Marvel Delirio [Thor]

Tema en 'Fanfics sobre TV, Cine y Comics' iniciado por Delta, 20 Enero 2018.

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    Delta

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    Escritora
    Título:
    Delirio [Thor]
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    826
    Estos son recuerdos y parte de mis escritos de Thor (amo a ChrisXD), así que me animé a publicarlos aqui… Me gusta jugar con los personajes, esto es parte de una historia que estuve trabajando pero no le di avance.
    Aclaro que renuncio a los derechos de la película. Este OS es hecho para fans de Thor

    Personajes: Thor y Jane
    Tipo: Oneshot

    Delirio


    La presión en su pecho no la dejó dormir durante muchas noches. No era un mal por cierto, pero lo suficientemente refutable para aceptar que su vida no estaba en buen camino, no después de todo lo que le ocurrió.

    Jane Foster se vio sumergida entre la difícil decisión de seguir o quedarse de pie para ver el ejemplar de fotografías que optó por conservar a muy dura pena en su salud mental. Pero así era ella, una masoquista que perpetuaba el dolor en un profundo silencio y aprendió a ocultar sus sentimientos bajo múltiples mascaras de hierro.

    El reloj marcó la hora que cada vez le provocaba cierto temor: Medianoche.

    La Medianoche que remarcaba la conciencia entre la vida y la muerte. Pero sí, ella sí estaba viva, de pie a punta de molestia y desasosiego, pero de pie al fin y al cabo.

    Sus orbes escrutaron la pared de su habitación, no podía conciliar el sueño por lo que se levantó para buscar apoyo contra el respaldo de su cama. ¿Hasta cuándo podía tolerar el dolor de saberse sola nuevamente?

    No era un juego. No era una cadena de mala suerte. Lo que ella tenía era la pura maldición de fijar los ojos en una persona que estaba muy lejos de sus posibilidades y que, terriblemente, era ella un ser minúsculo para alguien como el hijo del propio Odín.

    —Patético ¿no crees? —suspiró en el intento de convencerse—; la monotonía de seguir viviendo no está hecho para mí. Ni por asomo creo que estemos bien—se frotó los brazos, sentía frio—. Hace tanto que te fuiste, prometiste volver.

    Las lágrimas le traicionaron. Otra vez.

    El cuerpo le tembló al cerrar los ojos y recordar toda esa escena. Sus huesos destrozándose a causa del aparatoso accidente que tuvo tras muchos de sus investigaciones científicas.

    La evaporación de su fantasía.

    La partida de aquel hombre.

    Llevó sus manos hacia su cabeza.

    ¡No podía sacar esa escena! ¡Él estaba clavado en lo más profundo de su interior!

    —No puedo arrancar tus huellas—gimió al contener el grito—, tú me has visto crecer y me ayudaste en el proceso. No puedo olvidar lo que por ti sentí. No logro hacerlo.

    Las lágrimas bajaron por sus mejillas. Lo extrañaba más que nunca. Lo amaba y lo necesitaba. Como un drogadicto obsesionado por sus drogas.

    Jane abrió los ojos. Su mirada era igual a la de una enferma mental, pero no estaba loca pero sí mantenía los nervios alterados, especialmente por saber que no volvería a ver al asgardiano al cual amó con intensidad y ese que le enseñó el verdadero significado de amor: el lado bueno y malo de la vida.

    Thor poseía un perfil bastante agradable, aunque todo en él giraba la problemática de una vida como príncipe y que al conocer a la joven Foster tuvo la oportunidad de conocer un poco más del mundo. Un universo que se le arrebataron desde muy niño…

    Un infante…

    Una criatura…

    Oh, no era bueno para Jane recordar esa palabra. El llanto silencioso era la explicación del porque su dolor se duplicó.

    —No puedo olvidar. No puedo arrancar el dolor.

    Y no podía hacer nada contra ese destino que no solo le arrebató a Thor de su lado. Con miedo y pena llevó una mano a su vientre vacío. Nunca supo de su existencia, nunca imaginó que podía lograr a concebir en medio de una situación difícil.

    Thor desapareció de su lado.

    Y ese bebé no nacido murió en el proceso de salvar su vida.

    Jane se ahogaba en la encrucijada. De un solo golpe perdió a su pareja y su hijo. De un solo pestañeó todo su paraíso se quemó en el infierno. Lo único que la consolaba era que en algún momento iría a partir a lado de ellos.

    Y desde la abertura de la puerta, en disimulo y mucho cuidado, un hombre contemplaba en silencio lo que estaba ocurriendo. Erik Selvig jamás sintió lastima por otros, pero la situación deplorable que Jane demostraba le hizo sentir mucho más miserable. Culpable.

    —De haber sabido que estabas…—engulló la palabra, no era alegría para él saber que la chica a la que crio como una hija se mostrara de esa manera—. Lo siento, lo siento de verdad, Jane.

    Esa era la verdad. Una realidad que les tocaría avanzar. Tal vez en una venganza, en un contrataque para aliviar un poco el dolor, pero ese quizás sería en un futuro cuando Jane recobrara la razón y decidiera no dejarse morir en la soledad.
     

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