Cruel destino; dulce amor; oscura providencia.

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por lupus, 27 Mayo 2011.

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    lupus

    lupus Usuario común

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    Cruel destino; dulce amor; oscura providencia.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    13
     
    Palabras:
    2214
    Prólogo.​

    Podría haber sido otra hermosa noche de invierno en Iris, la próspera capital del poderoso reino de Kira, que había progresado bajo el esplendoroso reinado de generaciones de reyes y reinas nacidos en el seno de la familia Reagan durante el periodo conocido como la Era de la Luz. Nadie podría haberse imaginado que la pureza de la blanca nieve que caía sobre la ciudad se perdería tiñéndose con la sangre derramada.

    __ ¡Maldito seas, Iorek Monhaust!__ gritó el malherido rey Light mientras observaba el cuerpo sin vida de su esposa, desangrada a los pies del noble sublevado.__ ¡¿Cómo has podido traicionarnos?!
    __ No ha sido muy difícil.__ se mofó el aludido, que se acercó alzando la extraña espada, hecha enteramente de plata y decorada con dos alas metálicas que nacían de la empuñadura.__ ¿Te suena esta espada, viejo amigo? Estoy seguro de que la conoces perfectamente.

    Los ojos de Light se abrieron de par en par para ver un resplandor plateado descender a gran velocidad sobre su cuello unos segundos antes de que la oscuridad se lo llevara.

    Una pequeña niña de nueve años corría todo lo que podía para escapar de los soldados invasores mientras abrazaba con fuerza al bebé de dos años que lloraba desconsoladamente a causa de lo terrorífico de la situación.

    __ ¡Por favor, Luna, cálmate!__ le suplicó Adela, desesperada al ver a la gran multitud de enemigos que las perseguían.__ ¡Estás atrayendo a todos los soldados!

    El horror de la pequeña llegó hasta extremos inimaginables cuando se encontraron de pronto atrapadas entre el grupo que las seguía y un nuevo grupo que había aparecido por sorpresa ante ellas.

    “Perdóname, mamá.” pensó cerrando los ojos y esperando a ser atravesada por las armas de los seguidores de Iorek. “No he podido salvar a la princesa como te prometí.”

    Pero la fortuna no tenía pensado abandonar a la princesa y a la hija de la dama de la reina a tan aciago fin, pues Adela escuchó de pronto el sonido del metal chocando contra el suelo y los lamentos de los soldados. Al abrir los ojos, la niña vio a Lord Turiel y a Lord Elías, dos de los caballeros que habían hecho el juramento de servir a la Casa Real por su honor y el de sus familias; a sus pies se encontraban inconscientes los hombres de Monhaust, superados por la gran destreza de sus dos rivales.

    __ ¿Os encontráis bien?__ le preguntó Turiel a Adela, refiriéndose tanto a ella como a la criatura que continuaba llorando entre sus brazos.
    __ S-sí, señor.__ respondió la pequeña con timidez.
    __ Vienen más.__ dijo Elías mientras escuchaba con atención como el creciente ruido de las armaduras en movimiento y de los gritos de guerra de los atacantes.

    Turiel se agachó y accionó un interruptor disimulado como una de las pulidas piedras del muro izquierdo para abrir un pasadizo secreto, por el que obligó a pasar a la asustada Adela y al combativo Elías, cerrándolo de nuevo antes de que los refuerzos enemigos pudiesen descubrirles.

    __ Démonos prisa.__ ordenó encendiendo una entorcha con su yesca y precediendo a los demás para iluminar los escalones que descendían hacia las profundidades del castillo.
    __ ¿A dónde vamos?__ le preguntó Adela.
    __ Aarón, mi sobrino, nos está esperando en el bosque con varios caballos preparados para que podamos escapar.__ respondió el caballero con total seriedad.__ Escuchadme atentamente porque esto es muy importante: Adela, olvídate de que tienes en tus brazos a la legítima heredera de la Casa Reagan y de que nosotros somos caballeros.
    __ ¿No estarás sugiriendo que…?__ empezó a preguntarle Elías mientras miraba de reojo su espada y su escudo, a los que tenía un especial cariño.
    __ Me temo que sí, amigo.__ susurró Turiel con pesar, lanzando también una triste mirada a sus pertenencias.__ Tendremos que renunciar a todo lo que nos identifique como miembros de las Casas Adamas y Darnas.
    __ ¡Pero heredamos estas armas de nuestros antepasados!__ exclamó el joven, indignado por el plan del anciano caballero.__ ¡¿Quieres que nos deshagamos de las posesiones que nos entregaron nuestros padres cuando fuimos nombrados caballeros?! ¡Me niego rotundamente a…!
    __ ¡No seas idiota, muchacho!__ le interrumpió Turiel.__ ¡Iorek se ha hecho con el trono de nuestro señor y no tardará en declarar a nuestras familias como traidoras al reino! ¡Cortar cualquier lazo que nos conecte con la nobleza es la única forma de lograr mantener a salvo a Luna!

    Elías dio un respingo y miró al suelo con tristeza, sabiendo que su antiguo mentor sólo le estaba haciendo ver la cruda realidad.

    __ Yo no digo que no esté dispuesto a hacer cualquier cosa para garantizar la seguridad de la princesa, maestro.__ declaró en un susurró.__ Sin embargo, no deseo que la herencia de mi padre acabe en manos de esos traidores.
    __ Comprendo tus sentimientos, Elías.__ le dijo el anciano apoyando las manos sobre los hombros del lord que había sido su escudero diez años atrás.__ Puedes estar tranquilo porque los hombres de Iorek nunca pondrán sus garras sobre nuestras preciadas posesiones.

    Se giró rápidamente y siguió caminando a través de la cueva mientras Elías y Adela le seguían sin comprender el significado de aquellas palabras.

    Los tres fugitivos caminaron con paso veloz a lo largo del túnel, donde el único sonido perceptible era el del constante llanto de la pequeña princesa. No obstante, a medida que avanzaban, otro sonido se fue volviendo más intenso; se trataba de una hermosa melodía acompañada por el susurro del suave movimiento del agua.

    “El manantial.” comprendió Adela justo en el momento en que llegaban a la gran estancia natural donde se encontraban las cristalinas aguas estancadas bajo el castillo.

    Ese cuerpo de agua era el mayor secreto de la familia Reagan: un extraño manantial de origen desconocido y cuyas aguas no se agotaban a pesar de que no se habían encontrado pruebas de la existencia de ninguna fuente. Pero lo que hacía que aquellas aguas fuesen especiales eran sus propiedades curativas, pues su simple contacto cerraba heridas y eliminaba enfermedades, propiedades que habían asegurado la supervivencia del reino en el pasado contra las invasiones de los bárbaros de las tierras del Norte y las plagas que trajeron consigo desde su hogar.

    Una extraña sensación de paz y serenidad se apoderó de los supervivientes de la masacre que había tenido lugar en la superficie cuando éstos se acercaron al lago; incluso Luna dejó de llorar y contempló con ojos llorosos al guardián de aquellas aguas sagradas caminar hacia ellos.

    __ Aeris, espero que no te importe si…__ empezó a decir Turiel pero el aludido le indicó que permaneciese en silencio con un ligero gesto de la mano.
    __ Tenéis permiso para arrojar la herencia de vuestras familias a las profundidades del manantial, de donde ninguno de vuestros perseguidores podrá robarla.__ susurró Aeris con su fría pero musical voz a pesar de que el noble no había acabado de hablar.

    Los dos caballeros hicieron una reverencia ante el guardián para agradecerle el favor que les había concedido y comenzaron a despojarse de sus armaduras y armas mientras Adela observaba con ojos brillantes a Aeris, cuya dorada mirada estaba posada en la en ese entonces silenciosa princesa Luna. La joven difícilmente podía creerse que el espíritu del lago fuese realmente un chico ya que sus rasgos eran demasiado finos, demasiado…hermosos, más semejantes a los de una chica o por lo menos a un niño pequeño.

    Aeris tomó las pertenencias de Turiel y Elías y las arrojó a las tranquilas aguas, hundiéndose hasta desaparecer en el fondo.

    __ Será mejor que os marchéis antes de que descubran el pasadizo.__ susurró mientras se sentaba en la arena de la orilla y extraía una flauta de una de las mangas de su túnica.

    Tras despedirse con una ligera inclinación de cabeza, los tres fugitivos continuaron corriendo al tiempo que el aire se llenaba de nuevo con aquella hermosa canción y con los llantos de Luna, que alzó sus pequeños brazos tratando inútilmente de llegar al manantial.

    __ ¿Podemos confiar en él?__ le preguntó Elías a Turiel mientras corrían.__ ¿Qué razones puede tener para ayudarnos?
    __ No creo que tenga ninguna razón especial para ayudarnos.__ replicó el anciano.__ Del mismo modo que no creo que tenga ninguna razón para ayudar a nuestros enemigos.
    __ ¿Qué significa eso?__ le preguntó una jadeante Adela.
    __ Aeris es un tipo misterioso al que nadie es capaz de comprender.__ explicó Turiel con rostro sombrío.__ Se pasea de vez en cuando por el castillo pero nunca le he visto hablando con nadie ni tampoco hacía nada fuera de lo normal; tengo la impresión de que es del tipo de persona que deja que las cosas sucedan libremente sin intervenir.

    Finalmente, tras avanzar por aquella cueva por un tiempo imposible de saber, llegaron a la salida y se encontraron bajo la ventisca, amortiguada por las copas de los árboles del bosque.

    __ ¡Ya era hora!__ exclamó Aarón, que se había estado ocupando de que los caballos no se estuviesen quietos demasiado tiempo para evitar que se helaran.__ ¡Temía que os hubiese pasado algo!
    __ No pierdas el tiempo y ayuda a Adela a montar.__ le ordenó su tío, que tomó al bebé para que la chica pudiese montar con más facilidad.

    Adela se agarró a la silla de montar y apoyó el pie izquierdo en uno de los estribos mientras Aarón la ayudaba a sentarse empujando su pierna derecha con las manos. Una vez la niña estuvo acomodada, el sobrino de Turiel se sentó tras ella y tomó las riendas al mismo tiempo que el antiguo noble volvía a encargarle el cuidado de la pequeña princesa.

    __ ¡Adelante!__ exclamó montándose en su propio caballo.

    Y los tres corceles empezaron a galopar a toda velocidad para alejar a los fugitivos del castillo que hasta hacía pocas horas había sido su hogar.

    Iorek Monhaust miraba a sus hombres con una fría mirada asesina; su ira era palpable y parecía transmitirse a su espada, que vibraba como si ansiase derramar más sangre en nombre de su dueño.

    __ ¿Qué queréis decir con eso de que no habéis asesinado a la princesa?__ les preguntó el insurrecto lord a los soldados a los que habían hallado inconscientes en un pasillo.
    __ Verá, señor, el caso es que estábamos a punto de capturar a la niña que estaba huyendo con la princesa en sus brazos cuando dos defensores de la Casa Real nos interceptaron y nos…noquearon.__ le explicó el hombre encargado de aquel grupo de unidades.
    __ ¿Y dónde están ahora?__ volvió a preguntar Iorek apretando la empuñadura de plata de su arma.

    El soldado desvió la mirada y respondió:
    __ N-no…lo sabemos, milord.

    Aquellas fueron las últimas palabras del pobre hombre antes de que el mismo resplandor plateado que había arrebatado la vida a los reyes atravesase su corazón.

    __ Odio a los inútiles.__ declaró Iorek mientras abandonaba la habitación ante las miradas horrorizadas de los soldados.

    Guiado por una extraña fuerza proveniente de su espada, el lord caminó hasta el pasillo donde la princesa y sus protectores y se detuvo.

    __ Muéstrame el camino que tomaron, Luzbel.__ susurró alzando el arma.

    La plateada hoja, hecha de un metal muy especial que no se manchaba de sangre por muchos enemigos a los que atravesara, empezó a temblar y a emitir una luz blanca; aquella energía hizo reaccionar el interruptor oculto y la puerta del pasadizo se abrió.

    Sonriendo con satisfacción y encontrando su camino iluminado por la luz de la espada, Iorek descendió las escaleras y recorrió el túnel de roca natural hasta llegar al manantial, interrumpiendo la melodía de Aeris con su presencia.

    __ ¿Por qué portas a Luzbel, “la predecesora de la aurora”.?__ le preguntó el guardián de aquellas aguas al reconocer la espada alada que el noble empuñaba.__ No fue forjada para alguien como tú.

    Iorek sonrió siniestramente mientras su mirada recorría la superficie del lago brillando por la codicia.

    __ Como suponía, la leyenda era cierta.__ murmuró para sí mismo aunque lo dijo con voz lo bastante alta como para que el muchacho de ojos dorados y largo pelo blanco pudiese escucharle.__ ¡Escúchame, Aeris: por el poder que la espada Luzbel, forjada en las alturas, me ha concedido, yo reclamo este castillo y todo lo que esté vinculado a él, incluido este manantial!
    __ Este manantial no le pertenece a nadie, Iorek Monhaust.__ replicó el espíritu con furia.__ No puedes reclamarlo como tuyo por la fuerza de las armas.
    __ Pero esta no es un arma cualquiera, ¿me equivoco?__ le preguntó el hombre con mofa, realizando varias maniobras con la espada para intimidarle.

    Durante unos minutos, los dos hombres se lanzaron miradas desafiantes para tratar de quebrar la determinación del otro; la batalla de voluntades acabó con suspiro de Aeris, que se incorporó y comenzó a introducirse en el agua.

    __ No me interesan los asuntos de los mortales.__ declaró con rostro inexpresivo mientras se desvanecía en el transparente líquido.__ Haz lo que te venga en gana con esta agua. Sin embargo, te daré un aviso: cualquier persona que utilicé sus mágicas propiedades para satisfacerse a sí mismo quedará maldita para toda la eternidad.

    “No me asustan las maldiciones.” gruñó Iorek en su fuero interno cuando el guardián hubo desaparecido. “Gracias al poder del manantial, no habrá nada ni nadie en este mundo que pueda hacerme daño de ningún modo.”
     
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    lunabetz

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    Hola, perdón por meterme a leer tu fic sin permiso amigo, sólo tengo algunas cosas que decirte de tu escrito, espero que no te sorprendas :p.
    Para ser sincera, el estilo de tu historia es muy parecido al mío (a mí también me gustan las leyendas, la magia y las situaciones complicadas de huídas, valentía, caballeros, los villanos poderosos y una trama que te mantiene todo el tiempo intrigado) tu narración es un poco distinta a la mía eso sí, los lugares y descripciones están muy bien realizados, (me perdí en la historia no supe cuando terminó) hasta ahora es la única que me ha enganchado (y eso que es un prologo nada más, no me imagino qué seguirá) una trama sorprendente de verdad todo eso de que el Lord quiere matar a la princesa y los manantiales (¿quién será ese chico guardián tan sexy? xD) de verdad captó mucho mi atención.

    Sólo una cosa que recriminarte, no me odies xD
    (trata de separar el texto, tu vista se cansa porque está muy junto todo) bueno eso es todo

    Seguiré esta historia por supuesto, quiero saber más (haber si tenemos ideas parecidas xD).
    Me despido, saludos y NTR.

    P.D. No detecté ningún error gramatical (o se me escaparon).
     
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    Atsushi

    Atsushi Usuario común

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    Bueno bueno, a ver a ver.

    Me gustó. Siento que quieres hacerlo tipo novela estilo Romeo&Julieta, cierto? Será interesante, aunque note algunas pequeñas similitudes con la obra anteriormente mencionada, espero que sea sólo eso, pequeñas similitudes (y pocas). Narracion bella, pero falto en algunas partes. Por ej., no describiste a los personajes, me mareo un poco todo ese asunto y recién pude reconocer a los personajes cuando llegue a más de la mitad del escrito. Quisiera saber como son de apariencia, antes de que yo misma me haga una idea, luego los describas y nuestras ideas choquen.

    El guión que estás usando no es el correcto. Pásate por aquí, ayuda un montón.
    http://fanficslandia.com/index.php?threads/guión-largo.10662/

    Seguire la historia. Ya voy percibiendo una complicada y hermosa historia de amor~ Me pregunto cual será el galán de la historia.

    Me pareció un buen comienzo, espero el próximo capítulo con ansias.
    Sin más, ByeBye. <3
     
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    lupus

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    Cruel destino; dulce amor; oscura providencia.
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    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    13
     
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    1443
    Capítulo 1.​

    Catorce años después…

    Con el entrecejo fruncido a causa de la concentración, Dylan tensó la cuerda de su arco y apuntó al pelele que colgaba de la rama de un árbol mientras sus amigos le observaban atentamente. Sin embargo, una repentina brisa hizo que uno de sus largos mechones de pelo le cayese sobre los ojos provocando que la flecha se desviase y se clavase en la pierna derecha del muñeco de paja.

    __ Maldición.__ gruñó el primogénito de la familia Aguilar, una de los cuatro linajes establecidos como defensores de la ciudad de Iris, mientras examinaba la distancia entre el punto de impacto y el centro de la diana.__ Que conste que ha sido por culpa del viento.
    __ No busques excusas, compañero.__ le reprochó Aarón con una mueca burlona.__ Se te dan bien la lucha con la espada y las justas pero das pena en la disciplina del tiro con arco.
    __ Inténtalo tú si crees que puedes hacerlo mejor.__ gruñó Dylan.

    Aarón lanzó un fingido suspiro y se acarició el brazo izquierdo, entablillado y vendado tras haber sido atravesado por los colmillos de un jabalí plenamente desarrollado una semana antes.

    __ Ya me gustaría demostrártelo pero…
    __ ¡Sí, ya sabemos lo de tu brazo herido!__ exclamó el noble.__ ¡Que oportuno para ti!
    __ ¡¿Qué has querido decir con eso?!__ le preguntó Aarón, repentinamente enfadado.

    Los dos chicos se acercaron hasta quedar separados únicamente por varios centímetros; sus miradas eran tan afiladas y desafiantes que casi podían verse las chispas que arrojaban.

    __ Vale, muchachos, tranquilidad.__ les pidió una joven de lisos cabellos castaños y ojos del color del cielo en un día soleado mientras les apartaba con sus delgadas pero firmes manos.__ No os comportéis como gallos de pelea, pues es mi turno para disparar.

    Dylan y Aarón resoplaron y se apartaron para ver a Luna recogiéndose los largos cabellos en una cola de caballo para evitar una eventualidad semejante a la que le había sucedido a su amigo.
    __ ¿No tienes miedo de que se te rompa una uña?__ le preguntó Dylan, burlándose para ponerla nerviosa.
    __ No lo tengo.__ replicó la joven sacándole la lengua en un gesto más bien infantil.__ Yo no soy como la señoritinga de tu hermana, que se pasa horas enteras delante del espejo o buscando a su “príncipe azul”.
    Aarón estalló en carcajadas mientras Dylan se sentaba en el suelo, abatido al ver el modo en que Luna, poseedora de un fuerte carácter, le había dado la vuelta a su broma.

    Sonriendo para sí misma, la joven terminó de recogerse el pelo y adoptó una pose erguida al tiempo que cargaba el arco y tensaba la cuerda para disparar la saeta inmediatamente. Sin embargo, el disparo no fue ni mucho menos tan buena como lo había sido el del joven Aguilar y la flecha se empezó a desviar demasiado hacia la derecha.

    Luna, que ya se estaba imaginando las burlas de sus dos amigos si fallaba aquel tiro, se concentró y movió la mano derecha con el mayor disimulo posible. Casi como por arte de magia, la flecha volvió a su trayectoria original, clavándose en el pecho del pelele, en el centro de la diana.

    __ ¿Soy buena o no soy buena?__ les preguntó a sus compañeros mostrando una amplia sonrisa.
    __ ¡Tú eres una tramposa!__ exclamó Dylan con el rostro contraído por la indignación.__ ¡Está más claro que el agua que has usado tus poderes!
    __ ¡A mí no me llames tramposa!__ gruñó Luna colocando sus manos en la cintura y mirándole con malos ojos.__ ¡No tienes ninguna prueba de que haya usado de verdad mis poderes! ¡Soy inocente hasta que se demuestre lo contrario!

    La chica se puso a tararear una canción y a pasearse por el bosque sin rumbo fijo; así de mal se le daba disimular que se había aprovechado de sus poderes.

    Queriendo gastarle una broma, Dylan se acercó a ella por detrás y la tomó en brazos.
    __ ¡¿Qué vas a hacer?!__ chilló Luna, asustada al ver la sonrisa burlona en el rostro de su amigo.
    __ Voy a aclararte un poco las ideas.__ respondió el joven noble mientras se la llevaba a pesar de sus constantes pataleos.
    __ ¡Aarón, ayúdame!__ le suplicó Luna al sobrino de Turiel, que lo estaba pasando muy mal tratando de no tirarse al suelo para reír a carcajada limpia.__ ¡Que este loco me quiere hacer algo y no sé el qué!
    __ Tranquilízate, Luna, no te pasará nada.__ replicó su amigo acariciándose la barbita de chivo, cuyo color rojizo destacaba sobre la clara piel.__ Ya sabes que Dylan tiene fama de ser un caballero con las mujeres.

    Aquel fue el turno del joven Aguilar para reír.
    __ Tranquila, Luna.__ le dijo a la chica manteniendo aquella sonrisa burlona.__ Yo a ti no te considero una mujer; no eres delicada, te metes en peleas, te embelesan los torneos,…Desde luego, no eres una frágil fémina. Yo te considero algo así como…como…el hermano pequeño que siempre quise y que no pude tener porque tuvo que nacer la petarda de mi hermana Claudia; realmente te comportas como un chico
    __ No sé si tomarme eso como un cumplido o como un insulto.__ susurró Luna, que se había tranquilizado repentinamente tras escuchar esas palabras.

    Mientras Dylan la cargaba en sus brazos, la muchacha recordó que no era la primera vez que escuchaba algo así; muchas veces, muchas más de las que se podrían contar, había sido el centro de comentarios y críticas del tipo “eso no es propio de una dama”. No podía enfadarse con nadie por decir esas cosas sobre ella porque tenía que reconocer que sus modales, su actitud, sus gustos e incluso su vestimenta eran más cercanos a los de un chico que a los de una chica; ciertamente prefería asistir a una justa entre caballeros con Aarón y Dylan y su gusto por las armas había llegado al extremo en que les había suplicado a sus dos amigos que le enseñasen a manejar la espada y a montar a caballo hasta que éstos, exasperados, aceptaron.

    Sin embargo, el que reconociera que aquellos comentarios tenían su parte de razón no significaba que no se sintiese molesta al escucharlos. La irritación que le causaban era mayor si provenían de Claudia, hermana pequeña de Dylan y a quien podría considerarse como el modelo a seguir de todas las damas pedantes de la aristocracia, pues pensaba que la razón por la que Luna era así era la gran influencia masculina que recibía de su hermano y de Aarón; según palabras de la descendiente de la familia Aguilar, Luna había crecido sin ningún modelo femenino que le enseñase a ser elegante y sofisticada y que se había desarrollado mal por culpa de la barbarie de los hombres, a los que, no obstante, tanto intentaba atraer emperifollándose hora tras hora delante del espejo.

    Tan inmersa estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta de que Dylan la había conducido al lago donde solían bañarse hasta que el bromista de su amigo la balanceó y la arrojó al agua completamente vestida.

    __ ¡Esto ya se ha pasado de broma, imbécil!__ chilló Luna mientras nadaba de nuevo hacia la orilla luchando contra el peso de la ropa empapada.__ ¡Esto ha sido una gamberrada pura y dura!

    Tras partirse un rato la caja con la broma, Dylan se agachó y le tendió un brazo para ayudarla a salir, encontrándose de pronto en el agua junto con su amiga.

    __ Te la debía.__ declaró Luna tratando de aparentar estar enfadada a pesar de que se lo estaba pasando en grande.
    __ Menudo espectáculo estáis dando, compañeros.__ les reprochó Aarón en broma, pues en realidad encontraba muy divertida la situación.__ ¿Has olvidado acaso tu plan, querida Luna? ¿O acaso lo has pensado mejor y has decidido que es una locura llevarlo a cabo?

    Luna tardó un instante en comprender a que se refería su amigo; su expresión pronto perdió todo rastro de alegría y diversión para dejar paso a la serenidad, la seriedad y la decisión.

    __ No vamos a echarnos atrás.__ replicó con rudeza, otro rasgo “impropio en una señorita”.__ He estado entrenando muy duro con mis poderes y con la espada para lograrlo y no voy a desaprovechar la oportunidad de hacer algo útil con mis poderes.
    __ En ese caso tendremos que empezar a prepararnos.__ dijo Dylan mientras salía del agua y la ayudaba a hacer lo mismo.

    Mientras se dirigían a la pequeña cabaña donde solían reunirse, Luna respiró profundamente, sabiendo que el éxito de su plan dependería por completo de sus poderes y, por extensión, de ella; debía mentalizarse para lograrlo y de ese modo sabría que sus habilidades podrían ayudar a los demás.
     
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    lunabetz

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    Hola, perdón por comentar hasta apenas, me traían como loca, pero ya estoy aquí.
    Para empezar me gustó mucho la trama (eso ya lo sabías) y también sabía que algo así pasaría, la princesa Luna (qué casualidad yo me llamo así xD) creció con sus "caballeros" se podría decir y lo que más me tiene desconcertada, pero creo que fue un buen detalle de tu parte fue lo de hacer que la princesa tuviera carácter (no como las que siempre estamos acostrumbrados a ver que siempre las protegen porque no pueden valerse por sí mismas).
    Me dio un buen de risa lo del agua y cómo cayeron los dos y terminaron mojados, xD, buena narración, espero leer algunos de tus escritos proximamente.

    -¡Soy inocente hasta que se demuestre lo contrario!

    Esa parte me gustó mucho jeje. Lo único que te recriminó, pero no me había percatado al principio era lo del uso del guión largo Alt + - en teclado númerico o con Alt Gr. Muy buena ortografía.
    Espero el siguiente y gracias por tomarte la molestia de invitarme que algunos no lo hacen ¬¬ y ya no los leo nunca más.
    Saludos y NTR.

    "Vislumbré el sendero al que se dirigía mi destino... divido en dos caminos..."
     
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    surisesshy

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    Primeramente, gracias por la invitación amigo, sabes que nunca me gustaría perderme un escrito tuyo (fans número uno) ummm, a mi me da que esta historia va a ser como Romeo y Julieta, solo que esta vez ellos dos no morirán, peor mejor dejarlo para sorpresa, me recuerdo que nunca pego una contigo XD, ¡eso, chica con carácter! Por fin, una historia donde la protagonista no siempre es la rescatada y débil que debe de ser salvada por sus caballeros, aunque si mal no recuerdo, todas tus chicas son así, fuertes y capaz de defenderse a si misma y al mundo.

    Me encantó la trama, como siempre tus historias comienzan con un toque oscuro para después seguir con la comedia, ya quiero saber qué traman esos tres, hasta entonces, bey.
     
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    Atsushi

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    Buenos días! :3

    Bueno, para empezar, me hubiese gustado un título en el capítulo, quizá por el aire a novela que tiene, se que no es cien por ciento necesario pero bueno.

    Otra cosa, el guión. Sigue siendo el mismo aún cuando te deje un artículo genial para ayudarte con eso. Recuerda que lo digo para que mejores, no para otra cosa.

    A ver si entendí. Aarón y Dylan son amigos de Luna, la princesa. Aarón es pelirrojo y Dylan es... ¿? pero con lo del mechon de pelo me dio a entender que es lindo. ewe
    Me da gracia la personalidad de Luna, la verdad parece un muchacho. xD Aunque prefiero eso a una Bella cualquiera (vease Crepúsculo). Fue muy comico lo del agua aunque me hubiese gustado que pase algo más, lol. Esa Luna es una tramposa! Mira que usar sus poderes... Momento, poderes? Espero lo expliques luego. xDD

    Me gustó mucho el capítulo. Me dejo la duda de cual será el plan de pc princesa, aunque ya me hago una idea. ;3

    Lol, esta mierda me mando el post incompleto. En fin.
    Sin más, ByeBye. <3
     
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    Ladron de Musas

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    "Eso no es propio de una dama"ja ja ja apuesto que infinidad de veces Luna se ha topado con eso,adoro a las chicas rudas,sospecho que pronto se dara un triangulo amoroso entre esos tres,en verdad que sabe el significado de jugar sucio XD XD XD pero es que era obio el ver una flecha volar en curva de regreso hacia el objetivo

    Quiere ser caballero,estoy seguro que eso es lo que planea
     
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    Estrella Solitaria

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    Wuaau!!!, gracias por invitarme a tu fic, la trama me ha gustado mucho, me encantan las leyendas!!! disculpa la demora había tenido algunas cosas que hacerXD, me gusta tu descripción, narración y aquellos que cuidaban a la princesita jejee, espero se continue desarrollando y vaya mejorando mucho mas!!!:3
    Saludoss!!!
     
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  10.  
    Marple

    Marple Iniciado

    Capricornio
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    Hellouu! He de decirte que tu historia me ha sorprendido. Comenzé leyendo el prólogo sin mucho interés (no soy demasiado devota de las novelas caballerescas), sin embargo, acabó gustandome. Me agrada como narras y el camino que está siguiendo tu historia. No he visto a penas fallos ortográficos, solo algunos errores de dedos y alguna confuisón de tiempos.
    Eso sí, como ya te han dicho arriba, deberías corregir lo del asunto de los guiones. No es porque quede más bonito, sino porque es lo correcto.
    Por otro lado, estoy un tanto confusa, ¡demasiados nombres raros que asimilar! A ver, ¿quiénes son Dylan y su hermana?, ¿son nobles y viven en una casona o son pobres y viven en un chozo perdido en el bosque?, ¿no se supone que ese lord maligno perseguiría a los nobles, y que éstos, para evitar tal desdicha, tenían que hacer borrón y cuenta nueva?, ¿el guardián del lago qué es, un niño, adolescente, chico sexy...?
    En fin, no te atosigo más. Continúa escribiendo, pero cuidado con las tildes!

    PD: adoro que la princesa sea un marimacho!
     
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  11.  
    lupus

    lupus Usuario común

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    Cruel destino; dulce amor; oscura providencia.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    13
     
    Palabras:
    3248
    Capítulo 2.

    Una mujer les esperaba caminando de un lado a otro sin cesar; sus movimientos eran tan bruscos que las dos tranzas que caían sobre sus hombros emitían pequeños sonidos semejantes al restallido de un látigo.
    — ¿Qué ocurre, Adela? — le preguntó Dylan con una sonrisa al captar su nerviosismo. — ¿No será que estás ansiosa por vernos llegar triunfantes de la misión que Luna planea llevar a cabo?
    — ¡Pues claro que no! — exclamó la mujer, cuyos ojos marrones se encontraban marcados por las profundas ojeras debido a las noches en vela que había pasado desde que Luna le contase lo que pretendía entrenando sus poderes y aprendiendo a manejar las armas. — De hecho, tenía la esperanza de que esta chica, o lo que quiera que sea, hubiera recapacitado y se hubiese dado cuenta de que es una locura.
    Luna le sacó la lengua y replicó:
    — Pues lamento decepcionarte pero sigo igual de decidida que hace tres semanas.
    — Eso pensaba. — gruñó Adela mientras la cogía con fuerza de la mano y tiraba de ella hacia el interior de la cabaña. — Ya hemos recibido el material que encargaste así que cámbiate deprisa para que yo pueda volver a casa a consumirme en la angustia de no saber si estaréis a salvo o si os habrá pasado algo.

    Poniendo los ojos en blanco ante la reacción de su amiga, Luna entró en la cabaña mientras Adela, enfurecida, le daba una bofetada a Aarón cuando vio que éste iba tras ella.
    — ¡¿A qué viene esto?! — le preguntó el joven frotándose la enrojecida mejilla.
    — ¡A que ibas a aprovechar para ver a Luna desnuda! — respondió Adela con furor. — ¡¿No eres un poco mayorcito, con los veintiséis años que tienes, perseguir faldas de esa manera?!
    — ¡Si entre amigos hay confianza! — bromeó Aarón, quien alzó la voz para que la joven de ojos azules le escuchase desde la casa.

    Luna abrió una de las ventanas y asomó su hermoso rostro pálido con una resplandeciente y pronunciada sonrisa.
    — Me mostraré desnuda ante vosotros el día que hagáis lo mismo ante mí. — declaró guiñándoles un ojo con picardía.
    — Podemos hacerlo ahora si lo deseas. — añadió Dylan haciendo amagos de empezar a quitarse la ropa sin ningún pudor.

    Adela levantó la mirada hacia el cielo con expresión exasperada y se tiró de las trenzas mientras Luna se carcajeaba y cerraba la ventana.
    — Esto…nosotros también tenemos que cambiarnos, Adela. — le recordó Aarón señalando sus ropas empapadas.

    La mujer le dirigió una mirada furibunda antes de entrar en la cabaña para volver a salir unos minutos después y arrojarles varias toallas y vestimentas.
    — Siempre alegrándonos el día con su sonrisa. — comentó Dylan con sarcasmo.

    En el interior de la cabaña, Luna ya se había desnudado y se secaba con toda la rapidez que podía.
    — Eres demasiado dura con ellos, Adela. — le reprochó a su amiga al escuchar el portazo que ésta dio tras entregarles a los dos jóvenes las ropas que deberían llevar en la escaramuza en la que participarían ese día con una brusquedad fuera de lugar.
    — Son una mala influencia para ti, Luna. — afirmó la aludida, que ayudó lo mejor que pudo en recoger sus densos cabellos en un moño y preparó los ropajes especiales, los cuales eran en su opinión inapropiadas al tratarse de prendas masculinas, para ayudarla a vestirse. — Se que son buenos chicos pero…son…bueno, son hombres. Y no pienses que estoy diciendo que no debes relacionarte con ellos porque tarde o temprano todas tenemos que hacerlo; sólo digo que deberías equilibrar el tiempo que pasas con ellos relacionándote con otras chicas.

    Luna suspiró mientras Adela la ayudaba a esconder su busto rodeando la parte superior de su tórax con un vendaje y atándolo con fuerza.
    — Ni siquiera tengo amigas de mi edad, Adela. — susurró algo apenada. — Incluso tú eres siete años mayor que yo.

    Para ser justos, eso no era del todo cierto. Durante uno de sus constantes paseos por las calles exteriores de Iris, Luna había conocido a una muchacha de su edad con la que había trabado amistad casi desde el mismo momento en que se conocieron; su nombre era Helen y poseía un fuerte carácter idéntico al suyo por haber perdido a su madre cuando era un bebé y haber sido criada por su padre, el mejor herrero de la ciudad.
    — ¿Y qué me dices de Claudia? — le preguntó su compañera mientras la vestía. — Ella siempre ha querido ser alguien cercano a ti.
    — Lo que ella quiere es sentirse importante viendo que otras personas siguen sus pasos. — gruñó Luna, que se abrochó velozmente la camisa que acababa de ponerse. — Es una pedante al igual que todas las damas de la nobleza, que se quedan embobadas observando a los caballeros e imaginándose historias de amor de las que son protagonistas junto con alguno de ellos; son penosas.
    — Tú también te quedas mirándoles. — le recordó Adela. — Se te cae la baba viéndoles cruzar las espadas y las lanzas en los torneos. Seguro que alguna vez te has imaginado a uno de esos caballeros declaran…

    Una dura mirada de Luna la hizo callar y la obligó a concentrarse en abrochar el cinto y la vaina, donde se encontraba guardada una espada de larga y fina hoja, perfecta para el estilo de combate de la joven, especializada en ataques ligeros y veloces más que en la ferocidad y la fuerza.
    — Yo no les veo como lo hacen las demás. — replicó Luna mientras se ajustaba unos negros guantes de cuero. — Yo les veo como lo que deberían ser: defensores de la paz y de la justicia. Algunas veces desearía haber nacido hombre para poder ser uno de ellos.
    — ¿Qué has dicho? — le preguntó Adela, pues Luna había dicho esas últimas susurrando.
    — Nada.

    Mientras tanto, en el exterior, Dylan y Aarón ya habían terminado de cambiarse; las harapientas ropas que llevaban, combinadas con largas capas con capucha y pañuelos para cubrir sus rostros, les dotaba de un aspecto siniestro y peligroso.
    — Tardan mucho. — comentó el primero, que se entretenía haciendo cortes en la madera de un árbol cercano con su daga.
    — ¿Qué esperabas? — le preguntó Aarón encogiéndose de hombros. — Aunque se comporte como un hombre, Luna sigue siendo una mujer. ¡Ay!

    El joven se frotó el trasero, donde Luna, cuyo aspecto era tan misterioso como el de los dos hombres al esconder su rostro tras una máscara de fiesta y llevar un sombrero de ala ancha decorado con plumas, le había dado un ligero pinchazo con la espada.
    — ¡Caray, Luna, esa zona es delicada! — se quejó Aarón, molesto por la “puñalada”.
    — ¿Qué aspecto tengo? — les preguntó la chica ignorando el reproche de su amigo y dando una vuelta con gran ligereza.
    — Tienes el aspecto de un verdadero líder de un grupo de bandidos. — opinó Dylan con un gesto afirmativo. — Eso significa que el disfraz es perfecto.
    — En ese caso, es hora de ponerse en marcha. — decidió Luna antes de dirigirse a Adela, que la observaba con preocupación. — Vuelve a casa y trata de mantener las apariencias; no le digas a nadie lo que sabes.

    A pesar de que la expresión en el rostro de su amiga demostraba que no le gustaba lo que pretendían, ésta asintió apesadumbrada y tomó el camino hacia la residencia de la familia Aguilar mientras Luna y sus compañeros tomaban un segundo camino hacia la carretera principal que atravesaba la llanura en dirección a la capital sabiendo que Lord Reginald, un lord que cobraba unos impuestos que sometían a los campesinos a la miseria de lo altos que eran, tomaría esa ruta tras su recolecta semanal; pero no tenían pensado permitir que ese codicioso hombre se quedase con las pertenencias de esas pobres gentes y se las arrebatarían aunque empezasen a ser considerados como ladrones por los demás nobles. Claro que nadie se imaginaría que uno de esos bandidos sería el heredero de una de las Casas guardianas de Iris.
    — ¿Recordáis el plan? — les preguntó Luna a sus amigos cuando llegaron al punto donde emboscarían a la comitiva de Reginald.

    Dylan y Aarón asintieron y se alejaron para ocultarse en el bosque mientras la joven se quedaba de pie como una estatua en medio del camino, esperando la señal que le indicaría que el objetivo se acercaba.
    “Por favor, no me falléis.” le suplicó a sus poderes poniéndose nerviosa al pensar en lo que podría pasar si éstos se bloquearan en medio de la lucha.

    Transcurridos varios minutos desde que se plantara en el camino, Luna vio varios destellos de luz provenientes de las lindes del bosque y comprendió que se trataba de la señal que Dylan había acordado enviarle haciendo reflejar la luz del sol en la hoja de su espada. Sólo un instante después se escuchó el golpeteo de los cascos de los caballos y el traqueteo del carromato.
    “Ha llegado la hora de ponerme a prueba.” pensó Luna, que extendió los brazos y se concentró en los animales que tiraban del carruaje.

    Sentado cómodamente en los aterciopelados asientos de su medio de transporte, Lord Reginald sonrió con satisfacción y miró a las jóvenes prisioneras maniatadas con un brillo avaricioso, asustándolas. Cuando se daba el caso en que los plebeyos no podían pagar los impuestos, les perdonaba llevándose a las jóvenes para divertirse personalmente o para vendérselas a otros lores que buscaran pasar una noche de placer.

    De pronto, el carruaje se detuvo bruscamente y las monedas con las que el obeso hombre estaba jugando cayeron al suelo para su irritación.
    — ¡Cochero, ¿qué es lo que ocurre?! — gritó abriendo la puerta y saliendo.
    — Hay un hombre en medio del camino que no se quiere mover, señor. — le explicó el hombre, que se sentía nervioso por la presencia del desconocido.
    — ¡Si sólo es un hombre, arróllalo! — le ordenó el cruel lord mientras volvía a entrar en el carruaje murmurando maldiciones.

    El cochero tragó saliva y azotó a los caballos con las riendas para que volvieran a ponerse en movimiento. Sin embargo, una fuerza invisible sacudió el carruaje y arrancó las ruedas de sus ejes con una violencia tan demoledora que los caballos de los soldados que lo custodiaban se encabritaron y derribaron a sus jinetes para salir corriendo hacia la seguridad del bosque.
    — ¡¿Y ahora qué pasa?! — gritó Reginald, que salió del carromato con los ojos abiertos como platos al ver el desastre. — ¡¿Quién ha hecho esto?!
    — ¡Ha sido ese hombre! — le informó uno de los guardias, los cuales miraban con miedo a la disfrazada Luna. — ¡No sabemos cómo lo ha hecho pero ha destruido las ruedas de su carruaje sin acercarse!
    — ¡Pues atrapadle y cortadle la cabeza! — les ordenó el noble, cuyo rostro estaba perlado de sudor y cuyas ropas también empezaban a mostrar manchas de humedad. — ¡Una afrenta como ésta no puede ser perdonada!

    Los soldados lanzaron un grito de guerra y desenvainaron sus espadas para abalanzarse sobre Luna, que extendió una vez más las manos y les derribó con la misma fuerza invisible que había utilizado contra el carruaje.
    — ¡¿Sois idiotas o qué?! — chilló Reginald completamente fuera de sí. — ¡Acabad con él!
    “Parece que no está muy bien de salud.” pensó Luna al ver la palidez del rostro del lord y la excesiva transpiración que sufría su cuerpo. “Seguramente ha engordado a costa de las ganancias del pueblo y eso le está pasando factura; y yo le voy a dar más motivos para sentirse mal.”

    Tras agacharse para sacar las dos dagas que escondía en sus botas, la joven entabló un combate cuerpo a cuerpo con todos los soldados que se enfrentaron a ella, derrotándolos con una gran destreza en el manejo de las armas blancas y con una gran cantidad de movimientos fluidos.
    “¿Có-cómo es posible que un solo hombre esté derrotando a todos mis hombres?” se preguntó un aterrado Reginald mientras se secaba el sudor con un pañuelo ya saturado de suciedad y comenzaba a hiperventilar alarmantemente.

    Mientras Luna entretenía a los guardias, Dylan y Aarón se acercaron al carruaje a hurtadillas para liberar a las dos jóvenes, a las que les indicaron por gestos que no se asustaran y rompieron sus ataduras.
    — ¿Quiénes sois vosotros? — les preguntó la mayor de las prisiones, que debían de ser hermanas por el gran parecido físico.
    — Amigos. — respondió Aarón. — Acompañadnos sin llamar la atención y os llevaremos de vuelta con vuestros padres.

    Hasta ese momento, el plan estaba saliendo a la perfección. Sin embargo, Reginald, que había escapado de la zona de batalla para ocultarse de Luna, les pilló y logró golpear el brazo izquierdo de Dylan con una maza oculta entre sus ropas.
    — ¡Voy a acabar con vosotros! — gritó el lord alzando el arma para asestarle un golpe mortal al malherido joven.

    Pero Luna vio lo que se proponía y le arrojó una de sus dagas con una precisión y fuerza tales que el arma se clavó profundamente en la mano con la que Reginald sujetaba la maza. El enfermizo hombre, que no estaba preparado para luchar por sí mismo, cayó al suelo gritando y agitándose de dolor dándoles a los tres amigos y a las dos chicas la oportunidad de escapar de la llanura y de internarse en el bosque.

    — ¡Llévalas con sus padres y diles que se oculten en un lugar seguro hasta que la situación se normalice! — le gritó Luna a Aarón mientras ayudaba a Dylan a montar en su caballo debido a que su brazo izquierdo colgaba inmóvil, claro indicio de que la maza de Lord Reginald le debía de haber roto algún hueso. — ¡Yo llevaré a Dylan a su casa!

    Su amigo asintió y guió a su caballo en la dirección contraria a la que tomó la joven, que pudo hacer que Furia, el corcel de Dylan, con el que tenía mucha confianza, galopara rápidamente hacia la gran mansión en la que residía la familia Aguilar.
    — ¡Luna, ¿qué ha ocurrido?! — gritó Adela, quien se encontraba regando las flores del jardín, al ver el mal aspecto de Dylan.
    — Hubo complicaciones. — respondió Luna con la mayor brevedad posible mientras descabalgaba y ayudaba a su amigo a bajar viendo que estaba al borde del desmayo. — Será mejor que llames a los demás para que le traten.

    No tuvo que decirlo dos veces, pues su amiga salió disparada hacia la casa y regresó con Lady Morgana, la amable madre de Dylan que se había convertido en la dirigente de su familia tras perder a su marido en la guerra, Turiel y Elías.
    — ¡Ya nos estás dando una explicación, jovencita! —exclamó Turiel, cuyos ancianos ojos miraban a Luna con gran furia tras sus gafas de media luna. — ¡¿Por qué vas vestida de ese modo y qué le ha ocurrido a Lord Dylan?!

    Mientras Morgana acompañaba a varios sirvientes que habían acudido para llevar a su hijo a sus aposentos, la avergonzada y arrepentida joven de ojos azules les explicó a Turiel y a Elías lo que había ocurrido.
    — ¡¿Có-cómo se te ocurre hacer algo así?! — gritó el segundo, escandalizado por lo que había oído. — ¡De todas las estupideces que has hecho hasta la fecha, Luna, ésta es la peor! ¡¿No te das cuenta de que has podido conducir a la familia Aguilar a la ruina por haber conspirado con su heredero para meterse en una escaramuza con uno de los lores del rey Iorek?! ¡Dios santo, si podrías haber causado la muerte de Lord Dylan, cuya madre se tomó muchas molestias al permitirnos vivir y trabajar en su feudo a pesar de que no tenía porqué hacerlo!
    — Lo lamento. — susurró la chica, cuyos ojos comenzaron a llenarse de lágrimas al comprender que su insensatez podría haberle costado la vida a un preciado amigo. — Yo sólo…sólo quería…
    — ¡¿Ser como uno de esos caballeros a los que tanto idolatras?! — sugirió Turiel, mucho más furioso y severo que su compañero. — ¡Sé que deseas hacer algo útil con tus poderes pero…!
    — ¡¿Qué vas a saber tú de cómo me siento si tú no tienes mis poderes?! — le interrumpió Luna estallando en llanto y echando a correr hacia su habitación. — ¡A veces desearía no haber nacido!

    Turiel y Elías la observaron marcharse con tristeza; les gustaría poder decirle a la joven a la que habían criado la razón de sus poderes pero ni ellos la conocían.
     
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  12.  
    Marple

    Marple Iniciado

    Capricornio
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    Vaya, vaya, parece que la situación comienza a complicarse. Antes que nada, te felicito por el capítulo. Has arreglado el problema de los guiones, no obstante, veo que tienes fallos de tildes y expresión. Deberías hacer más incapié en ello y tratar de mejorar.
    Por otro lado, todas las preguntas que te hice en mi anterior comentario siguen en pie. ¡Aún estoy totalmente perdida con la situación y el papel que juega cada personaje!
    Bueno, continúa mejorando, cuidando el problemilla de las tildes, sobretodo.
     
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  13.  
    Ladron de Musas

    Ladron de Musas Usuario común

    Cáncer
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    Bueno hay que ponerle especial atencion al leer,yo tambien como que perdi el hilo de la trama,pero solo un poco,esa Luna es adorable en verdad mira que ser la mandamas de dos chicos XD XD XD,y Adela angustias ja ja ja ja ja ,me la imagino refufnfuñanod sujetando sus trenzas ja ja ja ,niña debes aprender que ser un caballero no es como hacer enchiladas,debes ser reponsable y usar mas el cerebro en combate
    Aunque esto es tipico de toda chica de esa edad ja ja ja ja
     
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  14.  
    surisesshy

    surisesshy Usuario popular

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    Ahora me parece una liga de los tres mosqueteros con Roemo y Julieta y Robin Hood XD, me ha encantado el capitulo, valla poderes y agilidad que tiene Luna, si hubiera sido un hombre, sería uno de los mejores caballeros, me gusta que las chicas tengan carácter, pero creo que no me gustan los personajes tan marimachos y es extraño que no haya encontrado ya mi personaje favorito de esta historia, peor veré como avanza.

    En cuanto a la arriesgada operación de Luna y complices ¡pero si ese viejo malnacido se lo merecía! huy, no espero por ver caer ese cruel reinado, pero si tomo en cuenta que tus historias son muy largas, esperare mucho para ver eso, hasta el siguiente capitulo, bey.
     
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  15.  
    lunabetz

    lunabetz Usuario VIP

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    Hola, ya estoy comentando de nuevo :) gracias por invitarme y también perdón por haberme tardado tanto en contestar acosaron mi perfil.

    Una narración muy limpia y candente, las escenas de acción son fascinantes, la agilidad de Luna y su pensamiento sin duda alguna son maduros (para nada marimachos en eso no estoy de acuerdo con surisesshy ¬¬) ella se sabe defender y si se disfraza de esa manera es porque es parte del plan, no es una princesita del castillo que luce todo el tiempo como muñequita y se dedica a peinarse y a pensar en el príncipe azul y su "vivieron felices para siempre" ella es diferente y su actitud es auténtica además de ser muy valiente.

    Me gustó la parte en la que ella se está cambiando y los otros intentan espiarla eso estuvo genial (buena la actitud de Luna) ella es una guerrera, y por supuesto una chica con actitud y una fuerza extraordinarias.
    Buena ortografía, y la historia no te decepciona, espero que continúes así.
    Esperaré el próximo capítulo, tal vez se despejen algunas de mis dudas lol.
    Saludos y NTR.

    "Un espejo de cristal... ¿Qué será lo que ves?..."
     
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  16.  
    lupus

    lupus Usuario común

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    Cruel destino; dulce amor; oscura providencia.
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    Romance/Amor
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    13
     
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    2345
    Capítulo 3.

    El sol comenzaba ya a ocultarse tras las montañas de occidente cuando Tensai, el anciano y afable consejero del rey Iorek, recorrió los corredores y las estancias del castillo buscando al príncipe. Al resultar su búsqueda infructuosa, decidió actuar del mismo modo que lo haría en una guerra: recopilar toda la información sobre su objetivo, información que ya poseía por haber sido el mentor de su alteza, para conocer el patrón que seguía; aquella estrategia le proporcionó la respuesta que buscaba.
    “A estas horas debe de estar entrenando con la espada.” pensó el anciano mientras se encaminaba hacia el campo de entrenamiento, pues no tenía ninguna duda de que el príncipe estaría allí con sus amigos. “Ese joven se concentra tanto en la lucha que se olvida de todo lo demás.”

    Tal y como su prodigiosa capacidad racional le había indicado, el príncipe Night se encontraba luchando contra Lord Sakyo y Lord Hiram, que se turnaban para lanzarse contra el joven Monhaust cada vez que éste gritaba la palabra “cambio”.
    — ¿Nunca os cansáis de luchar, muchachos? — les preguntó con la alegría que siempre mostraba. — No sabéis la envidia que os tengo por poseer esa vitalidad que yo mismo perdí hace muchos años.
    — ¡Y yo que pensaba que nacisteis así de anciano, Gran Sabio Tensai! — bromeó Sakyo, el miembro más frívolo del trío de amigos.

    Apartándose los cabellos que se pegaban a su frente debido al sudor, Night le lanzó una mirada irritada a pesar de que sus ojos, del mismo color verde oscuro que los de su padre, no resultaban tan intimidantes como los del rey; tenía a su mentor en muy alta estima y no le agradaba en absoluto que se burlaran de su avanzada edad.
    — Relájate, Night. — le susurró Hiram pasando un brazo sobre sus hombros. — El Gran Sabio no se toma tan mal ese tipo de comentarios.

    Y así era, pues Tensai se acercó a Sakyo y le dio un amable golpe en la cabeza con su bastón sin borrar la amable sonrisa de su rostro.
    — Para tu información, joven Star, todos los adultos hemos sido jóvenes en algún momento. — declaró con orgullo dirigiéndose al noble por el apellido de su familia. — Yo no era tan distinto de lo que vosotros tres sois en este momento.
    — No le imagino montando a caballo ni participando en justas, Gran Sabio. — comentó Hiram.
    — Eso es porque no eres capaz de verme de forma distinta a la que estás acostumbrado. — replicó Tensai. — Yo también era noble y participaba en esas actividades. Sin embargo, reconozco que estaba más interesado en cultivar mi mente que mi cuerpo.
    — ¡Pobre Gran sabio! — exclamó Sakyo riéndose burlonamente. — ¡Seguro que eso era porque no tenía ninguna pretendiente!

    Un tic nervioso apareció en el ojo derecho del anciano, que tuvo que forzar los músculos del rostro para mantener su sonrisa.
    — Aquí donde me ves, yo era todo un conquistador. — afirmó mientras hinchaba el pecho con orgullo.
    — ¡Eso sí que es un cuento de viejas!
    — ¡¿Cómo dices?! — gritó Tensai, al que era prácticamente imposible hacerle perder la calma. — ¡Como te pillé, te voy a dar una azotaina con el bastón!
    “A ese idiota siempre le pierde la bocaza.” pensaron Night y Hiram al mismo tiempo mientras el mentor del primero gesticulaba cómicamente contra Sakyo.
    — ¿Me buscaba por alguna razón en especial, maestro? — le preguntó el príncipe a Tensai para que se olvidara de su enfado y se tranquilizara, pues tenía que reconocer que le preocupaba la posibilidad de que sufriese una crisis nerviosa.

    El sabio dejó de gritar improperios y respiró lentamente para tranquilizarse, objetivo que alcanzó en pocos minutos; muchas personas se referían a él como “El Iluminado” por su facilidad para atraer la paz a su mente y a su corazón. Tras carraspear a modo de disculpa por una reacción impropia para un hombre de su posición, respondió:
    — Su padre desea que acudáis inmediatamente a cenar con él.
    — ¿Sólo por eso? — le preguntó Night, extrañado. — Cuando cenamos juntos, hacemos caso omiso el uno del otro. No creo que tenga tanta importancia como para enviaros a vos a citarme con él.
    — No me ha dado los detalles por los que desea hablar urgentemente con usted, alteza, pero he deducido por la expresión de su rostro que se trata de un asunto importante. — le explicó Tensai. — Por favor, aseaos y acudid a la cena antes de que el rey pierda la paciencia.

    Conociendo perfectamente lo poco que le gustaba a su padre que le hicieran esperar, Night se despidió de sus dos amigos y regresó al castillo mientras éstos llamaban a los criados que se encargaban de los establos para que les devolvieran sus caballos. Tensai, por su parte, dio un largo paseo bajo la luz de las estrellas antes de regresar a su residencia personal.

    En cuanto llegó a sus aposentos, el príncipe se quitó la armadura y se lavó lo mejor que pudo para desprenderse del sudor acumulado tras dos horas de entrenamiento, tras lo cual se vistió rápidamente y se dirigió a la sala del trono.
    — ¿Por qué has tardado tanto? — le preguntó Iorek con frialdad mirándole a través de su copa de vino.
    — Lo lamento, padre. — se disculpó Night con una leve inclinación de cabeza antes de sentarse en el otro extremo de la larga mesa. — Me centré tanto en el entrenamiento que no me di cuenta de que estaba anocheciendo.
    — Eso ya es una costumbre en ti. — refunfuñó el rey.

    Padre e hijo se observaron fijamente desde lados opuestos de la mesa mientras un tenso silencio se adueñaba de la estancia como ocurría siempre que los dos se quedaban solos. A pesar de que por sus venas corría la misma sangre y de su gran parecido físico, parecía que no sabían de que forma actuar cuando no había nadie más a su alrededor.
    — Hoy ha llegado un mensajero que traía una carta escrita por el gobernador Sentai. — le informó Iorek a su hijo durante el transcurso de la cena.

    Sentai era el líder de la mayor fortaleza que existía en las tierras del sur, tan grande que era en sí misma una ciudad-estado. Era especialmente famoso por ser descendiente del hombre que logró rechazar la invasión de los salvajes del norte y por haber heredado su inmenso poder militar, el cual se encontraba a disposición del rey siempre y cuando éste atendiera a la petición del gobernador.
    — ¿Se tratan de buenas noticias? — preguntó Night.
    — Muy buenas, en verdad. — respondió Iorek. — Parece ser que desea visitar la capital para firmar un acuerdo permanente por el que su fuerza militar pasará a estar a nuestra completa disposición sin tener que pagar ningún precio.

    El príncipe estuvo a punto de atragantarse con la comida al escuchar aquellas palabras, pues sabía que Sentai no era del tipo de persona que otorgara favores si no viera ningún modo de obtener beneficio propio; eso lo había advertido en las pocas ocasiones en las que el gobernador había visitado la ciudad de Iris.
    — ¿Y no va a pedir nada a cambio? — le preguntó a su padre cuando se hubo recuperado de la impresión. — Demasiado bonito para ser cierto.
    — Tal y como dices, el gobernador tiene una última condición para firmar el pacto. — replicó Iorek con una sonrisa burlona. — ¿Recuerdas a su…?

    El cabeza de familia de los Monhaust se vio interrumpido por la repentina entrada de un apresurado soldado en el salón.
    — ¡¿A qué viene interrumpir de ese modo la conversación privada que estaba manteniendo con mi hijo?! — exclamó mientras sus ojos brillaban con la furia que Night era incapaz de reflejar.
    — Lo si-siento, majestad, pero es un asunto urgente. — tartamudeó el soldado, que se acercó al rey y le susurró algo al oído.

    Al no ser capaz de escuchar ninguna palabra, Night trató de leer la expresión del rostro de su padre, llevándose una decepción cuando éste se levantó con la frialdad que siempre mostraba y le informó de que tenía asuntos que atender y de que ya terminarían la conversación en otra ocasión.

    Suspirando con tristeza, el joven tomó varias piezas de fruta y abandonó la estancia para dirigirse a la habitación de su madre, de donde salía en ese preciso instante Hebe, su dama de compañía.
    — Buenas noches, alteza. — le saludó la amable mujer al verle acercarse.
    — Buenas noches. ¿Está mi madre despierta?
    — Así es, príncipe Night. — respondió la dama, que miró la bolsa que el muchacho llevaba y sonrió. — Imagino que le lleváis su suministro diario de fruta. La reina es muy afortunada por tener un hijo tan atento.

    Mientras la mujer se marchaba riéndose alegremente, Night llamó a la puerta y entró a los aposentos de su madre, a la que encontró recostada en la cama leyendo un libro a la luz de las velas.
    — Ya pensaba que te habías olvidado de mí. — susurró Galadriel dejando el libro sobre la cómoda que había al lado de la cama. Al ver la gran bolsa que su hijo portaba, suspiró y le reprochó: — Sabes bien que esta enfermedad me quita el apetito.
    — Pues tienes hacer un esfuerzo por comer. — replicó Night con tanta seriedad que hizo reír a la reina; sacó un cuchillo y comenzó a pelar una naranja. — Tensai dice que la fruta es muy buena para ayudar al cuerpo a combatir las enfermedades.

    Por lo que el anciano le había contado, la reina Galadriel siempre había sido una hermosa mujer cuya salud, tanto física como mental, era tan fuerte como los troncos de los robles. Sin embargo, por alguna razón que ni siquiera el propio Tensai conocía, tras darle a luz, su salud se resintió de tal modo que pasaba la mayor parte del tiempo en su habitación y perdió la atención de su esposo. Por esa razón, Night procuraba pasar unas horas con ella en lugar de su padre para asegurarse de que comía, dormía y tomaba sus medicinas.
    — Pero algún día te olvidarás de mí. — declaró la mujer mientras tomaba uno a uno los trozos de fruta que el príncipe le entregaba.
    — No digas tonterías, madre. — le reprochó Night frunciendo el sueño.— ¿Cómo me iba a olvidar de ti?
    — Lo digo en serio; algún día conocerás a una chica y querrás pasar más tiempo con ella que conmigo, una mujer que ya está para el arrastre.

    El joven continuó troceando fruta para su madre con expresión molesta, pues ya sabía el rumbo que estaba tomando la conversación. Si bien era cierto que la mujer no gozaba de buena salud, él sabía que todavía tenía vitalidad suficiente para vivir muchos años; le quedaba mucho tiempo antes de empezar a quejarse por no tener nietos.
    — No frunzas el ceño de ese modo; es una lástima para una cara tan bonita. — le recomendó Galadriel pellizcándole las mejillas como lo hacía cuando era niño antes de ser vencida por el cansancio y sumirse en un pesado sueño.

    Sintiendo como la irritación desaparecía de su interior al ver la paz en el pálido rostro de su madre, Night la besó en la frente y se aseguró de que estuviese bien abrigada, tras lo cual apagó las velas y abandonó los aposentos para dejarla dormir.
    “Si yo no hubiera nacido, ella no estaría postrada en la cama.” pensó apoyándose en la pared para no dejarse caer por la tristeza; tanto le dolía ver a la mujer que le dio la vida en ese estado.

    A penas sí pudo levantar la mirada cuando escuchó el susurró de una larga túnica siendo arrastrada por el suelo para ver a un extraño personaje de largos cabellos blancos, que le lanzó una mirada de reojo y continuó caminando como si ver a un príncipe derrumbarse no significase nada para él.
     
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    Ladron de Musas

    Ladron de Musas Usuario común

    Cáncer
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    Asi que ese tipo tuvo desendencia,ja ja estuvo graciosa la parte donde rompen la "serenidad" del anciano,OJO hay que respetar a los adultos mayores (sarcasmo)
    me pregunto que sera esa condicion que exigia Sentai,....yo ya la imagino...pero mejor no la hecho a perder :3,yes primero en comentar ,muchos le habran perdido el hilo a la historia pero yo nooo JA JA JA
     
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  18.  
    lunabetz

    lunabetz Usuario VIP

    Cáncer
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    Hola gracias por invitarme de nuevo, aprecio eso de verdad.
    Mmm la historia va avanzando muy bien; y ahora veo que vas a casar al príncipe Night con la hija de Sentai mmm ¬¬ por alguna extraña razón siento que Night se va a enamorar de Luna por alguna razón ¬¬ bueno son simples suposiciones, espero no me mates jeje.
    Pobre de su madre, haber terminado en ese estado, creo que algo oculta también, (vaya esta historia está llena de intrigas) y ¿por qué el Iorek dejó a su hijo en la cena y se fue volando? ¿Acaso han descubierto algo del paradero de Luna? Omo me tienes intrigada y esa pelea con el Gran Sabio me dejó con la cara de O.O ¿no se supone que como sabio debería haber ignorado esos comentarios y mantenerse firme? Bueno pero es un personaje cómico, siempre ese toque tuyo de misterio, suspenso y alegría, te admiro mucho.
    Sólo algunas faltas de ortografía no perceptibles, y claro como siempre estaré aquí comentando jeje.
    Saludos, me encanta tu historia, continuaré leyendo ;)
    NTR.

    "Una luz que viaja a toda velocidad... un oscuro pasadizo que se baña de ella, una sombra oculta, desgracias hallarán... el caminod e la oscuridad..."
     
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    surisesshy

    surisesshy Usuario popular

    Escorpión
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    por fin conocemos al protagonista, y su vida, veo que no se lleva tan bien con su padre y ya quiero saber la razón por la cual sumadfre esta enferma desde que él nació.

    Por lo visto su padre va a comprometerlo en matrimonio con la hija de ese gran guerrero y claro su hijo no estará de acuerdo pero no tendrá de otra, bueno dejare de hacer spoiler y te dire lo que me parecio este capitulo, genial, me encanto, me lo halle corto, peor creo que eso fue por lo mucho que e gustó, jeje, yo esperaba que el el rey le dijera a Nigth que habian unos bandidos (protagonista y compañia) que atacaron a uno de sus servidores y que lo atrapara y ahy sería el primer reencuentro entre nuestros dos protagonistas, pero creo que tendré que esperar un poco más para eso.

    no espero por los siguientes capítulos y ver como será le reencuentro entre esos dos, de seguro sera en una pelea donde ella estará vestida de hombre y le descubrirá que es mujer, o algo así, bueno, mejor me aquieto y espero con paciencia los siguientes capis, hasta entonces, bey.
     
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    Marple

    Marple Iniciado

    Capricornio
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    Vaya, vaya, ya veo el rumbo que va a llevar la historia, o por lo menos, el que promete. ¿Harás un cuento al estilo Romeo y Julieta? Si es así, me encantaría. Ciertamente no soy una devota de Shakespeare, no obstante, Romeo y Julieta, junto con El sueño de una noche de verano, me fascinan.

    En cuanto a la narración, he de decirte que he encontrado agradables mejoras. Tu expresión está mucho más cuidada y rebosa una mayor coherencia. Sin embargo (y esto es por simple perfección), a veces te fallan las comas. El truco está en releer lo que has escrito un par de veces y fijarse en donde haces una pausa, porque ahí es donde se situaría una coma. Y en lo que respecta al problemilla que tenías con las tildes, en lo que a mí concierne, parece que ha dejado de ser un problema.

    Espero que continúes en esa misma línea, así que mucho ánimo y hasta el siguiente capítulo!
     
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