The Hunger Games Del recuerdo tengo un sueño a cumplir [Caesar Flickerman]

Del recuerdo tengo un sueño a cumplir​

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Su positivismo ha ayudado muchos, le alegra saber eso; igual ese es su trabajo después de todo… animar a los tributos de los distritos mediante sus conversaciones en las entrevistas, aunque también lo hace con querer así no lo muestre del todo, tiene una razón. Cambiar de color en su aspecto físico en cada uno de los “Juegos del hambre”, colores no tan llamativos, eso también tiene una razón. ¿Que cuáles son esas razones? Pues lo principal es que… Sí, lo recuerda con claridad.

Aquella mujer que le enseñó tanto y supo apreciar en el momento, esa que también le hizo derramar un mar de lágrimas todo un día hasta quedar seco… y que amó con todo su ser y siempre llevará en su corazón, su amada esposa. Por ello él está ahí en el Capitolio, ya que ella murió en uno de esos intentos de escapar de tal lugar desagradable, donde sólo se puede mantener la vida más no vivirla como se quiere. Eso es lo que más extraña de ella, su sinceridad; al igual su forma de vestir que no era tan extravagante y llamativa como la de los demás, sobre todo porque vestía mayormente de azul y verde.

Otro caso es su hermana… porque si no hubiese hecho lo que hizo ahorita también ella estuviese muerta; pero al saber que está lejos muy lejos de ese lugar donde la vida es sólo un juego, le hace sonreír y tener fuerza para seguir su sueño de tener sana y salva a su única familia, pues no puede hacer más. Y tal alegría la transmite a los tributos es esas entrevistas, conversaciones que quedan marcadas, siempre animando para que ellos sigan adelante y puedan sobrevivir.

Por ello hizo tales preguntas a los tributos Peeta Malark y Katnis Everdeen del “Distrito 12” en ese juego: «¿Qué le dijiste a tu hermana cuando te ofreciste voluntaria por ella?» «¿Un chico guapo como tú? Tiene que haber una chica especial. Venga, ¿cómo se llama? » Del amor viene un ánimo tan grande y ameno, tan satisfactorio que los conlleva a tener fuerza para seguir adelante en el juego y, sobre todo, luchar con toda fuerza para volver con vida con esas personas que aman.

—Já… sí. Ahora para este juego me vestí de verde —se dijo a sí mismo en un susurro, sosteniendo en la mano una pequeña imagen de la hermosa mujer que fue su esposa, ésta la guardó nuevamente en la caja con llave que mantiene oculta. Dio un último vistazo a su solitaria habitación y siguió su camino.

«Ahora a entrevistar a los tributos» pensó antes de salir al escenario y saludar al público con su típica resplandeciente y amplia sonrisa ladeando un poco la mano, para después sentarse en el sillón y empezar a conversar con los tributos.


Recuerdos que quedarán como secretos para los demás, un sueño que nunca contará para que el mismo se mantenga con vida; de aquello vive aquel hombre llamado Caesar Flickerman.