Después de la lluvia...

Tema en 'Relatos' iniciado por Death kiss, 21 Noviembre 2011.

  1.  
    Death kiss

    Death kiss Entusiasta

    Sagitario
    Miembro desde:
    11 Octubre 2010
    Mensajes:
    165
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Después de la lluvia...
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1176
    El tiempo parecía condenarme. Su mirada vacía llego a mi corazón cargada de dolor, medite un instante la languidez del momento y no quise dejarle así, forcé mi rostro y esbocé una sonrisa amarga, pero él no lo notaba. Contemple el hecho de causarle gracia, quizás para irme con el alivio de no dejarle triste, aborrecía verlo así… él no, aquél que me hacía feliz sólo con el hecho de respirar no podía estar triste.

    Hice un par de muecas: mi rostro reflejaba gracia y el suyo también al observarlas. Miré atentamente su carita enardecida unos segundos, pero un resoplido acompañado de unas leves risitas de su parte me sacaron de momento de la tortura ocultada anteriormente; ese ha sido uno de los momentos más gratos de mi vida.

    Me levanté del viejo banco del parque donde estábamos sentados, y me fui sin más nada que decir que una normal despedida.

    Me dirigía a mi casa, caminé de prisa como solía caminar siempre, resguardé mis manos en los bolsillos de la chaqueta, pues a pesar de que era de tarde aún, sentía cierto frío, aunque no fuese en el cuerpo sino del alma.

    Cuando giré a la cuadra próxima, le vi venir bastante agitado, al parecer se había venido corriendo por el otro camino y, a juzgar por su reacción al verme, el motivo no era otro que el de encontrarme para, entre otras cosas… “hablar conmigo”.

    Llegó corriendo hacia mí y me abrazó muy fuertemente, sentía su corazón palpitar con desafuero contra su pecho y a su vez, contra el mío; yo, perpleja, no conseguí moverme en lo absoluto, pero él de un momento a otro, entre ese abrazo tan ávido y desenvuelto, me elevo del suelo, poniéndome ahora en un estado de estupefacción atontada. ¡Esto era increíble!, ¡¿por qué esta actuando así… y conmigo?!.

    -¡Daniel!, ¿qué te pasa? -le pregunté ahora que le correspondía el abrazo, no se si por el temor a caernos ambos sobre el duro concreto o por que nunca lo había abrazado en la vida por otra razón que no fuera consolarlo cuando tenía problemas con su antigua novia.

    -Pasa que tú –hizo una pausa y me dejó con delicadeza en el suelo –eres esa chica –tomó mis manos y las acercó a su torso, justo donde su órgano vital palpitaba descontrolado –esa chica con la quiero estar -terminó de decir.

    Me observó como si estuviera descubriéndome hasta el pensamiento con aquella mirada: dulce, nerviosa, y enigmática. Yo intentaba mantener la compostura, pero él me conocía muy bien, sabía todo lo que estaba sintiendo incluso mejor de lo que yo me permitía considerar; no lograba aceptar que esto era real, que estaba despierta y que mi sueño estaba justo, a un par de centímetros frente a mí.

    - Pero… pero hace rato me confesaste que sigues queriendo a Dariann, a pesar de que terminaron hace más de 5 meses –Sentencié alejándome un poco de su alto y delgado cuerpo.

    Sostuvo una de mis manos para evitar que me fuera y con la otra me tomó de la cintura haciendo la distancia entre nosotros prácticamente nula. Yo imaginé lo que planeaba hacer en cuanto percibí su aliento: tibio, fresco y febril… a escasos centimetros de mis labios; los que habían sido invadidos en aquellos pocos minutos en que se desenvolvía la idílica declaración, por un color rojizo encarnecido a semejanza del resto de mi cara.

    -Pues, no te mentí… le quiero como parte de mi pasado, como una huella de mi vida. Aquello acabó cuando fui sincero conmigo mismo y le confesé lo que siento por ti –me dijo con la voz tan baja que al final, se convirtió en un susurro.

    Sus ojos verde-azulados tenían una intensidad asombrosa a tal momento, me atravesaban el alma destruyendo mis miedos, pero a la vez, me hacían temblar y palidecer aunque yo fuera naturalmente algo pálida, jamás había vivido algo así, siempre soñaba con que Daniel se fijará en mí, y a pesar de ello, la realidad superaba los sueños por primera vez.

    Él notó que estaba temblando y me aferró más a su cuerpo, sus brazos me rodeaban la cintura con cierta propiedad pero en cuanto a la forma en que sus dedos me tocaban, simplemente me hizo dar cuenta que había estado deseando tenerme así desde hace mucho… la candidez que me arrancaba y la que emanaba de él en ese momento era absoluta; quizás el tiempo en qué mantuvimos nuestros sentimientos ocultos y mi reacción al malinterpretar lo que me había dicho en el parque, fue lo que desencadenó que ya no se resistiera a confesármelo y siguiera un gran impulso de su alma, logrando superar su timidez, avasallando a la mía por consiguiente.

    En un intento por apaciguar mis pensamientos recién despertados, me dijo:

    -Yo supe que aquellas muecas ocultaban el dolor de negar tanto tiempo tus sentimientos hacia mí. Yo supe que el pensar que seguía atado a alguien que no me amaba te despedazaba el alma. Yo supe, aunque tarde, que sientes lo mismo que yo, mi dulce niña…

    -Aún… no es tarde –le interrumpí haciendo uso de un coraje que no sabía que tenía.

    Bajé un poco la mirada pero noté que mi respuesta le había sorprendido, se río calladamente y me miró, no espero más…, mi sorpresa fue mayor aunque eran obvias sus pretensiones al sostenerme de aquella manera en plena cuadra.

    Me besó.

    Fue un beso inevitable, ansioso, cálido y deleitoso. Mi miedo había sido silenciado de la forma más pura y delicada concebible. Nuestros labios iniciaron una danza propia que no tenía ritmo en sí, a menos que el amor lo tenga y de ser de tal forma, aún no la sabemos. Sólo nos ocupamos de sentir el elixir emocional que el otro nos proporcionaba entre la atmósfera mágica que mi Daniel había recreado para nosotros, derribando las murallas que le impusimos a nuestras emociones, una vez más.

    Cuando desacopló nuestros labios aquél instante, mantuvo su cara pegada a la mía de manera que nuestras narices se tocaban, me miró los ojos como esperando desaprobación pero se tranquilizó en cuanto los abrí y observó que centelleaban de felicidad. Sonreí tontamente mientras intentaba recompensar mis pulmones con un suspiro proporcionado; lo mismo hizo él pero su sonrisa fue más pronunciada. Acto seguido me besó la frente y me dijo:

    -Te quiero mi bobita.

    Suspiré de nuevo mientras mis ojitos burbujeantes se adecuaban a lo que mis palabras no tardaban en declarar, evadiendo por completo la timidez esta vez sonreí y le respondí con infinita serenidad:

    -Yo siempre te he querido.

    -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

    Waaaa :/ No se qué tipo de bicho me pico xD Ahora me dio por escribir esto, bueno... debo aprovechar la inspiración cuando me llega. Eso no significa que estoy enamorada de alguien. Eso puede significar, que estoy enamorada del amor, todo depende de la percepción. Espero que les guste y si no es así, igual espero sus críticas que siempre son muy bien aceptadas. Gracias por decidirse a leer algo cursi o.o
     
    • Me gusta Me gusta x 1
Cargando...
Similar Threads - Después
  1. Kana
    Respuestas:
    4
    Vistas:
    618
  2. Gamenor
    Respuestas:
    1
    Vistas:
    351
  3. Alma Perdida
    Respuestas:
    1
    Vistas:
    642
  4. harold lima
    Respuestas:
    0
    Vistas:
    355
  5. harold lima
    Respuestas:
    0
    Vistas:
    361

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso