Título: Desear la muerte. Tipo: Drabble. Fandom: InuYasha. Vampire Knight. Personajes: Zero Kiryüu. Kikyö. Mención de Yuuki, y demáses. Resumen: Le dolía haber visto aquello, pero la verdad era que tampoco había puesto muchas esperanzas sobre el joven cazador una vez que entró allí. Después de todo, ella era humana, ¿y él? Ahora sólo un cadáver. Advertencias: Manejo temas fuertes aquí (como suicidio, por ejemplo). Si éste tipo de contenidos no es de tu gusto, please, no leas. Notas: ¡Para kohome ! <3 te quiero ;__; aunque sea safrisca a veces. ..Desear la muerte.No se pueden vencer todos los obstáculos...... No había sido bueno consigo mismo durante meses, desde que Yuuki había muerto. En su pecho se sembró un dolor tan grande y devastador tras el fallecimiento de la chica como para empujarlo al mismísimo suicido. Estaba cansado de vivir, de respirar, de pensar en ella; continuar con su vida a partir de los recuerdos no era una opción. Estaba cansado. Harto y, ¡por Dios! Deseaba la muerte. La deseaba tanto… Aspiró con pesadez, mientras sus ojos violetas -hostigados de tanta oscuridad- se abrían paso a través de la habitación en penumbras, sentado a los pies de la cama, moviendo su cabeza ligeramente de un lado a otro. La sed lo mataba, el encierro… ¿Por qué Cross le había traicionado de esa forma? Confinándolo lejos de todos, de él, de Yagari. «Jamás los perdonaré… jamás» Lentamente, muy lentamente, comenzó a deslizar con firmeza la navaja a través de su muñeca izquierda. Una línea tras otra, cada vez más hondo, cortándose. El dolor físico no era nada comparado al de su alma. ¿Qué podía quedarle sin Yuuki?, siendo un mestizo no tenía a dónde ir si lograba escapar de aquél lugar, y tampoco es que quisiera seguir viviendo, ya que el sufrimiento sería demasiado grande. La sed lo torturaría durante el resto de sus días y, con suerte, lograría matar sólo a un par de personas en vez de a muchos, como inconscientemente deseaba. Un gemido de agonía sofocado mientras, lentamente, se desangraba. Ya no le importaba nada, ni Shizuka, ni Ichiru, y por mucho menos Kaname. Las dichas y desdichas de su vida comenzaron a reproducirse justo frente a sus ojos cual película, arrancándole un suspiro inaudible que, fácilmente, fue mitigado por el sonido de la puerta abriéndose. «Yuuki…» —El paciente de la habitación 207 está herido. Traigan enfermeros y una camilla —los ojos negruzcos de una mujer le inspeccionaron de pies a cabeza, tomándole una de sus manos en cuanto dejó el radio a un lado—. ¿Qué cosa has hecho, chico? —murmuró a modo de regaño, aunque en su tono de voz podía palparse cuán preocupada estaba. Acarició el cabello plateado del joven y lentamente, con dedos gentiles, hizo lo mismo con su rostro. La morena podía darse cuenta de cuán atractivo era el muchacho, pero también de cuán desgraciado se sentía. Una sincera mueca de tristeza se apoderó de su rostro, sonriendo amargamente al verle exhalando con pereza. ¿Era éste el precio que debía pagar una persona por perder a un ser amado? ¿era justo? Él, joven y osado, ¿realmente merecía morir víctima de la tristeza? —Yuuki… —gimió apagado, con su pecho subiendo y bajando de a poco en poco. —Shh, tranquilo, ya todo está bien —Zero creyó, en ese instante, ver el rostro de Yuuki a través de la intensa neblina que se había adueñado de su cabeza. Las palabras pronunciadas por la mujer tan exquisita y tiernamente le recordaron cuando, de niño, Yuuki le había dicho aquellas mismas palabras entre lágrimas. Inevitablemente, sonrió un poco, cerrando sus ojos en paz. —¡Señorita Kikyö! ¿Qué sucedió? ¿Cómo es que él…? —Él sonrió —dijo nada más ante las muchas preguntas del enfermero, con inquietante calma, besando la frente del joven que ahora podría descansar en la muerte—. Recógelo, y vámonos. Sin poder resistirlo más, la pelinegra salió de la habitación. Inmediatamente sus ojos se humedecieron en un débil intento por retener las lágrimas. Yuuki, su amiga, jamás la perdonaría por haber permitido aquello, pero nada había podido hacer. Se detuvo abruptamente a mitad del pasillo, suspirando con fuerza, recobrando aquella máscara de frialdad irreversible que tanto la caracterizaba. Le dolía haber visto aquello, pero la verdad era que tampoco había puesto muchas esperanzas sobre el joven cazador una vez que entró allí. Problemas de drogas, alcohólico y con un intento de suicido a cuestas, ¿cuán optimista podría ser? Tampoco podía vencer semejantes obstáculos, ni a la muerte. Después de todo, ella era humana, ¿y él? Ahora sólo un cadáver.
Oh, Amelia. ;-; Esto está intenso. Me llegó, realmente me llegó. El dolor y la tristeza que Zero estaba experimentando debió ser muy fuerte para llegar a tal extremo; quitarse la vida. Aunque se entienden sus acciones; haber perdido lo que más amaba en la vida es para eso mismo; desear la muerte. Me gustó la manera en cómo incluiste a Kikyo, pero sí que me sorprendió su manera de actuar, pero una sorpresa buena x'D Se notó que estaba preocupado por él y, por lo menos, pudo hacer que Zero sonriera C: Esa parte me gustó. Buen escrito, transmite mucho, me encantó. Lamento si mi comentario está algo pobre, pero no me siento muy bien :c Saludos.
con cuerdo con alessandra esto es muy intenso, el dolor las tristeza que sintió zero es impresionante, me gusta y me dio tristeza pero bueno, esta muy bien no vi ningún error ortográfico, en mi punto de vista esta bien y muy bien escrito... Gracias por invitar y avísame cuando necesites algo ;)
holaaa.. o.o hermoso ¡¡ me encanto como expresaste los sentimientos de zero +.+ que sentia con la muerte de yuki habia leido varios escritos tuyos y la verdad me encanta tu forma de escribir .. te has ganado una nueva seguidora.. pero no solo por eso si no por que les das justicia a todos los personajes especialmente a kikio que no es muy querida que digamos.. en fin gracias por la invitacion. hermoso escrito <3 byee
Sensei... esta safrisca llorará mares. No aguanté imaginar a Zero en esa situación, en verdad me dolió, sentí alguna clase de vacío demasiado agobiante cuando me enteré que finalmente moría, ¡dios, ni siquiera hubiese podido escribirlo! No entiendo de donde sacaste fuerza amándolo tanto. Esta bien, intentaré calmarme, ando medio sentimental... *sorbe su nariz*. El caso es que estuvo hermoso, muy claro y conciso, es una de las cosas que amo de tus escritos *--*, ya los extrañaba. Sensei, evitaré llorar, lo juro.
OMG. No había leído ésta joya. Me encanta el hecho de que no fue algo forzado entre ellos, una mera coincidencias de mundos. Donde se encuentran y donde las personalidades de ambos encajan a la perfección. Por un momento pensé que Yuuki sería la muerte de Zero, y aquí lo lleva hasta allí, en despecho, dolor, ya atrapado en algo que no podría salir. "Él sonrió" un momento de paz antes de dejar este mundo. Al menos ella fue testigo de eso, de que al menos, alguien vio esa sonrisa, vio la paz, fue la voz de alivio para él. Me encantó *-*