Días de Gloria y Oscuridad

Tema en 'Fanfics Abandonados Pokémon' iniciado por Graecus, 25 Agosto 2014.

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    Graecus

    Graecus uwu7

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    Escritor
    Título:
    Días de Gloria y Oscuridad
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    722
    Prólogo

    El dia en el que empezaría la Nightmare, Liam estaba contento.

    Acababa de atrapar un Wopper. Liam llevada toda su vida queriendo un Wopper. No le importaba que el día anterior su Eevee hubiera sido expuesto a una piedra agua, convirtiendose en un Vaporeon. No. Él estaba feliz de haber capturado un Wooper.

    En dos semanas cumpliría dieciocho. Mayor de edad. Aunque eso no significaba mucho. Ya a sus quince se había enfrentado a la liga Jhoto y había quedado de cuarto. Ahora, dos años depués, estaba reforzando su equipo. No estaba muy seguro de si debía volver a la liga. Era un viaje largo, y su orgullo le haría ir a por las medallas de una a una de nuevo.

    Liam se encontraba absorto en esto, y no se dió cuenta de que, en un circulo de color inexistente en este mundo, en lo más lejano posible a su visión, algo lo observaba. Algo...o alguien. No era posible saberlo.

    Liam atrapó al pequeño Wooper. Tenia un corte en la mejilla. Tuvo que regañar a su Parasect por hacerle eso. El, con sus inmensos ojos blancos sin pupila, no pareció prestarle atención.

    Antes de ir a su casa, pasó por el vecindario de un amigo. La casa tenia chirridos de cosas arrastrandose, ollas golpeando unas a otras al entrar en cajas y cajas puestas afuera. Su amigo había soportado demasiado en Pueblo Primavera. Su vida como domadragones estaba en Ciudad Endrino, y lo único que lo había detenido era Liam y una novia que vivía dos casas mas abajo.

    Ahora que su novia lo había dejado luego de que un Deino la mordiera, y Liam hubiera prometido visitarlo, no había nada que lo detuviera. Su vida comenzaría de nuevo, y esta vez mejor.

    O eso creía.

    Desde el circulo en el cielo, la cosa miró a el domadragón, preguntandose si sería una buena idea. No sabía, pero su deleite posiblemente subiría mientras su plan involucrara a más personas...y luego desechó la idea. Liam. El debía de probar primero eso que él en el futuro llamaría la Nightmare. Si a el ser le encantaba el resultado, arrastraría mas personas a su perverso juego.

    Por ahora, Liam.

    Max, que era como se llamaba el domadragones, palmeó la espalda de Liam al encontrarlo afuera.

    "Creí que no vendrías" dijo Max. "Había preparado un monton de chistes de despedida y bueno, los olvidé ayer".

    "Mala suerte", bromeó Liam. "Probaría que ni siquiera tus chistes malos pueden arruinar este día".

    Max parpadeó. "Oh, ¿Puedes decirme porqué?" Él sonrió. "¿Porque me voy? ¿Porque te da alegría ver que mis maletas no son tan nuevas como las tuyas? ¿O quizá tu llevas todo el año acostandote con mi novia y ahora que ella y yo terminamos ya no debes sentirte culpable?"

    "Se suponía que olvidaste tus bromas" dijo Liam, fingiendo estar enojado. Entonces sacó su ball, en la que llevaba a Wopper, y lo presentó.

    "Vaya" dijo Max. "Llevo viendolos todo el tonto año, pero como este es de Liam debo aparentar que es increí...quiero decir..." fingió sorpenderse y se llevó sus manos a la boca. "¡Oh por Arceus! ¿Es real? ¿lo puedo tocar?"

    "Callate", espetó Liam. Max rió.

    "Espero que lo entrenes bien. Y una vez que evolucione, no lo dejes jugar con su pokeball. Podría perderla".

    Max terminó de cargar con las maletas, y cerró la puerta principal de la casa. Ya estaba puesta la señal de 'Vendido'. En un par de días llegaría una nueva familia a Pueblo Primavera.

    "De acuerdo" Max sonrió. "Como no me visites, mandaré a Dragonite a que te lo recuerde con un Hiperrayo. Sabes que lo haré".

    "Y tú sabes que si iré" Liam apretó su mano. "Y que si mandas a tu Dragonite, me encargaré de que recibas lo que quede de él"

    Rieron juntos. La última vez en semanas que lo harían.

    "Deseame suerte"

    "No la necesitas" dijo Liam con sinceridad. Max sonrió, levantó el pulgar a modo de despedida, y se montó en uno de sus dragones. Un Salamence. En segundos, se había perdido en el horizonte.

    Liam sonrió, sin saber que no podría dar visitas normales a su amigo. Sin saber que su entrenamiento con Wopper nunca sería por diversión.

    Sin saber que, esa misma noche, comenzaría la Nightmare.
     
    Última edición: 9 Diciembre 2015
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    Graecus

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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
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    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    16
     
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    Bien :p Para evitar que muchos terminen el prologo con signos de interrogación en sus cabezas y ganas de ir al psicologo...Mando hoy mismo el capítulo uno de esta historia. Explica en que consiste lo que Liam llama la 'Nightmare' y porqué es tan chocante para él.


    Capítulo Uno

    Un mes después.

    Se despertó sobresaltado, y no necesito revisar su equipo para saber que su Nincada había muerto.

    Suspiró pesadamente mirando sus ball. Ya había pasado antes (muchas veces), pero siempre le dolía. No sabía lo que pasaba y no lo entendía, pero siempre se sentía culpable.

    Ese día había una intensa neblina. Lo cual Liam encontró propicio con el como se sentía en ese momento.

    Un viaje corto al cementerio pokémon. Su paseo diario.

    Nadie lo entendía. La primera vez que uno de sus pokémon murió, se sintieron mal por él y lo ayudaron a enterrarlo. Era un pequeño Pulpitar. Había despertado con el cuerpo destrozado, sin que nadie, solo Liam, pudiera tener una idea de que le pasó. Y el lloró y se sintió culpable aunque el no habría podido evitarlo.

    Ahora, un mes después, empezaban a sospechar de él.

    Algunos decían que Liam se dedicaba a las batallas pokémon callejeras. Esas peleas violentas que siempre terminan en una cicatriz, una herida grave e incluso la muerte. Otros creían que Liam simplemente mataba a sus pokémon cada noche.

    Otros, la mayoría, le preguntaba a diario sobre ello. Pero el solo sacudía la cabeza y murmuraba que no lo entenderían, lo que hacía que más gente lo creyera un luchador callejero o un asesino.

    A Liam no le importaba. Que pensaran lo que quisieran.

    En el cementerio, siempre habían espacios vacios para enterrarlos. Sin embargo, Liam empezaba a ser la causa de que los ultimos pisos estuvieran llenandose con rapidez. Si no resolvía el problema, pronto tendrían que construir un nuevo piso.

    Ahora que su Nincada acababa de morir, volvía a tener cinco pokémon en su equipo. Generalmente Liam tenía de siete a ocho, pero cada vez que uno de ellos moría repentinamente (lo cual MUY frecuente) Liam sentía un gran pesar y a veces decidía no capturar ninguno más hasta que le hiciera falta.

    Era duro. Tener que saber que tus pokémon morirían.

    Cavó el hoyo. Anteriormente sus pokémon lo ayudaban. Ahora él lo hacía solo. No quería que sus pokémon ayudaran a cavar tumbas cuando ellos probablemente podrían estar en una al día siguiente.

    Dejó el cuerpo de Nincada en el agujero. Su pequeña polilla estaba carbonizada. Se había prendido fuego entre la noche sin razón alguna, y había despertado muerta.

    Liam justo iba a comenzar a enterrarla, cuando vió un movimiento. Por un momento pensó que Nincada no estaba muerta del todo. Entonces se escuchó un crujido, y la piel de Nincada se separó.

    Liam imaginó que Nincada había evolucionado en medio del fuego que la había matado. La antigua piél de Nincada se separó y se transformó en un Shedinja. En el agujero que Liam había cavado se encontraba un Ninjask muerto.

    Liam no pudo haberlo sabido, pero le alegró. De alguna manera no había perdido a un pokémon. Shedinja lo miraba con desinteres, como si acabara de levantarse y no se diera cuenta que estaba dejando su antiguo cuerpo atras.

    "Hola, chica" susurró Liam a su ya-no-Nincada, y le dió una leve caricia por su cabeza, como hacía cuando era solo una Nincada.

    Shedinja arrulló, pero no hizo ningún otro gesto. Sus ojos no se movían. Sus alas tampoco. Shedinja era la representación de la vida que había dejado atras. Teoricamente ya estaba muerta, aunque seguía lo suficientemente viva para seguir a su entrenador.

    Ya muerta. Inmortal. Liam amó la idea.

    Acaba de recibir ese día un pokémon que nunca despertaría muerto, porque ya lo estaba.

    «Aun así», pensó Liam con pesadumbre. «No hay problema en tener otro en mi equipo».

    Ya sabía a quien llamar. Y a donde ir. Pero esperaba que no fuera una perdida de tiempo.

    Miró a Shedinja. Su pokéball resultaría inservible. Shedinja querría levitar junto a él.

    Liam se lo permitiría. Inmortal. Ese pensamiento lo animó, y usó el comunicador en su muñeca. Cuando el personaje en cuestión respondió, solo dijo una frase. "Todo listo".

    Enterro a su Ninjask muerto, y su Vaporeon creó una estatua con una roca grande que tenia a la mano, usando sus garras. Representaba a un Ninjask, encorvandose para atacar. Antes de terminarlo, Liam le puso una piedra de su antiguo Pulpitar. Como consecuencia, la estatua comenzó a flotar levemente. Liam sonrió debilmente, y salió del cementerio, con su Shedinja detrás.

    * * *

    "Ugh, ¿estas seguro de que quieres entrar?" Preguntó Max. El viaje hasta Jhoto habia sido largo para Liam. Como no había un cementerio en Jhoto, Liam se había mudado a Ciudad Azulina, en Kanto, al notar que un cementerio podría serle útil.

    La ciudad Endrino siempre le daba a Liam un picor en la nuca, como si en cualquier momento un dragón saldría de la nada a matarlo. En Ciudad Endrino Siempre estaba haciendo calor. Era realmente molesto. Y sin embargo, Max se la pasaba allí casi a diario, en su intento de convertirse en un domadragones profesional.

    "No es si quiero entrar o no" dijo Liam, en su aire de misterio. "Es que no tengo alternativa".

    Le hizo una reverencia al anciano que cuidaba lla guarida dragón, y entró.

    Su cabello castaño estaba mojado, producto del sudor. Su ropa pegada a su cuerpo. Las axilas sudadas. Odiaba Ciudad Endrino.

    Barrió su cabello con exasperación.

    "¿Quien murió hoy?" Preguntó Max. Solo Max sabía su secreto, lo que él ocultaba a diario por no poder explicarlo.

    "Nincada" dijo Liam. Shedinja levitaba a su lado, mirando todo sin expresión.

    "Oh, bueno. Temí, ya sabes, tu Thyplosion..."

    "Lo sé" dijo Liam. Su primer pokémon había sido un Cyndaquil. Si moría, Liam se sentiría horrible.

    "Entiendo por lo que estas pasando" dijo Max. "Sabes que lo entiendo. Es raro, y no es algo que hayamos visto y te entiendo por ocultarlo, pero no puedes pasar por esto solo".

    "¿Que quieres que haga?" Preguntó Liam sin expresión. "No hay otra forma. Lo acepté hace semanas".

    "No puedes solo irte a dormir sabiendo que al día siguiente otro pokémon morirá. Ya sé que has preguntado por todas partes...pero debe haber otra salida".

    "Si bueno" dijo Liam, queriendo cortar con todo. "Por ahora no la hay, ¿de acuerdo? Dejame con mi miseria. Haré esto hasta que lo que sea que me haga esto decida que fue suficiente".

    "¿Y si nunca es suficiente?" Preguntó Max.

    Liam ni siquiera dudó. "Entonces haré esto por siempre".

    La guarida dragón estaba llena de...bueno, de dragones.

    Pequeños Bagon luchando con sus cabezas de hierro. Enormes Dragonite cargando en sus brazos un manojo de Dratini. Los pequeños Dratini se estremecian a montones mientras el Dragonite los separaba, y solo entonces Liam se dió cuenta de que estaban luchando por la comida. Un Flygon revoloteaba. Un Gible luchaba contra un Axew por comida. Los ultimos años habian pasado en Ciudad Endrino llenandose de los dragones de varias regiones.

    Max sacó a su Dragonite Shiny. Una maravilla para un domadragones. Max estaba orgulloso de él.

    Max le dió ordenes a Dragonite, y el volvió con una especie de cada uno. Nada de huevos. Liam habia visto huevos rotos antes del nacimiento en el ultimo mes. Prefería a los pokémon que si podian defenderse.

    Liam miró los pokémon con detenimiento. Un Gible, era una buena elección. Aunque los bichos le gustaban, por lo que Trapinch...no, quizás un Dratini...era dificil decidirse.

    Un pequeño dragón se debatía por salir. Mordía levemente la mano de Dragonite. Liam sonrió debilmente.

    "Escojo a Bagon" decidió, apuntando al pequeño dragón que mordía el brazo del Dragonite de Max.

    Dragonite soltó a los dragones...excepto a Bagon, quien maldijo su mala suerte y mordió con mas fuerza. Los demás dragones se dispersaron en segundos.

    La segunda parte para capturarlo era luchar contra él. Liam ya estaba preparado para eso. Usó a su Vaporeon.

    El pequeño Bagon dio batalla. Eso le gustó. Su Equipo debía ser perseverante, o despertaría muerto.

    Una vez la esfera roja y blanca llamada pokeball atrapó a Bagon, Liam suspiró y se lo guardó al bolsillo. Sería un día largo.

    Vaporeon, Thyplosion, Quagsire, Togekiss, Amoonguss, Shedinja y ahora Bagon. Había tenido más, muchos mas.

    De treinta y siete pokémon que había tenido, treinta estaban en el cementerio de Kanto. Uno por día. Desde que la 'Nightmare', como lo llamaba Liam, había comenzado.

    * * *

    Luego de una tarde de entrenamiento, su Bagon resultó ser igual de fuerte que el resto. Era lo que se esperaba de un dragón. Liam lo hizo luchar contra Thyplosion, quien no tuvo piedad. No debía. Si no lo entrenaba al maximo, el pobre Bagon acabaría como los demás. En el cementerio.

    Esa noche le dió a Bagon un tarro de superpoción. Lo bebió lo más rapido que pudo. Liam se encargó de alimentarlo bien y devolverle las fuerzas.

    Le contó sobre lo que debía afrontar, como hacía siempre que capturaba a un nuevo pokémon. Le contó de la Nightmare, y de lo que hacía. Bagon solo asintió, preparandose para algo que no entendía. Liam le frotó la cabeza y Bagon entró a su ball.

    Todos los demás lo hicieron también. Algunos, como Quagsire y Togekiss, temblaban al ir a descansar, sabiendo que probablemente no despertarían al día siguiente. Por ultimo, Shedinja reposó al lado de la cama de Liam. Shedinja no necesitaba dormir. Sin embargo, cerró los ojos. Él sabía sobre la Nightmare, y quería ayudar. Quizás, solo quizás, nadie moriría esta vez.

    Liam no quiso dormir, pero supo que no tenía opción. Debía enfrentarse de nuevo, a su pesadilla nocturna. Su Nightmare.

    * * *

    Abrió los ojos. Como siempre, se encontraba en una tierra humeda, con su ropa favorita y un cinturon con sus siete pokémon.

    El cielo no existía. No era blanco ni negro. No tenia ningun color. No había forma de describirlo. Simplemente no había nada. Un color nunca antes visto que Liam no recordaba al día siguiente. Sin embargo, la iluminación hacía saber que también allí era de noche.

    Liam sacó a sus pokémon de sus ball. Era necesario. Él no despertaría hasta que la prueba de la Nightmare hubiera sido pasada.

    Bagon miró a todos lados, olisqueando el aire. Se preparó.

    Thyplosión encendió su melena con fuego. Sería una noche larga. Él era el pokémon más desarrollado de Liam, por lo que su prueba era siempre la más dura. Sin embargo, había visto a diario a bastantes pokémon morir.

    Las sombras llegaron puntuales. Esta vez eran siete.

    Liam ordenó a su equipo que manteniera la calma, aunque Bagon se sobresaltó. Las criaturas eran de masa uniforme, una sombra negra que bien podría diluirse en el aire de la misma forma en la que llegó. Sin embargo, según iban creandose, se iban volviendo mas solidas.

    Sus ojos rojos habían sobresaltado a Liam al principio. Ahora casi se acostumbraba.

    Al frente de Amoonguss, se posicionó una sombra. Su cuerpo fue agarrando lucidez, hasta convertirse en la figura de un Umbreon. Sin anillos. Sin contorno. Una sombra con forma de Umbreon y ojos rojos.

    Thyplosion encontró a un Dragonite de sombra. Quagsire tenía frente a sí a Marowag. Shedinja se enfrentaba a un Gengar. Togekiss tenía un Aerodactyl. Vaporeon se enfrentaba a un Leafeon oscuro. Y Bagon, el novato, se enfrentaba a un Larvitar.

    La batalla comenzó bastante rapido. Thyplosión usó toda su fuerza desde el principio. Por dos razones.

    Primero: si mataba al Dragonite de sombra rapidamente, podría ayudar con los demás, y quizás nadie moriría esta vez.

    Segundo: si la batalla se extendía, Liam también sufriría. Desde el comienzo de la batalla, Liam sentía un zumbido en su cabeza. Si la batalla duraba mas de una noche, su cabeza empezaba a doler como el infierno hasta que todos sus pokémon estuvieran muertos o todas las sombras estuvieran destruidas. Esa era la Nightmare. Ese había sido su ultimo mes.

    Luego de tres horas, Togekiss burló a Aerodactyl, haciendolo estrellarse en la tierra. Togekiss estaba agotado, pero debía ganar. La sombra de Aerodactyl trató de elevarse, pero Togekiss desarrolló el poder que había estado practicando. Lanzó una poderosa energibola, y Aerodactyl se difuminó en el aire. Togekiss cayó al suelo exhausto.

    Thyplosion daba todo de sí. Una poderosa estrella de fuego se impactaba contra la furia dragón. Rocas envueltas en lava siendo golpeadas con el puño fuego de Dragonite. Lanzallamas contra Lanzallamas. Evite Igneo contra Nitrocarga. Las cosas subian a un nuevo nivel.

    Entonces Vaporeon usó Rayo Hielo en Leafeon, quien usaba Rayo solar. Los ataques se contrarrestaron.

    Bagon estaba mordiendo la cabeza de Larvitar, lo cual estaba dando frutos.

    Amoonguss batallaba contra Umbreon. Energibola contra Bola Sombra.

    Shedinja y Gengar seguían lanzandose ataques. Shedinja iba ganando, lanzando psicorrayos y tinieblas. Era una batalla a muerte, por lo que Shedinja era inmune a debilitarse. Y estando ya muerto, tenía todas las de ganar.

    La cabeza de Liam empezó a doler mientras impartía ordenes. Era como jugar siete partidos de ajedrez al mismo tiempo. Lo agotaba.

    Bagon pudo por fin terminar de cerrar su boca, y la sombra de larvitar se esfumó. Tenia el cuerpo lleno de cortes, pero había ganado. Lanzó su furia dragón contra Dragonite.

    Vaporeon usó Frio Polar con sus ultimas fuerzas. Apuntó a Leafeon y a Dragonite, y se derrumbó apenas lanzó el ataque.

    Leafeon cayó apenas recibió el golpe de frio glacial. Antes de tocar el suelo, su cuerpo se habia convertido en nada.

    Thyplosion notó el doble poder que le llegaba a Dragonite (Furia Dragón por un lado, Frio Polar por el otro) y cargó un Puño Trueno. Se lanzó a por Dragonite, justo cuando los dos ataques impactaban en su pecho.

    Quagsire combinaba sus dotes en agua y tierra, y aparte usaba sus poderes helados. Podia usar Surf y Puño Hielo con rapidez. Luchaba con todo lo que tenía.

    Thyplosion hundió su puño en Dragonite, y este se evaporó en sombras.

    Shedinja usó Bola Sombra, y cuando Gengar atacó con mismodestino...Shedinja no hizo nada. Al momento, Gengar recibió el Bola sombra y empezó a emborronarse, hasta que el aire se lo había llevado. Shedinja ya estaba muerto. El no sufrió lo mismo.

    Quagsire usó Puño Hielo, para posteriormente usar Surf de nuevo y acabar con un pequeño terremoto. Marowak había dado pelea, pero esta vez la victoria era de Quagsire. Marowak se hundió en sombras.

    Muy tarde, Liam notó que el unico que aún luchaba era Amoonguss. Thyplosion fue a ayudar, pero era demasiado tarde.

    Umbreon saltó y hundió sus colmillos en el cuerpo del pokémon tipo planta. Rasgó, y Liam apartó la mirada. Pudo escuchar los gritos de Amoonguss, pero no podía hacer nada. Umbreon hundió los dientes en la cara de Amoonguss, y este se diluyó en sombras.

    Muerto. Thyplosion rugió y uso terremoto, antes de propinarle un Puño Trueno. Umbreon desapareció.

    Pero tarde.

    Al dia siguiente, sabía que sus pokémon estaban heridos. Sabía que la Nightmare había sucedido de nuevo.

    Se despertó sobresaltado, y no necesito revisar su equipo para saber que su Amoonguss había muerto.
     
    Última edición: 9 Diciembre 2015
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    2972
    Capítulo Dos

    Fue horrible cuando vió lo que había quedado de Amoonguss. Varios pedazos de cuerpo le faltaban, los pedazos que Umbreon se comió. Era como ver una imagen de terror. Liam solo podía verlo de reojo sin asustarse.

    Agarró un pañuelo y envolvió a Amoonguss. Debía secar la sangre en su cuarto antes de ir a su caminata diaria al cementerio.

    Luego, Bagon podría ayudar a Vaporeon a construir una estatua de Amoonguss. Así diferenciaba a sus pokémon de los demás. Con pequeñas estatuas en donde deberian estar las lapidas. En un lado de la estatua, siempre dejaba la despedida.

    La primera vez murió su Pulpitar. Liam escribió en la estatua «No entiendo que pasó, pero espero que tu seas feliz». Las numero quince decía «lo siento». La treinta, en donde estaba Ninjask, decía «Gracias por intentarlo conmigo». Ultimamente todas las estatuas tenían esa leyenda. 'Gracias por intentarlo conmigo'. Triste pero honesto.

    Max fue puntual. Le había dicho que se mantendría en contacto antes de palmearle la espalda y desearle buena suerte.

    Desde el comunicador de pulsera, Liam se veía triste. Todas las mañanas era esa su expresión, desde que empezó la Nightmare.

    "¿Quien?" Preguntó Max. Liam se quitó el comunicador de pulsera y lo enfocó hacia el cuerpo de Amoonguss.

    Max gritó de terror. "¡Santo Arceus!" Espetó. "¿Has visto su...?" Max no podía llamar cara al pedazo que le faltaba a Amoonguss.

    "Un Umbreon. ¿Puedes creerlo?" Preguntó Liam.

    "Realmente no. Ya sabes, los Umbreon son frios y siniestros, pero ni ellos harían algo así".

    "Bueno, pues uno lo hizo" dijo Liam. En el mes que llevaba desde la Nightmare, nunca un pokémon había sido devorado por una sombra. "Esta empeorando, Max. ¿Lo ves? Cada vez es mas dificil".

    "Tienes que salir de esto, Liam" le advirtió Max. "¿Que ocurrirá cuando empiecen a comerse a tus pokémon en vez de atacarlos? ¿Que pasará si todo tu equipo muere? ¿Crees que despertarás?"

    "No puedo salir por mi cuenta, ya sabes" dijo Liam. "Gano a diario, siempre perdiendo un pokémon, pero venciendo a la Nightmare, Max. La venzo a diario. Y sin embargo, aquí estoy, y mi equipo solo baja en numero".

    Max suspiró desde su comunicador. "¿Puedes venir? Tengo tu encargo. Verde, timida y brillante. Fue dificil de encontrar. No se porque sigo haciendo esto".

    "Porque estas levemente enamorado de mi" bromeó Liam.

    Max le mostró su dedo medio. "En fin, ven rapido. O la venderé".

    "Estaré allá en unas horas" prometió Liam, viendo el cuerpo ensangrentado que antes había sido su pokémon tipo planta. "Debo ir al cementerio primero".

    * * *

    Una bonita estatua de Amoonguss. Eso era parte de lo que su pokémon se merecía. Pero Liam no podía hacer más. Agarró una roca afilada y escribió en la cabeza de la estatua 'Gracias por intentarlo conmigo'. Le dolió demasiado. Amoonguss había sido su reemplazo de Parasect cuando este despertó separado de su hongo. Liam no lo había sabido, pero los parasect estaban muertos por dentro. El hongo era el que los mantenia con vida.

    Al salir del cementerio, vió que un Flygon lo esperaba. El de Max.

    Lo sabia por la forma en que lo veía. Como si ya se conocieran.

    "Max se dió cuenta de que no tengo transporte, ¿eh?" Bromeó Liam. En realidad Max mandaba a uno de sus dragones a por Liam cada vez que quedaban para verse. Togekiss era suficientemente grande, pero se cansaba muy rapido, y el viaje desde Kanto a Ciudad Endrino, en Jhoto, era largo.

    Mientras volaban, Liam pensó que había sido una cruel coincidencia que su pokemon tipo planta muriera un día despues de que él le encargara a Max un pokemon tipo planta. Realmente cruel.

    Al llegar a Ciudad Endrino, encontró a Max bañando a un Zweilous. La cabeza de la izquierda gruñia y rugía con malestar, mientras la cabeza de la derecha parecía encantada y movía la cabeza al compás de la canción que Max les tatareaba.

    Al ver a Liam, Max usó la manguera y terminó de lavar a su dragón siniestro, quien rugió y sonrió y entró corriendo a casa de Max.

    "¿Estas bien?" Preguntó Max. El se había dicho a si mismo que no sobreviviría si hubiera tenido que ver a sus pokémon morir de uno a uno.

    "Lo normal, ya sabes" respondió Liam, esquivando la pregunta. "¿Donde está?"

    "Esperame aqui" respondió Max, entrando a la casa. El sol en Ciudad Endrino era la razón por la que Max estaba tan bronceado y los dragones se sentían tan a gusto. Maldito calor.

    Max volvió con una pokeball. Al liberar a quien estaba adentro, Liam pudo sentir un poco de alegría.

    Una pequeña Leafeon Shiny lo miraba con timidez, seguro preguntandose si debía acercarse o no. Liam buscó en sus bolsillos y encontró una pequeña baya. Leafeon debía de estar hambrienta, pues saltó hacia la fruta. Mientras comía, Max le tendió a Liam un pañuelo verde pasto con una esfera en el centro.

    "Dasela a Leafeon" le instruyó. "La hace sentir segura y fortalece sus poderes. Lo del centro es una esfera de vidrio con musgo adentro".

    Leafeon tuvo problemas para acercarse a Liam, pero al ver el pañuelo tuvo el valor de intentarlo. Liam ató el pañuelo en el cuello de ella a modo de bufanda, y le rascó la cabeza. De todas las evoluciones de Eevee, Leafeon era su favorita. Aunque el no diría eso cerca de Vaporeon.

    "¿Que crees que sea la Nightmare? ¿Quien o qué crees que lo causa?" De nuevo, Max volvía a sus preguntas sin respuesta.

    "No lo sé" dijo Liam. Había pasado un mes. Y Liam no había descubierto mucho. En el libro que le habían dado en su adolescencia, 'la historia pokemon' no figuraba nada parecido a la Nightmare. Ni de cerca. Quizás porque no era algo publico. Quizás el no era la primera persona en ser victima de la Nightmare. Quizás el solo era la primera persona en sobrevivir por tanto tiempo.

    "Tengo que irme, antes de que Zweilous decida atacar la casa". Estrechó la mano de Liam. "Cuidate. Y consigue la forma de salir".

    Algo así siempre. Max siempre lo decía como si estuviera en su poder el salir de la Nightmare. Como si Liam pudiera irse cuando quisiera y el aún no lo hubiera entendido.

    Una vez le había preguntado de que color era el cielo en la Nightmare. El seguía sin creer que no había un color que lo definiera. Generalmente el vacio se especulaba como blanco o negro. La nada para el siempre estaba entre esos dos colores.

    Liam le había dicho 'No hay color en ese vacio. Sin embargo, se parece un poco al morado, al igual que el amarillo se parece al blanco'. Lo demás del color no lo recordaba. Lo olvidaba cada noche.

    Liam se montó en Flygon para volver a casa. Y pasó el resto de la tarde entrenando a Leafeon, esperando que no muriera esa misma noche.

    A Liam siempre le había parecido cruel que para saber las probabilidades de sus pokemon debía dividir 100 entre su numero de pokemon. Teniendo siete, las probabilidades de morir eran de 14 para cada uno. Un buen numero, pero cada dia insuficiente, porque Nightmare se cobrara una vida por noche, sin prestar atención a las probabilidades.

    Esa noche, quiso tomar un té antes de ir a dormir. Tratando de calmarse.

    ¿Harto? El estuvo harto de la Nightmare desde la segunda noche. Pero no era algo que el pudiera resolver.

    Leafeon estaba descansando en su ball, sabiendo lo que enfrentaría apenas la Nightmare llegara. Una vez Liam había intentado no dormir, tratando de no entrar a la Nightmare. Vió a su Lapras morir en su ball, y luego vió como su Mankey recibía golpes de la nada, al borde de la muerte. Ese dia Liam pudo salvarlo por decidir irse a dormir y entrar en la Nightmare, y descubrió eso: sin Liam, su equipo estaba perdido, por muy fuerte que parezca.

    Shedinja arrulló cuando Liam la acarició. Era el unico sonido que su pokémon fantasma hacía. Luego, Shedinja descansó su cuerpo cerca de la cama de Liam y cerró los ojos.

    Siempre que Shedinja cerraba los ojos tenía en sus manos dos elecciones. Eran como dos portales hacia mundos alternos.

    El primer mundo era oscuro. Lleno de lamentos y risas, enojos y pensamientos oscuros. Almas vagando en la nada. Pokémon con tanto tiempo de haber muerto que su figura se olvida y son solo una mancha, algo a lo que los humanos llaman Ghost. Pokémon que trataban de volver a la dimensión base, con sus entrenadores. Shedinja sabía que le bastaba con querer ir a ese portal, y su cuerpo amanecería sin vida.

    Shedinja era la representación de la vida que había dejado atras. Y así como se había creado de una piel, así mismo podía irse. Sin embargo, no quería. Shedinja no encontraba atractiva la idea de dejar lo que los fantasmas conocían como la dimensión base. Shedinja era uno de los pocos que alternaba entre ambos mundos, que podía viajar a ellos con solo cerrar sus ojos.

    El segundo mundo era lo que Liam conocía como la Nightmare. Se veía como otro portal en sombras. Pero aquí no había lamentos. Aqui no había risas ni Ghost. En este mundo no había nada que se creara de la nada. Este mundo era controlado. Por algo...o por alguien. El portal hacia la Nightmare era algo que Shedinja había descubierto y explorado bastantes veces en el día. Sin embargo, antes de la noche, solo era una arena humeda, un cielo sin color y el sentimiento de algo malo. En la noche, sin embargo...había la Nightmare. Sombras que se movían solas. Batallas, muerte, sangre. Y Shedinja quería poder explicarle a su entrenador que esto era como un juego. Alguien los estaba retando. O algo.

    No podía. Asi que lo unico que podía hacer era cerrar los ojos, y hacer que su alma flotara hacia la oscuridad. Hacia la Nightmare.

    * * *

    Liam abrió los ojos en el lugar de siempre. Su ropa consistía en una franela negra de cuello en 'v' y unos jens oscuros. La ropa oscura siempre le sentó bien. Combinaba con sus ojos negros. En un cinturón a modo de correa en sus jeans, descansaban siete pokeball. Liam liberó a su equipo.

    Bagon parecía resentido con aquel lugar. Liam sabía que tardaría unos dias en acostumbrarse.

    Siete sombras cayeron del cielo. Siempre era un espectaculo. Las sombras caían, moviendose inquietas. Colapsaban contra el suelo creando la reproducción en sombras de una explosión nuclear. Y antes de que pasaran tres segundos de haber caido, se solidificaban. La primera vez había sido interesante. Ahora siempre era una señal de alerta.

    Frente a Thyplosion se materializó un Seviper, con ojos incomodamente rojos. Su cola estaba brillante, lo cual debía tener algo que ver con su filo.

    Quagsire tuvo frente a sí a un Fraxure, aunque él pudo darse cuenta de que sus dientes brillaban.

    Vaporeon debía luchar contra un Croconaw, con los dientes mas grandes de lo normal. Togekiss tuvo frente a sí a un Charizard, lo cual Liam encontró injusto. Shedinja tenía frente a sí a un Magcargo.

    Bagon pudo ver a un Gible lanzadole miradas de furia. Y Leafeon retrocedió un poco al ver un Aron.

    Liam suspiró. Cada día era más difícil.

    La batalla se materializó en segundos. Thyplosion había creido que un Anillo Igneo acabaría con todo en segundos. Tristemente Seviper serpenteó entre el fuego con habilidad, y solo logró quemarse un poco. Thyplosion rugió y lanzó un Envite Igneo.

    Togekiss se lanzó hacia arriba en el cielo sin color. Charizard lo siguió y lanzó una potente llamarada en vertical. Togekiss cambió de dirección a tiempo y bajó en picada, lanzando una esfera aural.

    Bagon y Gible se estudiaron por minutos. Bien podrían estar haciendo un concurso de miradas.

    Leafeon usó Rayo Solar, y Aron se movió hacia un lado. Sin embargo, Leafeon movió su rayo hasta Aron y le causó bastante daño.

    Vaporeon usó Cola Ferrea, mientras Croconaw contrarrestaba con Cola Agua. Al final, la cola de Vaporeon cortó el flujo de agua de Croconaw y le estampó el ataque ferreo en la cara.

    Quagsire usó Rayo Hielo. Fraxure no tardó en esquivar y lanzar su más potente Furia Dragón. Quagsire lanzó Surf para detener el ataque, y luego causó un terremoto.

    Thyplosion combinó Llamarada con Lanzallamas. Al ver que Seviper planeaba esquivar, preparó un Puño Trueno.

    Bagon y Gible seguían quietos, solo mirandose fijamente. Cualquier movimiento sería suficiente para crear un caos entre ambos. Ni siquiera parpadeaban. Liam bromeó consigo mismo imaginando la narración: 'Bagon le lanza una mirada asesina la cual es devuelta por Gible. Gible sigue lanzando malas miradas las cuales se contrarrestan con las de Bagon. Cualquiera de los dos podría ganar. Hay tensión en el aire'. Luego Liam se regaño por perder tiempo y siguió impartiendo ordenes.

    En un momento, Leafeon corrió y usó Hoja Aguda, haciendo que las hojas en su cuerpo brillaran en verde intenso. Corrió hacia Aron y lo cortó. En un segundo, Aron estaba sufriendo. En el siguiente, Leafeon estaba tosiendo sombras.

    Togekiss estaba volando a maxima velocidad, perseguido por Charizard. Se le habían acabado las ideas.

    Thyplosion seguía en su batalla. Seviper había lanzado un Hiperrayo, el cual casi lo había hecho caer.

    Quagsire usó Ventisca, lo cual ayudó un poco. Fraxure empezó a debilitarse poco a poco. Quagsire usó Excavar, y apareció detras de Fraxure con Puño Hielo. Fraxure se convirtió en sombras.

    Bagon gritó de la nada y salió corriendo hacia Gible cargando un Cabezahierro. El pobre dragón de gran boca nunca pudo ver venir a Bagon. El cabezaso de hierro le impactó, y antes de darse cuenta estaba recibiendo arañazos.

    Vaporeon usó Mordisco. Agarró la cola de Croconaw y comenzó a forcejear. Croconaw, a su vez, usó mordisco en la cola de Vaporeon. Empezaron a dar vueltas sobre si mismos.

    Bagon sabía que había ganado. Había atacado primero, rompiendo el orgullo de Gible. Gible podía ser una sombra, pero pensaba como un dragón común. Así que se dejó derrotar. Bagon usó Pulso dragón, y Gible se difuminó.

    Vaporeon soltó la cola de Croconaw, usó Cola Ferrea y lanzó un coletazo tan fuerte que Croconaw perdió su agarre y salió volando varios kilometros. Al tiempo, solo se pudo ver una explosión de sombras.

    Shedinja y Magcargo tenían toda la batalla lanzandose ataques. Al parecer, Nightmare creía que podía carbonizar a Shedinja como lo había hecho con Nincada. Esto enfureció a Shedinja. Lanzó una Bola Sombra y mientras Magcargo esquivaba se lanzó a volar hasta Vaporeon. Murmuró un par de cosas en su raro idioma, y Vaporeon asintió. Cuando Magcargo volteó, Shedinja usó mismodestino en Magcargo y Vaporeon usó Surf en Shedinja.

    Shedinja soportó el ataque mientras veía a Magcargo. Mismodestino hizo creer que el ataque había matado a Shedinja. Despues de todo, si Shedinja hubiera recibido el ataque de Vaporeon en condiciones normales, se habría debilitado. Magcargo se evaporó, así que Shedinja no tuvo problemas con el chapuzón.

    Thyplosion enfrentó la cola de Seviper con su Puño Trueno. Agarró el cuerpo del Seviper con la otra mano y lo estrelló al suelo. Usó Puñodinamico. Golpeó a la serpiente con todas sus fuerzas, y la vió convertirse en sombras.

    Thyplosion pudo ver a Togekiss enfrentarse al unico enemigo que quedaba: Charizard. Se negó a que pasara lo mismo que la ultima vez.

    Llamó a Togekiss y lo vió bajar en picado. Pude ver el terror en sus ojos.

    Apenas Charizard bajó a perseguirlo, Thyplosion usó Puño Trueno.

    Charizard dejó de lado a Togekiss al sentir el puñetazo eléctrico. Se concentró en Thyplosion y se lanzó, usando Garra Dragón.

    Thyplosion trató de devolver los golpes, pero sus patas estaban siendo aprisionadas por las piernas de Charizard mientras este lo rasguñaba.

    Vaporeon y los demás estaban demasiado lejos para ayudar. Y para cuando llegaran, sería tarde. Togekiss estaba aterrado, demasiado preocupado en sobrevivir como para darse cuenta de que Thyplosion estaba en peligro. Entonces Liam vió a Charizard cargar un Hiperrayo.

    "¡NO!" Gritó Liam. Los Hiperrayos de las sombras eran inhumanamente mas fuertes que los de un pokémon normal. Y Thyplosion ya había recibido uno. Otro el mismo día lo mataría.

    No supo lo que estaba haciendo hasta que no pudo detenerse. Corrió con todas fuerzas.

    Cinco metros. Cuatro. Tres. Dos.

    Levantó su puño, y Charizard atacó.

    * * *

    Se levantó, exhalando. Sus ojos se movieron con miedo. "¿Que?" Se preguntó.

    Revisó su equipo. La mayoría tenía heridas en todo su cuerpo.

    Y Thyplosion...

    Thyplosion...

    Lloró. Hundió su cara en sus manos y lloró por al menos media hora. Su cuerpo temblaba. Olvidó como hablar. Solo pudo farfullar cosas.

    Apenas pudo calmarse, llamó a Max. Su cabello estaba hecho un lío, y estaba levemente chamuscado. Sus ojos estaban rojos. Obviamente Max se asustó.

    "¿Que ocurrió?" Preguntó Max. "Thyplosion, ¿cierto?"

    Liam asintió. Max maldijo y bajó la cabeza.

    "Lo siento amigo. Yo no creí..."

    "No" dijo Liam de repente. Entonces esbozó una sonrisa. "Lo salvé, Max. Salvé a Thyplosion"

    Max parecía atonito. "¿Que hiciste que?"

    "Detuve a quien estaba a punto de matarlo" dijo Liam. Thyplosion salió de su ball.

    Liam había llorado de alivio al ver que Thyplosion seguía vivo.

    "Nadie murió hoy, Max" dijo Liam. "Gané".

    Lo que Liam no supo es que tenía mas razón de la que creía. Se había puesto en peligro por su equipo. Era esto lo que le había dado la victoria.

    Desde lo mas lejos posible, el ser observaba a Liam. Decidió que le daría un tiempo, algo de esperanza, antes de volver con todo su poder.

    Pronto, el no podría ganarle a la Nightmare. El ser se encargaría de eso.

    Porque tarde o temprano la oscuridad los alcanza a todos.
     
    Última edición: 9 Diciembre 2015
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    Días de Gloria y Oscuridad
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    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    2184
    Capítulo Tres


    Treinta y dos.

    Eran las noches que había pasado Liam visitando la Nightmare.

    Treinta y uno.

    Eran los pokemon que habían muerto en la Nightmare en esos días.

    Uno.

    Era el pokémon que se había salvado.

    Y, una semana después, Liam seguía lejos de la Nightmare.

    Liam había creido que el momento más feliz de su vida fue cuando descubrió que Thyplosion no había muerto.

    Al dia siguiente, cuando despertó, se sintió dichoso.

    No había soñado con nada. Había descansado.

    Una noche sin entrar en la Nightmare.

    Y ahora, una semana después, sentía que podía volver a su vida normal.

    La Nightmare lo había retado. Se había llevado a su equipo. Había llenado sus noches de tristeza y casi lo había convertido en un solitario.

    Liam tendría secuelas por siempre. Nunca dejaría de dudar, siempre entrenando a su equipo por si algun día volvía la Nightmare.

    Pero había podido vencerla. Había ganado.

    El ser observó a Liam con detenimiento en esa semana. Liam había podido ganar...pero solo por una razón. Una simple razón le había dado la victoria. La proxima vez que se enfrentaran, esa razón quedaría destruida.

    La proxima vez...el ser sonrió. Faltaba poco para la proxima vez.

    Max estaba complacido con que su mejor amigo hubiera podido salir de su crisis. Le aconsejó que escribiera un libro, cosa que él no quiso. Aparte de que nadie le creería, solo terminaría trayendole pesadillas, o incluso haciendo regresar a Nightmare.

    Curioso. A veces hablaba de la Nightmare como si fuese un alguien, en vez de un algo.

    La siguiente semana Max organizó una fiesta en la antigua casa de Liam, en Pueblo Primavera. El quiso negarse, pero no pudo hacer mucho. Además, ese mismo día Max cumplía dieciocho, así que Liam no debía negarse a ir.

    A eso de las cuatro de la tarde, Max estaba jugando en la Xbox. En el juego, su Machop estaba haciendo trizas a un Mankey, mientras el gritaba cosas como '¡muerte!' O '¡golpe bajo!'. Super maduro.

    En la mesa de la casa había de todas las cosas que podían esperarse para una fiesta normal, incluso cosas que no. Liam tuvo una leve idea de como terminaría esa fiesta, sabiendo que el tarro de papas estaba rodeado por Vodka. Bocadillos y bebidas. Ponche de frutas, con un ligero toque de ron. Liam tendría suerte si despertaba al día siguiente con su ropa intacta.

    Ya que no tenía otra cosa que hacer, jugó en la Xbox con Max. El juego te permitía escoger cualquier pokémon no legendario y hacerlo luchar contra el de tu rival.

    Liam había escogido un Arcanine, mientras Max elegía un Rapidash.

    Iban por el vigesimo tercer desempate cuando tocaron la puerta, a las ocho de la noche.

    Pueblo Primavera era un lugar pequeño. Así que Liam se sorprendió al ver a tantas personas esperando entrar. Si su mamá no se hubiera mudado a Ciudad Cerezo, de seguro le hubiera dado un infarto.

    Por suerte, la casa de Liam era espaciosa. Max apagó la Xbox y se dedicó a ser el anfitrión y a presentarle a Liam a las personas que él no conocía.

    Todos eran jovenes. La mayoría era de su edad, cosa que a Liam le agradó. Personas a las que no había visto demasiadas veces pero con las que siempre se había llevado bien.

    Basicamente, todo dejó de ser una fiesta normal en cuatro horas. Musica a alto volumen, luces apagadas, en cada esquina una pareja dandose el lote.

    Liam veía que la mayoría estaban ebrios hasta las orejas. Como no había nadie que los regañara, no veían problemas en convertirse en esponjas humanas. Bebían solo porque podían.

    Liam tenía un vaso de plastico con su bebida por la mitad. Vodka con piña. Liam no era muy dado en la bebida, por lo que ese solo era su cuarto vaso. Se tomaba uno cada hora, evitando que su cabeza zumbara.

    Liam se preguntó que tan rapido los vecinos llamarían a la policia por el ruido. Max tenía la musica a todo volumen. Cuerpos sudorosos se agitaban en la sala, aullando de emoción y bebiendo como si todos se fueran a morir al dia siguiente.

    En un punto, había querido entrar a su cuarto...y bueno. Una pareja lo estaba usando. Así que el tuvo que ir a la cama de sus padres a dormir un rato.

    Solo quince minutos, tratando de que sus ojos dejaran de pedir acabar con todo y poder rocar en paz.
    Cuando se levantó, la fiesta estaba igual que antes.

    Algunos cambios: las parejas que anteriormente se estaban besando en las esquinas de la casa ya no se encontraban por ninguna parte. Liam no quería saber donde estaban.

    Había mas alcohol que antes, cosa inexplicable. Esa fiesta duraría hasta que todos se hubieran vomitado y desmayado.

    Pero lo que más le sorprendió a Liam fue ver a Max y a la ex novia de este besandose apasionadamente en un rincón, ambos ebrios como uvas.

    Liam se rió. Quiso tomarle una foto (¡¿donde estaba su camara?!) Pero imaginó que eso no era algo que Max querría ver al dia siguiente.

    Alzó el vaso hacia él en una reverencia fingida y volvió a la mesa.

    Un tipo hacia de Barman. Llenaba copas con rapidez y las mezclaba como si no tuviera ni la mas palida idea de lo que hacía.

    Al lado de él se encontraba una chica. Ella también estaba sirviendo copas.

    Su cabello rubio estaba recogido en una trenza. Tenía enormes ojos verdes. Liam agachó la mirada. Odiaba pensar en eso, pero imaginó que él no se encontraba en la altura.

    La chica le sonrió y le preguntó que quería. El trató de devolverle la sonrisa.

    Pidió un coctel sencillo: fresa y mango con ron. Mientras ella lo servía, Liam trató de recordar de qué la conocía.
    No tuvo buena suerte en eso. Max llegaba a grandes pasos, intoxicado y con una gigantesca sonrisa.

    "¡UN APLAUSO A MI QUERIDO AMIGO...!"

    «Oh, no» pensó Liam. Max lo estaba apuntando con una sonrisa traviesa. Tenía un brazo rodeando la cintura de su ex novia, quien tenía las mejillas rojas y lanzaba risitas.

    La chica rubia miró a Liam con extrañeza.

    "LIAM" dijo Max alegremente, arrastrando las palabras. "¡QUIEN HACE UN PAR DE SEMANAS SALIÓ DE LA NIGHTM...!"

    Pudo acabar la palabra, si su ex no se hubiera reido ni lo hubiera besado. Max pronto olvido lo que estaba diciendo y la abrazó.

    Todo el mundo lo miraba. Todos se preguntaban cosas. "¿Salio de la que?" Preguntaban algunos.

    Liam se apretujó entre los demás y salió por la puerta principal.

    Max estuvo tan cerca...

    Se suponía que eso quedaría en secreto. Nunca pasó. Ahora el estaba allá afuera, evitando las preguntas.

    "Hey" dijo una voz.

    Liam miró detras de él. La chica rubia lo miraba expectante.

    "Hey" respondió él. Original.

    "Entonces...¿Esta es tu casa, cierto?" La chica se había sentado en la entrada de la casa, justo al lado de Liam.

    Liam asintió. Dentro seguía escuchandose la musica y los gritos y las risas, y Liam supo que ya todos habían dejado de lado lo que Max había dicho.

    "¿Saliste de la que?" Preguntó la chica. Obviamente ella no lo había olvidado.

    "De la Friendzone" mintió Liam. "Llevaba varios meses en eso, y bueno, Max se estaba preocupando".

    Ella asintió, comprendiendo. Parecía algo tímida. "¿Eso significa que tienes novia?"

    Liam volteó hacia ella. La chica parecía pedirle perdón con la mirada por la pregunta personal.

    Contestó a su pregunta con otra. "¿Te conozco de algo?"

    "Me mudé hace un mes a este pueblo" dijo ella. "El chico que habló de ti hace un momento..."

    Liam lo entendió. La familia de esa chica debía de haber comprado la casa de Max. Entonces recordó donde la había visto antes. Una vez Liam había necesitado ir a la antigua casa de Max a buscar un colmillo dragón que el habia dejado olvidado. Mientras el buscaba, no pudo evitar ver unos lindos ojos verdes observandolo con detenimiento.

    "No tengo novia" contestó Liam. "Le dije a la chica que me había lanzado a la Friendzone lo que sentía, y luego la mandé al carajo"

    Ella sonrió. "Hubiera pagado por verlo".

    "Ugh, en realidad no te hubiera gustado" bromeó Liam. "Si miras mi frente por unos segundos, bien podrías ver los rasguños"

    La chica no miró su frente. Miró sus labios.

    Liam se sonrojó. Miró a otro lado.

    Escuchó un grito de sorpresa dentro de su casa. Lo ignoró.

    Antes de poder preguntarle a la chica algo lo suficientemente estupido, su cabeza comenzó a dar vueltas. Ella se dio cuenta.

    "¿Te encuentras bien?"

    «No» pensó Liam.

    "Hey. ¿Te encuentras bien?"

    Esa frase se mantuvo en su cabeza al colapsar.

    * * *

    Bagon abrió los ojos. Minutos antes, había estado en una pokeball, calientito, oyendo la musica. Se acurrucó y trató de descansar un poco.

    Eso fue antes de sentir que algo iba mal.

    Abrió los ojos de golpe y trató a cabezasos de salir de la pokeball. No lo logró.

    "Shedinja, ¿estas ahí?" Preguntó en su raro idioma. Shedinja siempre los instruía sobre lo que pasaba y lo que no, siendo de gran ayuda por poder explorar la Nightmare.

    Shedinja no estaba en ninguna parte.

    La oscuridad siguió extendiendose, y en su mente, en el mundo interno que hay en nuestro cerebro, la oscuridad tocó a Bagon.

    Cuando despertó de nuevo, tenía a Liam a su lado.

    * * *

    Liam abrió los ojos. Su camisa estaba llenandose de tierra por estar en el suelo. Se enderezó y trató de excusarse con la chica rubia a la que habia dejado preocupada.

    No estaba allí.

    Liam parpadeó, confuso. Pudo ver su casa a unos metros, justo donde se había desmayado. Pudo ver las luces y escuchar la musica.

    Entonces Bagon apareció de la nada, y se escuchó un ruido sordo.

    Era como si agarraras un borrador aspero y se deslizara en un pizarrón, y reproducido mil veces mas fuerte. Y entonces su casa, el camino de Pueblo Primavera, y el cielo estrellado desapareció.

    Liam se encontró frente a una pared solida. Subió la mirada. La pared era de roca y subía hacia el infinito. Miró a Bagon, quien parecía tan confundido como él.

    Alzó su mano y la puso en la roca. Su mano se hundió como un botón, cada dedo hundiendose justo donde había presionado. Parecía una llave con la forma de su mano, invisible hasta que el presionó.

    Liam no encontró esto extraño. Giró la mano, y se escuchó un silbido. Segundos despues, una puerta estaba abierta.

    Deseó haberla dejado tal y como estaba apenas entró.

    Tierra mojada, piedras moviendose irregularmente, posicionandose cada una en un lugar especifico.
    Un cielo sin color.

    Liam palideció. Tuvo arcadas, y tuvo que ponerse de rodillas para vomitar.

    No sabía porque había cambiado, pero ahí estaba. La misma tierra. El mismo cielo.

    Pero entonces, en su cinturon, no había ninguna pokeball. Ni siquiera la de Bagon.

    Y su ropa era la misma.

    Liam no se levantó hasta haber vomitado todo lo que se encontraba en su estomago. Entonces miró el cielo. Ese horrible cielo sin color.

    Y entonces, escuchó algo rasgandose. Y del vacio, salio Max. Sus vaqueros estaban movidos hacia un lado, como si hubiera faltado poco para que se los quitaran. Su cabello negro estaba alisado hacia un lado, cubierto con una gorra. Su camisa mostraba un Tauros de color rojo, con el fondo en negro. La misma que había estado usando en la fiesta. Y, a su lado, Zweilous olfateaba el aire.

    Max escupió en el suelo, simulando una sonrisa. Pero luego miró a Liam y el lugar en donde estaba, y frunció el ceño. "¿Que ocurre? ¿Donde...donde estamos?"

    Liam miró a Max atonito. Luego miró a su Bagon. Miró a Zweilous. Luego miró hacia el laberinto de rocas que había mas adelante. Y luego miró el cielo. Ese maldito cielo sin color. Y entonces lo comprendió.

    "Estamos..." Comenzó Liam. "En el nivel dos de la Nightmare".

    * * *

    Habito.

    Eso era lo que había hecho que Liam derrotara al ser en su propio juego.

    Liam había hecho lo mismo una y otra vez, hasta aprender de memoria lo que pasaba, y aprendió a crear una nueva salida.

    El ser que había creado la Nightmare debía evitar el habito.

    Ahora, había creado un nuevo mapa. Nuevos desafíos. Nuevos problemas.

    Y para colmo, había ingresado un nuevo jugador: el domadragones.

    Había limitado a su oponente. Lo había metido en un nuevo mapa. Había mejorado el problema.

    Pronto Liam sabría lo correcto que fué haber llamado a ese lugar la Nightmare.

    Liam solo podría rezar para que su muerte llegara en este nuevo mundo. Porque, si sobrevivía, solo lo haría peor para los demás. Un nivel tres.

    Nivel tres. Nightmare se dió esperanzas. Si Liam lograba volver a burlar su reto nocturno, él crearía la versión definitiva.

    «Mientras tanto» pensó Nightmare. «Buena suerte, Liam Cress».

    Y se hundió en sombras, preparado para observar el resultado de la primera noche en que la Nightmare volvía.
     
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    16
     
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    1989
    Aclaro que este NO es el último capìtulo, por si el como termina les hace creer eso.


    Capítulo Cuatro

    Shedinja supo pronto que algo estaba mal.

    Generalmente Liam se encontraba en la misma dimensión que él. Fuera la Nightmare o fuera la dimensión base, siempre Shedinja estaba con él.

    Ahora, Shedinja sentía que Liam esta lejos.

    Al principio pensó que estaba muerto.

    El mundo de los Ghost no se diferenciaba mucho al mundo de los humanos al morir. Shedinja no tenía forma de entrar al mundo en que las personas iban al faceller, pero si se concentraba...

    Cerró los ojos. El mundo de los pokémon muertos la llamaba...pero Shedinja no quería ir. Sin embargo, la Nightmare...

    Por dos semanas, la Nightmare había estado abandonada. Shedinja sentía que, en unos días, el mundo alterno conocido como la Nightmare desaparecería para siempre. Tenía muchos días en desuso.

    Ahora, la Nightmare estaba activada de nuevo. Y ahora era más grande.

    Shedinja vió un destello de movimiento, y pudo ver allí a su querido entrenador, con cara de sentirse enfermo. Shedinja flotó hacia la Nightmare como había hecho a diario.

    Nightmare le cerró el paso.

    Shedinja pudo ver una sombra enorme. Sus ojos relampagueaban y tenía una sonrisa horrible.

    Shedinja lo supo, ese era Nightmare. El ser que había creado el mundo en el que habían ido cada noche.

    "Ganamos" dijo Shedinja en su idioma. "Dejanos en paz".

    Nightmare rió. No necesitó hablar. Shedinja pudo oir una voz en su cabeza.

    «¿Ganaron? ¿Completamente?» Lo escuchó reirse de nuevo. «Mi mundo alterno no estaría abierto si ustedes hubieran ganado. Y tu no estarías aqui en este momento».

    "Dejame pasar" ordenó Shedinja. "Liam me necesita".

    «Liam no te necesita» corrigió Nightmare. «Es hora de que el se valga por su cuenta»

    "El ya ha pasado por demasiado" lo intentó Shedinja de otra manera. "Ve a molestar a alguien más"

    Escuchó la risa de nuevo. «No funciona de esa forma. Es él o yo, querida amiga. Uno de los dos ha de morir. Solo así saldrá de la Nightmare. Matandome...o sucumbiendo a la muerte»

    Shedinja usó Bola Sombra. El ataque impactó sobre Nightmare y lo difuminó.

    La voz siguió en su cabeza. «¿Asi de simple? ¿Eres un humano ignorante, acaso? Las sombras son solo disfraces, simples manipulaciones. Tu jamás serás un rival, no con tu limitado poder».

    Y, para probarlo, tocó la mente de Shedinja con el poder de su oscuridad. Mientras Shedinja se desmayaba, escuchó a Nightmare. «Aunque quizás algún día...»

    * * *

    Bagon olisqueó el aire. Shedinja estaba cerca.

    Volver a la Nightmare era aterrador. Era un reto, un reto que había superado las dos veces que había entrado, pero le daba miedo. No poder ganar, para un dragón era igual que morir.

    De la nada, el olor a Shedinja desapareció. Como si nunca hubiera estado allí. Eso preocupó a Bagon.

    Shedinja le había dicho que no podía morir. Sin embargo, cualquier cientifico profesional diría que algo como la Nightmare es imposible. Y Bagon tenía instinto, el cual le decía que nada era imposible. Si Nightmare quería reclamarlo, Nightmare lo reclamaría.

    Dejó que la preocupación por Shedinja flotara. Primero debía preocuparse por si mismo. Salir de nuevo de esta loca pesadilla.

    * * *

    Liam miró a todos lados. Segundos después de que Max se despertara, las paredes se habían corroido y sustituido por otras, y lo ultimo que Liam supo era que se encontraba en el centro del laberinto que había visto unos kilometros mas adelante. O quizás desde que se durmió había estado allí, y Nightmare le hacía ver cosas.

    Max había revisado a Zweilous, un chequeo diario que hacia antes de imponerse un reto peligroso. La razón invadía en que la mayor muerte de dragones en el mundo se debía a que ellos eran muy orgullosos como para quejarse de algun corte que terminaba desangrandolos.

    La cabeza de la derecha rugió mientras Max lo revisaba. La cabeza de la izquierda, sin embargo, lloraba, y así Max pudo notar un pedazo de vidrio en la pata izquierda. Luego de extraerlo y ponerle una venda, Max pudo sentirse lo suficientemente capaz para entrar en la Nightmare.

    Liam tenía bastantes preguntas en la cabeza. ¿Que pasaba si no conseguía nunca la salida? ¿Que ocurría si su pokemon moría y lo seguían atacando?

    Las alejó. Tenía que concentrarse.

    * * *

    La chica rubia se llamaba Liza.

    Ella había estado tratando de hablar con Liam. Había oido de todo sobre él. Un asesino. Un luchador callejero. Un loco.

    Y cuando lo vió, le pareció un buen chico.

    Quizás algo solitario. Un poco demasiado amable. Pero nada que sobresaltara ni pareciera peligroso.

    Había querido preguntarle, sin embargo. Porque ella quería saber la razón por la que Liam se la vivía en el cementerio de Kanto.

    Liza había entablado una conversación con él. Entonces, quizás por todo el whisky que habia estado bebiendo, se preguntó a qué sabrían sus labios.

    Y el se dió cuenta. El problema no era ese. El problema fue que cuando quiso sacar la pregunta al aire sobre lo que él hacía, Liam se desmayó.

    Super oportuno. Liza tuvo que entrar a la casa arrastrando a Liam.

    Lo más extraño fue ver que el cumpleañero, Max, también había caido al suelo.

    La ex novia de Max no se encontraba en ninguna parte. Estaba ya bastante lejos, luego de acercarse al primer chico que le interesó una vez que Max cayó inconsiente.

    Liza puso a Liam en el sofá, una vez que Max fue tirado a la primera cama que encontraron.

    Liza se quedó bebiendo y divirtiendose por al menos otras dos horas. Cada media hora le echaba un vistazo a Liam, quien seguía en el sofa, durmiendo profundamente, cosa generalmente imposible con la cantidad de ruido en todo el lugar.

    Dos horas después de que Liam se desmayó, Liza volvió a su casa. La casa de Liam fue desocupada en su totalidad a las seis y media. Antes de irse, Liza le dió un beso en la mejilla al chico que seguía durmiendo en el sofa. Liam estaba tan agarrotado que ni se dió cuenta.

    * * *

    Una hora. Liam creía que eso era lo que llevaba.

    Sin embargo, el primer nivel de la Nightmare siempre habia durado no mas de cuarenta minutos. Y cuando despertaba, ya era de día.

    El dolor de cabeza había llegado a un nuevo nivel.

    La primera vez que hallaron una salida fue justo dos minutos después de haber comenzado.

    Entonces una pared se movió, y de él salió un Golem.

    Dos veces mas grande de lo normal.

    Golem causó como consecuencia de su llegada que una de las cabezas de Zweilous se lastimara, y que a Bagon le dolieran los dientes. Sin embargo, los dos dragones pudieron hacerle frente.

    Nunca apareció de nuevo la salida. Pero cada vez que salia una nueva, pasaba lo mismo: se movía, un pokemon la ocupaba y luego desaparecía de la nada.

    Exactamente una hora y diez minutos después, ya sus pokemon lucian agotados.

    Liam no estaba mucho mejor. Minutos antes una trampilla casi lo había hecho caer en un agujero sin fin. Evitando resbalarse, se había herido en media docena de lugares. Correr era doloroso.

    En un punto, Max se había perdido. Cuando volvieron a verse, este tenía una cicatriz en la mejilla.

    Ahora, mas de una hora despues, Liam seguía preocupandose sobre lo que pasaría con su cabeza si no salían de allí.

    * * *

    Shedinja despertó tres horas mas tarde.

    Se estremeció, lo cual era el mayor movimiento que había hecho en su vida. Rapido como un rayo, Nightmare lo había vencido. De haber querido, lo hubiera lanzado al portal de las almas de los pokemon.

    Por alguna razón, no lo hizo.

    Cerró los ojos. La Nightmare seguía bloqueada. Y Liam seguía en la Nightmare. No era la combinación favorita de Shedinja.

    Estudió el campo con solo lo que el portal le permitía ver. Un labertinto. Salidas falsas. Sombras asesinas cada cien metros. Y una salida, completamente sola. O eso parecía.

    ¿Porque Nightmare lo haría tan facil? Las sombras podrían ser un problema. Pero, si se llegaba a la salida de marco dorado que Shedinja veía, todo acabado.

    A Liam le bastaria con correr agarrando a Bagon para salir de la Nightmare.

    ¿O no?

    * * *

    Liam corría lo más fuerte que podía. En unos minutos, su cabeza iba a explotar.

    Dolía demasiado. No podía mantener sus pensamientos en orden.

    Izquierda. Derecha. Derecha. ¡Una trampa!

    Liam pisó al lado de donde la trampa había sido activada. Cientos de lanzas subieron, con una fuerza que habría atravesado a una persona normal, lo cual era claramente la idea. Luego de unos segundos, las lanzas volvieron adentro, y la trampa volvió a su sitio.

    Saltó. Corrió. Derribó obstaculos y ayudó a Bagon a derrotar a las sombras.

    No dió ordenes. Luchó.

    Las sombras eran debiles a los humanos. Liam había dado un puñetazo a un Charizard en el ultimo dia del nivel uno de la Nightmare, y había visto su cara desaparecer. Luego Thyplosion usó Hiperrayo, y había sido eso lo que le dió la victoria.

    Ahora él se encontraba destruyendo sombras. Bagon las distraía y mataba a la mayoría, y entonces Liam aparecía de la nada y golpeaba. A veces recibía rasguños. Casi siempre. Pero le gustaba ayudar, se sentía bien poder colaborar.

    En un momento había tenido que recibir los golpes de un Hitmonchan. Un solo golpe casi lo hizo querer morir. Fue infinitamente fuerte. Sin embargo, mantuvo la esperanza y lo difuminó a puñetazos.

    Pensaba en eso cuando vió la salida.

    Dorada y enorme, reluciente y poderosa. Si Arceus tenía una entrada a donde sea que viviera, así se vería.

    Estaba abierta, y el interior era oscuro. No le importaba.

    Max casi lloró al verla. La Nightmare era el completo terror para alguien que no habia entrado nunca.

    "Lo logramos" dijo Max.

    Entonces, como si esa palabra despertara algo, el lugar cayó en sombras.

    * * *

    Nightmare observaba a Liam en todo el camino. Lo observó apenas llegó. Lo observó luego de mandar a dormir a Shedinja. Lo observó cuando estaba llegando a a salida.

    Y luego lo observó en la salida, y lo que más le gustó era que ahora Liam también podía verlo.

    Y lucía aterrado.

    * * *

    Nightmare.

    Si le hubieran preguntado, el nunca habría podido decir que era una sombra con forma de un chico.

    Pero ahí estaba. Ojos rojos. Destilando poder. Con una sonrisa fisicamente imposible.

    Liam gimió de horror.

    "Nightmare" dijo Max. Luego giró hacia Liam. "Es el, ¿cierto?"

    Liam no tenía una forma exacta de saberlo. Pero lo sabía. Aquel era Nightmare. Asintió.

    La sonrisa de Nightmare se ensanchó aún más (¿aquello era posible?) Y las sombras que lo habían rodeado se convirtieron en dos pokémon.

    Dos.

    Liam supo lo que tenía que hacer. Algo facil. La unica forma de ganar ese nivel.

    No era saliendo. Salir era volver al mundo real e intentarlo al día siguiente.

    Dio un paso. Hacia Nightmare.

    Nightmare rió. «Oh, que valiente» sonó en la cabeza de Liam, y él supo que era la voz de Nightmare.

    Entonces alzó la mano, y Liam salió volando.



    Un ser perverso creó un mundo,

    y llenó la vida de un chico con miseria.

    Pero este chico aprendió a superarla,

    y usó su valor para salir.


    Al vencer a Nightmare....

    Solo empeoró las cosas.*



    -------------------
    *Así como la historia, esta frase es creación propia.
     
    Última edición: 9 Diciembre 2015
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    Misterio/Suspenso
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    16
     
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    Capítulo Cinco

    Zweilous se encargaba de una de las sombras que arremetían contra ellos.

    Bagon, en cambio, fue a ver como se encontraba su entrenador.

    Lo encontró tosiendo. Liam se había golpeado bastante fuerte. El golpe en su espalda le había sacado el aire de los pulmones por la repentina sorpresa.

    Bagon rozó ligeramente su cabeza en la mano de él, un intento tonto de hacerlo sentir mejor.

    "Gracias" dijo Liam debilmente.

    Max impartía ordenes en su estilo profesional. Zweilous llevaba mucho tiempo con él, lo que también ayudaba.

    "¡¿Eso es todo lo que tienes?!" Le preguntó Max a Zweilous, tratando de afectar su orgullo. "¡Usa ataques que valgan la pena!"

    Funcionó. Zweilous rugió de ira y combinó enfado con Dragoaliento, afectando a las sombras con las que luchaba.

    Con los dragones, la unica forma de que pelearan admirablemente era hacerles creer que no estaban haciendolo.

    "¡Eso fue horrible!" Gritó Max, a pesar de que en realidad estaba maravillado. "¿Y te haces llamar un dragón?"

    Zweilous se puso morado de ira y atacó a las sombras con todo su poder.

    Una sombra tenía forma de Palkia, el pokemon legendario del espacio. El otro, de Dialga, el pokémon del tiempo.

    Eso no era lo preocupante. Max podía ver la energía oscura en sus piedras. En los brazos de Palkia y en el pecho de Dialga. Energía azul oscuro.

    Poder casi legendario. Zweilous estaba demostrando ser realmente poderoso al poder mantenerlos a raya el solo.

    Liam acarició la frente de Bagon. "Unamonos".

    Bagon sonrió y enfrentó a Palkia.

    Liam se levantó perezosamente. Queria acostarse y descansar. Su cabeza aun le dolia.

    Pudo ver a Nightmare. Estaba sonriendo, ni siquiera impartiendo ordenes. Sabía que lo estaba esperando para poder lanzarlo de nuevo, y esta vez estaría esperando que Liam se rompiera el cuello en la caida.

    Liam no le daría esa satisfacción.

    "¡Pulso dragón!" Ordenó. Bagon saltó y lanzó una voluta morada, la cual se estrelló contra las sombras.

    Max comenzó a impartir ordenes, esta vez mas exactos y estrategicos que antes. Las sombras raramente devolvían los golpes. De seguro veían a Max y a Liam como alimañas.

    Liam hizo lo mejor que pudo. Bagon no se agotaba y no perdía las fuerzas. Pero en tamaño estaba muy limitado. Para Palkia y Dialga, Bagon era un Joltik molesto.

    De la nada, Zweilous atacó a Dialga con Furia Dragón. Dialga intentó frenar, pero era muy tarde. El ataque impactó, y Dialga se difuminó hasta desaparecer.

    * * *

    Shedinja estaba inquieta. Ya deberían haber salido. ¿Que estaban haciendo?

    Estaba mirando fijamente el cuerpo de Liam mientras su mente estaba en la Nightmare. Liam tenía el ceño fruncido y preocupado, lo que la hizo preocuparse a ella. ¿Estaba en peligro?

    Entonces se fijó en la marca de pintalabios en su mejilla. Sintió celos.

    Luego se calmó. Esa no era la clase de amor que ella debía profesarle. Liam la adoraba y estaba feliz de que ella siguiera viva, pero él era solo un humano.

    Aun así, no tuvo problema en flotar hacia el y descansar en su regazo. Preocupada por su entrenador. Su chico tonto.

    * * *

    Liam se inclinó hacia una roca. Odiaba el dolor de su cabeza.

    Max estaba dando ordenes a Zweilous, y pronto Liam vió muy claro que Bagon parecía hacer lo mismo que Zweilous. No le importó. Si salian de la Nightmare, dejaría que Bagon fuera con Max si eso deseaba.

    Bagon usó Hiperrayo. Max dió una orden y Zweilous lo acompañó.

    Palkia esquivó el doble ataque y usó Poder Pasado hacia ellos.

    El ataque impactó a Zweilous y lo mandó rodando.

    Bagon distrajo a Palkia con sus ataques, lo que le dió tiempo a Zweilous de levantarse.

    Zweilous rugió, y comenzó a brillar...

    * * *

    Odio.

    El odio estuvo a punto de embargarlo.

    Vió a Nightmare. Vio a esa sombra malvada que los retenía. Vió a Palkia, apoyando a ese ser monstruoso. Vió a Bagon, el pequeño compañero que lo ayudaba. El unico pokemon que podia acompañarlo media menos un metro de alto.

    Odio. Odio inmenso.

    «Matalos» dijo una pequeña voz en su mente. «Matalos a todos».

    'Si' pensó. Y entonces vió a Max.

    Ese chico que lo había criado desde que era un huevo. La primera cara que vió.

    El orgullo cada vez que el dominaba un ataque, cada vez que ganaban una batalla. E incluso la decepcion de una derrota. Eso solo lo habia hecho trabajar mas duro.

    Max lo miró mientras su cuerpo comenzaba a levitar. Mientras lo que cubría su cabeza se abría como una flor, y mientras sus patas delanteras se convertían en cabezas, y sus dos almas separadas se transformaban en una.

    Max tenía una pregunta en sus ojos. '¿Todo bien, camarada?'

    Y el odio lo abandonó. "Todo bien, camarada" respondió en su idioma, lo cual Max entendió como un rugido.

    Miró a Nightmare. Miró a Max. Miró a Liam y a Bagon.

    Y usó Dragoaliento en Palkia.

    * * *

    Bagon apoyó a Zweilous cuandoe este atacó.

    A Zweilous no. A Hydreigon.

    O eso era lo que pensaban los humanos. ¿En serio creían que ellos decían sus nombres? Cuando un pokémon hablaba, solo lo hacia en el acento que su familia le habia enseñado. O en el acento que su especie aprendía con mas facilidad.

    El verdadero nombre de Hydreigon era Hazzat. Y no tenía nada que ver con su especie. Y no todos los Hydreigon se llamaban Hazzat.

    Pero los humanos nunca lo sabrían. Así que lo llamaban Hydreigon.

    Hydreigon usó Enfado y lo combinó con Pulso dragón.

    Bagon usó Furia dragón.

    Palkia usó toda su determinación. Pero no pudo hacer nada.

    Entre ataque y ataque fue debilitandose hasta esfumarse.

    Hydreigon atacó a Nightmare. Usó Hiperrayo.

    Nightmare desapareció.

    * * *

    Liam miró a todos lados, alarmado. Su corazón comenzó a latir con rapidez.

    En un segundo, Hydreigon fue lanzado con todas las fuerzas inexistentes.

    Su cuerpo fue golpeado contra una roca, la cual se rompió en millones de fragmentos.

    Lo primero en caer fue una cabeza. Cortada limpiamente por una roca lisa y goteando un liquido negro.

    Lo siguiente que cayó fue la mitad de cuerpo.

    Muerto. Hydreigon estaba muerto.

    "¡NO!" Gritó Max. "¡ZWEILOUS!" Sollozó, cuando la otra mitad cayó.

    Liam se movió rapido. Su espalda dolía. Sus piernas dolían.

    Pero debía sacar a Max de allí.

    Bagon caminó hacia todos lados mientras Max y Liam se dirigían a la salida.

    "¡¿Donde estas?!" Preguntó Bagon en su idioma.

    Nadie respondió.

    "¡ERES UN COBARDE!" Rugió Bagon. "¡NO ERES CAPAZ DE ENFRENTAR TUS BATALLAS!"

    Liam notó que Bagon se estaba quedando atras. Le silbó. "¡Vamonos, Bagon!"

    Bagon miró hacia ningun lugar en particular, buscando a Nightmare.

    No lo encontró, por lo que siguió a Liam.

    Max esperaba a escazos centimetros de la salida. Él estaba llorando.

    Liam esperó a que Bagon llegara y extendió los brazos para llevarlo y asegurarse de que él estuviera a salvo.

    Bagon saltó hacia los brazos de Liam.

    Su cuerpo se detuvo a pocos milimetros de Liam. Entonces, para su sorpresa, salió volando hacia atras.

    "¡NO!" Gritó Liam, antes de que una fuerza extraordinaria los lanzara a él y a Max hacia la dimensión base, lejos de la Nightmare.

    Sin Bagon.

    * * *

    Bagon cayó al sucio suelo con dolor.

    Liam y Max estaban fuera de la Nightmare.

    De la nada, la puerta dorada se cerró con un estrepito. Como si hubiera estado cerrada desde siempre.

    "Asi que..." Dijo una voz en la cabeza de Bagon. "¿Yo no soy capaz de enfrentar mis batallas?"

    Una figura corporea apareció. No era una sombra. Era real.

    Bagon tragó saliva. Él sería, por semanas, él único ser viviente que haya visto la verdadera imagen de Nightmare.

    Y el titulo no le duró mucho. Bagon hubiera dado todos los huesos que se rompió en la posterior batalla contra Nightmare en haber recibido una muerte como la de Hydreigon. Rapida y casi, casi indolora.

    Lo que obtuvo fue peor. Horriblemente peor.

    * * *

    El tiempo corría diferente en la Nightmare. Antes, una hora en la Nihtmare era equivalente a toda la noche en la dimensión base.

    Ahora, Liam había estado caminando por casi un tres horas. Y en la dimensión base eran las nueve de la mañana.

    Eso lo supo cuando revisó su relog apenas abrió los ojos.

    Y al parecer Nightmare podía controlar el tiempo en su dimensión.

    Porque, un segundo después en la dimensión base, Bagon estaba muerto.

    * * *

    Max sollozó al despertar. No necesitó revisar sus ball. Golpeó una almohada con fuerza y la lanzó contra la pared.

    Su cara estaba sudada. Libre de la tierra que habia tenido en la Nightmare, pero sudando igual.

    Sus mejillas estaban llenas de marcas de pintalabios, de diferentes colores.

    Max siempre había sido atractivo, y eso era antes de que obtuviera un corte en su mejilla por un Trapinch y que su cuerpo se tostara con el sol. Era raro darse cuenta de que ninguna chica se habia colado en su habitacion al verlo dormir.

    A él no le importó. Tenía problemas mayores.

    * * *

    Shedinja volvió en sí al sentir un ligero cambio. Flotó debilmente, y se sorprendió al encontrar allí a Liam, exasperado pero vivo.

    Flotó hasta su cara y arrulló cuando él acarició su cabeza.

    Shedinja estaba feliz. «Sigue vivo» pensó alegremente.

    Pero sus ojos seguían reflejando esa tristeza infinita que sentía cada vez que un pokémon de su equipo moría.

    Y Shedinja sabía de cual se trataba. Junto con Liam, solo un pokémon de su equipo había ido a la Nightmare esa noche. Bagon.

    Bagon le caía bien. No era demasiado orgulloso y aceptaba cualquier cosa que ella trataba de explicarle.

    Ahora estaba muerto.

    Shedinja cerró los ojos. Desde que obtuvo su poder de mirar el portal de los Ghost, lo hacía a diario, esperando ver a alguno de los pokémon de Liam, si podía comunicarse con ellos. Nunca los vió, o el mundo de las almas torturadas los cambiaba. Había demasiado odio en ese lugar. Demasiado resentimiento, demasiadas promesas vacias y demasiado olvido. Ya Bagon sería otra alma vacía, drenada de sus mas puros recuerdos y contaminada de oscuridad.

    ¿Porque Shedinja querría ir alla?

    La Nightmare era horrible. Acababa con tus esperanzas y te hacía desear estar muerto.

    Pero comparado con el mundo de las almas pokémon, la Nightmare era solo una piedra en el paraiso que era la dimension base.

    Una piedra, con la que irremediablemente terminabas estrellandote y acabando con tus sueños.

    Pero una piedra al fin y al cabo.
     
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    766
    Capítulo Seis

    Bagon abrió los ojos en un mundo lleno de oscuridad. Su cuerpo flotaba en el vacio, mientras su cabeza empezaba a doler. A lo lejos, se escuchaban gritos y lamentos, quejidos y deseos de venganza. Risas maniaticas, silbidos de gloria y demás cosas que delataban a una criatura simplemente psicotica.

    Bagon escuchó todo eso, y contuvo el aire.

    Dias atrás, Shedinja les había dicho algo. Algo a lo que solo Bagon había prestado real atención.

    Al final, solo Bagon y Shedinja habían estado discutiendo sobre el tema.

    "Si mueres" repitió Shedinja "Debes prometer que te quedarás quieto en todo momento. Evita cualquier movimiento que no sea necesario. Y evita respirar. Cada cosa que hagas en la dimension de las almas torturadas hará que te acostumbres a ella. No lo hagas. Haz lo posible por convencerte de que ese no es tu mundo, y conseguirás mantenerte puro."

    "¿Y de que me servirá eso?" Preguntó el pequeño dragón. "¿No estaré muerto de todas formas?".

    "Debes alejarte del odio que esas criaturas liberan" lo regañó Shedinja. "Solo entonces, si descubro como sacarte, podrás hacer el viaje de regreso. De lo contrario, estarás demasiado contaminado para irte."

    >>"Recuerda esto" prosiguió. "Cada segundo que pases en ese mundo será mas duro que el anterior. Pero debes mantenerte firme. Si lo haces, cada segundo que pases te harás más fuerte también. Y entonces, cuando salgas, podrás ayudar de una manera que aun no imaginas. Porque abras aprendido a superar la oscuridad. Y si tengo razón, será necesario alguien así pronto".

    Así que Bagon contuvo el aire. Sintió como las almas que reían empezaban a mirarlo con furia. Pronto, una Bola Sombra impactó sobre su cuerpo.

    Siguió manteniendo el aire. Pudo ver como su cuerpo adquiría un tono blanco, como un espiritu.

    Los pokémon atormentados parecían sentir enojo por Bagon. Un par de espiritus sin cuerpo fijo - Ghost - se le acercaron, tratando de asustarlo. De hacerlo gritar. De corromper su alma.

    No lo lograron. Un brillo inmenso salió del pequeño pokémon dragón. Sus patas delanteras crecieron y su cuerpo cambió, haciendose más pesado. Bagon casi rugió de dolor, y trató de poner sus patas delanteras en la nada. Ya con sus cuatro patas al mismo nivel, el acero que se encontraba reunido en su cabeza se extendió por todo su cuerpo. Solo sus patas estaban afuera. Y, por un leve agujero, podía observar a los Ghost, quienes se alejaban rapidamente.

    En otro momento, el haber evolucionado lo habría animado.

    Pero recordó que debía mantenerse quieto, y solo se mantuvo allí, sin mover ni un milimetro de su cuerpo.

    Hasta que Shedinja volviera. Si lo hacía.

    * * *

    Mientras tanto, en otra región, una criatura poderosa abrió los ojos.

    Tardó varios minutos en recordar todo por lo que habia pasado. Y entonces sintió ira.

    ¿Como podía hacer una falta tan grave a su deber? Todos los de su especie tenian un deber común. Y ella había perdido, y habia estado incumpliendo su deber desde entonces.

    Él debía estar cerca, ¿cierto? Siempre estaban cerca. Si él estaba lejos...

    Las cosas podrían ponerse feas.

    Cerró los ojos, y pudo verlo con facilidad. Se encontraba en Jhoto, haciendo estragos. Si, estaba realmente lejos.

    Soltó un canto que en su mente fue un rugido, y salió volando. Debía encontrarlo, y detenerlo.

    Rapido.

    * * *

    Shedinja se encontraba en medio de ambos mundos, meditando. Poco a poco, su cuerpo espiritual se acercaba peligrosamente a el mundo de las almas, y ella debia recordar alejarse prudentemente.

    Podía ver destellos de lo que pasaría. Pero el futuro en sí era algo incierto. Las cosas que veía bien podía llevarla a su derrota como ayudarla a sobrevivir. Ella era la que debia distinguir lo bueno de lo malo.

    Unos días desde la muerte de Bagon, y ahora solo quedaban Thyplosion y ella en el equipo de Liam. Max solo tenía a su Dragonite Shiny y a su Flygon. Los demás...muertos.

    Faltaban unas pocas horas para que la Nigthmare empezara.

    Y Shedinja no sabía que pasaría.


    Existe un mundo en donde todo lo que tememos

    se hace realidad,

    y un mundo en donde hay que vencer al temor,

    y enfrentarse a lo peor.


    ¿La ironía?

    Ambos se llaman Nigthmare.
     
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    RichardParker

    RichardParker Iniciado

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    hasta el capitulo dos llego, por el momento, que decir... es el mejor fic que he leído en estos lares por el momento(sin contar el mio por supuesto), ya estaba un poco harto del shipping y esas cosas, no critico el genero pero... vamos, se que se puede hacer algo mas, y verlo en demasía llega a cansar. mis impresiones finales de la lectura: si bien voy a decir que fallaron algunos detalles, pequeños detalles diría, como por ejemplo, las habilidades e los pokemon, ataques a los que se supone algunos deberían ser inmunes(y por simple lógica, ya no estamos hablando de tecnicismos tomando en cuenta la naturaleza cruda de tu historia) en ningún momento representan errores garrafales para tildar tu escrito como algo ''malo'' al contrario, parte de esa naturaleza me gusto bastante, supiste llevar bien la naturaleza de las batallas siendo brutales y crudas. Tu estilo narrativo es curioso para ser un fanfic, y mucho mas de Pokemon, por lo que me resulto el primer aspecto curioso a resaltar al leer el escrito, no diré que es único, pero me encanto el manejo que le diste para estructurar la trama, una espiral demencial de thriller psicológico y suspenso, combinado con ese morbo de querer saber quien morirá en la siguiente noche. A nivel de trama he de decir que la historia es increíble, en todo momento sentí suspenso, incluso tristeza, y mas cuando creí que por un momento tylopsion iba a fallecer, no negare que me estremeció un poco al leerlo, y me alegre sinceramente cuando nadie de los suyos murió... aunque con ese fin que le diste al segundo episodio esa escena solo sirvió para darle paso a una pronta y eventual muerte mas, y en definitiva, eso es triste. También me pareció curioso el manejo que le diste a los saltos entre la realidad y el tiempo, en verdad, se puede notar en la narración cuando Liam se encuentra en el mundo real y cuando se encuentra en el ''Nightmare'' en cierta forma me recordó a fredy crugger en ese contexto. Pude senitr verdadra empatia por Liam, en muchos momentos llegue a desear que las cosas mejoraran para el, aunque en algunos momentos llegue tambien a repudiarlo, como por ejemplo, cuando estaba bromeando, no crei que era el momento oportuno para eso xD en fin... sin nada mas que decir, que ojala sigas con esta historia que me intereso bastante, suerte. C:
     
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    Capítulo Siete


    Algunas veces la emoción de Nightmare era más de la que debía demostrar.

    Y tenía sus razones. Había pasado años, encerrado en el mismo lugar, esperando Arceus sabe qué. No podía irse. Una entidad poderosa se lo había dicho. Debía quedarse allí, porque su estancia en ese lugar lo llenaba de equilibrio, al parecer. Dicho ser celestial le había dejado un guardia. Una criatura irritante que Nightmare no soportaba, alguien que trataba de hacerle sentir bien en todo momento. ¿Como Nightmare podía estar con alguien así, completamente solos? Y, sin embargo, no podía irse. O eso había creido.

    Un día, no había podido soportarlo. Flotó debilmente hacia afuera, hacia la humanidad...y la criatura se lo impidió.

    Nightmare lo odiaba. Oh, vaya que lo detestaba.

    "Largate de aquí" espetó Nightmare en su idioma. "Vete a tu lado de la isla"

    "No puedo dejarte ir, y lo sabes" dijo la criatura con su amable voz. Nightmare quiso matarlo. Matar esa irritantemente bondadosa voz.

    "Vete tu también. Nada nos ancla aquí. Quiero recorrer este mundo, y nadie va a impedirmelo"

    "Sabes lo que dijo nuestro..."

    "ÉL NO ES MI PADRE" gritó Nightmare. "Él no me creó. Yo fui creado del odio hacia él. Yo soy mi propio padre, mi propio tutor, mi propio amo".

    "Escuchame" dijo la criatura calmadamente. Santo Arceus. Nightmare medio había esperado que la criatura se enojara y lo atacara. "tanto odio va a acabar haciendote hacer cosas horribles. Además, no puedes salir de aquí. No puedo dejarte. No quiero ni imaginar la clase de cosas locas que harías allá afuera. Y padre no te va a dejar"

    "Padre está dormido" espetó Nightmare. Odió aún más a la criatura por hacerlo decir 'padre'. "Puedo sentirlo. Dormido, como un tronco. Y lo estará por un tiempo más".

    "Él conseguirá una forma de detenerte. Te lo dijo".

    "Quiero poner a prueba eso". Rapidamente Nightmare trató de desvanecerse. La criatura usó Psiquico para detenerlo.

    "Tendrás que pasar sobre mi" dijo. "Aunque ya sabes eso".

    Lo sabía. El comentario lo hizo reir. "¿Tú? tú eres débil. Eres demasiado amable, demasiado gentil. ¿Cuantos siglos has pasado sin usar ataques? Un simple Psiquico como este te está agotando". Y era cierto. Gotas de sudor se deslizaban en la frente de la criatura. "Yo, en cambio, me he fortalecido. De odio. He odiado por siglos, resintiendome de todo y de todos". Alzó una mano. Esta tenia una esfera negra, solo un poco del poder que había obtenido. "Tu dices que el amor es poderoso. Que hay que ser un buen ser para alcanzar la felicidad".

    Lanzó la esfera. Esta entró en el cuerpo de la criatura y la hizo caer de dolor. "Yo digo lo contrario" prosiguió Nightmare. "El odio es mi poder. Y es eso lo que me dejará acabar con todo lo que padre ha creado". Esta vez no tuvo problemas en llamarlo 'padre'. Sentía que así le daba mas razones para odiarlo.

    La criatura lanzó un Hiperrayo para tratar de impedirle la huída. Nightmare estaba harto. Usó una esfera de su odio, esta vez más grande. No retrocedió al irse cuando escuchó a la criatura gritar. Luego, silencio.

    Creyó haberlo matado. Le encantó la idea.

    De haberlo hecho, su final hubiera sido bastante diferente. Pero no lo hizo.

    * * *

    Había pasado un año desde eso. Y Nightmare había encontrado sus formas de diversión.

    Veinte personas en el mundo habían entrado a la Nightmare.

    Una había salido viva del primer nivel.

    Ahora, dos entrenadores y cuatro pokemon era todo lo que quedaba del nivel dos. A Nightmare le encantaba eso. No quería que su fuente de diversión - y de poder - se fuera tan rápido.

    Quería entretenerse un buen rato con Liam y su mejor amigo, además de esa molesta Shedinja.

    Podía verlos. Ellos estaban en su laberinto, en el nivel dos. Liam era un veterano en esquivar trampas, eso Nightmare debía admitirlo. Max tenía algún que otro problema, pero le seguía el ritmo. Había aprendido la ultima vez lo que pasaba si tratabas de irte volando del laberinto. Así que ahora iba a pié, con su Dragonite y Flygon siguiendolo.

    ¿Crees que Nigthmare controla el laberinto? Pues tienes razón. Él lo hace.

    Si fuera por Nightmare, le bastaría con cerrar todo en una pared de roca y hacerla bajar hasta triturar todo. Pero Nightmare es un rival justo, y no le gustan las muertes rapidas. Así que los dejaba correr en sus pesadillas, luchando por una salida.

    Le gustaba ver a Liam y a Max luchando a puñetazos contra las sombras. Sentía que les estaba enseñando que sus pokémon no debían hacer todo por ellos.

    Ironía. Si Nightmare amaba algo, eso era la ironía. Ser cruel y despiadado pero dar una lección. Hermoso.

    Vió a Liam acercarse poco a poco a la salida. Nigthmare debía prepararse. Pensó en el pokémon que emularía en sombras para que los pokémon de sus jugarores lucharan contra él.

    La idea que consiguió le gustó mucho. Decidió llevarla a cabo.

    Se preparó, y se desvaneció para lo que quizas podria ser el fin del nivel dos.

    * * *

    Habían pasado dos minutos desde que Liam había visto la sombra de Nightmare, y ya se encontraba en el suelo.

    Sin embargo, estaba sonriendo. Había tenido un plan, y lo estaba llevando a cabo.

    Se lanzó de nuevo a por Nightmare. Este, con una sonrisa, volvió a lanzarlo por los aires.

    "Rencor" ordenó de nuevo Liam al caer. Shedinja miró a Nightmare con enojo, y este se debilitó un poco. Liam debía tener cuidado. Una de esas caidas podía matarlo.

    Pero valía la pena. Si Nightmare era un pokemon, Shedinja podía dejarlo sin la energia suficiente para usar ataques, y nada podría detenerlo de golpearlo.

    De lo contrario, Liam estaría muerto pronto. Era justo.

    Max estaba demasiado ocupado dandole ordenes a tres pokémon a la vez, mientras Liam y Shedinja luchaban contra Nightmare.

    "¡Thyplosion, Usa Envite Igneo!, ¡Flygon, Furia Dragón!, ¡Dragonite, Enfado!".

    El pokemon con el que los anteriores tres pokemon luchaban era enorme. Sus ojos eran enorme y escalofriantemente rojos, y flotaba en el aire con facilidad. Estaba hecho de sombras, como todos los demás. Tenia garras puntiagudas y un cuerpo alargado y espectral. Un Giratina.

    Este usaba todo su potencial (que no era poco) tratando de destruir a los tres pokémon que lo atacaban. Por suerte, los tres eran rápidos. Sobre todo Dragonite. El enorme dragón sobrevolaba con destreza y atacaba según su entrenador se lo decía.

    Liam acababa de lanzarse de nuevo, y esta vez, Nightmare intentó detenerlo de otra forma. Se enfocó en el cuepo del chico que corría hacia él. Nunca había hecho esto, al menos no a un humano.

    Imaginó una corriente electrica zumbando en su cuerpo, moviendose a travez de él. Luego pasó dicha energía a Liam, imaginando como la electricidad danzaba en sus pasos y la determinacion en su rostro.

    Imaginó que la corriente era corrompida, y Liam cayó de bruces. Gritó dos segundos después.

    Paralizado. Los pokémon se acostumbraban a esto tarde o temprano, solo limitando sus ataques. La piel de los pokémon era fuerte. La de los humanos, sin embargo...

    Liam gritó de nuevo, con toneladas de dolor en sus articulaciones. Nightmare sonrió. Se sintió tan dichoso, que cometió un error.

    Asesinato.

    ¿Crees que Nightmare controla a las sombras que luchan? Tienes razón de nuevo. Él lo hace.

    Giratina dejó de flotar en el aire esquivando ataques con su destreza, serpenteando entre las rocas del cielo sin color, y atacó en picado. Usó tres veces agilidad en sí mismo, porque Nightmare se lo ordenó. Pronto los dragones (y el hurón gigante) tuvieron que esquivar los rapidos y potentes ataques que el dragón fantasma les lanzaba.

    Entrar a un mundo distorsión no era necesario. Giratina era una sombra. Se difuminó, invisible, paseando sobre los pokémon.

    Tuvo que hacerse visible un par de segundos después, antes de abrir en potencia su mandibula y tragarse a uno de los pokémon que se encontraban alrededor.

    Permítanme darles un dato:

    Max Gold había recibido un pokémon de regalo al cumplir los diez años. Este consistía en una serpiente color verde, con unos enormes y hermosos ojos y una apariencia dulce. Lo había entrenado. Lo habia alimentado, lo habia curado. Había reído cada vez que pasaba algo chistoso en su entrenamiento. Había sentido la misma cantidad de triunfo cuando ganaban una batalla o capturaban un pokémon dragón. Habían sentido el mismo odio hacia los entrenadores que los vencían. Habían compartido la alegría cuando la pequeña serpiente se convirtió en una serpiente mas grande, y luego otra mas cuando, a pocos dias de la Liga Jhoto, se había convertido en un Dragón verde pasto. Compartieron incluso la tristeza al quedar de sextos en la liga. Sin embargo, habian entrenado, habian luchado, habian compartido. Su amistad y entendimiento había llegado lejos.

    El error de Nightmare: había creído que la conexión de Max con Dragonite era peligrosa. De eso se encargó Giratina. El problema es que la perdida de alguien así también tiene poder. Poder basado en el odio.

    Y, en la Nightmare, el odio era invencible.
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    Días de Gloria y Oscuridad
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    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    1584
    Capítulo Ocho


    Al ver que habían matado a su pokémon, a quien había cuidado y entrenado por años, quien era mas un amigo que otra cosa...Max no lloró. No gritó. No reaccionó mal.

    Al menos los primeros cinco segundos.

    Luego, los susurros llegaron. "no, no, no, no...", se convirtieron en una voz angustiada "No, No, No...", y luego, al asimilarlo...."¡No! ¡No, No, No, NO!"

    El odio es poderoso en la Nightmare. En segundos, las manos de Max comenzaron a picar. También sus ojos.

    Esto mismo le pasó a Flygon, quien, enojado en casi el mismo nivel, revoloteaba a pocos metros del suelo. Thyplosion decidió alejarse y ayudar a Liam a levantarse.

    "¡NO!" Gritó Max, el enojo subía, asi como el ardor en sus ojos. "¡NO!". Miró a Giratina. Luego a Nightmare.

    "¡VOY A MATARTE!". Y fue una promesa.

    Permiteme explicarte lo que pasaba: Si sumabamos la muerte de un ser querido, al odio de dos seres, humano y pokémon, ambos con la misma persona y por la misma enorme causa... en el mundo real, nada pasaba.

    En la Nightmare, esto significaba una perfecta sincronía entre dos seres, basada y movida por el odio. Esto fue lo que ocurrió.

    Los ojos de Max comenzaron a tornarse de color morado. Sin pupila, sin otro color. El morado que distinguía los ataques de los dragones estaba en sus ojos. Eso significaba que Max ahora compartía la ira loca de los dragones.

    No creas que era la primera vez que esto pasaba. Varios domadragones habían llegado a ese punto. Pero, en el 99% de los casos, los domadragones eran carbonizados por esa cantidad de ira, que no eran capaces de dominar, desde adentro hacia afuera. Luego la gente decía que el domadragón había muerto porque su pokémon lo había atacado.

    Max, gracias a la Nightmare, se convirtió en el unico que formaba parte del 1%. su ropa empezó a chamuscarse lentamente. Pero su piel y sus organos estaban intactos.

    "¡MÁTALO!", gritó Max. Era la unica orden que le daba a Flygon. "¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!"

    Podría parecer algo normal, pero estaba tan lleno de ira loca que hizo que Liam se preguntara por centécima vez que le estaba pasando.

    Nightmare miró con interés al domadragones. Una pregunta en su mente. '¿Yo hice eso?'

    "¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!"

    Flygon cayó en picado, lanzando un poderoso Pulso Dragón, el cual impactó con el dragón legendario. Tanto Flygon como Max tenian un aura morada en su cuerpo.

    Max agarraba su cabeza mientras gritaba. No por dolor, aunque el poder de su odio sí le dolía. Sino por tristeza. Internamente, estaba sollozando. Externamente, su rostro mostraba ira pura.

    "¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!"

    Giratina trató de devolver los golpes, pero Flygon era como una molesta plaga revoloteando sobre él. Liam se había levantado, gracias a Thyplosion, aunque aún no podía mover las piernas. Shedinja estaba flotando alrededor, triste. Ella podía notar a la perfección el dolor de Max.

    "¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!, ¡MÁTALO!.....¡Aaaahhhhh!"

    El grito fue inesperado, y en aumento. Flygon rugia al mismo nivel. Dos seres enojados en el mismo lugar hacia la misma persona. Una combinación poderosa.

    Max siguió gritando. Flygon comenzó a cargar un Cometa Draco. Cuando tuvo el tamaño requerido...no lo soltó. Dejó que siguiera creciendo.

    El grito de Max aumentó en fuerza. Por dentro era algo como 'PERDONAME, DRAGONITE, PERDONAME...'

    "¡MAX!", gritó Liam, preocupado.

    El Cometa Draco seguía creciendo.

    '...NO PUDE SALVARTE, DRAGONITE, SOY UN COBARDE...'

    En un punto su grito era aún mayor de lo humanamente posible.

    'TODO LO QUE HICIMOS, TODO POR LO QUE PASAMOS, PERDONAME, PERDONAME, PERDONAME...'

    Max aumentó su grito, y luego un estallido de ira dragón. Esto ultimo fue desicivo.

    Todo Max y todo Flygon estaban envueltos en una aura morada, completa. Max estaba liberando el resto de su ira, todo se lo entregaba a Flygon, quien creaba el Cometa Draco mas grande registrado en la historia.

    Liam, al ver la enorme esfera de ira, quiso salir corriendo. Iba a destruir toda la Nightmare si lanzaba esa cosa. Rapidamente, movió sus piernas. Aún le dolían como el infierno, pero debía apresurarse.

    Nightmare, algo agotado, lo lanzó hacia atras.

    El grito de Max seguía en el ambiente. Flygon seguía sin soltar su poder. Giratina estaba tratando de crear un ataque igual de grande, pero era obvio que no iba a lograrlo.

    'VOY A VENGARTE, AMIGO, VOY A HACERLO. ¡LO JURO, DRAGONITE, LO JURO!'

    Y muchas cosas pasaron a la vez.

    Liam gritó. "¡SHEDINJA, USA RENCOR!". Corrió hacia Nightmare. Estaba a unos cincuenta metros.

    El Cometa Draco más grande del mundo fue lanzado. Rocas se rompieron, el piso retumbó y se rompió en fragmentos, el aire se llenó de humo espeso.

    Aunque la voz bajaba, el grito de Max seguía. Esta vez era de dolor, al sentir como la mayoría de la ira dragón lo abandonaba.

    El Cometa Draco estalló junto con Giratina.

    Liam cayó al suelo. Un crater de lava se formó a unos metros. Liam no tenia ni idea de que bajo el suelo hubiera lava.

    La voz se detuvo en un quejido, y Max comenzó a llorar. El aura morada lo abandonó. Sus ojos volvieron a su color normal.

    La ira lo había dejado.

    La destrucción del anterior ataque era inminente. Paredes enormes de roca caían sin nigún contról. Detrás de Nightmare se había caido el suelo, reemplazandolo por un enorme abismo. Toda la Nightmare estaba retumbando, como un terremoto, disolviendose a pedazos. Giratina ya no era mas que un mal recuerdo.

    Liam caminó. Gritó cuando sus piernas se tensaron, pero siguió caminando.

    Nightmare intentó lanzarlo de nuevo. Levantó el brazo.

    Liam corrió. Gritó cuando sus piernas se sintieron como si estuvieran bajo lava. Efectos de estar paralizado.

    Era su turno de gritar. Max, mientras tanto, estaba apoyando sus manos en sus rodillas, exhalando y sollozando. Luego, el aura morada volvió lentamente. Sus ojos comenzaron a picar.

    Pero esta vez su ira era sola. Flygon no se veía afectado.

    "¡VOY A MATARTE!", repitió Max. Sus ojos estaban morados de nuevo. "¡JURO QUE VOY A MATARTE!". Luego, corrió hacia Nightmare.

    Nightmare trató de detenerlos. No pudo. Trato de desvanecerse. Tampoco.

    Lanzó un improperio en el aire. Estaba agotado. Maldita Shedinja y sus malditos ataques.

    "¡¿TE GUSTA ASESINAR?!", preguntaba Max, con ira, por un lado.

    Liam gritaba por el otro lado.

    "¡¿TE GUSTA DESTROZAR?!"

    Liam sentía que se iba a morir, o que perderia sus brazos y piernas en cualquier segundo. No estaba seguro.

    "¡¿TE GUSTA ARRUINAR VIDAS?!"

    El grito de dolor de Liam se convirtió en sollozos, pero siguió corriendo.

    Max llegó primero. "¡PUES MIRA LO QUE PASA!".

    Lo golpeó. La cara de Nightmare se lanzó hacia un lado, a una velocidad escalofriante.

    "¡MIRA LO QUE PASA!", repitió el domadragones. El siguiente golpe movió el cuello de sombra de Nightmare hacia el otro lado. Una persona normal ya estaría muerta.

    "¡MIRA LO QUE PASA!"

    El último golpe giró la cabeza de Nightmare en ciento ochenta grados. Practicamente le rompió el cuello.

    Toda la Nightmare se destruía lentamente. Shedinja lo veía. Era la ultima vez que vería ese cielo sin color.

    Y, a lo lejos, se escuchó la risa de Nightmare. '¿Eso es todo?', preguntó. 'Golpeas como un Audino'.

    Lentamente, movió su cabeza con sus manos hasta el punto inicial, tensó los musculos inexistentes de sus brazos, se escuchó un 'crack', y Nightmare estaba como si nada.

    Golpeó a Max. Con sus propias manos de sombra. El domadragones salió volando.

    Thyplosion se encargaba de que la Nightmare no se derrumbara, al menos mientras ellos estuvieran adentro. Detenia los temblores con sus propios terremotos y paraba los chorros de lava haciendo muros de roca con Fuerza. Shedinja estaba demasiado atónita observando todo. Nightmare reía.

    Lo que no esperó fue que Liam aún siguiera en pié, aun cuando lo escuchaba gritar.

    Liam decidió acabar con todo. No le importó el dolor en sus piernas, ni Max siendo ayudado a levantarse por Flygon, ni Nightmare, ni siquiera el denso peligro en el que se encontraba.

    Para cuando Nightmare lo vió, fue demasiado tarde. '¿Que...?', preguntó Nightmare.

    Liam saltó. "¡AAAAAAAAH!", fue su grito de guerra, y agarró a Nightmare.

    Ambos cayeron por el vacio del abismo.

    * * *

    "¡LIAM!", Fue el grito del Domadragones, de la pequeña Shedinja y del hurón gigante (Thyplosion) al verlo caer.

    Me gustaría decir que Liam tenía pensamientos heróicos. Te estaría mintiendo. Liam pensaba cosas como 'SANTA CACHUCHA ME VOY A MORIR, ESTOY VIENDO PASAR MI VIDA FRENTE A MIS OJOS', lo cual era inmaduro, pero por suerte, falso.

    Nightmare sintió miedo por primera vez. Y Liam lo notó. Si no conseguía la fuerza para salir de su propio mundo...

    '¡SUELTAME!', gritó Nightmare con enojo.

    Liam no lo soltó. Pese a lo asustado que estaba, sabía que todo estaría perdido si lo dejaba irse.

    '¡SUELTAME!'

    "¡ACABA CON ESTO!", ordenó Liam. "¡DESTRUYE LA NIGHTMARE, DEJAME EN PAZ, O MORIMOS JUNTOS!".

    '¡SUELTAME!'.

    "¡ACABA CON ESTO! ¡DESPIERTANOS Y VETE PARA SIEMPRE!".

    Bajo ellos se encontraba la puerta dorada, la que se suponía que los sacaba de allí. Estaba inservible. Si caían allí, sus almas quedarían vagando en la nada. Nightmare lo sabía.

    Liam miró fijamente a Nightmare. "Elige. Destruye este mundo o muere".

    Nightmare eligió, sus ojos llenos de odio. Todo se llenó de oscuridad.
     
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    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    1443
    Capítulo Nueve




    "¡El grupo 'Domadragones' está llegando a 4500!"

    Rayos. Liam jaló la palanca y apretó los botones. "¡Max, apurate!"

    "¡Eso hago!", replicó Max, presionando los botones sin sentido o razonamiento alguno.

    Habían pasado dos semanas. Liam y Max habían despertado sintiendose vitalizados. Sentían que podían superar cualquier cosa.

    E iban a hacerlo. Pero primero necesitaban restaurar su equipo.

    En Ciudad Azulona, en el casino, se estaba celebrando un torneo. En grupos de dos, los equipos debian llegar a cinco mil fichas. El premio menor era el poder quedarse con las fichas.

    El mayor...

    "¡El grupo 'Nightmare' se acerca a 4700!"

    Si, pensó Liam. Pero los Domadragones estaban llegando a 4950. Un combo grande y...

    Liam presionó con avivez. Como cosa del destino, eso le dió una 'R'. Sus fichas, unidas en la tragaperras con las de Max, subieron a 4860.

    Los Domadragones iban por 4980.

    "¡Vamos, estúpido Clefable, Vamos!" Gritaba Max, enojado con la imagen del Clefable en la pantalla, que no dejaba de caerse ante los errores de Max. Lo bueno era que Max buscaba los '7', por lo que cada vez que ganaba obtenía 300 puntos.

    "¡4995!", gritó el empleado del casino que se encargaba del torneo, entusiasmado. "¡Los Domadragones van a ganar!"

    "¡Ganaremos!", dijo un Domadragón, de cabello violeta y con unas heridas en los brazos, producto de su entrenamiento con dragones. "¡Ese Dratini es mio!"

    Como premio mayor, un dratini variocolor esperaba atento a recibir a su primer entrenador.

    Esa era la razon por la que Max participaba. Liam lo ayudaba porque quería las fichas.

    "¡Eh!" Se quejó el amigo del domadragones. "¡Yo me quedo con el Dratini, tu contentate con las fichas!"

    "¡¿Estas loco?!" Espetó de vuelta el otro. "¡Si alguien tendrá un Dragonite Shiny seré yo! ¡Tu no eres lo suficientemente bueno para...!"

    El amigo, ofendido, se lanzó a golpearlo. Ambos cayeron al suelo.

    "¡Vamos!" Gritó Liam. Iban en 4900. Encontró una 'R', presionó los botones...

    Nada. En vez de la 'R' ganó el combo Psyduck. 4915.

    "¡Van a ganarnos!" Se quejó el domadragones mas adelante, con un ojo hinchado. "Vamos".

    Volvieron a sus puestos. Pero era tarde.

    Max presionó el botón de la tragaperras con energía. Por un segundo creyó haber fallado. Luego el combo de '7' apareció. Y el Clefable al lado de los simbolos saltó de alegría.

    "¡El grupo 'Nightmare' ha ganado! ¡5215!"

    Llevaban toda la tarde - las fichas no eran lo suyo, admitirían - pero habían ganado.

    Max se acercó al pequeño Dratini. El dragón serpiente miró a Max por un segundo, antes de enroscarse en su brazo timidamente. Le dieron su pokeball, y Max revisó los datos en su pokedex.

    "¡Es hembra!" Le pareció algo nuevo. Su anterior Dragonite era macho. Pero no le importaba.

    Liam gastó las fichas de una vez. Por suerte, le dieron un descuento, y tenia sus ahorros anteriores, por lo que pudo hacer su compra completa. Tres Eevees y un Gastly.

    Eso sumado a Thyplosion y a Shedinja, hacian seis. Un equipo completo. Como hacía meses no tenía.

    Liam no tardó en evolucionar a sus Eevees. Preparado para la victoria, habia traido lo necesario.

    Miró al primer Eevee. Tímida, algo alejada de las demás. Rompió una bola de cristal en una bufanda pokemon, y sacó el pedazo de musgo que había tenido en el cuello su anterior Leafeon. Se lo dió a la Eevee, quien lo tocó. Comenzó a brillar, y pronto su cuerpo comenzó a palidecer y obtener hojas en varias partes.

    El segundo Eevee era reservado, ignorandolos a todos. Liam lo tuvo mas facil esta vez.

    Una roca hielo en una caverna le habia facilitado las cosas a Liam meses antes. Se la dió. Eevee evolucionó a Glaceon.

    El tercero recibió una piedra agua. Pronto tuvo a un Vaporeon a su lado.

    Los tres Eevees se miraron con interés. Luego comenzaron a jugar entre ellos.

    "Buen equilibrio" apremió Max. "Planta contra Hielo, Hielo contra Agua, y Agua contra Planta. Esta bien para un novato"

    Liam le mostró su dedo medio, no muy contento con la broma.

    El Gastly, sin embargo, se negó a entrar a su ball cuando Liam trató de guardar a su equipo. Se movió entre sus hombros, al lado de Shedinja. A la polilla no parecía importarle. Sin embargo..

    "No puedo dejarte afuera, asustando a los niños" decidió Liam. Gastly lo pensó. Luego se volvió gas, y entró en la pulsera de Liam.

    Liam la miró. Practicamente, Gastly habia convertido a la pulsera en una pokeball. Ahora brillaba en morado, y despedía un humo violeta.

    "De acuerdo" decidió el entrenador. "Es un buen truco".

    Max hablaba con su Dratini mientras tanto. Le mostró un Colmillo Dragón, atado a un cordel. Dratini pareció alegre. Luego de unos minutos, Max guardó a su nuevo pokémon en su respectiva pokeball. Liam notó que los ojos de su amigo estaban hinchados, evitando llorar.

    "Es...es como volver a empezar, ¿sabes?" Se sinceró Max. "No seré tan rudo con el entrenamiento de este Dratini. Le daré todo el cariño que no pude darle a..."

    Bajó la cabeza. Liam no necesitó que se explicara.

    "Es irónico que algo bueno haya salido de la Nightmare" decidió Max. "Me enseña que los dragones no deben ser entrenados hasta los limites. Los vuelve poderosos, si. Pero...puedo tratarlos mejor. Se que puedo".

    Miró a Dratini en su ball. Una mejor vida. Eso le daría.

    * * *

    Esa misma noche, toda persona en Kanto sintió algo diferente. Sus peores miedos fueron reflejados en sus sueños. Muchos gritaron. Todos quisieron salir de esa pesadilla.

    Al despertar al día siguiente, se sintieron diferente.

    Max despertó sudando. Se levantó del sofá, en donde dormía desde que había llegado a casa de Liam de visita. Revisó sus pokeball.

    Suspiró. No había entrado a la Nightmare, solo había sido una pesadilla. Rió ante el juego de palabras.

    Liam salió también. Sus seis pokemon lo seguían.

    "Tuve un sueño horrible", se sinceró Max.

    "Si, yo también. Creo que eso pasa cuando se tiene un Gastly en la casa".

    Gastly lo miró ofendido. Luego sonrió burlonamente, y se dedicó a aspirar el miedo en los entrenadores y pokémon. Había mucho. Gastly estaba encantado. Cada pizca de miedo que absorbía lo hacía mas fuerte.

    Shedinja, fuera de la ball, se sintió tentada a aspirar el miedo de Liam. Luego deshechó la idea. Odiaba su tipo fantasma. No iba a darse el lujo de usarlo.

    Sin embargo, todos los Gastly de Kanto estarían ocupados ese día. Y encantados.

    * * *

    "¡Machop, usa Golpe Karate!"

    El golpe atravesó a Gastly...y no le hizo daño alguno.

    Liam debía luchar si quería que su Gastly se convirtiera en un Haunter. Por suerte, Kanto estaba lleno de niños con espíritu guerrero. Conseguía batallas casi a todas horas.

    "Gastly, usa Tinieblas" ordenó Liam calmadamente. Gastly miró fijamente a Machop, y le quitó tanta energia como experiencia en batallas tenia el pokemon tipo lucha.

    El chico con el que Liam luchaba era de los que les gustaba usar pantalón corto. Miró a Gastly con enojo. Su Machop nunca había necesitado más que un Golpe Karate para vencer a los pokémon de sus amigos.

    "¡Tumba Rocas!"

    El ataque le dió de lleno. Liam tuvo que revisar la pokedex, y vió que Gastly no sobreviviría a otro ataque así.

    "Usa Gas Venenoso" ordenó. Gastly destiló gas.

    Machop fue envenenado. "¡Tumba Rocas de nuevo!"

    Esta vez no fue tan sencillo. Gastly esquivó el ataque.

    "No es aconsejable usar dos veces un mismo ataque si este es bueno" le enseñó Liam. "Puede bajar la probabilidad de acertar. ¡Gastly, Bola Sombra!"

    Machop no pudo con el ataque. Cayó sobre sus rodillas. Luego se debilitó.

    El chico quiso darle unos billetes por la victoria. Liam no los aceptó. Gastly estaba mas fuerte. Nivel diecisiete, decía la pokedex. Lo que fuera que significara eso.

    "¡Voy a capturar un pokemon Psiquico y haré llorar a tu Gastly!" prometió el chico. Liam rió ante la idea, y le prometió que esperaría.

    Max llevaba el ultimo dia durmiendo mucho. Decia que se sentía muy cansado. Liam sentía algo parecido. Y algo hambriento, a pesar de que acababa de comer.

    Gastly entró de nuevo a la pulsera. A Liam le gustaba fingir que podia asustar a los pokemon con su mano, mientras Gastly usaba Cara Susto desde adentro de la pulsera. Desde luego, los niños eran un buen publico. Se creían todo.

    Pasó el resto del día luchando contra otros entrenadores. Usó a todo su equipo, excepto a Thyplosion, quien ya era demasiado poderoso como para ser justo.

    En la noche, se fue a dormir, sintiendose cansado. Y hambriento. No importaba cuanto comía, se sentía hambriento.

    Al día siguiente...no salió el sol.
     
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    1653
    Capítulo Diez



    Max fue el primero en notarlo. Salió a correr, como hacia todas las mañanas. Dratini estaba enroscada en su brazo. Max estaba animado. A pesar de que había vuelto a tener la misma pesadilla, se sentía renovado.

    Había sentido algo de confusión al ver lo oscuro que estaba todo.

    "Nos levantamos muy temprano, ¿eh, chica?" Apremió Max. Dratini arrulló algo.

    Max revisó su videoemisor. Eran las siete. Ya debería estar claro el día. Sin embargo, todo seguía a oscuras. Una especie de nube morada cubría todo el cielo. Raro.

    "De acuerdo.... ¿Quieres caminar?"

    Dratini denegó con la cabeza. Se echó a dormir en el brazo de su entrenador. Max le acarició la cabeza, y echó a correr.

    Al volver, despertó a Liam. Eran las diez. Y seguía oscuro, sin atisbo de un rayo de sol.

    * * *

    Una noticia circulaba por todas las regiones.

    'La región de Kanto está envuelta en una capa oscura' decía el Profesor Elm, un joven científico con unas gafas enormes, a uno de los periodistas que buscaban hipótesis. 'No se sabe exactamente de que está hecha. Lo que se sabe es que ninguno de los que han entrado ha regresado. Las cámaras se bloquean, los pokemon no vuelven. No hay respuesta de ninguna persona a la que se trata de localizar. Mi consejo: aléjense de esa zona".

    Cosa que obviamente solo los adultos cumplían. Cada día subía la lista de jóvenes que se montaban en sus pokemon voladores y viajaban hacia Kanto. Algunos morían segundos después de pasar la capa de humo. Cosa que nadie más sabía.

    '¿Porque no hay respuesta de los habitantes de Kanto?' Preguntaba mediante los medios un miembro del Alto Mando de Jhoto, Koga. Sabía que su hija estaba adentro. Lo que fuera que estuviera pasando...

    'Los científicos están analizando el humo. Dicen que tienen una hipótesis de lo que podría estar pasando, pero no están lo suficientemente seguros como para dar la noticia al aire. Sigan en contacto'.

    Los de Kanto no podían saber nada de esto.

    * * *

    Habían pasado dos días. O eso creía Liam. El sol seguía sin salir.

    La comida apenas hacia algo. El sentimiento de llenura solo duraba media hora. Luego su estomago rugía. Por si fuera poco, la comida escaseaba.

    'Todo aparato electrónico en la ciudad ha dejado de funcionar. No hay forma de comunicarse hacia afuera' leyó Liam en el diario de esa mañana. Habían tenido que volver a la época de los periódicos, desde que la televisión había quedado obsoleta.

    'No hay forma de salir' decía el periódico. 'Por favor, absténgase de intentarlo. Han sido recogidos varios cuerpos en el suelo. No se convierta en uno de ellos'.

    Como siempre, las cosas solo sabían empeorar.

    "No puede ser Nightmare, ¿cierto?" Preguntó Max.

    Liam o pensó. "No es posible" decidió. "Él eliminó la Nightmare. No hay forma..."

    No dijo más, porque no estaba muy seguro. Ni siquiera sabía quién o qué era Nightmare.

    Gastly salió al exterior. Se veía animado. Aspiraba el aire, feliz de encontrar tanto odio. Aunque no sabía exactamente de quién.

    Mientras tanto, fuera de Kanto, una criatura olfateaba el lugar.

    Había llegado algo tarde. Sabía lo que pasaría si entraba a la región.

    Revoloteó un par de veces, preguntándose que hacer. En una de esas, dejó caer una pluma accidentalmente. Por cosas de la vida, cayó en Ciudad Azulona. Justo frente a la entrada de la casa de Liam.

    Y fue Shedinja quien la recogió. La escondió dentro de su cuerpo, ocultándola a la perfección con sus patitas. Nunca se había movido tanto, pero por alguna razón sentía que aquella pluma le serviría en el futuro.

    No muy lejos, en Ciudad Azafrán, una líder de Gimnasio observaba el cielo. Su Alakasam estaba a su lado. Se comunicaban telepáticamente.

    "No lo sé" dijo entonces. Su voz adolescente se sintió extraña en ese lugar tan vacio. "Creo que sí".

    Una sombra se materializó. Cayó desde el cielo, a una velocidad sorprendente. Al chocar en el suelo, se creó una versión miniatura de una explosión. Luego, la sombra adquirió forma. Un Bisharp. Pero...de alguna manera lleno de oscuridad.

    Atacó. Desplegó sus cuchillas y se lanzó.

    "Psíquico", ordenó Sabrina. Alakasam movió sus cucharas, y la sombra fue atacada. No recibió daño alguno. Sabrina alzó una ceja.

    Bisharp cortó una mejilla de Alakasam con Cuchillada. Unas gotas de sangre salieron de la herida.

    "Mimético" decidió Sabrina. Alakasam atacó también con cuchillada. Apenas pudo tocarlo.

    Una risa loca sonó en la distancia. Sabrina no la escuchó.

    "Megapuño".

    Alakasam decidió atacar de frente. Atravesó el cuerpo del Bisharp. Este se difuminó en sombras.

    Los murmullos siguieron. Esta vez Sabrina les tomó atención. "¿Qué...?"

    Las sombras atacaron. Sonrisas enormes, ojos inyectados en sangre, risas maníacas. La forma en la que los Gengar asustaban.

    Pero esta vez hacían algo más. Estas sombras no eran solo Gengar. No eran normales. Y no iban solo a asustar.

    * * *

    En Ciudad Azulona, cerca del centro de la región, una bola oscura emergió. Desde esa bola caían otras, viajando hacia todas direcciones de la región. Caían, se materializaban, y se transformaban en pokemon sombra.

    La bola brillaba en plateado oscuro, destilando poder. Tanto nivel de energía terminó evolucionando al Gastly de Liam. Este último miró al cielo, conmocionado. 'Nightmare', pensó. "Nightmare", dijo. Y todo estalló en oscuridad por un momento.

    La verdadera identidad de Nightmare se descubrió cuando todo volvió a ser visible.

    Pero diez veces más grande.

    * * *

    La criatura bondadosa sintió el poder de Nightmare. Era demasiado.

    Flotó unos pocos metros del suelo. Así, cuando atravesara el humo y su cuerpo se durmiera, no caería hacia el suelo desde una altura enorme. Eso le había pasado a varios entrenadores que habían viajado a Kanto. Ahora estaban en el cementerio.

    El humo era el poder de la pesadilla de Nightmare. Porque Nightmare controlaba las pesadillas. Ahora que Liam lo veía, pensó que era muy obvio. Debió saberlo desde el principio.

    Frente a él, enorme, arriba del centro comercial, destilando poder, una criatura se movía. Era casi completamente negro. Excepto lo que parecía una bufanda roja, la cabeza blanca y extendida hacia arriba, y unos penetrantes ojos azules.

    Se retiró la bufanda. Su sonrisa era imposiblemente ancha, como esas imágenes de terror sobre sonrisas de Gengar que él y Max veían de adolescentes.

    'Hola, Liam' dijo Nightmare. En su mente, su voz sonaba muy animada. 'Y Gracias'.

    Lanzó una bola de pesadilla. El Flygon de Max atrapó y alejó a los dos entrenadores mientras Nightmare cargaba otra y lanzaba una risa maniaca.

    'Gracias'.

    Liam jadeó. Acababa de entender el porqué seguía teniendo sueño. Y hambre.

    "¡Flygon, rápido, sácanos!" Gritó Max. Flygon aceleró la velocidad.

    Liam miró hacia atrás. Miró a Nightmare, el enorme Nightmare de casi diez metros, mientras este lanzaba sus sombras hacia ellos.

    Nightmare, el Darkray, lo miró de vuelta.

    Gracias.

    * * *

    Era hora. Por primera vez en su nueva vida, Shedinja entró en su pokeball. Necesitaba estar en un lugar en donde pudiera cerrar los ojos y dejarse llevar sin caerse.

    Su pokeball se sintió…cómoda, tuvo que admitir. Quizá no era tan malo ser cautivo de una bola diminuta de vez en cuando. Cerró sus ojos.

    Vio lo que ella llamaba el mundo de las almas torturadas. Y a su lado...Algo que ya sabía.

    Todo se veía solo. Ni un alma a la vista. Todos en ese lugar se encontraban durmiendo.

    Esa era a dimensión base. Porque todos los demás, todo Kanto, se encontraba en la nueva Nightmare.

    Se acercó al mundo de las almas torturadas. En sus patas, la pluma misteriosa pesaba.

    Oyó rugidos, gritos y risas psicóticas. Escuchó llantos, algunos “¿Cómo pudo reemplazarme? Y otros “¡Ya ni se acuerda de mi!”, seguidos de amenazas y llantos ahogados. Shedinja sintió lastima. Sus patas empezaron a arrastrarse lentamente, absorbidas por la tristeza.

    “¿Qué?”, se preguntó Shedinja. Su cuerpo, diferente a las veces anteriores, se dejaba arrastrar. La pluma pesaba. “¡No, yo no pertenezco aquí!”.

    Tratar de huir agotaba sus energías. Cada segundo era arrastrada hacia el mundo que tanto odiaba. Si entraba, no podría salir nunca.

    Sintió como la pluma misteriosa jalaba hacia dentro del portal. Shedinja intentó quedársela, pero solo servía para arrastrarse aún más rápido. Con un suspiro, soltó la pluma.

    La pequeña pluma blanca entró al mundo de los Ghost. Un par de ellos se sintieron amenazados con su inocencia, su pureza y su brillo. Atacaron.

    La pluma estalló. Una explosión de luz que purificaba el aire del mundo más lleno de odio en el universo. Los Ghost recordaron y recuperaron su forma en vida. Algunos Nidoking, algunos Charizard, muchas Marowag. Espíritus que recordaron los buenos tiempos con sus entrenadores. Algunos espíritus recordaron que sus entrenadores no los habían reemplazado, solo habían buscado una forma de escapar del dolor de su perdida. Otros se dieron cuenta de que los que según ellos no se acordaban de ellos, en realidad habían muerto muchos años antes. Todo el mundo fue purificado y convertido en un brillo blanco permanente. El mundo comenzó a llenarse de risas, de divertidos relatos de su antigua vida, de malos chistes y alegría sin fin.

    Una pluma había hecho aquello. Y quien la había traído se arrastraba lentamente hacia el mundo de las almas, demasiado cansada como para oponerse.

    Escuchó un rugido, y un cuerpo solido agarró cuidadosamente a Shedinja, evitando su muerte. Shedinja pudo ver un cuerpo azul maltratado, con unas enormes alas rojas y un rostro de reptil que la miraba con…anhelo.

    “Tu”, dijo Shedinja. “¿Bagon?”.

    Salamence rugió de alegría. “Lograste sacarme”, dijo. Parecía emocionado de salir. “Ahora ayúdame a devolverte el favor”. Flotó débilmente hacia afuera. Shedinja mantuvo abierto lo más grande posible el portal de la Nightmare para que Salamence entrara. Su cuerpo…Mejor dejemos que Liam nos diga como era el cuerpo de su antiguo dragón. Él tiene mucho que ver más adelante.

    Nosotros también.
     
    Última edición: 9 Diciembre 2015
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    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    1569
    Capítulo Once


    Su enemigo era un Darkray. Liam estaba aliviado de que Nightmare fuera en realidad un pokemon. Pero...¿Darkray?

    "La liga pokemon es difícil, pero cualquier persona con un buen equipo puede hacerle frente", había dicho el padre de Liam años antes. "Lo difícil es que hay algunos entrenadores que han logrado capturar pokemon legendarios. Y contra ellos no se puede".

    Genial. Ahora un Darkray de diez metros queria encargarse de su muerte.

    Todo Kanto podia ver a Darkray. Inmediatamente descubierta la amenaza, varios entrenadores se lanzaron a tratar de vencerlo. Chicos montados en su Aerodactyl, Charizard, Dragonite, Fearrow y cualquier otro pokemon que tuviera alas. Esto causó que Nightmare se enojara, y lanzara al cielo sombras aladas, aparte de las que les habia lanzado a Liam y a Max.

    "Flygon, vamos chica. Mas rapido", pidió Max. Flygon aceptó, y avanzó la velocidad.

    Detras de ellos, tres pajaros gigantes revoloteaban en el aire, persiguiendo a Flygon. Completamente hechos de sombra, igual que siempre.

    Cuando uno de los tres pajaros falló un ataque de Rayo Hielo por milimetros, Max supo que debian dividirse. El problema era que Flygon era el unico pokemon que volaba.

    ¿Cierto?

    Le habló dulcemente a su serpiente dragón, la cual descansaba enroscada a su brazo. "Chica, necesito que confies en mi, ¿de acuerdo?"

    Dratini no entendió, pero asintió. Max la agarró de la cola.

    Con la otra mano, agarro algo de su mochila. Luego lanzó a Dratini al vacio.

    "¡MAX, ¿QUE ESTAS HACIENDO?!" Gritó Liam, horrorizado.

    Max lanzó lo que tenia en su mano. "¡Llevo desde ayer cancelando sus evoluciones, pero ya es hora!".

    Dratini, asustada, se aferró a lo unico que olía a su entrenador en la caida. Una pequeña bola de caramelo. La mordió.

    Su cuerpo se estiró. Gritó. Sintió como su fuerza crecía, se sintió capaz de todo.

    Liam notó que, luego de evolucionar, Dragonair comenzó a mover su cola en forma ondulada. Por alguna razón, se dio cuenta de que el aire pasaba por las ondulaciones de su cola y la impulsaban hacia arriba, permitiendole volar.

    "Ese es tu transporte" bromeó Max. Flygon decendió hasta donde se encontraba Dragonair. "Nos vemos en la Central Energía en una hora".

    No esperó respuesta. Practicamente empujó a Liam hacia su Dragonair, antes de que Flygon volara a toda velocidad.

    "¡Eh!", se quejó Liam. "¡No se manejar esta cosa!"

    Escuchó las risas de Max a lo lejos. 'Idiota', pensó Liam.

    Dragonair puso los ojos en blanco. Ella no necesitaba ser manejada o algo por el estilo.

    Liam agarró las orejas - alas - de Dragonair. "¿Como haces esto?"

    El dragón se limitó a bufar. Liam prestó atención a su cuerpo.

    'Es como si se empujara a si mismo' pensó. 'Debe necesitar mucha fuerza para hacerlo'.

    "No te enojes conmigo, ¿de acuerdo?" Pidió Liam. "No se mucho de tu especie".

    Dragonair lo ignoró. Liam no sabía que con los dragones no se podia ser dulce, o lo verían como alguien débil.

    Liam se sujetó fuerte mientras la serpiente sin alas impulsaba su cuerpo y se retorcia, bajando un par de metros para que la presión del aire no fuera muy alta y le permitiera descansar.

    Dragonair miró el cielo nubloso y el pajaro que lo perseguia, el cual no dejaba de lanzar rayos hacia él.

    Liam, mientras tanto, veia a un chico corriendo en el suelo.

    "Dragonair, baja, ayudemos a ese chico"

    Dragonair lo ignoró.

    "¡Vamos, pedazo de dragona inútil, ¿acaso temes no poder seguir volando si bajas?" Espetó Liam. No le gustaba imitar a Max cuando daba ordenes, pero era necesario.

    Dragonair se sintió ofendida, y bajó. Liam agarró al niño antes de que el cuerpo de Dragonair tocara el suelo. Aún ofendida, la dragona se escabulló, logrando esconder a Liam y al chico en una gruta, cerca de una montaña.

    "¡Eh! ¡Liam!" Espetó el chico. "¡Me has dado un susto de muerte!"

    Liam mostró confusión. "¿Te conozco?"

    "¡Por supuesto!" El chico respondió, animado. "¡Mi Machop ha evolucionado hace poco! Y como te prometí, tengo un tipo Psiquico. ¡He capturado un Natu!"

    Aunque Liam no podía verlo - culpa de la oscuridad en la pequeña cueva - escuchó como el chico buscaba en sus bolsillos.

    "¿Que esta pasando? Todo el mundo se esta volviendo loco". Inocencia. Liam envidiaba al chico por tener esa cantidad de inocencia. "¿Tienes algo de pan? Muero de hambre".

    Liam no tenia pan, pero tenia una baya Zidra. Se la dió.

    "¡Deliciosa! ¡Gracias!".

    Ese chico tendria hambre media hora mas tarde.

    "Mi Natu sabe muchas cosas...¡Creo que esta bastante avanzado de...!" Se detuvo. "¿Que es esto?"

    Liam, agradecido de que el chico se callara, no le prestó atención. Afuera estaba lloviendo. Era agradable poder ver la lluvia mientras su cuerpo se encontraba seco, y recibir momentaneamente el frio del exterior.

    "Yo no tengo un Thyplosion...." Siguió el chico. "Ni un.....¡WOA!" Y un ruido sordo.

    Liam volteó. El chico miraba hacia el suelo con terror. "¿Donde esta mi Machoke? ¿Donde está mi Natu?"

    Al ver las pokeball en el suelo, Liam divisó a Thyplosion, y a un...Gengar.

    Revisó sus balls. La caida, que casi les habia hecho perder las pokeball, les habia hecho intercambiar por error.

    Liam vió en su equipo a un pequeño Natu, y un Machamp.

    "¡Ha evolucionado!" Comentó el chico. Hicieron el intercambio. "¡Whoa, mira esos musculos! ¡Y cuatro brazos!"

    Dragonair puso los ojos en blanco. Liam también.

    * * *

    Max no se lo estaba pasando mejor. De hecho, Max hubiera dado cualquier cosa por pasar la tarde/noche escuchando a un chico parlotear de lo invencible que sería ahora que tenía un Machamp.

    No es necesario averiguar porque Max enfadó a un Ariados. Peor aún, no era una sombra. Max enfadó a un verdadero Ariados.

    "¡Mira, pedazo de escremento con patas, espero que me liberes en este mismo instan..."

    Ariados lanzó su telaraña. Había apuntado hacia la boca del domadragones, pero este se habia movido.

    No era que eso le diera una ventaja. Tanto el como Flygon estaban atados en su telaraña, esperando a que a Ariados le diera hambre para convertirse en su almuerzo.

    "¡Voy a capturarte, y te entrenaré hasta que te sangan callos en las patas!"

    Otra telaraña. Volvió a esquivar.

    Ariados se acercó peligrosamente a él. Sus mandibulas hicieron un casquido al cerrarse amenazadoramente.

    "Oh, vaya. ¿A quien tenemos aqui?" Max escuchó una voz delante suyo. Dejó de prestarle atencion al Ariados que blandía su mandibula cerca de la mejilla de Max, y encontró a una chica y un Venusaur mirandolo con burla.

    "¡Tu, sacame de aqui!" Medio ordenó Max.

    "¿Y porque haría eso? No eres el chico mas agradable del planeta".

    "¿Te conozco de algo?"

    "¡Encima no me recuerdas! Eso en ofensivo" la chica rubia lo miró, enojada. "No seas tan mandón y dime las palabras magicas. Solo así te ayudaré".

    El enojo en Max subió. "¡No puedes dejarme aqui a que este insecto me coma!"

    "No. Pero puedo liberarte una vez que haya destrozado tu cara con acido. ¿Sabias que algunos pokemon hacen eso? Ayuda a que seas mas facil de digerir. Quizá una vez que tu cara ya no sea linda entonces dejaras de ser creído".

    Max bufó. "Si te conozco, seguro no me caias bien".

    "No me conocías en ese estillo" la chica rubia de ojos verdes rió. "En realidad me contrataste para tu fiesta de cumpleaños, ¿recuerdas?"

    Allí fue en donde la reconocío. Era la chica que servía tragos en su fiesta. "¿Liza?"

    "Oh, ¡vaya! Se acuerda de mi. Que ternura" Venusaur agarró el aguijón de Ariados con Latigo Cepa. "Di las palabras magicas, negro cachondo".

    Max se sonrojó. Su ex novia anteriormente lo llamaba 'negro cachondo' cuando se ponía caliente. Cosa algo rara, porque Max no era negro, solo algo bronceado. Sin embargo...

    "¿Lindsey estuvo en mi fiesta?" Preguntó horrorizado.

    Liza rió. Se lo estaba pasando excelente. "Claro, negro cachondo. Estabas ebrio, caminando como un Spinda, y pasaste el resto de la fiesta comiendote a tu ex. Casi literalmente".

    Max cerró los ojos con fuerza. Ultima vez que tomaba.

    "¿Vas a sacarme de aqui?"

    "Depende, negro cachondo" Liza rió de nuevo. Ese apodo era increíblemente gracioso. "¿Dirás las palabras magicas?"

    Max bufó. Ariados comenzó a cargar ácido.

    "Pues..."

    Un montón de Spinarak se reunieron alrededor, esperando la comida.

    "¡Vale, vale! ¡Liza, sacame de aquí!" Se odió antes de pronunciar lo siguiente. "¡Por favor!".

    "¡Orgullo perdido!" Gritó Liza alegremente. "Vamos, Venusaur, sacalo. Ya me esta dando lastima".

    De un solo tirón, luego de aferrar el latigo Cepa a la cintura del chico, Max fue libre. De otro tirón saco al dragón verde.

    "¡Flygon, Hiperrayo!" Ordenó Max. El ataque impactó sobre el Ariados, quitandole bastante energía. Max lanzó una pokeball para capturarlo. "Cualquier pokemon capaz de atraparme merece estar en mi equipo" musitó. "Y yo siempre cumplo mis promesas. Preparate para el entrenamiento".

    Max no se dió cuenta del latigo cepa en sus tobillos hasta que fue demasiado tarde.

    Fue alzado boca abajo como a un muñeco. Liza parecía entretenida. "De acuerdo, negro cachondo, ¿como se dice?"

    "Deja de llamarme asi".

    "Oh, nunca lo haré" prometió Liza, riendose.

    "Pero...gracias". Venusaur lo soltó. Max cayó al suelo.

    "Ibas a algún lado, ¿cierto? ¿Encontraste un escondite o algo así?"

    Max la miró, enojado. "Si vas a ir conmigo, tienes que controlarte. Y deja de llamarme así".

    Liza juró. Aunque no estaba para nada decidida a cumplir.
     
    Última edición: 9 Diciembre 2015
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    Graecus

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    Luego de pensarlo mucho, he decidido actualizar esta historia aqui en FFL :3 no lo pondré todo de una vez para que no sea demasiado pesado de leer.

    Capítulo Doce

    Al principio, el chico rió.

    Era difícil creer lo que Liam trataba de explicarle. ¿Todo Kanto participando en una pesadilla, y pokemon de sombra atacandolos a muerte? Por favor.

    Sin embargo, la risa cesó luego de las pruebas. ¿Tienes hambre? ¿Tu televisor no funciona? No has podido ponerte en contacto con tus familiares de ninguna forma, ¿cierto? Y por ultimo: ¿cuanto tiempo tienes sin sentir sueño?

    El chico abrió los ojos como platos. Liam supuso que dió en el blanco.

    "Un par de días" admitió el chico.

    "¿Te habia pasado antes?" El chico denegó con la cabeza.

    De eso ya habían pasado tres horas. Liam se sentía mal por Max, pues habian acordado esperar solo una hora. Pero la lluvia empeoraba, y cada vez que uno de los dos sacaba la cabeza de la cueva, un Hiperrayo era disparado a lo lejos.

    Así que Liam había estado ayudando al chico con su equipo.

    "¿Cual dices que es tu nombre?"

    El chico lo miró fijamente antes de responder. "Silvio".

    "Silvio", repitió Liam. "¿Machop fue tu primer pokémon?"

    Silvio asintió. En su pokeball, mas abajo, su Machamp los miraba con ganas de luchar.

    "¿Porque no fuiste a recibir un pokemon en el laboratorio de Kanto?"

    Silvio hizo una mueca. "No sabia cual escoger. Los tres son muy geniales".

    Era cierto. Liam agradecía a Arceus el haber nacido en Jhoto, donde los chicos elegían Totodile o Cyndaquil según sus gustos.

    Ya que Silvio solo tenia dos pokemon, Liam decidió entrenarlo.

    "De acuerdo, Natu...¡Psiquico!"

    Natu miró a su entrenador, triste y asustado por no poder hacer nada.

    "No comiences por algo asi" le instruyó Liam. "Si es la primera vez que lo usas, debes revisar sus ataques primero. Prueba con algo mas bajo".

    "Hmmm..." Silvió se concentró. "¿Confusion?" Se suponía que era una orden.

    Natu atacó al Leafeon de Liam con el susodicho ataque. Leafeon recibió el daño, y terminó confundiendose.
    "Muy bien" apremió el otro. "¡Leafeon, usa Arraigo!"

    Leafeon sacó raices de sus patas, las cuales plantó en el suelo, uniendolas a los nutrientes de la tierra.

    "Vamos un poco mas adelante" decidió Silvio. "¡Picotazo!"

    La pequeña bola con alas se lanzó hacia Leafeon, bajando en picado y atacando con su pico. El golpe fue duro, y casi acabó con el pokemon tipo planta. Este reanimó un poco su energia con los nutrientes bajo él.

    "¡Sintesis!" Ordenó Liam. Leafeon absorbió la luz solar, sintiendose como nueva.

    Silvio aprovecho que Liam decidiera aun no atacar.

    "¡Premonición!"

    "¡Dia soleado!"

    "¡Picotazo!"

    "Sintesis"

    "¡No lo entiendo!" Gritó Silvio. "¡No estas atacando! ¡Picotazo!"

    El pokemon pajaro volvió a golpear a Leafeon con su pico, restandole energia.

    "No lo estas viendo a mi manera" dijo Liam. "Nunca debes confiarte. A ver...¿adivinas cual pokemon tiene una habilidad la cual le permite aumentar la velocidad cuando hay sol?"

    Leafeon sonrió con malicia.

    "¿Y sabías que cuando hay sol, no es necesario cargar un Rayo solar?"

    "¡Oh, Rayos! ¡Natu...!"

    Pero era tarde.

    "¡Leafeon, Sintesis, Rayo Solar!"

    La velocidad de Leafeon le habia permitido usar los dos ataques antes de que a Natu se le ocurriera atacar. Restauró la poca vida que habia perdido, y lanzó un poderoso Rayo que dejó a Natu casi completamente fuera de combate.

    Sin embargo, Leafeon recibió el ataque de premonición, el cual fue bastante fuerte. Leafeon quedó tambien con poca vida.

    Silvio hizo una mueca, sabiendo que perdería. Sin embargo, no imaginó lo que vendría despues.
    Liam no hizo nada. Solo sonrió con avivez, y susurró a Silvio. "Creo que es el momento en que dices 'Fuego Fauto', ¿no?".

    Silvio no entendía, pero decidió aprovechar. "¡Fuego fauto!".

    Natu invocó unas llamas, las cuales danzaron sobre Leafeon, antes de entrar en el. Leafeon cayó debilitada.

    Y Natu comenzó a brillar. De su vientre salió el resto de su cuerpo. Lo que antes era su cuerpo ahora solo era su cabeza. Sus entrañas fueron desplazadas aun cuerpo mas alargado, y sus alas crecieron hasta cubrir su pecho, como una especie de vestido. Se sintió...poderoso.

    "Whoa" dijo Silvio. "Soy invencible en serio".

    Dragonair, recostada, quiso freirlo en barbacoa. Estaba harta de eso. Tristemente, aun no sabia como usar Lanzallamas. Lastima.

    "Listo" decidió Liam. "Ya podemos irnos".
    Xatu, el pokemon recien evolucionado, miró a Silvio con determinación.

    Algunas personas creían que los Xatu podian psicoanalizarte de tal manera que practicamente adivinaban tu futuro. Y era cierto. Xatu vió la posibilidad de que Silvio tuviera un equipo pokemon realmente poderoso en el futuro. Si salia vivo de la Nightmare, claro.

    "¿A donde vamos?" Preguntó el chico, dubitativo.

    Liam sonrió. "Tenemos que salir de aqui pronto. Y aqui hay un chico que debe hacer una decisión".

    * * *

    Salamence volaba en silencio.

    Shedinja, en una de sus garras, temblaba de frio.

    Estaba pasando por una etapa de dolor que no entendía.

    Había sido expuesta a esa pluma que había purificado el mundo de las almas de los pokemon. No entendía que estaba pasando con ella. Su cuerpo titiraba, sus patas dolían como si estuvieran siendo chamuscadas, y su cabeza se sentía como si fuera a explotar cuando menos se lo esperara.

    "¿Que se siente estar afuera?" Le preguntó a su compañero. Salamence gruñó.

    "Duele" hizo un quejido. "El viento parece afectar mis heridas mas de lo normal".

    Cierto. A veces Shedinja olvidaba las cicatrices en el cuerpo de Salamence, como si su piel hubiera sido arrancada y devuelta en tiras. Habia lineas que hacían que su piel se viera horrible. Parecia un Salamence reconstruido de las pieles de otros Salamence. Shedinja no lo entendía.

    "Lo odio" dijo ella. Luego notó el silencio de Salamence, y se corrigió. "No a ti. Odio que hayas pasado por esto".

    "Fue lo mejor" dijo Salamance, batiendo sus alas. "Pudo ser peor, al menos".

    Shedinja seguía temblando. Desde su interior, algo cambiaba. Podia sentirlo.

    "¿Cual es el plan?" Preguntó Salamence.

    Shedinja lo pensó. Imaginó el horror de Liam cuando revisara su pokeball y encontrara el cuerpo sin vida que ella antes habia estado ocupando. Le parecía raro el haber podido salir con el cuerpo con el que ella observaba los mundos a los que podía ir. De alguna manera habia vuelto a dejar atras su antigua piel.

    "No se" dijo, sincerandose. No notó que el agujero de donde había salido al evolucionar ahora brillaba en rosa palido, el color de la magia. Ni notó, al menos al principio, que podia mover sus alas.

    Sin embargo, noto lo cansada que sonaba su respiración.

    Ella estaba respirando.

    * * *

    La habitación estaba en silencio. Max lo había supuesto.

    Y solitaria. Max podia escuchar las explosiones amortiguadas de la guerra que se estaba desarrollando afuera, y algunas hacian que cayera un poco de polvo al suelo.

    Dió unos pasos. El laboratorio era de color blanco. Max pudo notar los relieves de una mesa, con una unica pokeball en el centro. Una maquina para restaurar la salud de los pokemon, algo que Max no habia visto en años. Pudo notar un escritorio, un Gyarados enrollado en medio de la habitación y una computadora con algunos archivos de...

    "Alto" se ordenó Max. "¿Un Gyarados?"

    Apenas lo dijo, la cabeza del Gyarados se levantó, mirando a Max fijamente.

    Ugh. Max no era muy fan de esos pokemon. Eran demasiado violentos.

    Rugió, probando el punto del domadragones. Se lanzó a por el, serpenteando mientras rugía en amenazas.

    Max movió una de sus manos instintivamente hacia sus balls. Luego recordó que su Dragonair estaba con Liam, y Flygon se había quedado cuidando a Liza en la Cueva Celeste, luego de descubrir que la Central Energia estaba llena de Electrode explosivos. Lo unico que tenia a mano era a un Ariados con el que no habia hablado mucho, quizas ni caso le haría. Max maldijo por lo bajo.

    'Baja hasta encontrar una guarderia. Encuentra una entrada subterrana y baja. Apenas salgas, baja hasta Ciudad Carmín y entra a la Cueva Diglet. Al salir corta los arbustos y baja hasta Pueblo Paleta', le habia dicho Liza. Se le olvido la parte en la que deberia haber dicho 'Te presto a Venusaur por si hay un Gyarados en el laboratorio'.

    "¡Alto! ¡Quieto, Gyarados!".

    Max alzo una ceja. La voz habia salido desde el suelo en donde se encontraba Gyarados.

    Gyarados comenzó a desenrrollarse y dejó al descubierto a su entrenador. Este tenía el cabello entrecano, ya mas blanco que su color natural, una mirada seria y una bata debajo de una camisa roja.

    "¿Profesor?" Max estaba atonito. "¿Eso es suyo?". Puso enfasis en 'Eso'.

    El Profesor Oak no le prestó atención. Le lanzó un pokecubo a Gyarados, el cual devoró en silencio. "Te he dicho que no ataques a la primera oportunidad a los entrenadores. Solo a pokemon que entren. Ya esta es la segunda vez que te pasa hoy", dijo Oak. Si Gyarados estaba avergonzado, no lo demostró. "Ahora tú" añadió al ver a Max. "Sé a que vienes. La primera vez lo rechazaste".

    Max jugueteó con la pokeball en su mano. "La primera vez fue diferente. Yo..."

    "¡Por supuesto que era diferente!" El profesor Oak sonrió. "Acababas de recibir a un Dratini. Veniste a Pueblo Paleta a mostrarselo a un amigo, ¿cierto?"
    Max asintió. Recordaba esos dias. Dratini enrollado en su brazo, sorprendiendo a todos con su extraño color.

    "Luego el te mostró su Charmander y decidiste que querias uno. Veniste, y al momento de elegirlo tu Dratini te miró como si al agarrar la pokeball fueras a traicionarlo. Supuse que te irías. Fuiste bueno al irte. Preferiste a tu pokemon antes que tener un equipo".

    Max no sabía que decir. Solo asintió.

    "Y fue por eso que decidí guardartelo" sonrió. Sacó una pokeball de uno de los bolsillos de su bata de laboratorio. Al lanzarla al suelo, dio un par de pasos hacia atras.

    Un rugido hizo que Max protegiera sus oidos con sus manos. Un Charizard lo miraba fijamente.

    Max lo estudió poco a poco. Sus alas estaban encogidas en su cuerpo, pero Max sabía que eran enormes y rigidas. Su rostro mostraba desconfianza absoluta.

    Max trató de acercarse. 'No se le puede demostrar miedo a los dragones', se recordó. Charizard rugió, pero Max no se inmutó. Alargó su brazo.

    Justo antes de que Max llegara a su hocico, Charizard mostró sus dientes.

    'Ultima oportunidad', se dijo Max. Cerró los ojos y tocó a Charizard.

    Lo primero que sintió fue la extrema calidez que despedía el cuerpo del pokemon.

    Esperó a sentir los colmillos de Charizard en su brazo, pero no lo sintió. Al abrir los ojos, lo encontró estudiandolo con curiosidad. Luego Charizard se acercó y rodeó a Max con su cuerpo, su cola enrollandose entre sus piernas.

    Max exhaló. Listo. Su personalidad, y sin que el lo supiera, tambien su aura, agradaba a los pokemon dragón. Max acarició la panza de Charizard. Este sonrió y dió una pequeña bocanada de fuego al profesor, a modo de despedida.

    El profesor Oak le dió a Max la pokeball de Charizard.

    "Cuidalo" medio ordenó. "Haz que valga la pena el haberlo entrenado por ti".

    Max asintió. Charizard lanzó al aire una llamarada, animado.

    Al segundo, un Hiperrayo destruyó el techo. Charizard rugió de ira mientras un Garchomp de sombras entraba al laboratorio.

    "¡Justo a tiempo!" Comentó Oak. "Largate de aqui, chico. Estoy listo para esto".

    Charizard y Garchomp se miraron. Max posó su mano en el dragón naranja. "Vamonos, Charizard" ordenó.

    Charizard parecía no escucharlo, pero al tiempo calmó su energía.

    "¡Gyarados! ¡Rayo Hielo!" Escuchó Max segundos después de que Charizard saliera por el techo, con su entrenador en la espalda.
     
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    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    1710
    Capítulo Trece


    Liza tenía el calor suficiente para considerar quedarse en topless en la Cueva Celeste.

    Luego, obviamente, declinó la oferta. Max volvería pronto. Ella se negaba rotundamente a regalarle ese tipo de imagen prometedora.

    Y sin embargo...el calor. Era horrible. Estaba lloviendo, pero el vapor creaba una humedad insoportable, un aire caliente que la ponia de mal humor y le daba ideas de lo fresca que se sentiría al desnudarse. Maldito Max, la unica razón por la que no lo haría.

    Se quitó el pantalón largo que tenia debajo del short corto, quedandose con este ultimo. Se quitó la camiseta y quedó con su sujetador. Buscó en su bolso una blusa ligera de color azul claro, y se la puso. Eso, y unas vendas en sus muslos para poder sentarse en el suelo rocoso sin raspaduras, y estuvo lista para cuando llegó Liam.

    No Max. Liam.

    El chico había llegado luego de un chasco al ir a la Central Energia. Luego de casi quedar chamuscados por el ataque de los pokemon electricos, y que Silvio capturara un Elekid, habían encontrado la señal de Max: un destello de gran magnitud, soltado por uno de los pokemon de Liza.

    Lo miró bajarse de un Dragonair Brillante, el cual entró con él y olisqueó a Liza. Detras de el un chico de al menos doce años abrazaba a un Squirtle, el cual parecía estar entretenido con sus burbujas.

    Liam la detalló completamente. Lo vió cambiar de color en segundos, su cara pareciendo de repente del mismo color que una baya Zresa. Le gustó ese gesto.

    "Hola", saludó él. "¿Max esta aqui?"

    "Ha salido" contestó ella. Su Venusaur estaba mas al fondo, echando raices en la tierra para recomponer su salud y descansar. Cada vez que un pokemon se acercaba, le lanzaba un Hiperrayo. Flygon revoloteaba mas al fondo, entrenando por su cuenta.

    Liam lo notó. "Puedo ayudar a proteger afuera, si quieres" sugirió. De la ball en su mano salió Typhlosion. Al parecer escuchó a Liam, porque salió afuera a vigilar.

    "¡Yo ayudaré! ¡Vamos, Squirtle!" Gritó Silvio. Segundos después acompañaban a Typhlosion.

    Liam se sentó. Liza tambien lo hizo, apoyandose en la espalda del chico. "La ultima vez que hablamos te desmayaste" le recordó. "¿Dije algo que te escandalizó?"

    Liam sonrió. Recordaba ese dia. "Entré aqui" dijo él. "Estoy seguro de que Max te lo ha explicado. Volví aquí, pero era diferente. Y descubrí que Nightmare podía hacerme dormir a voluntad".

    Ella asintió. Era la charla mas extraña que habia tenido con un chico, mucho menos con un chico como Max (generalmente se habia acostumbrado a besarlos y no pensar al principio que todos eran unos idiotas interesados sin remedio) pero al final le habia creído. Más aún cuando Max relató con dolor la muerte de su Dragonair.

    "¿Como has podido soportar todo esto?" preguntó Liza. "casi me da un ataque cuando noté el cambio en el ambiente".

    "Bueno...no lo soporté, realmente. A veces solo quería ir al techo de la supertienda de Ciudad Trigal y lanzarme al vacio".

    Liza rió. "Eso no significa que no lo hayas soportado. Quisiste morir, pero seguiste intentando. Eso es valiente". Bostezó.

    "Bastante mal con el sueño, ¿eh?", bromeó Liam.

    Liza se acurrucó. "Es horrible. Sentirse cansado pero sin sueño. ¿Puedo intentar dormir en tu espalda?"

    "Oh, vaya. Liam Cress, siendo tan útil como una almohada desde tiempos inmemorables."

    Le gustó escucharla reir de nuevo. "Bueno, no es mi culpa que no seas muy útil", bromeó Liza.

    "Yo soy muy útil", protestó Liam. "Puedo mantener a raya a un domadragones y todo, imaginate".

    "Silencio, almohada. Liza necesita descansar".

    Ella probablemente había estado coqueteando un poco. De todas formas, la importante conversación pudo haber seguido, si los sentidos de Liza no se hubieran agudizado un poco dentro de la cueva. Escuchó un rugido en la distancia.

    Se tensó, aunque no lo pensó mucho. Se mantuvo alerta.

    El siguiente rugido la hizo levantarse de un salto. "Ven conmigo", le pidió a Liam. Agarró su bolso de mano, en donde tenía el resto de su equipo.

    Liam la siguió. Trató de hacer el menor ruido posible mientras caminaban hacia el fondo de la cueva.

    El siguiente rugido fue de dolor, y los hizo correr.

    "¡Venusaur!", llamó Liza, preocupada, apenas estuvo lo suficientemente cerca para distinguir las sombras.

    Venusaur la ignoró. Mordió con fuerza una de las patas del enorme Pinsir oscuro que lo atacaba. Las piernas de Venusaur tenian varios cortes, de las cuales salía abundante sangre verde oscuro. Parecía enojado, y atacaba al Pinsir con todo su poder, combinando su potencia y peso con ataques tipo veneno, y Liam supuso que la unica razón por la que seguía en pié era por las raices que le daban salud en forma de nutrientes.

    El Pinsir mediría facilmente cinco metros de altura. Y parecía enojado. Usaba Cortefuria en Venusaur, lo cual estaba dando frutos y explicaba los cortes en el cuerpo del pokemon.

    Liza liberó a otros dos pokemon de su equipo. Ella tenía cinco.

    Aipom y Raichu salieron a socorrer a Venusar. Extrañamente, Aipom era el único pokemon que ella tenía de Jhoto. El resto era de Kanto. Eso se debía a que, antes de mudarse, Liza vivía en Ciudad Azafran.

    "Raichu, usa golpe aéreo. Aipom, ¡doble golpe!".

    Raichu usó su cola. Las colas de los Raichu eran mas filosas según la cantidad de electricidad que tuviera en su cuerpo. Usó Carga primero, para tener reservas, y su cola zumbó en el aire. Luego, saltó hacia el cuerpo de Pinsir y realizó el corte, moviendo su cola como un sable. Como resultado, uno de los brazos de Pinsir se desvaneció.

    Pero Pinsir seguía intacto. Liam abrió grande los ojos. Antes eso hubiera bastado.

    Aipom, por su parte, saltó con su cola/mano y luego golpeó en el aire. Al caer al suelo, barrió las piernas del pokemon, usando su cola de nuevo.

    Pinsir logró mantenerse de pié en el ultimo segundo. Se levantó, y pateó al pequeño Aipom.

    El mono purpura salió volando varios metros, para posteriormente rodar en el suelo. Se levantó, preparado para la siguiente orden.

    Raichu se mantuvo a distancia, y usó Rayo. Si Pinsir sintió algo, no lo demostró. Mientras tanto, Liza atendía las heridas de Venusaur.

    "Gracias por avisar" dijo ella. Venusaur a veces era tan orgulloso...

    Venusaur se quejó. Quería seguir luchando. Quería hacer sentir orgullosa a su entrenadora. Ella, ajena a esto, limpiaba la sangre de Venusaur y le rociaba un Restaura Todo sobre las heridas. La sangre de Venusaur olía exactamente igual que el liquido de una hoja al romperse.

    Aipom, cansado de esperar ordenes, usó doble golpe y luego Puño Hielo. Pinsir terminó congelandose.

    La razón por la que Aipom usaba tantas veces el ataque Doble Golpe era porque si lo perfeccionaba podría evolucionar. Al parecer, su cuerpo solo le daría dos colas si él demostraba necesitarlas.

    Raichu se acercó, ahora que Pinsir estaba congelado. Usó Golpe Aéreo de nuevo, cortando el otro brazo, el cual también se desvaneció en el aire. Ya más confiado, se acercó más para atacar con Megapuño.

    Error.

    Pinsir solo estaba fingiendo. Quitó el hielo a su alrededor, y pateó a Raichu. El roedor se quedó en el suelo, adolorido, y no pudo moverse cuando el enorme Pinsir lo pisoteó con fuerza.

    Liza gritó. Venusaur usó latigo cepa para impedirle ir con su Raichu.

    Pinsir pisoteó el cuerpo de Raichu nuevamente. Este ya no se movía. Solo entonces, Liza sacó la pokeball de Raichu, dispuesta a salvarlo.

    La pokeball estaba apagada. Ya no había nada que salvar. Raichu había muerto.

    Venusaur rugió de ira. Pronto, todo el suelo retumbó.

    Unas enormes raices llenas de espinas salieron del suelo, y se enroscaron en Pinsir. Venusaur hizo un movimiento, y las raices se desplegaron con toda su fuerza. Un pokemon normal hubiera terminado despedazado en segundos. Pinsir, en vez de eso, desapareció. Venusaur cayó con todo su peso. Se había desmayado.

    Liza corrió hacia su Raichu. Liam pudo escucharla llorar y abrazar al pequeño roedor apenas pudo acercarse.

    Se sentó a su lado. Recordó a su Pulpitar hecho trizas, meses atras, y sus ojos sin vida. Había sido horrible.

    La dejó llorar por al menos quince minutos. Luego, desde el fondo de la cueva, el Flygon de Max se acercó a ellos. Se mantuvo cerca de Liza.

    "Liza" Liam la llamó, acercandose a ella. Liza se veía destrozada, esforzandose por demostrar que era fuerte y podía sobrevivir a esto.

    "Quiero enterrarlo", respondió ella. "Mientras sigue tibio. Tu sabes de esto". Lo miró. Liam se sintió demasiado triste. Los ojos de Liza...no era justo que ella llorara. Demasiada belleza desperdiciada.

    "Yo..." Trató de protestar, pero miró el cuerpo de Raichu en sus brazos. Trató de imaginarse a un pequeño Pikachu, al lado de un Bulbasaur, junto con una Liza mas joven. No fue difícil. Si habían pasado por tanto...

    "Fue mi primera captura" lloró ella. "Dió pelea. Se notaba que no quería estar cerca de mí". Ella sonrió con tristeza. "Luego se acostumbró, y..." Se detuvo. "Quiero que sea enterrado".

    Liam aceptó. Salieron poco después, en el lomo de Flygon. Liam dejó a Typhlosion y a Vaporeon cuidando a Silvio. Venusaur seguía dormido. Liza había rociado el suelo cerca de él con un Superrepelente. No podía devolverlo a su pokeball con todas esas raices extendiendose desde sus piernas. Él debía desplegarlas, y para eso debía despertar.

    Max llegó unos minutos después. Miró al niño con extrañeza, pero cuando el Typhlosion de Liam lo saludó, supuso que era un amigo.

    "¿Donde esta Liam?", preguntó a Silvio. "¿Y...la chica?"

    Silvio estaba demasiado maravillado en Charizard como para responder, igual que Squirtle.

    Max repitió la pregunta con paciencia. Esta vez Silvio respondió.

    "Ellos salieron hace un rato. Paso algo, creo. Hubo un ataque y...no se mucho. La chica estaba llorando. Se fueron en un dragón".

    'Genial', pensó con sarcasmo. Algun pokemon de Liza estaba herido, ó hasta ella misma, y Liam habia secuestrado a su Flygon. Se sentó. Saludó a su Dragonair, quien habia estado durmiendo. Se quedó charlando con Silvio, esperando a que Liam volviera.

    De no haber tenido ese tiempo para meditar, quizas todo hubiera terminado diferente.
     
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    16
     
    Palabras:
    1984
    Capítulo Catorce

    Apenas entraron, Liam sintió algo raro. Como...incorrecto.

    Le había pedido a Flygon que esperara afuera. Este había olisqueado el aire, pero había asentido a regañadientes.

    Subieron las escaleras en silencio. Eran cinco pisos, y el quinto estaba lleno casi en su mayoría por pokémon de Liam, gracias a Nightmare.

    Liza suspiró al llegar. El quinto piso estaba lleno de estatuas.

    Un Quagsire enorme y tierno, jugando con su pokeball. Un Leafeon tímido, su rostro cincelado en roca parecía estar dudando en moverse. Un Togekiss flotando debilmente, con una enorme sonrisa. Un Ninjaks, encorvandose para atacar. Cerca de ella, un Snorlax de piedra se apoyaba en la pared, con un gesto como si estuviera muy feliz comiendo bayas de piedra. Liza leyó la inscripción. 'Snorlax. Apodo: Laxor. Gracias por intentarlo conmigo'.

    "Es....es hermoso" admitió la chica. Todas las estatuas tenían flores recientes, aunque empezando a marchitarse.

    "Gracias" dijo Liam. Ese lugar le daba nostalgia. Podia ver a todo su equipo allí, y le dolía. Siempre le dolía no haber podido salvarlos a todos.

    "Quiero que me ayudes a hacer lo mismo" dijo Liza. "Quiero que tenga un lugar así donde la gente lo admire".

    Ella quizás estaba sonando muy caprichosa, así que se detuvo. "¿Por favor?", pidió.

    Liam sonrió con tristeza. "¿Porque no?"

    Una hora después, estuvieron listos. La estatua de Raichu lo mostraba como si se estuviera defendiendo, con un gesto de superioridad y su cola filosa alrededor de él con elegancia. Ese aspecto lo había obtenido gracias al Crobat de Liza, con las instrucciones de Liam.

    Liza se volvió hacia el chico que la acompañaba. El agradecimiento estaba en sus labios cuando el techo de la Torre Lavanda se rompió.

    Y de él entraron sombras, las cuales desaparecieron segundos después.

    No pudo ser peor.

    * * *

    La primera tumba en ser profanada fue la de Quagsire. Y, diferente a lo normal en casos de profanaciones de tumbas, fue abierta desde adentro.

    Liza gritó. Las sombras entraron, y ella había creído que los habían agarrado por sorpresa y los iban a matar.

    Pero todo estuvo en silencio segundos despues, como si nada hubiera pasado.

    De repente...golpes. Liam siguió el sonido hasta ver la estatua de Quagsire moviendose, como en medio de un terremoto.

    Luego, una pata salió.

    Era mas bien como una aleta. Era de color verde azulado, ya pudriendose. Liza volvió a gritar cuando Quagsire salió en su totalidad.

    Le faltaba un ojo, y la cuenca vacia tenía sangre seca. Con su otro ojo, ya sin vida, parecía observarlos. Una sonrisa retorcida hizo llorar de miedo a Liza.

    Al reconocer a Liam, se lanzó. El chico lo vió venir, y se movió hacia el lado.

    "¡Quagsire!" Llamó Liam. "¡No voy a hacerte daño! ¿Que haces?"

    Quagsire lanzó un grito horrible. Se lanzó de nuevo. Liam liberó a Glaceon, la cual vió el peligro y se tensó, esperando ordenes. Todo a su alrededor se enfrió un poco.

    "¡Rayo Hielo!", ordenó Liam. El rayo impactó en Quagsire y detuvo su cuerpo. Su cabeza seguía libre, y trataba de dar mordiscos a diestra y siniestra.

    Liam medio abrazó a Liza mientras ella se alejaba de Quagsire, bastante asustada.

    El pokemon, al verse atrapado...gritó.

    "¡WAAAAAAA!" Parecía una alarma. Y lo era.

    Glaceon retrocedió. Y, detras de ella, unos enormes dientes de Victribell la mordieron. Victribell se la tragó segundos después.

    Y poco a poco, todos los pokemon que Liam había querido alguna vez se levantaron.

    Excepto uno. La estatua de Bagon, y su tumba, seguían imperturbables. Porque su cuerpo ya no estaba allí. De alguna forma, su cuerpo ahora volaba con Shedinja, unas ciudades atras.

    * * *

    Max volaba rapidamente hacia Ciudad Azulona. Silvio lo acompañaba.

    Dejar a un niño en una cueva junto a su Squirtle no le pareció buena idea. Asi que ahora Silvio estaba aferrado a su cintura mientras Charizard aumentaba la velocidad. Había dejado a Dragonair cuidando al Venusaur de Liza, y a Ariados ayudando a Typhlosion a proteger la cueva para cuando volvieran.

    No sabía si sus pensamientos eran del todo correctos. Max había llevado algunas cosas a casa de Liam en los ultimos dias que se había pasado por allí. Pero...¿El baúl? ¿Habría llevado el baúl?

    Tocó el amuleto en su cuello: un colmillo de dragón con las dos puntas mas extrañas del mundo. Uno de los lados tenía angulos extraños, como si le faltaran trocitos. El otro lado terminaba en dos agujeros a los lados. Parecía algo incompleto. Y lo era. Max conocía el tamaño de los dientes de dragón. Este medía la mitad de lo que medía uno regular. Eso significaba que la otra mitad estaba en algún lado.

    "¿A donde vamos?", preguntó Silvio. "¿vamos a patear traseros de sombra?"

    Max rió. Decidió que Silvio le agradaba. "Claro. Pero primero necesito revisar algo".

    Tuvieron que zigzagear por los edificios para evitar que Nightmare pudiera verlos y reconocerlos. Max podía verlo, riendo, lanzando sombras de su cuerpo hacia todo humano o pokemon que veía. Max notó que su cuerpo se veía...inestable. Fue un pensamiento raro.

    Al llegar al edificio de Liam, abrió la puerta y Charizard, junto con Silvio, entraron en una exhalación. Max entró segundos después.

    El edificio estaba lleno de sangre, y de cuerpos en el suelo. Silvio cubrió sus ojos por instinto, y Max lo ayudó a subir las escaleras. En el tercer piso, la puerta de Liam estaba abierta de par en par.

    Max entró. Todo estaba revuelto y desordenado. La Xbox de Max en el suelo, chisporroteando, aunque Max no lloraría por su videojuego.

    Avanzó. Pudo notar toda esa destruccion y atribuirla a algo en especial. Si Nightmare habia hecho que una de sus sombras entrara, era porque buscaba algo.

    Max revisó bajo las camas. Todo estaba en orden, lo que significaba que no había nada.

    Si había guardado el baúl en esa habitación, entonces el mismo había olvidado donde.

    "Charizard" llamó Max. "Necesito que desmanteles todo".

    Los dragones amaban destruir cosas. Charizard estuvo animado con sus garras y dientes un buen rato, y Max se mantuvo ocupado revisando closet y huecos.

    Luego de un rato, Charizard rugió de ira, y Max supo que ya lo había encontrado.

    "¿Que ocurre?" Le preguntó a su dragón.

    Charizard rugió indignado, mirando con odio el baúl que no se dejaba destruir.

    Max acarició su hocico y lo guardó en la ball. Llamó a Silvio para que se acercara.

    "Eh...Max" llamó el chico al caminar hacia el baúl, pero olvidó lo que iba a decir al verlo. "¿Que hay allí? ¿Un arma ultrasecreta para ganar?"

    "Ojalá" respondió Max. "Solo tengo que adivinar como abrirlo".

    Porque el candado tenía un orificio extraño. Un circulo con cuatro puntas alrededor.

    No había visto una llave así en su vida.

    * * *

    Antes de que Liza pudiera implorar, la cola de Raichu estaba apuntando a su cuello. Esperando a que ella dijera algo para ensartar la punta de su cola y matarla.

    Liza, obedientemente, se quedó callada.

    Liam estaba detras de ella. A su alrededor, mas de treinta pokemon los rodeaban, con sonrisas locas. Amoonguss, aun sin su cara y ahora de color gris podrido, se acercaba pasito a pasito. Snorlax, con uno de sus brazos colgando, notandose perfectamente el hueso. Incluso Togekiss, que siempre habia parecido amable. Ahora tenia una sonrisa psicotica, con sus ojos bañados en sangre y sus alas con grietas.

    Raichu miraba a su anterior entrenadora con ira. Su cola estaba tensa, apuntando hacia Liza. La punta en su cuello podría moverse y matarla antes de que ella pudiera parpadear, pero por alguna razón no lo hacía.

    Liam, mientras tanto, se sentía cohibido por las miradas locas que su antiguo equipo les lanzaba. Golduck, uno de sus favoritos, era quien mas cerca estaba. Parecían capaces de quedarse mirandolo por siempre, esperando a que él reaccionara para lanzarse.

    Liza recordó entonces a Crobat. Lo buscó con los ojos, pero no parecía estar en alguna parte. Lo mas probable es que lo hubieran matado, como al Glaceon de Liam.

    "Raichu" llamó Liza. Sentía la filosa cola de su pokemon al mover su cuello al hablar. "Detente".

    Pudo notar confusión en los ojos apagados de su ex pokemon. Eso era lo que necesitaba por ahora. Subió la mirada. Como intuyó, Crobat esta arriba, esperando ordenes. Pudo notarlo moviendo el viento con sus alas, esperando....

    Liza lloró al sentir la cuchilla cortar su piel. Raichu acababa de hacer un pequeño corte en el cuello de Liza. Sintió la sangre caer, pero se dió cuenta de que no era algo grave, por lo que logró calmarse.

    'Raichu' pensó hacia él, sus ojos llenos de amor y temor hacia su antiguo amigo. 'Perdoname. Descansa en paz'.

    Luego, asintió. Y Crobat usó Viento Cortante.

    La primera ráfaga cortó la cola de Raichu, quitando un peligro enorme a su entrenadora. Crobat movió el viento a voluntad, y la misma ráfaga cortó a varios pokemon antes de cortar a Raichu por la mitad. El cuerpo no se movió de nuevo.

    Liza lloraba en silencio, con los ojos cerrados. La siguiente ráfaga se encargó de al menos la mitad de los pokemon, siempre cuidando de no lastimar a su entrenadora o al chico que la acompañaba.

    En segundos, sus probabilidades de morir bajaron a cero. Liam miró con horror el revoltijo de cuerpos en el suelo. Crobat, instintivamente, volvió a su pokeball, ya la amenaza eliminada.

    Liza cayó de rodillas, y Liam la ayudó a levantarse.

    Bajar las escaleras de un cementerio con una chica destrozada emocionalmente. Ver a todo su equipo morir de nuevo, luego de ser convertidos en enemigos. Nightmare iba a pagarlo caro.

    Al llegar a planta baja, Liza cayó de nuevo. Seguía llorando.

    "Liza" llamó Liam. Ella se acurrucó hacia él, y Liam la dejó llorar en su hombro mientras la abrazaba.

    Liza dejó de llorar unos minutos después. Trató de mantener su compostura, y decidió ser fuerte. Se alejó de Liam.

    Este se dió cuenta de que Gengar había salido de su pulsera mientras él estaba consolando a Liza. Ahora miraba hacia el frente, dubitativo.

    "Ehh" Liam intentó llamarlo. "¿Que haces?".

    Gengar lo miró. Liam notó que la sonrisa maniatica que los Gengar tenían habia sido sustituida por una mueca pensativa.

    Luego, miró al frente de nuevo, ignorando a su entrenador.

    "¿Gengar?" Preguntó de nuevo Liam. Gengar no le hizo caso.

    "¿Que ha pasado allá arriba?" Preguntó una voz.

    Ahora que Liam lo notaba...había alguien al fondo. Y algo. No en ese orden.

    "Nunca en mi vida he visto a alguien bajar con sangre en su ropa" siguió la voz. Era de un chico. Aunque parecía...cansado.

    "Aunque de todas formas, nunca antes había visto algo como lo que está pasando".

    Liam no respondió. Esto hizo que el chico se acercara.

    Su cabello era negro azabache, y era de piél palida. Aún así, Liza notó que el chico estaba en forma. Pudo notar las lineas de los musculos en lo que dejaba ver su camiseta y en sus brazos. Los ojos del chico también eran negros, y sus jens estaban llenos de polvo. A Liza le pareció irrelevantemente atractivo.

    A su lado, un Gengar brillante. Era casi el doble de grande que el Gengar de Liam, y de alguna forma se veía mas viejo. Un Misdreavus se encontraba arriba de la cabeza del chico, mirando fijamente a Liam. Y Liza notó que la sombra del chico sonreía, una sonrisa blanca e iluminada, al igual que dos luces blancas que hacían de ojos en la sombra.

    El chico lo notó. "Oh, no deben alarmarse. Es solo un amigo".

    El 'amigo' amplió su sonrisa desde la sombra del chico.

    "¿Es un pokemon?" Preguntó Liam. Parecía tener algo contra esa sombra extraña.

    "Algo por el estilo" respondió el otro. Suspiró con dolor, como si tuviera un peso enorme sobre sus hombros. "Un Ghost, en realidad".
     
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    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    16
     
    Palabras:
    1682
    Casi publico esto en mi otro fic x'D me hubiera dado un ataque de risa

    Capítulo Quince

    Max estaba bastante seguro de que no conseguiría abrir ese baúl con su cepillo de dientes. Aun así lo intentó.

    Nada. Fue estupido sugerirselo.

    Lo intentó con todo. Los dientes de Charizard, los dientes de Squirtle, sus dientes; lo intentó con todas las llaves en sus bolsillos y luego con el fuego de Charizard. Intentó poner el botón de una pokeball en el orificio, e incluso colocó una baya Zresa. Nada.

    Lanzó el baúl contra una pared, esperando que se rompiera. Le dió el baúl a Charizard para que lo lanzara él, ya que tenía mas fuerza. Lanzó un baúl de madera contra el baúl. El baúl de madera se hizo añicos, pero el otro estaba intacto. Le dió el baúl al Squirtle de Silvio, quien se limitó a lanzarle burbujas. Silvio intentó hacer que Xatu lo abriera con sus poderes psiquicos. Nada.

    Lo golpeó como a un tambor, usando alguna de las canciones que su padre le cantaba de niño. Lo pateó luego, usando el mismo ritmo. Saltó encima del baúl, esperando romperlo. Charizard saltó encima del baúl, haciendo mucho ruido. Nada.

    Silvio y Squirtle estaban saltando encima del baúl para cuando Max se rindió. Su padre se lo había dado años atras. Y le habia profetizado que jamas lograría abrirlo si no abría su mente a lo extraño y a lo obvio.

    "Ya usé llaves, y usé el baúl como tambor. Ya superé lo extraño y lo obvio" susurró el domadragones. Se sentó en el suelo.

    "¡Vamos Squirtle, nosotros podemos!" Animó Silvio, saltando sobre el aparentemente irrompible baúl.

    ¿De que rayos podía estar hecho? El fuego de charizard no lo había fundido. No se rompía de ninguna manera. Era como...

    Max saltó. "¡Silvio, quitate!" Ordenó. El chico y su Squirtle se separaron, y Max le dió una ojeada al baúl.

    Completamente blanco, sin signos de suciedad o deterioro. Un material así, entregado al hijo domadragon de un domadragones, solo podía ser...

    Huesodragón. Max revisó el candado. El mismo material.

    Irrompible, porque lo unico que podía roer los huesos o dientes de un dragón eran los dientes de otro dragón.

    Es decir, un pokemon que tuviera en su sangre el tipo dragón, no como Charizard. Mal día para dejar a Dragonair en la Cueva Celeste.

    'De igual manera', pensó Max. 'No habría servido de nada. Papá debe tener algo sobre el candado que impida abrirlo sin la llave'.

    Tenía razón. Si destruía el candado, perdería su oportunidad de abrirlo para siempre.

    ¿Donde estaba la llave? Max no lo sabía. Le tomaría un tiempo darse cuenta de que su padre escogería un único escondite para la llave: tan cerca que Max no pueda sospechar de su utilidad.

    Porque, en realidad, la llave colgaba de su cuello, en forma de colmillo de dragón.

    * * *

    Liam se alejó prudentemente. El Ghost hizo una mueca triste ante el rechazo para despues volver a sonreir.

    Liza se había sentado en el suelo, dejando charlar tranquilamente a Liam y al chico al que ella consideraba guapo mientras descansaba.

    "No te va a hacer daño" dijo el chico. Y luego, como si lo demás no importara: "Mi nombre es Zach".

    Liam notó que los brazos de Zach estaban cubiertos en vendas. Ni siquiera podía ver sus uñas.

    "Wow" dijo Liam por fin, luego de un largo rato. "¿Tienes un Ghost en el equipo? ¿No es un...fantasma, literalmente?"

    "No, de hecho", Zach sonrió. "No exactamente. Los fantasmas que han olvidado sus sueños y recuerdos adoptan esa forma. Pero esos no son capaces de salir de lo que ellos llaman 'el mundo de las almas torturadas'. Allí está la diferencia a un Ghost real".

    "Vaya. 'El mundo de las almas torturadas'. Suena acogedor".

    Zach rió. Incluso su risa sonaba cansada. "No lo es. Por eso los pokemon evitan morir. Te pudren desde adentro. Te hacen odiar a todos y te convierten en un ser enfermo. Eventualmente, si tu rencor hacia tu antigua vida te evita recordar al menos una cosa buena de la misma, tu cuerpo adopta la forma de un Ghost".

    Antes de que Liam mencionara que no sabía como rayos era la forma de un Ghost, la sombra de Zach se alzó sobre la oscuridad.

    "Ghost dice hola" mencionó Zach, como si nada.

    El pokemon medía al menos dos metros. Era una mancha oscura, con unos enormes ojos blancos que mas que nada eran solo cuencas iluminadas, y una boca del mismo color brillante. Sus manos estaban quietas, apuntando hacia el suelo, y parecían separadas de su cuerpo.

    Liam notó su extraño poder. Un zumbido que resonaba casi invisible en toda la habitación. Liam se estremeció.

    "Ghost quiere que lo saludes" agregó Zach. Liam alzó una ceja.

    El Ghost lo miraba, expectante. Parecía dispuesto a darle un lametón si decidía saludarlo.

    Los segundos pasaron. Liam dudó. La sonrisa de Ghost se convirtió en una mueca triste y el zumbido del poder de Ghost aumentó.

    Liam suspiró. Y saludó. "Hola, supongo".

    El zumbido desapareció. Ghost alzó una mano en forma de saludo y se diluyó en la sombra de Zach.

    Liam no estaba siendo prejuicioso. Ghost le aterraba un poco.

    "¿Como terminaste teniendo un Ghost?" Preguntó mas adelante.

    Zach rió con tristeza. "Me agrada tu inocencia, ¿sabes? Es agradable, supongo".

    "¿Inocencia?"

    "Al creer que tengo un Ghost", continuó el chico. "En vez de la realidad. El Ghost me tiene a mí".

    * * *

    Dos años antes, Zach había comenzado su ritual dandole un hechizo a Gengar, haciendolo mas fuerte.

    Se lo advirtieron un montón de veces. "No puedes hacer negocios con fantasmas. Siempre se salen con la suya, consiguen la forma de torturarte".

    Pero el no les había creído. ¿Que puede salir mal por tener algo de conocimiento, algo de poder? ¿Acaso le pedirían un brazo a cambio de sus servicios?

    Inocente. Era lo maximo a lo que llegaba a pensar al imaginar tortura. Mientras que los fantasmas sabían aún muchas mas formas.

    'Tres Gastly flotando en circulos, arriba de ti. Mantiene viva la magia negra. Tu disposición'. Listo. Los había capturado recientemente.

    'Dos Haunter salvajes, a tus lados. Tratarán de vengarse de ti llevandote a su dimensión. Tu transporte'. Le había costado, pero ya los tenía. Había hecho que su Gengar los maldijera para que se quedaran en su lugar. Los veía enojados, que era lo que el ritual pedía.

    'Un Gengar con un hechizo de fuerza en su espalda. Tu guía'. Su Gengar brillante era perfecto. El sonreía, dubitativo, esperando el momento.

    'En cuanto todo esté listo, libera a los Haunter. El resto pasará por su cuenta'. Y la ultima linea del ritual. 'Suerte y atente a las consecuencias'.

    Zach dudó. Pero supuso que había llegado muy lejos. Sopló las velas negras, apagandolas. Murmuró frases en latín, intercalando al idioma pokemon cuando era necesario. Luego, cerró los ojos, y Gengar acabó con la maldición de los Haunter.

    Sintió garras en sus hombros, y una risa loca. Casi gritó cuando sintió su alma salir de su cuerpo.

    Al abrir los ojos, solo vió oscuridad. Se vió a si mismo cayendo hacia un cosmos de lamentos, gritos y violencia infinita.

    Gengar lo agarró y evitó su caida a ese lugar. Solo el Gengar de Zach podía ser lo suficientemente fuerte como para evitarlo.

    Dejó que Gengar lo guiara, como decía el ritual. Flotaron unos cuantos...años. El tiempo en ese mundo era muy diferente. Demasiado.

    Sentía los años pasar como minutos, y aún así podia sentir el peso de los mismos, como si él pudiera saltarse el tiempo pero la sensación en su cuerpo no pudiera.

    Luego de lo que pareció un siglo, Gengar se detuvo. Ahora Gengar era mas alto, y mas viejo. Al fantasma le había afectado realmente, ya que él estaba allí solo de paso. El tiempo atacaba su cuerpo.

    Gengar apuntó hacia el frente. Zach siguió la dirección, pero no vió nada al principio. Luego se dió cuenta de que no apuntaba a ningun lugar, sino a algo.

    Porque las sombras delante de ellos emulaban unos ojos negros sin pupila, y una sonrisa imposible.

    Otros que habian hecho el ritual no habian llegado a este punto. Sus Gengar no eran lo suficientemente fuertes o lo suficientemente jovenes, y morían en medio del viaje, dejando el alma de sus entrenadores en medio de la nada, vagando para siempre. Ese era el peligro de los Exorcistas y Hechiceros que hacían el ritual, asi como el de los domadragones era la ira loca compartida.

    Zach se creía un medio entre los dos. Un exorcista no era, al menos no en profesión, pero se sabía los pasos y siempre iba preparado. Las vendas que comenzó a usar despues del ritual le facilitaba el papel para sus hechizos de expulsión de demonios. Y en cuanto a Hechicero...no podia ver el futuro, ni siquiera lo intentaba, pero mientras habia estado ligado a Ghost habia obtenido poderes. Poderes que cobraban factura, como poder mover objetos con su mente y el poder intimidar a cualquier persona al unirse a Ghost por segundos, pero poderes.

    La sonrisa enorme en el mundo de los Gengar lo miraba, esperando. Esperando a que él diera su petición, se dió cuenta Zach.

    "Poder", dijo Zach. "Y conocimiento sobre su mundo".

    La boca del ser gigante sonrió. Luego, lanzó una carcajada psicótica.

    Sintió un peso enorme en su cuerpo. Gritó.

    Era como sostener el mundo entero en su espalda. Sintió que sus huesos eran de papel. Sintió el fuego del peso haciendolo llorar de dolor. El peso fue bajando. Cuando Zach despertó, en su cuarto, el peso se había convertido en algo mucho mas pequeño que al comienzo, pero aún doloroso. Al menos cinco veces lo que él pesaba. Y, en su sombra, unos ojos blancos y una enorme sonrisa lo esperaba.

    'Ahora estaremos juntos, Zach. Juntos por siempre', escuchó en su mente.

    Zach acababa de aprender la unica forma en que se podía atrapar a un Ghost. Con su cuerpo.

    Juntos.
     
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