Darklight [Bleach]

Tema en 'Archivo Abandonado' iniciado por AleDarkligth, 6 Abril 2010.

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  1.  
    AleDarkligth

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    Darklight [Bleach]
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    Darklight [Bleach]

    HOLA A TODOS, ESTA ES MI PRIMERA HISTORIA LA CUAL ESPERO COMPLETAR; ESO CLARO MIENTRAS USTEDES LECTORES ASÍ LO DESEEN... PRIMERO QUE NADA DEBO DEJAR UNOS CUANTOS PUNTOS EN CLARO CON RESPECTO A ESTA HISTORIA

    1) ESTA ES UNA HISTORIA ORIGINAL DE MI AUTORIA LA CUAL POR OPINION DE MI COAUTOR SASERAKI LA HE ADAPTADO CON LOS PERSONAJES DE BLEACH... POR LO QUE PUNTUALIZO... LA HISTORIA ES MIA, LOS PERSONAJES DE KUBO TITE

    2) ESTA HISTORIA SERÁ ACTUALIZADA CADA DOS SEMANAS; AUNQUE SI ESTOY MUY OCUPADA PUEDE QUE TARDE UN POCO MÁS

    3) EL DÍA DE HOY ENTREGO A USTEDES EL PREVIEW DE LA HISTORIA Y MAÑANA ENTREGO EL PRIMER CAPÍTULO

    4) Y FINALMENTE PERO NO MENOS IMPORTANTE PARA QUE PUEDAN ENTENDER ESTE PREVIEW DEBEN DE ESCUCHAR ESTA CANCIÓN www(PUNTO)youtube(PUNTO)com/watch?v=FNie2RK2NHg&playnext_from=TL&videos=ubf6t7LhLNA E IMAGINAR LAS ESCENAS DESCRITAS ABAJO

    AD y S presentan​

    El fuego consumía una cabaña oculta en los bosques.

    Un campo de batalla convertido en la tumba de cientos de guerreros.

    Un grupo de niños llegando a un castillo desde donde dos niños de unos tres años vigilan el sueño de una pequeña.

    Un anciano deja a una niña pequeña junto a otros dos niños de su edad.

    UNA HISTORIA FANTASTICA​

    En las concurridas calles de Tokio el joven de cabello anaranjado camina sin preocupación.
    La joven de ojos azules camina desprotegida en unos callejones oscuros en la ciudad de Tokio y de repente es rodeada por varios chicos.
    Los chicos que habían rodeado a la joven son golpeados por el chico de cabello naranja y cuando otros más aparecen el chico toma la mano de la joven y salen corriendo del lugar.
    – Eso estuvo cerca – comentó el chico - ¿eres nueva en la ciudad?
    – Gracias, y sí, soy nueva en la ciudad
    - No debes estar tan noche por esas calles – decía para después extender la mano – me llamo Kurosaki Ichigo
    La joven tomo su mano y sonrió diciendo – Kuchiki Rukia

    DOS CLANES​

    Se puede observar un mundo lleno de vida, con diversos paisajes, personas riendo, un reino prospero en algún entre el cielo y la tierra; en lo alto de un árbol un joven de cabello color naranja observa con expresión neutra a lo lejos un grupo de personas que se divierten, un águila se posa en el hombre del joven y este sonríe con melancolía.

    Se observa ahora un lugar desolado, donde las arenas del desierto dominan y un castillo se alza imponente como signo de que ese lugar tan desolado le pertenece; varios hombres luchando entre ellos se pueden ver, un anciano junto a tres hombres observando las peleas; unos jóvenes que observan sin interés y entre ellos una joven de profundos ojos azul tan profundos que se confunde con el violeta.

    DOS FORMAS DE VIVIR​

    -¿qué te trae a Tokio? – preguntó el joven mientras ambos caminaban por la ciudad
    - Se podría decir que escapo… estaba buscando donde quedarme cuando me atacaron Ichigo sonrió y se paro frente a ella
    – Yo estoy de visita, puedes quedarte conmigo mientras encuentras donde quedarte.

    DOS CORAZONES​

    - Espera Ichigo - gritó Rukia, Ichigo detuvo su marcha y se giro para verla, en sus ojos se podía ver el dolor y la traición
    - ¿lo sabías? – preguntó con coraje
    – no se preocupe no volverá a verme… princesa – dijo para dar la vuelta mientras dos majestuosas alas negras crecían de su espalda y alzaba vuelo dejando a Rukia llorando.

    UNA SOLA ALMA​

    Ichigo patea al hombre que estaba sobre Rukia y se acerca a ella para comprobar que esta bien
    - Tonta, te advertí que nunca vinieras de noche a esta parte de la ciudad
    - También me advertiste que nunca volvería a verte – le contesto sollozando y abrazándolo fuertemente presa aún del terror que sintió al tener a aquel hombre encima suyo.
    - Discutiremos eso más tarde – dijo Ichigo para girarse y seguir golpeando a aquel ebrio hombre hasta noquearlo; después tomo a Rukia en sus brazos e invocó sus alas para irse de aquel lugar.

    - No me importa mi clan, luchare contra todos si es necesario, pero no pienso alejarme de ti – decía Ichigo abrazando la frágil figura de Rukia
    - Yo tampoco… quiero alejarme de ti – decía Rukia aforrándose más al chico Ichigo sonrió – felicidades Rukia, tienes la lealtad del príncipe del clan oscuro – dijo para después juntar sus labios con los de la chica.

    El hombre estaba por matar a la rubia mujer, a escasos 30 centímetros de su cuerpo la temperatura descendió y un enorme dragón blanco de ojos aguamarina recibió el ataque y con un movimiento de su cuerpo alejo al hombre.

    La blanca pantera corría con la niña en su lomo, al pasar junto al joven arquero una luz los cubrió y en su lugar estaban una mujer alta y el joven traidor de los suyos.

    Un grupo de guerreros luchando arduamente con soldados tan parecidos y a la vez tan distintos a ellos en un campo protegido por una barrera.

    - No tenemos que pelear – decía la chica – tú eres mi amigo
    - Lo siento mujer, pero antes que mis sentimientos, esta mi deber – grito el chico lanzándose a atacar a la única mujer que había amado más que una amiga.

    UNA PROFECIA​

    - Solo aquel que despose a la hija del Sol será quien domine a los dos clanes –decía con burla Aizen – y ese sólo puedo ser yo
    - Nunca la tocarás – respondió un herido Ichigo – no mientras yo siga con vida - Aizen sonrió con sorna ante la respuesta del joven príncipe
    - Entonces morirás ahora mismo

    - ICHIGO – fue el grito desgarrador que salió de la garganta de Rukia y que irrumpió en el campo de batalla.

    DARKLIGHT
     
  2.  
    Florentina

    Florentina Usuario común

    Aries
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    re: Darklight [Bleach]

    Wah... se ve que está buena.

    Lo que escribiste me parecio que fuese el trailer de una pelicula, jeje, me gustó xD

    Se ve que la historia está bastante interesante, espero poder leer el primer capi pronto :P
     
  3.  
    AleDarkligth

    AleDarkligth Iniciado

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    re: Darklight [Bleach]

    Hola Florentina; si de hecho este Preview fue escrito con la intención de que fuese una especie de trailer, gracias por el comentario en verdad se agradece; mañana a primera hora estara colgado el primer capítulo

    Ja nee
     
  4.  
    Pami

    Pami Guest

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    re: Darklight [Bleach]

    En el foro se pueden dejar las ligas completas, no es como FF.net
    Al tener personajes de una obra, no va en este foro, por lo cual lo estoy moviendo a Temática libre.
     
  5.  
    AleDarkligth

    AleDarkligth Iniciado

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    Re: Darklight [Bleach]

    Desde hace mucho tiempo atrás cuando el humano apenas y comenzaba a gobernar la tierra, la Luna tuvo un hijo de negras alas con las que obtenía el poder de su madre, el Sol celoso de esto tuvo un hijo cuyas alas eran blancas y obtenía los poderes de su padre; como espíritus de la naturaleza a ambos se les dio la tarea de proteger a la humanidad.

    Ambos espíritus, a los que se les llamo "ángeles" por boca del hombre, cumplieron la tarea que sus padres les habían encomendado; para proteger sus familias a cada uno se les dio una dimensión, un espacio entre el cielo y la tierra donde pudieran vivir en paz; sin embargo esta paz no duró mucho tiempo.

    El hijo del Sol creía que tenía derecho gobernar incluso a sus hermanos los hijos de la Luna; su padre el Sol, le pidió que desistiera de esa idea y el joven guerrero necio comenzó una batalla contra sus hermanos; cuando el hijo de la Luna sus ataques respondió la lucha se desató.

    Al ver tanto odio la Luna y el Sol decidieron no intervenir más en la vida de sus hijos hasta que la lucha terminara para siempre.

    Durante siglos ambas familias lucharon cargando con las diferencias de sus antepasados; más hace 17 años… una esperanza nació.


    Capitulo 1. Luz negra

    En un mundo desconocido una gigantesca figura surca el cielo, poco a poco la figura comienza a descender revelando la imponente figura de un gran dragón blanco, el animal roza su patas con la fría agua del mar que rodea y limita ese mundo al que pertenecía.

    Vuelve fue la simple palabra que escucho el animal e inmediatamente comenzó su camino devuelta a casa; pasando por las montañas rocosas y los pequeños volcanes del norte que ahora se encontrarían solitarios de no ser por unos cuantos hombres que se encontraban entrenando arduamente; continuo con su vuelo ahora atravesando la ciudad principal protegida por las lagunas y manantiales que colindaban con el desierto al este donde varias caravanas iban y venían transportando personas o productos para las ciudades y los bosques al oeste donde puso observar a varias personas trabajando cortando leña o cultivando; finalmente el imponente animal llego a la zona norte de aquel mundo donde las gigantescas montañas heladas gobernaban; descendió por completo hasta quedar de pie frente a una figura encapuchada.

    - Bienvenido – dijo la persona acercándose a la gran bestia y colocando su mano justo entre sus ojos proporcionarle una suave caricia; los ojos aguamarina del animal se cierran y una luz le rodea; en cuestión de segundos el animal desaparece dejando tras él una pequeña nevada.

    - Andando – Dijo un chico de baja estatura, ojos aguamarina y cabello blanco mientras se colocaba un kataginu blanco que recibía de la persona frente a él.

    - Sí taichou – respondió una mujer de cabello largo cabello anaranjado, tez blanca y ojos grises; después de esto ambos comenzaron a caminar por aquellos congelados bosques.

    En los jardines del palacio se podían escuchar los gritos de diferentes personas llamando a alguien.

    - Príncipe – gritaba una de las sirvientas del palacio

    - Alteza, ¿en donde se encuentra? – gritaba otra de las mujeres de la servidumbre

    - ¡Kurosaki-kun! – gritaba una joven mujer de cabello anaranjado y ojos grises; ella vestía una larga falda blanca y una blusa color rosa (Inue Orihime, 16 años, clan humano)

    - Es inútil no lo vamos a encontrar – contesto con cansancio un joven de cabello y ojos color negro, él vestía un pantalón color gris y una camisa azul marino (Kojima Mizuro, 15 años, clan humano)

    - ¡ICHIGO!, ¿A dónde has ido sin mi? – gritaba un joven de cabello y ojos color café oscuro, el chico vestía una camiseta de manga larga color verde y una pantalón de mezclilla (Asano Keigo, 15 años, clan humano)

    Keigo fue silenciado por un certero golpe en su cabeza proporcionado por una joven de cabello corto negro y ojos café oscuro, ella vestía blusa sin mangas color roja y un pantalón negro (Arisawa Tatsuki, 17 años, clan humano)

    - Lo más seguro es que Ichigo huyera de ti… y con en el escándalo que armas no lo culparía; lo peor del caso es que ahora también Senna ha desaparecido – comentó con fastidio la chica.

    - Ishida tampoco esta – comentó el más alto de aquel grupo, el chico era sumamente musculoso; su cabello café oscuro caía de forma que tapa su ojo izquierdo dejando el derecho al descubierto; el joven vestía una camiseta lila y un pantalón negro (Yasotura Sado "Chad", 18 años, clan humano)

    - Sí, tienes razón Chad, tal vez Ishida tenga más suerte en encontrar al inútil de Ichigo – dijo Tatsuki comenzando a caminar en dirección al pequeño prado que colinda con el jardín – además hay cosas que discutir con ese par.

    - ¡KUROSAKI! –gritaba un joven alto, de cabello azulado ojos negros ocultos tras unas gafas y tez blanca, vestido con una camisa blanca y un pantalón gris (Uryu Ishida, 17 años, capitán del clan humano, último cazador)

    -Esto no es gracioso Kurosaki, sal de una buena vez de donde quiera que estés; Ukitake-san ya llego para seguir con tu entrenamiento

    - ¿Acaso es lo único que sabes hacer, Ishida? – dijo una voz; el chico levanto la vista para encontrarse con un joven de tez medio morena, ojos color miel y el cabello de un peculiar color naranja vestido con una camiseta negra y pantalón de mezclilla; el chico se encontraba recostado sobre una rama de un árbol. (Kurosaki Ichigo, 18 años, príncipe del clan oscuro)

    - Por mi quédate holgazaneando todo el tiempo que quieras pero mi deber como tu guardaespaldas es asegurarme que cumplas con el entrenamiento.

    Kurosaki se mantuvo en silencio, levanto la vista al cielo y una extraña sonrisa surco su rostro; Ishida se giro y vió como una hermosa águila marrón volaba en la dirección en la que estaban; el joven cazador lanzo un suspiro cansado al observar como el ave se posaba en el hombro del joven príncipe.

    - ¿podría usted hacerlo entrar en razón, hime? – preguntó el chico al águila, el ave movió la cabeza y brincó del hombro del chico a la rama del árbol; extendió sus alas y un torbellino de hojas le rodeó; un segundo después en lugar del águila se encontraba una joven de cabellos violetas, ojos color miel y tez morena, vestida con un hermoso kimono rojo. (Senna, 15 años, sacerdotisa del clan)

    - Senna-sama –dijo el chico haciendo una ligera reverencia.

    - Ishida-san – respondió la joven sonriendo – siento que Ichi te cause tantos problemas a ti y a tu clan – dijo mientras golpeaba cariñosamente el hombro del príncipe quien soltó un gruñido como respuesta.

    - Sí le causa problemas a los generales y a los reyes no me sorprende que nos los cause a nosotros – comentó Ishida con resignación

    - Y no lo conociste cuando era más pequeño – dijo con diversión una voz tras el joven cazador; el chico se giro para encontrarse con el grupo de jóvenes que pertenecían al clan humano.

    Ichigo saltó de la rama y quedó frente al grupo; la joven sacerdotisa le imitó.

    - ¿algo en particular a lo que te refieras con ese comentario Tatsuki? – dijo con molestia el joven príncipe

    La chica sonrió con diversión – Puede ser, pero con la mala memoria que tienes no tiene caso si quiera que lo diga – dijo con burla

    Ichigo soltó un gruñido de molestia – Deberías tenerme más respeto Tatsuki –

    - El que seas un príncipe no quita el hecho de que te haya visto chimuelo Ichigo – comentó totalmente divertida

    Aprovechando la distracción del joven príncipe Keigo se acerco a la sacerdotisa dispuesto a abrazarla; pero en su intento recibió un fuerte golpe por parte de Ichigo – ni se te ocurra tocarla, Keigo

    - ¡Eres un mal amigo Ichigo! – lloriqueaba el joven por el maltrato del chico

    - Si ya sabes que no debes intentar abrazar a Senna-san ¿por qué lo sigues intentando Asano-kun?

    - Keigo es un poco masoquista – comentó tranquilamente Chad

    - ¿También ustedes están en mi contra? –decía dramáticamente Keigo; el joven se giro en dirección al cazador y que hablaba con Orihime; una sonrisa surco el rostro del joven adolescente y de inmediato trato de abrazar a la joven; su intento fue ahora detenido por Chad.

    - No te busques problemas con Arisawa – comentó con resignación Mizuro

    - Por cierto Ishida-san; ¿Han terminado los preparativos de aquello?- preguntó Senna mientras jalaba a Ichigo para evitar que siguiera con su batalla verbal y visual con Tatsuki.

    - Todo está preparado, lo demás depende de Ichigo – respondió Tatsuki

    - Kurosaki-kun, ¿Cuánto tiempo pasarás en el mundo humano? – preguntó con un leve sonrojo que paso desapercibido por el príncipe

    El chico suspiró cansado – Tal vez un par de meses

    - ¿QUÉ?... ¿estás loco o qué? Es demasiado tiempo Kurosaki – le reprendió Ishida

    - Oh Ichigo ¿Acaso aprovecharas tu juventud y buscaras por fin una chica que te soporte? – preguntó con diversión Keigo.

    - Chad, será mejor que le cierres la boca o lo dejare en coma por el tiempo que me ausente – comentó con enfado Ichigo mientras le lanzaba miradas de advertencia a Tatsuki y Senna que trataban de no reír por el comentario del joven.

    Chad tapo con su mano la boca de Keigo y este trataba de liberarse del agarre del mayor.

    - En verdad no aprendes Asano-kun – dijo con resignación Mizuro

    - Ichi – le llamó Senna - ¿en verdad pretendes estar tanto tiempo fuera de casa?

    El joven príncipe observo a la chica, suspiro y acarició la cabeza de la sacerdotisa – lo siento Senna, pero en verdad necesito algo de espacio… he tenido este presentimiento de que algo me llama y debo de encontrarlo... y para eso necesito tiempo, ¿lo entiendes verdad?

    - Esta bien Ichi… si crees que antes de los dos meses has tenido suficiente solo tienes que llamarme y te traeré de vuelta a casa – dijo con una gran sonrisa la chica

    Ichigo se giro al grupo de jóvenes que mostraban muecas de resignación ante la respuesta de la sacerdotisa - ¿Cuento con ustedes chicos?

    - Para eso están los amigos –contestó Tatsuki - ¿verdad Ishida? -la joven solo escucho un suspiro de resignación por parte del cazador

    - ¿Cuándo tienes planeado salir del castillo, Kurosaki-kun? – preguntó Orihime

    - Esta misma noche –

    - Zaraki-taicho – dijo simplemente Chad que aún estaba tapando la boca de Keigo

    El príncipe sonrió con malicia – de él no te preocupes Chad lograré burlarlo a él y a su escuadrón sin ningún problema.

    - Ciertamente tu habilidad para escabullirte de los generales no esta puesta en duda Ichigo… ¿pero que me dices de Soi-Fong? – comentó Mizuro

    Ichigo le miro por unos momentos y suspiro cansado – ya pensaré en algo – dijo para después comenzar a caminar

    - ¿Exactamente a dónde vas ahora Kurosaki? – preguntó Ishida

    - Ukitake-san ya llegó, ¿no era eso por lo que me buscabas? – respondió el chico sin dejar de caminar; de inmediato el Ishida corrió para alcanzarlo con el propósito de escoltar al príncipe.

    - Será mejor que nosotros también nos vallamos – comentó Orihime; tras esto Chad soltó a Keigo y los tres hombres del grupo comenzaron a caminar junto a Inue.

    - ¿No vienes Senna? – preguntó Tatsuki que había permanecido junto a la sacerdotisa

    La chica negó con la cabeza – hay algo que me gustaría revisar antes de volver al castillo

    Tatsuki solo asintió y comenzó a correr para alcanzar a sus compañeros; al llegar junto a ellos dirigió su mirada a donde momentos antes había estado la sacerdotisa; en su lugar ahora había unas cuantas hojas doradas.

    El sol estaba por ocultarse pero eso no detenía al joven príncipe quien armado con una gigantesca espada que tenía aspecto de un cuchillo sin empuñadura y vestido con un hakama negro estaba en un arduo duelo frente a frente con un hombre de larga caballera blanca, tez pálida; el hombre vestía un hakama negro y sobre esta, el hombre vestía un kataginu blanco; los ojos del hombre se abrieron después de bloquear el ataque de su aprendiz.

    - ¿Y bien sensei? – preguntó Ichigo

    El hombre sonrió y empujó su espada de forma que Ichigo tuviera que retroceder, el hombre aprovecho ese momento para desaparecer de la vista del chico.

    - En guardia príncipe – grito desde la derecha un hombre vestido con un hakama completamente negro; el hombre era de tez morena, cabello y ojos color negro.

    - El capitán Ukitake no es tú único oponente –grito por la izquierda una mujer también vestida con un hakama negro, de tez medio morena, cabello rubio y ojos grises.

    En una rápida maniobra Ichigo dio un salto hacía la derecha colocándose tras el hombre y después de desarmarlo le dio un golpe que lo dejo inconciente; justo a tiempo para voltear y encarar a la mujer a la cual noqueo al darle una patada en el estómago; al girarse logró detener justo a tiempo el ataque de su maestro.

    - Tu ataques son buenos Kurosaki-san – dijo el hombre – sin embargo debo recordarte que tu espada y tú… aún no tienen un motivo por el cual pelear… y amenos que lo encuentren… no importa cuanto luches nunca encontrarás la verdadera fuerza – tras decir esto el hombre logró desarmar al príncipe; el chico calló quedando junto al gigantesco cuchillo que poseía por espada.

    Unos ligeros aplausos se escucharon y al girarse maestro y aprendiz encontraron a tres mujeres y un joven que se aproximaban a ellos; la mujer más alta junto con el único varón del grupo rápidamente se aproximaron a las dos personas que Ichigo había dejado inconscientes.

    - Un increíble duelo sin duda sobrino, Ukitake – dijo una mujer de piel morena, ojos grises y largo cabello morado agarrado en una coleta alta; la mujer vestía una blusa ajustada color naranja y un pantalón negro.

    - Tía Yourichi – dijo el chico haciendo un ligero movimiento con la cabeza

    - Su majestad – dijo Ukitake haciendo una profunda reverencia.

    - Jushiro – llamo al hombre la mujer que venía junto a la reina; el mencionado sonrío y se acerco a la mujer; ella era de largo cabello negro el cual mantenía trenzado, ojos grises y tez pálida aunque menos que Ukitake; vestía completamente de blanco.

    - Estoy bien Retsu – dijo el hombre para después besar tiernamente la frente de la mujer; la mujer se giro y observo con un poco de severidad a Ichigo.

    - Príncipe le suplico que la próxima vez no sea tan duro con mi esposo –

    - Madre, Kiyone y Sentaro no despiertan, Hanatarou y yo los llevaremos a descansar al castillo – comentó la alta joven de cabellos grisáceos al igual que sus ojos y tez pálida, ella al igual que su madre y el joven junto a ella iban completamente de blanco.

    Retsu suspiro y nuevamente se giro a Ichigo – y también le suplico que no noqueé a mi hija y yerno –

    - Lo intentaré Unohana-san -contestó el principe

    La mujer hizo una ligera reverencia y se giro a sus hijos – Hanatarou, Isane yo les ayudare – dijo la mujer al ver como su pobre hijo menor no podía cargar el cuerpo de su cuñado; el chico era de baja estatura en comparación a sus hermanas, tenía el cabello y ojos justo como su madre, con el cabello un poco largo a la altura de su cuello y de complexión delgado.

    - siento lo de mi esposa Ichigo – comentó Ukitake

    - No importa sensei, la verdad es que me he pasado – contesto el chico tranquilamente

    - Con su permiso alteza me retiro – dijo el hombre para hacer una ligera reverencia y seguir a su familia rumbo al castillo.

    - ¿Sucede algo sobrino? – preguntó la reina abrazando al chico

    - En lo absoluto – contestó el chico

    La reina abrió la boca para decirle algo pero fue interrumpida por dos rápidas y pequeñas siluetas que lograron tumbar a Ichigo en el pasto.

    - Ichi-nii – dijeron al unísono un niño de cabello rojo y ojos negro y una niña de ojos azules y cabello negro ambos vestidos con un short de mezclilla y unas camisetas blancas.

    - Jinta, Ururu – dijeron al unísono la reina y el príncipe.

    - Hola madre – respondieron los dos niños aún sobre Ichigo

    - Hey niños, ¿cómo están? – preguntó Ichigo acariciando la cabeza de ambos después de haber logrado ponerse de pie

    - Jinta-san, Ururu-san, aléjense del príncipe –gritaba un hombre que corría en dirección a donde estaban; este era un hombre de bigote, poco cabello negro, de estatura alta y bastante musculoso, tez morena; iba vestido con una camisa blanca y un pantalón negro; unos anteojos ocultaban sus ojos.

    Ambos niños se abrazaron de las piernas de Ichigo y se colocaron tras él con la intención de convertir al joven en su escudo.

    - Tessai-san – llamo Yourichi - ¿se te han vuelto a escapar este par de diablitos? – preguntó divertida la reina

    - En verdad lo siento su majestad; pero en cuanto supieron que el amo Ichigo estaba entrenando han venido a espiarlo, no pude evitarlo – decía con nerviosismo el hombre.

    La reina lanzó una sonora carcajada – cada día este par se parece más a ti sobrino –

    - ¡Sí! Somos como Ichi-nii – decían los niños felices

    Ichigo mantuvo su expresión seria y acaricio la cabeza de ambos infantes.

    - Es mejor ir al castillo, la cena pronto estará lista – comentó la reina, Ichigo asintió y comenzó a ser jalado hacia el castillo por ambos niños; unos cuantos pasos atrás Tessai y la reina Yourichi les seguían.

    - El amo Ichigo parece perturbado – comentó Tessai en voz baja para que el chico no le escuchara.

    - Lo más seguro es que esta noche intente escapar nuevamente – dijo la reina

    - ¿Cree que en esta ocasión…? – preguntó inseguro el hombre

    La reina levanto la vista hacia la entrada del castillo en donde pudo ver un águila vigilante; el ave hizo un ruido y voló al interior del castillo, Yourichi sonrió y asintió – parece que esta noche hay más esperanzas de las que hubo hace 15 años.

    La oscuridad de la noche solo era rota por los rayos de la luna llena, sin embargo la misma Luna era cómplice de la ágil figura que corría por los pasillos del castillo.

    - Esto es demasiado fácil – dijo para sí mismo Ichigo; el chico dio un par de pasos más solo para que un estruendoso ruido se hiciera presente, señal de que las alarmas se habían activado.

    - Lo sabía, nada es fácil –dijo el chico para salir corriendo en donde sabía lo esperaba el portal que lo llevaría al mundo humano.

    En la habitación del trono un hombre rubio vestido con una yukata marrón reía ante la cara de enojo puro que el comandante del norte, Zaraki Kempachi, tenía al saber que durante la guardia que él y sus subordinados estaban realizando el príncipe había escapado.

    - Rey Keisuke, ¿se puede saber de qué rayos se está usted riendo? – preguntó con molestia Zaraki

    - Parece que ni el gran capitán del Norte ha podido con mi querido sobrino – comentó divertido el hombre

    Un profundo gruñido salió del pecho del hombre- ¡Ikaku, Yumichika, Yachiro no lo dejen escapar! – gritó colérico el hombre saliendo de la habitación del trono

    Keisuke volteó a la enorme pintura que estaba tras de él donde un hombre de cabello negro sonreía abrazando a una hermosa mujer de cabello castaño.

    – Estarían muy orgullosos de él, Isshin, Masaki-san –dijo con una melancólica sonrisa

    Ichigo se acerco sigilosamente al portal; al estar a unos 20 centímetros de él una figura alta vestido como Ninja apareció.

    - ¡Oh valla!, creí que aquí estaría el joven Ichigo pero sólo es un soldado – dijo la figura con una suave voz perteneciente a la de una mujer

    La chica le dio la espalda y mientras caminaba comentó – sí ves al príncipe, avísame o recibirás un buen castigo – después de eso salió a gran velocidad de ahí

    - Gracias, Soi-Fong – dijo Ichigo antes de entrar por el portal que inmediatamente se cerró

    - De nada… ototo – comentó con una triste sonrisa al ver el lugar donde segundos atrás el príncipe había estado.

    Mientras en los pasillos del castillo había un gran alboroto debido a la reciente huida del príncipe en una cámara oculta a la vista de todos, en la parte más baja del castillo se encuentra una joven de rodillas rezando frente a un estanque, los rayos de Luna que se colaban por una rendija era lo único que iluminaba el lugar.

    La joven interrumpió sus rezos al escuchar pasos ligeros; al girarse se encontró con un gato negro que la observaba fijamente; la joven sonrió e hizo una profunda reverencia.

    - Es un placer tenerle aquí, Yourichi-san- dijo la joven.

    - No son necesarias la formalidades, Senna – contesto el gato con voz gruesa; el animal dio un par de pasos al tiempo que una luz rodeaba su cuerpo; en cuestión de segundos en lugar del gato se encontraba la reina Yourichi; Senna se levanto y le ofreció una capa con que tapar su cuerpo desnudo; la mujer lo tomo y se cubrió para después acercarse al estanque que recibía el rayo de luna.

    - ¿has descubierto algo? – preguntó la mujer

    Senna giro su rostro hacía la única antorcha encendida en aquel lugar; Yourichi siguió la vista de la sacerdotisa y sonrió al ver el vitral iluminado por el fuego; la figura de un hombre de cabello color naranja vestido totalmente de negro dando la espalda mientras la Luna iluminaba el camino por el que caminaba.

    - El príncipe de la Luna esta donde debe de estar – comentó Senna diciéndolo como si de un dulce canto se tratará

    La reina sonrió ante las palabras de la joven; después giro su rostro al estanque - ¿y la Luna que te ha mostrado?

    Senna sonrió ante la pregunta de la mujer, se agacho y rozó con su mano la superficie del estanque inmediatamente una imagen se formo revelando a una joven mujer de cabello negro, tez blanca y unos profundos ojos violetas – Ella también ha tomado su decisión

    El ruido de el fuego encendiéndose sonó y un segundo vitral se iluminó; en este una hermosa mujer joven caminaba bajo la luz del Sol.

    - La profecía pronto comenzará – comentó Senna

    - Sí… pero recuerda pequeña… todo depende de ellos - dijo la joven reina; nuevamente una segadora luz rodeo su cuerpo y el gato negro salto a las piernas de la joven sacerdotisa.

    - Volvamos arriba a dar la noticia y a descansar unas cuantas horas más – ordenó el gato, de inmediato Senna se levanto cargando al animal en brazos; la puerta se cerro y el lugar quedo en silencio; ninguna de las dos pudo presenciar como un tercer vitral se iluminaba; en esta las dos figuras anteriores estaban de frente; en el cielo la Luna bendecía su encuentro.

    En fin he aqui el primer capitulo espero su opiniones =
     
  6.  
    Ita

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    Re: Darklight [Bleach]

    :crabl:
    La idea está muy buena, me gustó mucho :)
    Tienes algunos errores de dedo, te faltan algunas tildes, pero no vi nada grave.
    Ten cuidado con las mayúsculas xD
    Me gustaría que tuviera un poco aás de narración, ya que en el medio del capítulo ya casi no había.
    Espero leer pronto la continuación, esta interesante xD
     
  7.  
    Florentina

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    Re: Darklight [Bleach]

    Wah... me encantó el primer capitulo.

    Está muy interesante, nada más que me costará un poco recordar el nombre de todos los personajes (aunque sean de la seire suelo confundirlos, soy un caso perdido ToT), es que soy mala en ello (xD) pero, aun asi estuvo super!!!

    Me encantó, esperaré la conti...:D
     
  8.  
    AleDarkligth

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    Re: Darklight [Bleach]

    Hola a todos! agradezco mucho a las personas que han dejado review y que han agregado este intento de historia a sus favoritos; debido a que mis deberes me absorben no he podido contestar los review que han dejado pero intentare hacerlo en esta ocasión.

    Los personajes de Bleach no me pertenecen; pero la historia sí xD

    DISFRTEN EL CAPITULO

    Capítulo 2. Blanca Oscuridad

    Los rayos del sol bañaban aquel árido escenario; donde las dunas y la arena creaban un interminable desierto; en medio de todo ese lugar un imponente castillo se levanta, a su alredor se alzaba una imponente muralla de la que sobresaltaban cuatro torres mirando a cada punto cardinal.

    - Fue entonces cuando la guerra comenzó de nuevo … - decía un hombre de cabello negro; tez morena y expresión dura, sus ojos eran cubiertos por unos lentes oscuros, el hombre vestía un pantalón y una camiseta sin mangas de color blanco, el hombre se encontraba frente a un pequeño grupo consistente un cinco jóvenes.

    En la esquina derecha del grupo se encontraba una joven de cabello oscuro, ojos verdes y tez medio morena, la chica vestía una minifalda color negro y una blusa de manga corta color morado; a pesar de tener su mirada fija en el hombre no prestaba atención alguna a sus palabras pues su mente se encontraba pensando en sus asuntos; a su derecha se encontraba un chico rubio, de ojos grises y tez blanca, vestía un pantalón de mezclilla y una camiseta verde él a diferencia de su primera compañera se encontraba tomando notas sobre todo lo que el hombre frente a él decía; a su derecha una chica de apariencia más joven de cabello castaño y ojos café le imitaba, ella vestía una larga falda gris y una blusa blanca; detrás de la chica se encontraba un joven pelirrojo que miraba desinteresado al hombre y de reojo observaba a una hermosa joven de cabellera negra como la noche y unos intensos ojos violetas que vestía un vestido blanco sencillo y que estaba detrás de la chica de ojos verdes.

    - ¡Princesa Rukia! – grito un hombre; su voz logró sacar a la joven de sus pensamientos y como acto reflejo la chica se levanto de su asiento.

    - Gomen nasai, Tousen-sensei – dijo la chica; de reojo pudo observar como los otros jóvenes presentes trataban de contener la risa.

    - ¿puedes repetir lo último que estaba diciendo? – preguntó el hombre a la chica

    - Eh… yo… lo siento pero… no se que estaba diciendo – contestó la chica bastante apenada

    El hombre llamado Tousen lanzó un profundo suspiro de cansancio – entiendo que no le parezca nada entretenida mi clase princesa; pero le recuerdo que su tío y su abuelo me han encargado no solo su educación, sino también la de todos ustedes – dijo mientras dirigía su atención hacía donde se encontraba el pelirrojo que estaba a punto de lanzar una sonora carcajada y a la otra joven de ojos verdes cuya mente seguía en algún lugar muy lejos de aquella habitación.

    La puerta de la habitación revelando a un joven alto de cabello negro y ojos café oscuro; en su mejilla derecha había un "69" tatuado y a lo largo del lado izquierdo de su rostro cicatrices, iba vestido con un hakama negro sin mangas.

    - Disculpe Tousen-san – dijo el joven haciendo una ligera inclinación con la cabeza

    - ¿sucede algo, Shuhei? – dijo el hombre sin moverse de la posición en la que se encontraba

    - Yamamoto-sama y Aizen-sama le llaman señor –

    Tousen lanzó un suspiro cansado y camino un par de pasos en dirección al gran escritorio; tomo un bastón de madera y se dirigió a los jóvenes que se encontraban observando la situación en silencio.

    - Por hoy la clase ha terminado; hasta nuestra próxima sesión espero que piensen en su comportamiento – dijo con voz severa para después con ayuda del bastón que había tomado salir de la habitación y perderse por los pasillos de aquella gran fortaleza.

    - Se ha ido –dijo Shuhei al ver que los chicos le mandaban miradas cuestionando si el hombre seguía cerca

    En el momento en que aquellas palabras fueron pronunciadas el chico pelirrojo y el rubio lanzaron sonoras carcajadas; la joven castaña lanzó un suspiro negando con la cabeza ante la actitud de sus dos amigos y la oji-verde dirigió su mirada hacia la joven princesa que se encontraba sentada y con cara de pocos amigos mandando miradas asesinas a los tres chicos que se burlaban de ella a carcajada limpia; Shunhei observaba con cierta diversión la tan repetida escena entre aquel grupo que conformaban los más jóvenes del clan.

    - No le veo lo gracia… así que dejen de burlarse de mí que no es divertido – exclamó con molestia Rukia

    - Por supuesto que lo es, ¿verdad Kira? – comentó el pelirrojo recargándose en el joven rubio

    - Lo siento princesa –dijo el rubio llamado Kira – pero Renji tiene razón… entienda que el capitán Tousen le reprenda por diecisieteava vez en la semana

    Tras las palabras pronunciadas por Kira dos ligeras risas se escucharon; Rukia se giro y frunció ligeramente el entrecejo al ver quienes se unían a las risas de sus dos amigos de la infancia – ¡Momo!, ¡Hisagi-san!, ¿ustedes también? – les reprochó la chica

    - Lo siento Rukia-chan… pero los chicos tienen razón, Tousen-sensei siempre te reprende y tú sigues distrayéndose en clase – contestó divertida la castaña

    - Bueno chicos basta – Shunhei dijo dándoles un golpe en la cabeza a Renji y Kira –respeten a la princesa – dijo con cierta molestia; ahora, podrían decirme ¿qué paso esta vez?

    - Rukia-hime estaba distraída cuando Tousen estaba dando su clase – habló por primera vez la oji-verde; Shunhei arqueó una ceja y observó divertida a la apenada princesa

    - Rukia no era la única que no estaba prestando atención, Nemu – dijó de inmediato Renji en defensa de la joven

    Nemu sonrió divertida y le lanzó una mirada acusadora – es bueno que aceptes por ti mismo que tampoco estabas prestando atención – contestó

    Renji se sonrojo y giró su rostro para otro lado evitando las miradas de su amigos – yo me refería a ti

    Nemu lanzó un suspiro y se acercó a la ventana de aquella habitación – no me interesan sus clases; él solo sabe hablar de las guerras con el clan oscuro y expresarse mal del mundo humano

    - Nemu-chan – le llamó Shunhi

    - Es verdad Higasi-san; sé que lo aprecias por que es tu comandante… pero mi padre me ha enseñado todo lo que Tousen dice debemos saber sobre el clan y sus puntos de vista… difieren bastante – dijo tranquilamente la chica

    Antes de que alguien pudiera contestar algo; un hombre de vestido con una bata de laboratorio y el rostro pintado de blanco apareció en la puerta de aquella habitación; Nemu de inmediato se acercó a él.

    - Mayuri-san - le saludó haciendo una pequeña reverencia con la cabeza; el hombre se giro hacia los demás chicos presentes

    - Es un honor verla, Rukia-hime – dijo el hombre haciendo una reverencia que la joven princesa contesto con un gesto con la cabeza

    - Volvamos al laboratorio, Nemu – dijo el hombre con voz fría para después comenzar a caminar con la chica detrás de él

    - En verdad no entiendo por que lo sigue como cachorro abandonado – menciono Renji con frustración en su voz.

    - Es su padre Renji – contestó Hisagi - no importa como actúe él sigue siendo su familia y ella siempre lo respetara y escuchará

    Los cuatro jóvenes bajaron con melancolía ante las palabras del mayor; Shuhei se percató de lo que había dicho demasiado tarde

    – Eh yo… chicos en verdad lo siento mi intención nunca fue…

    - No te preocupes Hisagi-san – comentó Kira

    - Sabemos que no ha sido tu intención –le secundó Hinomori Momo al ver la expresión de arrepentimiento en el rostro de Shunhei.

    Renji se mantuvo en silencio el cual Hisagi interpreto como una forma de disculparlo

    - Hisagi-san - le llamó Rukia tomándolo del brazo – es hora de irnos – el joven se despedía de los chicos moviendo de un lado a otro su mano mientras era arrastrado por la joven princesa fuera del salón hacia los pasillo s de la fortaleza rumbo al castillo.

    Rukia y Hisagi caminaban por los pasillos exteriores que conectaban la fortaleza con el castillo principal; el joven caminaba cabizbajo y la chica lo observaba de reojo sintiendo cierta pena por él, la chica lanzó un suspiro cansada; se detuvo y se giro para encarar a su guardaespaldas.

    - Shunhei, no te sientas mal… - le dijo tratando de animarlo

    El mencionado levanto la vista y lanzo un suspiro – Agradezco que trate de animarme hime, pero no puede negar que he sido un descuidado… yo mejor que nadie sabe por lo que todos ustedes pasan y aún así…

    Sí, Shnhuei Hisagi era la persona en el clan que más entendía al grupo más joven del clan; si bien su apariencia física podía verse como la de un hombre de 23 años, si veías directo a sus ojos se podía ver reflejaba aquella madurez que había obtenido después de más de dos siglos de vida; él había pasado por tantas cosas; lo había perdido todo a causa de la batalla de aquel tiempo y cuando estuvo de perder su vida, Kaname Tosuen lo encontró y se convirtió en su salvación; aunque ahora de aquel gran guerrero, que a pesar de su ceguera había llevado a importantes victorias al clan, solo quedaba un hombre que enseñaba a los más jóvenes y huérfanos del clan como en algún momento lo hizo con Hisagi.

    Rukia sonrió con melancolía ante su pensamiento; huérfanos, esa era sin duda una de las palabras que más odiaba en el mundo, y todo a causa de la interminable guerra el clan oscuro y su propio clan.

    - La guerra siempre es así… ¿no lo crees así Hisagi? – respondió con melancolía y tristeza marcada en su voz, el chico levanto la mirada y observo la expresión de dolor de la joven.

    Hacía casi dieciocho años atrás los miembros más jóvenes del clan habían perdido a sus familiares en una batalla que terminó tan pronto como comenzó a diferencia de las otras muchas batallas que a lo largo de aquella milenaria guerra se habían llevado a cabo; Renji, Hinomori, Kira e incluso Rukia habían perdido a sus familias en aquella ocasión; solo Nemu contaba aún con su padre pues él servia como investigador y no como guerrero; los demás pasaron a la custodia de uno de las cuatro generales; Renji era cuidado por el general Komamura, un espíritu de la naturaleza que provenía del mundo humano; Kira había sido criado por el general Ichimaru Gin, un hombre escalofriante que aún lograba terror en Rukia a pesar de sus 16 años; la pequeña Hinomori pasó a la custodia del general Azien Sosuke, el tío adoptivo de Rukia y mano derecha del Rey Yamomoto.

    - Rukia-hime…-

    Un gritó de dolor retumbo por aquella larga explanada.

    -¿Escuchaste eso? – preguntó con curiosidad la chica

    Un nuevo se escuchó.

    - Es por acá – dijo Rukia para luego correr hacía la derecha

    - Shoto matte hime – gritó Shunhei mientras salía corriendo detrás de la joven; mientras más corrían los gritos se volvían cada vez más fuertes, podían escuchar también varias carcajdas y el claro sonido de golpes; cuando por fin llegaron al lugar proveniente de aquel alboroto Rukia se quedo paralizada por la escena, Hisagi por su parte enmudeció al reconocer a los presentes.

    Grimmjow Jeaguerjauqes era un guerrero orgulloso, desde el momento en que nació supo que su destino era luchar; pero eso no quería decir que seguiría al pie de la letras las ordenes que le dieran, definitivamente no, él era un espíritu libre que sabía que hacer y que podía adaptarse a toda clase de situaciones, esa era el secreto de sus victorias en el campo de batalla; sin embargo su espíritu de libertad también demostraba una gran rebeldía y esta era la razón por la que siempre se metía en tantos problemas y por supuesto por lo que en esos momentos estaba por recibir una paliza cortesía de los otros soldados del escuadrón.

    Yami, un soldado que se llamaba a sí mismo la "mano derecha" del encargado de su castigo, Ulquiorra Cifer, le dirigió una mirada maliciosa mientras lo sostenía fuertemente de los brazos y lo alzaba para que el resto de los presentes pudieran humillarlo.

    No tardo ni un segundo después de ser levantado en sentir los golpes dirigidos hacía su tórax y su pecho; no gritó, lo soportaría en silencio como el orgulloso guerrero que era; soportaría la humillación; por unos momentos dirigió la vista al joven soldado de ojos tristes que le observaba sin mover un solo músculo, el siempre obediente Ulquiorra se mantenía al margen pero no detenía la humillación que estaba sufriendo, Grimmjow bajo la mirada y sonrió mientras sentía más golpes en su ya lastimado cuerpo.

    - No importa – se decía a sí mismo – por lo menos he cumplido mi promesa -

    A pesar de ser orgulloso y de haberse dicho que no se quejaría durante el tiempo que durara su castigo no pudo evitar lanzar un grito de dolor cuando el gigantesco Yami lo dejo caer como un saco de patatas sobre el piso ni pudo evitar que otro grito escapará de su garganta cuando este aplastaba su estomago con su pie mientras los otros le proporcionaban patadas y golpes con las fundas de sus espadas.

    Repentinamente Grimmjow sintió una presencia acercarse; al abrir los ojos se encontró con las impactadas miradas de dos personas que conocía muy bien; uno era Shunhei Hisagi, el aprendiz del capitán ciego Kaname Tousen y a la joven princesa de su clan, Kuchiki Rukia.

    - ¡DETENGANSE! - grito la pequeña joven en cuanto salió de su estado de shock al cruzar la mirada con el torturado Grimmjow, conocía a aquel hombre, él era uno de los capitanes más jóvenes del ejército del clan, sabía por su tío que era un joven rebelde y siempre había querido tener una conversación con él, después de todo no siempre te encuentras con alguien que desobedezca a la familia real; de inmediato todos los soldados detuvieron la humillación a su compañero y dirigieron una mirada asesina a la persona que los había distraído de su tarea; mirada que desapareció en el momento en que se encontraron con los profundos ojos violetas de la princesa.

    - Princesa – dijo de inmediato Ulquiorra y tanto él como todos los guerreros se arrodillaron como signo de respeto a la joven.

    Rukia frunció el entrecejo al reconocer a Ulquiorra como el líder de aquel escuadrón, por todo lo sagrado existente, ¿es que aquel hombre no tenía ni siquiera un poco de lealtad a su familia?, ¡Grimmjow era su hermano pequeño y permitía que lo golpearan!

    - Capitán Ulquiorra, ¿qué se supone que están haciendo? – preguntó de inmediato la princesa.

    El joven se levanto y dirigió su mirada a la joven frente a él – sólo estamos cumpliendo ordenes Rukia-hime -

    - ¡ORDENES! –exclamó furiosa no solo por la respuesta, sino también por la inexpresión en el rostro del joven soldado al decir aquellas palabras - ¿Quién se supone que ha ordenado golpear y humillar a uno de nuestros guerreros?.

    - Fui yo – dijo una nueva voz gruesa; todos los presentes voltearon a la izquierda solo para encontrarse con un hombre anciano, un mechón de su grisáceo cabello cubría un su ojo derecho pero no lograba esconder la gran cicatriz que surcaba su mejilla; este al igual que todos los soldados vestía un pantalón y una camisa blanca de manga larga.

    - Capitán Barragan – le reconoció Hisagi

    - Teniente Hisagi – dijo con molestia el hombre – Rukia-hime – saludo con voz neutra a la chica al tiempo que inclinaba ligeramente la cabeza.

    - Capitán – dijo de inmediato Rukia – suelte de inmediato al soldado

    Barragan sonrió con sorna ante las palabras de la chica – en verdad lo siento hime, pero me temo que no puedo hacerlo, este maldito ha desobedecido ordenes y por eso debe ser castigado –

    - ¿Según quien debe recibir tal castigo? – preguntó

    -… el general Aizen – dijo el hombre después de unos segundos de silencio

    Tanto Rukia como Shunhei fruncieron el entrecejo, el general Aizen ciertamente era un hombre duro, pero sabían que jamás ordenaría la barbaridad de dejar en tal mal estado a un guerrero y conociendo la actitud de Barragan y su complejo de grandeza podían deducir sin problemas que sus palabras eran mentira, lo más seguro es que ese hombre hubiese ordenado por su cuenta golpear al chico sin consentimiento de Aizen.

    - Si es ese el caso, ¡Hisagi! – llamo Rukia

    - Hai, Rukia-hime – ve y busca a mi tío dile que le pido que ordene a sus hombres no lastimar más al soldado que mando golpear

    - Dudo mucho que el general Aizen cambie sus ordenes – comentó sereno Ulquiorra

    - Tiene razón capitán – dijo la chica para después sonreír – Hisagi, olvida a mi tío, ve directo con mi abuelo y explícale la situación – cuando terminó de decir aquello el rostro de Barragan palideció.

    Hisagi dio media vuelta dispuesto a dirigirse al castillo y transmitir los deseos de la joven princesa pero la voz de Barragan le detuvo.

    - No creo que sea necesario interrumpir al Rey o al general – dijo el hombre – el castigo terminará de inmediato como usted lo ha ordenado, hime - dijo el hombre con un claro tono de molestia e indignación en su voz.

    El anciano capitán se giro hacía Ulquirra y su división - Levántenlo y llévenlo a su escuda… –

    - No, déjenle ahí - interrumpió la joven – yo me encargaré de él

    Barragan la miro con furia reflejada en sus grises iris pero permaneció en silencio; dio media vuelta y con una señal se retiro seguido del tercer batallón, Ulquiorra no se movió de su lugar y estaba por agacharse al mallugado cuerpo de Grimmjow cuando la voz fría de Barragan llegó a sus oídos.

    - Capitán Ulquirra, deje al capitán Grimmjow de inmediato – le dijo con clara diversión en la voz; el joven de cabello y ojos negro apretó sus puños y dirigió su mirada a la princesa y su guardaespaldas

    - Por favor hime, cuide de él – pidió para después hacer una reverencia y alejarse a paso lento de aquel lugar.

    Rukia observó con enfado como Ulquiorra se alejaba de ahí junto con Barrgan y el tercer batallón

    - Hisagi, llevemos al capitán a…

    - ningún lado – dijo la débil pero gruesa voz de Grimmjow que había logrado sentarse recargando la espalda en uno de los pilares cercanos de aquel lugar.

    - ¿te niegas a obedecerme? – preguntó Rukia arqueando una ceja, Grimmjow de inmediato soltó una fuerte carcajada

    - No obedezco al pie de la letra las ordenes de tu tío que es mi superior, ¿qué te hace pensar que obedeceré las ordenes de una mujer que es más joven que yo? – dijo con cierta burla

    - Insolente –le llamó Hisagi para después desenfundar su espada y acercarse con rapidez al hombre

    - No espera Hisagi – le detuvó Rukia

    – Si no quieres entrar al castillo esta bien – dijo la chica – pero debemos atender tus heridas

    Grimmjow sonrió ante la respuesta de la chica – de acuerdo hime, sólo traigan vendas y desinfectantes, de lo demás yo me encargo

    Rukia lo miro por unos segundos para después asentir con la cabeza – Hisagi, trae lo que ha dicho, yo me quedaré con él así que no tardes –

    Tras estás palabras Hisagi corrió en dirección al castillo; un silencio rodeo a la princesa y al joven capitán.

    - No era necesaria su intervención, hime – dijo tranquilamente Grimmjow

    - Por supuesto que era necesaria, mira como te han dejado y estoy segura de que esto no lo ha ordenado mi tío.-

    Grimmjow le miro con diversión, ciertamente él podía diferir mucho con las palabras de la joven pero no tenía el humor para contradecir a la chica, más aún por que sabía que lamentablemente en esa ocasión sabía que fue el capitán Barragan y no el general Aizen quien había ordenado su escarmiento.

    - Dime hime, ¿No te dejo un mensaje Ulquiorra? – preguntó tranquilamente

    -… No – contestó Rukia

    - No tiene experiencia mintiendo, ¿no es así Rukia-hime? – dijo divertido –escuche las palabras del orgullosos de mi hermano

    - Si lo sabías ¿por que has preguntado? – le contestó la chica

    Grimmjow encogió los hombros – supongo que ya es costumbre-

    Rukia observó con melancolía al joven capitán, conocía la historia de los capitanes que trabajaban para su tío, sabía que Ulquiorra y Grimmjow eran hijos de la misma madre pero de diferente padre, ambos hombres muertos en batallas muchos siglos atrás.

    - No lo entiendo, ¿es que acaso no tiene sentimientos? ¿cómo permite que te humillen y maltraten de esa forma? – preguntaba exasperada Rukia

    - Esa es la respuesta, Ruhia-hime, nosotros como soldados debemos olvidar todo sentimientos, solo esta nuestra lealtad y obediencia – decía Grimmjow para después cerrar los ojos

    - ¿Qué quieres decir con "olvidar todo sentimiento"?

    - Precisamente eso – la imagen de una joven inundo la memoria de Grimmjow, de inmediato abrió los ojos y miro a la princesa - los sentimientos te hacen cometer errores graves.

    Un silencio incomodo los rodeo y Grimmjow miraba el cielo con expresión perdida.

    - Tú suenas como alguien con sentimientos -

    - Esa es la razón principal por la que me he metido últimamente en tantos problemas -dijo encogiendo los hombros – alguien me enseño… que a veces esos sentimientos que nos dicen debemos olvidar… nos llevan a cometer decisiones que pueden cambiar nuestro destino – dijo mientras la imagen de un joven de ojos color ámbar aparecía en su mente.

    Rukia observo al capitán sin entender muy bien sus palabras

    - Usted es como yo, hime – dijo el soldado – sus ojos reflejan el mismo sentimiento de libertad que yo tanto anhelo… pero al igual que yo hace tiempo… no se deja llevar por lo que siente.

    - No se a que te refieres – dijo Rukia para después girar su rostro evitando la mirada inquisidora del capitán

    - No necesito ser un genio para saber que siente curiosidad por mi comportamiento… y también por la razón de este castigo… cuando sea media noche, diríjase a la torre norte y busque un ladrillo que sobresale en el suelo, encontrará una cámara oculta y ahí se abrirá un portal que la llevará al mundo humano.

    Los ojos de Rukia se abrieron de la impresión y retrocedió un par de pasos - ¿por eso te estaban golpeando, pensabas ir clandestinamente al mundo humano?

    - Como las incontables veces que lo he hecho… solo que en esta ocasión me descubrieron antes de que lograra mi cometido – contesto con diversión el joven

    - Toma tu decisión hime, el portal solo estará abierto hoy… lo que pase después será tu responsabilidad…

    Rukia abrió la boca para responderle algo pero calló al ver a Hisagi llegar con vendas y algunos medicamentos para el capitán.

    - No se como piensas atender tus heridas… pero eso ya es cosa tuya – dijo Hisagi algo molesto colocando las cosas junto a Grimmjow

    - No se preocupe… teniente Hisagi… yo me encargo –dijo tranquilamente

    Hisagi le miro por unos segundos y después se giro a Rukia – será mejor que vuelva al castillo, es casi hora de su entrenamiento – comentó Hisagi

    Rukia se limitó a asentir y comenzó a caminar detrás de su amigo y guardaespaldas; antes de alejarse por completo vio sobre su hombro a Grimmjow quien tenía la mirada fija en ella.

    Cuando la princesa y su guardián desaparecieron de su vista, Grimmjow se levanto tambaleándose un poco y tomó las cosas que le habían traído para atender sus heridas; sonrió ante la ironía de la situación.

    - Usted no entiende hime –murmuró – hay más cosas de las que el ojo puede ver – Grimmjow observó como la herida en su mano se cerraba lentamente, él al igual que muchos otros en el clan no eran lo que aparentaban… y sabía que muy pronto no podrían ocultarlo más.

    En un gran terreno el sonido ocasionado por espadas chocando inundaba el lugar…

    - ¿eso es todo lo que tienes Kira? – preguntaba divertido el pelirrojo

    - Apenas estoy empezando simio tonto – le contesto de forma retadora el rubio

    Un poco apartado de ellos se encontraban Rukia y Hisagi

    - ¿Qué sucede hime? – preguntó Hisagi

    - Por supuesto que no, ¿por qué lo preguntas? - contestó la chica que estaba sentada sobre una gran roca, vestía ahora un hakama blanco y en su mano sostenía una espada de madera.

    - por que no estuvo atenta al entrenamiento – contestó Hisagi sentándose junto a la chica; a lo lejos podían ver como Kira y Renji continuaban con su duelo amistoso y como Momo y Nemu tenían una pequeña discusión sobre quien de sus amigos ganaría – además la conozco desde que es una niña Rukia-hime – dijo con una sonrisa el hombre

    Rukia sonrió ante el comentario del chico, para su consuelo en el momento en que Hisagi se convirtió en su guardaespaldas se convirtió también en su mejor amigo, no como Renji o Kira que eran sus amigos de la infancia y compañeros de travesuras, sino más bien como aquella persona que podía contarle todo y que jamás la juzgaría, él era su confidente y un hermano para ella.

    - Hisagi tú… ¿has estado en el mundo humano? – preguntó la chica

    –… Sabes bien la respuesta a esa pregunta – contestó el chico

    - No me refiero a estar ahí por las batallas o por una misión… me refiero… ha estar ahí como un humano -

    El hombre arqueó una ceja y miro con curiosidad a la chica – en una ocasión…cuando era muy pequeño

    - Podrías decirme…¿cómo es? … sin repetir lo que Tousen-san dice – dijó rápido al ver que el hombre iba a contestar su pregunta

    Hisagi observó a la chica y sonrió - es un lugar muy diferente a nuestro mundo hime, solo experimentando la vida ahí una puede realmente conocerlo.

    - Entiendo…- dijo en voz baja la chica

    - ¿por qué el repentino interés por el mundo humano? – preguntó el joven teniente

    -… no es nada en particular – dijo la chica levantándose de donde estaba para después colocarse frente al hombre - Hisagi… si yo quisiera… ¿podría conocer el mundo humano?

    - Lo siento, pero sabes mejor que nadie que no debes de ir, son ordenes de tu tío y de tu abuelo – contestó rápidamente el joven un poco alterado por el comportamiento de la chica.

    - Pero… si hubiese una forma de que yo pudiera ir a ese lugar… y tu supieras donde estoy… ¿me delatarías? – preguntó Rukia

    Hisagi comenzó a tensarse por el rumbo de la conversación, sostuvo durante unos momentos la mirada de la joven princesa hasta que suspiro resignado – mi lealtad como soldado me dice que debería delatarte de inmediato desde este momento por tu extraño comportamiento, pero… mi lealtad como tu amigo me dice que jamás te delataría.

    Rukia sonrió ante la respuesta del chico y dio media vuelta fijando su mirada en sus amigos los cuales vitoreaban el triunfo del pelirrojo.

    - Entonces por favor Hisagi… júrame que no importa cuanto tiempo tarde… ni en que momento sea… no me delataras

    - ¡Pero princesa! –

    - ¡Júralo Shunhei!…Onegai- le dijo la chica encarándolo de nuevo

    Un incomodo silencio los rodeo por unos cortos instantes – solo si juras… que tendrías cuidado – dijo el chico con resignación

    Rukia sonrió y abrazó rápidamente a su guardaespaldas – Arigato, Shunhei -dijo para después salir corriendo en dirección a donde estaban sus amigos

    Una figura encapuchada recorría con cautela los oscuros pasillos del ala norte de la fortaleza; al llegar a la torre norte al llegar a la torre buscó con ayuda de la luz de la luna que se colaba por una rendija el ladrillo que sobresalía en el suelo, en cuanto lo localizo lo toco y una extraña luz la rodeo; cuando la luz desapareció la persona se encontró en lo que parecía una mazmorra y una de las esquinas del lugar había una extraña luz destellante… el portal al mundo humano.

    La figura se quito la capa revelando a la pequeña figura de la princesa Rukia que vestía una blusa azul y una falda blanca, se acercó lentamente al portal, a tan solo un centímetro de tocarlo se detuvo con temor.

    - ¿qué estoy haciendo? –se preguntó a si misma

    - Usted es como yo, hime – dijo el soldado – sus ojos reflejan el mismo sentimiento de libertad que yo tanto anhelo… pero al igual que yo hace tiempo… no se deja llevar por lo que siente.

    Las palabras del capitán Grimmjow resonaban en su cabeza.

    - Lo siento, pero sabes mejor que nadie que no debes de ir, son ordenes de tu tío y de tu abuelo

    Rukia cerró los ojos; desde que era una bebé su abuelo y tío le habían dicho que hacer y aunque nunca se quejo pues sabían que lo hacían por su bien… aunque eso nunca alejo aquel sentimiento de estar atrapada ni aquella ansia de libertad.

    - Toma tu decisión hime, el portal solo estará abierto hoy… lo que pase después será tu responsabilidad…

    - Sí… será mi responsabilidad – se dijo a sí misma para de inmediato entrar al portal el cual desapareció en el momento.

    En las sombras de aquella mazmorra unos fríos ojos dorados miraban el lugar donde momentos antes había estado la princesa - solo espero…que su destino sea mejor que el tuyo… Nell –pensó el dueño de aquellas orbes.

    Un hombre de cabello castaño entro a la habitación en donde un anciano descansaba.

    - Rey Yamamoto, despierte por favor – decía el hombre sacudiendo con cuidado al anciano logrando despertarlo.

    - ¿qué sucede, Azien? – preguntó el hombre de avanzada edad, las arrugas cruzaban su rostro y la calvicie se hacía presente en su cabeza, sus dos pequeños ojos negros observaban al hombre de ojos color miel frente a él

    - Padre – dijo rápidamente el hombre haciendo una reverencia con la cabeza – la pequeña Rukia ha desaparecido… no siento su energía en el castillo.

    Yamamoto se levantó de su cama de inmediato – Sosuke, búscala, en el la aldea, en el desierto… en el mundo humano si es necesario pero trae a mi nieta de regreso – decía alterado el anciano

    - Tranquilo padre – dijo el castaño ayudando al anciano a recostarse nuevamente en la cama- yo me encargaré de traerla de regreso – después de eso el hombre salió de la habitación y se encontró a Kaname Tousen y un hombre de cabellos platinos que mantenía sus ojos cerrados.

    - Gin, Kaname; búsquenla… y maten a la persona que la ha alejado del castillo – ordeno de inmediato

    - ¿y en donde debemos buscar su alteza? -dijo el hombre llamado Gin – además creo que debemos de pedir ayuda de los otros generales

    - Ichimaru tiene razón, Aizen-sama – comentó Tousen

    Aizen Sosuke meditó por un segundo las palabras de sus camaradas y asintió – búsquenla en los desiertos y en la aldea… avisaré a los demás y si en dos días no aparece en nuestro mundo… se iniciará su búsqueda en el mundo humano – sentenció finalmente el hombre mientras comenzaba a caminar seguido por sus compañeros.

    Debo de encontrarla… ella no debe de alejarse de mi vista… ni ahora… ni nunca.

    Muy bien espero les gustará este capítulo dejen sus comentarios, dudas, reclamos, etc en un review XD

    Nos vemos en el Capítulo 3: Caminos cruzados
     
  9.  
    AleDarkligth

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    Darklight [Bleach]
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    Re: Darklight [Bleach]

    Hola a todos! agradezco mucho a las personas que han dejado review y que han agregado este intento de historia a sus favoritos; debido a que mis deberes me absorben no he podido contestar los review que han dejado pero intentare hacerlo en esta ocasión.

    Los personajes de Bleach no me pertenecen; pero la historia sí xD

    DISFRTEN EL CAPITULO

    Capítulo 2. Blanca Oscuridad

    Los rayos del sol bañaban aquel árido escenario; donde las dunas y la arena creaban un interminable desierto; en medio de todo ese lugar un imponente castillo se levanta, a su alredor se alzaba una imponente muralla de la que sobresaltaban cuatro torres mirando a cada punto cardinal.

    - Fue entonces cuando la guerra comenzó de nuevo … - decía un hombre de cabello negro; tez morena y expresión dura, sus ojos eran cubiertos por unos lentes oscuros, el hombre vestía un pantalón y una camiseta sin mangas de color blanco, el hombre se encontraba frente a un pequeño grupo consistente un cinco jóvenes.

    En la esquina derecha del grupo se encontraba una joven de cabello oscuro, ojos verdes y tez medio morena, la chica vestía una minifalda color negro y una blusa de manga corta color morado; a pesar de tener su mirada fija en el hombre no prestaba atención alguna a sus palabras pues su mente se encontraba pensando en sus asuntos; a su derecha se encontraba un chico rubio, de ojos grises y tez blanca, vestía un pantalón de mezclilla y una camiseta verde él a diferencia de su primera compañera se encontraba tomando notas sobre todo lo que el hombre frente a él decía; a su derecha una chica de apariencia más joven de cabello castaño y ojos café le imitaba, ella vestía una larga falda gris y una blusa blanca; detrás de la chica se encontraba un joven pelirrojo que miraba desinteresado al hombre y de reojo observaba a una hermosa joven de cabellera negra como la noche y unos intensos ojos violetas que vestía un vestido blanco sencillo y que estaba detrás de la chica de ojos verdes.

    - ¡Princesa Rukia! – grito un hombre; su voz logró sacar a la joven de sus pensamientos y como acto reflejo la chica se levanto de su asiento.

    - Gomen nasai, Tousen-sensei – dijo la chica; de reojo pudo observar como los otros jóvenes presentes trataban de contener la risa.

    - ¿puedes repetir lo último que estaba diciendo? – preguntó el hombre a la chica

    - Eh… yo… lo siento pero… no se que estaba diciendo – contestó la chica bastante apenada

    El hombre llamado Tousen lanzó un profundo suspiro de cansancio – entiendo que no le parezca nada entretenida mi clase princesa; pero le recuerdo que su tío y su abuelo me han encargado no solo su educación, sino también la de todos ustedes – dijo mientras dirigía su atención hacía donde se encontraba el pelirrojo que estaba a punto de lanzar una sonora carcajada y a la otra joven de ojos verdes cuya mente seguía en algún lugar muy lejos de aquella habitación.

    La puerta de la habitación revelando a un joven alto de cabello negro y ojos café oscuro; en su mejilla derecha había un "69" tatuado y a lo largo del lado izquierdo de su rostro cicatrices, iba vestido con un hakama negro sin mangas.

    - Disculpe Tousen-san – dijo el joven haciendo una ligera inclinación con la cabeza

    - ¿sucede algo, Shuhei? – dijo el hombre sin moverse de la posición en la que se encontraba

    - Yamamoto-sama y Aizen-sama le llaman señor –

    Tousen lanzó un suspiro cansado y camino un par de pasos en dirección al gran escritorio; tomo un bastón de madera y se dirigió a los jóvenes que se encontraban observando la situación en silencio.

    - Por hoy la clase ha terminado; hasta nuestra próxima sesión espero que piensen en su comportamiento – dijo con voz severa para después con ayuda del bastón que había tomado salir de la habitación y perderse por los pasillos de aquella gran fortaleza.

    - Se ha ido –dijo Shuhei al ver que los chicos le mandaban miradas cuestionando si el hombre seguía cerca

    En el momento en que aquellas palabras fueron pronunciadas el chico pelirrojo y el rubio lanzaron sonoras carcajadas; la joven castaña lanzó un suspiro negando con la cabeza ante la actitud de sus dos amigos y la oji-verde dirigió su mirada hacia la joven princesa que se encontraba sentada y con cara de pocos amigos mandando miradas asesinas a los tres chicos que se burlaban de ella a carcajada limpia; Shunhei observaba con cierta diversión la tan repetida escena entre aquel grupo que conformaban los más jóvenes del clan.

    - No le veo lo gracia… así que dejen de burlarse de mí que no es divertido – exclamó con molestia Rukia

    - Por supuesto que lo es, ¿verdad Kira? – comentó el pelirrojo recargándose en el joven rubio

    - Lo siento princesa –dijo el rubio llamado Kira – pero Renji tiene razón… entienda que el capitán Tousen le reprenda por diecisieteava vez en la semana

    Tras las palabras pronunciadas por Kira dos ligeras risas se escucharon; Rukia se giro y frunció ligeramente el entrecejo al ver quienes se unían a las risas de sus dos amigos de la infancia – ¡Momo!, ¡Hisagi-san!, ¿ustedes también? – les reprochó la chica

    - Lo siento Rukia-chan… pero los chicos tienen razón, Tousen-sensei siempre te reprende y tú sigues distrayéndose en clase – contestó divertida la castaña

    - Bueno chicos basta – Shunhei dijo dándoles un golpe en la cabeza a Renji y Kira –respeten a la princesa – dijo con cierta molestia; ahora, podrían decirme ¿qué paso esta vez?

    - Rukia-hime estaba distraída cuando Tousen estaba dando su clase – habló por primera vez la oji-verde; Shunhei arqueó una ceja y observó divertida a la apenada princesa

    - Rukia no era la única que no estaba prestando atención, Nemu – dijó de inmediato Renji en defensa de la joven

    Nemu sonrió divertida y le lanzó una mirada acusadora – es bueno que aceptes por ti mismo que tampoco estabas prestando atención – contestó

    Renji se sonrojo y giró su rostro para otro lado evitando las miradas de su amigos – yo me refería a ti

    Nemu lanzó un suspiro y se acercó a la ventana de aquella habitación – no me interesan sus clases; él solo sabe hablar de las guerras con el clan oscuro y expresarse mal del mundo humano

    - Nemu-chan – le llamó Shunhi

    - Es verdad Higasi-san; sé que lo aprecias por que es tu comandante… pero mi padre me ha enseñado todo lo que Tousen dice debemos saber sobre el clan y sus puntos de vista… difieren bastante – dijo tranquilamente la chica

    Antes de que alguien pudiera contestar algo; un hombre de vestido con una bata de laboratorio y el rostro pintado de blanco apareció en la puerta de aquella habitación; Nemu de inmediato se acercó a él.

    - Mayuri-san - le saludó haciendo una pequeña reverencia con la cabeza; el hombre se giro hacia los demás chicos presentes

    - Es un honor verla, Rukia-hime – dijo el hombre haciendo una reverencia que la joven princesa contesto con un gesto con la cabeza

    - Volvamos al laboratorio, Nemu – dijo el hombre con voz fría para después comenzar a caminar con la chica detrás de él

    - En verdad no entiendo por que lo sigue como cachorro abandonado – menciono Renji con frustración en su voz.

    - Es su padre Renji – contestó Hisagi - no importa como actúe él sigue siendo su familia y ella siempre lo respetara y escuchará

    Los cuatro jóvenes bajaron con melancolía ante las palabras del mayor; Shuhei se percató de lo que había dicho demasiado tarde

    – Eh yo… chicos en verdad lo siento mi intención nunca fue…

    - No te preocupes Hisagi-san – comentó Kira

    - Sabemos que no ha sido tu intención –le secundó Hinomori Momo al ver la expresión de arrepentimiento en el rostro de Shunhei.

    Renji se mantuvo en silencio el cual Hisagi interpreto como una forma de disculparlo

    - Hisagi-san - le llamó Rukia tomándolo del brazo – es hora de irnos – el joven se despedía de los chicos moviendo de un lado a otro su mano mientras era arrastrado por la joven princesa fuera del salón hacia los pasillo s de la fortaleza rumbo al castillo.

    Rukia y Hisagi caminaban por los pasillos exteriores que conectaban la fortaleza con el castillo principal; el joven caminaba cabizbajo y la chica lo observaba de reojo sintiendo cierta pena por él, la chica lanzó un suspiro cansada; se detuvo y se giro para encarar a su guardaespaldas.

    - Shunhei, no te sientas mal… - le dijo tratando de animarlo

    El mencionado levanto la vista y lanzo un suspiro – Agradezco que trate de animarme hime, pero no puede negar que he sido un descuidado… yo mejor que nadie sabe por lo que todos ustedes pasan y aún así…

    Sí, Shnhuei Hisagi era la persona en el clan que más entendía al grupo más joven del clan; si bien su apariencia física podía verse como la de un hombre de 23 años, si veías directo a sus ojos se podía ver reflejaba aquella madurez que había obtenido después de más de dos siglos de vida; él había pasado por tantas cosas; lo había perdido todo a causa de la batalla de aquel tiempo y cuando estuvo de perder su vida, Kaname Tosuen lo encontró y se convirtió en su salvación; aunque ahora de aquel gran guerrero, que a pesar de su ceguera había llevado a importantes victorias al clan, solo quedaba un hombre que enseñaba a los más jóvenes y huérfanos del clan como en algún momento lo hizo con Hisagi.

    Rukia sonrió con melancolía ante su pensamiento; huérfanos, esa era sin duda una de las palabras que más odiaba en el mundo, y todo a causa de la interminable guerra el clan oscuro y su propio clan.

    - La guerra siempre es así… ¿no lo crees así Hisagi? – respondió con melancolía y tristeza marcada en su voz, el chico levanto la mirada y observo la expresión de dolor de la joven.

    Hacía casi dieciocho años atrás los miembros más jóvenes del clan habían perdido a sus familiares en una batalla que terminó tan pronto como comenzó a diferencia de las otras muchas batallas que a lo largo de aquella milenaria guerra se habían llevado a cabo; Renji, Hinomori, Kira e incluso Rukia habían perdido a sus familias en aquella ocasión; solo Nemu contaba aún con su padre pues él servia como investigador y no como guerrero; los demás pasaron a la custodia de uno de las cuatro generales; Renji era cuidado por el general Komamura, un espíritu de la naturaleza que provenía del mundo humano; Kira había sido criado por el general Ichimaru Gin, un hombre escalofriante que aún lograba terror en Rukia a pesar de sus 16 años; la pequeña Hinomori pasó a la custodia del general Azien Sosuke, el tío adoptivo de Rukia y mano derecha del Rey Yamomoto.

    - Rukia-hime…-

    Un gritó de dolor retumbo por aquella larga explanada.

    -¿Escuchaste eso? – preguntó con curiosidad la chica

    Un nuevo se escuchó.

    - Es por acá – dijo Rukia para luego correr hacía la derecha

    - Shoto matte hime – gritó Shunhei mientras salía corriendo detrás de la joven; mientras más corrían los gritos se volvían cada vez más fuertes, podían escuchar también varias carcajdas y el claro sonido de golpes; cuando por fin llegaron al lugar proveniente de aquel alboroto Rukia se quedo paralizada por la escena, Hisagi por su parte enmudeció al reconocer a los presentes.

    Grimmjow Jeaguerjauqes era un guerrero orgulloso, desde el momento en que nació supo que su destino era luchar; pero eso no quería decir que seguiría al pie de la letras las ordenes que le dieran, definitivamente no, él era un espíritu libre que sabía que hacer y que podía adaptarse a toda clase de situaciones, esa era el secreto de sus victorias en el campo de batalla; sin embargo su espíritu de libertad también demostraba una gran rebeldía y esta era la razón por la que siempre se metía en tantos problemas y por supuesto por lo que en esos momentos estaba por recibir una paliza cortesía de los otros soldados del escuadrón.

    Yami, un soldado que se llamaba a sí mismo la "mano derecha" del encargado de su castigo, Ulquiorra Cifer, le dirigió una mirada maliciosa mientras lo sostenía fuertemente de los brazos y lo alzaba para que el resto de los presentes pudieran humillarlo.

    No tardo ni un segundo después de ser levantado en sentir los golpes dirigidos hacía su tórax y su pecho; no gritó, lo soportaría en silencio como el orgulloso guerrero que era; soportaría la humillación; por unos momentos dirigió la vista al joven soldado de ojos tristes que le observaba sin mover un solo músculo, el siempre obediente Ulquiorra se mantenía al margen pero no detenía la humillación que estaba sufriendo, Grimmjow bajo la mirada y sonrió mientras sentía más golpes en su ya lastimado cuerpo.

    - No importa – se decía a sí mismo – por lo menos he cumplido mi promesa -

    A pesar de ser orgulloso y de haberse dicho que no se quejaría durante el tiempo que durara su castigo no pudo evitar lanzar un grito de dolor cuando el gigantesco Yami lo dejo caer como un saco de patatas sobre el piso ni pudo evitar que otro grito escapará de su garganta cuando este aplastaba su estomago con su pie mientras los otros le proporcionaban patadas y golpes con las fundas de sus espadas.

    Repentinamente Grimmjow sintió una presencia acercarse; al abrir los ojos se encontró con las impactadas miradas de dos personas que conocía muy bien; uno era Shunhei Hisagi, el aprendiz del capitán ciego Kaname Tousen y a la joven princesa de su clan, Kuchiki Rukia.

    - ¡DETENGANSE! - grito la pequeña joven en cuanto salió de su estado de shock al cruzar la mirada con el torturado Grimmjow, conocía a aquel hombre, él era uno de los capitanes más jóvenes del ejército del clan, sabía por su tío que era un joven rebelde y siempre había querido tener una conversación con él, después de todo no siempre te encuentras con alguien que desobedezca a la familia real; de inmediato todos los soldados detuvieron la humillación a su compañero y dirigieron una mirada asesina a la persona que los había distraído de su tarea; mirada que desapareció en el momento en que se encontraron con los profundos ojos violetas de la princesa.

    - Princesa – dijo de inmediato Ulquiorra y tanto él como todos los guerreros se arrodillaron como signo de respeto a la joven.

    Rukia frunció el entrecejo al reconocer a Ulquiorra como el líder de aquel escuadrón, por todo lo sagrado existente, ¿es que aquel hombre no tenía ni siquiera un poco de lealtad a su familia?, ¡Grimmjow era su hermano pequeño y permitía que lo golpearan!

    - Capitán Ulquiorra, ¿qué se supone que están haciendo? – preguntó de inmediato la princesa.

    El joven se levanto y dirigió su mirada a la joven frente a él – sólo estamos cumpliendo ordenes Rukia-hime -

    - ¡ORDENES! –exclamó furiosa no solo por la respuesta, sino también por la inexpresión en el rostro del joven soldado al decir aquellas palabras - ¿Quién se supone que ha ordenado golpear y humillar a uno de nuestros guerreros?.

    - Fui yo – dijo una nueva voz gruesa; todos los presentes voltearon a la izquierda solo para encontrarse con un hombre anciano, un mechón de su grisáceo cabello cubría un su ojo derecho pero no lograba esconder la gran cicatriz que surcaba su mejilla; este al igual que todos los soldados vestía un pantalón y una camisa blanca de manga larga.

    - Capitán Barragan – le reconoció Hisagi

    - Teniente Hisagi – dijo con molestia el hombre – Rukia-hime – saludo con voz neutra a la chica al tiempo que inclinaba ligeramente la cabeza.

    - Capitán – dijo de inmediato Rukia – suelte de inmediato al soldado

    Barragan sonrió con sorna ante las palabras de la chica – en verdad lo siento hime, pero me temo que no puedo hacerlo, este maldito ha desobedecido ordenes y por eso debe ser castigado –

    - ¿Según quien debe recibir tal castigo? – preguntó

    -… el general Aizen – dijo el hombre después de unos segundos de silencio

    Tanto Rukia como Shunhei fruncieron el entrecejo, el general Aizen ciertamente era un hombre duro, pero sabían que jamás ordenaría la barbaridad de dejar en tal mal estado a un guerrero y conociendo la actitud de Barragan y su complejo de grandeza podían deducir sin problemas que sus palabras eran mentira, lo más seguro es que ese hombre hubiese ordenado por su cuenta golpear al chico sin consentimiento de Aizen.

    - Si es ese el caso, ¡Hisagi! – llamo Rukia

    - Hai, Rukia-hime – ve y busca a mi tío dile que le pido que ordene a sus hombres no lastimar más al soldado que mando golpear

    - Dudo mucho que el general Aizen cambie sus ordenes – comentó sereno Ulquiorra

    - Tiene razón capitán – dijo la chica para después sonreír – Hisagi, olvida a mi tío, ve directo con mi abuelo y explícale la situación – cuando terminó de decir aquello el rostro de Barragan palideció.

    Hisagi dio media vuelta dispuesto a dirigirse al castillo y transmitir los deseos de la joven princesa pero la voz de Barragan le detuvo.

    - No creo que sea necesario interrumpir al Rey o al general – dijo el hombre – el castigo terminará de inmediato como usted lo ha ordenado, hime - dijo el hombre con un claro tono de molestia e indignación en su voz.

    El anciano capitán se giro hacía Ulquirra y su división - Levántenlo y llévenlo a su escuda… –

    - No, déjenle ahí - interrumpió la joven – yo me encargaré de él

    Barragan la miro con furia reflejada en sus grises iris pero permaneció en silencio; dio media vuelta y con una señal se retiro seguido del tercer batallón, Ulquiorra no se movió de su lugar y estaba por agacharse al mallugado cuerpo de Grimmjow cuando la voz fría de Barragan llegó a sus oídos.

    - Capitán Ulquirra, deje al capitán Grimmjow de inmediato – le dijo con clara diversión en la voz; el joven de cabello y ojos negro apretó sus puños y dirigió su mirada a la princesa y su guardaespaldas

    - Por favor hime, cuide de él – pidió para después hacer una reverencia y alejarse a paso lento de aquel lugar.

    Rukia observó con enfado como Ulquiorra se alejaba de ahí junto con Barrgan y el tercer batallón

    - Hisagi, llevemos al capitán a…

    - ningún lado – dijo la débil pero gruesa voz de Grimmjow que había logrado sentarse recargando la espalda en uno de los pilares cercanos de aquel lugar.

    - ¿te niegas a obedecerme? – preguntó Rukia arqueando una ceja, Grimmjow de inmediato soltó una fuerte carcajada

    - No obedezco al pie de la letra las ordenes de tu tío que es mi superior, ¿qué te hace pensar que obedeceré las ordenes de una mujer que es más joven que yo? – dijo con cierta burla

    - Insolente –le llamó Hisagi para después desenfundar su espada y acercarse con rapidez al hombre

    - No espera Hisagi – le detuvó Rukia

    – Si no quieres entrar al castillo esta bien – dijo la chica – pero debemos atender tus heridas

    Grimmjow sonrió ante la respuesta de la chica – de acuerdo hime, sólo traigan vendas y desinfectantes, de lo demás yo me encargo

    Rukia lo miro por unos segundos para después asentir con la cabeza – Hisagi, trae lo que ha dicho, yo me quedaré con él así que no tardes –

    Tras estás palabras Hisagi corrió en dirección al castillo; un silencio rodeo a la princesa y al joven capitán.

    - No era necesaria su intervención, hime – dijo tranquilamente Grimmjow

    - Por supuesto que era necesaria, mira como te han dejado y estoy segura de que esto no lo ha ordenado mi tío.-

    Grimmjow le miro con diversión, ciertamente él podía diferir mucho con las palabras de la joven pero no tenía el humor para contradecir a la chica, más aún por que sabía que lamentablemente en esa ocasión sabía que fue el capitán Barragan y no el general Aizen quien había ordenado su escarmiento.

    - Dime hime, ¿No te dejo un mensaje Ulquiorra? – preguntó tranquilamente

    -… No – contestó Rukia

    - No tiene experiencia mintiendo, ¿no es así Rukia-hime? – dijo divertido –escuche las palabras del orgullosos de mi hermano

    - Si lo sabías ¿por que has preguntado? – le contestó la chica

    Grimmjow encogió los hombros – supongo que ya es costumbre-

    Rukia observó con melancolía al joven capitán, conocía la historia de los capitanes que trabajaban para su tío, sabía que Ulquiorra y Grimmjow eran hijos de la misma madre pero de diferente padre, ambos hombres muertos en batallas muchos siglos atrás.

    - No lo entiendo, ¿es que acaso no tiene sentimientos? ¿cómo permite que te humillen y maltraten de esa forma? – preguntaba exasperada Rukia

    - Esa es la respuesta, Ruhia-hime, nosotros como soldados debemos olvidar todo sentimientos, solo esta nuestra lealtad y obediencia – decía Grimmjow para después cerrar los ojos

    - ¿Qué quieres decir con "olvidar todo sentimiento"?

    - Precisamente eso – la imagen de una joven inundo la memoria de Grimmjow, de inmediato abrió los ojos y miro a la princesa - los sentimientos te hacen cometer errores graves.

    Un silencio incomodo los rodeo y Grimmjow miraba el cielo con expresión perdida.

    - Tú suenas como alguien con sentimientos -

    - Esa es la razón principal por la que me he metido últimamente en tantos problemas -dijo encogiendo los hombros – alguien me enseño… que a veces esos sentimientos que nos dicen debemos olvidar… nos llevan a cometer decisiones que pueden cambiar nuestro destino – dijo mientras la imagen de un joven de ojos color ámbar aparecía en su mente.

    Rukia observo al capitán sin entender muy bien sus palabras

    - Usted es como yo, hime – dijo el soldado – sus ojos reflejan el mismo sentimiento de libertad que yo tanto anhelo… pero al igual que yo hace tiempo… no se deja llevar por lo que siente.

    - No se a que te refieres – dijo Rukia para después girar su rostro evitando la mirada inquisidora del capitán

    - No necesito ser un genio para saber que siente curiosidad por mi comportamiento… y también por la razón de este castigo… cuando sea media noche, diríjase a la torre norte y busque un ladrillo que sobresale en el suelo, encontrará una cámara oculta y ahí se abrirá un portal que la llevará al mundo humano.

    Los ojos de Rukia se abrieron de la impresión y retrocedió un par de pasos - ¿por eso te estaban golpeando, pensabas ir clandestinamente al mundo humano?

    - Como las incontables veces que lo he hecho… solo que en esta ocasión me descubrieron antes de que lograra mi cometido – contesto con diversión el joven

    - Toma tu decisión hime, el portal solo estará abierto hoy… lo que pase después será tu responsabilidad…

    Rukia abrió la boca para responderle algo pero calló al ver a Hisagi llegar con vendas y algunos medicamentos para el capitán.

    - No se como piensas atender tus heridas… pero eso ya es cosa tuya – dijo Hisagi algo molesto colocando las cosas junto a Grimmjow

    - No se preocupe… teniente Hisagi… yo me encargo –dijo tranquilamente

    Hisagi le miro por unos segundos y después se giro a Rukia – será mejor que vuelva al castillo, es casi hora de su entrenamiento – comentó Hisagi

    Rukia se limitó a asentir y comenzó a caminar detrás de su amigo y guardaespaldas; antes de alejarse por completo vio sobre su hombro a Grimmjow quien tenía la mirada fija en ella.

    Cuando la princesa y su guardián desaparecieron de su vista, Grimmjow se levanto tambaleándose un poco y tomó las cosas que le habían traído para atender sus heridas; sonrió ante la ironía de la situación.

    - Usted no entiende hime –murmuró – hay más cosas de las que el ojo puede ver – Grimmjow observó como la herida en su mano se cerraba lentamente, él al igual que muchos otros en el clan no eran lo que aparentaban… y sabía que muy pronto no podrían ocultarlo más.

    En un gran terreno el sonido ocasionado por espadas chocando inundaba el lugar…

    - ¿eso es todo lo que tienes Kira? – preguntaba divertido el pelirrojo

    - Apenas estoy empezando simio tonto – le contesto de forma retadora el rubio

    Un poco apartado de ellos se encontraban Rukia y Hisagi

    - ¿Qué sucede hime? – preguntó Hisagi

    - Por supuesto que no, ¿por qué lo preguntas? - contestó la chica que estaba sentada sobre una gran roca, vestía ahora un hakama blanco y en su mano sostenía una espada de madera.

    - por que no estuvo atenta al entrenamiento – contestó Hisagi sentándose junto a la chica; a lo lejos podían ver como Kira y Renji continuaban con su duelo amistoso y como Momo y Nemu tenían una pequeña discusión sobre quien de sus amigos ganaría – además la conozco desde que es una niña Rukia-hime – dijo con una sonrisa el hombre

    Rukia sonrió ante el comentario del chico, para su consuelo en el momento en que Hisagi se convirtió en su guardaespaldas se convirtió también en su mejor amigo, no como Renji o Kira que eran sus amigos de la infancia y compañeros de travesuras, sino más bien como aquella persona que podía contarle todo y que jamás la juzgaría, él era su confidente y un hermano para ella.

    - Hisagi tú… ¿has estado en el mundo humano? – preguntó la chica

    –… Sabes bien la respuesta a esa pregunta – contestó el chico

    - No me refiero a estar ahí por las batallas o por una misión… me refiero… ha estar ahí como un humano -

    El hombre arqueó una ceja y miro con curiosidad a la chica – en una ocasión…cuando era muy pequeño

    - Podrías decirme…¿cómo es? … sin repetir lo que Tousen-san dice – dijó rápido al ver que el hombre iba a contestar su pregunta

    Hisagi observó a la chica y sonrió - es un lugar muy diferente a nuestro mundo hime, solo experimentando la vida ahí una puede realmente conocerlo.

    - Entiendo…- dijo en voz baja la chica

    - ¿por qué el repentino interés por el mundo humano? – preguntó el joven teniente

    -… no es nada en particular – dijo la chica levantándose de donde estaba para después colocarse frente al hombre - Hisagi… si yo quisiera… ¿podría conocer el mundo humano?

    - Lo siento, pero sabes mejor que nadie que no debes de ir, son ordenes de tu tío y de tu abuelo – contestó rápidamente el joven un poco alterado por el comportamiento de la chica.

    - Pero… si hubiese una forma de que yo pudiera ir a ese lugar… y tu supieras donde estoy… ¿me delatarías? – preguntó Rukia

    Hisagi comenzó a tensarse por el rumbo de la conversación, sostuvo durante unos momentos la mirada de la joven princesa hasta que suspiro resignado – mi lealtad como soldado me dice que debería delatarte de inmediato desde este momento por tu extraño comportamiento, pero… mi lealtad como tu amigo me dice que jamás te delataría.

    Rukia sonrió ante la respuesta del chico y dio media vuelta fijando su mirada en sus amigos los cuales vitoreaban el triunfo del pelirrojo.

    - Entonces por favor Hisagi… júrame que no importa cuanto tiempo tarde… ni en que momento sea… no me delataras

    - ¡Pero princesa! –

    - ¡Júralo Shunhei!…Onegai- le dijo la chica encarándolo de nuevo

    Un incomodo silencio los rodeo por unos cortos instantes – solo si juras… que tendrías cuidado – dijo el chico con resignación

    Rukia sonrió y abrazó rápidamente a su guardaespaldas – Arigato, Shunhei -dijo para después salir corriendo en dirección a donde estaban sus amigos

    Una figura encapuchada recorría con cautela los oscuros pasillos del ala norte de la fortaleza; al llegar a la torre norte al llegar a la torre buscó con ayuda de la luz de la luna que se colaba por una rendija el ladrillo que sobresalía en el suelo, en cuanto lo localizo lo toco y una extraña luz la rodeo; cuando la luz desapareció la persona se encontró en lo que parecía una mazmorra y una de las esquinas del lugar había una extraña luz destellante… el portal al mundo humano.

    La figura se quito la capa revelando a la pequeña figura de la princesa Rukia que vestía una blusa azul y una falda blanca, se acercó lentamente al portal, a tan solo un centímetro de tocarlo se detuvo con temor.

    - ¿qué estoy haciendo? –se preguntó a si misma

    - Usted es como yo, hime – dijo el soldado – sus ojos reflejan el mismo sentimiento de libertad que yo tanto anhelo… pero al igual que yo hace tiempo… no se deja llevar por lo que siente.

    Las palabras del capitán Grimmjow resonaban en su cabeza.

    - Lo siento, pero sabes mejor que nadie que no debes de ir, son ordenes de tu tío y de tu abuelo

    Rukia cerró los ojos; desde que era una bebé su abuelo y tío le habían dicho que hacer y aunque nunca se quejo pues sabían que lo hacían por su bien… aunque eso nunca alejo aquel sentimiento de estar atrapada ni aquella ansia de libertad.

    - Toma tu decisión hime, el portal solo estará abierto hoy… lo que pase después será tu responsabilidad…

    - Sí… será mi responsabilidad – se dijo a sí misma para de inmediato entrar al portal el cual desapareció en el momento.

    En las sombras de aquella mazmorra unos fríos ojos dorados miraban el lugar donde momentos antes había estado la princesa - solo espero…que su destino sea mejor que el tuyo… Nell –pensó el dueño de aquellas orbes.

    Un hombre de cabello castaño entro a la habitación en donde un anciano descansaba.

    - Rey Yamamoto, despierte por favor – decía el hombre sacudiendo con cuidado al anciano logrando despertarlo.

    - ¿qué sucede, Azien? – preguntó el hombre de avanzada edad, las arrugas cruzaban su rostro y la calvicie se hacía presente en su cabeza, sus dos pequeños ojos negros observaban al hombre de ojos color miel frente a él

    - Padre – dijo rápidamente el hombre haciendo una reverencia con la cabeza – la pequeña Rukia ha desaparecido… no siento su energía en el castillo.

    Yamamoto se levantó de su cama de inmediato – Sosuke, búscala, en el la aldea, en el desierto… en el mundo humano si es necesario pero trae a mi nieta de regreso – decía alterado el anciano

    - Tranquilo padre – dijo el castaño ayudando al anciano a recostarse nuevamente en la cama- yo me encargaré de traerla de regreso – después de eso el hombre salió de la habitación y se encontró a Kaname Tousen y un hombre de cabellos platinos que mantenía sus ojos cerrados.

    - Gin, Kaname; búsquenla… y maten a la persona que la ha alejado del castillo – ordeno de inmediato

    - ¿y en donde debemos buscar su alteza? -dijo el hombre llamado Gin – además creo que debemos de pedir ayuda de los otros generales

    - Ichimaru tiene razón, Aizen-sama – comentó Tousen

    Aizen Sosuke meditó por un segundo las palabras de sus camaradas y asintió – búsquenla en los desiertos y en la aldea… avisaré a los demás y si en dos días no aparece en nuestro mundo… se iniciará su búsqueda en el mundo humano – sentenció finalmente el hombre mientras comenzaba a caminar seguido por sus compañeros.

    Debo de encontrarla… ella no debe de alejarse de mi vista… ni ahora… ni nunca.

    Muy bien espero les gustará este capítulo dejen sus comentarios, dudas, reclamos, etc en un review XD

    Nos vemos en el Capítulo 3: Caminos cruzados
     
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