Long-fic Cronicas de Rapture - Mi Novelizacion de Bioshock - No es un fic cualquiera. Entrad

Tema en 'Fanfics abandonados de Videojuegos' iniciado por Tytirant, 12 Marzo 2013.

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    Tytirant

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    Cronicas de Rapture - Mi Novelizacion de Bioshock - No es un fic cualquiera. Entrad
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    Ciencia Ficción
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    Voy a novelizar el videojuego Bioshock a través del punto de vista del protagonista principal y de otros personajes importantes, secundarios o inventados como el propio Andrew Ryan. Os dejo con el prólogo. No os defraudará. Hacedme caso.

    Prologo


    Era mas tarde de medianoche. El vuelo DF-0321 hacia ya unas horas que
    había despegado de San Francisco. Estábamos en medio del Atlántico Norte. Me habia cambiado de sitio hacia apenas unos minutos. Contemplaba el vasto mar, solo y oscuro tan solo iluminado por la luna llena. El mar rompia su reflejo, deformandolo. Me llamaba la atencion saber que pasaria debajo. Como seria ser un pez y vivir en ese colosal mundo marino silencioso, hermoso, de colores frios en contraste con la vivacidad de la coloracion de la fauna y flora marina. Perderme entre sus rocas y arrecifes de coral. Aletear a donde me lleven las aguas. Nadar, nadar y nadar para ver el fin de todo ese paraiso y seguir descubriendo cada vez mas del mundo de Poseidon.
    Perdido en aquellos maravillosos pensamientos no cai en la cuenta de que yo no era un pez si no una persona en un vuelo publico y que deberian de haber varios metros hacia a la superficie marina. Los suficientes como para asustarme y hacerme cambiar de sitio para pensar en otras cosas.
    Empece a mirar a mi alrededor. La gente charlaba en voz baja pero perfectamente audible sobre temas diversos: politica, negocios, familia... Otros se contaban anecdotas del pasado y otros que eran parejas sentimentales, o se habian hecho bastante amigos durante el vuelo, se hacian coqueteos y ellas ahogaban risitas con una mano ante las sonrisas y miradas cautivadoras de ellos. Otros en cambio dormian placidamente en los brazos de Morfeo.
    Me fije en una mujer de mediana edad que estaba un asiento mas adelante en la fila opuesta a la mia. Estaba absorta leyendo un libro nuevecito. Seguramente lo habria adquirido pensando en lo largo que se le haria el vuelo. El libro se titulaba "El Manantial" de una tal Ayn Rand. No conocia el libro ni a esa tal Ayn Rand pero la mujer parecia estar perdida entre sus lineas. Movia los labios casi de forma inperceptible sin emitir sonido alguno y algunas veces asentia levemente.
    De pronto, un sonido de tacones a mi derecha me descentro de aquella mujer. Una azafata de larga melena clara recogida en un gran moño choucroute me miraba sonriente.
    - ¿Desea algo, señor? -me dijo ella inclinandose ligeramente sin dejar de sonreir
    - Un cigarrillo con filtro, por favor -dije sosteniendole la mirada
    - ¿Alguna marca en particular? -me dijo pestañeando ligeramente
    - Winston, si puede ser –le conteste suspirando y esbozando una mueca que imitaba ser una sonrisa
    - Como no –dijo antes de marcharse
    Al parecer ya habia mas personas fumando en el avion. No me habia percatado pero una densa nube de humo blanquecino se estaba acumulando en el techo del avion.
    La azafata volvio y tras darme el cigarrillo y una cajita de fosforos, se volvio a la cabina.
    Me puse el cigarrillo en la boca a la vez que cogia un fosforo. Le di la vuelta a la cajita dejando expuesto el rascador. Frote firme la cabeza del fosforo en el y esta se prendio. Rapidamente la puse frente a mi cigarrillo, aspirando hasta que se mantuvo encendido. Despues, cerrando los ojos, expulse el humo por la nariz sintiendome acunado por querubines.
    - Disculpe, ¿me podria decir que hora es? -dijo una voz
    Abri los ojos de golpe y me volvi rapidamente hacia la persona que habia hablado mientras sostenia el cigarrillo encendido entre los dedos corazon e indice de la mano izquierda. Era una chica de unos veintipocos años, morena con el pelo cardado y con pinta de tener mucha prisa. Estaba sentada a mi lado en la fila opuesta y por como clavaba la mirada en mi sabia que era a mi a quien le preguntaba.
    - No, lo siento –le dije mostrandole mi muñeca tatuada pero carente de reloj– Pregunte a la azafata, si quiere
    - Bien –dijo ella decepcionada – Gracias de todos modos
    Y siguio a lo suyo que al parecer, por su forma de hojear una revista pasando paginas cada diez segundos como mucho, era poca cosa.
    Me lleve de nuevo el cigarrillo a la boca y aspire profundamente para despues soltar el humo esta vez por la boca.
    Desplegue la bandeja del asiento de enfrente y volvi a mirar a la mujer que leia. Estaba acurrucada en el reposacabezas y dormia con el libro abierto en su pecho que subia y bajaba acorde con su respiracion.
    Saque mi cartera del bolsillo del pantalon y la abri. Alli estaba la foto que me saque con mis padres hacia dos veranos. Estabamos los tres con la granja en la que viviamos a nuestras espaldas. Fue un dia memorable. Sonrei pensando en ellos y acaricie la foto. Aun recuerdo lo ultimo que me dijeron antes de facturar para ir a ver a mis primos ingleses: "Hijo, eres especial" decia ella. "Has nacido para lograr grandes cosas" me dijo el. Espero que tengan razon. Los echare bastante de menos en Inglaterra.
    Guarde la cartera y cogi de bajo el asiento el regalo que ellos me habian dado antes de partir. Era una caja rectangular envuelta en un bonito papel de regalo azul adornado con florecitas en relieve. En el medio habia una flor en cinta roja muy bonita. Detras de ella habia una nota de mis padres: "Para Jack con mucho cariño de Papa y Mama. No lo...".
    De pronto empece a encontrarme realmente mal. La cabeza me daba vueltas y no sabia por que. Intentaba mirar a mi alrededor... pero... no podia. El dolor se hacia mas intenso. Cerre los ojos deseando que parase.
    Oia gritos a mi alrededor. El mareo era cada vez mas fuerte y creia que me iba a caer al suelo. Queria decir que dejaran de gritar. Que no se asustasen. Pero... tampoco pude. Entonces recorde el cigarrillo encendido. Tuve miedo de quemarme y entonces abri los ojos. Estaba en mitad del pasillo agarrando con las dos manos un asiento. El avion estaba cayendo. Colgaba y me agarraba con fuerza al asiento. Los ochenta y nueve pasajeros estaban en sus asientos con las correas de seguridad abrochadas gritando de pavor. Busque con la mirada a la mujer que me habia preguntado la hora. Cuando la encontre, ella me miro horrorizada. Intento decirme algo pero no le dio tiempo. El avion habia chocado contra las frias aguas del Atlantico.


    Aguante la respiracion cuando vi el casco del avion partirse. La fuerza con la que entro el agua me arranco las manos del asiento y me arrastro violentamente fuera del avion. El frio del mar me quemaba la piel y tuve intencion de abrir la boca pero al instante supe que si lo hacia estaba muerto.
    Vi maletines, bolsos incluso joyas flotando en el agua. Me olvide de ellas dado que el mar las reclamaria de todas formas y tenia asuntos mas importantes que atender.
    Me quedaba sin aire y tenia que respirar como fuese. Comence a mover los brazos energicamente intentando ascender. Lo hacia y a mucha velocidad por la claridad con la que veia la superficie. Haciendo un ultimo esfuerzo me impulse con toda la fuerza que me quedaba y emergi de las gelidas aguas del joven oceano.
    Cogi aire con fuerza, tosi varias veces y mire a mi alrededor. Columnas de humo negro se alzaban de las vivas llamas que lamian los restos destrozados del avion.
    Cada lugar donde podia ir a esperar ayuda estaba ardiendo. Un desgarrador sonido silbante corto el frio aire de la noche y hizo girarme. Las llamas se extendian mas aun y el combustible derramado creaba islas de fuego insumergibles. Observe sin dejar de mover los brazos como la cola del avion se inclinaba y comenzaba a hundirse en el oceano. Entonces lo vi. Al lado de la cola del avion se alzaba un majestuso faro de piedra. Iluminaba su entrada con extrañas farolas que la noche y el fuego distorsionaban su luz amarillenta. Unas grandes puertas estaban tras ellas. Era mi oportunidad.
    Nade hacia ella esquivando restos del avion y efectos personales de los pasajeros de los que por cierto no tenia ni idea de donde estaban. Ni se les veia ni se les oia. "Estaran en el faro" pense.
    Segui nadando sin parar hasta llegar a unas escaleras de piedra. Me sente en ellas recuperando el aliento con los pies todavia en el agua y me volvi mirando la cola del avion que se hundia cada vez mas rapido. Alli me quede hasta el agua cubrio el simbolo de la compañia Apollo Air (Una gran A en un circulo azul con una pluma) y la cola del Boing 707 se hendio en las entrañas del Atlantico.
    Mire al mar y vi a mis pies la gorra del capitan flotando. Creo recordar que se llamaba Franklin. Cale Franklin... o Carl. Recuerdo que empezaba por C.
    A mi izquierda una de las farolas estaba torcida y titilaba intermitentemente. Me puse de pie y me gire para subir unas escaleras dando la cara a las puertas del faro. Cuando llegue a ellas vi que estaban abiertas pero el interior estaba oscuro como boca de lobo. Un vaho blanquecino salia de mi boca tras cada bocanada de aire que daba. Camine con decision al interior del faro y de pronto las puertas se cerraron a mis espaldas dejandome a oscuras. No duro mucho tiempo por que al instante, varias luces se encendieron iluminando el interior del faro. Un faro que ahora que podia ver, gracias a las luces, era bastante peculiar. En el techo habia un tremendo busto de puede que bronce de un hombre que miraba enfadado a quien entrara. De su cuello colgaba una banda de terciopelo rojo y en medio con letras bordadas de hilo rojo se podia leer: "NI DIOSES NI REYES. SOLO EL HOMBRE".
    Baje la mirada y vi que en un atril de piedra reposaba una placa de oro que rezaba: "¿En que pais hay sitio para gente como yo? - Andrew Ryan".
    No entendia que hacia todo eso alli y me impresionaba ver el busto de ese hombre colgando del techo. ¿Seria ese hombre Andrew Ryan? Senti un leve pinchazo en la cabeza pero solo fue un instante. Mire al fondo y unas escaleras semicirculares que bajaban.
    Camine hacia ellas y comence a descender por los peldaños. Mientras descendia oia una melodia procedente del nivel inferior que parecia ser "La Mer" de Django Reinhardt y me encontraba en la pared recias placas de oro con relieves. En una se podia ver las mascaras que en el teatro simbolizan la tragedia y la comedia. Debajo se podia leer: "ARTE". Otra tenia la representacion de dos hombres estrechandose la mano entre engranajes. Debajo se podia leer: "INDUSTRIA". Otra donde se podia ver un observatorio. La palabra "CIENCIA" se podia leer debajo.
    Cuando llegue abajo me encontre una sala humeda y angosta. En la pared habia otra placa de oro pero en esta solo se representaba una gran R.
    Enfrente de la placa pude ver el origen de la melodia. Una batisfera abierta cuyo interior estaba tapizado de rojo y provisto de asientos acolchados.
    Camine hacia su interior y vi que en medio habia una gran palanca. No se porque pero lo hice. Sin llegar a dudarlo siquiera tire de la palanca. La melodia se detuvo y la puerta de la batisfera se cerro abruptamente. La batisfera comenzo a temblar y al instante se sumergio en el mar. Observe por la puerta, provista de un gran cristal, la rapidez con la que se hundia en el oceano. Pude estatuas azules de hombres alopecicos con los brazos alzados al cielo con las palmas juntas mostrando su fortalecido torso. Vi grandes y complejas maquinarias donde podia leer: "10 BRAZAS... 18 BRAZAS". No vi nada mas. De pronto una pantalla de tela salio del suelo de la batisfera tapandome la vision del exterior. Una diapositiva se proyecto en ella. Me sente en el asiento que senti bastante confortable observando en la imagen el mismo faro donde me encontraba con un sol naciente (o poniente) detras. Comenzo a sonar una melodia y la imagen cambio a una especie de publicidad que no comprendia. No importo mucho pues volvio a cambiar. Esta vez era un hombre, es el mismo que habia visto colgando del techo del faro, el que se retrataba en la imagen sentado en despacho. En la imagen se podian leer unas palabras: "Del despacho de Ryan". Una voz comenzo a sonar acorde con la melodia.
    - "Soy Andrew Ryan y vengo a hacerte una pregunta" –decia una voz fuerte de hombre a la vez que cambiaba la imagen a la de un hombre que se secaba el sudor con un paño– "¿Acaso un hombre no tiene derecho al sudor de su propia frente?"
    La diapositiva cambio a la de ese mismo hombre siendo cazado por un gran aguila imperial.
    - "No, dice el hombre de Washington" –seguia diciendo el hombre– "Pertenece a los pobres"
    El mismo hombre era acosado por una gran mano que pide dinero y que procede de la Basilica de San Pedro en la nueva diapositiva.
    - "No, dije el hombre del Vaticano" –seguia diciendo cada vez mas iracundo– "¡Pertenece a Dios!"
    La nueva diapositiva representaba a ese hombre a punto de ser aplastado por una hoz y un martillo enormes.
    - "¡No, dije el hombre de Moscu!" –decia muy enfadado– "¡Pertenece a todos!"
    La diapositiva del tal Andrew Ryan volvio a proyectarse.
    - "¡Yo rechace todas esas respuestas!" –decia cada vez mas energico– "En vez de eso, yo elegi algo distinto. ¡Elegi lo imposible! Elegi construir... Rapture
    Cuando la pantalla cayo y el exterior quedo al descubierto. lo vi. Mis ojos se abrieron como platos captando todo lo que podia.
    Una gran metroplis se alzaba en el fondo marino. Grandes rascacielos con ventanales iluminados que dejaban ver el interior. Neones iluminados de colores vivos se podia ver aqui y alli. Bancos de peces buceaban al lado de un tunel en cuyo interior habia un gran hombre con escafandra y traje de buzo que arreglaba unas juntas de dicho tunel empleando un gran soplete. Grandes focos encendidos que se movian dando la bienvenida a toda persona que quisiera entrar en ese negocio probablemente un teatro o un cine. La voz continuaba mientras la bastisfera se movia entre los edificios de la urbe subacuatica.
    - "Una ciudad donde el artista no tenia porque temer al censor" –decia la voz con orgullo– "Donde los grandes no estuvieran constreñidos por los pequeños. Donde el cientifico no tendria que limitarse por lo nimia moral... y con el sudor de tu propia frente, Rapture tambien puede ser tu ciudad"
    Estaba maravillado. Era fabuloso ver aquello. Era increible. Era... no acalzaba a recordar una sola palabra para calificar a lo que mis ojos veian.
    Veia restaurantes, apartamentos, casinos, tiendas tabacaleras, las mismas estatuas azules que vi al descender... Observe como una ballena nadaba con cuidado entre los edificios cuando de pronto algo emitio un ruido a mi izquierda. Me gire y vi una radio fijada en la pared de la batisfera. Unas voces comenzaron a oirse entre estatica.
    - "...pero mira. El faro brilla que te cagas" –decia un hombre con marcado acento del Reino Unido. No sabria decir de que parte por que su voz era confusa– "Parece que un avion se estrellado en el mar o algo asi"
    - "Pe... Pero si estamos en mitad del Atlantico" –decia un hombre con voz debil y asustadiza– "¿Como pue...?"
    - "Sera mejor que te des prisa se acercan Splicers hacia tu posicion" –le decia el hombre del acento
    - "¿Pe... Pero como sabes que viene alguien?" -decia mas asustado aun
    - "Porque una batisfera esta bajando" –decia desesperado el hombre con acento– "Y a menos que ese trasto se haya hundido solo, significa que tienes compañia"
    No sabia si hablaban de mi porque la batisfera comenzo a encaminarse a traves de un tunel con neones que se enciendan a mi paso: "TODAS LAS COSAS BUENAS... DE ESTE MUNDO...TE ESPERAN...DENTRO"
    La O del neon se fundio y la batisfera se metio en un edificio lleno de carteles publicitarios que no entendia. La batisfera se detuvo y no sabia que haria a continuacion. Comenzo a temblar y yo me levante del asiento asustado. Entonces, la batisfera comenzo a ascender.

    Dadme vuestra opinión objetiva y si os parece bien iré colgando regularmente mas capítulos. Un saludo a todos

    P.D.: Siento no haber puesto tildes. Lo corregiré más adelante








     
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    1631
    Capítulo 1

    El temblor me dificultaba mantenerme de pie. La batisfera seguía ascendiendo mientras el ruido de estática de la radio me ensordecía.
    • "Vale... Vale. Un poco más" -se oia al hombre asustadizo. Al parecer su miedo aumentaba por momentos- "Ya sube. Ya la veo. Ya llega la batisfera"
    • "Johnny, vamos. Están saltando todas las alarmas" -decia el hombre del acento muy enfadado- "¡Muévete de una puta vez!"
    La batisfera emergió suavemente y vi como el agua se deslizaba por el cristal de la puerta impiendome ver nada. Pasado un momento el exterior se materializó ante mi. Estaba muy oscuro. La estancia tan solo estaba iluminada por unas descomunales cristaleras al fondo de la sala que dejaban ver los neones de los negocios de la ciudad en el exterior y el mar que habia entre ellos. Pude ver la sombra de alguien proyectada en el suelo. Una sombra que retrocedía hacia mi posición. Un hombre de espaldas de pelo corto negro, vestido con un pantalón beige y un chalecho amarillo sobre una camisa blanca muy sucia, retrocedía. Pude oir que le hablaba a la oscuridad armado con un revólver.
    • Por... Por favor, señora. No me haga daño -balbuceaba el hombre por la voz debe ser el tal Johnny que hablaba con el hombre del acento- Coja mi arma si quiere,... pero por favor no...
    Me pareció ver como se movía la oscuridad frente a Johnny pero solo fue un momento. De ella emergió lentamente una mujer de aspecto aterrador. Su cabello estaba sucio y revuelto. En la cabeza se podían apreciar grandes bultos que deformaban su forma. Una gran herida le cruzaba el rostro desde el ojo derecho hasta la comisura de la boca en la lado izquierdo. Se había infectado y esto habia hecho que se le hinchara dejando una eterna mueca de dolor que daba pánico ver. Su ropa era mugrienta y estaba desgarrada. Estaba tan descolorida que no se apreciaba color alguno, salvo el de la sangre que se secaba en ella. En cada mano pude ver que esa mujer agarraba unos ganchos de carne oxidados manchados también de sangre.
    Sin mediar palabra la mujer alzó la mano derecha y le lanzó un tajo al estomago que le dió a Johnny de pleno. Este gritó de dolor agarrándose el vientre herido con la diestra, cuya palma si iba llenando de sangre e intestinos, mientras rogaba clemencia con la siniestra. La mujer jadeó y haciendo caso omiso a los ruegos de Johnny se abalanzó sobre él y la apuñó con ambos ganchos en el viente para a continuación abrirle en canal llevandolos rápidamente hasta el pecho. Johnny exhaló su ultimo aliento y cayó muerto junto con su revólver a la piscina donde flotaba la batisfera.
    Estaba aterrado. Esa muerta estaba loca. Debía hacer algo, ¿pero qué? La mujer miró a su alrededor hasta que sus ojos se encontraron con los míos.
    • Vaya -dijo en un quejido- ¿Será alguien nuevo?
    Al instante la mujer chilló violentamente haciendome retroceder y chocando los ganchos doy un salto sobrenatural hacia el techo de la batisfera. Un tremendo chirrido de metal contra metal comenzó a oirse y me molestaba tanto que tuve que taparme los oidos con las manos. La batisfera temblaba y se agitaba brutalmente de lado a lado. Vi atemorizado como una gran grieta se abría en el techo. Un gancho salió de ella y tiró del techo al exterior intentando arrancarlo. No lo consiguió y escuché como la mujer maldecía gritando. Nada más. De pronto la calma se hizo en la sala y todo se quedó en silencio. Me retiré las manos de los oidos y miré con temor a través del cristal.
    • "Tu. Él de la batisfera" -dijo de pronto el hombre del acento llevándome un susto del quince- "Coje la radio. Arráncala, ¿quieres?"
    Rápidamente me abalancé sobre la radio y arranqué del soporte que la mantenía enganchada a la pared de la batisfera.
    • "Ciñetela a la cintura con una cuerda o con tu cinturón" -me dijo y inmediatamente me quité el cinturón y me lo puse en la cintura sobre el jersey blanco calado de agua que llevaba encima. Pasé uno de los lados por una agarradera que tenía la radio y después lo abroché con fuerza- "No se como cojones has sobrevivido al accidente pero no voy a quejarme. Me llamo Atlas. Voy a ayudarte a salir de aqui. Tranquilo y haz todo lo te diga, ¿quieres?"
    No pretendía discutir con él. Era mi unica oportunidad de salir de Rapture a la vez que me era imposible hablar con él. Tenía una radio no un micrófono.
    Un sonido mecánico sonó dentro de la batisfera y la puerta se abrió lentamente. Pudé por fin respirar el aire de la ciudad y con cierto miedo, pusé por fin un pie en ella.


    Caminé por la sala que se asemejaba a una estación de trenes. De los techos colgaban los horarios de viajes, los cuales estaban todos cancelados. Al parecer por los carteles publicitarios de las paredes, los habitantes de Rapture se movían en batisfera.
    Busqué una salida desesperado. Cuando la hallé, corrí hacia ella. Fué cuando vi a la mujer de antes frente a mi tocando el cadáver de un hombre con los ganchos.
    A punto estuve de correr de nuevo a la batisfera, cuando de un agujero del techo salió un engendro mecánico con una hélice equipado con una ametralladora y un enorme tambor de balas. El robot disparó contra la mujer y esta saltó hacia el techo enganchándose a él con los garfios para después irse cual araña por el hueco.
    • "Ja, no te lo esperabas, ¿verdad?" -dijo Atlas riéndose- "Rebusca en el cadáver algo con lo que defenderte y continúa"
    No sabía como podía verme pero al alzar la cabeza vi la respuesta. Una rara cámara de seguridad proyectaba un haz de luz verde sobre mi.
    Busqué en el cadáver de aquel hombre y vi entre cajetillas de cigarrillos de marcas que desconocía, una enorme llave inglesa. La agarré con fuerza y corrí la única puerta de la sala. Cuando la abrí algo ardiendo voló hacia mi cabeza pero, con reflejos felinos, cconseguí esquivarlo rodando por el suelo. Alzé la mirada y vi un hombre tan deforme y ensangrentado como la mujer de antes corriendo hacia mi armado con una cañeria arrancada.
    • ¡Aléjate de mi, chusma! -vociferó como un poseso enfermo.
    Intenté esquivarle pero no pude. Él fue más rápido y me golpeó de forma brutal en mi hombro derecho. Un tremendo dolor me hizó gritar a la vez que él se reía. Mi jersey empezó a empaparse también de sangre. Con rabia agarré la llave y lancé un golpe al aire que hizo que se intensificara el dolor. El loco esquivó mi golpe pero resbaló en un charco de agua que caía de una gotera del techo y cayó al suelo perdiendo su arma en ello. Sin perder tiempo, me puse encima suya y golpeé con fiereza su craneo con la llave repetidas veces. Un horrible y asqueroso crac llegó a mis oidos cuando su cabeza se partió y comenzó a emanar sangre roja y espesa.
    Me levanté y miré a mi alrededor no habia nada reseñable salvo unas escaleras ardiendo. Subí sus peldaños con cuidado de no quemarme y al llegar arriba me quejé al recibir una nueva punzada de dolor en el hombro. Enfrente de mi habia una extraña maquina de color rosa adornado con unas escalofrientes estatuas de unas niñitas con el pelo recogido en una coleta y vestidas con harapos. Encima de la maquina un rótulo rezaba: "Jardín de las Recolectoras". Dentro habia un bote de cristal con un diseño bastante curioso. En su interior se podia ver un liquido rojizo que no parecía ser sangre. Al lado había una voluminosa jeringa hipodérmica vacia. El instinto me decía que debía hacer. En cambio mi lógica me decía que no debía hacer aquello. Clavé la aguja en el frasco y cuando tuve el líquido a su alcance, tiré del émbolo aspirando aquella extraña sustancia. Tiré el frasco al suelo y este se hizo añicos. Me llevé la aguja a la muñeca izquierda tatuada con una cadena (Tatuaje que tambien tenía en la derecha), respiré hondo y clavé la aguja en una de las venas de las muñeca a la vez que empujaba el émbolo con el pulgar de la mano derecha inyectándome aquel líquido.
    La muñeca empezó a dolerme a horrores. También comenzó a dolerme el brazo derecho y luego todo el cuerpo.
    • "Tranquilo, chico" -Atlas me hablaba sin inmutarse siquiera- "Sientes esos dolores porque tu código genético esta siendo reescrito de nuevo. Volver a crear la doble hélice. Aguanta un poco y enseguida se te pasará"
    La cabeza me daba vueltas y casi no podía sostenerme en pie. Gritaba de dolor mirándome las muñecas. Las venas comenzaron a iluminarse de manera intermitente con un vivo color azul. De pronto, del minúsculo pinchazo de la aguja salió un rayo que recorrió juguetón mi brazo izquierdo. Poco a poco mi brazo se cargó con electricidad gritaba de dolor y de incertidumbre sin poder entender por qué tenía rayos en mis venas. Me dolía muchísimo todo y perdía el control sobre mi cuerpo. Anduve con la vista nublándoseme hasta la barandilla de la escalera y gritando, caí inconsciente al suelo.
     
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