Cuando la lluvia cae... El sonido metálico, de las monedas chocando entre si, intentan llamar la atención de las presurosas personas que pasaban al frente. Suspiró y siguió batiendo el tarro desgastado. Su vida era monótona e indecisa, como las monedas que caían en el mojoso tarro de metal que cargaba en su mano. Y no podía cambiarla, seguiría así por siempre. Se levantó y decidió cambiar de lugar, tal vez tendría más suerte. El carrito de supermercado, dañado y cojo, rechinó al ser movido. Siguió caminando, atravesando los corredores atestados de gente, recibiendo miradas de asco, cambiándose de corredor o se alejaban lo máximo. Otros simplemente lo ignoraban. Se había acostumbrado, y no le importaba. Las personas podían llegar a ser demasiado hostiles. Pasó al frente de aquel imponente edificio, mientras levantaba su mirada que no alcanzaba a observar el final de aquella lustrosa edificación. Sonrió con nostalgia. Todo eso podría haber sido suyo, y no tendría que estar pidiendo limosna a gente ignorante; pero recordó el porque había llegado a la situación en la que estaba, y no se arrepintió de nada. Bajó la mirada y siguió con su recorrido. Muy pronto llovería, las nubes grises y esponjosas, ya estaban liberando frágiles gotas de agua. Atravesó el parque y llegó a esa pequeña tienda humilde, donde vendían café con pan. Entró al lugar y metió su mano sucia en el bolsillo de su pantalón desgastado. Sacó una hilera de monedas de cincuenta y cien pesos, se los dio a la señora, mientras está le sonreía. Salió hasta la puerta y se sentó en una de las sillas, mientras miraba como la gente se apresuraba a abrir las sombrillas, o simplemente a ocultarse de la lluvia. El olor de pan recién salido del horno deleito sus fosas nasales, junto con el tibio café oscuro. Mordió con deleite el pan, mientras saboreaba el café. Observó las gotas salir y caer en el suelo, humedeciendo la tierra, que liberaba un agradable olor. Metió su mano de nuevo en el bolsillo, y saco un papel arrugado y con muchas marcadas líneas de tanto abrirlo. Era una foto. La persona de la fotografía lo miraba, sonriendo abiertamente, con sus ojos chocolates y su cabello rulo negro enmarcando su rostro en forma de corazón. Pasó su dedo sucio y huesudo por el rostro de la mujer, la extrañaba demasiado, ella era tan especial, tan única, tan como un sol. Recordó como es que le agradaba ese tiempo húmedo, ella adoraba la lluvia, se salía en medio de la precipitación, haciendo círculos y dando saltitos. Ella se sentía libre, sin nada de ataduras, solo ahí, disfrutando del momento. Y por eso dejo todo. Para estar siempre con ella, para poder tenerla en sus brazos y disfrutar de su sincera sonrisa. Y aunque estuviera en el cielo, no se arrepiente de nada, porque junto a ella disfrutó de los mejores y felices momentos de su vida, sin dinero y apariencias. Solo los dos juntos. Y sigue con su monótona y miserable vida, pero feliz existencia. Cuando la lluvia caía, todo se unía, recordando el porque no volvía a su vida de dinero, disfrutando de las gotas que lo abrazaban, y siguiendo satisfecho con todo lo que había hecho. ___ ¿les gusto?
Re: Cuando la lluvia cae... Muy bueno. Me gustó cómo relatabas el escrito. Tienes una gran mesa de palabras, ya que no noté que usaras las mismas constantemente. No hubo redundancia o algo parecido. Simplemente, un buen escrito (:. Sólo mejora las tildes, en el modo que colocaste "está" hubiera sido "ésta", al referirse a una mujer, cuida eso. Otras cosas, no capté nada. Quedé igual que Yuzu, las historias de los vagos son muy enternecedoras.
Re: Cuando la lluvia cae... Me ha gustado mucho la historia, tanto como está narrada como la temática. No mucha gente elegiría la felicidad antes que el dinero. Hoy en día la gente es demasiado materialista, supongo que por eso me ha gustado tanto la historia^.^
Re: Cuando la lluvia cae... que hermosaa historia!! realmente linda. Como quisiera tener el valor de ese de dejalro todo por ser libre y feliz n.n REalmentee hermoso tu relatoo me encanto... Simplementee hermoso :) Cindyhyuuga :D