de Inuyasha - DAME LUZ [inu&kag]

Tema en 'Inuyasha, Ranma y Rinne' iniciado por <RoXii>, 15 Marzo 2008.

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    <RoXii>

    <RoXii> Guest

    Título:
    DAME LUZ [inu&kag]
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    4883
    DAME LUZ [inu&kag]


    Dame luz.
    Capitulo 1: Embarazada.

    Miraba por la ventana. Ya estaba oscureciendo, el cielo estaba rojizo y las nueves que aun estaban por ahí estaban teñidas de rosa. No podía dejar de contar los segundos para que la llamaran. Estaba hay desde las siete de la tarde y aun no la recibían.

    - ¿Higurashi? –pregunto una enfermera con cabello rubio, ojos verde y piel blanca-. El doctor la esta esperando con sus resultados.

    Se levanto de su asiento y se dirigió a las puertas que conectaban al pasillo. Camino por la derecha y toco una puerta que estaba casi al final del pasillo

    - Adelante –se escucho desde el interior de la habitación-.

    Abrió la puerta con mucho cuidado para luego cerrarla detrás de si con la misma delicadeza. Observo al doctor detrás de su escritorio. Tenía el cabello negro azulado y unos ojos color ámbar, los cuales eran capases de hipnotizar cualquiera. Estaba vestido con una camisa celeste, de la cual tenia los primeros dos botones desabrochados y al verlo levantarse noto que el color de su pantalón esta vez era negros, no blanco como en la primera cita.

    No podía creer que esa muchacha fuera la misma que entro en su consultorio dos semanas atrás. Hace dos semanas estaba completamente divina… pero ahora no estaba maquillada, lo cual no hacia falta. Tenía el cabello color azabache recogido en un moño alto y estaba vestida con un jeans azul claro y un poleron ancho de color negro.

    - Buenos tardes –la saludo al levantarse-. Ciento mucho haberla hecho esperar, pero es la paciente anterior tiene complicaciones y tenia que explicarles los cuidados que debía tener de ahora en adelante muy detenidamente. Tome asiento, por favor –ofreció una vez ya sentado en su silla-.

    Lo obedeció y no pudo evitar sentir unas ganas de llorar al estar frente él. ¡Sabía lo que iba a decirle! ¡No sabía por que se presento si ya sabía lo que tenia que decir!

    Lo observo abrir un sobre, el cual tenia estampado el logo de los laboratorios de la clínica. Noto que en su rostro se dibujaba una sonrisa y la observo durante unos segundos.

    - Felicidades… -comento mientras sonreía más-. Tiene dos meses ½ de embarazo…

    Dos meses…. Dos meses… no podía creer que demorara tanto tiempo en darse cuenta de algo tan obvio. Lo sospecho hace tres semanas… pero no pensó que tendría tanto tiempo.

    Repentinamente sus ojos se llenaron de lágrimas y al no poder más, al no poder llorar libremente en su casa… estallo en llanto en el mismo consultorio.

    ¿Por qué lloraba? Acaso ¿era una de esas mujeres que lloraban de felicidad al saber que serian madres?... pero noto que su llanto no estaba acompañado por una sonrisa… o mas bien… no podía ver ninguna ya que su rostro estaba completamente cubierto con sus manos.

    Se levanto se su asiento y se coloco en cuclillas junto a ella. Poso su grande mano morena sobre su espalda y comenzó a masajearla con el propósito de calmarla un poco.

    - Tranquila señora… -le susurro-. Solo serán unos meses de espera… solo siete meses…

    - Señorita -dijo luego de unos segundos-. No estoy casada.

    ¿No estaba casada? Ahora que lo decía… no llevaba alianza. Acaso ella…

    - ¿Qué voy a hacer? –le pregunto sin pensar-. En solo un meses me gradúo de la universidad… mi madre no me dejaran poner un solo pie en la casa… no se que voy a hacer… -de repente dejo de llorar y mantuvo la vista fija en un punto determinado-. A menos que… -susurro para si misma en un momento de alteración por el llanto-.

    - ¡NO! –Exclamo el doctor casi en un grito-. No voy a permitir que atente contra la vida de un inocente… -le dijo mirándola severamente-. ¡No es culpa de ese pequeño de la irresponsabilidad que usted tuvo!

    - ¡No fue mi culpa! –exclamo para luego echarse a llorar-. ¡Él me engaño! ¡Me dijo que me amaba! ¡Que no me preocupara! ¡El se iba a cuidar! ¡Y luego me dejo sola! ¡LO ODIO! ¡LO ODIO! –confeso-. ¡Fui una tonta! –Dijo para luego golpearse la cabeza-.

    No podía creerlo… había tenido pacientes con promesas de amor falsas… con la diferencia de que los queridos padres desaparecían unos meses después… pero esa pobre muchacha…

    - No llore… -le pidió colocando sus manos en las de ella para detener los golpes-.

    - ¿¡Que no llore!? –Grito-. ¡Mis padres van a matarme! –Exclamo volviéndose a tacar el rostro con las manos y llorar más amargamente que antes-.

    Nunca le había tocado una paciente como aquella. Por lo general eran mujeres casadas, o con planes de casarse… también le avían tocado mujeres jóvenes con un embarazo no deseado… pero lo asumían de todas maneras… pero esa muchacha…

    - ¿Cuántos años tiene señorita? –Pregunto de repente-.

    ¿Qué? Estaba trastornada por saber que iba a ser mama y ¿ese doctor solo atina a preguntarle su edad? ¿Es que no entendía por lo que estaba pasando? ¡Pero claro! Ningún hombre en su sano juicio optaría por ponerse aunque fuese un segundo en el puesto de una mujer despechada y engañada.

    - tengo veintiuno… -respondió-. Veintidós en un mes…

    Que joven… en sus diez años de profesión ha visto a muchas muchachas embarazadas… pero contentas en algunos casos… hasta hace dos meses tuvo una paciente de catorce años… y su novio a acompañaba a cada una de las sesiones… también hay que entender que era un muchacho de veinte años… ¡Como es posible que los muchacho de hoy en día pueden optar por tener relaciones con muchachas que aun son niñas en muchos sentidos! ¡Ni siquiera en su época de estudiante le había tocado algo similar!

    - ¿Quiere un poco de agua? –le ofreció-. Le servirá para aplacar un poco el llanto.

    - Gracias…

    Lo vio tomar el teléfono y marcar solo dos números, escucho como pedía un vaso de agua y un café bien cargado. Cuando colgó le pidió que se pusiera de pie y que se quitara las zapatillas y el poleron.

    - ¡Esta loco! –exclamo asustada mientras se abraza a si misma-. No pienso desvestirme en frente de usted ¡ni aunque me pagaran!

    Al escucharla decir eso sonrió y no pudo dejar escapar una carcajada. Al menos logro que dejara de pensar en ese hombre que le hizo el favor para luego mandarse a cambiar a quien sabe donde.

    - No quiero que me haga un stripter señorita… es solo rutina… -le comento acercándose a ella con una sonrisa-. Tengo que pesarla… medirla y después de eso una ecografía para saber como esta el desarrollo del embrión. Después le daré una receta para que compre unas vitaminas y pastillas de calcio, además de una alimentación adecuada de ahora en adelante.

    - ¿Qué voy a hacer? –le pregunto una ves ya calmada-. Mis padres me querrán echar de la casa… no se a donde ir… no se como es que fui tan tonta…

    - Primero lo primero… señorita –dudo un momento-.

    - ¿Puede llamarme por mi nombre? no me gusta mucho cuando me llaman “señorita” –le pidió dejando ver… aunque fuera por unos segundos, una pequeña curvatura hacia arriba en sus labios-. Me llamo kagome…

    - Muy bien kagome… yo soy inuyasha y me gusta mucho este tipo de relación con mis pacientes… -confeso con una sonrisa-. Como ya sabes… soy ginecólogo y obstetra… y si tu me lo permites… quiero hacerme cargo de tu embarazo… quiero que te atiendas conmigo… después te puedo derivar a un bueno pediatra… pero por ahora… Te entenderás solamente conmigo… si es que te parece bien…

    - Si… me gustaría atenderme con usted inuyasha… al menos hasta que tenga en claros mis ideas –dijo bajando sus manos a su regazo y poniéndolas en puño-.

    No entendía… pero esa muchacha le producía un sentimiento de protección… no pensaba dejarla sola… era una muchacha joven… sola… y con un miedo enorme a sus padres.

    - Si quieres… puedes decirle a tus padres que vengan a hablar conmigo… yo le explicare la situación… pero solo lo que me has contado… o lo que me quieras contar… -le dijo tomando una de sus pequeñas manos con la propia-. Pero lo que necesito es que me des tu palabra de que no atentaras contra la vida del ser que llevas en tu vientre –le pidió para luego titubear antes de colocar su mano en la panza de ella-.

    Se sintió rara al sentir la mano del doctor en su panza. Tenía una vida ahí. Nunca relaciono el hecho de tener relaciones con tener un hijo. Con la mano propia, la coloco sobre la mano del doctor y lagrimas comenzaron a salir de sus ojos, con la simple diferencia que ahora sus ojos brillaban y tenia una sonrisa en los labios.

    - Un hijo… - susurro colocando la otra mano en el mismo lugar-. Voy a ser mamá…

    - Así es… -dijo quitando su mano para acariciarle una mejilla-. Vas a ser mamá… -estaba absorto en la belleza que kagome obtuvo. Con los ojos brillantes… y una sonrisa en sus labios-.

    Un golpe en la puerta lo saco de su admiración.

    - ¡Adelante!

    Entro una enfermera de cabello café, ojos del mismo color, piel medianamente bronceada y maquilada con colores que resaltan sus facciones. En una bandeja traía una pequeña taza de café y al lado un vaso largo con agua.

    - Gracias sango…

    - de nada doctor… recuerde que a las nueve de la noche tiene que estar en pabellón para la cesárea a la señora hitomi –dijo dejando la bandeja sobre el escritorio-. Hola –se dirigió a kagome-. Soy sango… ¿Tu eres…?

    - kagome… kagome Higurashi… -dijo con una sonrisa aun más grande que la anterior-.

    - ¿Cuánto tienes? –Le pregunto al ver sus manos en su panza-.

    - Dos meses –dijo con un brillo más expresivo en sus ojos-. ¡Voy a ser mamá!

    La enfermera le sonrió y se dirigió nuevamente a inuyasha.

    - Lo esperamos en pabellón.

    Luego salio e la consulta he inuyasha se acerco a su escritorio para tomar el vaso con agua. Se lo tendió a kagome, la cual lo acepto y el tomo su tacita de café.

    - Sango es mi enfermera particular –le informo-. Con ella atiendo casi todos mis partos…

    Se quedo un rato mirando a kagome… no era la misma muchacha asustada que entro a su consulta. Ahora estaba feliz… los ojos le brillaban cada vez que se tocaba la panza… estaba… estaba preciosa.

    - Por lo que veo… ya no tienes miedo. –le dijo tras dejar su tacita de café en la bandeja y volviendo a colocarse en cuclillas junto a ella-.

    - no le puedo mentir… ¡voy a ser mamá! –exclamo sonriendo-. Es algo en lo que nunca pensé. Durante estas dos semanas estaba pensando en si llegaría a terminar mi carrera, como reaccionaria mi mamá si todas mis sospechas eran ciertas. –Contó con la vista baja-. Pero nada se compara al pensar que de una depende un ser tan pequeño. Que va a estar con una sin importar las circunstancias…

    Le gustaba oírla hablar así…

    - Bueno –comento colocándose de pie-. Vamos a hacerte unas revisiones… y voy a comentarte de… algunos cambios que vas a sufrir durante el embarazo… ahora que yo creo que algunos ya se han presentado le dijo extendiendo su mano para ayudarla a levantarse-.

    - Bueno… -dijo sonrojada aceptando su ayuda-. La verdad es que… mis… mis…

    - ¿Pechos? –pregunto con una sonrisa tierna en sus labios al ver la inocencia con la que hablaba. Ella asintió-. ¿Están sensibles? –pregunto nuevamente y ella asintió-. Es algo muy normal en los meses de embarazo. En algunas mujeres empieza mas tarde y en otras mas temprano. En tu caso es temprano. Lo bueno de eso es que te dejaran de molestar alrededor de los cinco meses de gestación.

    - Pero es que también los… pezones me arden…. –dijo mientras se quitaba la chaqueta-.

    - Esa es una molestia que te va a acompañar hasta que tengas a tu bebe… pero hay unas pomadas para que el ardo cese durante algunas horas. Recuéstate –ella lo obedeció y se recostó en la camilla que estaba junto a un televisor-.

    - ¿Qué es eso? –Pregunto indicando el televisor-.

    - Un monitor –dijo con una sonrisa en los labios mientras terminaba de colocarse los guantes-. Que esta conectado al teclado que ves junto a el y cuando pase esto por tu panza –explico indicando un aparato del tamaño de un ratón de computador-. Podrás ver a tu bebe…

    Inuyasha levanto hasta la cintura la camiseta de tirantes blanca de kagome hasta su cintura. Antes de volver a concentrarse en su trabajo, no puedo evitar dar una mirada a todo el cuerpo de la muchacha… sus pechos, se notaba que se estaban hinchando. Tenía una cintura estrecha y caderas anchas. Su piel era tan blanca como la de su rostro. Tuvo la tentación de pasar una mano por sus mejillas sonrojadas he ir bajando de a poco hasta llegar a su panza.

    Se contuvo. Sacudió levemente su cabeza y tomo u tuvo que estaba sobre la maquina. Abrió el orificio y lo apretó sobre la panza de kagome. De el salio un gel de color azul claro y frió.

    - No te muevas –le dijo mientras encendía la maquina y tomaba el aparato-. Te voy ha hacer tu primera ecografía –dijo regalándole una sonrisa-.

    Con el aparatito esparció el gel y en el televisor se empezó a ver u fondo negro pero también líneas blancas.

    - ahí esta –dijo-. Esta muy bien para estar de dos meses ½.

    No lo podía creer… ahí hay un bebe… su hijo… iba a ser mamá. Después de todo el tormento que ese mal nacido le causo, algo bueno salía de todo. Desvió su vista hasta el doctor… tenia la piel bronceada… y también ya se le notaba un poco la barba, después de todo, ya era tarde…

    - Se ve muy sano –le dijo-. Pero no podemos descartar alguna complicación. Eso se ve alrededor de los cuatro meses –le informo-. ¡No te asustes! –le dijo al ver su expresión-. Si ahora no se ve nada raro es muy escasa la posibilidad de una complicación –la tranquilizo con una sonrisa-.

    - Ahhh –suspiro kagome tranquilamente-. ¿Puede indicarme en donde… exactamente esta? No lo veo –confeso sonrojada-.

    - Ningún problema kagome –le dijo para enseguida inclinarse al televisor y colocar el dedo sobre la imagen, en un punto que parecía una habichuela-. Ese es tu hijo kagome… -le sonrió al ver como sus ojos brillaban al verlo-.

    - ¿No se puede saber si es niño o niña? –pregunto entusiasmada-.

    - jajaja –rió-. Aun es muy pequeño… sus genitales aun no están desarrollados. Lo sabrás a las veinte o veintitrés semanas.

    - Mmjmm –exclamo desanimada-.

    Inuyasha le iba explicando con tranquilidad cuales eran los cambios que sufriría en el embarazo, además de los pechos. Kagome rió cuando le dijo que iba a estar un poco irritable a en el tercer trimestre. Luego siguió moviendo el aparato por la panza e kagome hasta que ya el gel comenzaba a espesarse… ¡Esa ecografía duro más minutos de lo normal! Pensó inuyasha.

    - Bien –dijo al tomar un pedazo de papel y limpiaba el gel-. Ahora vamos a pesarte y medir… por lo que ciento… tienes un muy ligero abultamiento en tu vientre –le sonrió-.

    Se bajo la camiseta y se sentó en la camilla para quitarse las zapatillas blancas. Se coloco de pie y fue donde estaba inuyasha. Él le dijo que se colocara sobre la balanza y el la peso, luego le indico que se diera la vuelta para medirla. Ya tenia claro que no media mucho. Después de todo ese doctor era un gigante… al estar descalza apenas y alcanzaba su barbilla si es que no le llegaba a los hombros.

    - Bien… colócate tu chaqueta y las zapatillas. –Le dijo para luego ir a su escritorio y hacer unas anotaciones-. ¿Cual es tu peso habitual? –pregunto-.

    - Cincuenta y seis kilogramos –respondió a la vez que se sentaba en frente de el-. ¿Por qué?

    - Has bajado de dos a tres kilogramos… -le informo-. Eso no es sano para la criatura… ¿Te pusiste ha dieta? –Pregunto colocando los brazos sobre el escritorio y mirándola con sus ojos ámbar-.

    - No… -respondió al instante-.

    - En ese caso has estado echando alimento que te llevas a la boca… ¿no es verdad? –Pregunto aun sabiendo cual era la respuesta de antemano… pero quería seguir hablando con ella-.

    - Si… desde hace un mes que no puedo comer bien… todo me da asco… por eso mamá… me dio dinero para ver a un doctor… -dijo sonrojada-.

    - y ese dinero fue con el que pagaste los análisis –adivino-.

    - Si… para pagar esta consulta he tenido que decirle que el doctor me quería hacer un chequeo…

    Pobrecita… teniendo que recurrir a mentiras para quitarse una angustian tan grande de encima… pero el haberlo confirmado tiene que ser un peso aun más grande.

    - Mira… -dijo tendiéndole una receta médica-. Tienes que hacer ejercicio… pero no brusco. Una caminata por las tardes estará bien. El aire fresco te ayudara con las nauseas y, para controlar los ascos te anote un medicamento –abrió un cajón de su escritorio y saco cuatro cajas de medicamentos-. Estas dos –dijo indicando unas que tenían líneas azules-. Son las vitaminas que tienes que tomar con el desayuno y antes de acostarte, y estas otras –indico las dos restantes con líneas rojas-. Son tabletas de calcio… tienes que tomarlas junto con las vitaminas… los comprimidos te duraran dos semanas… y yo te los iré renovando –le informo con una sonrisa de satisfacción en los labios-. Y esto –dijo tendiéndole una tarjetita-. Es para que pidas una nueva cita para dentro de dos semanas… y en el dorso esta escrito mi número… cualquier síntoma raro que tengas me llamas. No importa la hora.

    - En dos semanas –aseguro guardando todo en su bolso-. Muchas gracias inu… es decir… doctor Taisho –corrigió con las majillas sonrojadas-.

    - Se que es algo apresurado. Pero quiero que traigas a tu madre la próxima vez –hizo saber con un poco mas de seriedad-. Si quieres. Yo le contare lo que tú me has contado…

    - No, gracia… prefiero ser yo quien se lo cuente…

    - Tienes que contárselo pronto –le informo al observar como su rostro comenzaba expresar pánico-. Se que no te costara. Pero ten en cuenta de que ya a los dos meses tienes un ligero abultamiento, a los tres lo mas seguro es que ya no te entren, como ahora, los pantalones –le informo-.

    - Está bien… pero no le aseguro nada doctor… -le sonrió-. Es que será tan difícil… llevaba saliendo con el seis meses. Mamá lo adoraba… sentía que su niña estaba en buenas manos. Querrá matarme por haber sido tan débil… -comento con una sonrisa melancólica-. Solo espero que no me corra de la casa –se levanto de la silla para dirigirse a la puerta-.

    Él también se levanto y la acompaño hasta el ascensor. Mientras caminaban por el pasillo, en completo silencio, miro la hora en su reloj de muñeca, veinte para las nueve… debería de estar en camino al pabellón.

    - Bueno kagome… seré tu ginecólogo ¿o no? –Pregunto cuando ya estaban junto al ascensor-.

    Kagome lo miro a los ojos… esos ojos tan hermosos y además raros, nunca había visto un color así, tenían un brillo especial… no sabia como describirlo. Pero se sentía a gusto con él, se sentía seguro.

    - Si –acepto mientras presionaba el botón del ascensor-.

    - Bueno… pues te espero dentro de dos semanas –se inclino para darle un beso en la mejilla-. Y también espero ver a tu mamá – le dijo enderezándose-. Con respecto a lo que te dije en un principio. Me gusta tener confianza con mis pacientes. Denantes me ibas a llamar por mi nombre de pila y te retractaste… espero que eso no vuelva a ocurrir –dijo sonriendo-.

    - De acuerdo –dijo sin más al ver esa sonrisa que llegaba hasta mostrar sus dientes blancos y perfectos-.

    -Tengo que irme a pabellón. ¡Adiós! –se despidió desapareciendo por las puertas que se encontraban al otro lado de donde estaba su oficina-.

    Seguramente para aya estaban los pabellones. Bueno… espero a que llegara el ascensor, pero cuando éste recién abrió sus puertas kagome no entro en el.

    - ¡Dios! –Exclamo para luego meter una mano en su bolso y sacar la tarjeta que le había dado-. ¡La cita!

    Se apresuro donde la secretaria y concertó una cita con el doctor taisho a las tres de la tarde.

    Volvió hacia el ascensor, pero al hacerlo tenía que pasar frente a las puertas por las que desapareció inuyasha y, al hacerlo, escucho ha alguien discutiendo. Se asomo un poco y vio que era inuyasha hablando por su teléfono celular.

    - ¡Ya te dije que no! –alego inuyasha enfurecido-. No te daré más dinero –dijo mas tranquilo luego de unos segundos en silencio-. A menos que él necesite algo. Lo cual comprare yo ya que tú lo gastaras con unos de tus nuevos amantes –le espeto inuyasha-. Lo recogeré el fin de semana para ir a la playa.

    Una vez que vio que colgaba el teléfono kagome se retiro rápidamente hacia el ascensor y espero nuevamente… pero esta vez con una pregunta en su cabeza

    - ¿Con quién abra estado discutiendo? –Se pregunto en un susurro-. ¡No es asunto tuyo Kagome! –se reprendió-. Seguro era con alguna amiga o su… esposa…

    Continuara!!!!

    espero que les guste.. byey!!!
     
  2.  
    abyLu

    abyLu Guest

    Título:
    DAME LUZ [inu&kag]
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    Re: DAME LUZ [inu&kag]

    wow...
    esta historia esta de lo mejor!
    enserio, me quede con la boca abierta
    redactas muy bien
    y la historia esta muy interesante
    espero la conty
    nos vemos...
     
  3.  
    mikito15

    mikito15 Usuario común

    Capricornio
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    Re: DAME LUZ [inu&kag]

    hola!
    acabo de leer tu ficc, y está genial.
    me ha dado pena Kagome,
    ¿cómo puede alguien engañarle de ese modo?
    espero que lo contunues pronto!
    Bsoos
     
  4.  
    KAnnome_chan

    KAnnome_chan Guest

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    DAME LUZ [inu&kag]
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    Re: DAME LUZ [inu&kag]

    hola roxi... me gusta mucho tu historia... , me da pena por kagome... pero me alegro que al final aceptara a su bebe.
     
  5.  
    Sandritah

    Sandritah Usuario popular

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    Re: DAME LUZ [inu&kag]

    Hola.

    Me pareció bastante interesante el principio de la historia. Es una situación que podría considerarse común, y sin embargo, la manera de contarlo es atrapante. Ahora me dejaste con varias dudas, entre las que destacan el hecho de querer saber qué hará Kagome con respecto a sus padres y con quién hablaba Inuyasha. Seguramente sería con su esposa y pienso que podrían estar hablando de un posible hijo de ambos, pero no estoy segura.

    Espero el siguiente capítulo ;)
     
  6.  
    <RoXii>

    <RoXii> Guest

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    DAME LUZ [inu&kag]
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    Re: DAME LUZ [inu&kag]


    Dame luz.
    Capitulo 2: Sakura.

    - ¡Estas loca mujer! –Exclamo un hombre con ojos ámbar-.

    - ¡Ya lo sabes inuyasha! –dijo una mujer de cabello café oscuro, largo y liso. Piel bronceada y ojos negros-. ¡Más! ¡O no tendrás el maldito divorcio!

    - Te llevas un tercio de mis acciones en la empresa de mi padre… ¡con eso tienes para no preocuparte mas el resto de tu vida! –dijo exasperado él-. No entiendo para que quieras más dinero…

    - Tu sabes que me gusta la vida acomodada…. –dio como excusa-.

    - No pienso seguir discutiendo contigo… -dijo tomando su chaqueta-. Tengo una paciente a las tres de la tarde… ¿Dónde esta mi hija? –pregunto-. ¿¡Donde esta maldita sea, kikyo!? –grito al ver que no respondía-.

    - Naraku la llevo al parque… -contesto mientras se dejaba caer en el sofá y comenzar a limarse las uñas-.

    Se coloco la chaqueta de color negra y salió dando un portazo del departamento. No podía dejar que su hijo siguiera viviendo con esa mujer… si lograba quitarle la custodia podría darle lo que se merece a esa mujer… no darle ni un solo peso. No entendía que se le pudo pasar por la cabeza para casarse con una mujer como ella.

    Cuando iba saliendo del edificio el grito de una niña lo hizo girarse en dirección contraria.

    - ¡Papá! –grito una pequeña de no mas de cuatro años, ojos ámbar y cabello negro azulado y piel blanca. A simple vista se notaba que eran padre e hija-.

    - ¡Sakura! –Exclamo con una sonrisa de oreja a oreja mientras se colocaba en cuclillas para recibir un enorme abrazo de parte de su hija-. ¿Cómo estas? –Pregunto al tenerla ya entre sus brazos-.

    - Bien… el tío me llevo al parque –comento feliz-.

    Un hombre de cabello negro, de ojos de igual color y piel blanca se acerco a el y le tendió una mano en forma de saludo.

    - Inuyasha –saludo-.

    - Hola –respondió inuyasha-. Me alegra que la hayas sacado a pasear -comento en forma de agradecimiento-.

    - No hay de que…

    - Dime –dijo prestando de nuevo atención a su hija-. ¿Quieres venir a trabajar hoy conmigo? –le pregunto-. Tengo una paciente que es muy linda y estoy seguro que le encantara conocerte –le contó mientras pensaba en kagome. Hace dos semanas que no la ve… solo esperaba que aya tenido valor para contar todo a su madre y que cuando llegara a la oficina las encontrara a las dos conversando sobre el bebe que venia en camino-. ¿Quieres?

    - ¡Si! –Exclamo en un grito-. Pero tengo que pedirle permiso a mi mamá –dijo con desanimo-.

    - No te preocupes… ya se lo diré yo –dijo naraku-. Que te diviertas Sakurita –se despidió cariñosamente de la niña-. Hasta otra oportunidad inuyasha… -dicho esto entro al edificio, pero en menos de un minuto volvió a aparecer-. No a dormido absolutamente nada… -le advirtió para ahora si desaparecer dentro del edificio-.

    Naraku era un buen hombre… él era la única razón por la cual aun no peleaba la custodia de su hija… El lo cuidaba bien… sabia que en manos de kikyo la niña no estaría bien pero con naraku en el departamento podía levantarse todas las mañanas tranquilo, sabiendo que sakura estaba en buenas manos.

    - Bien… -dijo a su hija luego de un momento-. Pues ¡Vamos a la clínica! –Exclamo para luego tomarla en brazos-.

    - ¡Si! –Grito Sakura con energía-.

    OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
    - ¡Doctor!... –lo llamo la secretaria-. Una paciente lo espera en su oficina… ¡Hola Sakurita! –Saludo a la pequeña niña que estaba en brazos de su padre-.

    - Hola… -saldo sakura luego de que su padre la dejara en el piso-.

    Al escuchar que lo esperaban corriendo en dirección a su oficina. Al estar en la entrada del pasillo se gira.

    - pórtate bien con ayumi, Sakura… te vendré a buscar en cuanto termine –luego de esas palabras de giro nuevamente y desapareció en el momento que giraba a la derecha-.

    Corrió por el pasillo para detenerse frente a su oficina. Al entrar saludo a su paciente y le rogó que lo disculpara por el retraso, pero que tenia problemas personales que atender. Se quito la chaqueta y se coloco el delantal blanco, que daba vida a su vestimenta, en especial a esa camisa negra.

    - Comencemos…

    Durante todo el procedimiento inuyasha estuvo pensando en el porque kagome no había asistido a la cita… esperaba encontrarla a ella sentada en frente de su escritorio, junto a su madre… pero en ves de eso se encontró con la señora Anayo.

    - Solo tiene que seguir cuidándose como hasta ahora… -le sugirió-. Y la próxima vez que nos veamos será en la sala de partos –le dijo colocándose de pie para ir junto a ella-. Es increíble que haya podido llegar a la semana treinta y ocho con los mellizos… en cualquier otro embarazo múltiple los bebes se adelantan.

    - Muchas gracias inuyasha… -dijo poniéndose de pie-. La verdad es que yo pensaba que tendrían que hacerme una cesárea… tu mismo dijiste que uno de ellos era grande.

    - Esa fue una posibilidad que aun no se descarta… pero como van las cosas no lo creo necesario… los bebes están en perfectas condiciones y uno de ellos esta listo en el canal de parto… es el mas grande a si que con el que viene no tendrá que hacer mucho esfuerzo - en unos días empezara a tener unos dolores en el vientre… pero solo porque los bebes se están terminando de acomodarse para el nacimiento…

    La mujer sonrió y dejo escapar unas cuantas carcajadas antes de poder hablar.

    - Los dolores se me presentaron hace como una semana doctor.

    - Eh hay el motivo de porque ya tiene un bebe en el canal de parto –justifico con una sonrisa-. No se asuste… relájese… y ya veras que en menos de lo que piensas tendrás a tus bebes en brazos.

    - Eso espero… ya casi no puedo con esta pelota jajaja –rió mientras colocaba una mano en su panza-. Pero al menos sirve de algo tener tan enorme panza –dijo con cariño-. Creo que ya e voy…

    - Te acompaño… -dijo para luego dirigirse a la puerta-. Después de todo tengo que buscar a mi hija… lo deje con la secretaria.

    - No sabía que tenías una hija…

    - Pues lo tengo… Se llama Sakura tiene solo cuatro años… -le comento-.

    Mientras volvían a la sala de espera inuyasha y su paciente se entretuvieron conversando de cómo ella quería tener su parto.

    - Si todo sigue como hasta ahora no creo que tengamos ningún problema… -le comento al escuchar su petición- tendrás un parto completamente natural, sin medicamentos… pero si es necesario intervenir, me temo que tendrás que dejarnos que te mediquemos con algo… como el pitosin, que te ayudaría a dilatar. Eso será solo en caso de que hayas roto fuente y no te estés dilatando correctamente –le informo al estar junto al ascensor- bueno, tengo que volver –dijo en el momento en que el ascensor llego a su piso-. Espero que siga las indicaciones como hasta ahora… y me gustaría que tu marido viniera a hablar conmigo. Si es posible.

    - No se preocupe… yo le diré a Izuno que quieres verlo… hasta la próxima inuyasha… -se despidió sonriente. Justo en ese momento se abrían las puertas del ascensor-.

    - Kagome…

    En el momento en que se abrieron las puertas del ascensor inuyasha vio a kagome… estaba vestida con unas patas hasta los tobillos de color negro y un mini vestido de color morado suelto, ajustado justo debajo del busto y de escote cuadrado. Tenía el cabello recogido del lado izquierdo en un moño bajo. Estaba ondulado en las puntas y estaba maquillada. Se veía preciosa.

    - Doctor taisho… -susurro al mismo tiempo en que bajaba del ascensor-.

    - Por lo que veo usted también es paciente de inuyasha… un gusto –dijo tendiendo su mano en modo de saludo-. Soy Anayo Carniglia.

    Kagome tardo nos segundos en volver en si. Así de la nada se quedo observando al doctor taisho… ¡Pero que es lo que pasaba por su cabeza!

    - ¿Eh? ¡Ah! Si… soy una paciente… -dijo apretando la mano que la señora le ofrecía y con una sonrisa nerviosa-. Soy Kagome higurashi… -se presento kagome. Sin poder evitarlo dirigió su vista a la panza de la señora. ¡Era muy grande! ¿Acaso…? ¡¿Ella se pondría así de gorda?!-.

    - ¿Primeriza? –pregunto dirigiéndose a inuyasha. Quien asintió-. No te asustes... no tendrás una pelota como la mía. Creo. Yo tengo mellizos… -dijo con orgullo-.

    Kagome le sonrió al notar el cariño y orgullo con el cual decía que tendría dos bebes…

    - Solo tendré uno… -sonrió-.

    - ¿De cuanto estas? no veo que tengas el vientre abultado… -dijo mientras le miraba la panza-.

    Kagome tomo su vestido de ambos lados y lo hecho para atrás para ajustarlo y dejando ver un pequeño abultamiento que paresia estar en punta.

    - Se supone que ya son tres meses… ¿No? –Pregunto a inuyasha que miraba su panza, completamente absorto en sus pensamientos -.

    - Ah… -dijo saliendo de sus pensamientos-. Discúlpame... tenia la cabeza en otro lado –se disculpo sonriente-. ¿Dijiste…?

    - Pregunte que si estoy ya de tres meses… -repitió mientras soltaba el vestido-.

    - Si… por lo que decían tus análisis se supone que tienes que estar entrando al tercer mes de gestación.

    - bueno… con tu contextura creo que podrías esconder un embarazo hasta como los cinco o seis meses… mi prima, de la noche a la mañana tenia una panza que ni te cuento… y tenia seis meses ½ -comento-. Se me fue el ascensor… -exclamo con frustración al darse cuenta de que el numero del ascensor estaba en el numero uno-.

    - Yo me retiro –dijo inuyasha-. Tengo que buscar a Sakura…

    Luego de eso se despidió de Anayo y le dijo a kagome que la esperaría en la oficina.

    - Bien… aquí esta de nuevo el ascensor… hasta otra oportunidad kagome… -se despidió sonriente-.

    Luego de que las puertas del ascensor se cerraran, kagome se dirigió donde la secretaria y le dijo que si ya le tocaba.

    - La señora anayo fue quien tomo su hora… a usted le toca la de ella… la llamare apenas la señorita –dijo mientras indicaba a una mujer completamente delgada, pero con una sonrisa enorme en el rostro entraba al pasillo-. Termine…

    - Bien… gracias

    Enseguida de haber hablado con la secretaria se sentó en una de las sillas que estaban por hay… estaba cansada… tiene que ser por el embarazo, pensó. Observo por la sala y vio a una pequeña niña de cabello negro azulado dibujando en una de las mesitas pequeñas.

    Se levanto y camino hasta ella, se coloco en cuclillas.

    - Hola… -lo saludo-.

    La pequeña levanto la vista y la observo con sus ojos color ámbar.

    - Hola… -saludo la niña con una sonrisa de oreja a oreja-. Me llamo Sakura… ¿y tu?

    ¿Sakura? ¿No era ese el nombre que dijo inuyasha? ¿Quien era esa pequeña?

    - Soy kagome… -dijo devolviendo la sonrisa-. ¿Qué dibujas?

    - a mi papá… -respondió para luego volver a su dibujo-.

    Kagome inclino la cabeza hacia a delante y vio que dibujaba a un hombre con bata de hospital.

    - ¿Tu papá es doctor? –pregunto-.

    - Si… el trabaja con bebes…

    ¿Trabajaba con bebes? ¿Era pediatra?

    - Sakura…

    - ¡Papá! –grito la niña para luego correr a los brazos de quien lo llamaba-.

    - Inuyasha –susurro kagome-.

    Inuyasha tomaba a su hija en brazos y no pudo evitar mirar con quien estaba Sakura…

    - Kagome –dijo-. Justo ahora venia a buscarte para tu control…

    - Si…

    Kagome se puso de pie y se acercó a ellos y caminaron los tres juntos hacia la oficina de inuyasha.

    - ¿Vas a tener un bebe? –Aventuro Sakura-.

    - Si –dijo colocando una mano en su pequeña panza-. Si quieres… cuando lleguemos a la oficina de tu papi, te dejo tocar mi panza… ¿Quieres?

    - ¡Si!

    Al entrar a la oficina de inuyasha, Sakura le rogó para que la dejara en el suelo. Tomo la mano de kagome y la llevo hacia una de las sillas para que se sentara.

    - ¿Puedo tocar ahora? –Pregunto ansiosa sakura-.

    - Claro que si –dijo sonriéndole-.

    Sakura coloco su mano en la pancita de kagome. Inuyasha se sentó detrás de su escritorio y apoyo los codos en el y coloco sus manos de tal forma que le daban un aire pensativo.

    - ¿Cómo te has sentido kagome? –Pregunto de repente-.

    - Bien… solo que hoy me dieron unas nauseas que no podía controlar y por eso pedí el cambio de hora… las caminatas no me han ayudo… y no he podido comprar el medicamento… he estado ocupada terminando mi tesis.

    Inuyasha estaba asombrado del cambio que tuvo kagome con respecto a su embarazo. Hasta hace solo unas dos semanas ella solo pensó en un aborto… la hizo cambiar de opinión y ahora estaba de lo mas contenta con respecto a la idea de ser mamá. Hablando de madres…

    - ¿Dónde esta tu madre? Dije que quería que vinieras con ella… -dijo inuyasha-. Supongo que le contaste ¿cierto?

    - Si –afirmo-. Ah –iba a decir algo, pero no podía decirlo con la pequeña sakura presente-.

    Inuyasha entendió rápidamente cual era su incomodidad y le pidió a Sakura que fuera con Ayumi para que le mandara unos Análisis.

    - ¿Esta seguro? –pregunto kagome una vez que la niña salio de la oficina-.

    - Claro que si… conoce la clínica como la palma de su mano… déme un minuto –pidió para coger el teléfono y marcar tres números-. Ayumi… ¿tengo mas pacientes?... excelente, mire… le dije a Sakura que me fuera a buscar unos “Análisis”… a penas llegue dígale que se le olvidaron y que es mejor que se escondan de mi –dijo mientras se dibujaba una sonrisa en sus labios-. Tengo que hablar de algo importante con la señorita higurashi y no puede estar Sakura presente. Gracias

    Luego de esa pequeña charla con su secretaria colgó el teléfono y dirigió sus ojos ámbar a los azulados de ella. Aquel gesto provoco un sonrojo en las mejillas de kagome, lo cual la hacia ver mas bella aun.

    - Ahora si –dijo seriamente-. ¿Qué querías decirme?

    Kagome suspiro con resignación.

    - En un principio me pregunto que si sabia de lo que estaba hablando… estuvo como ida durante dos días –recordó-. A los días siguientes no la encontraba cuando despertaba, pensaba que no quería ni ver… hasta que un día la sorprendí entrando con unos paquetes… -sonrió al recordar ese momento-. Me miro perpleja y me dijo que la descubrí con las manos en la masa jajaja.

    - Y ¿Qué tenían esos paquetes? –Aventuro a preguntar inuyasha-.

    - Ropita de bebe, juguetes… -dijo kagome-. Luego de eso hablamos de que por mucho que la haya sorprendido la noticia de que estoy esperando un hijo… le encantaba la idea de ser abuela… Y me… me pregunto por “él”…

    - ¿El padre del niño? –Pregunto inuyasha, aun sabiendo cual era la respuesta-.

    - Si –respondió luego de unos minutos-. Le… le dije la verdad…

    Inuyasha dudando un poco de su pregunta… ¿No seria inmiscuirse demasiado en la vida de esa muchacha? ¡Pero a cada minuto que pasaba le interesaba saber más sobre ella!

    - Y ¿Me la querrás contar a mí? –Pregunto al fin, después de unos segundos en silencio-.

    - Eh… -dudo un poco-. No creo que este sea el mejor lugar para comentar algo… que me… me… ¡Oh Dios! –Ahogo un sollozo-.

    - Tranquila… mira… hagamos esto –sugirió-. Te chequeo hacemos la ecografía y luego me das tu dirección.

    - Pero… si no lo conozco como para –trataba de encontrar una justificación mientras sentía como sus mejillas ardían-. Además… ¿Para que la quiere?

    - Solo será un pequeño paseo... No más de unas dos horas para conocernos… ¿Te parece? –pregunto. Deseaba que le dijera que si… esa muchacha provocaba en el un sentimiento… de protección, quizás, algo mas que eso-. ¿Y? ¿Pasearemos?

    - Bueno… pero que no sea muy tarde. Mi madre…

    - Tú tranquila… ahora por favor, quítate las sandalias y vamos a pesarte…

    No estuvieron mas de veinte minutos en la oficina haciendo el chaqueo y la ecografía… inuyasha dijo que todo iba bien y que había aumentado algo de peso y que eso era saludable. Le dio nuevos comprimidos de vitaminas y calcio.

    Inuyasha después de desaparecer detrás de la cortina… en donde estaba el monitor con el que le hacían las ecografías… le entrego a kagome una carpeta con unas fotos de la ecografía de ese día… se le escaparon unas cuantas lagrimas de sus ojos al ver a su hijo ahí.

    - Gracias...

    - No te hay de que… ahora ¿Dónde vives? –Pregunto con un toque de picardía-.

    Kagome le dio su dirección he inuyasha le dijo que la iría a buscar entre las cinco treinta y las seis de la tarde ya que aun tenía que buscar a su hija, comer con ella he irlo a dejar a casa de su madre.

    - Entonces nos vemos esta tarde –se despidió inuyasha-.

    - Muy bien…

    Cuando se acercaban al ascensor divisaron que de el se bajaba Ayumi con Sakura en brazos. Estaba dormida.

    - Veníamos de regreso cuando lo encontré acurrucado en el asiento de atrás –explico ayumi-.

    Inuyasha dio un vistazo a su reloj pulsera.

    - Ya me lo había dicho Naraku… Sakura no ha dormido nada el día de hoy… ¿Qué hago? –dijo para si mismo-.

    Ayumi pasó a Sakura a los brazos de su padre que claramente no sentía el peso de su hija.

    - ¿Qué pasa? –Pregunto kagome-.

    - ¿Necesita algo mas doctor? –Pregunto ayumi mientras sobaba sus brazos-.

    - Cancele el resto de mis citas y trate de acomodarlas para mañana. Si es necesario hasta muy tarde, pero hoy no puedo seguir con las consultas ¿No tengo ninguna cesárea programado para hoy? –pregunto preocupado-.

    - No doctor. Tratare de acomodar sus citas.

    Ayumi iba camino a su escritorio cuando inuyasha la llamo.

    - Espero que no se le olvide anotar lo de hoy en el cuaderno… -dijo con agradecimiento-.

    - No doctor… no se preocupe –finalmente llego a su escritorio y empezó a hacer llamadas telefónicas-.

    Inuyasha miro a kagome y le pidió por favor que si le podía ir a buscar la chaqueta que estaba en su oficina.

    Al volver kagome inuyasha ya había llamado un ascensor y la esperaba.

    - Gracias…

    - No hay de que… ¿Le puedo hacer dos preguntas? –Aventuro Kagome al estar dentro del ascensor-.

    - Por que no… adelante –le sonrió amistosamente-. Y ya te dije que me trataras de … no soy tan viejo como para que me trates de “Usted”. Solo tengo treinta y un años.

    - Lo siento –se disculpo-. ¿Qué le… te preocupo al ver a Sakura dormida?

    - Están pintando mi departamento y no puedo entrar hasta que sea noche, no se donde llevarla… creo que tendré que llevarla a casa de su madre y tendré que llevarla a comer otro día –respondió inuyasha con resignación-.

    Kagome estuvo pensando unos segundos, en los cuales el ascensor llego al primer piso, donde kagome tenía que bajar.

    - ¿Por qué no lo llevas a Sakura a mi casa? –Ofreció kagome-.

    - ¿Estas segura? –Pregunto inuyasha-.

    - Mamá quería venir pero no podíamos dejar la casa sola –explico-. Sakura dormirá lo que quiera y no perderás tu día con ella y mientras duerme yo podría considerar habarte de… bueno… tu sabes –dijo bajando la cabeza-.

    Inuyasha entendía perfectamente que se trataba del padre de su hijo.

    - y ¿aceptas? –preguntó kagome. Una parte de si deseaba que aceptara su ofrecimiento y la otra que se negara. Sentía miedo del acercamiento que estaba teniendo con él-. Matarías a tres pájaros de un tiro.

    - De acuerdo… -acepto inuyasha gustosamente para luego presionar el botón del subterráneo, en donde él tenía estacionado su auto-.

    Continuara!!!

    Bueno… aquí el segundo capitulo!!! Espero que mas gente lo lea!.... ahora les informo que el sábado 1 de marzo me cambio de casa (Ósea… mañana) a si que creo que en una semana ½ tengo Internet en mi nueva casa.

    Gracias a Sandritah, KAnnome_chan, mikito15 y abylu. Que son las primeras en leer mi nuevo fics.

    A los que lean este fics… y que además leían ARREGLOS FAMILIARES, lo continuare apenas pueda… pero es que no se como continuarlo y AVISO, ese será el capitulo FINAL.

    Gracias por leer!!! Y dejen artos reviews!!!! =D

    RoxiiTaah.
     
  7.  
    mikito15

    mikito15 Usuario común

    Capricornio
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    Re: DAME LUZ [inu&kag]

    hola!!
    que linada la hija de Inuyasha ^^
    Que amable Kagome al decirle a Inuyasha
    que puede dejar a su hija en su casa.
    ¿Como reaccionara Inuyasha, al enterarse de lo que le hizo el padre dle bebe de Kagome?
    Suerte con la mudanza ;)
    Continua cuando puedas!
    Bsos
     
  8.  
    Judit- chan

    Judit- chan Usuario común

    Acuario
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    Re: DAME LUZ [inu&kag]

    Hola guapa me gusta mucho como está quedando tú fic, ¿Por cierto tenias que meter a Kikyou?¬¬Bueno espero que Kag le cuente la verdad a Inu, esperaré pacientemente la conty.

    Chao.

    Besos.:besito:
     
  9.  
    nakome*chan*

    nakome*chan* Entusiasta

    Capricornio
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    Pluma de
    Escritora
    Re: DAME LUZ [inu&kag]

    Hola me gusto mucho tu fic esta muy bonito en un principio me asuste pensando que de verdad iba a abortar pero me tranquilice al saber que no iba acerlo me gusto mucho el fic asi que continualo pronto y mucha suerte

    nakome*chan*
     
  10.  
    Sandritah

    Sandritah Usuario popular

    Piscis
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    718
    Pluma de
    Escritora
    Re: DAME LUZ [inu&kag]

    Buen capítulo. Me sorprendió, sobre todo, la actitud de Naraku. Siempre resulta ser el malo de las historias y, sin embargo, esta vez aparenta ser el bueno. Pese a esto, me pareció desagradable la forma de comportarse de Kikyo... ¿Vida acomodada? Yo diría "vivir de los demás".
    Por otra parte, me alegra que Sakura y Kagome se lleven tan bien. Me gustó la proposición de que la niña se quede en casa de Kagome, y quién sabe, a lo mejor algún día se queda hasta su padre xD
    Síguelo pronto.
     
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