Desde el otro lado del dolor

Tema en 'Relatos' iniciado por aen lopejeu, 4 Marzo 2015.

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    aen lopejeu

    aen lopejeu haciendo arte

    Tauro
    Miembro desde:
    20 Febrero 2015
    Mensajes:
    10
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Desde el otro lado del dolor
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1243
    Hasta ahora nadie ha venido de la muerte ni nadie describe el dolor que se siente al morir. Muchos filósofos dicen que por amor todo se vale, pero será esta la razón por la que decidí morir tal vez no, tal vez si pero no fue esta la historia mas bella del mundo ni tampoco la historia que acabaría como romeo y Julieta.

    Esta es la historia de un cariño que empezó como cualquiera nunca acabo con un final feliz. Yo era ese tipo de hombre que siempre estuvo solo. Nunca viví con la esperanza de ser amado por una bella mujer aunque las respetaba y como todos quería amar.

    Pero si cada quien tiene su historia escrita, con un Dios que lo sabe y lo da todo por que seamos felices,

    — ¿POR QUE NO LO SOMOS?

    Al igual que yo también había alguien que añoraba amor y aunque para muchos ella era una chica mas, ella para mi se convertiría en mi mundo, en esa dama que le daría luz a mis noches y alegría a mis días.

    El día que la conocí vi su mirada llorando y triste, estaba sola. Yo la avía visto antes pero no recordaba su hermoso rostro en cambio solo veía sus ojos llorar; la ayude a ubicarse en la gran ciudad, su nombre aquel que nunca olvidare era Mariana; — ¡hay!— con solo recordarlo le da vida a mi triste destino, el que comencé a vivir el día que la muerte llego.

    Tal vez suene raro pero

    —¿ no esa es la cruda realidad?— Todos le tenemos miedo a la muerte, en mi caso yo mas, desde que fui pequeño siempre le tuve miedo a morir, a sentir que mi cuerpo y mi alma no se sentía ni un aliento.

    Al crecer veía la muerte como ese oscuro momento de la vida que en algún momento me visitaría pero no era más que eso. Ese 23/05/69 cuando la conocí ella era como una diosa para mi, recuerdo también el día en que la invite a salir con miedo en mis labios, le dije — ¿Mariana aceptarías salir con migo?— Ella con su hermosa sonrisa acepto.

    Aunque todo no era color de rosa, en toda historia de amor existen peleas y malos entendidos pero nuestro noviazgo siempre fue hermoso yo la respete como respete a mi madre. Pero aunque no sea fácil de creer y piensen que un amor así no existiría se equivocan; pues ame a esa mujer en cuerpo y alma y decidí no dejarla sola jamás

    El día que nos casamos le jure que como la palabra tiene poder estaría junto a ella para siempre, el beso que cello aquel compromiso fue el mismo que cello mi muerte.

    No me arrepiento de amarla, por que aunque siempre nuestra historia fue solitaria nos apoyamos el uno con el otro. Pensaran ustedes— ¿por que solos?— pues si.

    Ya que no pudimos tener hijos, la razón y con la pena del alma lo digo es por que ella sufrió con dos abortos no deseados.

    Yo le jure que no la dejaría sola y así fue hasta el final, aunque el destino nos volvería a tumbar una vez mas; aquel día llegue muy tarde del trabajo la encontré llorando como aquella vez, me sentía triste por verla así ya que no debería llorar mas yo estaba con ella . Junto a la cama vi que avía unos papeles del medico ya hace días yo la avía visto débil y sin esa energía que la caracterizaba, los papeles eran unos exámenes médicos el cual siendo un solo papel acabo con mis fuerzas esa noche ya que al leerlo me lleve una sorpresa muy fuerte al ver que decía

    Señora Mariana Ramírez.

    La presente es para comunicarle que usted sufre de un cáncer en la zona cerebral” Aunque no quise seguir leyendo el reflejo de las lagrimas me dejo ver que era un cáncer terminal mis ojos se llenaron de muchas mas lagrimas y lanzándome al suelo, llore con ella toda la noche. Al día siguiente ella estaba mas triste y cada vez mas débil y yo sufría por dejarla sola cuando salía al trabajo o a la tienda. Solía estar con ella todos los días y al verla sin fuerzas de seguir la vida. Decidí acompañarla a sus citas, done sangre y la acompañe paso a paso sin poder más.

    Ella me decía día a día vete busca la felicidad que nunca te he dado. Yo con lágrimas que no podía ocultar solo le respondía: — recuerda amor mío juntos por siempre— cada vez la veía sufrir más.

    El doctor me dijo la ultima vez que fuimos hace ya 2 meses con la frialdad en sus palabras; —lo siento le quedan ya solo dos meses de vida—con lagrimas y a la vez felicidad en mi rostro le dije: — doctor muchas gracias por todo lo que ha hecho por nosotros—con la tristeza revelada en su mirada me dijo:

    — de todas las personas que vienen a mi consultorio ella es la que mas me duele que muera ya que ella esta llena de vida en sus palabras y fe.

    Se me desgarraron las lágrimas llore hasta que mi alma sintió paz y cuando me pude calmar Salí y le dije:

    —mi amor ya no te darán más droga ni te tendrán internada, ella se alegro y me dijo:

    — vamos por todo el mundo quiero disfrutar los días contigo.

    Acepte con sonrisas y como el tiempo feliz se pasa volando esos dos meses se pasaron rápido, la vi sonreír otra vez aunque forzada ya que las grandes picadas de la cabeza no la dejaban ser feliz pero ella maquillaba su dolor con fuerza y yo aunque culpable me sentía feliz de estar a su lado.

    Aquella mañana sonrió y entre lágrimas de dolor me dijo:

    —me duele demasiado mucho gritaba y yo llorando yo gritaba, ¡resiste amor yo estaré a tu lado resiste!

    Ella me dijo: — quiero que me lleves al lugar donde nos conocimos, a ese lugar donde me levantaste y me dijiste tranquila de que estarías conmigo para siempre; — ¿vamos?— se me hizo agua los ojos y dije esta bien amor, aunque de mi cabeza no salía la idea de que era muy lejos de donde vivíamos, pero aun así ella quiso caminar a la mitad del camino se me desgonzo en mis brazos. Yo solo lloraba pero ella sonreía y yo caminaba con ella en brazos de manera tan lenta para que no sintiera dolor.

    Al llegar a la cilla donde ella estaba sentada sonrió y me dijo: —te amo amor mío, recuerda unidos por siempre— y murió en mis brazos y sin más espera llore como si nunca más en la vida fuera a volver a levantarme y ser feliz.

    Hoy fue su nuestro entierro lo digo por que yo hoy muero con ella, si amigos hoy desde este largo y alto puente perdiendo el miedo a la muerte por amor, por pensar y vivir en ella quiero entregarme a la muerte. Se que muchos pensaran que estoy loco ya que morir por alguien es desperdiciar su vida; pero ella no era alguien, ella era mi vida y si mi vida muere yo no existo y así culmina esta historia, tal vez no les contare que se siente morir por que mientras caigo al vacio pensare en ella y en la soledad que siente sin mi al otro lado del dolor.
     
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