Long-fic Crónicas de sangre [Effy x Mimi]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Nami Roronoa, 9 Noviembre 2016.

  1.  
    Nami Roronoa

    Nami Roronoa The Gif Queen Game Master

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    Crónicas de sangre [Effy x Mimi]
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    Fantasía
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    Ok, estoy al tanto de que ya tengo un Long-fic en progreso y de que se acercan los exámenes finales y todo y… y… y no pude resistirme. La idea me llegó ayer por la tarde, y fue demasiado tentadora para dejarla ir, y antes de que supiera lo que estaba pasando ya tenía el prólogo terminado XD

    Así que, bueno, decidí publicarlo… pero antes, debo hacer unas aclaraciones preliminares:

    • Este fic será, al igual que mi otro long-fic, un UA con los personajes del rol de pokémon.
    • A diferencia de mi otro fic, habrá una pareja principal; este es un fic Tsun-Tsun (Effy x Mimi).
    • Como notarán, esto está etiquetado con el género "Fantasía". Aunque lo más apropiado sería el multi-género "Romance/Fantasía/Suspenso/Épica", honestamente XD Pero quiero remarcar esto porque este no será un UA súper realista como mi otro fanfic, sino que será… un poco más loco, digamos (?)
    • Los protagonistas en este fic será Effy, Mimi, Elisa, Chad y Hubert. Aunque invito a todos a leer, por supuesto, quiero extender una invitación especial a los creadores esos personajes a este fic (@Noir @EliLover @Hey Miguel @Bruno EVF ), espero les guste…
    • Este es simplemente el prólogo, una leve introducción a la historia. Ya estoy dándole los últimos toques al primer capitulo, así que sean un poco más pacientes y serán recompensados ;) (?



    Prólogo


    Una suave brisa veraniega acarició sus dorados cabellos en cuanto abrió la ventana de su habitación, meciéndolos al son del delicado viento.

    Como todas las mañanas, ella se encontraba despertando en su habitación, y con sus brillantes ojos azules observaba el paisaje que se mostraba desde aquel punto de la imponente mansión que poseía la familia Honda. Podía admirar desde allí toda la entrada; los bien mantenidos arbustos y los canteros, las bellas flores que decoraban el jardín frontal, y los robustos árboles que proveían sombra en los pesados días de verano. Y en el medio del camino de la entrada, en aquel momento, se podía ver un carruaje.

    Frunció el ceño, confundida. ¿Un carruaje?

    Se vistió apresuradamente, sin esperar a las criadas, colocándose ella misma su corset y un vestido blanco como la nieve, con bordados negros al final y en la espalda. Tras colocarse sus zapatos, la joven descendió apresuradamente las escaleras de la mansión; ¿visitas tan temprano? Algo le daba mala espina, ¿serían noticias de la guerra?

    Una vez escaleras abajo, caminó hasta la entrada. Allí se encontraba su padre, un hombre alto con cabello de un rubio más oscuro que el de su hija, quien hacía pasar a una muchacha que debía tener aproximadamente su misma edad. Detrás de ellos entraban dos sirvientes, cada uno cargando una maleta.

    —Ah, justo a tiempo, hija —dijo Moura en cuanto la detectó—. Ven, hay alguien que tienes que conocer.

    El tono de voz de Moura Honda era cordial, como si la estuviera presentando a un importante hombre con el que haría negocios, de modo que ella supo que debía ser sumamente educada. Era lo mínimo que se esperaba de ella, por supuesto.

    La muchacha en cuestión tenía cabellos rubios, pero mucho más corto que el de ella, llegándole sólo hasta el cuello mientras que los de ella llegaban hasta un poco más arriba de su cintura. Tenía ojos de un azul eléctrico y vestía el vestido azul más simple que ella había visto en su vida.

    —Esta es la hija menor de Alicia Joy —procedió a decir Moura con calma—. Recuerdas a Alicia, ¿verdad? Bueno, me ha pedido un pequeño favor…

    >> Me ha pedido como favor que la recibiéramos en esta casa y cuidáramos de ella, ya que la ciudad donde ellas residían esta muy cerca de ser afectada por la guerra. Jamás me podría negar, por supuesto, sabes lo buena que ha sido esa mujer con tu madre en sus últimos momentos…

    —De modo que vivirá con nosotros —completó Mimi lentamente. La idea no le hacía nada de gracia, pero era por la mujer que había cuidado de su madre antes de su muerte, de modo que sería de lo más descortés negarse, y no era así como había sido educada—. Bueno, supongo que tendré que vivir con eso, ¿eh?

    >> Soy Mimiko Honda, única hija de Moura Honda, ¿y tú? ¿Tienes un nombre o algo?

    Sin vacilar, Mimi extendió una mano hacia la otra joven. El tener que compartir su hogar y sus lujos con una completa desconocida no era algo que le simpatizaba, pero ya expresaría sus quejas a su padre luego. Por ahora, lo mejor era ser cortés y sonreír ante la adversidad, como se le había enseñado.

    La joven levantó su mirada y enfocó aquellos orbes azules como el océano directo en los suyos. La otra muchacha estrechó su mano y finalmente habló, con una voz serena como el flujo del agua.

    —Effy Joy.

    Sintió algo, en cuanto sus manos hicieron contacto. No sabría explicarlo, pero… le dio una sensación. La sensación de que allí comenzaba todo.

    O mejor dicho, que allí se terminaba todo. Porque ese día, el día en que conoció a Effy, fue el fin de su vida como la conocía para Mimi Honda.




    Continuará…
     
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    Yugen

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    ¿Pero que ven mis ojos? ¿Un Tsun-Tsun? OMG Nami, ¿pero cómo se te ocurren cosas tan geniales? xDD
    Es muy curioso que hace tan sólo unos días estuviese viendo un anime de fantasía épica, este es un género que me encanta. Soy muy fan de las historias basadas en épocas antiguas y aun si así no fuera... ¿cómo no va a gustarme un Tsun-Tsun? <3

    Me encanta la idea. Me encantan estas historias donde la pareja principal se ve forzada a convivir por uno u otro motivo, porque eso siempre da lugar a escenas muy interesantes. Y, teniendo en cuenta que son Effy y Mimi... me puedo esperar cualquier cosa de ellas. Estoy segura de que será épico <3

    Me da bastante curiosidad cual será el papel de los demás personajes en este fic. Si tenemos en cuenta que Elisa aparecerá, creo que algo tendrá que ver con brujería (? Aunque eso es poco más que otra de mis locas teorías, por eso de que la Elisa ''real'' es médium xD Realmente no tengo idea. Y de Chad y Hubert no se me ocurre nada, pero agradecería si quedasen juntos aquí (???

    En fin, sea lo que sea, voy a seguir esta historia con devoción y todas las que hagas porque amo como escribes, de verdad que sí. ¡Ya me muero por leer el primer capítulo!

    Ja ne<3.
     
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    Bruno TDF

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    Una invitación a leer algo tuyo es algo a lo que jamás me negaría, pues adoro tus creaciones literarias. Claro que también siento mucha curiosidad por conocer el papel que tendrá mi retoño en esta historia; teniendo en cuenta que su rol será protagónico, asumo será una pieza importante en el desarrollo de la trama y eso me mola (?). Pero todas las cosas, estoy acá por el YURI, omg. Y encima de mi pareja favorita en todo el rol después del GoodAirshipping.

    Aunque nos encontramos apenas ante una introducción a la historia, eso no quiere decir que el prólogo haya estado exento de belleza. Me gustaron mucho los matices con el que construiste el ambiente en el que la trama se dispara, dan una sensación de calidez y paz en cada línea. Igual mención merecen el uso de algunas metáforas, que me encantaron, sobre todo aquella que define a la voz de Effy "como el flujo del agua"... Simplemente hermoso y, ahora que lo estoy pensando mejor, parece que también hace alusión a su gusto por los pokémon de tipo agua en su universo original. Aunque se me hace que en esta historia será una habilidosa nadadora.

    También me gusta el elemento de la guerra como una sombra que poco a poco se va acercando. Al igual que Noir, que vio un anime, yo estoy leyendo una novela del género de fantasía épica, Choque de Reyes; aquí la guerra ya es una realidad, la cosa se pudrió en todas partes y el final de la misma parece estar lejos. Pero ese ambiente de amenaza constante me pone tenso y esa sensación quizá sea la que me hace disfrutar más este tipo de contextos, al plantarse la duda sobre la supervivencia de los personajes... Pero regresando a tu fic: me pregunto quiénes serán las partes beligerantes y por qué motivo se están enfrentado (¿Tal vez los Gamma sean el ejército enemigo?). Hay qué ver qué dirán los siguientes capítulos, al menos aquellos que llegues a publicar antes de que los exámenes te aparten por un tiempito del foro (</3).

    Y qué decir de Mimi y Effy. Las amo demasiado. Si me llegaran a preguntar a cuál de las dos quiero más, preferiría tirarme de un puente antes que responder a eso (?).
    Como siempre, se ha armado la tensión desde el primer momento. Llamativamente, en esta ocasión Effy se comportó tranquila, "como el flujo del agua". Eso sí, seguro que en la intimidad (eWe) dejará ver su faceta rebelde y aventurera. Ains, ya no aguanto las ganas de ver más de esto.

    Ojalá este fic goce de buena salud y actualizaciones constantes (nunca seas como yo (?)) ¡Salud!
     
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    ¿Un fic de una de mis parejas favoritas, con mi amaba niña y escrito por Nami? Claro que leeré esto, preciento será una fantástica historia, no puedo esperar por saber que papel tendrán los demás.

    Si Elisa termina siendo una bruja, como Noir piensa, espero sea la mala, because she can do it (?) no se, sería interesantemente inesperado (?)

    Este prólogo me ha parecido interesante, apenas lo terminé sentí deseos de más, quiero ya el primer capítulo, quiero ver la guerra, la muerte, el lugar sumido en las tinieblas... Nah, sólo quiero ver a Elisa, el misterio me desespera (irónico, lo se)

    Corto hasta aquí, me voy del hilo, sólo quedaré con que te amo a ti y a tu escritura y con que espero el primer capítulo.

    Eli.
     
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    Nami Roronoa

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    Crónicas de sangre [Effy x Mimi]
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    De acuerdo, aquí estoy… son las 2 de la mañana por aquí pero la inspiración me llegó y no pude detenerme hasta completar el capitulo XD

    ¡Muchísimas gracias @Bruno EVF @Noir y @EliLover por sus bellísimos comentarios! ¡Me alegra ver que les interesa la historia! Espero el primer capitulo sea de su agrado ;)

    Sin más… vamos a la primer página de la historia :3



    Capitulo 1: Tiempo

    [Abril del año 2020. Otogibanashi, Japón]


    El último primer día de clases… realmente un día único. La última vez que tendrían su primera clase de comienzo al año escolar… era su último año, al año siguiente estaría comenzando las clases en una universidad, esta sería la última vez que tendría un primer día de clases en la secundaria…

    Objetivamente, quizás sonaba como algo tonto, pero era una noción que a Elisa le agradaba recordar. Porque ella era ese tipo de persona; una joven adorable y gentil, con tacto, que se fijaba en diminutos detalles como aquellos. Y claro, había quienes la tachaban de infantil o aniñada, pero eso no era algo que a ella le importase, pues era alguien segura de si misma y poco le importaba lo que hablaran a sus espaldas.

    Con el optimista pensamiento de que haría de su último primer día de clases un gran día, la muchacha se terminó de poner el uniforme y procedió a peinar su cabello frente al espejo de su habitación.

    Elisa Daroch era una estudiante que el día de hoy comenzaba su último año de educación secundaria. Era una joven amigable y algo delgada, con largo cabello color café opaco y con rulos, el cual llegaba casi hasta la altura de su cintura. Usualmente lo llevaba adornado con algún moño u otro accesorio similar, y el día de hoy no era la excepción; se colocó un listón rosado para adornar su bonita cabellera.

    El uniforme de su secundaria era algo simple, pero a ella le agradaba. Una camisa blanca con un listón verde, y una falda verde haciendo juego, así como zapatos marrones y medias blancas. Sus ojos aguamarina le devolvieron la mirada en el espejo, y le guiñó el ojo a su reflejo.

    —Hoy será un gran día —le aseguró ella, sonriente, al reflejo.

    —¡Elisa! —le llegó la voz de su padre en la planta baja—. ¡El desayuno está listo! ¡Apúrate o llegarás tarde!

    —¡Ya voy! —exclamó Elisa, recogiendo su mochila a toda velocidad.

    Se aseguró de tener todas sus pertenencias y se marchó de su habitación.

    El último primer día había comenzado. ¡Y qué primer día iba a ser!


    oo00oo00oo00oo00oo00oo00

    [Junio del año 1852. Mansión Honda, Japón]


    Habían pasado casi cuatro días ya desde la llegada de la nueva residente a la mansión y ya era oficial. No era que a Mimi no le caía bien Effy. La detestaba.

    Su primera impresión había sido que era una muchacha callada y silenciosa, que decía lo justo y necesario, manteniéndose al margen de la situación si no la involucraba. Lo cual sería fantástico, porque significaría que su presencia no molestaría en lo más mínimo. Pero esa impresión fue tan errónea que Mimi se sintió una idiota de haber creído que tal imágen sería siquiera posible.

    En el primer día, Mimi invitó a Effy a un paseo por los jardines, intentando ser cordial, y quién sabe, quizás hasta podía ganarse una amiga con la que pasar el tiempo en la mansión. Pero en cuanto la joven Joy aceptó su invitación, esos planes se hicieron añicos en cuestión de minutos.

    En el jardín que se extendía por detrás de la mansión Honda se hallaba un bellísimo paisaje, digno de un retrato sin duda alguna. Una extensión de flores y arbustos que Mimi había visto toda su vida, y sin embargo no se cansaba de recorrer el lugar, sintiendo que jamás terminaba de explorarlo todo en sus tranquilas caminatas por el lugar.

    —¿Qué le parece el jardín, Srta. Joy? —le había preguntado ella con la cortesía propia de una dama—. ¿Verdad que es hermoso?

    —Sí, sí, muy bonito —replicó Effy sin darle mucha importancia—. ¿Esto es todo?

    —¿Di… disculpa? —fue lo único que pudo decir Mimi en respuesta.

    —Me aburro, iré a ver que hace Matt —fue su simple devolución. Dio media vuelta y abandonó el jardín sin miramientos.

    Matt… su hermanastro no tardó en hacer buenas migas con la recién llegada. A Mimi realmente eso no le sorprendió; después de todo ambos eran, en su opinión, dos idiotas.

    Sin embargo, en el segundo día desde su llegada, se llevó una ingrata sorpresa. Tras abandonar su recámara, Mimi se dirigía al comedor para desayunar… cuando una pelota blanca pasó volando por delante de sus ojos, a unos pocos centímetros de su rostro.

    —¡Genial, Effy! —exclamó Matt, quien había atrapado la pelota con un guante de baseball marrón—. Tienes toda la habilidad de una pitcher. ¿Has ido a América a practicar o algo así?

    —No, jamás he salido del país… pero en mi ciudad se practicaba mucho baseball, y creas o no yo era la mejor de mi clase —confirmó la rubia de corta cabellera, avanzando hacia el muchacho. Volteó a ver a la otra joven—. ¿Hm? ¿Y a ti qué te sucedió?

    Mimi se levantó del suelo, al cual había caído por la impresión por aquella pelota que estuvo a punto de darle a ella (en su mente, esto contaba como una experiencia cercana a la muerte). Se sacudió el polvo de su vestido con lentitud… y luego fulminó con la mirada a los dos responsables, con furia asesina reflejada en sus ojos.

    —¡¿Cómo que qué me sucedió?! ¡Estuvieron a punto de matarme, eso sucedió! —rugió Mimi, colérica—. ¡¿Qué rayos les pasa, practicando baseball aquí dentro?! ¡Y tú! ¡¿Qué rayos haces jugando baseball?! ¡Eres una mujer, por el amor de Dios! ¡Intenta actuar como una, ten un poco de clase!

    Effy la miró por algunos segundos en silencio, mientras la muchacha hacía su descargo. Y cuando Mimi terminó de hablar y se quedó mirándola con furia, jadeando, ella… simplemente le devolvió una sonrisa burlona.

    —Sólo estás celosa porque debes ser pésima jugando, ¿verdad? —se mofó Effy—. Ven, Matt, mejor vayamos afuera… tendremos más espacio.

    Y, dejando a Mimi detrás rabiando, Matt y Effy se marcharon hacia el exterior.

    Pero el tercer día… el tercer día Mimi sintió el actual deseo de asesinar a la rebelde e insolente rubia con sus propias dos manos.

    Mimi había ido durante el día al pueblo que se hallaba cerca de la mansión, al cual había ido sin la usual compañía de Watari, el mayordomo de los Honda, ya que éste tenía importantes asuntos que atender para su padre. Pero no le había molestado el tener que ir sin sirvientes, hasta se había sentido un poco más libre, sin tener alguien que observara o controlara todas sus acciones.

    En cuanto el sol comenzó a ponerse por el horizonte, Mimi emprendió el regreso a su hogar, y el carruaje la dejó en la puerta de su residencia. Bajó del transporte cargando las dos bolsas que contenían lo que había adquirido en el pueblo; un vestido de seda importado de China que ella misma había encargado con semanas de anticipación, y un elegante parasol blanco que había descubierto en una tienda durante su paseo.

    Y en cuanto llegó, ¿a quién se encontró? Por supuesto que a Effy. Sentada en el umbral de la entrada, sobre las escaleritas de mármol que ascendían hasta la gran puerta de la mansión. Jugaba con una pelota de baseball (¿es que nunca se cansaba de ese sucio deporte?) que llevaba en su mano derecha, arrojándola vagamente para arriba y atrapándola en el aire. Torció la nariz al pasar junto a la joven Joy, como si hubiese detectado algo desagradable en el ambiente.

    —Te has marchado todo el día —comentó Effy cuando ella pasó por su lado.

    —Que observador de tu parte —replicó la otra con un dejo de sarcasmo—. Oh, no me digas que me has extrañado…

    —Para nada… ha estado de lo más pacífico por aquí. Deberías irte más seguido.

    Mimi sintió como su sangre hervía de la ira, pero intentó serenarse. De nada servía meterse en argumentos con alguien inferior como lo era esa muchachita; ella era una Honda, y esa otra era una cualquiera. Hablaba desde la envidia, y bueno, que hablara. Al final y al cabo, las palabras se las llevaba el viento.

    O bueno, esa sería la conclusión de una persona madura y racional. Pero como en este caso se trataba de Mimi Honda, su temperamento no hizo más que empeorar, y su rabia comenzó a manifestarse.

    —En cualquier caso —comenzó Mimi con fingida calma—. Creo que estoy exhausta. Iré a darme un baño. Ah, y estoy cansada de cargar con estas bolsas, así que llévalas a mi habitación por mi, ¿sí?

    Mimi se volteó a verla, depositando ambas bolsas en el umbral de la entrada junto a Effy. La otra muchacha no le devolvió la mirada, pero Mimi le lanzó una mirada que si las miradas mataran, la joven habría caído muerta sobre las escaleras en el acto.

    Esa era la recompensa que Effy se había ganado. Si insistía en comportarse como una desobediente, maleducada y rebelde, pues esto era lo que obtendría. Portándose así de insolente era peor que los sirvientes, de modo que así era como pensaba tratarla. Era de lo más justo, ¿no? Y sin una palabra más, se marchó a ordenar que le prepararan un baño, dejando a Effy y las bolsas detrás.

    Pero luego de un buen rato, cuando salió del baño y se dirigió a su habitación para ver a sus preciadas compras una vez más… no encontró nada. Sus bolsas no estaban en su habitación. Ni tampoco estaban, descubrió con horror, en la entrada. Habían desaparecido.

    —¿Perdiste algo, Mimi? —le preguntó una voz detrás suyo. Una voz femenina. Era ella, no tuvo ni que voltearse para comprobarlo.

    —¡Tú! —tronó Mimi, enfurecida—. ¡¿Dónde están mis bolsas?! ¡¿Qué acaso no puedes realizar ni la más simple de las tareas?! ¡Respóndeme!

    —¿Bolsas? No comprendo… —dijo Effy con una sonrisa pícara y un tono de voz que simulaba inocencia—. Ah, claro, debes referirte a esas bolsas que te olvidaste en la entrada…

    >> Pues yo no soy ninguna de tus sirvientas, así que ni idea… quedaron donde tú las dejaste.

    —Pero… pero… ¡¿acaso eres idiota?! —chilló la Honda—. ¡Te di instrucciones de lo más claras de que las llevaras por mi! ¡¿Cómo las vas a dejar ahí tiradas?! ¡Se las podría haber llevado cualquiera!

    —Sí, cierto, se las podría haber llevado cualquiera… —asintió la otra chica—. Supongo que deberías ser más cuidadosa con tus cosas entonces, ¿no crees? Fue muy descuidado de tu parte dejar cosas tan caras tiradas por ahí, Mimi.

    Y sin mas, Effy giró sobre sus talones y se marchó, dejando a Mimi tan furiosa que sintió que estuvo a punto de estallar.

    Al cuarto día, la muchacha ya era incapaz de soportarlo. Se presentó en el despacho de su padre por la noche y le rogó que se deshiciera de esa inadaptada social, como ella la había calificado. Estaba segura de que cuando le expusiera su caso a Moura y él viera que era la peor persona posible para convivir, de seguro Effy se encontraría de patitas en la calle al día siguiente.

    Pero como el universo parecía odiarla, eso no fue lo que sucedió. Mas bien todo lo contrario… para horror de Mimi, Moura estaba encantado con la joven, y le parecía de lo más agradable. Naturalmente, esto la hizo rabiar aún más.

    —¿Agradable? ¡¿Esa idiota, agradable?!

    —¿Idiota? Pero si esa chica es una genio —replicó Moura, cruzado de brazos—. Sabe muchísimo de historia y política, sabe sobre lo que está sucediendo en el exterior… incluso sabe más que Delia y tu hermano, me atrevería a decir. Podrías aprender una cosa o dos de esa joven, sin duda.

    —Pero padre…

    —He dicho que no, Mimiko —la atajó Moura—. Y mi respuesta es final. Effy Joy se queda.

    En cuanto la llamó por su primer nombre completo, supo que era una batalla perdida. Su padre ya había tomado su decisión. Abandonó el despacho y cerró la puerta detrás de ella, desanimada.

    —¿Y? ¿Qué tal te fue? ¿Me quedo, o debería ir a empacar mi maleta?

    ¡¿Es que acaso esta chica podía teletransportarse o algo así?! ¡¿Cómo hacía para simplemente aparecer en los momentos en que Mimi menos quería encontrársela?! ¡¿O acaso esperaba en un rincón durante horas, esperando al momento en que Mimi pasara para poder torturarla?!

    Porque efectivamente, Effy había dado un paso desde las sombras. Ambas muchachas se encontraban ahora cara a cara, y el choque con sus irises azules le hacía pensar que intentaba intimidarla, pero Mimi dio un paso al frente; esta chiquilla no iba a intimidarla bajo ningún punto de vista.

    —Te quedas. Por ahora —dictaminó Mimi, apretando los puños para contenerse—. Pero no te preocupes, no durará por mucho.

    —Me encantaría verte intentar —la desafió Effy con una sonrisa burlona—. No soporto a las niñitas mimadas de papi… y ver que papi te niegue tu capricho, bueno, eso es simplemente entretenimiento de primera, ¿no crees?

    —Bueno, pues yo tampoco soporto a las mocosas sucias y sin clase como tú —le espetó la Honda con rencor—. Así que no lo dudes, el odio es mutuo.

    Effy simplemente sonrió. Para ella, al parecer, el argumento se había terminado allí. Se dio media vuelta y se marchó, como aparentemente siempre hacía cuando una conversación perdía su interés… otro factor más que contribuía a su odio por la joven Joy.

    Pero por su parte, aunque su odio por la malcriada de Mimi estaba latente, en la cabeza de Effy surcaba otro pensamiento distinto que no la dejaba en paz. Y era algo que no había notado hasta ahora que habían estado las dos solas y relativamente cerca, pero no tenía ni la más mínima idea de por qué había notado una cosa como esa.

    Los ojos de Mimi… jamás había visto unos ojos tan azules como los de Mimi.


    oo00oo00oo00oo00oo00oo00

    [Abril del año 2020. Otogibanashi, Japón]


    Elisa finalmente localizó su nueva clase: la 3-A. El salón de clases le pareció prácticamente idéntico al que asistió durante todo el año escolar anterior, con la única diferencia siendo el letrero que indicaba el nombre del aula en la puerta.

    Se dio cuenta que el profesor no tardaría en llegar, de modo que se apresuró a ubicarse en su pupitre. Como todos los años, escogió el que se encontraba en la tercera fila junto a la ventana. No estaba ni tan adelante que el profesor podría verla hablando con sus compañeros si se aburría, ni tan atrás como para que le costara seguir la clase si se tornaba interesante. Era el lugar perfecto para sentarse.

    Y sentado en el pupitre a su derecha, como debió imaginar, se encontraba él. Chad Redflame. Un muchacho de cabello castaño muy oscuro que, como siempre, llevaba despeinado, como si acabara de bajarse de una montaña rusa. Sus ojos eran de un brillante rojo carmesí, y llevaba puesto el uniforme reglamentario de los chicos: una camisa blanca con detalles verdes en el cuello, y un pantalón negro.

    Chad se quitó los auriculares color naranja en cuanto la vio llegar y le sonrió con aquella fresca y amigable sonrisa suya. Dejándolos reposar en su cuello, su mejor amigo no tardó en atosigarla con preguntas.

    —¿Y, qué tal es Tokyo? ¿Cómo estuvieron las vacaciones con tu padre? ¿Cuándo volviste? ¿Qué acaso no tienen teléfonos en Tokyo o simplemente decidiste ignorarme por completo?

    Elisa respondió con una leve risita, mientras colocaba su mochila junto al pupitre y sacaba su cuaderno.

    —Buenos días a ti también, Chad —dijo Elisa a modo de respuesta—. Y durante estas semanas de viaje, decidí… desconectarme, ¿sabes? Realmente quería pasar tiempo con mi padre, y fue una buena decisión… ha sido un viaje fantástico, ¿sabes?

    —Bueno, me alegro por ti, Elisa… ¡pero no vuelvas a desaparecer de la faz de la Tierra así! ¡Me tenías preocupado! —replicó Chad , cruzándose de brazos, resignado—. Ya andaba pensando yo que te habían secuestrado extraterrestres o algo así y me tuve que enterar por una foto de tu padre en Facebook que te habías ido de vacaciones junto a él…

    —Fue un viaje inesperado, sí, pero mi padre lo venía planeando en secreto hace años, juntando el dinero poco a poco —sonrió ella—. Y apenas si llegué ayer por la madrugada, así que estuve con poco tiempo, poniéndome al día con todo lo del comienzo de la escuela…

    >> ¡Pero basta de eso! Es nuestro último primer día de clases juntos… ¿no estás sumamente emocionado?

    —Ya sabes que jamás estoy emocionado para las clases —dijo él, encogiéndose de hombres— Pero sí… admito que será muy raro comenzar el año que viene en la universidad sin ti a mi lado.

    —Hemos estado en el mismo curso desde kindergarden… definitivamente será raro comenzar el curso del año que viene separados.

    Chad estaba a punto de responder, pero el sonido de la puerta al abrirse le impidió seguir hablando. Su maestro acababa de llegar al salón, y todos se pusieron de pie para el saludo matutino usual.

    —Buenos días, clase —saludó el educador cordialmente.

    —Buenos días, Irvine-sensei —devolvieron los alumnos antes de tomar asiento.

    —El último año, ¿eh? —suspiró Irvine con un aire nostálgico, sentándose en su escritorio—. Apuesto a que ahora mismo están pensando en que no pueden esperar a terminarlo y comenzar sus vidas como adultos… pero créanme, este será uno de los mejores años de su vida, así que no se apresuren. Disfrútenlo.

    >> Ahora, hoy comenzamos con la clase de Inglés. Pero antes de eso, hay un par de anuncios que hacer… y comenzaremos con el primero de todos de inmediato. Adelante, puedes pasar…

    Y en cuanto dijo eso, la puerta del salón de clases volvió a abrirse. Un alumno que nadie en la clase conocía ingresó al aula, y Chad y Elisa intercambiaron miradas de confusión. ¿Acaso se trataba de un estudiante nuevo que se transfería a la clase?

    —Bueno, en este año se nos unirá una nueva estudiante que se transfiere a nuestra secundaria, así que todos por favor háganla sentir bienvenida —declaró Irvine con su amabilidad usual, mirando a la clase. Volvió su mirada ahora hacia la recién llegada—. ¿Quisieras presentarte, jovencita?

    Elisa examinó a la nueva de pies a cabeza, intrigada. Era más alta que ella (aunque no era una sorpresa, realmente, ya que la mayoría de las personas lo eran), con cabello rubio que le llegaba hasta el cuello y ojos azules, profundos como el mismísimo océano.

    —Mi nombre es Effy Joy —se presentó ella, sin inmutarse—. Mucho gusto.
     
    Última edición: 11 Noviembre 2016
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    Pero... pero... OMG!!! <3

    Wow. No tengo palabras, ese final me ha dejado completamente anonada, Nami xDD
    Siendo sincera no me lo esperé en lo absoluto, aún ando algo ida incluso (?. Es decir, ¿qué hace Effy ahí, en la escuela, un siglo después de su época? ¿Cómo ha...? ¿En qué momento...? ¿Es como cuando Homura saltó en el tiempo para salvar a Madoka? (??? Me tomó súper desprevenida, en serio. Si bien es cierto que ya me venía esperando algo así cuando el capítulo empezó de una forma completamente distinta, presentándonos a Elisa en otro período temporal, no pude sino sorprenderme.

    ¡Esto está cada vez más intrigante, no puedo esperar! <33 Amo el manejo tan genial que haces del suspenso, mantienes a los lectores expectantes y pegados a la silla, deseosos de saber que más ocurrirá. Da igual las muchas teorías locas que me haga, de verdad que no puedo ni imaginar que acaba de pasar xD Lo único que sé es que Effy va a dar mucho de que hablar en ese nuevo colegio suyo (?

    En cuanto al Tsun-Tsun... ¿qué puedo decir del Tsun-Tsun? Las amo demasiado juntas. Nunca me cansaré de esta dinámica, de sus discusiones y pseudo peleas. Y por supuesto, amo como Effy siempre termina frustrando a Mimi de una u otra forma. El manejo de la Honda sublime como siempre. Ya sabes que amo esa capacidad inherente que pareces tener para evitar el OoC. ¡Y genial el detalle de las bolsas! Ese maravilloso guiño a como empezó su relación en el rol me puso un poquitín nostálgica. Aws <3.

    Chadisa. Dime que habrá Chadisa aquí, simplemente no puedo con lo lindo que se ven juntos. Eso sí, ahora me dejas en toda una disyuntiva, pues no sé si prefiero el yaoi de Hubert y Chad, o la ternura de Chad y Elisa... necesito tiempo para pensarlo. En cualquier caso amo esta historia, y la amaré tome el rumbo que tome, vaya que sí.

    Como dato curioso debo decir que ya que pusiste que está ambientada en japón, no pude evitar imaginarme a Effy diciendo ''Hajimemasite'' (Mucho gusto) en la última línea del fic, seguida de una pequeñísima reverencia con la cabeza. No lo sé, veo demasiado anime xD #SorryNotSorry (?

    En cualquier caso, muy buen capítulo. Si querías sembrar el bichito del misterio y la curiosidad en tus lectores... vaya que lo lograste xD

    Ja ne <3.
     
    Última edición: 11 Noviembre 2016
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  7.  
    Nami Roronoa

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    Crónicas de sangre [Effy x Mimi]
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    ¡Hola! He terminado finalmente el segundo capitulo… espero que sea del agrado de todos los lectores. En especial de la dulce @Noir que me ha dejado tan bello comentario… ¡espero ames este capitulo nuevo tanto como nosotras amamos el Tsun-Tsun! <33

    Advertencia: En este capitulo posiblemente noten algo de OoC en la Effy del 2020. Será explicado en el capitulo 3 ;)



    Capitulo 2: Siete Disparos

    [Abril del año 2020. Otogibanashi, Japón]


    La clase de inglés comenzó poco después de que Irvine hiciera un par de anuncios más, pero Elisa apenas si le prestó atención a la clase. La nueva estudiante, quien había tomado asiento en el banco vacío detrás suyo, había capturado toda su atención.

    Es que… simplemente, era imposible para ella no hacerlo. Elisa Daroch era una muchacha muy amable, quizás demasiado, y el hecho de que una nueva compañera acababa de unirse a su clase… no podía esperar a poder presentarse y mostrarle lo genial que podía ser esta escuela secundaria.

    En cuanto el doble período de inglés terminó, Irvine-sensei recogió sus cosas y se marchó a la sala de profesores, puesto que les correspondía ahora a los alumnos un breve receso antes de que procediera la siguiente clase, que en este caso sería literatura.

    Elisa giró en su asiento apenas Irvine abandonó el aula, encontrándose frente a frente directamente con las irises azules de la estudiante nueva. Eso la tomó un poco por sorpresa; ¿acaso la chica le había estado mirando la nuca toda la hora esperando a que se diera vuelta para entablar conversación? No, era imposible… era su cabeza tirando ideas disparatadas, como siempre.

    Pero ahora que sus miradas se cruzaron, vio como las facciones de Effy se suavizaban, y sus labios se curvaron en una inocente sonrisa.

    —¡Hola! —saludó Elisa con entusiasmo—. Mi nombre es Elisa Daroch, bienvenida a nuestra escuela y a nuestra clase… yo soy la representante de la clase, así que cualquier cosa no dudes en pedírmelo.

    —Hola… es un gusto conocerte, Elisa-sama —le devolvió el saludo Effy con cortesía.

    —¿Sama? Oh, no, no hay necesidad de tales formalidades conmigo —dijo ella de inmediato, negando con la cabeza—. Puedes llamarme simplemente Elisa, en serio, todos en la clase lo hacen.

    —O… oh, no sabía… —musitó la rubia, con un dejo de vergüenza en su voz—. Mu… mucho gusto, Elisa…

    Los ojos de Elisa brillaron al ver a la jovencita que tenía delante. Parecía ser un poco tímida y callada… sí, sí, Elisa definitivamente iba a ser la que ayudaría a esa hermosa flor a abrirse socialmente, ya se lo había propuesto como meta de este último año escolar.

    —Ey, no le creas nada de lo que te diga —intervino Chad, mirando a la nueva estudiante—. Primero te dice que es tu amiga, luego se irá por tres semanas a Tokyo y se olvidará de ti por todo ese tiempo.

    —Oh vamos Chad, ya me disculpé —replicó la joven, cruzándose de brazos—. Effy, éste es Chad Redflame, un verdadero dolor de cabeza… y el mejor amigo que podrías pedir.

    —¡Ese soy yo! —asintió él con alegría, ignorando la primera parte de la presentación de su amiga—. Y bien, Effy, tenemos algo de tiempo hasta la siguiente clase… ¿qué te parece si te mostramos un poco de nuestra escuela?

    Effy sonrió ante los dos jóvenes que había ante ella. Eran amables con ella y… y les respondió una tímida sonrisa.

    —Me gustaría… me gustaría mucho recorrer un poco… la escuela…


    oo00oo00oo00oo00oo00oo00

    [Julio del año 1852. Mansión Honda, Japón]


    Ya había pasado un mes entero desde que Effy Joy se había instalado en la mansión de Mimi Honda y, como era de esperarse, la rivalidad que había surgido entre las dos no había hecho más que intensificarse.

    Mimi no podía aguantar lo insolente que era Effy. Su comportamiento era todo lo contrario a como debía portarse una dama educada y correcta; era rebelde, no medía sus palabras al hablar, y siempre hacía lo que quería, sin importarle cómo la miraran o qué decían de su comportamiento.

    Effy, por su parte, no soportaba los caprichos de Mimi. Desde el primer momento aclaró que no le agradaban para nada las niñitas mimadas, y en esa categoría ella clasificaba a la Honda sin dudarlo. Mimi había crecido rodeada de lujos y sirvientes que cumplían hasta el último de sus caprichos, volviéndola una joven un tanto egocéntrica y presumida.

    Estas dos chicas eran polos opuestos, por donde sea que se las mirara, y las discusiones entre ellas eran prácticamente cosa de todos los días. Moura se había resignado a enviarla de regreso, por más insistente que fuese su hija, de modo que no a ella no le quedó otra opción que aguantar su insoportable presencia y las constantes peleas que inevitablemente surgían a diario por las más mínimas trivialidades.

    Sin embargo, ninguna discusión pudo compararse con la que ocurrió durante la cena del 20 de Julio.

    En el comedor, la larga mesa de mármol era ocupada por la familia Honda, que en esta ocasión degustaba un pequeño banquete de carne y arroz. En la cabecera se encontraba Moura, y a su derecha, como siempre, su esposa Delia, con quien contrajo segundas nupcias luego de la muerte de la madre de Mimi.

    La hija de Moura y el hijo de Delia se encontraban sentados en sus respectivos lugares en la mesa, y entre ambos se encontraba sentada Effy, quien degustaba la carne con entusiasmo. A Mimi también le parecía delicioso, sí, pero le lanzó una mirada de reprimenda al ver como comía apresuradamente, como si fuera su última cena.

    —Sr. Honda, ¿leyó el periódico de esta mañana? —preguntó Effy, mirando al señor de la casa—. ¿Vio los desarrollos de vuelos en Francia?

    —Sí, leí al respecto esta mañana —asintió Moura con seriedad—. Francamente, el pensar que algún día los hombres puedan volar a través del cielo de un lugar a otro como los aves en estos… ¿cómo los llaman?

    —Si mal no recuerdo, el inventor los llamaba “aviones” —citó ella, cortando un pedazo de su carne—. Aún tenía que hacerlos funcionar pero… sería fascinante poder viajar a través del cielo, ¿no cree? Cambiaría radicalmente el mundo.

    —Si es que pasa, sí, ciertamente, cambiaría el rumbo del mundo… pero dudo que eso pase. Suena como algo demasiado fantástico como para que lo logremos los humanos…

    —Ah, sería fantástico poder viajar por aire —opinó Delia con suavidad—. Podríamos visitar ciudades mágicas como París o Londres mucho más rápido…

    Mimi miró a su madrastra con sorpresa; por primera vez quizás, coincidían en algo. Pero no podía decirlo en voz alta… y además, no quería quedar como que no tenía ni la más mínima idea de en qué cambiaría eso el mundo además de lo que había dicho Delia.

    Decidida a no quedar como una ignorante en frente a su nueva rival, Mimi se dijo que debía opinar algo… pero no estaba segura de qué. Se aclaró la garganta con una débil tos y los ojos de los presentes se voltearon hacia ella.

    —Ci… cierto, Delia, pero no es en lo único que modificaría el mundo —opinó la rubia de cabello largo—. Cambiaría mucho más que eso, sin lugar a duda.

    —¿Como qué? —presionó Effy, volteándose hacia ella—. ¿Podrías ir a molestar a otras partes del mundo?

    Matt soltó una exagerada carcajada con el claro propósito de molestar a la Honda. Y, por supuesto, tuvo el efecto deseado; el rostro de Mimi se puso colorado y le lanzó una mirada asesina a la otra joven.

    —Mucho mejor que eso, querida —dijo Mimi con frialdad—. Podríamos meterte en uno de esos aviones y enviarte de regreso al pueblucho de segunda del que provienes mucho más rápido, ¿no sería genial?

    —Mimi… —le advirtió su padre en un susurro, sin levantar la mirada de su plato.

    Effy hizo una mueca y le devolvió la mirada a la hija de Moura Honda. Chispas parecían estallar cada vez que sus ojos se cruzaban, y esta no era la excepción; era como un duelo a muerte entre ellas, y nunca ninguna de las dos estaba dispuesta a arrojar la toalla y rendirse.

    —Eso te haría feliz, ¿verdad, Mimi-san? —replicó la otra muchacha—. Aunque claro, no es muy difícil hacerte feliz… unos billetes y ya entregas tu alma, ¿no es cierto?

    —Al menos soy feliz… tú eres la infeliz que siempre tiene que estar molestando a otros para sentirse bien sobre ella misma —soltó Mimi mordazmente—. Pero no te pienses que no se que en realidad eres una niñita solitaria e insegura, una idiota, aunque claro, eso no es una sorpresa para nadie, no en realidad.

    >> Incluso he escuchado a las criadas cuchichear que gimes en sueños. “Oh, Elizabeth, no, no te vayas”… no se quién es esta Elizabeth, pero no me sorprende que se vaya, porque seamos honestos… ¿quién podría soportarte?

    El rostro de Effy se ensombreció ante aquellas palabras. Matt la miró expectante, esperando a oír la audaz réplica de la muchacha que afectaría gravemente a Mimi, lo cual siempre era motivo de risa para él aparentemente, pero se llevó una sorpresa cuando Effy se puso de pie de golpe, dejando sus cubiertos sobre el plato.

    —Gracias por la comida —dijo la joven solemnemente, haciendo una pequeña reverencia ante el padre de Mimi.

    Tras el acto de respeto, Effy abandonó el comedor a paso apresurado. Mimi vio a lo lejos como ella se echó a correr cuando creía que ya nadie la vería.

    —Honestamente, Mimi… eso fue bajo, incluso hasta para ti —comentó Matt, agarrando el plato que Effy había dejado y procediendo a comer lo que quedaba de arroz.

    —¿Eh?

    —Mimi-san, creía que estabas al tanto —intervino Delia, quien lucía un poco preocupada por la joven que acababa de marcharse—. Elizabeth Joy-san, la hermana de Effy-san, ella servía como médico en el ejército… y falleció en la reciente guerra.

    >> Es la razón por la que Alicia-san pidió que la cuidáramos aquí. Por lo menos hasta que pase la guerra…

    Mimi se quedó en silencio. Así que se trataba de su hermana, y ella… ¿acaso acababa de burlarse de la muerte de la hermana de Effy? ¡Pero si no había sido su intención! Ella no tenía idea de las circunstancias, así que no fue una burla, y además Effy jamás lo había dicho así que no tenía manera de saberlo, y… no, definitivamente no había sido su culpa…

    Maldición, ¿a quién engañaba? Matt, aunque odiara admitirlo, tenía razón, porque aunque no lo supiera en el momento, debió de ser un golpe bajo. Y las clásicas excusas que usaba para justificarse en su mente no iban a salvarla de esta.

    —Moura-sama —intervino una voz pausada; se trataba del mayordomo Watari, quien acababa de ingresar al comedor—. Una criada me acaba de informar que la señorita Effy salió a los jardines, a estas horas de la noche… ¿quiere que envíe a alguien a traerla de regreso?

    —No —se negó Moura—. Seguramente debe andar con muchas cosas en la cabeza, y necesita un tiempo a solas. Ya regresará a la casa cuando ella lo prefiera.

    —Como usted diga, Moura-sama.

    Watari y dos sirvientes más retiraron los platos de comida vacíos, excepto por el de Mimi, a quien aún le quedaba la mitad de la comida. Delia, Moura y Matt se levantaron de la mesa y se retiraron a sus respectivas habitaciones, cansados al llegar el final del día… pero Mimi se quedó allí, con la excusa de terminar su cena.

    Sin embargo, aunque lo intentara, no podía tragar ni un bocado. La carne le dejaba un gusto amargo en la garganta, pues su mente no dejaba de revivir las palabras que había pronunciado y que, aparentemente, habían tenido un efecto muy fuerte en la otra joven. Effy siempre le había parecido de piedra, a quien todo le resbalaba y no parecía afectarle lo que ella le dijera… jamás había considerado que esto no era así, y que ella podía genuinamente ofenderse por lo que le dijera, siempre esperaba que ella respondiera con otro insulto similar y las discusiones siguieran el curso natural que parecían tomar cuando a ellas dos se refería.

    Pero… ¿pero que podía hacer ella? No podía traer a su hermana de vuelta a la vida, por supuesto. No podía deshacer lo que ya había hecho, no podía retirar las frases que había dicho hace unos momentos… ¿qué podía hacer ella entonces?

    Disculparme… supongo que tendré que al menos disculparme” dijo la rubia para sus adentros. No sonaba como mucho, pero al menos era algo. Y si lo hacía, seguramente esta culpa y angustia que la atosigaban desde que Effy se había levantado de la mesa la dejarían en paz, ¿verdad?

    —¿Ya no come más, Mimi-sama? —preguntó Watari, dispuesto a levantar su plato de comida a medio terminar.

    —No… Watari, pasó ya como media hora, ¿ha regresado Effy a la casa? —interrogó Mimi fingiendo desinterés.

    —Tengo entendido que no, Mimi-sama —replicó el mayordomo—. Ella sigue en los jardines al parecer… y por si fuera poco, parece que está por largarse a llover.

    Mimi suspiró. Encima iba a llover, y ella tenía que… ¿es que acaso la desgracia jamás paraba de perseguirla? Aún así, se puso de pie con firmeza y decisión.

    —Watari, prepárame un paraguas —ordenó la Honda—. Iré a buscarla yo misma.

    —Enseguida, Mimi-sama —dijo Watari con una leve reverencia.


    oo00oo00oo00oo00oo00oo00

    [Abril del año 2020. Otogibanashi, Japón]


    Elisa se dio media vuelta, confundida, al descubrir que la nueva estudiante no la seguía. Tras intercambiar una mirada con Chad, caminaron de regreso por el pasillo; encontraron a Effy parada en mitad del corredor, mirando por la ventana hacia el exterior.

    —¿Effy? ¿Sucede algo? —preguntó Elisa, curiosa.

    —Oh, nada, simplemente estaba viendo… —musitó Effy, señalando por la ventana—. ¿Lo ven? Allí, en el cielo…

    —Ah, es sólo un avión —dijo Chad, llevándose las manos atrás de la nuca—. El aeropuerto de la ciudad está relativamente cerca de la escuela, así que lo más probable es que se vean muchos aviones en el cielo por aquí.

    —Fascinante, realmente, fascinante… —susurró la rubia por lo bajo, viendo como aquel aeroplano se perdía entre las nubes del cielo—. Perdonen, no quería ser una molestia, pero es que me llamó mucho la atención.

    —¡No es ninguna molestia, Effy! —negó la joven Daroch con alegría—. Ven, sigamos el recorrido, a continuación… ¡la biblioteca!

    Y el tour de Elisa continuó. La muchacha agarró a la más nueva incorporación a su clase de la muñeca y la guió apresuradamente hasta una gran puerta que imaginó era la entrada a la dichosa biblioteca.

    El lugar era, como imaginaba, una sala amplia y llena de estanterías repletas de libros. Había muy poca gente a decir verdad; vio unos tres estudiantes por ahí, dos jovencitas de segundo año y un muchacho alto de cabellos oscuros a quien Chad identificó como Hubert Mattsson, un joven callado y muy inteligente que iba a su curso y solía ir allí a leer en sus ratos libres.

    Effy sonrió cuando Elisa le presentó a Batista, el bibliotecario de la escuela. Se trataba de un hombre anciano y bastante gentil, quien le contó que en el pasado había sido un artista y que los cuadros que podía ver colgados por toda la biblioteca habían sido pintados por él en distintos momentos de su vida. El retrato de lo que parecía ser un hada color verde al cual Batista tituló “Celebi: el hada del tiempo” fue, sin lugar a duda, su cuadro favorito.

    Entusiasmada, Elisa la llevó a través de las diversas estanterías que había por ahí. La biblioteca consistía de una única sala circular que contenía varias estanterías y algunas mesas redondas donde los estudiantes podían sentarse a leer. Estaba también el escritorio del bibliotecario junto a la puerta, que contaba con una cómoda silla marrón y una computadora donde él anotaba cada libro que los estudiantes tomaran prestado de allí.

    —Mira, esta es mi sección favorita —dijo Elisa en cuanto llegaron casi al fondo del lugar—. Novelas románticas… creas o no, algunos de los mejores libros que jamás verás los encontrarás en esta categoría.

    —Yo soy más de la categoría ciencia ficción —comentó el joven Redflame, encogiéndose de hombros—. Aunque no negaré que lo de Elisa es verdad, debo decir que… se necesita más que un buen romance para hacer fluir una historia, al menos en mi opinión, ¿no crees?

    —Hmm… lo lamento, Elisa, pero estoy de acuerdo con Chad en esta —opinó Effy con una pequeña sonrisa—. La ciencia ficción me atrae más que el romance… pero ya sabes lo que dicen, el romance nunca muere, así que…

    —Bueno, pero al menos dale a esta novela una oportunidad —suplicó Elisa, sacando un libro del estante más cercano—. Orgullo y Prejuicio, de Jane Austen… es una de mis comedias románticas favoritas, verás que es fantástico.

    Effy sonrió, recibiendo encantada el libro en sus manos. Aceptó la propuesta con una sonrisa radiante.

    —Por supuesto, será un honor leer tu libro favorito, Eli-

    Entonces, el mundo entero pareció hacer silencio, y Effy dejó de hablar en el acto. Un sonido, claro y fuerte, se había oído en toda la escuela.

    El sonido del disparo de un arma.

    La puerta del aula se abrió súbitamente, rompiendo la calma, y por ella ingresó un joven bajito de cabello azul que vestía el uniforme del colegio. Su mirada estaba desencajada y temblaba; se lo notaba visiblemente aterrorizado.

    —U… un… ¡un loco! —exclamó el estudiante que acababa de llegar, cerrando la puerta de inmediato—. ¡Un estudiante de último año se ha vuelto loco y sacó un arma! ¡Y está disparando! ¡Un lunático sacó un arma y empezó a dispararle a todos en la clase 3-A!

    Los ojos de Elisa se abrieron grandes como platos. Imposible, esa clase… ¡esa era su clase! ¡¿Alguien había sacado un arma?! No podía ser, no, no… debía ser una broma, alguna clase de chiste… uno que no causaba nada de gracia, sin duda…

    Los demás no parecieron compartir la misma opinión de Elisa. Una de las dos chicas que estaban en la biblioteca dejó escapar un gritito de horror y agarró con fuerza la mano de su amiga. Hubert palideció, soltó el libro que tenía en las manos y se levantó de la silla donde había estado sentado. El bibliotecario Batista se acercó rápidamente al joven que acababa de llegar.

    —Tranquilo, tranquilo, hay que conservar la calma —dijo Batista de inmediato—. Vamos a encerrarlo afuera. Sólo hay una puerta aquí. Si nos encerramos, él no va a entrar. Ayúdame a mover el escritorio para bloquear la puerta.

    El estudiante de pelo azul asintió con vehemencia. Tanto él como Batista se acercaron al escritorio del bibliotecario y comenzaron a empujarlo para que bloqueara la puerta. No resultó tan pesado como parecía, y fueron capaces de colocarlo para trabar la entrada en cuestión de segundos.

    —¿Qué esperan? ¡Escóndanse! —le gritó el joven atemorizado a las dos chicas, que se habían quedado clavadas en su lugar, incapaces de moverse—. ¡Vamos, vayan!

    —Tú también, jovencito —le dijo Batista—. Ayúdalas. Escóndanse entre las estanterías, agachados… allí se refugiarán. Yo me quedaré aquí para que no se mueva el escritorio y bloquear la entrada, as-

    Un estruendo sacudió a la biblioteca. Alguien había golpeado la puerta, intentando abrirla, y ahora estaba haciendo fuerza para obligar a que se abriera la gran puerta color celeste. Batista se apoyó contra ella, decidido, mientras el chico de cabello azul se apresuraba a retirarse junto a las dos muchachas.

    —Debemos… debemos escondernos nosotros también —musitó Chad, luchando por mantener la calma. Elisa parecía presa del pánico, habiéndose quedado dura como una estatua en su sitio, y Effy no pronunciaba palabra alguna… dependía de él cuidar a su mejor amiga y a la nueva estudiante—. Vamos.

    Chad tomó la mano de ambas jóvenes y se apresuró hacia el fondo de la biblioteca. El libro que Effy sostenía se le cayó de la sorpresa, y “Orgullo y prejuicio” quedó tirado en el suelo.

    Hacia el fondo de la biblioteca había otra sección de mesas y sillas donde se podían sentar a leer… o en este caso, que sirviera como refugio. Chad le indicó a las chicas que se metieran debajo, y luego las siguió. Los tres hallaron refugio escondidos debajo de aquella mesa… sólo esperaban que eso sirviera para mantenerlos a salvo.

    —Maldito, no entrarás… ¡no entrarás a mi biblioteca! —rugió Batista, haciendo lo posible para evitarlo, apretando su propio cuerpo contra la puerta además del escritorio para bloquearlo—. ¡Argh!

    Se oyó otro disparo. Era fuerte y muy ruidoso… el olor a pólvora no tardó el llegar a las narices de todos los presentes.

    Batista jadeó, cayendo de cara al suelo. Se arrastró para intentar alejarse lo más posible de la situación… el disparo había sido a través de la puerta, así que no había sido fatal, pero sí fue suficiente para herirlo gravemente y moverlo de allí. Y el escritorio, aunque robusto, no era nada que una persona no pudiese correr por su cuenta.

    Se oyó un crujido. La puerta de la biblioteca había sido abierta.

    Un tercer disparo, directo a la cabeza, significó el fin del bibliotecario, quien se quedó quieto en el suelo, inmóvil, mientras un líquido lentamente teñía el suelo gris de un brillante color rojo.

    Desde aquel refugio, para Elisa y los otros dos le era imposible ver completamente al agresor. Su rostro quedaba oculto si observaban desde aquel ángulo, sólo podían ver que era un estudiante masculino, con el uniforme puesto y la camisa teñida de sangre. Cargaba un arma de fuego en sus manos con atemorizante facilidad.

    —¡Batista-san!

    Era una voz masculina… ante la sorpresa de ver una muerte en vivo y en directo, el joven de cabello azul fue incapaz de contenerse. Salió desde detrás de un estante y se lanzó al ataque, sus ojos anegados por lágrimas, su puño en alto, listo para impactar.

    El cuarto disparo fue un impacto directo en el joven. Era rápido, eso era cierto, pero no más rápido que un arma. Su cuerpo cayó al suelo, inerte y sin vida, y el asesino lo pateó a un lado, desinteresado.

    El silencio más terrorífico de la historia se adueñó de aquella biblioteca. No se oía ni el más mínimo sonido, nadie se atrevía siquiera a respirar. Y al cabo de unos segundos, que los presentes sentían podrían haber sido horas, se pudo detectar un ruido leve. Eran pasos… los pasos de aquel estudiante que se adentraba en la biblioteca.

    Una de las chicas jadeaba, llorando a más no poder, en la sección de novelas históricas… y ante aquellos pasos que se acercaban, se echó a la fuga. Corrió al saber que el asesino se venía hacia donde se encontraba escondida, intentando llegar a la puerta y huir, pero el agresor fue más veloz.

    El quinto disparo llegó, y el llanto de la chica cesó para siempre.

    Elisa no sabía cuanto tiempo pasó así, en aquel silencio de ultratumba, aguantando la respiración por miedo a que eso delatara su escondite. Era imposible saber cuanto pasó, pero eventualmente sucedió. Hubo un sexto disparo, y se oyó el sonido de un cuerpo desplomarse en el suelo.

    Los pasos alrededor de la biblioteca siguieron. Era una pesadilla… tenía que ser una pesadilla. Esto no podía ser real. En cualquier momento su padre la despertaría y le haría el desayuno que a ella le gustaba y llegaría a su hermoso colegio y todo seguiría igual de bien que siempre… eso, eso tenía que suceder… los pasos se acercaban más a donde se encontraban escondidos ellos tres… se despertaría, se despertaría ahora, en cualquier momento…

    —Elisa, lo siento —susurró una voz por lo bajo; ¡¿cómo se animaba Effy a hablar en un momento así?! —. Pero no puedo dejar que mueras.

    En ese momento, se volvió a verla, y Effy le devolvió la sonrisa más confiada que había visto jamás. Elisa la miró con horror al verla moverse, no, no podía ser, acaso…

    Antes de que Elisa o Chad pudieran reaccionar, Effy ya había salido de debajo de la mesa, escapando de su escondite. El lunático se encontraba unos metros alejado de ella, de espaldas, pero oyó los pasos claramente debido al silencio que reinaba en aquella sala.

    —¡Ey, tú! —gritó Effy, intentando provocarlo—. ¡Por aquí, idiota!

    El séptimo disparo se pudo oír con claridad, y entonces fue cuando Elisa no pudo contener más las lágrimas.



    Continuará…
     
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    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

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    ¡Mi corazón se detuvo en ese último párrafo, Nami! No. No. Effy. ¡Pero madre mía, que tensión! DD:
    ¡La última parte me tuvo pegada a la silla todo el tiempo, lo digo en serio! ¡No podía dejar de leer, pero al mismo tiempo me preocupaba que pasaría! Fue tan inesperado. OMG. Todo iba tan bien... ¡y de pronto están cayendo todos como moscas! DD: Suerte que Effy, genial como es siempre— incluso haciendo OoC— estaba ahí para salvar el día. De corazón espero que ella esté bien </3

    Toda la escena fue dinámica y estuvo muy bien narrada, lo cierto es que me agrada bastante el rumbo que está tomando la historia y como relacionas, de forma casi implícita ambos periodos temporales— aún me da mucha curiosidad como Effy saltó en el tiempo, no puedo dejar de compararla con Homura xD— Como con lo de los aviones en este caso, como Effy se maravillada por ellos, haciendo referencia a la conversación de esa fatídica noche de 1852. Se me hizo increíblemente tierna ahí, vaya que sí, aunque esta Effy futurista es muy tierna de por sí xD<3.

    Me pregunto si Effy sabe algo de ese lunático del arma o si simplemente estaba en el lugar equivocado en el peor momento. Si me pides opinión, para mí que no es obra de la casualidad. Pobre Elisa y Chad también... ellos son tan dulces, no se merecen nada de eso. Estaban tan tranquilos y felices y de pronto aparece este tipo de la nada para arruinarles el día y bam. No es justo xDD Debo decir que muy buenas esas pequeñas referencias al rol que haces, con el pintor Batista y su amor por la pintura y por Celebi <3

    Ahora sí, retrocediendo en el tiempo, de regreso con la familia Honda... sinceramente espero que Mimi pueda disculparse. Comprendo que Effy la moleste y que, impulsiva como es ella, rara vez piense lo que dice y suelte muchas tonterías— pues no deja de ser una niñita caprichosa e inmadura después de todo—, pero vaya que se pasó. Mimi siempre debe de sentirse superior a Effy de una u otra forma, pero bueno, hasta alguien tan orgulloso como ella sabe cuando es momento de agachar la cabeza y retractarse. De modo que espero que pueda disculparse, pues me tiene muy ansiosa que pasará en esa disculpa, aun si sé que Effy no la aceptará tan fácilmente.

    Brace yourself, drama is coming (?

    But I ship them so hard xDD

    Para finalizar diré que espero que Effy salga bien librada de esta :c
    Un acto tan heroico no puede acabar mal, ¿no? Ella puede saltar en el tiempo después de todo, ¿verdad? Effy no puede morir sin más. Sencillamente no puede. ¿Qué sentido tendría la historia entonces? Effy. AGHSGS. ESPERO DE TODO CORAZÓN QUE ELLA ESTÉ BIEN <//3

    [​IMG]

    Nada más que decir. Eres muy buena y te odio y te amo todo a la vez y vas a matarme con esta historia pero aún así te adoro xDD
    ¿Cómo haces para tener ideas tan geniales? Dame un poco de eso ;-;

    Ja ne <3
     
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    Hey Miguel

    Hey Miguel Sobrevivió al Arceus Emo

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    ¡Namiiii! Dios, sos una genia, grosa, ídola. Me re enganché con la historia, es de esas que no puedes ni quieres pausar la lectura xD Primeramente voy a decir que tenés una forma de narrar muy fluida y fresca, uno se lee todo de corrido sin pasar nada por alto porque haces un muy buen trabajo explicándolo todo. Los lugares, las acciones y gestos, la atmósfera de las escenas, controlas todo a tu antojo y haces que el lector entienda tu visión sin problemas. Errores de ortografía apenas he encontrado y a duras penas, pues uno se mete tanto en la narración que los pasa por alto.

    En cuanto a la trama... ay, Nami, ¿qué te puedo decir? (?) Noir ya ha dicho todo lo que yo hubiera puesto aquí, pero eso no hace más que probar que no es la única que cree que es una maravilla. Igualmente las volveré a recalcar... La historia que más intriga me genera y me hace crear miles de teorías en la cabeza, es obviamente la del salto temporal. Joder, Nami, es que no podías hacer sólo una simple historia ambientada en el siglo XIX, tenías que meterle ciencia ficción... gawd, I love you. Hay demasiadas cosas geniales respecto a esto, las relaciones y similitudes entre los periodos temporales, cosas que en mi cabeza son 1 de 2: Simples referencias a lo que pasó en la historia paralela o cosas que están ahí al propósito. Yo me decanto por la última opción. ¡Las teorías! ¡AHHH, LAS TEORÍAS, NAMI! En mi cabeza hay varias ideas que fueron surgiendo a medida que avanzaba en la historia sobre la aparición de Effy en el futuro:

    1. Es la Effy de 1852 que por algún motivo viajó al futuro y perdió sus recuerdos, resultando esto en la pérdida de su personalidad. Esto implicaría que el estudiante con el arma fue un hecho aislado y desafortunado, como bien dijo Noir: "Estaba en el lugar equivocado en el peor momento".
    2. Misma Effy del pasado, viaja al futuro para intervenir en el tiroteo del colegio adrede. ¿La razón? Se me ocurrió que ocurre algo relacionado con Mimi en el pasado, algo que hace cambiar a Effy y convertirse en la Effy OoC, este suceso de alguna manera está relacionado con el futuro... pero no sé cómo conectarlo. Esta teoría apenas tiene fundamentos porque deja muchos cabos sueltos.
    3. Es una Effy de un universo alternativo, no es la misma que la de 1852, pero aún así tiene alguna conexión con ésta, lo que explicaría por ejemplo lo de los aviones. Como si tuviese recuerdos o sentimientos de su "otra yo". Esto haría la historia mucho más simple, y la verdad no creo que planees algo simple (?) Estoy más que convencido de que no metiste la conversación de Chad, Elisa y Effy sobre libros de ciencia ficción y romance sin tener una buena razón xD Es como que indirectamente estás aplicando en tu fic lo que dijo Chad: "Aunque no negaré que lo de Elisa es verdad, debo decir que… se necesita más que un buen romance para hacer fluir una historia, al menos en mi opinión, ¿no crees?". Es una clara referencia implícita a tu historia xD Además de que es "fantasía" según tú, so (?)
    4. Que en 1852 hay versiones de Chad y Elisa, quienes de alguna manera se relacionan con Effy y/o Mimi más adelante en la trama, desempeñando papeles importantes e introduciendo a la historia el concepto de viajes en el tiempo o (como sospecho en la teoría de abajo) mundos alternos. Pienso que puede ser magia, quizás porque se me quedó lo de Noir de Elisa siendo una bruja, idk (?)
    5. Aunque sí hay viajes en el tiempo en la historia, éstos no ocurren dentro de una misma linea temporal y que, por lo tanto, cuando Effy viaja al futuro, no es el futuro de su mundo, sino otro.

    GAD, tengo demasiadas cosas en la cabeza, pero tengo el pensamiento de que en el próximo capítulo tendré respuestas para armar más teorías, dar peso a otras o descartarlas. Me encanta que tenga ese elemento de cosas wtf que te hacen pensar xDDDD

    Disculpame por pasarme a comentar recién xD Es que cuando me etiquetaste leí el prólogo estando fuera y planeaba comentarte al volver a casa, pero cuando regresé, se me olvidó. Y ayer me paso por tu perfil y veo que salió el segundo capítulo ya, resulta que tampoco me suscribí para recibir notificaciones :( Pero no más, suscribidísimo y esperando ansiosamente el tercer capítulo, en el que dijiste que se explicara un poco la razón del OoC de Effy.

    ¡Nami, continuá esta historia, te lo pido por favor!
     
    Última edición: 18 Noviembre 2016
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    Factummale

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    Como me tope con otro capítulo antes de este comentario me molestare contigo, ok no (?)

    Estoy sorprendida, no vi venir esos saltos en el tiempo, de verdad he quedado impactada, pero como todo he armado mis teorías locas. Aunque solo vale la pena mencionar una ahora.

    Effy si ha viajado en el tiempo, generando así su actitud Ooc al encontrarse en un "mundo" nuevo lleno de cosas que probablemente no comprende. Este viaje en el tiempo género los acontecimientos del estudiante que estaba todo loco, siendo esta la paradoja consecuencia del viaje. Ahora, como es que Eli sustenta su teoría, básicamente en la actitud de Elisa, siendo ella la representante habría sido normal ver ciertas actitudes en alguno de sus compañeros, porque es su trabajo resguardar el bienestar común, se que es un poco loco, pero tiene sentido.


    Ahora si, vuelvo a la historia, esto es muy triste, pero me gustó leer a la Effy que siempre está en pro las personas, lástima decidiste que era tiempo de un disparo...

    (Lastimosamente el gif que quería poner es muy grande... Así que)

    Como siempre no está de más decirte lo mucho que amo tu capacidad escritora, de verdad me encanta la manera que tienes de escribir y espero más que ansiosa el próximo capítulo, el cual siento será pronto e.e

    Eli.
     
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    Nami Roronoa

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    Crónicas de sangre [Effy x Mimi]
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    Fantasía
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    Bueno, planeaba actualizar mi otro fic antes, pero de alguna forma terminé con este capitulo antes, porque era más corto XD Así que, bueno, aquí tienen… ¡tercer capitulo listo!

    Thank you @Hey Miguel @Noir y @EliLover por sus adorables comentarios <33 No se que hará esto para sus teorías, pero espero les guste el nuevo capitulo :3




    Capitulo 3: Luz y Oscuridad


    [Julio del año 1852. Mansión Honda, Japón]


    Delgadas gotas de lluvia comenzaban a caer sobre la mansión mientras la joven Honda se disponía a abrir el paraguas que su mayordomo le había conseguido y a adentrarse en los jardines traseros de la imponente casa de su padre.

    Los zapatos de la chica se encontraron con pequeños charcos de agua y fango, e hizo una nota mental de pasarle factura de ello a la otra chica más tarde. Pero ese pensamiento de inmediato pasó a segundo plato; tenía que encontrarla primero.

    El jardín era verdaderamente extenso, y le llevó a Mimi un buen rato de andar por allí bajo la lluvia, protegida por su fiel paraguas rosado, hasta que logró detectar una sombra a lo lejos que se asemejaba a la forma de una persona. Tras una cautelosa y silenciosa aproximación, descubrió que en efecto se trataba de la persona que andaba buscando, y sin pensarlo dos veces se acercó.

    —Sí que eres un dolor de cabeza… debo llevar media hora buscándote —soltó Mimi, sin poder contenerse, mientras caminaba hacia ella.

    Effy le daba la espalda. Se encontraba de rodillas en el suelo ante ella y con la cabeza en alto, mirando hacia el cielo tormentoso. No había ningún tipo de resguardo que la protegiera de la tormenta, por lo que su cuerpo y ropa se encontraban completamente mojados. Mimi no podía distinguir si las finas gotas que se deslizaban por su rostro ensombrecido eran lágrimas o lluvia.

    —Mimi… —musitó Effy despacio, como si no pudiese creer que fuese ese el nombre que se encontraba pronunciando—. ¿Qué haces aquí?

    —¿Cómo que qué hago aquí? —replicó la otra joven—. Vine a buscarte antes de que te enfermes aquí abajo de la lluvia, por supuesto.

    Tras esa pequeña declaración, ninguna de las dos habló, manteniéndose en un incómodo silencio durante el cual lo único que se oía era el sonido de las gotas de lluvia que descendían del cielo y caían a su alrededor. Se escuchaba con claridad como impactaban contra el césped, contra el paraguas, contra el cuerpo de Effy… y finalmente, Mimi decidió que debía ser ella quien continuara con la conversación.

    —No… no es como si estuviese preocupada por ti ni nada por el estilo —negó inmediatamente la Honda, intentando contener el pequeño sonrojo que se asomaba en su rostro—. Sólo… sólo creí que era lo más decente, claro, lo haría por cualquiera, incluso por… incluso por ti, así que no te hagas ideas raras, ¿de acuerdo?

    Effy continuó sin emitir palabra o sonido alguno, y Mimi se dio cuenta entonces de lo irritante que era eso. Que le respondiera con silencio en lugar de con algún comentario sarcástico típico suyo… eso no hacía más que agravar el peso que sentía ella. El peso de saber cuanto la habían herido sus estúpidas palabras.

    —Pero… también quería disculparme —continuó hablando la rubia—. Yo… yo he hablado sin saber de las circunstancias y eso fue… eso estuvo… estuvo muy mal de mi parte, de acuerdo. No soy tan idiota como para no reconocer cuando estuve mal, y en esta ocasión así fue…

    >> Así que, aquí estoy, pidiéndote perdón, Effy… ahí está, lo he dicho. ¡Y más te vale que lo aceptes porque no voy a repetirlo dos veces!

    Maldición, ¡¿qué clase de disculpa era esa?! Había comenzado con toda la intención de no decir más que palabras de sincero perdón e intentar reconfortar a la otra chica, pero se trataba de Effy, y alrededor de ella era completamente incapaz de controlarse por alguna razón.

    Effy le hacía perder la cabeza, destrozaba toda serenidad que Mimi fuese capaz de lograr, y tenía la capacidad de ponerla increíblemente nerviosa con tan sólo unas pocas palabras. Sin embargo, Mimi había sido sincera con sus palabras, y a su manera, se intentaba disculpar… eso tenía que contar para algo, ¿verdad?

    —Yo… yo también he perdido gente, ¿sabes? —dijo Mimi súbitamente—. Perdí a mi madre cuando aún era joven… seguramente lo sabes, ya que tu madre casualmente fue la doctora encargada del cuidado de mi madre durante sus últimos momentos…

    >> Perder a mi mamá fue un golpe muy duro para mi, aún al día de hoy… aún hoy la extraño muchísimo. Y sé que si alguien se burlara del hecho de que la perdí… sería imperdonable. Así que no creo poder esperar que me perdones, pero de todos modos… pero de todos modos, perdón, Effy.

    ¡¿Qué rayos era eso?! Mimi insultó mentalmente a su gran bocota que se mandaba a vomitar pensamientos que nunca jamás pensó que diría en voz alta… ¡nunca había sido su plan hablar de la muerte de Anna! Lo que había sufrido tras la muerte de su madre, Mimi no lo había hablado con nadie… ¡¿por qué estaba hablando de ello con Effy, de entre todas las personas?!

    La muchacha de corto cabello rubio se puso de pie lentamente, aún dándole la espalda a la Honda. Por un momento creyó, por alguna razón, que se echaría a reír de sus palabras, que le diría que era una imbécil si realmente creía que la perdonaría tras lo que le había dicho durante la cena, y que seguía siendo una niñita mimada que nada podía comprender de su sufrimiento.

    Pero contra todo pronóstico… cuando se dio vuelta, Effy se encontraba sonriendo. Pero no era la sonrisa de burla que solía emplear para sacarla de quicio, sino que se trataba de una sonrisa sincera, honesta, gentil… desde que la conocía, jamás la había visto sonreír así, y se dijo que era una lástima… porque ahora podía ver que tenía una hermosa sonrisa.

    —Vaya, ¿quién lo iba a imaginar? —dijo Effy, sonriente—. El frío corazón de Mimi Honda no es tan frío después de todo.

    El rostro de Mimi se ruborizó en el acto. Pero… ¿quién se creía que era? ¿Cómo… cómo osaba hablarle así? Y… ¿cómo podía tener ese efecto en ella? Porque en cuanto dijo eso, Mimi se ruborizó y fue incapaz de hacer otra cosa que mirar en otra dirección, esquivando su mirada.

    —Por… ¡por supuesto, baka! —exclamó la Honda—. ¿Realmente pensabas que no tengo sentimientos? ¡Ni siquiera yo soy tan fría que te dejaría morirte de frío abajo de esta lluvia infernal!

    —Claro, claro… estoy segura de que lo harías por cualquiera, ¿no? —bromeó la otra joven.

    —¡Ten por seguro que sí! No… no es como si fueses un caso especial o algo así, ¿entendiste?

    —Bueno, entonces será mejor que regresemos a la mansión cuanto antes, porque la tormenta parece que sólo va a empeorar… oh y, ¿Mimi?

    —¿Sí?

    —Considera tu disculpa aceptada —le aseguró Effy. Mimi no dijo nada, pero no pudo evitar sonreír ante aquellas palabras.

    El sonido de pisadas a espaldas de las dos jóvenes llamó su atención. Mimi se volvió a ver de qué se trataba, y se encontró cara a cara con un revólver.


    oo00oo00oo00oo00oo00oo00

    [Abril del año 2020. Otogibanashi, Japón]


    El cuerpo de Effy se desplomó en el suelo, y Elisa no pudo contener más sus lágrimas. Ella, acababa de conocerla y ella era… era tan amable, tan gentil, tan buena… ella no merecía…

    Sintió como una mano se presionaba contra su boca. En un intento de silenciarla y que su posición no fuese revelado, Chad había colocado su mano derecha sobre la boca de Elisa, intentando que hiciera el menor ruido posible. Se volteó a verlo; el joven tenía los ojos vidriosos y lucía tan asustado como ella pero… pero intentaba mantenerse fuerte… debía ser fuerte, quería proteger a su mejor amiga a toda costa…

    El asesino apartó el cadáver del camino. Sus pisadas eran lentas, muy lentas… cada paso que daba, el corazón de Elisa se aceleraba más y más. ¿Sería este su fin? ¿Hasta aquí iba a llegar su vida? Nunca… nunca podría graduarse, ni encontrar su trabajo ideal, ni casarse y formar la familia que siempre soñó tendría…

    La mesa redonda bajo la cual se encontraban escondidos fue levantada violentamente y arrojada a un lado. Chad la abrazó con fuerza; habían sido descubiertos.

    —¿Í… Ípsilon? —gimoteó Elisa, librándose de la mano silenciadora de su amigo.

    Ante ellos se hallaba Ípsilon, un muchacho enclenque y delgaducho, bastante alto, que iba a su misma clase. Lo conocía desde hace dos años, entonces por qué… ¿por qué ahora la apuntaba con aquella pistola?

    —N… no, por favor… —suplicó Chad—. Déjala… deja en paz a Elisa… haz lo que quieras conmigo, pero Elisa… deja que Elisa se vaya, por favor.

    Ípsilon lo miró fijo. Su mirada era sombría, oscura… era prácticamente irreconocible. No parecía ser el mismo joven con el que había asistido a clases durante años… alguien parecía haber tomado al inseguro y calculador joven que conocía y lo convirtió en aquel… aquel asesino que se alzaba imponente y malvado frente a ellos.

    —No —sentenció él con frialdad, alzando el arma.

    —Ey, idiota… ¿eso es todo lo que tienes?

    Los ojos fríos de Ípsilon se abrieron grandes en el acto, producto de la sorpresa. Se volteó lentamente, y vio… vio como el cadáver que acababa de apartar a un lado se ponía de pie frente a sus propios ojos, con una sonrisa desafiante.

    —Vas a necesitar mucho más que eso para derrotarme a mí —soltó Effy; su expresión parecía invitar a Ípsilon a que intentara atacarla de nuevo, pero se notaba que estaba furiosa.

    —Creí que había sido un disparo directo —musitó Ípsilon, perplejo—. Esta vez no fallaré.

    Pero apenas alzó el arma para intentar apuntar, Effy ya se encontraba delante de él.

    Con una velocidad sobrehumana, la rubia se colocó a unos pocos centímetros del asesino en menos de un segundo. Ípsilon fue incapaz de mirar hacia otro lado que a sus profundos ojos azules, y en cuanto lo hizo quedó a su merced; Ípsilon se dio cuenta de que no podía apartar la mirada aunque quisiera, estaba cautivado por aquellos ojos.

    —Baja el arma —ordenó Effy, notando como esta se encontraba aún apuntándola.

    Sonaba como una oración algo estúpida, pues era evidente que Ípsilon jamás soltaría el único método que tenía para asesinar a la estudiante que se encontraba ante ella. Y sin embargo, eso fue exactamente lo que hizo; como si estuviese hipnotizado por la joven, el muchacho lentamente bajo el arma de fuego.

    —Ahora, levántala y apunta a tu cabeza.

    Ípsilon hizo exactamente lo que Effy le ordenaba. Era como si tuviese un control sobrenatural sobre él… era completamente incapaz de llevar la contraria a las órdenes que ella le daba, así como era incapaz de dejar de mirar sus hermosos ojos azules. La punta del arma ahora se encontraba directamente contra la cabeza de Ípsilon, unos centímetros más arriba de su oreja.

    —Dispara.

    Elisa oyó el octavo disparo en aquel momento, y vio como el cuerpo sin vida de Ípsilon se desplomaba en el suelo de la biblioteca.

    —Me… mentira… no puede ser…

    Effy se volvió hacia ellos dos. Su rostro no presentaba la calidez o amabilidad que les había mostrado por la mañana cuando la habían conocido. Lucía verdaderamente intimidante… Elisa inmediatamente supo, en aquel momento, que ella era alguien que podía inspirar mucho más miedo que Ípsilon.

    —Ah, ah, me ha manchado toda —dijo repentinamente Effy, observando su uniforme; tenía una mancha de sangre roja en el pecho, donde le había dado el disparo de Ípsilon—. Lamento que haya sido así, Elisa… me hubiese gustado tener más tiempo de conocerte manteniendo mi actuación de niña tímida pero… eso no va a funcionar ahora, ¿verdad?

    —¿Cómo… niña tímida… actuación… —repitió Elisa, sin poder comprender nada de lo que decía.

    —Tú… ¿quién demonios eres? —soltó Chad, incapaz de contenerse—. O, mejor dicho… ¿qué demonios eres?

    —Haciendo las preguntas correctas… eres inteligente, Chad Redflame —admitió la rubia—. Pero esto ha sido todo un imprevisto, quien iba a saber que un estudiante iba a intentar matarlos… y no puedo dejar que Elisa muera, claro que no, de modo que tuve que revelar mi verdadera naturaleza antes de tiempo…

    —¿Tu verdadera naturaleza? —murmuró el muchacho de cabello castaño—. Eres...

    De repente, Effy se volteó. Un sonido la había alertado. A la distancia, no muy lejos, alguien acababa de tropezarse con un libro.

    Haciendo uso de aquella increíble velocidad una vez más, Effy fue a ver que sucedía. En un abrir y cerrar de ojos, ya había regresado; no podía haber tardado más de tres segundos. Sin embargo, al regresar, no lo hacía sola.

    —Vaya, al parecer hay otro sobreviviente más a esta tragedia —musitó Effy; tenía agarrado del cuello a alguien, al parecer con sorprendente fuerza, pues lo alzaba a unos centímetros del suelo, y él intentaba zafarse con todas sus fuerzas pero su esfuerzo era inútil—. ¿Cómo era tu nombre? ¿Hubert, si mal no recuerdo?

    —Dé… déjame…

    —Effy, por favor… basta… —sollozó Elisa.

    Sin mas, Effy soltó al muchacho, y éste cayó al suelo. Hubert se tomó el cuello, por donde lo había agarrado la joven; sus manos se habían sentido tan duras como el acero, cerrando su garganta e impidiéndole respirar.

    —¿Qué… qué es lo que quieres? —soltó Chad, intentando que el temor no se asomara en su voz.

    —¿Qué no es obvio? Te necesito a ti, Elisa… —dijo Effy con sencillez, como si fuese lo más obvio del mundo—. Necesito… que te conviertas en una bruja, Elisa.



    Continuará…
     
    Última edición: 20 Noviembre 2016
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    Yugen

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    OH, PERO... PERO... PERO... OH.
    Realmente no sé por dónde empezar a comentar, no vi venir que Effy estuviese fingiendo ser tierna y adorable, es muy buena actriz o yo soy muy boba (? xD Pero aún así, con ese carácter medio maloso no puedo dejar de amarla. Su seguridad, su firmeza y... vamos, es sexy xD Es decir, ¿se puede ser más perfecta?<33 No tengo idea de lo que sea esta Effy sin alma que revive de entre los muertos, que posee una fuerza y una velocidad sobrehumana o que puede controlar a otros a su antojo, pero yo la amo igual xD

    Pero me tiene bastante intrigada, todo sea dicho. No me lo esperé, no lo vi venir de ninguna manera y ando bastante intrigada por saber qué esta Effy exactamente y que pretende queriendo que Elisa sea una bruja. ¿Eres la nueva Kyubey, Effy? ¿Qué es lo que quieres realmente? A diferencia de Miguel yo no puedo hacerme teorías, pues la verdad que no tengo idea de nada. Sí hay algunos detalles que me recuerdan ligeramente a PMMM y, como sé que andas viendo el anime, me pregunto si irá por ahí la cosa. Si Effy será así porque no tiene alma o algo similar y es una bruja (? xD Pero por supuesto, no lo sé realmente. Aunque la idea me tienda demasiado.

    En cuanto a la disculpa de Mimi... aww, pero please. You little tsundere roll, fue tan tierna. Me hizo fangirlear mucho, pude imaginarlo perfectamente. Se me hace tan lindo imaginarme a Mimi con su paragüas, buscando a Effy por el jardín xD En el fondo se preocupa por ella, aún si su orgullo le impide reconocerlo ni siquiera ante sí misma. Debo de hacer un breve inciso en esta línea: ''pero se trataba de Effy, y alrededor de ella era completamente incapaz de controlarse por alguna razón. Effy le hacía perder la cabeza, destrozaba toda serenidad que Mimi fuese capaz de lograr, y tenía la capacidad de ponerla increíblemente nerviosa con tan sólo unas pocas palabras''.

    Eso es exactamente lo que le pasa a Mimi con Effy, aquí y en el rol. Es tan complicado tratar con ella sin ponerse a la defensiva siempre. Ella sabe que es bastante tonto de todos modos pero no puede evitarlo. En casi automático. Espero que con el tiempo logre comprender que Effy no va a atacarla siempre (?

    Regresando al relato, el final de esa reconciliación. Antes temía por Effy, ahora temo por Mimi. Un revólver. Ok, ok. Todo estará bien. No creo que esa pistola haya sido cosa de Effy, ¿verdad? No puede ser. AAAH, QUE TENSIÓN. SUFRO. ME HACES SUFRIR.

    AYYY NAMI, se me hizo tan cortito xDD
    No sé si es porque realmente es un capítulo corto o porque yo lo sentí así, pero me pasa siempre.
    Muy buen trabajo como siempre, voy a sufrir mucho cuando empieces los examenes y ya no tengas tiempo para actualizar tan seguido xD

    Ja ne <3.
     
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  13.  
    Hey Miguel

    Hey Miguel Sobrevivió al Arceus Emo

    Aries
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    Okay, okay, okay. Todo bien en la parte de Mimi y Effy, todo normal hasta el final... ¡¿Otro tipo con un arma?! Estoy contemplando dos posibilidades en mi mente ahora: O el antagonista es un viajero en el tiempo o hay un ente que se apodera del cuerpo de las personas y puede viajar en el tiempo de igual modo. Jodeeer, ahora resulta que Effy puede volver de la muerte o tiene invulnerabilidad, además de súper fuerza, velocidad y... ¿el poder de controlar a la gente con sus ojos?. Esto se está complicando. Ahora se confirma, en parte, la teoría en la que Elisa es una bruja. Pienso que el antagonista ha matado a la Elisa del pasado, por lo que Effy recurre a la del futuro (que puede ser su descendiente o una Elisa de otra realidad). Quizás este antagonista mata a Mimi o le hace algo más adelante en la historia, por lo que Effy recurre a la bruja Elisa, siendo ésta asesinada luego por el antagonista y dejando a Effy sin más opción que buscar a otra Elisa.

    ¿Qué más? Me encanta cómo has retratado la relación de Chad y Elisa, son demasiado lindos juntos, really xD Me pareció muy tierno cuando, siendo descubiertos por Ípsilon debajo de la mesa, Chad abraza a Elisa. Su actitud protectora para con ella, incluso en el capítulo anterior cuando las chicas se quedaron en shock y él tuvo que llevarlas a esconderse. Realmente espero más momentos Chadisa (?)

    Se me hizo corto el capítulo, idkw ;_; espero que el siguiente salga pronto, ¡la historia no hace más que ponerse cada vez más interesante!
     
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    Factummale

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    Bueno, solo hay una cosa por hacer *le prende fuego a sus teorías*

    Dios... Simplemente Dios, creo que en un momento de la historia se derritió mi cerebro, así mal (?)

    La parte de Mimi y Effy fue simplemente hermosa, yo de verdad las adoro, fue tan lindo, una disculpa digna de una tsundere al nivel de Mimi, mis felicitaciones al Chef que cocinó esta escena (?) es que de verdad creo mi corazón se derritió, sólo imaginé en algún momento Mimi le daría el paraguas, pero bueno, de igual manera te llevas mi aplauso.

    Ahora, lo que todos queremos mencionar...

    Otra arma, la duda se graba latente ¿a quién busca esta nueva pistola?, si es a Mimi puede ser por dinero, si es a Effy ¿venganza?, ¿prevenir algún suceso futuro?, ¿la verdadera razón por la cual mandaron lejos a Effy fue para que así ella pudiese viajar en el tiempo y evitar algo?, pero como bien aprendí, el efecto mariposa nos mata a todos, sigo creyendo que la aparición de Ípsilon fue una paradoja.

    Ahora si, sobre el cambio de tiempo, creo que te amo un poco más, sólo un poco.

    Me ha gustado mucho como Chad protege a Elisa, simplemente adorable, me lo imagino y mi corazón derretido se rompe.

    Tranquila Elisa de historia, la Elisa real quedó igual al leer lo de la actuación, de tal palo talcaguano (?), sinceramente fue algo que no vi venir para nada, sigo medio procesando la información.

    Y con ese final, Dios, estoy segura que si escuchas con atención aún queda el eco de mi cerebro explotando, ¿qué Elisa sea una bruja?, no se que tienes en mente, Nami, pero conociéndote será algo sorprendente que es tan obvio que nadie lo vio venir y por eso será simplemnet espectacular (?)

    Sigue así, espero el siguiente capítulo más anciosa que antes.

    Elías.
    P.D: Aún no le actualices a la otra historia, estoy puliendo el comentario (?)

    Eli.
     
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    Nami Roronoa

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    En realidad este capitulo lo tenía prácticamente acabado, lo admito, pero… no podía decidirme con el título del capitulo XDD Y aún no me convence, pero que va… ya fue, espero igual les guste XD

    @Noir @Hey Miguel y @EliLover thank you again por sus bellísimos comentarios, no sabes lo feliz que me hace leer sus palabras… y sus teorías XD Hope you like this <3




    Capitulo 4: No más sangre


    [Abril del año 2020. Otogibanashi, Japón]


    Bruja… eso era lo que acababa de oír, ¿verdad?

    —Estás loca —sentenció Chad—. Loca, aún más loca que Ípsilon… ¡no existe tal cosa como las brujas!

    Brujas, nuevamente… así que no había sido imaginación suya, realmente era eso lo que Effy acababa de decir…

    —¿Eres idiota? —preguntó Effy, examinándolo con cautela—. Lamento haberte llamado inteligente antes, Chad… creí que ya te habrías dado cuenta de esto a esta altura.

    —¿De qué?

    —De que las brujas existen —replicó la rubia con una sonrisa de lado—. Lo sobrenatural… no es ninguna fantasía, y que esto no es una película de ciencia ficción.

    >> Yo no soy humana, y te aseguro, soy muy real… ¿aún quieres discutir que las brujas no existen?

    Bruja, bruja, bruja… allí iba otra vez. Y sin embargo, por más fantástico e irreal que sonara… ¿por qué Elisa sentía que todo su cuerpo se estremecía cada vez que Effy pronunciaba esa palabra?

    —Una bruja… ¿para qué… necesitas una bruja? —musitó Elisa con un hilo de voz.

    —Eso no es importante ahora mismo —declaró Effy con simpleza—. Pero, ten por seguro que no tengo planeado usar tus poderes para el mal, ni para causar desgracia a persona alguna…

    —¿Eh? —fue lo único que pudo decir Elisa en respuesta.

    ¿Qué no quería causar mal o desgracias? Esa aclaración… claro que su mente había divagado en aquella dirección de inmediato, no era de extrañar, considerando la situación en la que se encontraban exactamente ahora… pero que dijera eso… ¿sería cierto, o tan sólo una mentira, como lo había sido su actuación de niña tímida hasta ahora?

    —¿Crees realmente que podemos creerte, después de todo esto? —le recriminó Chad, furioso—. ¡Has hecho que Ípsilon se disparara en la cabeza!

    —Eso fue defensa propia —argumentó la muchacha de rubia cabellera—. Si no lo hubiera hecho, entonces él habría matado a Elisa, y no podía dejar que eso pasara.

    —Pero lo has hecho como si no fuera nada… como si fuese lo más simple del mundo… ¿es que acaso no te importó que una persona muriera?

    —Correcto.

    Ante aquella afirmación, Chad se vio cegado por la ira e intentó lanzarse hacia Effy, alzando un puño y listo para golpear su rostro, blanco y fino como la porcelana. Sin embargo, antes de que llegara a impactar, alguien lo tomó del brazo en un intento por detenerlo, y ante la sorpresa Chad detuvo su acción.

    Hubert finalmente se había puesto de pie, y había detenido al otro chico en el momento justo. Tras haberse recuperado de la experiencia cercana a la muerte, el joven amante de los libros se había reincorporado y ahora se interponía entre Chad y Effy, cosa que tomó a esta última por sorpresa.

    —Chad, detente, por favor —solicitó Hubert, habiendo recuperado el hilo de su voz. Se volvió hacia la otra joven—. Si comprendo bien, tu objetivo es que Elisa se vuelva una bruja, ¿verdad? Entonces… si nos dejas vivir, podemos trabajar todos juntos para asegurar que Elisa se convierta en una bruja… ¿estás de acuerdo, Effy Joy?

    Effy lo examinó de arriba abajo. Era delgado y parecía un ratón de biblioteca, pero… tal vez, sólo tal vez, no debería subestimar a este humano. Hizo una mueca ante sus palabras, y se cruzó de brazos.

    —De acuerdo, es un trato —aceptó ella, asintiendo con la cabeza—. Dejaré que Hubert Mattsson y Chad Redflame sigan con vida, y a cambio trabajaremos juntos para que Elisa despierte sus poderes de bruja. Aunque hay una condición.

    >> Tienen prohibido contarle a alguien más acerca de mi verdadera naturaleza. Si le cuentan a alguien sobre mi… se rompe el trato y me encargaré personalmente de asesinarlos a los dos. ¿Entendido?

    —Effy… —habló finalmente Elisa; su voz aún sonaba quebrada, pero dio un paso hacia el frente, firme—. Dices que no es el mal lo que quieres hacer… ni causar desgracias a otras personas… entonces, ¿para qué… para qué necesitas a una bruja?

    Effy la miró por unos segundos en silencio, como meditando si debía responder aquella interrogante. Finalmente, le devolvió una sonrisa misteriosa.

    —Es un secreto —dijo crípticamente la rubia—. Pero, si de verdad te interesa saberlo…

    >> Te lo contaré el día que despiertes tus poderes.


    oo00oo00oo00oo00oo00oo00

    [Julio del año 1852. ???, ???]


    No sabía exactamente en qué momento, pero había perdido el conocimiento. Lo último que recordaba era estar en el jardín en compañía de Effy, habiendo logrado finalmente hallarla para poder disculparse… recordaba la lluvia que caía sobre ellas, recordaba su rostro mojado que se giraba hacia ella con una sonrisa que por primera vez no parecía burlarse de ella, recordaba el sonido de aquellas pisadas, recordaba…

    Mimi se forzó de repente a abrir los ojos. Ante ella se encontraba Effy, atada de pies y manos, a tan sólo unos pocos metros de distancia de ella. Intentó mover sus manos para ayudarla… y descubrió que las suyas también se encontraban amarradas por una soga, al igual que sus pies.

    Miró desesperadamente en todas direcciones. No reconocía la habitación donde se encontraba; era una recámara gris y siniestra, iluminada por una única antorcha que se hallaba colgada junto a una enorme puerta de hierro, aparentemente la única salida de aquel lugar. Las paredes se encontraban rasgadas y mohosas, dándole la sensación que, donde sea que estuviese, no era exactamente un lugar bonito.

    —Oh, ¿has despertado? Ya iba siendo hora…

    La voz que habló era fría y arrastraba las palabras, como si se estuviese burlando de ella y de la situación en la que se encontraba. Intentó volverse a ver el origen de aquella voz, pero no podía girar mucho la cabeza debido a la posición en la que se encontraba atada.

    El dueño de aquella voz giró alrededor de ella, y pudo verlo apropiadamente cuando estuvieron frente a frente. Era un hombre alto, vestido con un traje marrón que no parecía ser barato. Su rostro se encontraba oculto detrás de una máscara de tigre, similar a las que usaban los niños durante los festivales tradicionales.

    Entonces fue cuando se dio cuenta que había dos sujetos más en la habitación. Uno era gordo, de estatura por debajo de la promedio (debía de ser de la misma altura que ella) y llevaba puesta una máscara de rinoceronte, mientras que el otro tenía un cuerpo más atlético y su rostro era oculto por una máscara con la forma del rostro de un conejo. El de la máscara de rinoceronte se encontraba ajustando la soga alrededor de las manos de Effy.

    —Listo, con esto bastará —dijo el rinoceronte, poniéndose de pie—. Aunque no sé por qué nos molestamos…

    —Silencio, Daisuke, el jefe está hablando —le dijo el conejo con temeridad.

    El gordo hizo silencio inmediatamente y ambos se quedaron mirando al de la máscara de tigre. Evidentemente, ese debía ser su jefe.

    —Honestamente, creí que iba a ser mucho más complicado capturarte —dijo el tigre, poniéndose de rodillas para quedar a su altura, mirando directamente a sus ojos—. Mimiko Honda.

    —¿Qué… quién rayos es usted? —musitó Mimi, intentando que el miedo no se colara en su voz, y fallando miserablemente en aquella tarea.

    —Soy un empresario —declaró el tigre y, a pesar de que no podía ver su rostro, algo le decía que sonreía maliciosamente—. Y tú, mi querida Mimiko Honda, serás el negocio que me llevará hacia la fortuna…

    “Fortuna…” Mimi comprendió todo en cuanto oyó eso. Su rostro, sorpresivamente, cambió; su expresión se volvió más desafiante, su boca se torció en una media sonrisa, y miró a sus captores con más confianza.

    —¿Empresario? No me hagas reír —exclamó ella, aunque su rostro no hizo ninguna mueca de risa—. Está claro que no son más que una pandilla de secuestradores, que intenta obtener dinero de mi padre… ¿me equivoco?

    —¿Oh? Quién lo iba a imaginar, la jovencita tiene algo de personalidad después de todo —dijo el tigre, poniéndose de pie—. Exactamente. No somos más que una pandilla de secuestradores, pero en este momento somos los que decidimos si vives o mueres…

    —¿Mimi? ¿Qué es lo que…

    Effy había vuelto en si, despertando finalmente, pero apenas lo hizo el de la máscara de rinoceronte le propinó una patada para silenciarla. Mimi no pudo dejar escapar un gritito; el golpe había hecho que Effy cayera hacia un costado, terminando en el suelo. Lucía tan indefensa ahora… ¿sería este quizás el fin de sus cortas vidas?

    —Claro que, no eres la única que puede vivir o morir aquí, Mimiko Honda —aclaró el tigre, acercándose a la otra muchacha mientras hablaba—. Debo decir que fue una sorpresa cuando te encontramos con esta amiga tuya, y como uno nunca puede tener suficientes jovencitas hermosas la trajimos pero… tal vez eso fue un error, ¿qué creen ustedes dos?

    —Un error, sin lugar a dudas —opinó el conejo inmediatamente—. Una boca más que alimentar… ¿qué uso tenemos para ella? Ya tenemos a nuestro rehén, Mimiko Honda, deberíamos deshacernos de la otra.

    —¡Sí! ¡Deshacernos de ella, deshacernos de ella! —añadió el rinoceronte—. ¡Opino igual que Ryos! ¡Debemos matarla! ¡Déjemela a mi, jefe! ¡Me divertiré un rato con ella y luego la mataré! ¿O debería hacerlo al revés? ¡Da igual, por favor, déjemela a mi!

    —Silencio —comandó el tigre—. ¿Y bien, Mimiko Honda? ¿Qué deberíamos hacer con ella?

    Mimi se encontró por un momento sin palabras. Debía pensar en algo, y rápido. Cuando era pequeña, su padre siempre temió que pudiesen secuestrar a su esposa o hija; era un hombre muy rico y muy poderoso, después de todo. De modo que les dijo una vez… si alguna vez se hallaban en esta situación, debían pensar como los malvivientes que las habrían atrapado.

    Ellos no pensaban en ella como una persona. Ellos pensaban que era, como bien dijo el jefe de los malhechores, un negocio. Era su camino a dinero y riquezas. No la lastimarían, no la matarían, porque les era útil mantenerla con vida. Pero Effy… Effy era otra historia; no tenían ninguna utilidad para ella. A menos que les dijera que podía serles útil…

    —No… no deberían matarla. No haría eso si fuera ustedes —replicó Mimi con tenacidad—. Ella… ella es Effy, mi prima, quien está bajo la tutela de mi padre. De seguro mi padre nos querrá de regreso a las dos… y seguro pagará el doble por las dos que por mi sola…

    —¿Ah, sí? —musitó el jefe, levemente sorprendido—. Pues eso lo veremos… Daisuke, Ryos, vamos. Es hora de comenzar con las negociaciones.

    Y sin mas, el trío abandonó aquel lugar. Se pudo oír como uno de los tres cerraba la puerta con llave al salir; no había escapatoria de aquella sala de paredes grises y sin ventanas.

    —¿Crees que realmente pasamos por primas? —preguntó Effy finalmente, luego de una pausa que pareció durar una hora después de que las dejaran solas.

    —Tenemos cabello rubio y esos tipos no parecían ser exactamente los más listos… creo que por ahora estaremos a salvo —respondió la Honda, dirigiéndole a la otra muchacha una mirada de circunstancias—. Aunque quién sabe como mi padre responda a las negociaciones…

    —Puede ser un hombre un poco frío, pero sigue siendo tu padre. No dudará en pagar un rescate por su hija.

    —Lo se, lo se, pero… —murmuró Mimi, ahora evitando su mirada—. No lo se, ojalá… ojalá estuviese tan convencida de ello como tú, ¿sabes?

    Effy ahora no pudo evitar mirarla. Durante su tiempo viviendo en la mansión Honda se había percatado de la distancia entre padre e hija… pero no creía que fuese al extremo de que ella dudara de que intentaría rescatarla. Se preguntaba si tendría algo que ver con la muerte de su madre, que le había contado antes… la charla bajo la lluvia en los jardines, se sentía que había sido varios días atrás, y apenas si habían pasado unas pocas horas…

    —No te preocupes, Mimi —le dijo Effy súbitamente—. Si tu padre no nos salva, prometo que seré yo quien te salvará, ¿de acuerdo?

    Los ojos de Mimi se pusieron grandes como platos, y un ligero rubor se apoderó de sus mejillas. Effy siempre hacía estas estúpidas declaraciones que la dejaban sin palabras… ¡¿cómo se suponía que debía responder a eso?!

    —E… es lo mínimo que puedes hacer, considerando que yo te salvé de la lluvia, ¿no crees?

    Pero… a pesar de que lo dijo con el tono altanero y presumido con el que siempre se dirigía a Effy cuando le hablaba… Mimi se encontraba sonriendo.


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    [Abril del año 2020. Cementerio Otogibanashi, Japón]


    Era tarde, ya prácticamente de noche, y nubes negras se cernían sobre la ciudad. Lloviznaba en aquel día, tan gris como el humor de la gente que se encontraba ahora congregada ante Elisa.

    La lluvia caía suavemente sobre la procesión de gente que marchaba por el cementerio, acompañando con sus pasos a los múltiples ataúdes que iban a ser enterrados el día de hoy. El asesino Ípsilon, así como las 19 personas a las que le había quitado la vida hace dos días en el incidente en la Secundaria Galeia, serían enterrados aquella noche, y prácticamente toda la ciudad marchó para la ocasión.

    Elisa Daroch no fue la excepción. Luciendo un vestido negro adecuado para un momento tan oscuro, caminaba con la mirada fija en el suelo, sosteniendo un paraguas negro que la protegía de la llovizna. Su padre se encontraba no muy lejos de ella, caminando en silencio en compañía de los abuelos de Chad, y un par de personas más adelante se encontraba Hubert, quien caminaba en silencio sin mirar a nadie, al igual que ella.

    Probablemente esté pensando lo mismo que yo” se dijo ella para sus adentros, sujetando con más fuerza su paraguas. “De no haber sido por Effy… ¿estaría yo también ahora mismo dentro de uno de estos ataúdes?”

    —Elisa… por fin te alcanzo.

    La joven de cabello color café giró su rostro hacia la derecha para descubrir que su interlocutora no era nada más ni nada menos que la persona que rondaba en su mente ahora mismo.

    Effy Joy destacaba con su paraguas de color rosado, a diferencia de los clásicos negros que todos a su alrededor llevaban para resguardarse de las delicadas gotas de agua que caían del cielo. Era un paraguas que parecía tener bastantes años, se notaban las marcas y el paso del tiempo si se lo veía de cerca, pero aunque fuese viejo parecía ser que aún cumplía su función a la perfección.

    Su atuendo, por otra parte, era un sencillo vestido negro no muy diferente al que Elisa usaba, aunque un poco menos formal y más casual, pero eso no parecía importarle a la rubia.

    —No creí que vendrías —susurró Effy por lo bajo, procurando que sólo Elisa pudiese oírla—. Chad tampoco vino, ¿verdad?

    Ella negó con la cabeza como toda respuesta. Honestamente, se sentía un poco sola allí sin Chad, pero… comprendía como se sentía. Ella únicamente asistía porque su padre se lo había pedido… realmente prefería estar en su habitación o en cualquier otro lugar ahora mismo.

    —Sólo quería decirte que lamento como ocurrió todo el otro día —murmuró la muchacha de cabellos rubios—. Pero… no volverá a ser así. Lo que quiero que hagamos, tus poderes… no son para causar derramamiento de sangre, no es eso lo que yo quiero. Así que… no tienes que temer, ¿sí?

    —Entonces… hagamos un trato —musitó Elisa, en voz baja pero sin un dejo de duda—. Tal y como hiciste cuando prometiste que Hubert y Chad vivirían.

    >> Si me prometes que no habrá más derramamiento de sangre, que nadie más morirá… si me prometes eso, entonces prometo que dejaré de tener miedo alrededor tuyo, Effy… ¿aceptas?

    No sabía si podía obligarse a si misma a dejar de temer a Effy. La verdad era que su presencia era intimidante, y su actitud desde que había revelado su verdadera naturaleza era imponente e insolente, sin reparar en lo que opinaran de ella, pero por alguna razón… por alguna razón le pareció que esto no era un detalle menor.

    Effy pareció, quizás por primera vez, genuinamente sorprendida. Las palabras de Elisa debieron de ser un verdadero sobresalto para ella, porque por unos minutos lo único que se oyó eran las pisadas de los presentes y la lluvia que caía, hasta que Effy finalmente sonrió. Era una sonrisa peculiar… como si la muchacha ahora se sintiera… ¿nostálgica?

    —Trato hecho —le aseguró Effy, asintiendo con la cabeza—. No más sangre.




    Continuará…
     
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  16.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

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    ¡Al fin puedo comentar, Nami! ;-;
    Disculpa la demora, en serio que ayer estaba muerta xD

    Bueno, pasando al capítulo... ¡Un secuestro! ¡No sé como no lo imaginé! DD: Es decir, no es extraño que suceda algo así sabiendo la posición y el dinero que poseen los Honda, raptar a Mimi y pedir un rescate es un negociazo para cualquier secuestrador, pero aún así.... OMG! Lo que no conté es que también se llevaran a Effy, pero me alegra que así haya sido. (No me alegra que la secuestrasen, claro, pero sí que al menos esten juntas. Así pueden apoyarse mutuamente y asdfg (? <3)

    Hablando del capítulo en general, algo me dice que a Mimi va a pasarle algo horrible, idk. No sé el qué con certeza y sinceramente espero equivocarme, pero creo que todo eso tiene que ver con el hecho de que Effy precise la ayuda de Elisa como bruja, de que haya saltado en el tiempo y todo lo demás. Me dan muy mala espina esos tipos con máscara, btw.

    Amo como Mimi se mantiene orgullosa a pesar de todo y por supuesto como protege a Effy con palabras. No puedo shippearlas más de lo que ya lo hago, sería un crimen. Effy diciendo que salvará a Mimi, mi corazón acaba de derretirse ;---; <333 Y esa respuesta tan tsundere de la Honda, en el fondo se sorprendió y probablemente le alegrase xD

    Regresando con Elisa... Lo que acaba de pasar tiene que ser todo un shock para ella D: El tiroteo en la escuela, Effy y sus poderes, esa petición tan extraña. Yo no sé como hubiera reaccionado en su lugar, ni si aceptaría la petición de alguien desconocido y con poderes sobrenaturales xD ¿Cómo va a convertirse en bruja, de todos modos? ¿Acaso lo es ya y sus poderes están ocultos? Imagino que sea algo de eso, pero me tiene pensando.

    Y esto:
    ESTO NAMI ;---;

    Ok. Ok. OMG. ¡Ese es el paragüas de Mimi! ¡Estoy segura! Que Effy lleve su paragüas no hace más que reforzar mi idea de que a la Honda, en el pasado, le ocurre algo horrible. Quizás ese sea el motivo por el que Effy saltó en el tiempo y precisa de una bruja en primer lugar. Salvar a Mimi (? No lo sé con certeza, pero de nuevo la idea me tienta bastante. Sinceramente no sé que es lo que ronde por esa cabecita tuya xD

    En cuanto a la promesa final... de verdad que quiero creerla, pero algo me dice que no todo serán risas y color de rosa y que las cosas van a ponerse bastante oscuras a partir de ahora. Como si ya no fuesen lo bastante siniestras (?

    Esperaré los próximos capítulos, a la espera de que se resuelvan varias de las cuestiones que me tienen pensando. Principalmente, muero por sabes qué rayos es Effy DD: No es humana, bien, pero... ¿Qué es entonces? ¿Un esper, un demonio? ¿Si tenía sus poderes en el momento del secuestro por qué no los usó? ¿O no los tenía? Danm xD

    Creo que no me dejo nada, quizás la pequeña intervención de Hubert. Es tan genial, espero ver un poco más de él en los siguientes capítulos. Nada más Nami, la intriga me pierde. No puedo esperar a leer más y saber qué está pasando exactamente. Necesito más tsun-tsun en mi vida xD

    Ja ne <3
     
    Última edición: 23 Noviembre 2016
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  17.  
    Nami Roronoa

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    Título:
    Crónicas de sangre [Effy x Mimi]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    4277
    We're back, baby!

    So, mis exámenes han terminado, la Navidad ha pasado, y ahora me encuentro con tiempo… ¡hora de conmemorarlo con el quinto capitulo de esta saga! Este capitulo va dedicado a @Liza White y @Steve Yops cuyos personajes hacen su debut en este capitulo… ¿esconderán algo ellos también? :O

    As usual, mil gracias a @Noir por su bellísimo comentario… de verdad me haces feliz con tus palabras querida <33

    Espero les guste :3




    Capitulo 5: Lágrimas de sangre

    [Mayo del año 2020. Otogibanashi, Japón]


    Ya habían pasado quince días desde aquel incidente que había sacudido a toda la ciudad. El tiroteo en la secundaria Galeia pasaría a ser recordado como uno de los días más siniestros en la historia de la ciudad; y por quince días, las clases se encontraron suspendidas por motivos obvios.

    Ahora, habiendo transcurrido cierto tiempo, nuevamente la secundaria volvía a abrir sus puertas para todos, alumnos y profesores. Hubo cierto grupo de padres precavidos que, dudando de la seguridad del colegio, retiraron a sus hijos y los mandaron a otra escuela, la cual esperaban estuviese mejor preparada para una situación así. Sin embargo, a pesar de aquellas excepciones, la gran mayoría de los alumnos regresaron a la escuela cuando ésta reabrió sus puertas.

    Hubert Mattsson se encontraba sentado en un pupitre de la última fila del aula 3-B. Ya que sus compañeros de clase, con las excepciones de Elisa, Effy y Chad, habían sufrido un destino terrible, el colegio consideró que lo lógico sería unirlos a otra de las clases en lugar de tener la clase 3-A con tan sólo cuatro alumnos. Y, curiosamente, los cuatro habían terminado en la misma clase otra vez… Hubert no pudo preguntarse si Effy no había usado sus extraños poderes para asegurarse de que eso sucediera.

    Dirigió su mirada hacia su derecha. Una fila más adelante, de espaldas a él, se encontraba Effy, sentada sobre su pupitre. Se encontraba viendo su teléfono celular… se preguntaba que estaría viendo que le parecía tan interesante. Su rostro era indescifrable, como un rompecabezas que era incapaz de comprender… y mucho menos resolver. ¿Qué misterios guardaba detrás de esa faceta de inocente estudiante de secundaria que fingía ahora no ser nada más que eso?

    La puerta del salón se abrió y por ella ingresó Chad, quien se ubicó en el pupitre libre a la izquierda de Hubert. Lucía cansado, como si no hubiese dormido bien anoche… lo cual era muy probable, pues el propio Hubert tampoco había logrado conciliar el sueño en toda la noche. La idea de regresar al colegio donde habían sufrido aquellos horrores hace quince días, donde estuvieron a punto de perder sus vidas, no era una perspectiva alegre después de todo.

    —Buenos días, Chad —saludó Hubert cordialmente.

    El joven Redflame había dejado su mochila a un costado del pupitre y había recostado su cabeza sobre el mismo, dejándola reposar sobre sus brazos, exhausto.

    —¿Has podido dormir algo? —preguntó Chad con voz cansada—. No he podido pegar un ojo en toda la noche.

    —No, no realmente —admitió el otro muchacho, bajando la voz para procurar que nadie más que él lo oyera—. Pero decidí sacar ventaja del insomnio… he estado investigando un poco.

    La atención de Chad se vio captada en aquel momento casi automáticamente. Sintiendo como se encendía la chispa de la curiosidad en su interior, el joven de cabellos castaños oscuros inclinó su cuerpo un poco más hacia el pupitre del otro, para que hablaran más bajo y que nadie más los oyera.

    —¿Investigando? ¿Acerca de qué? —el joven tragó saliva, lanzando una mirada nerviosa hacia la rubia para comprobar que no les prestaba atención—. ¿Acerca de ella?

    —No he encontrado absolutamente nada sobre ella… ni de lo que es. Es un callejón sin salida —confesó Hubert, intentando ocultar el tono de derrota en su voz—. Pero he estado investigando un poco acerca de Ípsilon.

    —¿Ípsilon? ¿El maniático que asesinó a casi toda nuestra clase?

    —El mismo… ¿sabías tú acerca de la muerte de Épsilon, Chad? —murmuró el joven estudiante, con un susurro suave y bajo para que sólo el otro chico lo oyera—. El mejor amigo de Ípsilon, falleció durante el verano… pero se ha mantenido bien en secreto, porque la policía aún investiga las circunstancias de su muerte.

    —¿Circunstancias? ¿Policía? No querrás decir que…

    —Sí, se trató de un asesinato —intervino una tercera voz.

    No sabían en qué momento exactamente, pero sin que se dieran cuenta Effy Joy se había acercado a ellos dos. Los miraba con aquella expresión cordial y una sonrisa confiada pero pacífica… no parecía enfadada ni nada, pero sin necesidad de intentarlo aquella chica tenía algo que causaba que fuera un tanto… intimidante, por así llamarlo.

    —Effy, ¿en qué momento…

    —Oh, he estado escuchando todo lo que han estado diciendo —lo atajó la rubia, sentándose en la silla libre frente a los pupitres de los chicos—. Algo que deberían saber es que tengo un excelente oído… puedo escuchar incluso susurros a una distancia considerable.

    >> Así que pensé que debían saberlo. Yo misma he estado investigando también… lo que sucedió en esa biblioteca no fue algo normal.

    —¿A qué te refieres? —inquirió Hubert, intrigado por aquel comentario.

    —He investigado un poco sobre Ípsilon, y descubrí que no tiene un historial de saber manejar armas de fuego, ni licencia para portar una pistola. Hasta es probable que no supiera manejar una apropiadamente —se explicó Effy—. Y sin embargo, podemos ver que no sólo adquirió un arma con relativa facilidad de alguna forma, sino que pudo usarla sin problemas. La conclusión a eso resulta obvia…

    Hubo un silencio. Chad tragó saliva, procesando la atemorizante conclusión a la que llevaban las palabras de Effy. Esto… esto estaba lejos de acabarse, ¿cierto?

    —Alguien puso esa pistola en las manos de Ípsilon —dijo finalmente Hubert, expresando en voz alta lo que los tres pensaban.

    El tenso silencio que se formó se vio interrumpido inmediatamente cuando la puerta del salón de clases se abrió, y por ella ingresó una muchacha de expresión alegre. Ella alzó una mano, como intentando saludar a todos los presentes a la vez, y sonrió.

    —¡Buenos días a todos! —exclamó Elisa con optimismo, ingresando al aula.

    La joven animadamente se adentró al salón y buscó con la mirada un asiento vacío donde ubicarse. Se alegró al descubrir que aún quedaba un pupitre disponible junto a la ventana, en la tercera fila, y rápidamente se ubicó allí antes de que alguien le quitara aquel lugar.

    Al verla llegar, uno de sus compañeros decidió que debía acercarse a saludar. Elisa, una vez sentada en su asiento, levantó la vista para descubrir a un joven de cabello castaño oscuro y ojos color café. Una bufanda de color amarillo verdoso se encontraba alrededor de su cuello, a pesar de que no era un día particularmente frío.

    —Buenos días, Elisa —le dijo el muchacho con tono gentil y mostrándole una sonrisa amable—. Como representante de la clase 3-B, creí que debía presentarme. Mi nombre es Steve Stone.

    —Mucho gusto Steve, soy Elisa —correspondió ella al saludo—. Oh, bueno, supongo que eso ya lo sabías… mucho gusto en conocerte, Steve.

    —¡Igualmente! —exclamó Steve con ánimo—. Sabes, había pensado, ya que tú eras la representante de la clase 3-A… ¿qué te parece si ambos somos los representantes de la clase? Pensaba hablarlo con Irvine-sensei y Rhyme-sensei más tarde, ¿qué opinas?

    —Yo…

    —Ey, ey, Steve… ¿primer día y ya la estás atosigando? —intervino una voz femenina.

    Una muchacha de la clase apareció de la nada junto al joven representante, sirviendo como escudo entre ambos jóvenes. Era una chica muy bonita, con cabello castaño el cual llevaba recogido en una coleta alta. Vestía el uniforme de la escuela, como todos los presentes en el aula, y llevaba en sus manos un libro de matemáticas.

    —Déjala respirar, Steve… ya habrá tiempo para hablar de esas cosas —comentó la recién llegada—. Elisa, bienvenida a la Clase 3-B. Mi nombre es Liza White, mucho gusto.

    —Encantada —sonrió Elisa, luego notó el libro que la chica traía en sus manos—. ¿La primera clase de hoy es matemática?

    —Sí, pero yo aún no termino de entender algunos problemas —admitió Liza apenada, rascándose la nuca—. Steve, ¿me ayudas con algunas ecuaciones?

    —Pensé que Carol y Dennis te estaban explicando… —musitó él, sorprendido—. ¿Incluso ellos no han podido con las ecuaciones que había de tarea?

    —No, ¡son muy complicadas, en serio! —exclamó Liza, tomándolo de la mano—. Ven, verás de lo que estoy hablando.

    Y así, Liza arrastró a Steve de la mano de regreso a su pupitre. Sobre el mismo se encontraba abierto un cuaderno, y al lado se encontraban parados dos estudiantes que, a juzgar por su parecido físico, debían ser los hermanos mellizos Carol y Dennis.

    Elisa no pudo evitar reír ante la escena, tan normal en un ámbito escolar, tan corriente, tan cotidiana… como si nada hubiese cambiado. Pero al voltearse y encontrarse con los ojos azul eléctrico de Effy que no habían dejado de observarla desde que había entrado, supo que era estúpido engañarse y pensar que todo seguía igual. Todo había cambiado, y ella lo sabía. Se había prometido a si misma que no lloraría, ni tendría más miedo. Elisa había resuelto que sería fuerte, que demostraría valentía… tal vez, de esa forma, Effy honraría la promesa que le hizo en aquel cementerio y no habría más derramamiento de sangre.

    Effy apartó la mirada y dejó de observar finalmente a Elisa. Se había sentado sobre el pupitre de Chad y ahora revisaba su teléfono celular, sin importarle que a Chad esta acción pareció molestarle. Hubert, por su parte, ahora leía un libro pacíficamente; sin embargo, no dejaba de observar a la joven Joy por el rabillo del ojo.

    —¿Es necesario que te sientes arriba del banco? —protestó Chad, cruzado de brazos y claramente incómodo—. ¡Para algo se inventaron las sillas!

    Effy lo ignoró olímpicamente, aún concentrada en su teléfono celular. Y finalmente, justo cuando se encontraba tecleando un nuevo mensaje, el teléfono empezó a sonar. El rostro de la muchacha de cabellos rubios se curvó en una gran sonrisa, y ella atendió de inmediato.

    —¡Al fin me contestas, hombre! Creí que estabas enojado conmigo o algo así —dijo Effy con un tono de voz que jamás la habían escuchado emplear. Era fresco, casual, amistoso… como si estuviese hablando con un viejo amigo de toda la vida.

    —¿Por qué estaría enojado contigo? —respondió una voz serena y pausada del otro lado de la línea telefónica. No hablaba muy fuerte, pero Chad, debido a su cercanía a la chica, era capaz de oír lo que decía. Notó que Hubert se movía en su silla, intentando oír también la conversación telefónica.

    —No lo se, ya ni me acuerdo quién está enojado conmigo y quién no —replicó ella con un suspiro—. ¿En qué parte del mundo estás ahora? ¿Recibiste mi mensaje?

    —Rusia… y sí, por eso mismo te estoy llamando.

    —¿Qué diablos haces en Rusia?

    —Creí que encontraría a Mizuki y Mitsuki aquí… pero lamentablemente, les perdí el rastro.

    —Ya sabes como son. Si realmente no quieren que las encuentren, no las encontrarán —suspiró Effy, encogiéndose de hombros—. Realmente no las he visto en mucho tiempo… me pregunto cómo estarán.

    —En cualquier caso, no creo que vaya a encontrarlas —admitió el hombre del otro lado del teléfono—. Tendremos que proceder sin ellas, supongo… aunque contar con dos personas tan fuertes como ellas dos, ya sabes…

    —Sí, ciertamente nos habrían podido ayudar, pero supongo que si se están escondiendo es por algo. Finalmente… he logrado encontrarla. Lo lograremos, estoy segura de que lo lograremos.

    —Eso espero yo también…

    —Ya sabes a quién debes contactar, ¿verdad? —inquirió Effy, curiosa—. Sabes que él es el único que es capaz de ayudarla a despertar sus poderes… lo necesitamos.

    —Sí, ya he logrado contactar a Alpha. Supongo que en estos días él llegará a Japón, se mostraba dispuesto a ayudar la última vez que lo vi. Aunque quién sabe si sigue pensando así…

    —Estoy segura de que sí. O al menos eso espero, supongo —musitó la joven, sin poder evitar sonreír—. Bueno, creo que mis clases están por comenzar, así que será mejor que me vaya…

    >> Nos veremos pronto, Dante.


    oo00oo00oo00oo00oo00oo00

    [Julio del año 1852. ???, ???]


    Mimi no estaba segura de cuantos días había transcurrido en cautiverio. La lógica le decía que aproximadamente unos tres días habían pasado desde que había sido secuestrada (pues le habían traído comida unas seis veces si mal no recordaba), pero debía admitir que no podía saberlo con exactitud.

    También cabía la posibilidad de que sólo las alimentaran una vez por día, en cuyo caso habrían pasado unos seis días desde que todo había comenzado. En aquella condenada habitación, sin ventanas al exterior, era imposible saber con exactitud. Ciertamente, su estómago sentía que esta era la posibilidad más cierta. Había tenido que contener las lágrimas y el asco que le generaba la desagradable sopa que les daban de comer por el simple hecho de que estaba demasiado asustada de descubrir que sucedería si se rehúsaba a comer.

    Cualquiera fuese la cantidad de días, no se podía negar que había sido un tiempo lúgubre. Siempre encerradas y atadas de pies y manos en aquella tétrica recámara, bajo la constante vigilancia de guardias enmascarados que cada tanto iban y venían, asegurándose de que no intentaran nada raro. Mimi llegó a pensar que aquella sucia celda gris sería el último lugar que vería en su vida, y aquel pensamiento la atemorizaba más que cualquier otra cosa.

    Tanto ella como Effy habían reducido sus interacciones al mínimo. Si hacían demasiado ruido, corrían el peligro de que alguno de aquellos sujetos perdiera la paciencia e ingresara a hacerlas callar. Para lo único que hablaban en estos días era para asegurarse de que la otra seguía con vida… pero Mimi no sabía por cuanto más podría soportar este calvario.

    La séptima comida llegó aquel día (¿o noche? Valía lo mismo en aquel lugar tan espantoso donde se encontraban) de la mano del sujeto con máscara de conejo. Aunque a decir verdad, este sujeto lucía un poco más fornido que el que había portado aquella máscara el primer día… algo le decía que intercambiaban máscaras una vez abandonaban la habitación donde las mantenían atrapadas.

    El hombre con careta de conejo depositó las dos bandejas en el suelo, una delante de cada chica. Tras desatarlas, les permitió comer bajo su atenta supervisión; portaba un revólver en su mano derecha, como una silenciosa amenaza que ni siquiera hacía falta pronunciar en voz alta.

    Mimi tragó saliva mientras sumergía aquella mugrienta cuchara en el plato de sopa. Aunque más que sopa, aquello no parecía ser más que agua sucia; jamás en su vida había visto o probado algo de tan mal gusto como aquello.

    —¿Qué sucede? ¿La sopa no es del agrado de su majestad? —inquirió el hombre con tono burlón—. Come eso, o te quedas sin comer hasta mañana.

    Sin atreverse a replicar, Mimi se llevó la primer cucharada a los labios. Cerró los ojos con fuerza, imaginó que era un apetitoso manjar preparado por el chef de la mansión Honda, abrió la boca… pero nunca llegó a probar bocado.

    Un estruendo sacudió a la habitación entera. La sorpresa causó que Mimi soltara la cuchara, la cual cayó dentro del plato y salpicó a la joven. Effy levantó la mirada de su plato. Se escuchó un grito, seguido de un disparo. Otro disparo más. Más gritos.

    —No hagan ninguna estupidez —advirtió el hombre de la máscara de conejo, empuñando el revólver y dejando la habitación.

    —¿Qué… qué fue… —musitó Mimi, temblando.

    —Shh, silencio… déjame escuchar —le advirtió Effy, llevándose un dedo a los labios.

    Escucharon el sonido de disparos y metal… ¿espadas? Sonaban como espadas. Un grito desgarrador llegó hasta la habitación donde ellas se encontraban.

    —¡Mo… monstruo! —chilló un hombre aterrado—. ¡Muere!

    Se escucharon más disparos. Fuese lo que fuese que estuviese sucediendo allí fuera… realmente no era algo bonito. Sonaba como si una batalla campal se estuviese desarrollando en el interior de aquel condenado lugar.

    —Vamos —resolvió Effy, poniéndose de pie. Le costó al principio; estar tanto tiempo atada de pies y manos había debilitado sus fuerzas, pero logró pararse sobre sus dos pies y miró a Mimi desde su altura—. Debemos irnos, Mimi.

    —¿I… irnos? ¿A dónde? No… ¿no has oído? ¿Acaso eres idiota? Nos advirtió que no hagamos ninguna estupidez… ¿acaso quieres que nos maten?

    —Si nos quedamos aquí, nos matarán de todas formas… ¿o crees que lo que está sucediendo allá afuera no es una pelea? —replicó la otra joven—. En el auge del conflicto, aprovecharemos para escapar… es nuestra oportunidad.

    —Pero… pero…

    Oh por Dios, ¡se había vuelto loca! Effy siempre había sido temeraria, pero este era un nivel completamente nuevo… ¡¿de verdad creía que podían huir de aquellos tipos?! No, no, era una estupidez, una locura que les iba a costar la vida… Mimi se cruzó de brazos y se rehusó a levantarse de su sitio.

    —No… ¡no seas idiota! Nos… nos rescatarán, ya verás, estoy segura de que mi padre pagará el rescate y… y nos dejarán ir, así que… debemos quedarnos aquí y no hacer ninguna estupidez… ¿no escuchaste?

    Effy se volteó hacia ella. Por un momento, creyó que simplemente suspiraría y se marcharía sin ella… pero no fue eso lo que sucedió. Dio un par de pasos y se acercó a ella.

    Mimi se sorprendió de hallar la palma de la mano de Effy extendida hacia ella para ayudarla a levantarse.

    —Comprendo que estés asustada —aseveró Effy—. Y comprendo que yo no soy exactamente digna de que confíes en mi algo tan importante como tu propia vida… es demasiado pedir eso. Pero te lo pido de todos modos.

    >> Tú y yo hemos chocado desde el día en que nos conocimos, pero ahora… ahora puedo ver que te he juzgado erróneamente. No mentiré, sigues siendo vanidosa y con un ego más grande que una casa, pero eso no es lo más característico de ti. Eres una buena persona en el fondo, Mimi, puedo verlo ahora. Fuiste tras de mi aquella noche, bajo la lluvia, y te preocupaste porque aquellos tipos me mantuvieran con vida.

    Effy se detuvo, tomando aire para respirar. Era probablemente el peor momento para este tipo de emotiva conversación; una sangrienta batalla se estaba desarrollando a tan sólo unos metros de distancia, atravesando aquella firme puerta gris. Sin embargo, todo eso había pasado a segundo plano; Mimi sólo podía prestar atención a las palabras de la otra joven, sin dedicarle un segundo de pensamiento a todo lo demás.

    —Fue un error de mi parte juzgarte sin conocerte, Mimi. Declaré que eras una niña mimada y superficial sin tomarme el trabajo de observar más allá de eso y descubrir a la persona detrás de aquella fachada. Y ahora… ahora puede sonar raro viniendo de alguien como yo, pero necesito que confíes en mi, quiero que vengas conmigo, y que huyamos juntas de este lugar.

    >> Mimi, me gustaría… me gustaría intentar ser tu amiga… si es que me lo permites…

    Los ojos de Mimi se abrieron grandes como platos, y comenzó a balbucear incoherencias, intentando encontrar las palabras exactas para responderle, pero hallándose ahora incapaz de decir algo en respuesta. Finalmente, la Honda no pudo contenerse y rompió en llanto.

    —¡Ba… baka! —sollozó la muchacha en el suelo—. No, no puedes… ¡no puedes hacer esto! Yo, yo me he portado horrible contigo y… y… ¡Effy! ¡Lo siento muchísimo! ¡Lo siento, lo siento! ¡Esta rivalidad ha sido tan estúpida! Por favor… ¡por favor no me dejes atrás!

    Delgadas lágrimas surcaron las mejillas de Effy cuando sintió como la mano de Mimi tomaba la suya, dispuesta a huir junto a ella. A pesar del frío que habían pasado en aquella prisión, aún tras soportar heladas noches en aquel incómodo suelo… a pesar de todo eso, su contacto se seguía sintiendo cálido.

    —¿No te lo dije cuando nos capturaron? Si no nos salvan, seré yo quien te salve —musitó Effy, ayudándola a ponerse de pie—. En marcha

    Se voltearon hacia la puerta; aún les quedaba aquel obstáculo. La gran puerta gris. ¿Habría cerrado con llave el hombre con máscara de conejo? Tal vez, sólo tal vez, se encontraba tan apresurado por descubrir el origen del disturbio que… ¿estaría cerrada sin llave?

    Jamás llegaron a comprobarlo. La puerta se abrió de golpe, sobresaltando a ambas jóvenes. Instintivamente, Effy se colocó delante de Mimi, sintiéndose protectora de ella. Le había pedido que confiara en ella… y definitivamente iban a salir de allí.

    Por aquella puerta ingresó Daisuke, el gordo bajito que solía usar la máscara de rinoceronte, el único de los secuestradores cuyo nombre conocían. Excepto que aquella vez su rostro estaba al descubierto; ojos negros como los de un escarabajo escrutaban la habitación, y su boca ancha les recordó a la de un sapo. Estaba cubierto de sudor y manchas rojas… ¿acaso era sangre?

    —A… ah… ¡ustedes! —exclamó Daisuke, jadeante. Alzó el arma de fuego que llevaba con él—. Esto… ¡esto es todo su culpa! ¡Ustedes atrajeron a ese monstruo a este lugar!

    >> ¡Mueran!

    Un único disparo atravesó el lugar. El cuerpo de Effy cayó pesadamente de espaldas al suelo, delante de los ojos de Mimi. Su expresión… la desesperanza se adueñó de su rostro. No, no, no era posible… Effy no podía morir, simplemente no…

    —¡Effy! —el grito desgarrador de Mimi hizo eco por todo el lugar.

    La chica cayó sobre sus rodillas, al lado de la joven herida. Effy había recibido la herida directo en el pecho, y la sangre comenzaba a emanar salvajemente de su cuerpo… Mimi intentó reaccionar, pero no tenía la más mínima idea de qué debía hacer. Su cuerpo se encontraba paralizado, nos piernas temblaban, y toda calidez que la había embriagado momentos antes abandonó su espíritu abruptamente.

    —Una… ¡una menos! Esto se deshará de aquel monstruo, de seguro… ahora, ¡ahora es tu tur-

    Daisuke no llegó a completar aquella oración. Dos delicadas manos lo tomaron desde atrás y lo alzaron del suelo. El maleante chilló, y aquellas misteriosas manos usaron una sorprendente fuerza para levantarlo por el cuello.

    Crack

    El pesado cuerpo de Daisuke cayó de cara en el suelo, y ya no se movió. El autor de su muerte lo apartó a un costado con una suave patada, como si estuviese alejando de su camino una desagradable bolsa de estiércol, y continuó su camino hacia la escena.

    Mimi sollozaba, aún al lado de Effy, sosteniendo la misma mano que ella le había dado cuando se disponían a partir. Lloraba de la impotencia, porque no sabía qué más hacer… ¿de verdad era tan inútil que lo único que podía hacer en aquella situación era llorar? Se sintió furiosa consigo misma; si tan sólo fuese un poco más lista, o un poco más fuerte, ella podría… ¿podría hacer qué? ¿Qué podría hacer para ayudar a Effy en aquella situación?

    Alzó la cabeza al notar la presencia de aquella persona sobre ella. Era una figura alta y delgada, cubierta de pies a cabeza con un atuendo negro y una capa color púrpura. Su rostro se encontraba oculto detrás de una máscara de dragón color negro, una careta similar a las que los niños solían comprar y utilizar durante los festivales típicos japoneses… ¿se la habría quitado a los secuestradores o era un aliado de aquella banda de malhechores?

    Fuese cual fuese la respuesta, aquel sujeto misterioso no le dio la respuesta. Se arrodilló junto a la rubia, observando detenidamente a Effy; su respiración jadeante y agitada indicaba que la chica aún seguía con vida, pero se notaba como cada vez le costaba más mantenerse en el mundo de los vivos. Mimi notó entonces como largos mechones de pelo caían por la espalda de aquella persona… ¿acaso se trataba de una mujer?

    —Esta chica está a un paso de la muerte —habló finalmente la desconocida; su voz era grave y serena, pero se notaba con claridad que se trataba de una voz femenina—. Puedo salvarla, pero si lo hago… hay chances de que no vuelva a ser la misma. ¿Estás de acuerdo con esto?

    Mimi se sintió como si la estuvieran obligando a firmar un contrato. Un pacto con un monstruo… porque eso era lo que aquella mujer era, sin duda alguna, un monstruo sobrenatural. No tenía tiempo de pensar en la lógica ahora, no cuando la vida de Effy pendía de un hilo.

    Se había estado preguntando hasta recién qué podría hacer ella para ayudar a Effy en esta situación… y ahora tenía la respuesta. Lo que podía hacer ella era decir que sí.

    —No… no importa, sólo… sálvala, por favor —suplicó Mimi.

    La mujer con máscara de dragón asintió levemente con la cabeza. Recogió con ambas manos el cuerpo de Effy y… y en un abrir y cerrar de ojos se marchó. Salió corriendo, cargando a Effy como si fuese tan ligera como una pluma, a una velocidad que no podía ser real, era… era demasiado veloz.

    Mimi sintió como sus fuerzas le fallaban. Intentó ponerse de pie, pero fue inútil; sus piernas le pesaban demasiado. Apoyó una mano sobre el suelo para intentar estabilizarse, pero sentir el contacto de su piel con aquel líquido rojo carmesí esparcido por el suelo de la habitación fue incluso peor.

    Finalmente, sin poder evitarlo, Mimi Honda terminó desplomándose en el suelo, desmayándose sobre un charco de sangre perteneciente a la persona que aquella noche se había convertido en la persona más importante en el mundo para ella.



    Continuará…
     
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    Yugen

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    ¡Lamento la enorme espera! D:
    He estado ocupada con algunas cosas y aghfsgd xD

    Pasando al capítulo... OMG. OMG, Nami, mi alma acaba de romperse en mil pedazos DDD:
    Es decir, Effy. O sea, Effy. Acaban de matar a Effy cuando al fin había hecho las paces con Mimi y... cielos, se sintió horrible xD Que momento tan anticlimático. ¿Quién le mandaba a ese tipo horrendo a apuntar a Effy? Y lo peor de todo es que ella se había colocado frente a Mimi para protegerla y yo, yo... no. Agh, que dolor más grande sentí por dentro. Después de aquella conversación que habían tenido y lo seguras que se veían de abandonar aquel lugar...

    God. Amo el angst, vivo para el angst, y tú sabes hacer un gran manejo de él xD Por supuesto, no puedo más que felicitarte por ello.

    Después esta chica... ¿quién es esta chica? ¿qué hacía allí? Porque según como la describes sólo se me viene a la cabeza Destiny, y eso daría lugar a varias teorías. Ahora no sabría decirte que teorías (?, pero es genial que haya aparecido para salvar a Effy. Eso es lo mejor que podría pasar xD Y era evidente que de algún modo se salvaría, que no podía ser una herida tan fatal si estaba viva en el futuro, ¿no? No podía estar muerta de verdad. Quizás eso mitigó el impacto de la escena.

    Imagino lo difícil que debió ser para Mimi y todo su dolor, y que después de todo lo que sufrió en esa celda le aparten de su lado y como si nada a alguien tan importante para ella... debió ser horrible. La imagino completamente pálida y temblorosa, con los ojos muy abiertos y las pupilas dilatadas por el terror, y... agh. Qué mal. Esa chica no gana para sufrimientos entre el rol y este escrito xD

    Saltando en el tiempo, no puedo más que resaltar esa pequeña intervención de Liza y Steve... ¡son tan lindos! <33 y están tan ajenos a todo lo que está ocurriendo a su alrededor que no puedo no sentir ternura por ellos. Esa pequeña escena me hizo sentir por unos momentos que estaba leyendo una historia completamente distinta, lejos del sufrimiento de los demás. Y luego, Dante. ¿Dante aparecerá? ¿Y de qué conoce a Effy? ¿Y qué hace él en Rusisa? ¿Y qué...? hadgjhdhsgfju (? Son tantas cosas y yo tengo tan poca idea de todo lo que pasa xDD Por mucho que trate de sacar alguna teoría que lo explique todo y enlace las diferentes partes de la trama, mi cerebro se seca y soy incapaz. Lo que es horrible, porque cada vez obtengo más preguntas y menos respuestas D:

    Disculpa si me dejo algo, pero tengo demasiadas cosas en la cabeza y quería esperar a estar más despejada para comentar, pero ni modo xD Debía hacerlo sí o sí, así que disculpa si está todo mezclado porque mi mente está toda enredada también xD Lo que sí que puedo asegurar, como ya dije, es que amo esta historia. Tiene de todo, la narración es maravillosa, la trama es increíble y los personajes están muy bien plasmados y definidos, cada uno con su papel.

    En serio no puedo esperar a ver que más pasa. Principalmente necesito saber quién es esta chica sobrenatural que al parecer posee los mismo poderes que Effy— por lo que deduzco que ambos hechos están relacionados, evidentemente— y qué relación tienen Effy y Dante, y cual es el papel de este último en la trama.

    Nada más que decir de momento, Noir's out. Por favor, sigue con esta increíble historia.

    Ja ne <3
     
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