Él tomó mi mano y se inclinó ligeramente para pedirme un baile. Yo sonreí y lo acepté con un asentimiento. Sus movimientos me envolvieron en otra historia. Él me hizo bailar algo mucho más allá de la vida y de la muerte. Me hizo girar entre sentimientos profundos y pozos negros del pasado. Cuando mis pies se detuvieron, terminé frente a una sonrisa. Él me resguardó entre sus brazos para que no me alejase. Y besé a la oscuridad. Besé a mi sombra.