Capitulo 1: La nada. Solo obscuridad, nada más que fría y solitaria obscuridad. Por alguna razón le molestaba, no sabía por qué, ni siquiera sabía que o quien era, lo único que sabía era que esa obscuridad la molestaba. Miró a su alrededor encontrando solo la nada, intentó mirarse a sí misma pero no pudo hacerlo, se tocó su cuerpo dándose cuenta de que al menos existía pero no entendía que pasaba ni por que se encontraba ahí. Sintió como la desesperación se adueñó de su ser al punto que algo cálido escurrió por su rostro, llevó su mano hasta él y tocó esa húmeda calidez, no sabía que era pero emitía un brillo que la hacía sentir mejor. Llevó ambas manos al rostro llenándolas de ese brillo que lanzó a su alrededor, el cual se partió en pequeñas esferas brillantes que se esparcieron. —Las llamare “estrellas” —dijo para sí misma con una sonrisa. Las estrellas le daban algo de calor y un poco de luz, pero no lograban iluminar el lugar que seguía pareciendo solo una infinita obscuridad. Intentó moverse pero no lo logró, en vez de ello solo giró sobre si misma quedando de cabeza, o al menos eso creía. Ni siquiera estaba segura de donde era arriba o abajo. No se había dado cuenta hasta ese momento, pero no existía un suelo en el cual apoyarse, solose encontraba flotando en el mismo lugar. Cerró los ojos un momento y comenzó a pensar, tenía que a ver algo que la ayudara, algún lugar, eh incluso alguien. No podía ser la única ahí, no en un lugar tan grande. Sus pensamientos fueron interrumpidos por una extraña sensación en su mano. Abrió los ojos, encontrándose con un polvo de distintos colores que se desprendía de el. Sacudió su mano, haciendo que el polvo se esparciera por el lugar. Un poco del polvo se juntó formado una esfera de roca y gas que comenzó a girar alrededor de la estrella más cercana, y no solo eso, cientos de esferas aparecieron, algunas hechas de roca sólida, otros de roca fundida. Era un espectáculo el mirar la variedad que se formaba. La mayoría quedando atrapadas por alguna razón alrededor de las estrellas, mientras otras chocaban entre si formando trozos más pequeños, de los cuales algunos quedaban girando sobre las esferas. Era un gran espectáculo lo que pasaba, contrastando con el vacío que se observaba más allá de las estrellas, distrayéndola y haciendo que sonriera. Aunque en el fondo aún se sintiera sola. Podía sentir como algo la atraía, algo que no podía ver, pero se dio cuenta donde se encontraba. Algunas de las esferas y trozos de las mismas giraban mucho más rápido que las otras a la vez que eran absorbidas, desapareciendo todas y cada una de ellas justo en el mismo lugar. Al ver tal cosa, comenzó a mover sus brazos tratando de alejarse, lográndolo lentamente a la vez que continuaba saliendo brillos desde su cuerpo y aúnmás estrellas y esferas aparecían, hasta el punto que entre más se alejaba, podía ver cómo estas formaban espirales gigantescas que le daban vida al intenso vacío. Se dejó llevar y cerró los ojos, no entendía nada, pero tenía una dulce sensación en su cuerpo cuando las estrellas y esferas se formaban. No entendía que, pero sentía que perdía algo por el simple hecho de no hacer nada, era como si algo avanzara sin su control y fuera imposible de detener. Se sintió nuevamente desesperada, pero esta vez sin saber el motivo. Abrió los ojos y justo frente a ella, una de esas esferas se encontraba rotando sobre sí misma, era distinta al resto. Su color era muy claro, un gris casi blanco con pequeñas partes amarillas esparcidas por el contorno, y en esas; unas diminutas cosas que se movían, tan pequeñas que le sorprendía poder percatarse de su presencia. Quería verlas más de cerca y tocarlas. Extendió sus manos y la sujetó deteniendo su rotación, provocando que la parte gris se tragara a las amarillas en un violento movimiento. Sintió un horrible escalofrió cuando pasó, a la vez que creyó escuchar millones de gritos a la vez. Se abrazó a sí misma y cerró los ojos, era la peor sensación que había tenido. Continuó flotando mientras su cuerpo temblaba. Luego de un tiempo, abrió los ojos encontrando no uno, sino dos esferas similares a la anterior, solo que de diferente color. Temerosa pero curiosa, se acercó a una de ellas y sin tocarla la observó cuidadosamente. Al igual que la anterior se encontraba llena de pequeñas cosas que se movían. —Quisiera verlas más de cerca —se dijo a si mismo mientras se acercaba lo más posible sin tocarla—. Si tan solo pudiera entrar… Su cuerpo se sentía extraño, como un hormigueo constante. Pero eso no era lo más extraño, si no que la esfera parecía cada vez más grande. De Repente se vio rodeada de un liquido azul, no sabía cómo, pero parecía haber entrado en la esfera.
