Cuando el vecindario llegó al patio, la vieron con los huesos hechos añicos, ensangrentada y crucificada en uno de los gajos del árbol, mientras una mujer la remataba a pedradas. Muchos de los curiosos sintieron paz en sus almas y debieron pensar que sus penalidades llegaban a su fin: habían cazado a una “bruja”. Los demás y las autoridades que llegaron al lugar lo que vieron fue algo muy distinto: una lechuza.
¡Hola! No sé si sentí lo que prentendías debía sentir tu lector, pero me dio mucha risa el giro. Es bastante lúdica la historia por lo que su lectura es amena. Me gustó mucho.