Demolition Lovers [InuYasha x Kagome]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Arthur, 21 Octubre 2007.

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  1.  
    Arthur

    Arthur Usuario común

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    Demolition Lovers [InuYasha x Kagome]
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    Demolition Lovers [InuYasha x Kagome]

    Un amor que rompe las cadenas de un par de anillos de matrimonio, oxidados por las lágrimas de una mujer cansada de los maltratos de su marido. En busca de un nuevo comienzo… y tras la pista de la felicidad, se hace parte de un romance rebelde y aventurero. Un par de amantes, sin límites ni obstáculos, sin miedos, sin vergüenza; necesitando al otro locamente. Un par de amantes… buscando sanar sus heridas…

    · ----- · ----- · ----- · ----- ·

    Instrucciones:
    -Demolition Lovers - Habla del Personaje.
    -"Demolition Lovers" - Pensamientos del Personaje.
    · ----- · - Cambio de Escena.

    -​


    · ----- · ----- · ----- · ----- ·

    Demolition Lovers

    · ----- · ----- · ----- · ----- ·

    A veces confundimos la realidad con la fantasía. Pensamos que toda historia lleva un final feliz.
    Sueños, emociones, deseos… ahogados en un mar de lágrimas. Sin nadie que las limpie…
    Sueños rotos… Amantes Demolidos.

    · ----- · ----- · ----- ·

    ----- · Prólogo: Heridas · -----

    ¿Alguna vez pensaste que la persona que más querías… podría hacerte la herida más grande y profunda, que te causó dolor y… te hizo sufrir? ¿Pensaste que el amor, era sólo una mentira? ¿Alguna vez te pusiste a pensar… si existían las heridas imborrables? Por que las hay… las hay…

    · ----- · ----- · ----- ·

    -¡Suéltame! – Gritó desesperada, mientras él la miraba con deseo y furia, mezcladas con su mirada confundida de borracho además del olor a alcohol que emanaba a cada palabra salida de su boca –

    Él no respondió, solo mantenía las manos de ella sobre su cabeza mientras las sujetaba con su mano izquierda. Apoyados sobre la puerta de su habitación. Se acercó peligrosamente a su pálido cuello para dar un beso apasionado y desesperado que a ella le dio asco, dando a su cara una mueca de horror. La joven susurró con odio un “déjame” cuando sintió la lengua de su hombre recorrer su mejilla. Sus lágrimas desesperadas no pudieron evitar salir, para luego ser bebidas por aquel joven que la mantenía apresada.

    ¿Cómo él podía estar haciéndole eso?

    Las gotas saladas de sus irises tierra aumentaron al sentir las desagradables caricias de la mano de él por debajo de su falda azulada e intentando desesperadamente traspasar su ropa interior. Sus dedos resbalaban salvajemente por su intimidad, exhaló un gemido no deseado. Las manos peligrosas se colaron por dentro de su ropa interior para acariciar su entrepierna con deseo y furia.

    -¡No Hoyo! – Gritó ella con voz aguda y débil por sus lágrimas, desesperación y miedo –

    · ----- · ----- · ----- ·
    Abrió con pesadez sus ojos. Rápidamente quiso limpiar con su mano las lágrimas que se llevó el agua tibia que caía de la ducha, las cuales, algunas, entraron en sus ojos. Pero no le importo, ya nada le importaba, después de esa noche… ¿Algo valía la pena? Solo sabía que la confianza era algo que fácilmente podía ser quebrada, tan simple como una vasija. También aprendió que todo lo bello de una relación puede desaparecer ahogado en una botella de alcohol vacía. Ya no quedaba más que sus lágrimas, su dolor y el asco de haber sido tocada por él, ese hombre que una vez se hizo llamar su esposo; aquel despreciable hombre que la tenía pegada a la ducha. No importaba cuanto se bañara… seguía sintiéndose sucia. Sus horrendas caricias marcadas con sangre en su delicada piel.

    ¿Cómo aquello pudo ocurrir? ¿Cómo él pudo haberle echo tanto daño?

    No se lo explicaba, solo tenía en su mente, sus gritos, sus lágrimas, la mirada grisácea de Hoyo, furia y deseo, sobre ella y la botella de un color verde suave sin líquido alguno en su interior, frágilmente colocada en el esquinero del salón, junto a la foto de su boda. ¡Cruel ironía!

    Se atormentaba a sí misma con los recuerdos de la noche anterior, contra su voluntad... Eran facciones de tiempo que su mente se negaba a desvanecer…

    · ----- · ----- · ----- ·
    -Ya basta… - Musitó mientras se levantaba del duro suelo, él soltó sus manos precipitadamente y las energías de ella se agotaron de tantos inútiles intentos por lastimarlo o detener sus asquerosos actos – Basta, por favor.

    -¿Basta? – Rió sádicamente ante la reacción de la joven. El chico permanecía bajo los efectos del alcohol, su risa fue transformada en gruñidos y un ceño extremadamente fruncido, una mirada de odio para a ella - ¿¡Basta Kagome?! – Preguntó con odio –

    -Hoyo… - Susurró entrecerrando sus ojos, el antes mencionado tomó su rostro con su mano y comenzó a reír nuevamente al ver la expresión de horror de su joven esposa – Tu no eres así… ya detente…

    -¡¡Cállate puta!! – Le gritó interrumpiendo sus súplicas de piedad, su paciencia se había agotado desde el comienzo de sus “caricias”. Dio una fuerte cachetada a la mejilla izquierda de la chica, la cual primero empalideció y después tomó un tolo violeta – No tienes derecho a reclamar – Sujetó su brazo de forma brusca, enterrando sus uñas en la piel pálida de la chica, ella dio a su rostro un gesto de dolor pero no musitó palabra alguna por el miedo a la reacción que podría tener su esposo.

    Hoyo tomó la cintura de su mujer para volver a apoyarla contra la puerta con fuerza, una punzada de dolor inundó la parte inferior de la espalda de Kagome, cerró sus ojos evitando las lágrimas, dejando sus fuerzas volar, sintiéndose indefensa y pequeña.

    El castaño de grisáceos ojos comenzó con el acto de desabotonar la camisa de la azabache con desesperación, sin paciencia alguna. Echaba gruñidos cuando su vista se doblegaba y no podía desabrochar bien un botón. La tenía bien apresada, Kagome lloraba en silencio pensando que al final de todo terminaría desnuda en su cama revuelta entre las blancas sábanas y arropada por el cobertor gris, y en su rostro el dibujo de sus lágrimas.

    Cuando sintió su camisa totalmente desabotonada, cubrió con sus manos sus pechos para que Hoyo no pudiera cumplir su cometido. Con una mirada decidida y sacando energías de ni ella sabe donde, se enfrentó al castaño que frunció el seño ante la acción de la azabache. Él dio un par de pasos hacia atrás, tambaleándose en el acto. Kagome cerró sus ojos con fuerza mientras pequeños hilos de lágrimas recorrían sus, ahora, sonrosadas mejillas, sus piernas estaban levemente flectadas hacia adentro, haciendo que su rodillas raspadas, por la caída anterior, chocaran.

    -¿Qué crees que haces? – Cuestionó con el natural acento de borracho, confundido y enojado mientras intentaba en vano colocar una mano en su cintura –

    -No dejaré… - Susurró mientras abría lentamente sus irises tierra y su ceño se fruncía - ¡Que me humilles más, Hoyo! – Le gritó furiosa, dando la cara, haciendo lo que debía. Ya era mucho con ser tratada de esa manera tan cruel por parte de su esposo, nada había echo para merecer tal trato y su borrachera sólo empeoraba las cosas –

    -¿Humillarte? – Río con ironía y después sádicamente, cuando su risa ya hubo cesado, la miró fijamente para luego acercarse de forma peligrosa y en su rostro demostraba que no traía buenas intenciones en su mente bañada de alcohol y confusión.

    · ----- · ----- · ----- ·

    Cerró la llave del agua para que cesara de correr. Llevó sus manos a su oscura cabellera y la estrujó para que se soltara el agua restante, acto seguido descorrió la cortina azulada de la bañera para tomar la toalla rosa pastel que colgaba a su lado derecho, en un prendedor de plástico color blanco bien atornillado a la muralla de igual color. Frente a este se encontraba el retrete que, adornado con un juego de baño verde pistacho, acompañaba al lavamanos justo a su lado. Todo blanco y decorado con un juego de vasos, uno para los cepillos y el otro vacío, verdes también.

    Enroscó la toalla a su cuerpo, cubriendo desde sus pechos hasta más debajo de los glúteos y después ocultó su cabellera azabache en una toalla más pequeña pero de igual color que la grande que vestía su figura. Se acercó al lavamanos e intentó mirar a través del vidrio que yacía empañado por el calor y ahora que las aguas tibias carecían, poco a poco el vapor se transformaba en agua, pequeñas gotas de agua que limpiaban a su paso el cristal.

    Kagome siguió con la mirada una gota en especial, y cuando esta desapareció, se perdió de su vista, miró de frente nuevamente el empañado espejo. Con su dedo – De la mano derecha – Escribió en el cristal “Amor”. Y como si se hubiera arrepentido del acto lo borró de inmediato y debajo del borrón, pequeña pero notoria… Escribió la palabra “Heridas”. Acto seguido limpió el resto del espejo menos el sector de la última palabra, lo dejó así para después dirigirse a su cuarto a vestirse.

    · ----- · ----- · ----- ·

    Calló al suelo con su labio emanando sangre, su sangre, y esta comenzaba a teñir sus dientes y parte de su mentón. Sorprendida por el acto provocado por Hoyo, tocó con su mano la zona de la herida, sus pálidos dedos teñidos de rojo y las gotas oscuras se estrellaban contra la alfombra grisácea.

    -Hoyo… - Susurró con odio, temor, pánico y sorprendida –

    -Pagarás caro… - Habló en seco casi sin acento o rastro de su borrachera, mirando con desprecio a su mujer que intentaba levantarse del suelo con cierta dificultad y temblando en el acto. Tomó sus cabellos con brusquedad, obligándola a levantar su rostro y mirarlo fijamente, observó con odio el gesto de pánico de la chica para luego sonreír sádicamente –
    · ----- · ----- · ----- ·

    La secadora de cabello yacía en su mesita de noche junto al teléfono inalámbrico y la lamparita fina que recibió en su cumpleaños 20, era azulada con un par de pequeños dibujos en blanco, pero esta no tenía la ampolleta, parecía no haber sido usada hace tiempo, pues su pantalla estaba levemente empolvada. La toalla que acababa de usar colgaba en la silla en frente del tocador – Al lado de la mesita antes mencionada -, y sobre este su maquillaje y sus variados perfumes caros y finos que él le obsequió, sobre estos, un espejo ovalado con algunas fotografías pegados en las orillas. Imágenes falsas de sonrisas en el rostro de la pareja mientras se abrazaban afectuosamente, mentiras disfrazadas de besos sin amor, hundidos y enterrados en el fondo de la oscura verdad de su joven esposo. Un maldito alcohólico.

    Se tiró en la cama, con su camisón de seda blanco puesto ya. La noche era oscura y no había estrellas en el cielo, la luna se intentaba mostrar tras las espesas nubes grises que traían sobre sí el agua que mañana caería – Según el informe del tiempo en las noticias -. Observó la ventana, todo lo descrito se reflejaba en el cristal. Perdió su vista en el oscuro cielo, mientras pensaba o mejor dicho… recordaba.

    Golpes, gritos, sangre, más golpes, más gritos, insultos y un fuerte golpe de la puerta al cerrarse, llenaban la memoria de su mente, dolor, heridas, lágrimas, odio, miedo, pánico adornaban la espantosa película grabada en sus recuerdos.

    Posó una mano sobre su brazo derecho, sintió una punzada de dolor, cerró uno de sus ojos y al abrirlo su vista se dio hacia la zona del dolor. La cicatriz en actos de cerrarse se había vuelto a abrir y de esta comenzaba a emanar sangre, su sangre. Observó con cuidado la herida, los diversos moretones en sus piernas y aún sentía el inmenso dolor en su mejilla izquierda. Una lágrima calló de su ojo derecho, la cual limpió en seguida. Lamió su sangre en la herida y se adentró en su cama.

    La persona que más quería la había golpeado y traicionado con una botella de alcohol. Ya nada valía la pena, nada. Sólo esperaba que sus heridas, pudieran cicatrizar, al igual que la herida que tenía en el corazón, echa por su esposo, por la persona que amaba… y ahora… odiaba.


    Fin Prólogo.

    Continuará…

    · ----- · ----- · ----- ·

    Notas de la Autora:


    ¡Hola! :)

    Bueno, algunas personas anteriormente habían leído este Fan-Fic. Lamentablemente fue cerrado por que no pude continuarlo, pero ahora lo vuelvo a abrir, con ganas de seguirlo; pues la inspiración regresó a mí.

    Como los capitulos ya están escritos, no me tardaré mucho en ponerlos. Sólo les hice unos cuantos arreglos, pequeños, pero importantes. Pues este Fic signifíca mucho para mí.

    Espero me dejen sus opiniones y post. Pido que sean más que un simple "conti-conti", pues como escritora me ayudaría mucho que me digan en que me he equivocado o que les ah gustado, además que eso ayuda a seguir las nuevas reglas :o.

    Sin más que decir, me despido.
    Se cuidan mucho.

    So Long & Good Night.
    Chemy
     
  2.  
    Sandritah

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    Re: Demolition Lovers [InuYasha x Kagome]

    ¡Hola!

    Anteriormente no había leído este fic porque hace muy poco que estoy en cemzoo, pero decidí mirarlo por casualidad. La verdad, lo que es simplemente el prólogo, me encantó. Tienes una forma de narrar muy buena, sin faltas de ortografía (al menos no me di cuenta de ninguna) y tratas un tema realista que tiene lugar frecuentemente, por desgracia, en muchos hogares.
    Me pareció muy triste la forma en que Hoyo maltrata a Kagome, es sinceramente despreciable. Causarle esas heridas a la mujer que, supuestamente, ama, y a la cual debería cuidar y proteger. Cambiar el cariño de su esposa por el alcohol. Es realmente un acto horrible, pero que sucede día a día. Me parece increíble que Kagome no sea capaz de huir de esa desgracia. Pero también hay una pregunta que me gustaría hacer, y es, ¿qué razones tiene Hoyo para emborracharse?
    Espero con ansias que lo continues, de verdad me encantó la historia.
     
  3.  
    Yuki Chan

    Yuki Chan Guest

    Re: Demolition Lovers [InuYasha x Kagome]

    Kami!
    Hasta que lo abriste nuevamente!
    Ya sabes lo que opino, eres cool escribiendo.
    Espero que pongas pronto los próximos capitulos.

    Besos
     
  4.  
    Sandritah

    Sandritah Usuario popular

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    Re: Demolition Lovers [InuYasha x Kagome]

    Hola.

    ToT Me traes por el camino de la amargura, no continúas ni este fic ni el otro ToT
    Ojalá puedas hacerlo pronto, ya que me estoy muriendo de las ganas de saber como siguen.

    Un saludo.
     
  5.  
    KATUMY95

    KATUMY95 Guest

    Re: Demolition Lovers [InuYasha x Kagome]

    Hola
    escribes genial
    el prólogo ha estado muy bien hecho
    ya había visto este fic antes pero no lo había leído
    y ahora que lo leo,me a encantado
    espero que pongas pronto la continuación
    byeeeeeeeeeeeee
     
  6.  
    Arthur

    Arthur Usuario común

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    Re: Demolition Lovers [InuYasha x Kagome]

    Lamento mucho la demora. :(

    Gracias a todos por sus post. En especial a Sandritah, por los alagos que no merezco.

    Demolition Lovers

    A veces confundimos la realidad con la fantasía. Pensamos que toda historia lleva un final felíz.
    Sueños, emociones, deseos... ahogados en un mar de lágrimas. Sin nadie que las límpie...
    Sueños rotos... Amantes Demolidos.

    Capitulo I: “Traición y Miedo”

    Despertó.

    Abrió sus ojos pesadamente al sentir el alarmante sonido del fastidioso despertador, a su lado. En un pequeño salto se sentó en la cama, su rostro aún dibujaba el sueño y un naciente enojo en sus ojos. Con pereza apagó el sonido del aparato. Contuvo las ganas de romperlo en mil pedazos, sería el tercero esa semana y el trabajo no costeaba sus estupideces de niño inmaduro. Lamentaba el hecho de que su familia - no exactamente familia, hermanastro y padre – no le apoyara en su carrera o labor. Apostaría lo que fuera que si su madre estuviera viva le ayudaría con todos sus problemas monetarios, no lo dudaba. Pero no toda familia era perfecta, en especial la de él. Su hermanastro lo odiaba, el sentimiento era mutuo, y su padre le daba la espalda.

    Todas sus ganas de ir al trabajo o levantarse se fueron al sentir su departamento en silencio nuevamente; tranquilidad, paz… El sueño volvía a sus, extrañamente, dorados ojos. Con una gran tranquilidad, se acostó nuevamente y reposó su cabeza en la almohada. Las ideas más disparatadas para no asistir al trabajo cruzaron su mente: Que estaba enfermo; que el fin de semana se fracturó una pierna; que entraron a robar a su casa y está con los nervios de punta; y un gran etc. Ni él mismo podía creer que esas cosas se le podían ocurrir o pasar por su alocada mente.

    - Nunca más iré a un Alter Hour los domingos en la noche, lo prometo. – Pensó y se reprochó a sí mismo. No fue buena idea. Ignoró a su mente “laboral y responsable” por ir a ver chicas y emborracharse con su mejor amigo. – Y eso que el pervertido tiene novia – Rió internamente al recordar la cara de baboso que tenía su amigo al ver cada chica que cruzaba delante de ellos.

    Cerró sus ojos intentando dejarse llevar por el sueño que inundaba sus exóticos ojos.

    ¡Ah! Si tan solo no hubiera ido… Pero – Según su amigo – era para poder “distraerse” de su reciente problema, buscar otra chica que reemplazara a la que había roto su corazón hace una semana nada más. De alguna manera no le dio tanta sorpresa encontrarse a su novia en manos de otro tipo, más que tipo, su primo.

    Abrió sus ojos y su ceño se frunció al recordar espantosas escenas. Su novia gimiendo de placer sobre su primo que imitaba los actos de aquella despreciable mujer. No podía olvidar los asquerosos sonidos que emitía su prometida, aquellos que conocía perfectamente. ¡Cómo pudo caer en su juego! Además de vaciar su bolsillo, ahora carente de monedas, lo engañó. No escuchó las advertencias de su mejor amigo. No podía creer lo estúpido que había sido. Se golpeó levemente la cabeza con un puño cerrado.

    - Fui un idiota – Musitó ronco mirando la mano con la que se había golpeado, la giró para ver el reverso descubriendo la pulsera de cuero negra con la palabra “Revenge” grabado en hilo rojo sangre – Hermosa – Dijo observando el regalo de su mejor amigo –

    Confiado en sus antiguas ideas para inasistir a su empleo, se cubrió hasta los hombros con el cobertor color negro. Posó sus manos bajo la oscura almohada, ya no se tenía vista a su rostro pues su largo cabello patinado lo ocultaba, estas hebras yacían regadas por la cama, le daba un aspecto tranquilo al joven que ahora se dejaba llevar por el cansancio.

    Ring – Ring

    Gruñó por lo bajo y su ceño se frunció más de lo habitual. Totalmente fastidiado y con tal pereza clásica de él tomó el pequeño aparato, su celular, que se encontraba junto a la maquinita que se encargó de despertarlo minutos antes. No se molestó en ver la pantalla del móvil, se lo colocó junto a su oído e inició la conversación con voz apagada y soñolienta.

    - ¿Hola? – Cuestionó saludando mientras su brazo izquierdo cubría sus ojos, típico acto de pereza reposando su cabeza en la suave almohada –

    - No debo ser un genio para saber que sigues en la cama – Reprochó una voz varonil proveniente de la otra línea de comunicación, luego se escuchó una pequeña risa - ¿No me digas que no piensas levantarte?

    - ¡Feh! – Exclamó él mientras seleccionaba la opción “Altavoz” de su moderno móvil y lo volvía a dejar en la pequeña mesita de madera clara. Volvió a reposar sobre la almohada - ¡Como molestas! – Dijo cubriendo sus ojos con ambas manos y echando un bostezo al terminar de reclamar –

    - Deja de reclamara y levántate – Ordenó la voz por el móvil –

    - ¡Oye! – Gritó enojado y se sentó de golpe, su ceño fruncido adornó su rostro y su mirada fija en el aparato que marcaba los segundos de la llamada - ¡Esto es tú culpa, Miroku! Tú y nadie más que tú diste la “grandiosa” idea de ir al Antro ayer en la noche – Dijo sarcástico y enojado. Su mejor amigo, con el que hablaba en esos momentos, ya estaba acostumbrado a los cambios de humor de su inmaduro amigo. Así que solo echó un suspiro que se perdió en el parlante del móvil de él.

    - Lo siento InuYasha – Rogó la voz por el otro lado de la comunicación – Pero te vi tan deprimido por el tema de Ki… - No pudo continuar con su explicación pues el chico antes mencionado lo interrumpió de golpe mientras se levantaba de la cama –

    - ¡No te atrevas…! – Gritó furioso – A mencionar su nombre… - Dijo ya más calmado, dio su mirada a la alfombra oscura de su espaciosa habitación, observó sus descalzos pies y los balanceó al ritmo del rechinido de la gran cama –

    - Lo siento… - Se disculpó Miroku con voz notoriamente arrepentida – No era mi intención… - No pudo continuar, otra vez, pues fue interrumpido, otra vez.

    - De igual – Respondió con simple tranquilidad, como si todo ese enojo se hubiera esfumado en un abrir y cerrar de ojos, pero como ya dije antes, Miroku estaba acostumbrado al variar de ánimo de su mejor amigo.

    InuYasha se levantó de la cama y se encaminó hacia el armario, de donde sacaría su ropa para ese día. El empleo en la vendedora automotriz no era la gran cosa, pero no se aburría. Como a todo hombre le apasionaba la velocidad y los autos. Y vaya que estaba ahorrando para comprar el mejor de todos, pero Leyes no era una carrera que tuviera que ver con autos o algo por el estilo, pero esa era la carrera que él había elegido y no se resignaría por nada en el mundo.

    Abrió la puerta derecha del armario encontrándose con la respectiva ropa que colgaba de ganchos de plástico blanco y uno que otro negro o azul. De uno de los tantos blancos desprendió unos jeans, claramente se podía descifrar que los tenía hace tiempo – Estaban rasgados y desteñidos en las rodillas – pero era de su gusto y nadie le cuestionaba en ese caso. Mientras se quitaba el bóxer gris que hacía el papel de su pijama escuchó la voz de Miroku quien le llamaba por el aparato.

    - ¿Quieres venir a mi casa esta tarde? – Le cuestionó con su clásica tranquilidad que tanto lo caracterizaba –

    - ¿Para…? – Le preguntó de regreso dejando el espacio para que continuara, mientras sacaba la cabeza por el agujero de su polera blanca de cuello ancho y buscaba una prenda en particular en la otra sección de su amplio guardarropas –

    - ¿Mañana no tienes examen semestral en la Universidad? – Le cuestionó haciéndole entender la idea –

    - ¡Kusô! – Gritó el joven al recordarlo…. ¡¿Cómo se le podía haber olvidado?! - ¡Es verdad! – Exclamó mientras se fundaba tras una camisa negra dejándola abierta, típico en sus estilos de vestimenta –

    - Idiota… - Susurró Miroku en un suspiro… ¡Qué despistado era su amigo! Él, en cambio, ni si quiera iba a esa universidad y sabía todo lo que el tarado de InuYasha se le olvidaba, bueno, su novia estudiaba en la Universidad de Tokio, tenía cierta ventaja – Ven a mi casa – Aconsejó – Te ayudaré a estudiar.

    - Gracias Miroku – Le dijo mientras abrochaba los cordones de sus zapatillas Converse negras, con su pie apoyado en la cama dejando una pequeña mancha grisácea en el cobertor oscuro, pero lo ignoró – Ahora debo irme al trabajo. Totosai-san se molestará conmigo, de nuevo, por llegar tarde…

    - De nuevo – Completó la oración la voz masculina en el aparato – Bien, sayonara.

    - Sayonara – Se despidió para luego escuchar la comunicación cortada en el móvil que seguía marcando inútiles segundos –

    Tomó el móvil con rapidez y se lo guardó en el bolsillo trasero de su desteñido Jean. Y salió de la habitación aprisa, con suerte alcanzaría a tomarse un vaso de leche chocolateada – Su favorita – para luego salir corriendo al trabajo. ¡Si llegaba tarde estaría más que muerto! Y aun que Totosai fuera un gran amigo de su padre no ayudaba mucho si se molestaba por su impuntualidad casi cotidiana.

    - Estoy frito – Pensó InuYasha al tomar las llaves de su departamento y desaparecer tras la puerta que fue cerrada con brusquedad –

    :-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:

    Escuchó las primeras gotas de la lluvia, antes mencionada en las noticias de la noche anterior, caer con suavidad sobre el tejado metálico del cobertizo lateral. Era un pequeño estruendo que no le molestaba para nada, era como si no sintiera nada, como si… no estuviera viva. Se concentraba en las ganas de volver a cerrar sus ojos con las vagas esperanzas de no volver a abrirlos más y dejarse llevar por las penas que aún divagaban por sus apagados ojos cafés.

    Cogió con fuerzas las blancas sábanas sintiendo una zona bastante espesa. Quitó el cobertor para descubrir una mancha roja que pasaba a café por segundo cerca de su brazo. ¡La herida se volvió a abrir! La sangre se expandía de a poco por la delicada tela de la sábana, si no la lavaba pronto la mancha sería permanente. Pero aún así, con esa advertencia rondando por su cabeza, no se inmutó. En cambio, observó con detenimiento aquella muestra de su sangre que quedaría grabada en las finas telas que constituían su cama. La siguió en silencio, ignorando el hecho de que la cicatriz podía seguir emanando sangre. Su opacada mirada se mantuvo en el punto fijo.

    ¿Basta Kagome?

    Se escuchó una voz acompañada de una sonrisa sádica que erizó los cabellos de sus brazos y congeló su respiración. La tortura de escuchar la voz de Hoyo en el momento menos inesperado era algo que le costaba soportar y sabía que costaría, también, el hecho de superarlo. Pero sencillamente se sentía derrotada e imposibilitada de continuar. Hasta faltaría esa tarde a la Universidad. No quería estar horas escuchando historias de Arquitectura, aun que la carrera le apasionaba, no se sentía de ánimos de estar acompañada y si iba, Tsubaki-sama le daría más de un regaño por mantenerse distraída, no le cabía duda. Por ahora, era un caso perdido.

    - Basta… - Susurró agotada y vacía siguiendo las escenas de sus recuerdos -

    La armoniosa caída de la lluvia aumentó su intensidad. ¿Sería que el clima estaría de acuerdo a su ánimo? Eso era una tontería bastante infantil. Rió internamente al creerse semejante estupidez.

    Observó su brazo y, efectivamente, era el causante de la mancha de sangre que quedó para siempre en las telas de la cama. La cicatriz comenzaba de nuevo con su acto de dejar fluir el líquido rojo por su brazo. Una pequeña gota llegó hasta la palma de su pálida mano. Bajó la cabeza en forma de derrota y se levantó al baño para limpiar su brazo. Caminó hasta la puerta oscura, junto al fino tocador, la cual correspondía al baño. Dejó correr el agua tibia por la llave y mojó un pedazo de papel confort para limpiar los rastros de sangre seca que comenzaban a teñir su suave piel. Listo con ese trabajo sacó un pequeño paquete de botiquín bajo el lavamanos y de la pequeña caja sacó una venda que se ató sobre la herida, de a poco la sangre tiñó las albinas telas de la vendas.

    - Nada más… - Susurró observando las vendas –...puedo hacer – Completó su frase con aquel pensamiento que se repitió una y otra vez en su mente –

    Toc – Toc

    Alguien tocaba a la puerta.

    Escuchó el sonido de los puños golpear la madera. Un escalofrío recorrió su espalda y una gota de sudo frío calló por el costado de su rostro, se congeló su respiración. ¿Y…? ¿Y si era él? ¿Y si era Hoyo? ¿Y si venía para seguir con lo de la otra noche?

    El tiempo se detuvo, los segundos no corrían, y si llegaban a hacerlo, era demasiado lento. El pánico la inundó, dio un par de pasos hacia atrás encontrándose con la blanca pared del baño. Posó una mano en su frente limpiando el sudor que comenzaba a descender de la zona de su cabello, tenía miedo.

    Toc – Toc

    La puerta volvió a sonar, pero con más intensidad y ella lo escuchó.

    Se alarmó más que antes y su corazón comenzó a latir más rápido. Con pánico y temblando en el acto, se abrazó a sí misma, protegiéndose de las lágrimas que luchaban por salir de sus ojos, brotar. Brotar y llevarse el miedo y el pánico que debía dejar. Pero ahora solo era víctima de sus nervios y penas.


    Fin Capitulo I



    Continuara...
     
  7.  
    Maritza Chan

    Maritza Chan Fanático

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    Re: Demolition Lovers [InuYasha x Kagome]

    YA ME CONFINDI NO HABIA
    PUESTO ANTE TU FIC AQUI
    EN CZ ESTOY SEGURA QUE YA
    LO HABIAS PUBLICADO PERO
    BUENO NO IMPORTA JAJAJA..
    ME GUSTA MUCHO TU FIC
    AUNQUE ME HACES SUFRIR
    A LA POBRE DE KAGOME ToT
    CONTINUA ADELANTE FELICIDADES
    CUIDATE CHEMY.
     
  8.  
    Sandritah

    Sandritah Usuario popular

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    Re: Demolition Lovers [InuYasha x Kagome]

    Hola.

    Siento no haberte dejado antes un post, pero estoy hasta el cuello de exámenes. Y una leve amenaza: si vuelves a decir que no te mereces los halagos, te convertiré en mi pisapapeles :D
    Por lo que al capítulo respecta, me encantó. Inuyasha debió de pasarlo muy mal al ver a la mujer que quería en brazos de su propio primo, pero estoy segura que con el tiempo llegará a superarlo. Por otro lado, esa chica, Kagome, presiento que está siendo maltratada por Hoyo. Típica crueldad de la cual es difícil olvidarse.
    Apenas encontré fallos, sólo alguna tilde y alguna cosita más por ahí suelta, pero nada importante.
    Espero con ansias la continuación, como siempre me tienes intrigada.

    Saludos.
     
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