One-shot (Desafío)En otra ocasión [GinHime]

Tema en 'Bleach' iniciado por Eternatus, 12 Abril 2012.

  1.  
    Eternatus

    Eternatus Fanático

    Piscis
    Miembro desde:
    11 Agosto 2011
    Mensajes:
    1,279
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    (Desafío)En otra ocasión [GinHime]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    673
    Lulz, hace tiempo que no escribía algo de Bleach, pero al ver el desafío GinHime no dudé en aceptarlo. Podrá notarse algo de UlquiHime, pues bien sabéis todos, que Ulquiorra está celoso de todo aquel que se acerque con malas intenciones a Orihime; como bien pasará aquí.

    ¡Disfrutadlo!

    En otra ocasión.

    La mujer se sentó, exasperada. Ya habían paso ¿cuántas?… ¿dos?, ¿tres horas desde que había sido llamada por Aizen? Ulquiorra estaba sentado silenciosamente a su lado, llevaba todas las horas que había estado allí sin moverse, sin hacer ruido, sin ni siquiera contestar a su monólogo con un seco “Cállate, mujer”.

    Inoue Orihime comenzaba a aburrirse, dentro de aquella gran sala no había nada con lo que divertirse o, por lo menos, distraerse un poco. Todo era blanco, demasiado para su gusto. Esa habitación necesitaba un poco de color, llamaba a gritos a cualquier amante de lo estrafalario; tal era el caso de nuestra rehén, Orihime.

    Pasaron algunas horas más en las que Orihime estuvo despotricando a cerca de lo aburridas que eran Las Noches mientras Ulquiorra la ignoraba abiertamente. Era curioso ver cómo le había tomado confianza al Cuarto Espada. Súbitamente las puertas se abrieron y dejaron entrever a un peliblanco de sonrisa zorruna y los ojos completamente cerrados.

    Ichimaru-san—pensó la mujer. Iba a comenzar a hablar pero Ulquiorra la cortó justo antes de levantarse amenazante hacia Gin.

    —¿Qué estás haciendo aquí, Ichimaru?—El tono de Ulquiorra no era el mismo tono frío y sin sentimientos de siempre, no. Era extraño, pero Inoue Orihime podría jurar haberlo escuchado amenazante y enfadado.

    —Solo he venido a por la princesita, Ulquiorra. No es necesario que te pongas tan a la defensiva—. Habló sin quitar en ningún momento su sonrisa zorruna típica de él.

    Pero Ulquiorra no se movió del sitio, en algún momento sin que Inoue lo notase, el Espada se había situado entre ella e Ichimaru Gin, quien también se había quedado quieto. Orihime podía sentir la tensión palpable en el ambiente; que era tal, que seguramente podría ser cortada por la espada de Ulquiorra si él así lo quería.

    Pero había algo que Inoue no podía notar y no llegaría a notar jamás; Ulquiorra la estaba protegiendo, tal como se le había encomendado, de cualquier peligro. Y, para él, Ichimaru Gin era un peligro muy peligroso.

    Gin hizo ademán de comenzar a caminar nuevamente, pero Ulquiorra posó su pálida mano en la empuñadura de su espada. La sonrisa de la mano derecha de Aizen se amplió, ya habían descubierto su juego.

    —Qué pena…—dijo con falsa tristeza—, y yo que quería divertirme un rato…—Pero Inoue era demasiado inocente como para notar el doble sentido de aquellas palabras contestó rápida y ardua al ex Shinigami, cosa que descolocó a ambos hombres en la sala.

    —Ichimaru-san, si quiere jugar, puede jugar conmigo, estoy muy aburrida y Ulquiorra es más aburrido aún—dijo poniendo pucheros y en un tono inocente y, si es que fuera posible, aumentó la sonrisa del ex Shinigami.

    —De ninguna manera. Hemos venido a esperar a Aizen, a nada más, Ichimaru, nada—. Su tono de voz era cortante y frío, rozando lo amenazador. Ulquiorra no era alguien de muchas palabras, se dijo Inoue, pues con solo aquello había conseguido espantar al hombre que iba tras ella sin saberlo.

    —Pues he de comunicaros que Aizen-sama no está disponible en estos momentos—y, con una sonrisa zorruna más grande que cualquiera que hubiera visto Inoue, Ichimaru Gin desapareció por la puerta. Pero súbitamente volvió la cabeza atrás y le dirigió una mirada de soslayo a Orihime, quien paralizaba por ser la primera vez que observaba los ojos abiertos del hombre, escuchó miedosa sus palabras—. Nos veremos en otra ocasión… princesita.

    Orihime se quedó tiesa, ya había comprendido las palabras del peliblanco y no le habían gustado nada. Ulquiorra se encaminó hacia la salida con su semblante inexpresivo de siempre.

    —Muévete, mujer—pero en los ojos de Ulquiorra Inoue pudo vislumbrar algo que no había visto nunca: Yo gano.
     
    • Me gusta Me gusta x 5

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso