Microrrelato Déjame.

Suelta mi mano y deja que las ventisca me dirijan al mar así comenzare este viaje con la sonata de las olas que ahogan mis gritos; deseando descansar en el fondo del océano y ver las maravillas que se ocultan del mundo bajo esta sabana de matiz azul.

Poder embarcarme sobre aquellas auroras que se roban mi ver; de solo pensarlo me hace sentir como cuando era un pequeño el cual aprende a leer sobre el mundo y desea coger cada una de las estrellas del universo con sus manos.

Divagando entre recuerdos las sensaciones que se creían muertas recorren mi cuerpo recordando la calidez del regazo de mi bella madre y como ella acariciaba mi cabello con suavidad observando con migo aquellas constelaciones que recorrían el cielo jugando unas con otras; al igual recuerdo aquel escalofrió que se siente al acercarse la lluvia y el sonido de las gotas al posarse sobre las hojas.

Ahora solo anhelo hundir pies sobre la arena y ver cómo llega el amanecer y cada rayo de sol atraviese la oscuridad de la noche y luego esperar el momento en que perezca, así que por favor olvídate de mí y de este pequeño cuento que fue mi vida; así la espuma del mar se lleve consigo a este ser.