Cuidando de ella... (MarcoNami)

Tema en 'One Piece' iniciado por Eternatus, 24 Enero 2012.

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    Eternatus

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    Escritor
    Título:
    Cuidando de ella... (MarcoNami)
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    535
    ¿Alguien pedía Crackpairing? Well~~ Mi obsesión por Marco es casi tan grande como la de Ace (?) Ok, no ignórenme. Me gusta el MarcoNami... intentaré sumar acólitos a mi rara obsesión. Este escrito nos lo relata Marco, algunas veces se dirije a nuestro querido a Ace en primera persona. *O*
    ewe Aquí se lo dejo.

    Cuidando de ella... (MarcoNami)

    Cuando él se fue, ella se quedó sola. Cuando él se fue, yo tuve que recoger lo que él en ella sembró. No la conocía, ni necesitaba hacerlo, solo cumpliría el último deseo de Ace, cuidar de ella…
    Aunque eso implicara llevarla a rastras a mi barco, aunque implicara conocerla, ganarse mi confianza. Era el último deseo de Ace y así lo cumpliría. Pero… ¿era solo por eso?, ¿o había algo más? ¿Había algo detrás de aquella sonrisa de amor paternal?, ¿se estaba convirtiendo eso en algo más?

    Convivir con ella todos los días es complicado; soportar sus berrinches, sus caprichos y sus gritos pero, tampoco era tan malo si tomabas que, cuando a ella se le ocurría, podía venir a ‘’hablar’’ conmigo. No penséis mal, yo nunca abuse de ella y no lo haría jamás, mi respeto hacia Ace era mayor que el deseo y el amor que le tenía a esa chica.

    Incluso después de años de la muerte de su amado, ella aún lo recordaba y muchas noches venía a llorar en mi regazo. No la culpaba, debió de ser un duro golpe para ella; pero también lo fue para mí. Nuestra relación era cada vez más estrecha, notaba que ella se había enamorado de mí y quería algo más. Yo también la amaba pero… el recuerdo de Ace se cernía sobre mí cada vez que rozaba mis labios con los de ella, cada vez que nos abrazábamos o cada vez que ella intentaba hacerme perder el sentido con sus ocurrencias, siempre.

    ¿Me oyes, Ace? Si estás ahí arriba te pido que dejes de atormentarme, tú ya te has marchado y sé que nunca ocuparé el mismo espacio que tú en su corazón, pero al menos déjame intentarlo. Tu momento ya ha pasado y ella ha tardado en superarlo, pero ahora que es feliz déjala ir.

    Y, después de tanto tiempo, pequeños pasitos resuenan en el barco, en nuestra habitación hay una foto tuya que Nami siempre observa antes de acostarse, yo no siento celos, no, sino que admiro su perseverancia a no olvidarte, su valor al superar tu muerte y su atrevimiento al ser mi, recientemente, esposa.

    Gracias por habernos bendecido con un hijo, Ace; te lo agradezco de todo corazón. Tiene el pelo rubio ceniza y una piel de porcelana. Tiene tus ojos Ace, no estoy seguro de por qué pero los tiene. Son pequeños y grises, llenos de amor y ternura, como los de su madre.

    Ahora soy yo quien contemplo tu fotografía con lágrimas, te echamos de menos Ace, cada uno a su manera. Quizá yo no tuviera un lazo contigo tan fuerte como el de Nami o el de Luffy, pero en esos años llegué a considerarte un hermano. Por eso te deseo suerte donde quiera que estés, porque en nuestros corazones, tú nunca te fuiste…
     
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