Contenido oculto: Nota Esta cosas salió de no sé dónde pero aquí está. Dame la desa —Ah, hija —El padre no perdió oportunidad y llamó a la mayor de sus hijas al verla pasar. —Mande —respondió la muchacha, acercándose y ver que su padre estaba arreglando una cosa. —Ya que estás aquí, ¿ayúdame no? No seas gacha. —Anda pues, pero te pichas las chelas, ¿va? El padre rio y asintió al decir que estaba bien. Bien merecido se lo tendrían al terminar con eso. Un rato después, mientras hija y padre chachareaban un montón de cosas; pues realmente solo querían hablar de sin nada serio, estaban apunto de terminar, sin embargo, solo faltaba una sola cosa para finalizar el trabajo. —Hija, ve por la cosa esa que falta para terminar aquí. —Claro, ¿dónde está? —Está en la desa del dese de allá. —Ah, es el dese, ¿verdad? —Ándale, ese mero. Se fue hacia allá y comenzó a buscar. —¡Apá! Aquí hay dos desas, ¿cuál es? —Este, es el claro, creo. —Los dos son claros, ¿el azul turquesa o el verde agua? —El que está cerca de… del dese, ese redondo. —Ah, okay. Lo tomó, se acercó a su papá y se lo entregó. —Éste mero es. Gracias. —De nada. Y de esta forma, padre e hija terminaron con esa cosa y se fueron por unas chelas bien frías. Fin. . . .