Long-fic [Días de Abecedario] Pokémon Rol Championship

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Yugen, 21 Febrero 2016.

  1.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

    Piscis
    Miembro desde:
    25 Mayo 2013
    Mensajes:
    5,616
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    [Días de Abecedario] Pokémon Rol Championship
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2874
    Wohoho (?
    Se siente una eternidad desde que publiqué mi último fic xD
    Well... mi creatividad está de capa caída, pero recordé este escrito que tenía por ahí sin acabar, y decidí darle un pequeño empujoncito y ponerle punto y final de una vez por todas. No lo conseguí (?

    ADVERTENCIA: Los personajes que aparecen en la siguiente historia pertenecen al rol de Pokémon Championship de este mismo foro, no tienen nada que ver con el manga o el anime de Pokémon. Mimi y Alpha son propiedad de sus respectivos creadores :3
    Pero si quieren escribir fics suyos, adelante (??

    Drama, angustia y algunas malas palabras.

    Algunas personas ya lo habrán leído, no es nada nuevo u.u

    ***

    ''A DE ADIÓS''

    L
    o recuerdo como si fuese ayer. Era verano, una brisa suave soplaba haciendo vibrar las hojas de los árboles. El cielo presentaba un tono ocre, salpicado de estrellas bajas, mientras el sol comenzaba a declinar por el horizonte recortando la silueta de los edificios contra el cielo.

    Allí había comenzado mi viaje, en Ciudad Barniz.

    Si tuviera que pararme a pensarlo… realmente no había pasado tanto tiempo desde que había descendido del Jet privado de mi padre y puse por primera vez los pies en Galeia. Unos… ¿dos, tres años? ¡Que poco me había gustado al principio! El hecho de que los pokémon de aquí no fuesen más que pokémon de otros lugares me hacía pensar que la región de por sí no tenía personalidad. Pero ahora… algo dentro de mí se rompía al saber que aquella podía ser la última vez que mis ojos contemplaran ese paisaje.

    Me mecí suavemente en el columpio.

    El parque se encontraba en absoluto silencio. Incluso la fuente que antaño era usada por personas y pokémon había dejado de funcionar hacía bastante tiempo, y una quietud abrumadora lo envolvía todo; cada rincón, cada roca, cada pedazo de hierba y tierra y cada mínimo recoveco del camino. En realidad no me molestaba, me ayudaba a enfrascarme más en mis pensamientos.

    Era… ¿realmente eso lo que quería?

    Lo había pensado mucho. Muchísimo, en realidad. Tanto que me había vuelto loca. Y creía tenerlo decido. Si algo caracterizaba a los Honda además de su férreo orgullo; esa era su tozudez, su resolución y su firmeza a la hora de tomar decisiones. No me iba a retractar por muy duro o difícil que fuese. ¿Era eso algo bueno? Tal vez no, quién sabe. Pero yo no quería ni podía seguir sufriendo así. Aquellos sentimientos me confundían, me oprimían y yo no podía soportarlo más. Había llegado a un punto en el que era superior a mis fuerzas.

    Fue en ese momento que sentí una sombra fugaz pasar rápidamente sobre mi cabeza. Alcé la vista, y los ojos rojizos de un Charizard negro me devolvieron una mirada confiada. ¿Flame? Oh no, eso significaba que… ¿Alpha me había seguido? ¿qué hacía aquí? ¿y por qué precisamente ahora? ¿no podía sencillamente haberse quedado en el Centro Pokémon junto con todos los demás?

    — Por fin te encuentro, has salido tan deprisa que ni me ha dado tiempo felicitarte― oí una voz a mi espalda, un tono jovial y confiado que había aprendido a reconocer muy bien a lo largo de los años.

    Una voz que desde hace ya algún tiempo me causaba más dolor que alegría. De verdad que había intentado alejarlo. ¡De verdad! De todas las formas posibles. Le había insultado, ridiculizado e incluso golpeado en varias ocasiones sin mediar la más mínima disculpa. ¿Por qué seguía aquí? ¿qué demonios le pasaba en esa vacía cabeza suya? ¿acaso era masoquista?

    El Charizard aterrizó junto a su entrenador con un rugido victorioso, tal vez orgulloso por haber cumplido su misión de localizarme. No me volví, pero le oí chocar el puño con Alpha en un saludo de ''hermanos'' que se había vuelto demasiado cliché para mí.

    ―¡Buen trabajo, Flame! ¡Ese es mi Niggazard!

    Desvía la mirada. Sí. También iba a echar de menos eso. Iba a echarlo de menos todo, resultaba desgarrador. Así que opté por anteponer mi orgullo a cualquier otra emoción y fingir que me molestaba que se hubiese preocupado por mí. Funcionaba, no sé como lo hacía, pero realmente lograba auto-convencerme de que eso era algo malo. Me levanté bruscamente del columpio, y me volví de frente para encararle.

    ―¿Qué haces aquí?―le espeté, molesta—. ¡Te especifiqué claramente que no me siguieras!

    No, no le había dicho nada. En absoluto. Cuando terminé el combate contra Effy, —por fin había logrado vencerla por azares del destino, no pregunten como—, sencillamente abandoné el Centro Pokémon y caminé hasta llegar al parque. De mis labios no salió la más mínima palabra. Y Effy… ella… realmente me había sorprendido su actitud. Aceptó la derrota con tranquilidad y madurez, como si lo hubiese estado esperando siempre.

    ¿Esperaba que la derrotase? Y me sorprendió cuando, terminado el combate, me sonrió y me dijo que se sentía orgullosa de mí. Me hizo feliz por algún motivo. Tal vez yo había estado esperando todo este tiempo a que alguien me dijera algo así. Tal vez me hubiese dado igual quién fuese.

    Alpha mostró una sonrisa avergonzada y se llevó las manos a la nuca.

    ―Este… no, realmente yo no oí nada de eso, estaba hablando con Ian― dijo. Y se rió.

    Yo suspiré profundamente. Miré a Charizard, y él me dirigió una mirada serena, inescrutable. Parecía entender de algún modo que algo no marchaba bien. ¿Debería decírselo? Realmente no pensaba irme sin despedirme, no era esa mi intención. Pero... ¿por que aún así parecía ser lo correcto?

    ―Alpha― lo llamé entonces.

    Y mi voz sonó ligeramente molesta. Tenía el ceño fruncido y los puños apretados. En cierto modo me molestaba que se riese cuando eso era lo último que yo deseaba hacer en ese momento. Fue entonces cuando él dejó reír, y me miró. Sus ojos ambarinos se clavaron en mí y mi determinación se tambaleó peligrosamente.

    ―Yo… estaba pensando en volver.

    Hubo un breve silencio. Al principio la expresión de Alpha se mantuvo inalterable, pero después pareció sorprenderle. Su gesto palideció ligeramente y frunció el ceño como si tratase de encontrar algún significado oculto en mis palabras. Charizard junto a él, parecía tan sorprendido como su entrenador.

    ―¿V-volver?― repitió entonces. Por un momento parecía anonado, como si aquello hubiese sido un shock para él. Pero entonces metió las manos en los bolsillos de su sudadera y sonrió despreocupadamente, como restándole importancia y gravedad―. Oh, bueno, todos regresamos a casa algún día, es normal añorar a los amigos y a la familia. ¿Y cuándo vas a regresar a Galeia? ¿dentro de unas semanas? ¿unos meses, tal vez?

    Me reí. Fue una risa seca, amarga.

    ―Nunca― dije entonces, e hice una esfuerzo por sonreír―. ¿Sabes? Galeia no está mal y estoy feliz y agradecida por todo lo que he conseguido y por todo lo que he vivido aquí con vosotros hasta ahora. Con esfuerzo me he convertido en una verdadera entrenadora, y he aprendido de mis errores a fuerza de caerme y tropezar constantemente; pero Alpha… este no es mi sitio. Sinnoh es donde nací y me crié y... es normal que quiera regresar, ¿no crees?― No hubo respuesta. Un pesado silencio se instaló y sintiéndome incómoda, le dirigí una mirada de soslayo.

    >> Pero... Oye... no estamos tan lejos. El avión de Ciudad Aerosol...

    ― ¿El avión?

    Me volví de súbito, sorprendida por el tono ronco y vacío que adiviné en sus palabras. Pero cuando mis ojos se cruzaron con los suyos, sin embargo, lo vi sonreír de nuevo, con ese aire juvenil y despreocuapado que le caracterizaba y los brazos detrás de la cabeza.

    ―Es cierto―dijo―. El avión salvaguardará la distancia. No es un viaje tan largo, ya lo hemos hecho en el pasado un par de veces, ¿verdad?

    Le sonreí.

    ― Hum.

    Y de nuevo, se hizo el silencio. En cuando desvié de nuevo la mirada, la sonrisa se borró de mis labios y fue sustituida por una mueca vacía y ausente.

    Charizard le dirigió una mirada pronfunda a su entrenador, como si pudiera entrever que detrás de aquella sonrisa de conformismo se ocultaba una abrumadora tristeza.

    ―Mimi― habló él entonces, y yo me volví para mirarle.

    Cuando mis ojos azules volvieron a encontrarse con el dorado de su mirada mi pulso se aceleró. Estúpido corazón que hacía las cosas sin pedir permiso a nadie...

    ― ¿Qué pasa con la promesa?

    ― La... ¿promesa?

    Me sentí perdida unos segundos, pero después comprendí. Esa muda promesa que él me había hecho hacía tanto tiempo. De que no me dejaría sola y de que sería mi compañero de viaje. No había sido una promesa exactamente, pero él parecía tomarlo por tal. Fuera como fuese yo no iba a discutirle.

    ―Oh... Bueno, ya no es necesario que la cumplas― le respondí―. Ahora eres libre de hacer lo que quieras, supongo.

    Hubo un breve silencio donde Alpha pareció estar evaluando atentamente la situación. Con la mirada sobre sus pies, perdida. Era extraño... nunca le había visto tan pensativo... Tan... serio. No podía evitar preguntarme qué estaría pensando... Si me iba a echar de menos, o si se sentiría triste por mi partida. Pero finalmente, mi dudas fueron aclaradas cuando sólo alzó la cabeza, suspiró y soltó un escueto: ''Bien''.

    ¿Bien? ¿qué demonios...? ¿eso era todo? ¿me iba a ir para siempre y lo único que él decía era un maldito: ''bien''? Molesta por su pasividad estaba por volverme y pronunciar en voz alta aquellas palabras cuando lo vi acercarse a mí, y con un expresión de profunda determinación que no recordaba haber visto jamás en él― excepto cuando combatía, porque no había otro momento donde Alpha mostrase concentración y seriedad―, acercó sus brazos y tomó mis manos entre las suyas.

    ―¡¿Q-qué estás haciendo, idiota?!― le espeté, nerviosa.

    El corazón me dio un vuelco en el pecho antes de comenzar a latir fuertemente, desbocado. Cuando mi pulso se disparó, mis mejillas tampoco se salvaron y demostraron mi vergüenza tiñéndose de un brillante tono rojo. Alpha ni pareció darse cuenta de esto.

    ― Pero Mimi, aún te queda mucho por ver en esta región― soltó... No, este no era el Alpha que yo conocía―. Aún no hemos ido ni al Gran Pantano ni a la Mansión Abandonaba, ¿verdad?

    Me limité a enarcar una ceja, escéptica.

    ―¿Qué?

    ― No son buenos ejemplos.

    Y no, no lo eran, ¿pero que importaba? ¿yo quería irme? ¿quería quedarme? Realmente... no estaba segura de nada. ¡No estaba segura de nada! N-no quería dejarle... pero al mismo tiempo sabía que era lo mejor para mí. Lo mejor para ambos. Así él podría seguir su vida feliz con Destiny y yo regresaría a mis lujos en Sinnoh. Pero... Me sentía confusa. Confusa, algo definitivamente no estaba bien en mí.

    ―Alpha, yo...― musité, desviando la mirada.

    Me sentía vulnerable, desprotegida. Era como si aquella metáforica fortaleza de espinas que solía resguardar mi alma del exterior, que solía mantener ocultos mis sentimientos bajo capas y capas de piedras hubiera empezado a derrumbarse. No me gustaba para nada aquella sensación... nunca me había agradado especialmente la idea de sentirme débil ante los demás. Y él lo hacía. Alpha me hacía sentir débil, desprotegida... desde hacía bastante tiempo. Y era una sensación terrible.

    ― Quédate un poco más, ¿si?— le oí decir entonces y el rubor de mis mejillas no hizo sino acrecentarse―. No me queda mucho para la final del Torneo Acuarela y entonces...

    ―No― respondí, seca ―. N-no. Alpha ya... ya no tienes por qué seguir acompañándome, ¿es que no lo entiendes?―le dije, con un tono más seguro, contundente. De un tirón, me libré de las manos que sujetaban las mías y retrocedí un paso prudencial―. Sé... Sé que tienes una vida, y que es egoísta que te pida que vengas conmigo en mi viaje. Por eso... deja que me vaya. ¡Eres libre si así lo deseas! ¡No me enfadaré! Aún tienes muchas cosas que hacer y a mucha gente que te necesita, ¿no es cierto? Destiny por ejemplo. Sólo... ¡ve con ella! ¿bien?

    Su expresión... no sabría definirla con exactitud. ¿Habría notado el dolor con la que pronunciaba cada una de aquellas frases? ¿se habría dado cuenta de lo que sentía? No... Parecía... ¿decepcionado? ¿molesto? Le vi apretar los puños con fuerza y después, dejó caer la cabeza hasta que el cabello le cubrió el rostro.

    ―Eres una idiota.

    Idiota. ¡Idiota! Me llamó idiota. Me insultó, con aquel tono ronco, seco, cargado de una rabia sorda y reprimida. Apretó tanto los puños que se le volvieron blancos. Me molesté, por supuesto, le increpé, le espeté un por qué y le insulté de nuevo, pero Alpha no respondió a ninguna de mis provocaciones.

    ―No puedo reunirme con Destiny, debo de ganar el Torneo, debo entrenar y ser más fuerte para poder ser digno de ella. Se lo prometí... que regresaría a Kalos y seríamos felices juntos. ¿No lo entiendes? ¡Aún no es el momento, aún no estoy listo!

    Hasta ese momento... no me había dado cuenta de lo mucho que Alpha había cambiado en todos esos años. Interiormente al menos, pues por fuera seguía teniendo el mismo aspecto desarrapado de siempre; el mismo cabello castaño salvaje y enmarañado y los mismos ojos desafiantes y confiados que había aprendido a conocer tan bien.

    Pero por dentro... por dentro Alpha había madurado, crecido. Y no sólo porque había logrado fortalecerse y mantenerse como uno de los mejores entrenadores de la región. Había algo más... Algo que no alcanzaba a comprender del todo.

    Mi corazón se rompió un poco más con aquellas palabras, pero este hecho no se reflejó en mi expresión.

    ―Ya veo― fue lo único que dije. Y mi voz sonó más baja, débil y quebrada que de costumbre. Desvié la mirada y parpadeé rápidamente un par de veces en un intento por controlar las lágrimas, calientes y saladas que pugnaban por salir. Me sentía estúpida―. Ella... ella es tu novia después de todo, ¿verdad?

    Alpha me miró, curioso.

    ―¿Eh?

    Pero yo no le presté atención. Me sentía... terrible. Ni a mi peor enemigo le habría deseado algo así... ¿eso es a lo que llamaban un desengaño amoroso, ¿verdad?

    ―Por eso... por eso te has esforzado y has entrenado tanto todo este tiempo, ¿no es cierto?―continúe, mi voz más baja, rota. A medida que hablaba, a mis piernas temblorosas parecía hacérsele más difícil soportar mi peso. Tensé la mandíbula―. Todos esos combates... Todas esas largas sesiones de entrenamiento, el Centro VIP y los viajes... todo... ¿Ha sido siempre por Destiny, ¿verdad? Para ser digno de ella. Para no sentirte un fracasado junto a alguien de su categoría, ¿me equivoco? R-realmente eres imbécil...

    ―Mimi…―murmuró, caminando una par de pasos en mi dirección. Por respuesta, sólo recibió un fuerte golpe con el puño cerrado en el rostro, que le hizo vacilar y caer al suelo de espaldas.

    ―¡No me toques! ―le espeté en un grito ahogado―. ¡Muérte, Alpha! ¡Esa es la razón por la que me marcho! ¡Esa es la razón! ¡Maldita sea, tú tienes la culpa de todo! ¿Es que no lo entiendes, bastardo? ¡Todo es tu culpa!

    Alpha, aún en el suelo, se sujetaba la nariz con ambas manos, de la que había empezado a manar profusa sangre. Gruñó, dolorido.

    —¿Qué…?—empezó con dificultad— ¿qué es lo que tengo que entender? ¿por qué carajos es mi culpa? ¡Agh, bruta!

    ―¡Porque estás con Destiny! ―grité. Alpha frunció en ceño, confuso. Y aquello le siguió el silencio, sólo amortiguado por mis sollozos ahogados. Finalmente el dique se había desbordado por completo. Ya no podía aguantarlo más. Aunque no sirviera de nada, aunque explicarlo no cambiara nada… necesitaba hacerlo. Necesitaba que lo supiera, decírselo antes de marcharme. ¿Por qué no hacerlo, si ya no volvería a saber nada más de él?

    Alpha, por su parte, se incorporó, el ceño fruncido en algo que divagaba entre la confusión y la rabia. Su nariz aún no había dejado de sangrar.

    ―¿Y qué tienes que ver eso ahora? ―casi gritó―. Joder… casi me rompes la nariz… ¡que Destiny sea mi novia no tiene porque influir en…!

    ―¡IDIOTA! ―fue lo único que alcancé a gritar, me lancé contra él, sobre su pecho, y golpeé este con mis puños de la forma más patética posible. Trataba de dañarle, pero mis golpes no eran más que inútiles puñetazos sobre su pecho. Las lágrimas no dejaban de caer y deslizarse calientes y saladas por mis mejillas. Miles de sentimientos, rabia, furia… y una profunda y asoladora tristeza se reflejaban en mi expresión―. ¡Alpha idiota, idiota, idiota, eres un maldito idiota!

    Alpha sólo podía bambolearse ligeramente ante mis golpes vanos, extrañado y completamente confuso.

    ―¿Pero qué…?―es todo lo que alcanzó a preguntar―. ¿qué haces Mimi? ¿te has vuelto completamente loca?

    En un intento desesperado por comprender la situación, logró sujetar mis muñecas y detener así mis golpes sobre su pecho. De esta forma me obligó a mirarle a los ojos y al ver mi mirada anegada de lágrimas su expresión enojada se dulcificó.

    ―Mimi―musitó―. ¿qué te pasa…? ¿estás bien?

    Pero yo simplemente no podía dejar de llorar.

    ***

    BAKASHIPPING 4 THE WIN <3
    Esto será un two-shots porque se me hizo demasiado largo xD
    Gracias por leer.
     
    • Fangirl Fangirl x 3
    • Me gusta Me gusta x 2
    • Adorable Adorable x 2
  2.  
    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado fifteen k. gakkouer

    Piscis
    Miembro desde:
    10 Julio 2013
    Mensajes:
    15,861
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Aish, Mimi, esto es lo que pasa cuando no te declaras a tiempo, cariño.

    ¿Sabes por qué me gusta tanto leer tus escritos? Porque aunque sean largos, los disfruto con cada palabra. Los describes todo tan bien que es imposible no disfrutarlo. He podido sentir todo el dolor que Mimi estaba sintiendo gracias a como escribes. Porque estar en una situación como lo está Mimi es desgarrador: estar enamorado de tu compañero de viaje durante tantos años y que éste tenga novia, es horrible. Entiendo totalmente que finalmente haya decidido volver y que haya estallado al final.

    Me gustó el detalle de añadir que ganara finalmente a Effy. Su sueño cumplido~

    No deberías preocuparte tanto por eso de manejar a los personajes, yo creo que lo has hecho muy bien :3

    No tengo más que decirte al respecto salvo que me gustaría saber como acaba ><

    Btw, se me ocurrió una idea para un Mimily basado en esta misma idea (?

    Sigue así ^^
     
    • Fangirl Fangirl x 1
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso