del youkai.

    Ese día podía mirar que pintaba hermoso el clima. Siendo mitades de verano el día estaba cálido y sabía que en cualquier momento Rin llegaría por ella para jugar, pudo escucharla correr en el pasillo hacía su habitación, la niña hacía bastante alboroto ya que esa mañana se encontraba haciendo rabiar a Jaken.

    — ¡Buenos días señorita Kagome!—exclamó sonriente la niña.

    Detrás de la llegada triunfal de Rin, llegó sofocado Jaken, sus verdes mejillas habían adquirido un color rosado por el esfuerzo de alcanzar a la niña.

    —Condenada niña—bufó cansado—Te dije que no podías entrar a los aposentos del amo Sesshomaru.

    —Pero señor Jaken, no he visto al amo Sesshomaru—dijo con un tic triste la niña—Quería darle los buenos días.

    — ¡El amo no tiene tiempo para ti niña!

    —Buenos días, Jaken, Rin—dijo Kagome. Sonrió a ambos y la pelea terminó.

    —Buenos días humana—dijo indiferente Jaken—Qué tenga buen día.

    Iba a retirarse a no ser porque por llevar los ojos cerrados, chocó con una pierna que lo noqueó momentáneamente. Iba a reclamar pero se dio cuenta de quién se trataba.

    —Rekimimaru-san, buenos días.

    —Buenos días, Jaken. Tan temprano y ya estás peleando.

    El sapo gruñó y cómo despedida al pequeño grupo se retiró ignorándoles completamente, ese día tenía muchas cosas que atender en el castillo y sobre todo salir con Sesshomaru para seguir buscando a Naraku.

    "Ahora qué Rin y esa humana, se encuentran aquí será mucho más fácil para el amo encontrar a Narakun sin tener que estarlas protegiendo todo el tiempo. Aunque tampoco he visto al amo desde hace dos semanas… me pregunto a dónde se habrá ido."

    A veces también para Jaken, Sesshomaru era demasiado complicado. Aún no conseguía entender por qué había revivido a la mujer de InuYasha. Y hablando de ese hibrido… también se preguntaba por qué no había ido a rescatarla todavía o haber hecho algún alboroto porque se encontraba en Moon Palace. Decidió no partirse más la cabeza por ese momento, caminando lentamente iba tarareando una canción hasta recibir una patada.

    —Cállate, Jaken.

    — ¡Amo Sesshomaru! Qué bueno que regresó, amo bonito—dijo contento el sapo verde.

    —La humana… qué ha hecho en mi ausencia.

    —Eh… pues la relación entre ella y Rin se ha fortalecido notablemente. Se podría decir que son madre e hija, amo.

    —Dile qué se preparé, iremos de viaje.

    — ¿Tiene noticias sobre el paradero de Naraku?

    Sesshomaru ya no contestó, no era un youkai de muchas palabras y no iba a comenzar a serlo ahora. Ignorando los alardeos de Jaken, siguió a paso firme hasta perderlo en los largos pasillos de Moon Palace.

    El sapo verde se sorprendió así mismo al ver que había perdido al Inu mientras le hablaba sobre las novedades ocurridas sobre su ausencia. Pero inmediatamente recordó qué tenía que ir a visitar a la miko e informarle qué iban a salir de viaje. Posiblemente él y Rin iban a tener que quedarse; suspiró con pesadez ya que no quería cuidar a la niña si cuándo viajaban junto a AH-UH era demasiado para él. La chiquilla era demasiado hiperactiva y no paraba… ahora en un enorme palacio…

    Prefirió no pensar en eso y al bajar, subir escaleras llegó nuevamente a la habitación de la miko.

    — ¿Y ahora dónde se fue?

    -0-0-0-0-0-0-0-0-

    Kagome y Rin se encontraban jugando esa mañana en los jardines del palacio, la joven miko enseñaba a la niña a tejer coronas de flores y pulseras.

    — ¡Qué bella, señorita Kagome!—dijo la chica sonriente mientras veía los pliegues de los tallos.

    —Ayúdame Rin, está es para ti—la joven del futuro terminó de tejer la pequeña corona hecha a base de lirios de un color lila. Desprendían un suave aroma dulzón.

    Sin que ellas se dieran cuenta, Rekimimaru las cuidaba en el silencio. Sus ojos azules miraban exactamente qué era lo que las jóvenes hacían. Desde que la muchacha había llegado al palacio se había hecho muy cercana a ella… aunque había algo raro en ella. Parecía que no era de esa época ya que la envolvía un aire soñador qué no todos los humanos tenían. Las veía jugar, a lejana vista podría decirse que eran una madre y una hija disfrutando del día.

    Al mismo tiempo de cuidarlas desde lejos, otro youkai le hizo una seña para que fuera. Les echó una última mirada y decidió ir a ver qué pasaba.

    Rin le colocaba a Kagome una corona hecha con las rosas del jardín. Además los ojos chocolates de la miko radiaban felicidad pero no era una nena completamente, podía ver que en los ojos de Kagome hacía falta un brillo muy importante, aquel, qué le conoció al lado de sus amigos.

    —Señorita Kagome… ¿usted extraña a sus amigos?

    — ¿Eh?—estaba distraída pensando en aquel hanyou de orejas de perro—Si… los extraño mucho… a Sango, Monje Miroku y sobre todo el pequeño Shippo.

    — ¿Quién es Shippo?

    —Es el pequeño acompañante, un cachorro de kitsune que nos acompaña.

    — ¿Es cómo Yukia y Rukia?

    —Parecidos, él también es pelirrojo y tiene una felpuda colita.

    Rin se emocionaba al escuchar sobre los amigos de la joven, y deseaba conocerlos. Ella pensaba que eran tan emocionantes cómo los describía la chica futurista.

    — ¿Podremos conocerlos algún día?

    —Supongo que sí—Kagome sonrió, pero sabía que mientras siguiera en Moon Palace no podría decirle a sus amigos que ella estaba con vida. Que se encontraba bien y volver a ver a InuYasha. Cómo si de un flash se tratara vio aquel día en el cuál el ambarino había tomado su decisión entre ambas. Y… ella había sido la perdedora no había podido enamorar al mitad bestia, siempre estuvo pensando en Kikyo.

    Se levantó del césped. Nostálgicamente y ya no escuchaba los gritos de Rin al llamarle, sumergida en sus pensamientos dejó a la niña solitaria en el jardín. Se dirigió dentro del palacio para poder pensar, estar dos semanas ahí había sido suficiente para qué recordará el camino a su habitación. No escuchaba nada ni veía, en sus pensamientos se encontraba absorta y ni siquiera se dio cuenta en dónde estaba al chocar con alguien.

    —Hay—se quejó ya que se había pegado en la nariz.

    —Humana.

    —Sesshomaru—por instinto lo nombró, ni siquiera lo había visto aún. Al levantar la vista vio al demonio qué le miraba con esos ojos fríos e indiferentes.

    —Nos iremos, pasaré a buscarte al anochecer.

    El Taiyoukai no dijo nada más, siguió su camino por el pasillo dejando a la joven clavada en el piso, sin comprender exactamente las palabras del demonio. Como si un chaz se tratará intentó alcanzar a Sesshomaru, pero este caminaba demasiado rápido y le era imposible seguirle el paso: él doblaba en cada esquina—derecha—izquierda, y sus pasos al ser rápidos terminó perdiéndose en el inmenso castillo. No terminaba de asombrarse al ver la majestuosidad que el palacio mostraba; grandes candelabros se erguían en lo alto del techo. Muebles de la mejor madera sostenían cosas que nunca antes había visto.

    En una mesita pudo observar qué había varios colmillos en una vitrina. Estaban nombrados y las fechas de nacimiento-muerte estaban grabadas en los calcios. Pudo ver que eran bastante antiguos y parecían pertenecer a la familia de Sesshomaru. Miró los grandes cuadros en dónde se alzaba el poderoso general. Ella lo conocía por las mismas marcas que tenía en su rostro, hacía falta la luna en la frente característica del demonio que ella conocía. El cabello plateado…

    —Se trata del padre de InuYasha y Sesshomaru—dijo la joven—El poderoso general perro, InuTaisho.

    Miraba con asombro el lienzo pintado, sabía que eso no eran pinturas, era otro material.

    Estaba perdida entre los maravillosos objetos sin notar qué cierto youkai la miraba con indiferencia. Nuca ningún humano había pisado el santuario de recuerdos de su familia, podía sentir que alrededor de ella su aura espiritual calmaba las presencias malignas que los objetos desprendían. Miraba atentamente cómo las auras se acumulaban alrededor de ella y le era sorprendente hasta para él que la joven consiguiera apaciguarlas. Cualquier otro humano podía haber sido asesinado en ese momento, sentía qué los espíritus de sus abuelos no estaban contentos con la visita de la joven. Estaban decididos a atacarla, aquellas auras salían de todos los recuerdos colocados en vitrinas.

    —Lárgate de aquí humana—llegó detrás de la chica; quién dio un pequeño saltito al sentirse sorprendida. —Tú no eres bienvenida en este lugar, lárgate.

    —Eres un grosero, Sesshomaru—dijo la joven molesta, dispuesta a irse—Siento…

    —Cállate y lárgate, los humanos no son bienvenidos en este lugar. Todos mis antepasados han sido poderosos guerreros de la raza Inu y no aceptan qué un asqueroso humano venga a invadir su eterno descanso.

    Kagome se miraba indignada, sabía que Sesshomaru era cruel pero no tanto… sintió ganas de llorar.

    —Sigues siendo un condenado demonio.

    —Y tú una mujer insoportable, llorona, inútil y ni siquiera es capaz de presentir que las auras malignas. Tan insignificante que se dejó llevar por sus sentimientos y dejarse morir por ser el segundo consuelo de un maldito mitad bestia.

    La miko no sabía que decir… en parte lo que Sesshomaru le había dicho era cierto, pero no tenía que ser tan grosero. Hizo un puchero con sus lágrimas en ojos se fue dejando aquel lugar, tan raro… no se percató de que el youki se estaba incrementando demasiado.

    No le echó otra mirada al demonio porque sabía que se había ido. Y ella… no se quedaría ahí otra vez.

    0-0-0-0-0-0-0-0

    Sango había regresado de las termas junto a Misuki, seguía ella impresionada de que la aldea fuera protegida por los youkai, estaba segura de que esos pobladores no eran humanos cualquiera… podría tratarse de algún demonio intentando distraerlos en su búsqueda de Naraku. Al regresar una vena se le hincho en la sien al encontrar a Miroku rodeado de muchísimas jovencitas bellas.

    Las cuales se encontraban emocionadas y sonrojadas cuando el monje les leía la palma de la mano, según él prediciendo el destino de cada una de ellas. La taijiya no estaba de buen humor cómo para aceptar que su prometido siguiera con sus perversidades mientras ella no estaba presente. Dando zancadas, se aproximó hasta él—llevándolo de la oreja lejos de las jovencitas.

    —Usted no entiende, excelencia—

    —Sanguito por favor… ¡estoy maldito!—intentó persuadir a la exterminadora.

    —Si maldito…--La joven recordó el imponente castillo que se erguía en lo alto del bosque—Su excelencia… encontré algo raro.

    El momento gracioso de Miroku, había terminado para ponerle atención a la mujer de su vida.

    — ¿Qué encontraste Sango?

    —Un raro palacio… jamás había visto uno igual… todos los palacios de feudales que hemos visitado son típicos y su construcción es a base de madera y cortinas. Pero este… es diferente, dice Misuki qué la aldea siempre ha estado protegida por los demonios que viven dentro del lugar.

    —Suena… raro… ¿Cómo es el palacio?

    —Su maravillosa construcción se levanta con ladrillos de concreto, nunca antes lo había visto. La chica dice que ahí siempre han vivido una poderosa familia de Inu. Según ella… los Taisho.

    —Ahora entiendo—dijo el monje pensativo, tal vez lo que sospechaba referente a las palabras de Sango podrían conducirlo a quién él creía que pensaba—Tendremos que investigar.

    —Entonces iré por Shippo y Kirara.

    —Terminaré de recoger provisiones.

    Una vez hecho todo lo que acordaron el bonzo y la taijiya junto a sus pequeños integrantes emprendieron el camino, tomando el mismo cuando la joven decidió asearse un poco. Los ojos azules de Miroku, se abrieron considerablemente envueltos en sorpresa y admiración al ver semejante estructura. Se podía admirar cómo unas banderas moradas con una luna en cuarto creciente se movía en lo alto de las torres; el musgo creciendo en lo alto de los muros y podía sentir los youkis de los demonios por todo el lugar, ambos humanos sorprendiéndose por la majestuosidad de la estructura y los largos caminos de árboles de cerezo que llegaban a la entrada dónde dos youkai de aspecto humano cuidaban el gran portón, tenían en sus manos una especie de tridentes y estaban al tanto de todo lo que sucedía a su alrededor.

    —Será un poco peligroso entrar—dijo Miroku—Pero necesito comprobar algo…

    — ¿De qué se trata moushi-sama?

    —Quiero asegurarme de que estas tierras no son enemigas para nosotros, pero si para Naraku. Y posiblemente sepa quién vive ahí…

    Sango no entendía muy bien que era lo que Miroku quería comprobar, pero ella lo acompañaría hasta en el mismo purgatorio si era necesario. Apretó con fuerza a Hiraikotsu, escuchó a Kirara gruñir. El pequeño Shippo se mantenía en silencio pero podía sentir que estaba asustado.

    —Bien… ¡entremos!—gritó el monje e inmediatamente salieron a emboscar a los guardias que cuidaban el portón del castillo.

    Tras de él salió Sango montada en Kirara, un Shippo abrazando su espalda fuertemente mientras los demonios se percataban de la emboscada. Irguieron sus tridentes listos para pelear. Ellos también se lanzaron y uno de ellos alertó a los demás de que intentaban atacar, un cuerno sonó.

    — ¡Han avisado nuestra llegada!—gritó Miroku—Cuidado.

    La joven asintió preocupada por el monje, el mismo abrió su Kazanna para intentar absorber a los demonios pero estos eran demasiado fuertes.

    El primero en atacar fue un youkai de cabello azabache y piel blonda, qué quito con facilidad de las manos de la exterminadora el enorme boomerang. Pateó con fuerza a Kirara, y está perdió su transformación. El pequeño Shippo grito con pavor al ver al poderoso youkai, intentó correr para escapar pero fue tomado por su felpuda cola y noqueado inmediatamente.

    En su distracción Miroku también fue noqueado con facilidad, le quitaron su báculo y pergaminos.

    —Llévalas dentro—dijo uno—Al amo le gustará saber de esto.

    —Seguramente les matará por haber intentado entrar a la fuerza a Moon Palace.

    —Parece que de un momento a otro… los humanos quieren infestar el palacio.

    —Suficiente tenemos con la presencia de esa sacerdotisa y la niña.

    —Aunque la sacerdotisa puede purificarnos, no es nada fea.

    Ambos rieron y cargaron a los atacantes como bultos de papa en sus hombros y sin ningún esfuerzo llevaban las armas de los mismos.

    Al entrar se toparon con Rekimimaru; informaron del supuesto ataque.

    —Llévenlos al calabozo. El amo Sesshomaru está demasiado ocupado para atender estos asuntos. Más tarde lo comunicaré.

    —Sí señor.

    El joven azabache se fue buscando a la miko ya que esos personajes tenían algo de su aroma, sólo que diferente. Él podía sentir el aroma de Kagome mezclado con el aura pura de una sacerdotisa, manzanas, cerezos y lavanda además de una fresca brisa de verano en su cabello… y algo muy importante… el aroma de un youkai inu mezclado con su sangre. Y aquellos humanos tenían el aroma de la joven… sólo que más humana.

    Subió lentamente las escaleras, pero no fue necesario buscarla por más tiempo ya que Moon Palace al ser enorme era fácil perderse si no se le conocía. La joven andaba divagando, parecía haberse acostumbrado al perderse constantemente en el castillo de Sesshomaru ya que solamente caminaba mientras abría puertas y subía escaleras.

    —Kagome-chan—las formalidades se habían disipado a petición de la joven. La azabache volteó a mirar al vivo recuerdo de Bankotsu.

    —Rekimimaru-kun—dijo la chica contenta, se veía feliz de haber sido encontrada— ¿Qué pasa?

    —Quiero que hablemos de algo importante—la cara de la chica era de incógnita y esperó a las palabras de la joven—Unos humanos intentaron entrar a la fuerza a Moon Palace… y bueno fueron atacados por los guardias.

    — ¿Qué? ¿Sesshomaru lo sabe?

    —El amo está demasiado ocupado con otros asuntos cómo para atender a unos humanos revoltosos… entre ellos venía un monje, una exterminadora, una gata de fuego y un pequeño cachorro de kitsune.

    “Son Miroku, Sango, Kirara y Shippo”

    El corazón de la chica latió fuertemente ante tal pensamiento, y exigiendo de un momento a otro pidió a Rekimimaru que la llevara hasta dónde tenían a los humanos. Él asintió sonriente y la llevó hasta dónde los tenían.

    Bajaron por los oscuros calabozos del castillo y se podía apreciar el musgo creciendo junto a la humedad. Vio las frías celdas de los calabozos y en uno de ellos se encontraban sus amigos. Podía escuchar las palpitaciones de su corazón acelerado al verlos nuevamente, las lágrimas la invadieron. Asustando un poco al youkai por el llanto repentino.

    — ¿Estás bien Kagome?—preguntó el joven a la miko.

    —Este… sí… sólo que ellos son mis amigos.

    — ¿De verdad?—se rascó la barbilla pensativo—Ya se me hacía conocido su aroma en esos chicos. Bueno está bien los liberaré… solo espero que el amo Sesshomaru no se moleste.

    Tras ser llevados a la habitación de la miko, esperaron a que estos despertaran, todos se encontraban acostados en la cama de la chica, siendo constantemente vigilados por Rekimimaru y la misma Kagome.

    Poco a poco la primera en abrir los ojos fue Sango, quién no supo reconocer el sitio dónde se encontraba. Le dolía un poco la cabeza y no recordaba con exactitud qué era lo que había pasado. Pudo sentirse en una superficie mullida y muy suave, sobre todo cómoda. Parpadeó un par de veces más hasta acostumbrarse a la luz.

    — ¿Sango-chan?

    Ella conocía esa voz… la cabeza le daba vueltas…

    — ¿Kagome-chan?

    Aún sin mirar a la dueña de aquella voz, intentó incorporarse a la cama. Con cuidado y cautela se sentó frente a las personas que la miraban.

    — ¡Kagome!—gritó la mujer excitada al ver la figura de su amiga— ¿De verdad eres tú?

    —Sí Sango—sonrió la miko. Ambas amigas se abrazaron frente a los ojos del youkai, y a los demás inconscientes en la cama de la chica.

    “Está chica me ha hecho desobedecer constantemente las órdenes del amo Sesshomaru… ¿será ella la indicada para él? Sólo esperó que el amo no se enfade por este pequeño incidente…”

    Fin Capítulo.
     
    Última edición: 13 Agosto 2013
  16.  
    Sacnite

    Sacnite Entusiasta

    Géminis
    Miembro desde:
    25 Junio 2013
    Mensajes:
    70
    Pluma de
    Escritora
    Waaaaa por fin!!! puedo ver un capitulo nuevo soy tan feliz^^
    Hola!! que bueno que la continuaste!!^^

    Me encanta esta historia se encuentra atrayente con ganas de seguir leyendo^^ Kagome como siempre perdiéndose en el enorme castillo y quien no jeje me imagine el lienzo con la figura de Inu No Taisho el gran guerrero y el salón donde estaban los colmillo un toque muy histórico como me encanta... Me alegra que Kagome se allá reencontrado con Sango, Miroku, Shippo y Kirara, adoro ese chico Rekimimaru y su forma de pensar..x3

    Que pasara ahora?...
    En donde andará Inuyasha y Kikio?
    Se ve que va hacer un largo camino para que Sesshomaru ablande su frió corazón espero no sea tan largo jeje

    Espero que la continúes me encanta sigue así!!!
    Aquí me veras nuevamente^^

    Saludos!! hasta la próxima^^
     
  17.  
    Shassel

    Shassel Usuario común

    Tauro
    Miembro desde:
    29 Octubre 2012
    Mensajes:
    465
    Pluma de
    Escritora
    Después de un día tan cansado, me has alegrado el descanso, gracias ;).
    Que capítulo, pobre Kag, aún no puede olvidar al tonto de Inuyasha que triste :(, no puedo dejar de decirlo, es un idiota, :mad:, no se merece el amor de Kagome, que bueno que lo cambiará por Sesshomaru, siempre me pareció el más indicado para Kagome; leal, lindo, muuuyy frío quizás pero con un noble corazón por dentro, aunque él no lo quiera admitir XD, claro está.
    Por fin encontraron a Kagome, yyyyeeeeahhhh, ya era hora del reencuentro, por suerte los sirvientes de Sesshomaru solo los encerraron por que sí no :eek:.
    no pude evitar reírme con la actitud del monje Miroku, es un loquillo, nunca aprenderá.
     
  18.  
    Lady Stanley

    Lady Stanley Sweet Room

    Virgo
    Miembro desde:
    12 Enero 2008
    Mensajes:
    885
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Destino [Sessho&Kago]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    4066
    Esta vez no planeo tardar tanto en actualizar, estuve pensando algunos sucesos de la serie y a partir de ahora voy a seguir la línea de tiempo que se ve en el manga. Nos vamos a situar a partir del capítulo dónde Kagome desinfecta las heridas de Kikyo causadas por Naraku en el monte de las ánimas. Y bueno… no me queda más que agradecerle a todas que han leído y comentado, realmente me hacen muy feliz cuando entro a mi e-mail y me encuentro con que ya hay un nuevo review en el FF y también alertas aquí en Cz. Recuerden que la historia está publicada aquí Cz y en FF.


    Gracias a las lectoras y seguidoras y “me gusta” que me han dejado, se les agradece aunque quisiera ver más actividad en el FF.

    Y viniendo a hacer publicidad xD acá les pido un like en mi página de fans en Facebook, siguiendo el siguiente linkhttps: //www. facebook. com/ zimbacavalera

    Bueno también voy a contestar algunos review tanto de Fanfiction como de Fanficslandia.

    @FiraLili : Querida amiga, me alaga mucho que hayas aceptado mi invitación de venir a conocer mi historia. Me encanto tu comentario y de mi parte le mando a tu mamá un fuerte saludo xD por decir que InuYasha es el malo de la historia, creo que eso me causo una fuerte carcajada un rato, ya verás que conforme avance la historia el corazón de Sessho, se va a ir ablandando poco a poco.

    @Sacnite : Que bueno que haya hecho tu día de verdad eso a mí me pone feliz, bueno no creas que dejaré la historia botada nada más así, planeo continuarla aunque tarde un poco en actualizar. Es que tuve muchos imprevistos para poder poner el siguiente capítulo, pero sí! Por fin ya se reencontraron los fieles amigos xD y bueno este capítulo te prometo pasar a InuYasha no planeaba hacerlo hasta después pero creo que será necesario para el primer enfrentamiento con Sesshomaru.

    @Shassel : Tienes razón, Sesshomaru siempre ha sido el más indicado para Kagome, no entiendo cómo es que Rumiko-sama no puso a esos dos como una pareja… hubiera sido un éxito rotundo entre las SesshoKag fans ¿no lo crees? Hay InuYasha siempre será un cabeza hueca que no sabe tomar decisiones por sí solo. Y bueno Sesshomaru casi querra asesinar a Rekimimaru por desobedecer sus órdenes y siempre hacerle caso a Kagome LOL pero las cosas a partir de ahora se pondrán más interesantes.

    Chovitap: Gracias querida amiga, en eso tienes razón, Kagome tiene ese no sé qué, que puede calmar hasta a Sesshomaru si se convierte en inu youkai repentinamente. Me alegra que la historia te haya gustado y espero poder tenerte en las siguientes actualizaciones que planeo hacer.

    Faby Sama: No sé qué decir… :’) desde que comencé la historia también te tengo por aquí y eso me hace feliz. Y bueno aún falta un pequeño recorrido para que Sesshomaru y Kagome dejen de pelear, te aseguro que debe pasar algo realmente grave para que esos dos entiendan que son el uno para el otro. Y bueno espero que te guste que desde ahora comencemos la línea del tiempo situándonos en el capítulo dónde Kagome purifica las heridas de Kikyo.


    Desclaimer:Los personajes y escenarios del universo de InuYasha, pertenecen únicamente a Rumiko Takahashi.


    Capítulo V. Reencuentro milagroso y peligroso.

    No había pasado mucho desde la última pelea con Naraku dentro del Monte de las Ánimas, el malvado hanyou se había tragado el mismo monte convirtiéndolo en parte de su asqueroso cuerpo, de la misma forma había tragado el cadáver del líder Shichinintai, al arrebatarle la vida quitándole el fragmento de Shikon que portaba en su cuello.

    El momento en el cual Naraku había tomado a las dos chicas e InuYasha ya había hecho su elección por una de ambas sacerdotisas (recuerden el primer capítulo “Mi elección” decidí cambiar algunos detalles) y ella lamentablemente había caído por un precipicio antes de escuchar a Naraku reír por la mala elección del peli plata.

    Suspiró nostálgicamente, tenía casi un mes que no había podido ver a InuYasha. ¿Qué sería de él? ¿Seguiría Kikyo a su lado? Muchas cosas podrían pasar.

    Escuchó a Rekimimaru y Shippo pelear, le recordaba al hanyou cuando peleaba con el pequeño kitsune.

    —Tranquilos chicos—dijo Kagome, quitando de la mano la cola felpuda y cargando el cuerpo del zorrito que insultaba al youkai neko.

    —Señorita Kagome—llamó la atención el monje— ¿Cómo es que llegamos aquí? Lo último que recuerdo es haber atacado a unos youkai, un castillo… y que usted estaba muerta.

    —Siento haberlos preocupado chicos—confesó la miko un poco cabizbaja—La verdad todo se lo debo a la pequeña Rin… de no ser por ella… tal vez si estuviera muerta.

    Todos quedaron en silencio, incluyendo al ruidoso de Rekimimaru quién ahora prestaba total atención al grupo humanoide. Podía sentir que se habían puesto realmente tensos al recordar algo. Observó las miradas de todos, en especial la de Kagome, esa miko era demasiado sensitiva con la mirada y podía admirar que estaba rememorando algo doloroso y pudo apreciar que unas lágrimas fugaces se escaparon.

    —No te preocupes Kagome-chan—abrazó la taijiya intentando reconfortar a su amiga—No fue culpa tuya… si no del baka de InuYasha.

    — ¿InuYasha?—interrumpió el neko youkai—Es el medio hermano del amo verdad.

    — ¿Quién es tu amo?—preguntó Miroku interesado, también recordando por qué habían decidido entrar a la fuerza al curioso castillo.

    —Es obvio que Lord Sesshomaru amo y señor de las tierras del oeste.

    — ¿Entonces este es el castillo de Sesshomaru?—exclamó Shippo un poco cohibido de estar en las tierras de ese abominable youkai.

    —Exactamente humanos y el amo se enfadara muchísimo por haberle hecho caso a las órdenes de Kagome.

    Todos miraron nuevamente a la miko, quién sentía las miradas sobre de su cabeza y pedía cómeme tierra ya que odiaba que la miraran así, se sentía descubierta. Aunque sabía que tarde o temprano tendría que decirles a sus amigos que estaban en el palacio de Sesshomaru.

    — ¿Entonces… Sesshomaru salvo tu vida?—preguntó sorprendida Sango, no creía que aquel frío youkai fuera capaz de haber salvado a su amiga…

    —Gracias a Rin-chan…

    —Debí suponerlo… el joven Sesshomaru no salvaría a nadie por cuenta propia. Imagino que la pequeña ha de haber rogado—esta vez fue Miroku quien entró en la plática del pequeño grupo.

    Los jóvenes que estaban enzarzados en su debate no sintieron el youki de Sesshomaru quién había estado escuchando la conversación hacía un rato. Él se enteró de todo lo que había sucedido hasta ese momento, pudo escuchar el cuerno de alarma y estaba dispuesto a pelear, pero falsa alarma al ver que los idiotas amigos de la sacerdotisa habían intentado entrar a la fuerza a Moon Palace. Y también se encontraba molesto porque Rekimimaru era el encargado de ejecutar a cualquier intruso dentro del palacio y por órdenes de aquella chica había desobedecido. Él no podía permitir que cualquiera entrara a su castillo, en siglos el humilde hogar de los Taisho había sido mancillado por humanos hasta ahora… tal vez su padre hubiera aprobado eso pero inmediatamente su madre los hubiera mandado a matar.

    Gruñó lo suficientemente bajo solo para que el guerrero neko escuchara su inconformidad. No iba a permitir que su tierra siguiera siendo llenada de humanos, suficiente tenía con la aldea que protegían… y todo por aquella asquerosa humana madre de InuYasha que vivía en aquel entonces en ese lugar… el lugar dónde su padre deshonró a su raza. Gruñó hastiado por tantos recuerdos que llenaban su mente.

    Estaba seguro que más tarde le daría su merecido a esa humana caprichosa.

    0-0-0-0-0-0-0-0-0

    De un corte con Tessaiga pudo cortar la cabeza de esa mujer cien pies que reclamaba sangre humana de esa aldea. Con un viento cortante desintegro todo el cuerpo de la demonio.

    Movió sus orejitas para escuchar las alabanzas de los aldeanos por haber destruido al monstruo, y también agradecer que la sacerdotisa que viajaba a su lado había curado a todos los heridos en batalla. Suspiró, algo le faltaba y no sabía que era… interiormente sin platicarlo con Kikyo, extrañaba a sus amigos. Las constantes peleas del monje y la exterminadora, las suyas propias con Shippo y sobre todo… los osowari de ella..

    —InuYasha es hora de irnos—dijo la miko no-muerta.

    Aunque el hanyou la amara no podía sentirse igual a su lado, esa ya no era la Kikyo de hace 50 años por la cual, él estaba dispuesto a convertirse en un humano, solo para estar con ella.

    —Si—

    Las cosas entre ambos no habían estado exactamente bien, muchas veces la sacerdotisa se iba al lado de sus serpientes cazadoras y más tarde regresaba, dejándolo solo a él en el viaje de ambos. Porque ahora nada más eran ellos dos.

    Y a veces el mitad bestia se lamentaba haber invitado a Kikyo a viajar con ellos, si tal vez él no hubiera dicho esas palabras posiblemente Kagome seguiría viva y los chicos estarían ahí. Seguirían siendo el mismo grupo de siempre…

    —¿Te pasa algo? Vienes hoy muy callado.

    —No es nada… no percibo el aroma de Naraku eso es todo.

    Kikyo no dijo nada más… ella sabía que algo más le estaba molestando al hanyou y no quería decirle nada. Desde hacía un rato ella había notado que un insecto de Naraku los estaba siguiendo. No iba a decir nada hasta saber las buenas intenciones de ese ser.

    0-0-0-0-0-0-0-0

    La tarde había caído sobre Moon Palace y ni un rastro de Sesshomaru.

    Jaken por su parte había pegado un fuerte grito en el cielo al saber que los amigos de la chica se encontraban ahora también dentro de esas paredes, Rin se había mostrado muy contenta por poder convivir con los demás. Se había hecho muy buena amistad con Shippo y ahora ellos disfrutaban de jugar en los jardines del palacio-. Rekimimaru se encargaba de mostrarles el castillo pero era ignorado su recorrido y cuentos históricos sobre el mismo. Se podía apreciar que aquellos se encontraban felices por el reencuentro deseado, la exterminadora en su corazón tenía la esperanza de que Kagome siguiera viva y encontrarla…

    Al llegar a las escaleras principales se encontraron en el salón principal. Dónde se miraba a la servidumbre youkai trabajar arduamente, diariamente esas eran sus tareas. Y por la puerta lateral derecha que daba al jardín entraron Shippo convertido en aquella esfera rosa rara y Rin sobre de él. Riendo juguetonamente ambos chicos.

    —Rin-chan—llamaron al unísono dos preciosas youkai con unas felpudas colas.

    A Miroku se le iluminaron los ojos y como rayo de luz ya se encontraba frente a las demonio kitsune, una exterminadora echando fuego por los ojos y una gota en la sien del neko youkai y la sacerdotisa.

    —Monje pervertido…

    Podían ver cómo las llamas rodeaban a Sango. Kagome y Rekimimaru se hicieron a un lado asustados al ver el estado de la castaña.

    —¡Yukia, Rukia!—gritó contenta la niña y saltó de encima de Shippo.

    Se podía ver a Miroku intentando persuadir a las hembras y ellas se mostraban

    un poco confundidas por la reciente galantería del bonzo. El pequeño kitsune deshizo su transformación y como si de una nube de ternura llenara el lugar, ambas gemelas youkai fueron corriendo a abrazar a Shippo y dejando a Miroku con un deje depresivo en su ser por ser ignorado de esa forma.

    —¡Qué bonito!—gritaron ambas al ver a Shippo quién se asustó un poco por el grito de las féminas.

    —¿Quiénes son ustedes?—preguntó él, mientras las youkai jalaban sus mejillas.

    —Yo soy Rukia.

    —Y yo Yukia.

    —¡Somos gemelas!

    Shippo no había notado que hasta ese momento las youkai que lo cargaban eran de su misma raza. Vio sus colas felpudas moverse contentas mientras seguían mimándole.

    —¿Son del Clan Kitsune?

    —¡Sí! Pero nosotras trabajamos para el amo Sesshomaru desde hace ya muchísimos años… para ser exactas dos generaciones.

    —Ya veo…

    —Por cierto… tu hueles a KanKen-sama… ¿A caso eres su hijo?

    La mirada de Shippo se ensombreció y se aguó al recordar que su padre Kanken había muerto en manos de aquellos despreciables Hermanos Relámpago, podía recordar que su padre había sido utilizado como tapado para el hermano menor.

    —KanKen-sama ha muerto—dijo él en voz baja.

    El silencio entre los kitsune se hizo presente. Habían perdido a un líder muy poderoso.

    Miroku después de recibir una fuerte cachetada por parte de Sango, y las carcajadas del neko youkai dejaron al pequeño Shippo interactuar más con sus parientes lejanos.

    Corriendo por las escaleras bajó Jaken apresurado con su bastón de dos cabezas en mano… respiro pesadamente por el atosigamiento y en rodillas se recargo para poder recobrar un poco de oxígeno. Los presentes le miraron esperando a que el sapo se recuperara.

    —Humana—llamó—El amo bonito te busca.

    —¿Qué quiere?

    —Yo la llevo señorita Kagome.

    —Nosotros también iremos, Sesshomaru puede hacerte algo—dijo Sango, ella no confiaba en el youkai. Posiblemente era que había salvado a la chica pero eso no quitaba que siguiera siendo el mismo frío y sanguinario ser.

    Ante las inútiles protestas de Jaken acudieron al recinto del Inu. Él se encontraba sin armadura, viendo siempre por la ventana hacia el horizonte, su mirada en ningún momento dejaba de ser fría y sin sentimientos. Viró su mirada para toparse con cinco pares de ojos que le miraban. Se molestó y echó una mirada asesina a Jaken.

    —Humanos… ¿Qué hacen en mi palacio?

    —Sesshomaru… estoy aquí ¿Qué pasa?

    La miko contestó con otra pregunta cosa que no le agrado, estaba molesto por la presencia de esos… y con el carácter que se cargaba en esos momentos estaba dispuesto a matarlos a todos. Desvió su mirada hacía el neko youkai quién bajo los ojos al piso, se sintió avergonzado con su amo por haberle desobedecido.

    —Más tarde hablaré contigo, Rekimimaru—silencio—Ahora lárgate de mí vista y tú también Jaken.

    —Pero amo…

    Las garras verdosas de Sesshomaru asomaron el veneno y los dos siervos comprendieron que sus vidas podrían serles arrebatadas si no se iban de ese lugar inmediatamente. Cerraron la puerta dejando al grupo con el demonio solos.

    —¿Y bien? ¿Qué querías hablar conmigo?

    Sesshomaru seguía de mal humor y el tono altanero con el que la chica le hablaba lo hacía hervir sangre.


    —Quiero que tus asquerosos amigos se larguen inmediatamente de mi palacio.

    —¡Eso no! Tú no puedes echarlos.

    —Es mi palacio…

    —Señorita Kagome, el joven Sesshomaru tiene razón nosotros no somos nadie para invadir su humilde hogar. Nos iremos en cuanto podamos ¿verdad Sango?

    —¡Yo no voy a dejar sola a Kagome! Y menos con él—Sango tampoco estaba ayudando mucho.

    El ceño del youkai estaba fruncido y remarcado, esos humanos siempre le hacían perder la cordura. Y trono sus dedos, sintiendo como de sus garras salía el ácido verdoso.

    —Nos iremos está noche… insectos de Naraku han estado rondando mis tierras… y no pienso dejar que ese maldito hanyou invada mis dominios.

    Fue lo único que dijo, después ignorando a los chicos ellos salieron de los aposentos del Inu.

    Los jóvenes ya lejos de cualquier peligro de Sesshomaru. En el jardín para ser más exactos junto a Jaken y Rekimimaru que querían enterarse de las palabras del amo. Se sentaron frente a la pequeña laguna que tenían y se dejaron relajar pero el momento se hizo misterioso al momento en el que empezaron a debatir sobre Naraku y sus insectos. Estaban dispuestos a acabar con él a como fuera lugar. Por ahí también se encontraban pululando las gemelas kitsune junto a Shippo que parecía contento con alguien de su misma especie, Rin también jugaba con ellos.

    —Nunca imagine que Sesshomaru tuviera semejante castillo.

    —Tienes razón Sango, la primera vez que estuve aquí me quede maravillada… es tan surreal.

    —El joven Sesshomaru se veía molesto—dijo Miroku—Entonces posiblemente tenemos que ponernos listos para partir.

    — ¿Crees que él quiera viajar a nuestro lado?—preguntó Sango.

    —Aunque no quiera viajar con nosotros, podemos hacerlo nosotros solos—afirmó la miko.

    —Tienes razón, Kagome-chan.

    — ¡Por supuesto que el amo Sesshomaru no querrá viajar con humanos débiles y problemáticos!—gritó enojado Jaken, él tampoco estaba dispuesto a viajar con esos humanos amigos del hanyou… por cierto… ahora que lo pensaba ¿dónde se encontraba InuYasha?

    —¡Cállate enano!—dijo molesto Miroku, mientras le daba un golpe en la cabeza al sapo.

    —Condenado humano—iba a lanzarle fuego con el báculo de dos cabezas.

    —Jaken-sama, tranquilo—por primera vez en toda la conversación entró Rekimimaru a menguar el enojo del sapo.

    —Rekimimaru-kun ¿podrías entregarle sus armas a mis amigos?

    —Claro que sí—sonrió el azabache a Kagome, y con un chiflido aparecieron todas las armas.

    —¿Tendrás de casualidad un arco y flechas?

    —¿También ira?

    —Es mi deber recuperar la Shikon no Tama de las manos de Naraku, ya ha destruido muchas vidas… y tengo que destruirlo—la miko determinadamente se levantó y luego una gota en la sien se le dibujó.—¿Tendrás también algo de ropa que pueda cambiarme para mayor movimiento? ¿Aún tienen mi uniforme?

    —¿Aquella ropa rara con la que llegó a Moon Palace?

    —Si es mi uniforme.

    —Supongo que si—con otro chiflido apareció un carcaj lleno de flechas y un arco nuevo. Y con un aplauso el uniforme de Kagome calló en sus manos totalmente limpio y reparado.

    Al anochecer todos ya se encontraban listos, lo que transcurrió de la tarde se dispusieron a entrenar un poco para cualquier batalla, decidieron infiltrarse en las enormes cocinas y en unas bolsas de tela se llenaron de provisiones. Comida y hierbas medicinales. Algunos frutos y notaron que de verdad les hacía falta los primeros auxilios que la miko traía de su época y las raras botellas de agua que tanta falta les hacía falta en esos momentos. Guardaron todo lo necesario, algunos pergaminos youkai que Miroku encontró entre otros. Venenos líquidos para Sango que los youkai le dieron.

    Esperaron a que Sesshomaru apareciera, puntual al caer la noche el demonio apareció. Vio a su fiel sirviente Jaken y a Rin. También su mirada cayó en la sacerdotisa que nuevamente volvía a portar aquel raro vestuario.

    —Vámonos.

    —Mucha suerte chicos—despidió Rekimimaru.

    Sobre de Ah-Uh se montó Rin, Shippo y Kagome. En Kirara iban Sango y Miroku. Mientras Jaken volaba con Sesshomaru.

    0-0-0-0-0-0-0

    Una nube de veneno llenó el camino, a su vez matando cualquier cosa viva alrededor. Árboles, animales y un riachuelo que se había convertido en uno de miasma. Frente a la miko no-muerta y el hanyou apareció aquel que tantos problemas les había causado. La ira inundó a InuYasha qué inmediatamente intentó atacar; pero el campo protector de Naraku lo repelió perfectamente.

    —Mí querido InuYasha…

    — ¡Naraku maldito! ¿Qué quieres ahora?

    —Querido InuYasha… veo que estas de mal humor… ¿A caso el cuerpo de Kikyo hecho de barro y hueso no puede satisfacer tus placeres carnales?—río ante sus burlas mientras que escuchaba gruñir enfadado al peli plata.

    De un momento a otro una flecha sagrada destrozó su campo de energía, permitiéndole a InuYasha lanzar un viento cortante que esquivó por los pelos, con su mirada lánguida vio a Kikyo quién le apuntaba lista para lanzarle otra flecha. La noche le ayudaba a confundirla, pero no al de traje rojo. Regenerando su cuerpo, sus tentáculos fueron directos al cadáver andante, pero fueron cortados por el hanyou y su detestable espada. Sin que ellos se percataran otras de sus extremidades que se estaban regenerando atravesaron el cuerpo de la miko.

    — ¡Kikyo!—gritó InuYasha perturbado al ver que la azabache era atravesada por Naraku.

    —Mi querida Kikyo… que cálido es tu cuerpo de barro—río nuevamente—Pero lástima que no sea mío… porque vas a morir.

    Sus extremidades convertidas nuevamente en tentáculos, inyectaron en la sacerdotisa una gran cantidad de veneno gasificado y miasma líquido que se dispersaba por todo su cuerpo.

    —M-maldito—la joven estaba demasiado débil. Veía como de su cuerpo se escapaban las almas. Y sentía un dolor quemante, aquel mismo dolor que recordaba cuando murió.

    — ¡Te mataré maldito!—gritó InuYasha fiero, lanzando un nuevo viento cortante que solo sirvió para herir más a la no-muerta.

    —Nos volveremos a ver InuYasha… ahora que tus amigos te han abandonado y Kagome ha muerto… jamás podrás derrotarme.

    Y desapareció en la característica nube de veneno rodeado por sus insectos venenosos. En sus brazos yacía Kikyo inconsciente y desangrándose, su sangre se mezclaba con el miasma inyectado por Naraku.

    —No te mueras Kikyo—pidió a la mujer—No sé qué haré sin ti.

    Dos pequeñas esferas de luz se materializaron en la oscuridad de la noche, qué levantaron de sus brazos el cuerpo de la miko. Llevándoselo lejos.

    El hanyou replicó pero estas desaparecieron inmediatamente con Kikyo. Y perdió su rastro, el aroma de la miko no-muerta estaba lejos ya que su rastro desaparecía más y más haciéndose muy tenue al olfato del peli plata. Gruñó y miró a su alrededor, ahora estaba más solo que nunca.

    En otro lugar lejano a InuYasha, el cuerpo de ambas almas se materializo en dos pequeñas niñas, un kimono amarillo y otro azul. Sus expresiones eran serias parecidas a la de la miko no-muerta, quién ahora se encontraba quejándose por el envenenamiento de Naraku en su cuerpo.

    En una cascada y una pequeña laguna dónde moría la corriente de agua, fue depositada. En esos mismos instantes el agua se hizo turbia casi imposible localizar el cuerpo de la miko, las almas se volvieron a materializar y desaparecer en la oscuridad de la noche.

    0-0-0-0-0-0-0

    El viento de la noche no pintaba exactamente bien, los árboles se mecían con un misterio casi siniestro. La anciana Kaede miraba las campanas que sonaban con el aire, vio la tranquilidad de la noche… aunque no pintaba bien, sentía que alguna catástrofe iba a ocurrir pronto; al virarse sintió la presencia de dos espíritus, cargando su arco y flechas estaba dispuesta a atacar. Pero bajo su arco al observar cómo estas dos almas recogían tierra y restos de la tumba de su hermana errante. Para después volver a irse en dos esferas brillantes rumbo al este.

    Su mirada se hizo triste y no sabía exactamente para que esas dos chiquillas querían los restos de su hermana, sabía que Kikyo aún no encontraba el descanso eterno y aún seguía rondando este mundo. Suspiró y sin decir nada entró a su cabaña.

    0-0-0-0-0-0-0-0

    Mientras volaban los chicos platicaban entre ellos, Sesshomaru podía escucharlos sin decir nada, e ignorarlos. Su mirada aguda localizo dos espíritus que volaban hacía el este, sintió en sus fosas nasales el aroma de barro y huesos de esa sacerdotisa de la cual su despreciable medio hermano estaba enamorado. A él eso no le importaba… y por lo tanto a esos humanos tampoco.

    — ¿Qué es eso?—preguntó Kagome también notando las almas.

    —Parecen ser espíritus buscando el descanso—dijo Sango.

    —Pero desprenden el aroma de Kikyo—dijo Shippo llamando la atención de todos en especial la de Kagome—Y también el ambiente huele a Naraku.

    Entonces Sesshomaru dejó de avanzar para poner atención al pequeño cachorro zorro; agudizó más su olfato para efectivamente sentir el aroma de InuYasha, la miko y de Naraku por los alrededores.

    —Investiguemos—dijo Miroku—¿Qué opina usted joven Sesshomaru?

    El youkai no dijo palabra alguna, sólo avanzó en dirección dónde minutos antes las almas habían estado. Detrás de él emprendieron el camino.

    Al estar todos concentrados en seguir a aquellas ánimas no notaron que habían sobrevolado por sobre InuYasha quién si les había visto. Gruñó enfadado al ver que ahora iban con el maldito Sesshomaru: pudo ver al dragón de dos cabezas
    y a la niña sin darse cuenta de la presencia de Kagome. No estaba usando su olfato para visualizar, pero sí pudo mirar a Sango y Miroku montados sobre Kirara. Decidió seguirlos para darles su merecido por haberse ido de su lado.

    Fin Capítulo.
     
    Última edición: 14 Agosto 2013
  19.  
    Sacnite

    Sacnite Entusiasta

    Géminis
    Miembro desde:
    25 Junio 2013
    Mensajes:
    70
    Pluma de
    Escritora
    Hola!!! Gracias por responder mi comentario y apiadar te de mi jejej

    Waaa me encanto el capitulo!!! fue emocionante y interesante jejej Sesshomaru se gasta un humor de muerte xD Tan bello Shippo pudo conocer youkai de su misma rasa^^
    Inuyasha se quedo solo quien lo manda que sufra por egoísta que atienda a su mujer y deje en paz a Kagome ~.~
    Naraku como lo detesto siempre tan repulsivo :mad: como lo detesto a pesar de que el condenado es bello xD.... Pero no le llega ni a los talones a Sesshomaru ^-^
    Kikio salio herida no tengo nada encontrar de esa muerta odiosa, espero que su reencarnación la salve como siempre tan linda Kagome ^^

    Que pasara ahora? quiero saber...
    Con que se encontraran al llegar al sitio..?
    Se enfrentaran Sesshomaru y Inuyasha? Waaaa quiero saber espero con mucha ansias el próximo capitulo..^^

    Saludos..^^ sigue así!!
    Hasta la próxima.
     
  20.  
    Shassel

    Shassel Usuario común

    Tauro
    Miembro desde:
    29 Octubre 2012
    Mensajes:
    465
    Pluma de
    Escritora
    :mad: Inuyasha y su torpe gusto por fastidiar la vida de todos, que es lo que le pasa, después de traicionar a Kagome de esa manera, esperaba que sus amigos estén con él y la odiosa de Kikyo, se merece estar solo, es más, debe quedarse solo, por idi, por traidor, por todo. XD. Lo lamento, su actitud me hizo enojar, mira que querer darle una lección a sus amigos, solo por irse con Sesshomaru, quién no lo haría????
    Pobre Kagome, después de casi morir por Inuyasha, tendrá que volver a verlo, y de seguro también deberá salvar a Kikyo, sé que ella es una chica de gran corazón pero, me resulta tan cruel, en el animé me sorprendió mucho la manera en la que Kikyo ni siquiera le dió las gracias a Kagome después de salvarle la vida, es una muerta tan fastidiosa:mad:
    Lo único que me alegra es saber que Kagome tendrá un final feliz junto a Sesshomaru, :)"es tan lindo XD". Desde el día en que salvó a Rin, amé su personaje, dice odiar a los humanos, pero, a pesar de ser un demonio un poco orgulloso tiene un corazón capaz de amar.
    Después de que Inuyasha traicionó a Kagome lo odie, tanto en el anime como en tu fic, es un bobo, siempre la trató mal, la cambió cada vez que pudo y aquí casi la mata. :confused: y aún así Kagome lo ama!!!!! Por qué!!!!! Ella es tan noble.
    :DSesshomaru, aunque no lo admita ya ama a Kagome, digo, por algo aún no la asesina, no???, ;) eso me dice que ya esta empezando lo romántico :p. Muero de la emoción.
    Y ese monje Miroku, cuando cambiará????:cool: pobre Sango, ella es otra loca enamorada, XD, aunque amó cuando ella le da una lección :D
    Muchas gracias por la actualización, cada día esta historia se pone más interesante ;).
     
  21.  
    Lady Stanley

    Lady Stanley Sweet Room

    Virgo
    Miembro desde:
    12 Enero 2008
    Mensajes:
    885
    Pluma de
    Escritora
    Por ahora vengo a avisar que tardaré unos días más ya que estoy escribiendo otro SesshKag para un concurso de Cz. Así que tardaré un poco en actualizar. Espero y entiendan jejeje intentaré actualizar lo más pronto posible.
     

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso