Sweeney Todd Demencia [one shot]

Tema en 'Fanfics sobre TV, Cine y Comics' iniciado por Circe, 18 Agosto 2012.

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    Circe

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    Escritora
    Título:
    Demencia [one shot]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1180
    Este es un fic basado en la película "Sweeney Todd, el barbero demoníaco de la calle Fleet" hecho para el concurso "El fantástico mundo de Sweeney Todd" que lamentablemente fue cancelado. Sin más para decir, espero que les guste.​
    Amor demente

    Ella lo había esperado durante años, amándolo en secreto. Él estaba casado y tenía una familia, una adorable bebé y una hermosa esposa. Ella no podía competir contra aquello, perdería sin siquiera poder intentarlo. Pero sabía que, en algún momento se le presentaría la oportunidad, sólo debía esperar que él se cansase de su esposa y la viese realmente, comprendiendo que ella era la única que lo podía amar realmente. Nunca perdía las esperanzas, ni siquiera lo hizo cuando lo deportaron injustamente de Londres ya que al menos así lo separaban de su familia, quizás allí, lejos de su mujer e hija, él podría comprender que ella lo amaba y volvería con ella.

    Amaba todo de él: su alegre pero misteriosa belleza la encantaba, su voz apasionada cuando cantaba la hechizaba, su destreza con los cuchillos la fascinaba y, aunque la ternura que le daba a Lucy y a su hija la asqueaba, también soñaba con que algún día esa dulzura fuera para ella. Pero para él, Benjamín Barker, ella no existía, solo era una extraña mujer que vivía debajo de su casa y nada más. Ella lo sabía pero no lo quería aceptar, no podía. Ella lo amaba con locura.

    Pasaron los años, Lucy intentó suicidarse y ella no la detuvo y tampoco la ayudó cuando enloqueció y se volvió una miserable y sucia mendiga. No, ella de una forma disfrutaba ver como su tan grandiosa belleza de antaño estaba ahora marchita y arruinada. Tampoco le molestó que el violador de Lucy y causante de la separación de la familia sea el tutor de la bebé Johanna o que luego con los años la mantuviese encerrada entre muros, siendo él el único dueño de la belleza de la ahora adolescente. No, a ella no le importaba en lo más mínimo. Eran sus desgracias, no las de ella. A ella sólo le importaba Benjamín.

    Finalmente, luego de quince largos y oscuros años, un extraño se acercó a su arruinada e insalubre pastelería. Ella estaba sola, como siempre, y se alegró por la llegada de un cliente, algo insólito. El hombre era hermoso, misterioso y oscuro, justo como lo era su antiguo amor para ella y entonces se le pasó por la cabeza de que quizás su amado finalmente había vuelto. Le contó la historia, con cada detalle escabroso y acentuando el horrible destino final que tuvo su familia para comprobar si sus sospechas eran verdaderas. Y tenía razón, frente a ella estaba su amado Benjamín Barker. Estaba distinto, los años y el sufrimiento le habían sacado esa luz que tenía cuando estaba con su familia pero seguía igual de misterioso y hermoso que antes, incluso más ya que su belleza era sombría y oscura.

    Lo llevó al lugar donde solía vivir con Lucy y su hija. Todo estaba intacto, ella lo había mantenido así por si en algún momento Benjamín volvía a Londres, a sus brazos. Sin embargo, ya no era Benjamín Barker, el ingenuo y feliz barbero, no, el destierro, la soledad y el sufrimiento lo habían transformado en otro, en Sweeney Todd, un hombre sediento de sangre y venganza. Pero a ella no le importaba, finalmente lo tenía sólo para ella.

    La sed de sangre de su amado señor Todd era clara, en sus ojos se reflejaban las ansias de matar a los culpables de su desgracia, varias veces ella tuvo que detenerlo y calmarlo para que no los asesinase en un impulso. A ella no le molestaba que un psicópata viviese encima de su pastelería, las vidas del juez Turpin y el aguacil le daban lo mismo; hasta se alegraba que Todd los asesinase y así se fueran del mundo de los vivos, solo causaban miserias entre la gente del pueblo por sus excesos, su avaricia y corrupción. Además, le gustaba que su amado la necesitase para realizar sus planes y que sólo ella conociese sus más profundos secretos.

    Su Albert había muerto hace tiempo y ella estaba sola, necesitaba un compañero y haría lo que sea por él. Y ella lo hizo todo por Sweeney, a pesar de que él no mostraba ningún interés por ella. Soportó mucho por él pero también consiguió un negocio redondo para que su local tuviese éxito: utilizar la carne de las personas que Todd asesinaba en sus pasteles. Ella sabía que tal vez también había perdido la cordura pero no le importaba, ella sólo tenía a Sweeney. Y a Toby, quien era como su hijo. Por eso mismo, por aquel inocente y desprotegido niño, ella hacía lo que hacía y por él, además de su profundo amor hacia el señor Todd, quería casarse y que los tres formen una bella familia viviendo una tranquila existencia junto al mar. Sólo era una fantasía, ella lo sabía pero no lo quería aceptar; no quería ver que a su señor T solamente le interesaba la venganza.

    No supo hacer las elecciones bien. Desde el momento en que su amado barbero volvió, su vida comenzó a transformarse, subiendo en picada hasta una abrupta caída que conlleva al final. Ella lo quiso así, ella decidió ayudar al Señor T con su venganza, ella dio la idea de crear pasteles con carne humana, ella encerró a Toby para que Todd lo matase y ella fue la que en un principio le ocultó la verdad acerca de Lucy a Sweeney. Mrs Lovett no sentía piedad por nadie, había mandado a matar a un pobre niño que la amaba y la veía como madre y le había mentido al hombre que amaba. Ella estaba ciega de amor y por sus decisiones el inevitable final ocurrió rápidamente.

    Sweeney tuvo su venganza pero también mató, sin saberlo, a su amada esposa Lucy y casi asesina también a su única hija. Mrs. Lovett tuvo una corta historia de amor con Todd y tuvo tiempo felices, junto a Toby, a su amado y una pastelería exitosa pero tenía que terminar, ella lo sabía. Cuando Todd reconoció a Lucy, ella también vio su inevitable muerte. No quiso escapar, no podía abandonar al hombre que amaba por lo que prefirió quedarse a intentar convencerlo de que sólo había sido por su bien y que le mintió por que le amaba. Era verdad pero a Sweeney ya no le interesaba, había perdido su objetivo en la vida al cumplir su sangrienta venganza, había asesinado a su esposa y su confidente y querida Mrs. Lovett le había mentido. Estaba demente y ella, a pesar de saberlo, se quedó con él hasta el final y terminó siendo presa de ese "amor" demente.
     

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