Desafío (Ino/Temari)

Aquí otra historia de ¡Eyerlin! Pero está es con humor, en lo que nuestras dos rubias se contaran sus más graciosos y locos secretos y todo ocasionado por un pequeño desafió... Habrán unos infiltrados en las historias también llegando a contar sus historias con esa gran chispa.

Ino Yamanaka ¡Comienza su desafío!​

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Lo que podría llevar un pequeño desafío, solo uno pequeño, el retar a una persona a contar uno de tus más tontos y graciosos secretos... Solo causa el dolor de no dejar de reírse...

Sabía que lo delicado estaba en toda su presencia —demasiado delicado en realidad—, pero nunca llegue a pensar que Ino Yamanaka pasaría por eso.

——Minutos atrás——

—Habla de una vez Ino— le expresa con cansancio la rubia de cuatro coletas a la Yamanaka.

—¡Cálmate! Mira que no es fácil para mí decir esto— aclara con apocamiento la moza.

La Sabaku no suspira y asiente. Conociendo a su amiga y reconociendo sus actitudes debe de ser algo muy importante para ella, y ¿Cómo no serlo? Tenía que decir uno de sus más locos secretos algo un poco fuerte para algunos o la mayoría. Teniendo esto en cuenta la Sabaku no decide esperar hasta que exprese algo.

Pasan unos segundo, minutos y la Sabaku no ya se encontraba con un tic en su ojo derecho, lo menos que le gustaba era que la hicieran esperar.

—¿Y bien?, ¿Hablaras?— pregunta con molestia y todavía con el tic en su ojo derecho. — ¡Qué hables de una vez mujer!— exige con pesadez en su voz al ver como la rubia seguía callada.

—Está bien— le dice con resignación la de ojos color cielo. — Yo… A los 7 años deje de utilizar…Pañales— Dice con su mirada puesta en el suelo.

———— Ahora———

Me sorprendió al escuchar aquellas palabras, pero no solo la sorpresa si no que también la gracia que en gran manera invadió mi ser ocasionando que de mis labios salieran aquellas rusticas risotadas. Era tonto aquello que decía pero gracioso ya que nadie se imagina a la Yamanaka con pañales a sus apenas 7 años, bueno... hasta ahora.

—No te rías— me reprocha con una notoria vergüenza en su rostro.

—P-pero…— dejo pasó a una carcajada y prosigo— ¿C-cómo no hacerlo?

—Sencillo, ¡No lo hagas!—.

Fácil era decirlo para ella, difícil era ese momento para mí evitar de hacerlo; pero con un “gran” esfuerzo logre controlarme, no lo suficiente pero si lo necesario.

—Bien— me dice viendo mi autocontrol. Todavía se podía notar un poco de vergüenza impresa en su claro rostro.

— Sí pero todavía te falta uno más — le aclaro mostrando una sonrisa malvada y con eso tratando de dejar el primer tema a un lado para no volver a la locura de la gracia otra vez, aunque claro está que este también caería en el humor.

—Bueno…— calla y se ve como el rubor vuelve.

— Tuche — pensé acertando con ese presentimiento—, aunque no creo que supere al primero— deduje en mis pensares al recordar a la pequeña Ino de 7 años con pañales. —No empieces, dilo de una vez— le advierto con fastidio y obviando aquella imagen al ver como la moza de hebras doradas volvía a lo mismo de hace unos minutos.

—¿Para que decirlo? Si te lo puedo mostrar— me aclara a lo que mi pregunta surge con una ceja en alto.

Suspira. Veo como lentamente lleva su mano derecha hacia su bolsillo, empieza a introducirla, de la nada saca un papel y lo extiende hacia mí. Me sorprendo al verlo; pero eso no me impide a tomarlo, lo observo con cuidado y veo que no es un papel si no una pequeña fotografía. Le doy vuelva y siento como el tic vuelve a mi ojo derecho y como las risas gritan por salir.

—Ni lo pienses— me demanda con enojo al ver mis intensiones. Trato de tranquilizarme pero vuelvo a posar mi mirada en la foto.

—¡Rayos!— pienso sin poder contenerme—, y ¿Cómo no hacerlo?—.

Ve la foto con determinación. A juzgar por sus facciones físicas se podía notar a la Yamanaka de unos 8 ó 9 años de edad. La pequeña rubia cargaba un vestido de bailarina de un color rosa fiusha con unas pequeñas zapatillas del mismo color, al parecer era Hallowen pero no era lo importante en ese momento. La niña se veía en el aire, mostraba una mueca de dolor que lograba hacer reír a cualquier persona pero esa no era la peor parte. Se veía sus dos piernas en el aire abiertas de un extremo a otro mostrando la forma de una "V" mientras que se podía notar un pequeño agujero en el vestido en su parte baja, que en ella mostraba una pequeña braga con dibujitos de Barbie.

—¡Temari!— exclama Ino enojada al verme tirada en el piso. Mis brazos agarraban con gran fuerza mi estomago mientras que las lagrimas no dejaban de fluir de mis ojos, mi boca no se cerraba por ningún motivo dejando salir aquellas fuertes e irresistible carcajadas.

Pasan unos minutos y no dejaban de salir esas risas, pero paro al sentir un agudo dolor por mi cuerpo, ojos y boca. Alzo mi mirada y me veo sola en aquel lugar

— Al parecer se fue— susurro con un poco de gracia. — Bueno eso quiere decir que ahora me toca a mí cumplir mi parte de este desafío como buena amiga— pienso con decisión. Me paro del frío suelo y empiezo a caminar— Mañana lo are— aclaro dando pasos lentos... Vuelven las imágenes a mis pensamientos... Otra vez en el piso riendo... ¡Rayos!

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Espero que les haya gustado en el próximo capitulo le tocara a Temari Sabaku no hablar

Temari Sabaku no ¡Te toca!

 

Bueno aquí continuación ;). Gracias a Todos por sus comentarios, de verdad es un placer para mi que ustedes lean mi historia.

Temari Sabaku no ¡Te toca!​

Era medio día los estudiantes estaban en su hora de receso en todo ese día. La joven Sabaku no se encontraba caminando con rapidez mientras sus ojos se posaban en cada esquina o lugar.

— ¿En donde estará?— piensa la rubia con frustración. Pasa por las canchas y ve como a los lejos en el campus se encontraba sentada en una banca la joven Yamanaka.

Continúa su caminata pero para al escuchar una voz.

— ¡Cuidado!— grita aquella voz fuerte y varonil.

La rubia de cuatro coletas solo se voltea y…

——— Con Ino———

El viento golpeaba su cara con suavidad y sus hebras doradas se dejaban llevar al mismo compás. Su mirada azulina permanecía en su teléfono de un color morado.

— Dios, ¿cómo pude aceptarlo?— murmura la joven apartando su mirada de aquel objeto morado.

————— Día anterior———

—Ino— llama la chica a su amiga. La Yamanaka solo la ve con atención. — Hunm, estoy aburrida… vamos a jugar— propone con diversión.

—Temari, se que el aburrimiento es grande, pero, tampoco vamos a ponernos a jugar como críos en lodo— le expresa su compañera con fastidio.

—Yo no dije que en lodo— aclara con diversión imaginándose a las dos en lodo.

— ¿Entonces qué?— pregunta sacando a la rubia de cuatro coletas de su imaginación.

— ¿Qué te parece un reto?, o mejor aun ¿Qué te parece un desafío?— pregunta la moza emocionada. La ojos celeste dudo por un momento, pero al final asintió con solo un simple: Esta bien. — Excelente, entonces el desafío será…— la Sabaku no espera un momento, pasa por el asiento de la Yamanaka, lo rodea, pasa por el escritorio del profesor y se para en la ventana pensando en cual sería aquel desafío, pero no uno cualquiera, uno muy excitante para las dos mozas.

— ¿Y bien?— pregunta Ino viendo a su amiga con fastidio. — ¿Temari?—llama pero no contesta, su mirada solo permanecía fija en la ventana. La rubia de una coleta se sorprende al ver como del rostro de ella una sonrisa macabra se presenta en sus labios. La chica se levanta de su asiento y se acerca a su amiga, luego con curiosidad posa su mirada hacia donde le indicaba la Sabaku no ya que no dejaba de ver en aquella dirección.

A continuación se encontraba Tayuya Yokura caminando por las canchas muy tranquilamente. Su rostro mostraba la rudeza que siempre poseía la chica. Su uniforme como siempre desarreglado, sin embargo, algo capta la atención de la rubia que nota al ver algo en su zapato.

— ¿Eso es un… papel higiénico?— susurra la Yamanaka con asombro y humor en sus palabras.

— ¡Ya se!— grita repentinamente la moza de cuatro coletas con acertamiento, provocando un gran susto en su amiga y ocasionando una caía de lo cual su parte trasera recibió el impacto. — ¿Eh? ¿Qué haces allí Ino?— pregunta curiosa al ver a la Yamanaka en el piso.

— ¿Yo? Pues sencillo, aquí sembrado girasoles—dice sarcásticamente mientras se levanta del suelo y se soba su parte afectada.


— ¿Girasoles? Ni que fueras jardinera— aclara la Sabaku no a lo que solo llega a salir a la luz una venita en la frente de la Yamanaka. — Bien, el desafío será… Contar dos de nuestros más vergonzosos secretos…
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Suspira con fastidio.

— Y lo peor es que acepte… — susurra con melancolía mientras pequeños mares salían de sus ojos y una nube negra yacía sobre ella . — Bueno pero ya lo hice, no me puedo arrepentir, además hoy le toca a Temari contar— expresa ahora subiendo sus ánimos con una gran sonrisa al pensar en lo que le podría contar su compañera.

Guarda su teléfono en el bolsillo de su falta, agarra su bolso, se levanta de su asiento y empieza su caminata.

— ¡Te mato!— se escucha un grito; pero no uno cualquiera.

La Yamanaka gira su rostro hacia aquella voz — ¿Temari?— bisbisea para sí al ver a la rubia corretear por el campus, empero, lo que más le sorprende es ver como su amiga seguía con muchas ganas a su compañero Kiba Inuzuka que por lo visto corría como si su vida dependiera de ello.

La moza de ojos azules de un momento rápido corre atrás de su amiga, y con un movimiento visto en la televisión, se le lanza en su espalda ocasionando una caída segura.

El Inuzuka al ver aquel movimiento saca un cartel con un escrito diciendo: “No intentar en casa por favor”, después de esto solo pega un grito de victoria y sale corriendo en su buen escape.

— ¡Ino! ¿Qué rayos estas pensando?— reclama su amiga con dolor a lo que ella solo atina a levantarse.

— ¿Cómo que qué estoy pensando? ¿Por qué persigues a Kiba?— pregunta sacudiéndose la tierra de su ropa.

—Por nada— articula La Sabakuno. Se para y como el mismo acto de su compañera, se empieza a sacudir pero agachando su rostro.

La moza de una coleta solo alza una ceja al notar como extrañamente su compañera no mostraba su rostro ya que limpiaba su ropa constantemente y sin para.

— ¿Temari? — llama a lo que ella responde con un: Qué pasa, pero sin mostrar su rostro. Todavía se estaba sacudiendo la ropa que ya por lo visto se encontraba limpia, pero un mal movimiento de la Sabaku no logro mostrar una pequeña parte de su rostro que por lo visto estaba roja. — Hunm, ¿Qué tienes en la cara?— le pregunta la Yamanaka acercándose a su compañera para verla mejor.

— No es nada— expresa todavía sacudiendo su uniforme.

— ¡Temari!— grita molesta Ino a lo que Temari lo toma como una orden de subir su rostro.

Un bufido sale de esta y como “buena amiga” levanta su rostro dejando mostrar una muy buena marca de pelota en su rostro.

——————— Horas después————

—¡Ah! ¡Bájame!— grita el de cabellos castaño que permanecía colgando de un árbol con una soga sujetándolo; pero con un sorpréndete maquillaje en su rostro. Sus labios pintados con un fino rojo puro, sus ojos con sombra y delineador, y en su cabello llevaba una linda tiara. — ¡Eso fue un accidente!— brama con enojo.

La Sabaku no solo agarra su mochila y empieza a caminar ignorando por completo al Inuzuka. Ya estaban a la par los dos con eso.

— ¡Oye no me dejes!—.

—Bueno ahora solo me falta contar uno—piensa la joven ignorandolo.

————— Horas antes————

Ino tirada en el asiento donde antes yacía sentada…

Temari aturdida por aquellos gritos, que si lo escuchaban bien lograban descifrar que eran risas.

— B-bueno— deja salir más de una carcajada.

*10 minutos después*

—B-bien— continua ya estando un poco más relajada. — Creo que esto es muy vergonzoso para ti— deduce viendo el rostro enojado de la Sabaku no. — Ahora solo te falta contarme uno ya que este lo tomare como uno de ello gracias a que fue en vivo, y en directo— termina de decir para seguir con sus agarrotadas risas.

La Sabaku no atino a aceptarlo sin decir nada y empezando su retirada todavía con el notable golpe en su rostro, con su buen tic en su ojo derecho…

— ¡Rayos!…—

——— Actualidad——
—Ya veo entonces como se sintió Ino en ese momento…Bueno, uno por uno no es trampa— pensó con frustración poniendo en marcha su caminata hacia su hogar.

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Bueno, espero que les allá gustado ;). Por favor agradecería de verdad que me aclararan lo errores que pueda tener la historia, seria algo muy bueno para mí. Bye.

 

Bueno mis queridos lectores aquí el último capitulo de esta historia, ¿por qué? Pues, la verdad el tiempo no me da así que decidí dejarlo hasta aquí. Les doy muchas gracias a todos por comentar, de verdad, es un honor para mi que comenten mis historias, estoy encantada. Bueno aquí el último capitulo.

Temari Sabaku no ¡Te toca! ​

II parte​

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Este fue el peor día de mi vida ¿Por qué? Bueno, para hacerlo más factible se los contaré pero con pocos detalles. ​

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6:00 Am​

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— ¡Temari! ¡Levántate o llegaras tarde!— me grita Kankuro, deduciendo que estaba en la cocina.​

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— ¡Un minuto más!— le respondo entre dormida mientras daba señales de moviendo en mi cama de que estaba un poco despierta.​

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6:01 Am ​

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— Ya párate— me dice entrando a mi cuarto sin saber de cómo diantres apareció tan rápido, y con cucharón en la mano. ¿Acaso pensaba intimidarme con eso? ¡Back!. Me doy vuelta en la cama para así darle la espalda a mi querido hermano dándole a entender mi ignorancia hacia él. ​

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— Bien. Si así lo quieres; esta bien— susurra más para él que para mí, a lo que solo atino a seguir con la ignorancia y poner sobre todo al sueño que es era tan cautivante para mí a esas horas de la mañana. Escucho sus pasos que poco a poco fueron desapareciendo indicándome que la salida de él fuera de mi cuarto ya estaba concluida. ​

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6: 10 am ​

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— ¡Ahora Gaara!— escucho un grito y siento como un frío helado recorre mi cuerpo. ​

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Sin más que esperar me siento rápidamente. Veo mi cuerpo, mi ropa y mi cama mojada. Giro mi rostro tan repentinamente con enojo. Observo a un Gaara en pijama recostado en la puerta con un balde en sus manos y una sonrisa de prepotencia en sus labios. También noto a un Kankuro sacándome la lengua con gracia y mostrándome dos de sus dedos como un símbolo de victoria. ​

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Trago fuerte, respiro, prenso mis puños con fuerza, siento un tic en mi ojo derecho y mi sangre hervir como el agua en fuego. Me levanto, tiro la cobija a un lado y veo correr como locos a mis “estupendos” hermanos. ​

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— ¡Están muertos!— bramo con enojo y empiezo a perseguirlos como un perro queriendo matar a dos pequeños gatos. ​

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7:30 am ​

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— P-pero, ¿qué les paso?— escucho a lo lejos preguntar al joven Uzumaki a mis hermanos. ​

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— N-nada— responde Kankuro para así por último carcajear nerviosamente, mientras Gaara solo permanecía callado. ​

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Solo dejo salir de mis labios una sonrisa malvada entretanto veía sus pobres cuerpos. Al de Gaara se podía apreciar unos que otros morados que hacían resaltar su linda piel, un buen chichón en su frente dado por la presente joven bella. Kankuro, sus ojos parecían dos huevos fritos pero de un color morado intenso y al igual que Gaara su cuerpo poseído por aquellas manchas moradas. ​

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Veo como Kankuro me lanza una mirada de odio a lo que le respondo con una lengua afuera y mis dos deditos en el aire en forma de victoria.​

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— Tontos, una por una no es trampa mis amores— pienso sentándome en mi asiento para observar como empezaba la “fascinantes” clases, dadas por Kakashi Hatake. — ¡Dios piedad! ​

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10:00 am ​

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— ¡Temari! — escucho mi nombre y veo a la aludida la cual gritaba mi nombre.​

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Veo acercarse a una linda pelinegra de ojos perlas brillantes de un bello morado claro. Venía corriendo apresurada hacia mi presente. Yo solo levanto la mano en señal de haberla escuchado. ​

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Mi amiga corre, no como una atleta pero lo hace rápidamente. Sus lindas hebras brunas azulinas saltaban con gracia a mismo compás en el que ella corría, su rostro mostraba cansancio pero no dejaban atrás ese lindo toque de niña buena. Definitivamente que si ella se decidiera a hacer modelo sería la mejor. ​

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De un momento a otro sonrío ante tales pensamientos, pero me asombro al ver a mi compañera tirada en el piso como una barajita de Pokemon. Bueno, ¿qué te puedo decir? Esa es mi tierna Hinata, linda, pero torpe. Doy pasos rápido hacia ella y sin darme cuenta piso una lata y acompaño a mi compañera en el suelo. ​

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— ¡Rayos!— pienso escuchando las notables risas de los demás jóvenes que conforman la institución. ​

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12:00 pm​

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Caminaba hacia el comedor con rapidez, sentía a mi estomago gritar.​

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— ¡Mira la chica torpe! — oigo decir al chico jamás visto o conocido por mi. Me señalaba con su dedo como si fuera un punto por el cual no se pudiera ver y necesitaba publicidad mientras de su boca salían esas fuertes carcajadas, que de la nada se unieron los que andaban con él. ​

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Prenso mis puños y me acerco a ellos. ​

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—Pobres, se unirá a nosotros— dice Kankuro con gracia estando apoyado en la pared.​

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Sonrío ante tal comentario y me acerco a paso lento hacia ellos. Aun no saben quien es: Temari Sabaku no. ​

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12:30 pm​

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—Barriguita llena, corazón contento— expreso con alegría ya terminando mi comida con júbilo. ​

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Muevo la puerta para poder salir del comedor. Una sonrisa de satisfacción se posa en mis labios viendo los cuerpos inconscientes que yacían en el suelo al frete del comedor con varios expectantes.​

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— Perdedores—. ​

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3:00 pm​

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Se escucha el sonido de la libertad… Bueno, esta bien, es el timbre de salida, pero, es lo mismo. ​

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—Acuérdense del examen de mañana, estudien porque no será fácil— aclara el profesor antes de salir del aula de clase. ​

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Guardo todo en mi mochila. La poso en mi lomo, doy varios pasos hacia la puerta y algo muy malo aparece. ​

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— ¡Temari!— grita Ino con alegría. ​

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—Rayos— lo único que pude pensar al verla. Ya estaba conciente a que venía… desafío. — Hola Ino, ¿qué tal?— le pregunto como si nada. Ella me ve entre ceñida esperando a que hablara de una vez. Solo suspiro y me siento en la mesa del profesor. La veo acercarse y sentarse en una de las mesas pequeñas. Al verla tranquila y con su mirada en mí esperando alguna respuesta, comienzo hablar. ​

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— Bueno. A mis 6 años mis padres decidieron hacer un pequeño viaje familiar a la playa — empiezo a relatar.— Ya estando en la playa y sin esperar ningún segundo más, me despoje de mi ropa y me adentre en ella, sin darme cuenta, llevaba un pastelito a la mano...yo como siempre de distraída. ​

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Empecé a caminar entre el mar con cuidado para salir de el y tratar de que aquel pastelito no se mojara. En aquellos tiempos pensaba que muchos necesitaban comida y que sería muy injusto desperdiciar ese pequeño pastelito, aunque no era muy grande muchas personas hambrientas darían todo por obtenerlo, pero, en el instante que estoy a punto de salir una ola aparece y me revuelca entre sus aguas. Con mucha dificultad abrí mis ojos dentro del agua y vi algo de color carne. Mis ojos no estaban adaptados a estar abiertos en medio del agua por lo tanto solo llegue a pensar que solo era aquel pastelito del cual se había escapado de mis manitas al sentir el impacto de la ola. Empecé a nadar con dificultad hacia el. Sin poder mover mis manitas, decidí abrí mi boca y agarrarlo con ella, pero…​

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— ¿Pero qué? — me pregunta Ino que al perecer se encontraba excitada por mi relato. ​

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—Pero, escucho un grito y empieza a moverse lo que pensaba que era aquel pastelito. Salgo de agua tomando aire y veo a un hombre sobarse su parte trasera con dolor…— termino con un sonrojo notorio.​

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Observo a Ino que permanecía callada para mí gran sorpresa​

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— ¿Mor-mordiste e-el trasero d-de un hombre?— balbucea a lo que yo solo asiento con vergüenza… 10 segundos después se encontraba en el frío suelo gritando por lo que se podría escuchar ya que esas carcajadas salían sin control alguno. ​

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¡Olvídenlo! Se acabo el silencio. No vuelvo a hacer algo como esto jamás ¡Jamás, rayos! Y tu que lees esto no lo hagas ¡Nunca!...​

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Fin...​

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Bueno, espero que les haya agradado :p. Sin más que agradecerles, me despido: Bye. ​

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