One-shot Dejavú [Katrina&Rachel AU]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Hygge, 11 Julio 2019.

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    Hygge

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    Escritora
    Título:
    Dejavú [Katrina&Rachel AU]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2714
    Tehehe, te gané Yáahl >:D (?) Hace unos días que se me ocurrió esto pero no ha salido nada hasta ahora, así que no sé cuántas palabras me voy a aventar pero tiene pinta de que son muchas (??)

    *Deberían implementar un contador de palabras en la caja de mensajes*


    ...

    *Debería escribir mis historias en otro sitio, también*





    El manto nocturno se extendía sobre la ciudad después de un arduo día de trabajo, y una suave brisa mecía las hojas de los árboles, iluminados con el tenue brillo que reflejaba la luna aquella hermosa noche. Katrina soltó un suspiro que reflejaba el cansancio que había acumulado en sus hombros durante el día, pero ahora que se encontraba frente a la puerta de su hogar, todo el agotamiento pareció desvanecerse y solo deseaba tumbarse en su cama y dormir durante horas. Con sumo cuidado se abrió paso en la vivienda, procurando no despertar a ninguno de sus inquilinos, y encendió la luz de la entrada para dejar sus llaves sobre la mesa del recibidor. Frunció el ceño al ver la hora, tan tarde que incluso Alexander ya se habría ido a dormir. Cómo deseaba un trabajo que no la obligase a regresar a aquellas horas, pero al menos contaba con uno, y no debía quejarse al menos, por el momento.

    Al caminar en mitad de la oscuridad que se cernía sobre los pasillos, sintió la necesidad de detenerse por un instante frente a la puerta que correspondía a la habitación de Rachel. Sus pasos se detuvieron como un resorte, y su mirada se clavó en la madera que conformaba el obstáculo que la distanciaba de ella. Conociéndola, sabía que seguiría despierta, probablemente estudiando, y una gran parte de ella la empujaba a llamar a la puerta y robarle algunos minutos de su tiempo para saber cómo se encontraba, para poder charlar con ella como solían hacerlo antes. Desde que Rach había cumplido los diecinueve años y había iniciado sus primeros finales en la universidad, la sentía más distante que nunca. Ya no comía con ellos, se encerraba en su habitación la mayor parte del tiempo y cuando se encontraban en los pasillos, apenas cruzaba más de dos palabras.

    Katrina sabía mejor que nadie que debía darle su espacio, que probablemente su cabeza estuviese cargada de cosas que tenía que resolver, y que quizás solo sería un lastre durante la etapa que parecía estar pasando. Que todo acabaría pasando. Pero no podía evitar preocuparse, dado que desde siempre ambas habían estado ahí para contárselo todo, se conocían mejor que nadie, y ahora apenas podía saber qué problemas la aquejaban.

    ¿Y si no se trataba solo de una fase...?

    Aquella pregunta la atemorizaba en lo más profundo de su ser.

    Su mano se detuvo en mitad del aire, a escasos centímetros de la puerta, y finalmente retrocedió, cambiando de idea. Sin embargo, al dar un paso adelante, chocó con lo que parecía ser un plato en el suelo. Se agachó con cuidado para poder verlo mejor, y se sorprendió al ver que se trataba de la parte de su cena... intacta. Probablemente el grandullón habría intentado que cenase, pero Rachel parecía seguir sin apetito y sin dar señales de vida. Tomó el plato y decidió llevarlo a la cocina, con la preocupación por la joven rubia aumentando por momentos.

    Le sorprendió ver, sin embargo, que alguien más entraba a la cocina mientras dejaba el plato en el fregadero. Se llevó una mano al pecho conteniendo la respiración al distinguir la enorme sombra de Alexander apoyada en la puerta.

    —Grandullón, te he dicho mil veces que llames o alces la voz antes de aparecer así —se quejó en un murmullo, cruzándose de brazos.

    —Las habilidades de la KGB no se olvidan así como así, niña —bromeó el hombre con una sonrisa cansada, dando un paso hacia delante. Katrina se enderezó, alzando una ceja, como un felino que le observaba en mitad de la noche—. Te dije que a Rachel le pasaba algo, ¿a ti te parece normal que deje tantas veces la comida sin tocar?

    Katrina desvió la mirada fingiendo normalidad.

    —Solo son tus paranoias atacando de nuevo, como cuando me vigilabas cada vez que llegaba a casa de trabajar y te creías que estaba con otras personas.

    —No me gusta la gente con la que te juntas, tengo que asegurarme de que ese tipo no viene contigo o le echo a patadas —bufó el hombre.

    —¡Te he dicho que estoy trabajando, ¿acaso le hablo a la pared?! —se llevó una mano a la frente, respirando hondo para calmarse y no elevar demasiado la voz. Lo que menos quería era que Rachel se enterase de aquella charla. Se llevó dos dedos al puente de su nariz, con la vista clavada en el suelo—. ...Bien, te concedo que está durando demasiado tiempo con esa actitud, de acuerdo.

    —Lleva casi un mes así, Katrina.

    —¿Y qué quieres que haga? Por más que intento acercarme, Rach nos rechaza. No quiero atosigarla, pero... —su voz comenzó a perder fuerza y se abrazó a sí misma, alzando la mirada hacia el hombre, afligida—. ...solo quiero saber que todo está bien. Con eso me basta.

    Alexander permaneció unos instantes que parecieron eternos con la mirada clavada en ella, hecho que no ametendró a la mujer. Ambos mantuvieron el contacto hasta que el grandullón asintió en silencio, dando media vuelta para hacerle un gesto con la mano, indicándole que le siguiera. Kat alzó una ceja, confusa, pero supo que no había cabida para negaciones y con pesadez decidió seguirle el paso. Ambos se detuvieron frente a la puerta del baño.

    —Rachel no ha salido de aquí desde la tarde —murmuró, observando a su acompañante de soslayo. Katrina contuvo el aliento, consternada—. No ha querido hablar conmigo, pero quizás contigo ceda.

    Finalmente puso una mano en su hombro, dirigiéndole una mirada significativa, y se retiró a su habitación para darles intimidad. Katrina comprendió entonces, siguiendo sus pasos en silencio, que aquel hombre había estado despierto a la espera de su llegada solo por la preocupación que sentía por Rachel. Tomó una bocanada de aire, intentando ordenar sus pensamientos, y finalmente se animó a tocar la puerta una, dos, tres veces, dejando un pequeño espacio de tiempo para anunciar su llegada.

    —Rach, cariño... ¿Estás ahí? —el silencio, por supuesto, fue su única respuesta. Deslizó la mano sobre la superficie de la puerta, entrecerrando los ojos, y volvió a intentarlo—. El grandullón me ha dicho que te vio entrar y que desde entonces estás ahí dentro, ¿va todo bien?

    No, por supuesto que nada iba bien. ¿Pero qué se suponía que debía decir en una situación así?

    >>...¿Quieres hablar?

    Apretó los labios, sintiendo su corazón latir cada vez con más fuerza contra su pecho. Seguía sin tener una respuesta, y el miedo y la preocupación la carcomían por dentro. Sintió un nudo formarse en su garganta al sentir cómo ideas nefastas se formaban en su cabeza, e intentó tirar del pomo inconscientemente.

    "Por favor, Rach. Dame una señal, cualquier cosa. Dime que estás ahí"

    No importaba cuántas veces llamase o tirase del pomo, la joven no daba una respuesta. Y cuando el pánico iba a acabar por dominarla, un débil sonido llegó hasta sus oídos, como en un susurro. Apretó los ojos al sentir cómo se humedecían, y acercó su oreja a la puerta solo para escuchar de nuevo ese sonido.

    Un sollozo.

    "Gracias... Oh dios, gracias, estás ahí".

    Colocó su espalda contra la puerta, dejándose caer hasta acabar sentada en el suelo, abrazando sus rodillas contra su pecho. Tomó una bocanada de aire antes de seguir. Estaba exhausta.

    —Escucha... Sé que no quieres hablar, y eso está bien. Necesitas estar sola y desahogarte, lo entiendo. Solo... déjame estar aquí, al otro lado de la puerta. No te molestaré —cerró los ojos mientras dejaba salir su voz en un murmullo, apoyando la frente sobre sus rodillas—. Déjame darte apoyo de la única forma que puedo ahora mismo, ¿de acuerdo? No podré dormir tranquila dejándote aquí así.

    Aunque no escuchó respuesta alguna, supo que aquello habría sido suficiente. Que el mensaje había llegado con éxito. Los párpados le pesaban y fue entonces cuando se dejó caer por el sueño, esperando que al abrir la puerta lograse despertar a tiempo para poder verla.

    Sabía que su madre habría hecho lo mismo con ella, y aquel era el único consuelo que necesitaba.


    ***

    No sabría decir cuánto tiempo había transcurrido desde la última vez que cerró los ojos, pero la ausencia de luz que sus orbes cansados captaron al abrirse con cierta pesadez fue suficiente para determinar que seguía siendo de madrugada. Su lugar de apoyo parecía alejarse por momentos y aún entre el sueño y la vigilia tardó en conectar las piezas y comprender que la puerta que la separaba de ella se estaba abriendo al fin. Alzó la mirada, sintiendo cómo unas manos heladas la ayudaban a levantarse y lentamente tiraban hacia su interior, adentrándose en la oscuridad de la habitación.

    Katrina tuvo que resistir el impulso de abrazarla al comprender que el agarre sobre sus muñecas era suficiente para saber que no era el momento. No podía verla, pero escuchar su respiración ahogada era lo único que necesitaba para saber que no estaba sola, que al fin le había permitido entrar. Se mantuvo en silencio, haciendo todo lo posible por mantener la confianza que parecía haber depositado en ella a pesar de las ansias que sentía por encender la luz y ver cómo estaba.

    Cuando sus manos se separaron lentamente apretó los labios, expectante. Rachel pareció dirigirse hacia algún lugar, pero Katrina se mantuvo clavada en el sitio. Tuvo que parpadear varias veces para acostumbrarse a la luz que había prendido en aquel momento.

    —...Lo siento, Kat —escuchar aquel murmullo quebrado provenir de su espalda hizo que girase sobre sus pasos para buscarla con urgencia. Hacía tanto que no escuchaba su voz que se sentía lejano, como en medio de un recuerdo distante. La buscó con la mirada hasta encontrarla acurrucada en el suelo, con los brazos tapando su cabeza, como si intentase esconder algo. Su voz solo emitía las mismas palabras una y otra vez, como un mantra—. Lo siento.

    Confusa, se acuclilló junto a ella, y fue entonces cuando sintió que el suelo del baño no lucía como siempre. Sus ojos se abrieron de la impresión al notar por primera vez hebras rubias decorar cada rincón del lugar, alejadas de sus raíces para no volver jamás. El corazón pareció detenérsele en el pecho y se acuclilló con brusquedad frente a ella, dirigiendo las manos hacia sus mejillas con urgencia.

    —Rachel, cariño, mírame —la joven agachó la cabeza, reacia a su mandato, pero Katrina alzó con suavidad su barbilla para obligarla a mirarle a los ojos. Sus expresivos orbes azules estaban teñidos de rojo por las innumerables lágrimas que se habían arremolinado en sus cuencas, y sintió cómo su corazón se quebraba al verla en ese estado. Los brazos de la menor se alejaron lentamente de su cabeza hasta mostrar cómo lucía su cabello ahora, cortado hasta la altura de su cuello. Un escalofrío recorrió su espalda, y la imagen que Rachel le devolvía frente a ella se distorsionó hasta reflejar una versión más pequeña de sí misma.

    Aquella misma situación... Aquella expresión vacía en sus ojos...

    Sus labios, en mitad de su estado de shock, se movieron solos, sin esperar ninguna clase de orden de su parte.

    —Te sienta bien el corte, cielo.

    Rachel la miraba, perpleja. Notó cómo daba un pequeño respingo de la impresión, y eso solo hizo que el sentimiento de dejavú que se estaba desenvolviendo ante sus ojos se volviera más y más fuerte. Las lágrimas deslizándose por sus mejillas, el temblor de su cuerpo, su mente nublada. El cuerpo de Katrina se movió por inercia y la envolvió al fin entre sus brazos, notando cómo los músculos de la joven en un inicio se tensaban por el contacto hasta que, finalmente, se rendían ante la calidez del gesto, acurrucándose así en su regazo. Por las mejillas de la mayor comenzaron a surgir lágrimas silenciosas.

    Se sentía como si la vida le hubiese dado la oportunidad de vivir aquel maldito suceso desde el punto de vista de su madre, de ayudar a alguien más, y fue en aquel entonces cuando comprendió todo el sufrimiento que tuvo que guardar para sí misma solo para servir de apoyo a su hija. Abrazó con más fuerza a la joven entre sus brazos, el sollozo de ambas inundando el silencio de la habitación, sabiendo que no necesitaban más que la presencia de la otra para sentirse mejor.

    —Estarás bien, Rach —susurró una vez más, acariciando con cariño su cabellera rubia, idéntica a la suya en aquel instante—. Estoy aquí, ¿sí?

    Y-ya no lo soportaba más, Kat —logró articular al fin la rubia entre hipidos, sin atreverse a mirarla a los ojos. Sabía que Katrina la escuchaba atentamente—. No soportaba... no soportaba ver mi reflejo en el espejo. Me recuerda cosas que no quiero recordar.

    La mayor apretó los labios, haciendo una mueca entristecida al escuchar sus palabras, depositando un suave beso sobre su cabellera como solía hacer de niña. Y aunque ya distaba mucho de ser una, seguía siendo un gesto que solía relajarla.

    —No has hecho nada malo, ¿sí?. No te culpes, todos necesitamos encontrarnos a nosotros mismos —susurró, cerrando los ojos mientras tarareaba aquella nana que su madre solía entonar para ella en sus innumerables crisis. Aquel, sin duda, era el mejor regalo que podía darle en un momento como ese.

    —No estoy segura de haberlo conseguido, mi cabello... Yo... Yo no quería...

    —Shh... Tranquila, tranquila. Volverá a crecer... Tú al menos conservarás tu color natural —se permitió sonreír durante escasos segundos, recordando las marcas en su cabello por el tinte negro y rojo que había tenido con anterioridad, notando cómo Rach parecía ahogar lo que parecía ser un intento de risa. Se permitió unos segundos para hablar, dudando de si hacerle saber el presentimiento que rondaba por su cabeza desde entonces—. Has vuelto a verle, ¿no es así?

    Rachel asintió en silencio, entre sus brazos, y eso fue suficiente para que la ira creciese en su interior. El padre biológico de Rach la había maltratado durante toda su infancia, y ahora que al fin había logrado reestablecer su vida, aquel hombre volvía a aparecer en ella sin ningún tipo de vergüenza ni culpa. Todavía recordaba las noches en vela que la joven había pasado teniendo pesadillas con él, y ahora... Se acurrucó junto a ella, asegurándole con aquel gesto que no la soltaría, que seguiría ahí para ella todo el tiempo que necesitase.

    —Me odiaba a mí misma... por no haber sido capaz de enfrentarlo. Me sentía inútil, y solo quería dejar de verme a mí misma en el espejo y ser otra persona distinta... —apretó más el agarre, avergonzada por lo que iba a decir—. ...Quería ser como tú.

    —Cariño, yo no soy tan fuerte como crees —¿cómo se sentiría al saber que al verla a los ojos se veía a ella misma, que eran dos gotas de agua en aquel instante?—. Pero tuve a alguien que me apoyó y me ayudó a encontrarme a mí misma... Espero que me dejes ser tu apoyo en esta ocasión, Rach.

    La joven abrió los ojos, sorprendida por sus palabras, y sus lágrimas se volvieron más gruesas, quebrándose en llanto una vez más. Sentía que no la merecía, que no merecía a Alexander ni a la familia tan perfecta que había logrado tener, pero en aquel momento solo deseaba esconderse entre los brazos de Katrina y no salir más al mundo hasta que volviese a sentirse segura de sí misma. Poco a poco, el sueño y el agotamiento acabaron venciéndolas a ambas hasta quedar acurrucadas, apoyadas en la pared del lugar.

    Pronto, alguien más las observaría en silencio, y colocaría una manta a su alrededor para evitar que pasasen frío con una tierna sonrisa reflejada en su rostro.


    Gracias Pinterest por la idea (?)

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    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Leo
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    Deja vu!
    I've just been in this place before!

    Ok, dejando el meme...

    Holi, Liza uwuwuw

    Lo gracioso es que no lloré aunque cuando conforme fui avanzando sentí que iba a hacerlo (?)
    Lo que sentí en su lugar fue una intranquilidad horrible que me presionó el pecho y es que sabía que, con cada segundo que pasaba, era eso lo que estaba sintiendo mi niña, mi adorada Kat, por no saber qué pasaba con su pequeña Rach.

    Una parte de mí sabía que Katrina hubiera destrozado la puerta con tal de entrar y saber que no le había ocurrido nada, pero otra, probablemente lazada a la Kat que terminó siendo al final del rol, lucharía contra su propio impulso con tal de que fuera Rach quien la dejara entrar cuando se sintiera lista.

    El corazón se me hizo diminuto en el pecho cuando imaginé los cientos de hilos dorados cubriendo el suelo y vi todo mi fic repetirse. Kat encerrada, su madre entrando, la niña en estado de shock, la necesidad de ser otra persona.
    Todo repitiéndose, con Kat tomando el lugar de Hailee Akaisa, para sostener los pedazos de Rachel y ponerlos lentamente en su lugar, demostrándole que no estará sola, pero a la vez es como si Kat se demostrara a sí misma, una vez más, que sin importar qué tanto se haya forzado por ser alguien más y sin importar qué tan rota haya estado, puede ayudar a quienes ama. Y es que lo cierto es que Kat ama profundamente a Rach (aquí, haciendo esto aún más canon xd), precisamente porque de alguna forma se ve a sí misma en ella y sabe que necesita a alguien, alguien que ella está dispuesta a ser.

    No puedo quitarme la imagen de mis dos niñas con el cabello corto. Son como gotas de agua y sufro.

    Y la mecánica Alex-Kat, como siempre es pure gold. Amo a estos dos, de verdad, con todo y sus roces siempre están dispuestos a hacer las pases para trabajar en equipo si se trata de Rachel.

    Mira, la cosa es que no puedo con los feels :( me encantó.
    Vivo por estos tres.
     
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    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado fifteen k. gakkouer

    Piscis
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    Oh, dude. No sabía que esperar de este fic pero desde luego que esto no.

    La verdad es que creo que es muy interesante leer todos vuestros fics desde mi perspectiva, que no he seguido tan de cerca el rol. Conozco la dinámica de estos tres personajes y más o menos sus historias, pero aun así hay detalles que se me escapan y hacen que la lectura de fics como estos pues sea más entretenida.

    Mientras iba leyendo, la verdad es que me imaginé varias cosas que podían pasarle a Rachel y sinceramente, entré en puro pánico al leer que estaba en el baño y que no abría, y presiento que eso querías transmitir y realmente lo hiciste bien. Me sentí como si fuese Kat en la puerta, casi en un ataque de ansiedad al imaginarme lo peor, Y MENOS MAL QUE SE ESCUCHA EL SOLLOZO ESE PORQUE SI NO A MI ME DA ALGO.

    La escena de después pues es preciosa, qué decir. Mira, el hecho de que Kat llegue agotada del trabajo y aun así esté despierta y al 100% por su niña, no, yo no puedo, osea, super goals. Y Alex es un amor, es el típico padre guay que respeta la privacidad de sus hijas pero que igualmente se preocupa por ellas y hace lo posible para que estén bien sin molestarlas y perder su confianza, y well, teniendo en cuenta que en realidad no son familia y al fin y al cabo son unos conocidos, la verdad es que de apreciar.

    Y pues bueno, el momento de Rachel contando el por qué ha decidido cortarse el pelo y Kat viéndose reflejada. Mi corazón en mil pedazos, así te lo digo. Sí leí tu fic de Rachel sobre su familia y ya sabes que es que el tema de la violencia doméstica me afecta mucho, la verdad, y saber que la chica ha rehecho su vida pero su maltratador no la deja vivir y ENCIMA LA HACE SENTIR CULPABLE, NO, OSEA, NO, CANCELAMOS AL PADRE DE RACHEL AHORA MISMO Y DECLARAMOS QUE EL ÚNICO PADRE ES ALEXANDER PURCHINOV. PERIODT.

    Anyways, estoy segura que la niña podrá recuperarse y sentirse mejor gracias a Kat y Alex, que para eso son su verdadera familia y se quieren, yo lo sé, todo estará bien porque se tienen mutuamente <3 Y, en fin, creo que es bastante obvio que lo amé mucho, me gusta mucho la dinámica de vuestros personajes, qué decir, soy fan. Y soy fan de tu escritura so, it's a win-win for me.
     
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