Descansa en paz, pequeño James.

Escrito para el concurso <<Hechos reales>> Basado en una noticia: Asesinato de James Bulger.






Descansa en paz, pequeño James.


Les dolía, ardía más de lo debido. No podían soportarlo. ¡Estaban cansados de lo mismo!

―Vamos, Rob ―Animó efusivamente Jon―. No es tan mala idea.

Ambos sonrieron. Tenían la misma sensación, el mismo dolor. Las miradas de rechazo en la escuela, los gritos en la casa, problemas y más problemas. El estrés era un vaso que poco a poco derramaba su contenido.

―Está bien, Jon. Lo haremos.

Juntos, cambiaron de rumbo. Dejando atrás la escuela y el dolor de cabeza que ambos sentían. No lo soportaban, querían ser aceptados…pero antes que nada, querían diversión. Relajar mentes y reír un rato; siniestramente.

―¿Y si lo pateamos? ―Propuso Jon mientras caminaba.

―¿O si mejor lo tiramos a los carros?

Propuestas y más propuestas llegaban rápidamente a sus cabezas como gotas de lluvia. Sin poder contarlas.

Al frente de ellos, estaba el New Strand, y sin dudarlo recorrieron todo el lugar. Uno de los más grandes centros comerciales de Liverpool. Se pasaron varios minutos por ahí, robando cosas. Haciendo bromas.

Pintura verde de una tienda y baterías de alguna otra. Estaba sin control alguno, solo hacían lo que les hacía gracia. Claro…sin percatarse de las cámaras de seguridad que grababan cada una de las acciones de ambos niños.

―Ayer fallamos, pero sé que hoy lo lograremos ―Rob sonrío y le entregó las cosas que tenía en sus manos a Jon―. ¿A cuál cogemos hoy?

―Mmm…no lo sé. Quien esté más distraído y alejado.

Y así mismo fue, ambos simulaban buscar algo-aun cuando ya tenían su objetivo en la mira- todo, por tratar de aparentar estar bien.

En estos momentos, ¿dónde estaba la policía?​

¿Qué era de la inocencia de los niños?​

Rob rápido y sin dudarlo. Tomó de la mano a un niño, de dos o más años. Rubio y muy infantil, bastante lindo. Aunque éste al principio de negó, después accedió una vez en la que Jon le había ofrecido varios dulces- cuales habían robado de las tiendas- Ambos se alejaron, con el niño entre ellos. Simulando ser solo unos amigos que jugarían un rato con él.

¡Vaya que jugarían! A los dos secuestradores malos y al niño víctima.​

Esto era incluso peor que alguna película violenta de Chuky.​

​

―¿Te gustan los dulces niño? ―Las falsas sonrisas de Rob hacían sentir al pequeño en confianza, sin sospechar que algo malo le pasaría.

El pequeño asintió, comiendo sus dulces. Disfrutando de su inocencia, conservando la paciencia y su felicidad.

―Dinos, ¿qué nombre tienes? ―Jon rompió el hielo tan incómodo y sospechoso que se estaba formando entre ellos.

―Mi nombre es James ―se presentó de manera dulce el pequeño glotón. Sonría muy gentil.

Rob miró de reojo a Jon, su plan se llevaría a cabo desde ya. Se fijaron varias veces, de verdad estaban muy lejos del centro, nadie los veía. Incluso, ya ni se veían las casas de cerca.

​

Y en esta situación, ¿en dónde estaba la mamá de James?​

Justo ahora, ellos comenzarían con su maldad,​

con el veneno en sus actos.​

Lejos de toda la civilización, en un lugar muy apartado; Jon destapó el tarro de pintura. Y mientras que Rob sostuvo a James, quien ahora tenía miedo. Lo pintaron completamente.

Más no bastó con eso, también lo cogieron de los pies, arrastrándolo por todo el camino rocoso y fangoso, recorrieron metros, muchos minutos con el pequeño así. Hasta que al fin, lo tenía cerca del tren.

James, si crees que has sufrido. Estas equivocado,​

porque ahora viene el verdadero dolor,​

donde ellos no se detendrán. Donde no estarán felices hasta dejarte mal,​

realmente mal.​

​

¿Cómo se sentirían saltar? ¿Gritar por la emoción y la sensación que sientes tus pies al sentir aquel contacto pomposo? Pues, esto no se parecía nada a lo que Jon hacía. ¡No! Ahora la sensación, era dura y algo incomoda. ¿Cómo no sentirlo? Como no sentir una sensación diferente de saltar en una cama…a saltar sobre un niño. Al cual le quebraban los dedos, las manos, el abdomen y sus piernas.

​

Creo, que a estas alturas. Ya no sientes mucho, estas ahí.​

Tirado. Casi muerto. Agonizando.​

​

¿Quién dijo que las baterías no te ayudaban? Pues, para su tortura, servían de mucho. Pues, con ellas, fingieron una violación al pequeño James, quien se retorcía, gritaba, lloraba, y se moría poco a poco. Peor que cualquier cosa, esto era la máxima tortura.

Descansa en paz, pequeño James.​

Descansa sin ningún dolor.​

Descansando del mal y el temor.​

​

Terminaron, ya tenías hasta órganos fuera de tu contextura del cuerpo. Ahora, ellos te arrastran. ¿Hacia dónde? Hacía la vía del tren…donde sólo quedarás hecho polvo.


Rob, Jon. ¿Están felices? Al parecer si, por juntos, se van riendo de allí. Como si hubiese sido el mejor día, de todas sus vidas.






***


―Pero… ¡¿cómo pudo pasar esto?!

Las lágrimas de la madre de James, caían de sus claros ojos. ¿Cómo podía haberle pasado eso a su pequeño hijo? Al cual tanto amaba…al que perdió en un segundo, mientras recibía su pedido.


Dejo las rosas en la lápida y se marchó con el corazón hecho pedazos.

James Patrick Bulger. 1990-1993.​

Descansa en paz, pequeño.​