Cuestiones de la vida

Tema en 'Relatos' iniciado por Kirino Sora, 17 Marzo 2012.

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    Kirino Sora

    Kirino Sora Entusiasta

    Aries
    Miembro desde:
    4 Octubre 2011
    Mensajes:
    189
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Cuestiones de la vida
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    585
    Cuestiones de la vida

    ¿Qué es la vida exactamente? —cuestioné.
    La vida... no tiene significado —contestó el hombre enfrente de mí, canoso y viejo.
    ¿Cómo que no tiene significado? ¿Entonces por qué vivo?
    Vives para encontrar el significado. Las personas le dan un significado diferente a este concepto; nunca hay dos iguales.
    Contéstame, abuelo. ¿Cuál es el significado de mi vida? ¿Para qué vivo?
    Kill, nieto mío... Tú vives para...
    No contestó; ha muerto. Yo me limité a salir de su habitación. Al salir, varios familiares míos se dirigieron en estampida hacia la habitación. A mi abuelo solo le quedaban pocos días de vida pero nunca pensé que yo sería el último que lo viera vivo.
    Sin embargo, a la mayoría de la familia no le importó mucho su muerte; eso ya era algo normal en una familia de asesinos de elite.
    Durante muchos años, la familia Death han sido autores de varios asesinatos en serie. Todos y cada uno de los que poseían el apellido Death tenían un talento innato para asesinar, incluido yo. Todos temen a la familia Death, por lo que vivimos en las afueras de la ciudad; éste es el motivo por el que nunca he podido tener amigos, aunque los asesinos carecen de ellos.
    Desde los cinco años, toda mi familia decía que tenía un talento superior al de mis cuatro hermanos mayores, que era un genio. Por eso he sido entrenado en una temprana edad hasta ahora; tengo 13 años.
    Aprendí más rápido que mis hermanos, todas las técnicas de asesinato más complicadas que había las dominé fácilmente y me convertí en el orgullo de los Death.
    Sin embargo me arrepentía cada vez que le arrebataba la vida a alguien; era como si me clavaran un puñal. ¿Por qué razón me convertí en asesino? ¿Para qué vivo?
    Entonces me di cuenta de los horrores que he cometido hasta ahora. No quería matar pero algo me incitaba a hacerlo. Quería acabar con esta cadena.
    Alcé mi vista al cielo, encontrándome con el campanario del pueblo; en ese momento encontré la respuesta.
    Con paso decidido, fui corriendo en dirección al pueblo. Por suerte, hoy había un festival a orillas del mar, por lo que nadie se encontraba en la plaza.
    Subí con paso acelerado por la torre hasta llegar a la cima de ella. El viento golpeaba mi cara y parecía empujarme al abismo que tenía bajo mis pies; con seis metros era suficiente.
    Me coloqué en el borde, en posición para caerme. Si moría ahora, todos mis pecados serían perdonados; nadie querría una existencia como la mía.
    Así que salté hacia el infierno.
    FIN
     
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