Cuando llegaste a mi vida... (LenxRin)

Tema en 'Archivo Abandonado' iniciado por Poemy, 8 Septiembre 2013.

  1.  
    Poemy

    Poemy Guest

    Título:
    Cuando llegaste a mi vida... (LenxRin)
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    554
    Es un mundo pequeño, y de una gran extensión cuando hablamos de personas.

    Cada una es diferente a su modo, con distintas personalidades y otras profesiones, e incluso algunas veces los mismos gustos.
    Todos tenemos una historia. Nosotros nacemos, vamos creciendo, amamos y odiamos a otros seres, y envejecemos. Luego de completar ése ciclo llamado "Vida" nos enfrentamos a algo peculiar, caemos en el sueño eterno, ese sueño profundo; llamado "muerte".


    Todo eso sucede en un pequeño instante, digamos, un mili segundo.

    Debido a eso, debemos aprovechar cada segundo, y cada minuto de nuestra vida. Es valiosa, cada recuerdo es un sentimiento, cada emoción es hermosa.

    Así pienso yo...

    Mi nombre es Len, Len Kagamine. Vivo con mis padres en Japón, en la linda ciudad de Tokio. Mis padres son millonarios, me dan todo lo que ellos crean que haga falta, algo de lo que no se dan cuenta; es que lo que me hace falta son ellos.

    Llevo meses estudiando en un instituto privado, tengo algunos buenos amigos, y muchas chicas insistentes que andan detrás de mí, hasta ahora, no estoy interesado en nadie.

    —Len... llegamos.—Una voz me sacó de mis pensamientos.

    —Ah... gracias por traerme mamá.

    Me despedí de mi madre, tal y como siempre era ella la que me llevaba todos los días al instituto.

    Sólo es otro día, otro día tal y como los otros. Nada nuevo...


    Yo estaba a punto de llegar al salón, me detuve un momento y observé algo.

    Era una chica, tal parecía que se le habían caído los libros. Fui a ayudarle y recogí algunos.

    —G- gracias, estoy bien no necesito ayuda...—Sollozó con timidez.

    —No déjame ayudarte no hay problema.—Al levantar uno de sus libros, pude fijarme en uno de ellos.
    —Eh, ¿te has leído Los juegos del hambre?—Pregunté sorprendido.

    —¡Sí! me fascina, la historia, la trama, los personajes. Y cómo la protagonista se esfuerza desde el principio.

    —Genial, no tenía idea de que hubiese otra fan por acá, no conozco a nadie de aquí que le interese.—Le conté con una sonrisa animada.

    —Ah, ya veo... bueno, me llamo Rin, ¿y tú?

    —Yo me llamo Len, un gusto conocerte.

    Hablamos durante minutos, y sin darnos cuenta, ya habíamos llegado al salón.

    —Eh, éste es mi salón.—Comenté mirándolo.

    —Yo... yo también estoy en éste salón. ¡Nos ha tocado juntos!

    Por lo que me contó, recién se había mudado, y era nueva en el instituto. Todos mis compañeros y yo le dimos una agradable bienvenida.

    Las clases comenzaron, ella se sentó detrás mío. Y cada vez que tenía una duda, me preguntaba a mí.

    Una chica muy agradable en mi opinión, algo tímida pero muy buena persona.

    Al acabar las clases.

    —Rin, ¿quieres que te acompañe?

    —S- si gustas...

    La acompañé, caminamos varias cuadras hasta llegar a su casa.

    —¿Ésta es tu casa?— En mi rostro se marcó una expresión de desagrado.

    —Sí, ¿algún problema?

    —No, pero... no sabía que vivías en un restaurante.—Dije sorprendido.

    —¡No vivo en él! bueno, sí vivo aquí, mis padres son dueños de éste Restaurante.

    —Ah, bueno...

    ¡¿Cómo debía reaccionar?! ella es... ¡una plebeya! ¡¿en un instituto privado?!

    —¡Venga! ¡te invito a comer algo!—Insistió con una sonrisa enorme.

    —B- bueno...

    ¡¿Qué voy a hacer?!

    *Continuará...*
     
    Última edición por un moderador: 9 Septiembre 2013
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    Etihw

    Etihw The Golden Witch Comentarista empedernido

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    ¡Pandi, Pandi, Pandi! Te amo *O* Hiciste un fic de RinxLen :'D

    Bien, primero te voy a corregir algunas cosas que he visto:

    Asdf, nada, ésos fueron unos pequeños erorres de nada x3

    En esta oración te olvidaste de poner "caído".

    Cielo, no te olvides de las mayúsculas c: Aunque no estoy estoy segura de que esté bien n.nU
    Y por último:
    No te olvides de separar los diálogos, se ve mejor n.n

    Bueno, la narración fue bonita. La trama parece interesante y... asdfgh, quiero leer ya qué va a pasar *-*
    Aww, cuando me dijiste que íbas a hacer un fic de ellos, me emocionaste :'D
    Y, ahm... ¿qué más puedo decir? Pandi, adoro como escribes, en verdad lo haces bonito. ^^
    Sigue prácticando y llegarás lejos C:

    Te ama, tu Candy >w<
     
    Última edición: 8 Septiembre 2013
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    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

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    Yo... yo... asgwamg ¡LenxRin! OMG! ¿De verdad lo has hecho? Me emocionas.... *O*

    -Cof, cof- Bien, dejando de lado mi parte fangirl, voy a comentar tu maravilloso escrito. ¡Me encanta la trama! *O* Has creado una trama que tiene mucho juego y resulta interesante y atrapante... ¡Quiero leer la continuación ya! *Rueda por el suelo* (?
    Ehmm... ^^U amé esta parte:

    Vocaloid y THG unidos... awww, así debería haber sido desde el principio (?

    ¡Síguelo, Sakura-chan! *^*
     
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    Poemy

    Poemy Guest

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    Cuando llegaste a mi vida... (LenxRin)
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    Total de capítulos:
    5
     
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    Mentalicemos...

    Rin, es una plebeya.

    Trabaja en un Restaurante con sus padres.

    Estudia en un instituto privado, siendo una, ¡PLEBEYA!

    —Mamá, papá, él es mi amigo, su nombre es Len.—Me presentó Rin.

    —Mucho gusto señores.—Saludé a cada uno con un apretón de manos.

    Sus manos estaban llenas de comida, Dios.

    —Cualquier amigo de mi adorable Rin es bienvenido, adelante.—Insistió la madre de Rin permitiéndonos el paso.

    El padre de Rin apartó una mesa únicamente para nosotros, estaba llena de sobras de comida, para ser específicos, Ramen, y sopa de Miso en todas partes.

    —Y, ¿qué te parece?—Rin me miró detenidamente sonriendo.

    —¿Qué cosa?

    —Nuestro restaurante.

    —Ah, me parece horren-... horrendamente interesante. Aunque, podrías decirles a tus padres que limpien un poco más,o que al menos busquen a alguien que lo haga.—Comenté limpiando la mesa con un pañuelo húmedo con olor a perfume.

    —No sabía que eras tan directo.

    —Vaya, pues, ahora lo sabes.

    Mientras ella me fulminaba con la mirada, sus padres nos traían a la mesa, dos platos de...

    —¿Qué es ésta cosa?—Junté mis palillos y tomé un trozo de la cosa pegajosa que nos habían servido.

    —Natto.—Dijo ella fríamente mientras comía un pedazo de esa cosa.

    —Ya veo, y, ¿dónde está la comida?

    —Ésta es la comida, ya come.—Me insistió secamente

    Me armé de valor, agarré esa cosa y me la comí.

    —No, ¡no está nada mal!—Exclamé asombrado por el exquisito sabor de aquél alimento viscoso.

    —Me alegro de que te guste.—Terminó mostrándome otra de sus lindas sonrisas.

    —He... pues no me gusta, sólo me me asombra que ésta comida tenga tan buen sabor.—Sólo di mi opinión, y la miré sonriendo.

    Ella sólo se tapo la cara con la mano, y por mi parte di una expresión de desapego ante tal reacción de su parte.

    —Olvidé traerles el arroz.—Su madre puso los dos platos sobre la mesa.

    ¿Traen el arroz después de que habíamos probado? ni siquiera había algo con lo cual acicalarse.

    —Gracias mamá.—Le agradeció sonriendo.

    —Dime Len, ¿dónde vives?—Su mamá haló una silla y se sentó junto a nosotros.

    —Pues, vivo aquí en Tokio, mis padres son dueños de las industrias Kagamine.

    —¡¿Ha dicho Kagamine?!—Su padre gritó y salió de la cocina al instante.

    —Esto es malo.—Comentó Rin con una reacción de intranquilidad.—Tienes que irte Len.—Me tomó de la mano y me sacó fuera.

    Su padre, por alguna razón se había puesto violento.

    —Lo siento mucho.—Se disculpó e hizo una pequeña reverencia.

    —No te preocupes. ¿Porqué tu padre se ha puesto así?

    —Verás, antes teníamos un negocio, con mucho éxito; buena comida, muchos clientes, y... no éramos pobres. Pero, todo se derrumbó cuando una de las empresas de tus padres demolió nuestro restaurante para construir un hotel. Nos dejaron en la calle, y desde entonces, no hemos tenido éxito.

    —Lo siento.—Esas palabras... yo jamás las había dicho en mi vida.

    —No tienes que disculparte, no es tu culpa, después de todo.—Me miró fijamente, esos ojos azules de ella, muy azules, incluso más que el mismo cielo, me dejaban atónito.

    —Bueno, tienes que ir a casa, no es muy tarde, pero es peligroso, y no quiero que nada malo te pase.—Éstas últimas palabras hicieron que se ruborizara un poco.

    —No tienes por qué preocuparte.—Saqué mi móvil, y llamé a mi chófer personal.

    —¿A quién llamas?—Me preguntó confundida.

    —A Víctor, mi chófer. Un buen tipo.—Dije sonriendo.

    Ella rió, no tengo idea de por qué, pero era algo muy lindo verla así...

    Víctor no tardó sino 3 minutos en llegar.

    —Adiós Len.—Me dio un beso en la mejilla.

    Me puse rojo carmesí, ¿¡PORQUÉ HIZO TAL COSA!?

    —A- adiós...

    Mentalicemos...

    Mi familia los dejó pobres...

    Rin... me besó...
     
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    Poemy

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    Ah... sábado por la mañana.

    Qué delicia.

    La brisa fresca sopla suavemente mi rostro, la luz del sol entra a través del ventanal, haciéndome abrir los ojos.

    Uno de los sirvientes entró.


    —Buenos días señor Len.

    —Buenos días Richard.

    —Le he traído su desayuno.

    —Gracias Richard, puedes retirarte.

    No hay nada que me plazca más que un delicioso desayuno en la mañana.

    Saboreé cada bocado, masticándolo con delicadeza para que no hubiese ningún inconveniente.

    La cocción, la frescura, lo blando... era perfecto.

    Luego de terminar aquellos ricos alimentos, fui a acicalarme en el baño.

    Vi mi calendario.

    —¿¡Qué es esto?!

    Revisé la fecha otra vez. No podía creer que...


    —¡Hoy es jueves!

    No Dios, no.

    Me vestí, bajé de inmediato y me subí a mi limusina.

    Llegaba tarde; eran las 7:26 y había tránsito.

    —¿Porqué nadie me dijo que era jueves? debería despedir a todo el personal de la mansión.

    Mi comentario no fue muy bien aceptado por el chófer.

    —Señor, no todo es culpa del personal de la mansión, por favor, no se desquite con ellos.

    —Tú no te entrometas en mis asuntos, es peor para ti.

    Frunció el ceño y hizo una expresión no muy agradable para mi gusto.

    —Hemos llegado.—Dijo.

    Pude ver que no había nadie en la entrada, ya estaban en clase.

    Siempre he tenido una sensación muy desagradable en el estómago... nervios.

    Respiré hondo. Bajé del auto, cerré la puerta y de inmediato caminé hasta la entrada.

    Por los pasillos no había nadie.

    Pero en el salón en el que me correspondían clases, estaban todos los estudiantes. Toqué la puerta.

    Por muy buena suerte; supongo, me dejaron entrar al salón sin problema alguno.

    Aún estaban pasando la asistencia.


    —Megurine Luka.

    —Presente.

    —Kagamine Len.

    —Presente.

    —Kagamine Rin.

    —Presen...-te.

    ¿Escuché bien? ¿acaso dijo?

    —¿Qué, tienen el mismo apellido?—La profesora estaba tan sorprendida como nosotros.—¿Acaso ustedes son familiares?

    —No, apenas nos conocemos.—Dijo Rin sorprendida

    No podía creerlo, y nunca me había fijado pero; ¡ella se parece a mí! ¡nos parecemos!

    No tenía palabras, por esa razón no había dicho nada aún.

    Traté de no concentrarme tanto en ese detalle. Y me enfoqué en las clases.


    Ya eran las 2 y media, quería irme, pero el chófer no había llegado.

    Fui al jardín, y me recosté un poco en un árbol que había al lado de unos arbustos.

    Se me había olvidado que había traído mi mp3.

    Conecté mis auriculares y escuché algunas canciones. Hasta que sentí la presencia de alguien detrás de mí.


    —Hola...—Dijo ella algo tímida.



    ________________________________________________________________________________________________________


    Ahsgashajh Lo dejaré hasta acá por ahora T-T no me maten. Es que me están pidiendo la pc T^T
     
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    LoveEunHae

    LoveEunHae REN ERA MÁS DIVA EN RUBIO.

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    :333 lindo, bonito, hermoso, precioso, perfecto *-* Me encanto !! me fascino !! no se que mas decir... es muy lindo la verdad.
    Jeje, me mató de la risa cuando en un capítulo le entregan la comida a Len y el dice " a... si, y la comida ? " xD
    Este Fic me hizo reir, sonreir... no se...
    Ojalá subas la conty !!
     
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    Poemy

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    Ese mismo día.

    Rin estaba detrás del árbol. Parecía preocupada...

    —¿Pasa algo? —le pregunté.

    Desconecté mis auriculares y apagué la música. Ella se sentó a mi lado, miró hacia el cielo y me dijo:

    —¿Cómo es que no estás preocupado por lo ocurrido? ya sabes, nuestros apellidos...

    —Bueno... no suelo preocuparme por esas cosas. Y no debe de ser nada de mucha importancia, hay personas que tienen el mismo apellido, y no son nada. Debe de ser una simple coincidencia.

    Ella me miró y me sonrió con sutileza.

    —Pero espera... cuando estábamos cenando con tus padres yo mencioné lo de mis padres y dije mi apellido, entonces... ¿por qué te sorprendiste en la clase?

    —¿En serio? oh vaya, no me había fijado en ello en ese momento... pero... creo que...

    Rin iba a decirme algo, desafortunadamente....

    —Señor Len... —Richard había salido de la nada, no reaccioné, pero fue algo que me asustó un poco.

    —Ah Richard, ella es Rin —la presenté ante él.

    —Mucho gusto —se presentó ella con algo de timidez.

    —Un gusto conocerla, señorita Rin, señor Len, ¿vamos?

    —Sí... —me levanté y ayudé a Rin a pararse—. Rin, ¿te gustaría venir conmigo?

    Tanto Richard como Rin se asustaron. Ella rió un poco al darse cuenta de como había reaccionado.

    —Supongo que está bien —dijo ella.

    —Dios me guarde —dijo Richard.

    Nos subimos a la limusina, Rin se sentó a mi lado, parecía nerviosa pues no dejaba de mirar a los lados.

    —Hemos llegado señores.

    —Gracias Richard.

    Nos bajamos de la limusina y entramos a la mansión.

    —Es... tan grande —comentó asustada.

    —Sí. Tres pisos, más de 35 habitaciones, 3 estacionamientos, 20 baños, 24 coci...

    —Len, ya basta —dijo seriamente.

    —Ah... 24 cocinas. Terminé.

    Rin se pegó la mano a la frente con rudeza.

    —¿Un mosquito? —le pregunté.

    —Ajá...

    Mis padres estaban bajando las escaleras, los saludé a ambos, y les presenté a Rin.

    —Ella es Rin, es una compañera de clase.

    —Ya veo... —mi madre la miró de pies a cabeza—. Tu cabello está algo despeinado, un calcetín está más arriba que el otro, tu listón no está bien colocado...

    Mi madre la acomodó.

    —Por cierto, soy la madre de Len

    Rin le tendió la mano. Mi madre le dio el meñique...

    Mi padre por otro lado...

    —Len, volveremos tarde. Adiós.

    Qué rápido...

    Cerró la puerta.

    —Vaya... tus padres son...

    —Lo sé, estrictos.

    —Iba a decir bastardos—no pude escuchar bien lo que había dicho.

    —¿Eh?

    —No, nada... eh... ¿qué es eso?

    Rin corrió hacia las fotos que había en una pequeña mesita.

    —¿Eres tú? —tomó la foto y señaló al pequeño bebé que estaba en ella.

    —Sí...

    —¡Eras muy lindo!

    —¿Ahora soy feo?

    —¡¿Eh?! ehm... yo... ¡no dije eso!

    —¿Soy guapo entonces? —me acerqué a ella y la miré a los ojos.

    —N... no...

    —¿Te has sonrojado? —le pregunté con una sonrisa desvergonzada.

    —¡NO!

    Me senté y miré a la ventana.

    Rin era una persona muy divertida, nunca había conocido a alguien capaz de sacarme si quiera una pequeña sonrisa.

    Pero ella, era tan rara, tan... tan linda y diferente.

    Tan honesta.

    Tan audaz.

    —Len... ¿quién es ésta niña?

    Me acerqué a ella para ver de qué estaba hablando.

    —Ah, ella... ella es mi hermana. En esa foto teníamos unos 3 o 4 años.

    —¡Es muy linda!

    —Era, más bien. La secuestraron unos meses después de que nos tomaron esa foto.

    —Oh... Len... cuanto lo siento.

    No es nada.

    ¿Qué era lo que sentía realmente?

    La extrañaba, a ella, mi hermana. Por eso...

    Mis padres cambiaron.

    Ellos ya no eran como antes. Se habían vuelto fríos.

    Ya no me abrían los brazos cuando lloraba... debía aprender a lidiar con mis miedos solo.

    —L... Len...

    Rin me abrazó por detrás, podía escuchar su respiración.

    —Lo siento mucho Len.



     
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    LoveEunHae

    LoveEunHae REN ERA MÁS DIVA EN RUBIO.

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    :') Que hermosa continuación...
    Me gustó mucho... y me alegra que decidieras continuarla para ver como seguía esta linda historia.
    Espero que la relación de ellos se vuelva mas intensa... pero eso lo decides tu c:
    Así que... no se que mas decir... solo, avísame cuando publiques el siguiente capítulo por favor c:

    Saludos !! [ Hoy es el cumpleaños de Rin y Len *O* ]
     
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  9.  
    Poemy

    Poemy Guest

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    Cuando llegaste a mi vida... (LenxRin)
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    Correr...
    Justo en ese momento estaba corriendo. Persiguiendo a una bella niña de cabellos rubios que pasaba a través de los árboles con mucha rapidez.
    No podía dejarla ir, debía atraparla. Así era nuestro juego.
    En ese entonces me distraje tanto que la perdí de vista... a esa persona a la que tanto quería...
    Comencé a desesperarme y a respirar con dificultad, mientras gritaba su nombre.
    Escuché un llanto fuerte, y lo seguí, a través de los bosques profundos. Los últimos rayos de sol tocaban el cielo.
    Me encaminé hacia una cueva oscura y profunda, tras caminar con mucho cuidado tratando de no pisar las piedras afiladas, ni resbalarme debido a la humedad y caer a un profundo vacío, la encontré. A aquella linda niña con la que siempre soñaba, estaba llorando mientras se agarraba con fuerza una rodilla sangrante.

    Me acerqué a ella, arranqué un trozo de mi camisa y se lo até con fuerza, para después besar sus ojos con lágrimas, y abrazarla con protección.
    Sentí que podía quedarme ahí para siempre, con ella. Con sentir su aliento rozar mi piel, sería más que suficiente para mi ser. Y poder abrazarla y darle mi calor, poder tenerla entre mis brazos y nunca soltarla; me maravillaba.

    Y sentir dolor, querer morir... nunca olvidar, a quien nos la arrebató, porque quien lo hizo, nos quitó la felicidad de nuestra vida.


    La luz atraviesa el gran ventanal de mi habitación y ilumina mi cara, cierro los ojos con fuerza al no querer levantarme. Otro día más, sólo que ésta vez es fin de semana.

    Oí el zumbido de mi móvil, tenía un mensaje.

    Rin...

    Ella me había enviado un mensaje que decía "Nos vemos hoy a las 12 en el parque de atracciones, sin excusas."
    Qué directa podía ser esa chica. Sin siquiera consultarme antes ¡ya me había invitado a salir!
    Miré el reloj y ya eran las once y media.

    —Vale... no más desveladas en mi pc... —dije con jaqueca.

    Me vestí rápidamente con simpleza, unos tejanos color beige, una camiseta sin mangas y con botones, y una chaqueta de color verde.

    Decidí irme yo sólo, llegar al parque de atracciones en limusina sería algo muy extraño.
    Al cabo de 30 minutos ya estaba en el lugar, y todo gracias a que había tomado un taxi.

    Decidí esperar a Rin en una tienda cercana al parque. Me senté en una mesa y esperé allí.
    De pronto, oí una voz femenina llamarme.

    ¡Era, Rin! Y ella se veía.

    —R-Rin...

    Llevaba puesta una falda por un poco más arriba de los muslos, ésta era de color naranja y tenía volantes blancos. Cargaba una camisa de manga larga y un pañuelo de color púrpura en su cuello, tenía unas botas de color café y unas medias largas de color blanco y morado, se había atado su cabello corto en dos coletas. ¡Se veía tan linda!

    —¡Hola, Len! —me saludó, me abrazo y me miró sonriendo—. ¡Venga, ya he comprado los boletos!

    Ambos nos dirigimos a la primera atracción: La montaña rusa.

    —Menos mal que no he comido... —los nervios me invadían por lo salvaje que lucía esa montaña rusa. Había varios carros con espacio para dos personas, eran 3 vueltas.
    Nos montamos en aquella atracción y sentí como mi estómago daba vueltas y me mareaba. Pero pude ver a Rin sonriendo y gritando de la emoción, sólo me importaba verla feliz.
    La atracción terminó, y me bajé con dificultad, tratando de no caerme ni nada.

    —Aún me quedan 5 fichas... ¿A dónde quieres ir tú ahora?

    Tomé algo de aire y miré todo el parque...

    —Sólo una atracción tranquila...

    En ese entonces, ella decidió llevarme al túnel del terror.

    Y salimos de ahí con vida.

    —Rin... —dije jadeando y con dificultad para respirar—. ¿Ahora si puedo decidir yo?

    —Vaaale... —asintió ella haciendo un puchero.

    Y juntos fuimos a la rueda de la fortuna, desde ésta, se podía admirar la hermosa ciudad desde nuestra cabina.
    Por un momento, ambos, sin querer, tocamos nuestras manos. Pero las apartamos de inmediato; y ambos volteamos la vista.

    —Tengo algo de hambre —comentó Rin tocando su estómago.

    —Hm... —susurré yo.

    Minutos después ya nos encontrábamos en un restaurante de buena clase, donde nos sirvieron Sashimi y arroz con Matsutake, también un poco de té de flores silvestres.

    —Demasiado lujo... demasiado... —musitó Rin, apenas pude oírla.

    —¿No te gusta? —dije algo triste, la idea de no poder complacerla no me gustaba.

    —¡S-Sí me gusta! Es sólo que... —ella suspiró—. Jamás me acostumbraron a éste tipo de cosas... jamás fui de alta clase. Mis padres apenas sabían de modales en la mesa.

    —¿Y?

    —¿No te importa?

    —Ya... ya no...

    —¿Ya no? —ella me miró con sorpresa y confusión.

    —Me di cuenta de que no importa de dónde vengas... que no importa quién seas o quién hayas sido —le dije y aparté la mirada un poco, mirando al suelo.

    —Vaya, eso es lindo, muchas gracias —me agradeció, con una sonrisa de oreja a oreja.

    Al cabo de unos minutos, nos encontrábamos jugando otro juego. El ganador se llevaba un peluche...

    —Así que... debo darle a todas las botellas... ja, es fácil —lancé la primera pelota, y cayó la botella de arriba.

    —¡Uh, mala suerte! —dijo el encargado del juego.

    —¡Le mostraré que sí puedo hacerlo! —sólo tenía tres intentos, al segundo intento, tumbé la botella de arriba, y cayó la de la derecha.

    —¡Vamos, Len! —me animó Rin.

    Al tercer intentó, gracias al peso de la botella que cayó sobre las otras dos, gané.

    —Felicidades —el hombre me entregó un peluche de un panda, éste tenía las patitas de color negro, el cuerpo blanco, y los ojos rojos.

    —¡Es realmente lindo! —exclamó Rin, abrazando el peluche—. Gracias, Len...

    —No es nada... —dije apenado.

    Al terminar todos los boletos, me di cuenta de que ya debía dejar a Rin en casa, así que eso hice.

    —¡Gracias por haber venido conmigo! —la chica me abrazó—. ¡Nos vemos el lunes!

    —Je... nos vemos, Rinny...

    —¿Rinny?

    —Apodo de cariño.

    La rubia sonrió por última vez y entró en su casa.

    Si estaba junto a ella, podía ser feliz, y reír. Sólo con su presencia a mi lado. Y ella me recordaba mucho a una persona...
     
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