Este relato pertenece a la versión de Tim Burton, espero les guste. Abstraído en sus pensamientos avanzaba por el inmenso patio de su casa donde lo seguía de cerca Trobes y Irritubos surruzando al ritmo del silbar del té, la eterna mesa que por años compartió con el lirón y la liebre de marzo parecían llamarlo para hora del té y él aunque ansioso avanzaba lento en cada reflexión. — El fradulloso día llegó y Alicia llena de muchosidad derrotó al Jabberwocky, la paz reinó en infratierra a manos de la Reina blanca y de la Reina roja no se supo más, Alicia prometió volver…—se detuvo un momento saludando a una rosa que aleteaba una de sus hojas. —…paso mucho tiempo de eso— agregó con cierta nostalgia— el brillardiante sol ya no fluraba, los cantos de los trobes no encantaban, en un país lleno de maravillas, sin ella no encontraba…— levantó la mirada y sonrió radiante, acomodo su sombrero y siguió adelante— ¿cómo era mi pequeña Alicia que explicabas tu locura?... Volteó hacia los arboles esperando encontrar al gato rizón evaneciéndose pero solo era siasiano que aleaba. Por alguna razón las plumas de esta criatura le hicieron recordar lo que buscaba. — A veces soy capaz de pensar en 6 imposibilidades antes de empezar el día. — enunció como alguna vez lo hizo la muchacha— número uno, Alicia regresó, número dos, ella está completamente transformada en una bellísima mujer, número tres, ella dijo que había vuelto por mí, pues echaba de menos, número cuatro, ella prometió no volverse a ir jamás, número cinco, ella se quedó a mi lado y las maravillas no solo volvieron con ella, número seis… Alguien el cubrió los ojos antes de terminar y le beso la mejilla, le sonrió alegremente y corrió por delante jugueteando con la Lirón, hasta quedar luego frente él. — ¡Numero síes! —exclamó— tú y mi mami formaron una familia y nací yo— afirmó una pequeña con rizos dorados y un vestido azul con blanco. El sombrerero sonrió y abrazó a la pequeña, Alicia apareció con una taza en la mano y luego de darle un sorbo se acercó a besarlo. — Por cierto— dijo la mujer— cielo, ¿sabes en que se parece un cuervo a un escritorio?. Él negó agachando la cabeza para esquivar la taza de la liebre. —Ya dile que lo he descubierto mamá, tío libre fea está botando todo y no me tocara tostado de nuevo. — señaló la niña. —Ambos pueden tener plumas sobre él, ¿sabes en algunos sitios así le llaman a los bolígrafos?, es un pájaro él también tiene plumas, jamás se me hubiera ocurrido, se me hacía imposible. —Solo el imposible si lo crees. — concluyó diciendo el sombrero mientras daba un sorbo a su té. Contenido oculto
¿No sería sólo es imposible si lo crees? Bueno, estupendo, jajajaja, al fin alguien consiguió darle respuesta al acertijo. Eso sólo dice, que ella no está tan loca como sus padres, jajaja.
