Long-fic Crímenes Perfectos [Pokémon Rol Championship]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Nami Roronoa, 11 Octubre 2016.

  1.  
    Nami Roronoa

    Nami Roronoa The Gif Queen Game Master

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    Crímenes Perfectos [Pokémon Rol Championship]
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    10
     
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    Uff, por fin… por fin he podido hacerlo… ¡he comenzado un Long-fic de rol!

    Llevo muuuucho tiempo de planeamiento, además de que he contado con poco tiempo yo misma este segundo cuatrimestre debido a la universidad… pero qué más da, ¡finalmente he logrado completar el primer capitulo, y he aquí el resultado!

    Antes de comenzar, haré unas pequeñas aclaraciones respecto de la historia que dejaré en spoiler:

    • Este fic será un UA policial. Como tal, lamentablemente, los pokémon no aparecerán en esta historia…
    • El protagonista de esta historia será Hubert (con el debido permiso de su creador, claro está), pero contará con la aparición de casi todos los personajes del rol.
    • El apellido de Hubert será revelado en este fic. Pensado y creado por Bruno, él me contó el apellido por MP… ¡así que están ante una exclusiva aquí! (?
    • La edad de los personajes será mayor en esta historia; son jóvenes adultos, no adolescentes, debido a la naturaleza de la historia.
    • Invito a todos los roleros a leer esta historia, ya que la mayoría de los personajes aparecerá y creo que les gustará… pero invito especialmente a: @juanjomaster @GalladeLucario (dado que estuvimos hablando de Ace Attorney, creo que esta historia les interesará XD), @Bruno EVF (espero lo disfrutes; tu adorable bibliotecario se merece un fic centrado en el <3) y @Amane (¡Emily sale en este capitulo! ;))

    Sin más preámbulos… os dejaré con la primera página de esta historia.



    Capitulo 1: Medianoche



    [8 de Diciembre. 00:05. Estudio Jurídico Mattsson]


    Hubert no pudo reprimir un bostezo mientras examinaba los documentos desplegados en el escritorio frente a él. Era medianoche ya. La luna se posaba ahora en lo más alto del cielo, en compañía de unas pocas nubes solitarias, y alumbraba con vigor el interior de la oficina donde se encontraba el joven a través de la ventana, cuyas cortinas púrpura se encontraban descorridas.

    Aquella noche hallaba a Hubert a solas en el interior del Estudio Jurídico Mattsson, una modesta oficina localizada en el tercer piso de un edificio en la calle Brown. Sentado en su escritorio, el joven abogado leía una y otra vez los papeles frente a él. Por más que sabía que era inútil, no podía dejar de repasarlos una y otra vez. Le era imposible aceptarlo.

    Le gustaría poder decir que había algo mal con la evidencia que veía allí con sus propios dos ojos; que había sido alterada, o que los testigos habían sido forzados a hablar, o algo por el estilo… pero sabía que eso sería una mentira.

    Había perdido el caso, y ya no había nada más que pudiese hacer al respecto.

    Tal vez era un poco idealista, pero Hubert realmente creía en la justicia, así como había creído en su cliente. Y sin embargo, la justicia le había fallado, y el hombre al que había defendido en juicio tuvo que afrontar la enorme multa que se le impuso al ser hallado culpable en la sentencia del juez.

    La mayoría de los abogados solían aceptar que esta era la fría realidad, que cuando el juez golpeaba su martillo y daba su veredicto, ya no podían hacer más que preocuparse por el siguiente caso.

    Pero el problema era que, para Hubert, no había un siguiente caso. Había abierto su propio estudio legal hace relativamente poco tiempo y era un abogado aún bastante joven y poco conocido; todo eso era equivalente a que su número de clientes no era exactamente alto. Su primer caso había sido un éxito, pero los tres siguientes... no corrieron con la misma suerte que digamos.

    Y ahora, habiendo perdido su tercer caso consecutivo como abogado defensor, a Hubert le encantaría decir que no era su culpa. Que el caso presentado por el fiscal simplemente era demasiado sólido, o que el juez había inclinado la balanza a favor de la otra parte… pero eso sería una espantosa mentira, y él detestaba las mentiras. Había fallado, le había fallado a su cliente…

    —Tal vez… me hacía falta más práctica antes d-

    Aquel comentario que hizo en voz alta para que nadie oyera se vio interrumpido por un golpe seco en la entrada.

    Levantó la vista del escritorio y frunció el ceño, mirando en dirección a la entrada.¿Acaso alguien llamaba a la puerta? ¿A estas horas? Era un estudio pequeño, así que era lógico que pudiese oír la puerta desde allí. Sin embargo, se suponía que estaba cerrado, nadie tenía manera de saber que él aún se encontraba allí, y mucho menos a tales horas de la noche…

    Otro golpe lo sacó de su ensimismo. Y luego otro. Y otro más. Alguien golpeaba la puerta frenéticamente, con ansiedad, y los consistentes golpes parecían indicar una sola cosa: desesperación. Quien fuese que se encontraba en la puerta estaba realmente ansioso de que le abrieran.

    Dado que evidentemente quería que los golpes cesaran de una buena vez, se dirigió hacia la puerta del estudio.

    Al abrir la puerta, esquivó por poco una delgada mano que estuvo a punto de golpearlo, puesto que el autor de los golpes tenía intención de seguir golpeando la puerta y no vio que ésta ya había sido abierta.

    —Ah… ¡lo siento! —se disculpó inmediatamente una voz femenina.

    Hubert se recompuso rápidamente y se dedicó a observar al origen de aquella voz. Se trataba de una muchacha bajita que debía tener aproximadamente su misma edad. Sus facciones eran finas y delicadas, y su piel era increíblemente pálida; le recordó levemente a una muñeca de porcelana.

    El cabello de la chica, negro como un cielo nocturno sin estrellas, era liso y le llegaba hasta la cintura, con un flequillo recto en la frente. Llevaba puesto un vestido color rosa salmón que no pasó desapercibido; saltaba a la vista que esta no era vestimenta casual. ¿Provenía de una fiesta, quizás? ¿O de algún bar cercano?

    —Está bien, no hay problema —musitó Hubert ante su disculpa—. Ehm… disculpe que lo pregunte así pero, ¿quién es usted?

    —¡Ah! Claro, no me he presentado —dijo la chica, intentando disimular un pequeño y vergonzoso sonrojo—. Mi nombre es Emily, Emily Hodges y… ¿es este el Estudio Jurídico Mattsson? Necesito ayuda, por favor, se lo suplico… bueno, no ayuda para mi precisamente… aunque bueno, también podría decirse que sí… algo, oh, algo terrible ha ocurrido y… por favor, por favor…

    —Respire, Srta. Hodges —la interrumpió Hubert al verla hablar tan alterada y con tanta prisa.

    Le dirigió una sonrisa a la muchacha, que esperaba fuese tranquilizadora, y ayudara a la joven a serenarse. Sirvió, porque la Srta. Hodges se tranquilizó e intentó respirar con más normalidad. Cuando su estado de ansiedad se calmó, Hubert la invitó a pasar a la oficina, y ella aceptó.

    Debía admitirlo, su oficina no era realmente la gran cosa. Al ingresar se encontraron en una modesta sala de estar, que contaba con un pequeño sillón de cuero color negro ubicado frente a un televisor. Había una mesa de madera hacia la izquierda del televisor que contaba con unas dos sillas, también hechas de madera. Sobre dicha mesa había una multitud de cosas apiladas; periódicos viejos, revistas, documentos… todos completamente desordenados y apilados indiscriminadamente en el mueble.

    Hacia el lado del televisor se encontraba la puerta que conducía al baño, y un poco más hacia la izquierda se encontraba una pequeña cocina que contaba con lo básico y necesario; microondas, vasos, cubiertos, platos, y, probablemente lo más importante para un abogado, una cafetera. Hacia el lado del sillón se encontraba otra puerta, que se encontraba entreabierta, la cual llevaba a la actual oficina de Hubert. Y, realmente, no había mucho más que eso por aquí.

    La mujer del vestido rosa entró con pasos enérgicos, mirando todo a su alrededor con el asombro característico de un niño curioso plasmado en sus hermosos ojos. Observó todo con cautela antes de decidir tomar asiento en un extremo del sillón negro.

    —Vaya, imaginaba este lugar un poco más… no lo se, grande —murmuró ella con asombro.

    —Lamento decepcionar —replicó Hubert con una pequeña sonrisa.

    —¡Ah! No, no quise decirlo en ese sentido… ¡perdón! —exclamó Emily enseguida—. Es muy acogedora, de verdad, es sólo que… cuando me hablaron del prestigioso abogado Arend Mattsson, me imaginé un estudio enorme con una legión de abogados corriendo por todos lados, ¿entiendes lo que digo?

    Hubert asintió. Realmente… siguiendo la magnífica trayectoria de Arend Mattsson como abogado, aquella reacción no era nada extraña. Pero a Arend nunca le gustaron las oficinas grandes; solía decir que prefería algo así, pequeño y simple pero acogedor y cálido, a un inmenso estudio que calificaba como gélido y frígido.

    —A él nunca le agradaron mucho los estudios grandes, por eso siempre mantuvo esta pequeña oficina —reveló el muchacho—. Y al igual que él, te confieso, yo también lo prefiero así… de modo que no te preocupes, no me sentí insultado.

    —Ah, me alegro, no fue mi intención sonar despectiva —le aseguró Emily, sonriendo ahora más calmada—. En cualquier caso, estoy buscando a Arend Mattsson… sé que es muy tarde, pero es un caso muy importante y…

    —Lamento ser el portador de malas noticias… pero Arend Mattsson ya no trabaja más aquí —informó Hubert con serenidad—. Ni en ningún otro lado. Se ha retirado como abogado defensor.

    Y era cierto. Arend Mattsson había sido un prestigioso abogado defensor que ejerció la profesión por muchos años. Defendió a inocentes, disputó grandes batallas legales, e incluso ayudó en investigaciones policiales debido a su fascinación por llegar al fondo de un asunto cuando éste picaba su curiosidad.

    Pero un fatídico día, su esposa enfermó gravemente. Hendrika, una mujer gentil y muy hermosa que trabajaba como bibliotecaria, contrajo una severa enfermedad que los médicos no supieron exactamente cómo llamar.

    Los doctores lograron curarla casi por completo, pero dictaminaron que la estresante vida de la ciudad, así como el smog y otras toxinas en el aire urbano, eran la principal causa de aquella misteriosa enfermedad que había contraído, y le recomendaron una vida alejada de la ciudad para que su recuperación fuese completa. Sin dudarlo, Arend dejó su carrera y se mudó junto con su esposa a un extenso campo alejado de la vida urbana que estuvo a punto de arrebatarle al amor de su vida.

    —¡¿Qué?! —exclamó la joven Hodges, poniéndose de pie de un salto—. Pero… pero eso… ¡no puede ser! Ella me dijo, que encontrara a ese abogado, él era el único… en quien ella podía confiar y… y ahora, ¿y ahora qué hago?

    >> Un momento… si Arend Mattsson no trabaja más aquí… ¿por qué este estudio jurídico no ha cerrado?

    —Tal vez mi padre se haya retirado… pero eso no significa que nuestras puertas están cerradas, y mucho menos para los clientes que nos necesiten —afirmó el joven abogado con decisión—. Oh, creo que no me he presentado… mi nombre es Hubert Mattsson, y este es mi estudio jurídico.

    >> Ahora dime, Emily… ¿en qué puedo ayudarle?

    —Mi… mi mejor amiga… —musitó Emily, su voz reducida a un susurro, como si no estuviese convencida aún de si confiar o no en aquel joven—. Mi mejor amiga asesinó a alguien.





    Continuara…
     
    Última edición: 6 Julio 2017
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    Nami, ¡pero qué genial escrito! <3

    Siempre digo que tus ideas son fantásticas, y es que yo llevo meses queriendo escribir algo del rol pero mi mente anda seca xD. En cualquier caso, ya sea por la trama, por la elección de personajes o por el control absoluto que tienes para evitar el OoC, he amado esto.

    Sí, porque puedo imaginarme perfectamente a Hubert siendo abogado, creo que va bastante con su personalidad reservada y analítica a la par que amable y servicial. Las profesiones que siempre le he visto a Hubert han sido bibliotecario y abogado. Me sorprendió mucho su apellido, eso sí x'D

    Y Emily. Aws, Emily. OMGGG, Emily. You little cute cinnamon rol. No sé como tengo que decir que amo a Emi, y este primer capítulo me hizo amarla aún más. ¡Omg, es adorable! I love her so much. ;-; <33

    Leí en el perfil de Bru que su amiga, la acusada de asesinato sería Mimi, so... ¿Puedo shippearlas aquí también? Aún si se odiaran yo las shippearía igual (?

    En otro orden de cosas, teniendo en cuenta que la acusada es Mimi... imaginé por un momento que la víctima de asesinato sería Ian xD (???

    Estoy encantada con la idea de que aparezcan los demás personajes, no puedo evitar preguntarme e imaginar que papel tendrá cada uno en la historia. La verdad es que me llama bastante la atención quien podría ser Effy... ¿Una abogada rival? ¿Policía? ¿Alguien implicado en el caso?

    ¡No puedo esperar a que actualices para ver como sigue! Pero por favor, por favor... no tardes meses y años en publicar nuevo capítulo como otra persona que probablemente esté leyendo esto y que no voy a señalar (??? Sí Bruno, eres tú. Carajo, actualiza ya >:c (??

    Okno. En cualquier caso, debo decir que me encantó. Probablemente sea algo que ya se ha visto antes, pero hacerlo con los personajes del rol, con sus personalidades tan dispares, creo que es un notable plus. Estamos acostumbrados a ver a los chicos con sus pokémon, así que hacerlos cambiar de aires en este fic le añade originalidad y frescura a la trama.

    En cuanto a la parte ortográfica... te comiste, seguramente, el "Tal vez" en esta frase de Hubert:

    Pero bueno, es un pequeño error y no he notado nada más destacable, adoro tu modo de narrar y siendo beta reader tu escritura es prolija. Nada más que añadir por este lado.

    Repito que lo amé xD
    ¡O sea, es muy genial! Ojalá tuviera tanta creatividad y la capacidad para plasmar ideas con tanta facilidad como tú. ¡Y tu control del Ooc! Al menos para una persona como yo, que sí apenas puede controlar sus propios personajes, este hecho resulta sorprendente.

    ¡Espero con muchas ganas la continuación!

    Ja ne~
     
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    Nami Roronoa

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    Y bueno, aquí estamos… hora de pasar al capitulo 2.

    Primero que nada, quiero agradecer. ¡Mil gracias @Noir por tu comentario! Tus palabras me hicieron muy feliz, de verdad, me alegra que te guste esta historia… así que ojalá te guste este capitulo, dado que tu querido personaje aparecerá en el ;)

    ¡Espero disfruten de la continuación!




    Capitulo 2: Contrato


    [8 de Diciembre. 01:28. Estación de Policía: Cuarto de Interrogatorios]


    El muchacho de cabellos negros se encontraba sentado en una dura silla de metal, mirando como la única lamparita que iluminaba la sala se movía lentamente de un lado a otro sobre su cabeza. Lamentablemente, no le quedaba otra que esperar ahí.

    Seguía llevando puesto el mismo traje que había usado en la corte todo el día; su camisa ya se mostraba un tanto arrugada, y el nudo de la corbata comenzaba a molestarle. Sin embargo, no había tenido tiempo de cambiarse al traje limpio que tenía guardado en la oficina en caso de emergencia. Lo más importante en aquel momento era presentarse ante su cliente, así que luego de obtener la información básica del caso gracias a Emily se apresuró en hacer acto de presencia en la estación de policía donde se encontraba detenida.

    La tediosa espera finalmente dio sus frutos. Luego de un instante que pareció una eternidad, la pesada puerta del cuarto de interrogatorios se abrió, y por ella entró su cliente, escoltada por una oficial de policía.

    Mimiko Honda, ese era el nombre de la joven en custodia. Parecía ser un poco más joven que él, y, no lo iba a negar, era bastante bonita. Era de estatura promedio, quizás un poco menos, con largo cabello rubio alborotado (“probablemente debido al tiempo pasado aquí dentro”, comentó Hubert para sus adentros) y enormes ojos azules que mostraban una única expresión: tristeza.

    Sin embargo, en cuanto vio al joven de traje sentado esperándola, la tristeza fue reemplazada por algo similar al alivio. La oficial de policía que la había acompañado hasta allí, una mujer alta y de expresión malhumorada llamada Rhyme, se retiró luego de que la rubia ingresara efectivamente en la habitación, dejándolos solos.

    —Señorita Honda… —comenzó Hubert.

    —Llámeme Mimi —ordenó la aludida de inmediato—. Todo el mundo lo dice. “Mimiko” es muy largo y suena como un animal japonés, y “Srta. Honda” suena demasiado formal para la situación en la que nos encontramos… así que llámeme Mimi.

    Sin mas, Mimi tomó asiento en la silla de metal que se encontraba frente a la que ocupaba Hubert, con una mesa no muy larga separándolos.

    Hubert no estaba seguro de lo que esperaba. Alguien que acababa de ser arrestado y acusado de asesinato… ciertamente esta no era una situación que se debía tomar a la ligera. Sin embargo, esta chica venía con una actitud altiva y altanera… eso no le iba a ganar puntos en la corte, eso era seguro.

    —Sabía que Emily lo encontraría —dijo Mimi una vez que estuvo sentada—. Arend Mattsson… mi madre me dijo que si algún día tenía algún problema legal o algo por el estilo debía contactar a Arend Mattsson, el mejor abogado que ella ha conocido en su vida… su nombre era Anna, seguro que la recuerda…

    —Lo lamento, pero me temo que hay una confusión —la atajó Hubert—. Yo no soy Arend Mattsson.

    El silencio que asaltó la sala durante el próximo minuto, que pareció durar una hora, le dio al joven la certeza de que ella lo había confundido con su padre.

    No debió sorprenderle; Mimi había mandado a Emily a buscar a Arend, después de todo. Y al igual que su amiga, Mimi tampoco estaba al tanto del repentino retiro de su padre, de modo que era natural que lo esperase a él en lugar de a Hubert en aquel lugar. Y aunque Mimi parecía desencajada ante lo que le dijo, intentó mantener su compostura.

    —¡¿Eh?! —exclamó; bueno, al parecer no logró mantenerla después de todo—. Pero… ¡pero yo mandé a buscar al mejor abogado! Mi madre me lo ha recomendado. ¡Merezco nada menos que la mejor defensa legal, y por supuesto que para eso necesito al mejor abogado!

    >> Así que, no se quién demonios eres, pero esfúmate ahora y ve a buscarme a Arend, muchas gracias…

    —Arend se ha retirado de la práctica legal. Ya no ejerce más como abogado defensor.

    El rostro de Mimi se transformó en una mueca de horror. Se puso de pie de golpe y golpeó con ambas manos la mesa ante ella.

    —¡N… no me importa! ¡Deberá volver a ejercer entonces! ¡Ve a buscarlo te dije! ¡¿Qué acaso eres idiota?! ¡¿Quién demonios eres, de todos modos?!

    Haciendo uso de absolutamente toda su paciencia, Hubert logró conservar la calma. Lo cual fue todo un logro, pues la tal Mimi parecía tener un talento especial para sacar de quicio a las personas. Quizás era por eso que la Oficial Rhyme parecía estar de tan mal humor.

    —Mi nombre es Hubert Mattsson —se presentó con serenidad—. Hijo de Arend, y actualmente el único abogado del Estudio Jurídico Mattsson.

    >> He venido aquí por pedido de la Srta. Hodges, porque ella cree que puedo ayudarla. Y por lo que me ha contado Emily, no habrá exactamente una fila de abogados dispuestos a tomar su caso… así que, ¿por qué no se sienta y hablamos con más calma, como personas civilizadas?

    Lentamente, las palabras de Hubert lograron tener un efecto tranquilizador en Mimi. Poco a poco, recuperó su compostura y se sentó nuevamente en su silla, ahora más calmada.

    —¿Qué quiere decir con eso? —preguntó Mimi finalmente—. ¿Por qué… por qué crees que otros abogados no tomarían mi caso?

    —Porque es un caso prácticamente perdido —admitió Hubert—. Usted fue encontrada con la víctima, con el arma homicida en sus manos… le ha hecho al fiscal a cargo del caso muy fácil el trabajo de pintarla como la asesina, ¿sabe?

    —¡Pero tengo dinero! Los abogados… los abogados son como buitres… si les tiro suficiente dinero, no tendré problema en tener una excelente defensa legal…

    —Ese sería el caso, claro, si contara con el dinero de su padre —reflexionó el muchacho—. En el camino hacia aquí, he investigado un poco sobre ti, Mimi, y sé que tu padre no te pasa dinero desde que cumpliste los dieciocho años.

    —Pe… pero… ¡pero yo no lo hice! —estalló Mimi—. ¡Lo juro! ¡Lo juro sobre la tumba de mi madre! Es cierto que fui hallada en esa situación… ¡pero no he sido yo! ¡Tiene que creerme!

    Hubert analizó a su potencial clienta con ojo crítico. Su rostro presentaba manchas de maquillaje corrido, así como leves marcas que le indicaban que había estado llorando recientemente. Y sus ojos, tan azules y tan grandes, parecían a punto de romper en llanto de nuevo; aquella tristeza había vuelto a tomar el control de su expresión.

    —Te creo, Mimi.

    —¿E… eh?

    —He dicho que te creo —repitió el joven abogado con sinceridad.

    Sin una palabra más, Hubert se inclinó para sacar un papel y un bolígrafo del maletín que portaba. Desplegó el papel frente a la rubia para que pudiese leer con claridad.

    —Firmando este contrato, pasaría a ser su representante legal, es decir, su abogado defensor —le explicó él—. Y prometo, sin lugar a dudas, mi mejor desempeño en ese papel.

    Ella observó el contrato con desconcierto, como si jamás hubiese visto un pedazo de papel similar. Lo leyó y releyó varias veces, y finalmente decidió romper el silencio.

    —Eres la primera persona que me dice eso, ¿sabes? —confesó la Honda—. Emily es dulce, y una buena amiga… pero estoy segura de que incluso ella tiene sus dudas. Y usted… usted que ni siquiera me conoce dice que…

    Mimi tomó el bolígrafo de las manos de Hubert y, sin pensarlo dos veces, firmó el contrato.

    —Ahora que hemos acabado con las formalidades, pasemos a los hechos —decidió el joven—. Cuénteme lo que sucedió. Necesito saber su versión de los hechos.

    —Fue… ocurrió esta misma noche —comenzó Mimi—. Hace tan sólo unas horas estaba todo bien, y ahora… ahora todo se viene a pedazos.

    —El lugar de los hechos fue la mansión de la familia Inashu, ¿correcto? —dijo Hubert, recordando lo que le había mencionado Emily antes de salir para la estación.

    —Así es… ese fue el lugar —dijo la rubia, asintiendo con la cabeza—. Dos amigos míos, Alpha y Destiny, se habían comprometido el día anterior. Alpha finalmente se animó y pidió su mano en matrimonio… y ella aceptó. De modo que organizaron esta noche una pequeña fiesta para celebrar el compromiso.

    —Y ese era el motivo por el que se encontraban en la residencia Inashu… una fiesta de compromiso.

    —Correcto… Alpha nos invitó a Emily y a mi a la fiesta —continuó Mimi—. No era un evento muy grande, realmente, pero había varias personas. La familia de Destiny, compañeros de trabajo de Alpha, amigos de los dos… sí, no creo que pueda decirse que era una fiesta pequeña.

    —¿Qué sucedió en la fiesta? —preguntó Hubert.

    —La fiesta venía muy bien; había música, comida, bebida, y mucha gente con la que se podía conversar. Pero a eso de las diez de la noche empezamos a tener algunos problemas técnicos…

    —¿Problemas técnicos? ¿A qué se refiere?

    —Problemas eléctricos —se explicó Mimi—. Las luces, el equipo de música… la casa entera se quedó sin luz por unos momentos. Luego regresó la luz, luego se volvió a cortar, y luego volvió por segunda vez, para quedarse esta vez.

    >> El Sr. Inashu llamó a la compañía eléctrica, pero no hallaron ningún problema en la cuadra; sólo la casa de los Inashu se vio afectado por aquel extraño suceso. Lo atribuyeron a una falla momentánea y la fiesta continuó.

    —Una falla momentánea, ya veo… ¿y qué sucedió luego?

    —Había tomado demasiada agua; todo el tema de la luz me había puesto nerviosa. Y naturalmente, fui en búsqueda de un baño —prosiguió la Honda—. No conocía la casa de los padres de Destiny y no la encontré ni a ella ni a Alpha como para preguntarles donde estaba el baño, así que simplemente fui de cuarto en cuarto esperando encontrar el baño…

    —¿Y fue entonces cuando encontró el cuerpo de la Srta. Inashu?

    Apretando los puños, y con las lágrimas amenazando con brotar de sus hermosos ojos azules en cualquier momento, Mimi asintió con la cabeza.

    —Yo… yo no entendía… ella estaba tendida en el suelo de espaldas a mi… ¡fui tan idiota! —sollozó Mimi; una delgada lágrima, casi invisible, resbaló por su mejilla izquierda—. Ella estaba tirada en el suelo y noté que había sangre debajo de su cuerpo, así que corrí de inmediato a ver qué le sucedía…

    —Creyó que ella estaba con vida, y se apresuró a socorrerla… no eres ninguna idiota, Mimi —sentenció Hubert—. ¿Ya estaba muerta cuando llegaste?

    —Sí —afirmó la Honda con tristeza—. La tomé en mis brazos, pero ya no respiraba. Y tenía aquel cuchillo… aquel cuchillo le atravesaba el pecho y… no podía dejar de llorar, Hubert, ella estaba viva hacia sólo unos instantes y…

    —Ese cuchillo… ¿usted afirma que no lo tocó? —la interrumpió el joven abogado—. Entonces, no debería haber huellas dactilares suyas en el mango del cuchillo, ¿no?

    —Como usted dijo, este caso no es tan fácil —respondió Mimi con voz sombría—. Verá, ese cuchillo… ese cuchillo es mío.

    —¿Cómo dice?

    —Era un cuchillo de caza. Mi padre me enseñó a cazar cuando era pequeña —se explicó ella—. Confieso que no me gusta mucho la cacería, pero era una niña desesperada por el afecto de su padre y esa era la única actividad que compartíamos, así que…

    >> Ese cuchillo es parte de una colección de cuchillos de caza que me pertenecen. Fueron un regalo de cumpleaños de mi padre, muchos años atrás. Sin embargo, perdí la colección de cuchillos unos meses atrás. No se dónde los dejé o en qué momento sucedió, pero desapareció la colección completa, nunca más vi aquellos cuchillos. Hasta esta noche, claro…

    —En otras palabras… sus huellas se encontrarán en el arma homicida, aunque no la tocó en esta ocasión —resumió Hubert con un suspiro—. Como sea… Mimi. Por favor cuéntame que sucedió después.

    —Una mujer entró al cuarto y gritó ante la escena —siguió relatando la Honda—. El grito atrajo un montón de gente y me sacó del shock de encontrar el cuerpo de Destiny.

    >> De inmediato, llamaron a la policía y me trataron a mi de la asesina, por más que jurara que ya estaba muerta cuando la encontré. La policía llegó y, sin dudarlo mucho, me arrestaron de inmediato. Logré pedirle a Emily que buscara a Arend Mattsson antes de que me llevaran detenida.

    —Y gracias a eso, aquí nos encontramos —finalizó Hubert, dándole una sonrisa optimista que esperaba fuese tranquilizadora—. ¿Quién era la mujer que entró al cuarto y gritó?

    —Su nombre es Liza White —reveló la rubia, cruzándose de brazos—. La mejor amiga de Destiny. Creo que la estaba buscando, a Destiny digo… la estaba buscando desde que se cortó la luz.

    —Ya veo… Mimi, ¿hay algo más que deba saber? ¿No omites ningún detalle?

    —No, creo que eso es todo… —concluyó Mimi con voz cansada; revivir los eventos de la noche parecía haberla dejado exhausta—. Dime la verdad… ¿hay alguna posibilidad de que pueda salir de este lugar?

    —Esta noche, me temo, tendrás que pasarla en la celda de la estación policial —reveló el muchacho, para horror de la Honda—. A primera hora de la mañana me presentaré en los tribunales para que se te permita salir bajo fianza; ¿cuentas con dinero para afrontar el pago de la fianza?

    —Emily… Emily sabe todo. Donde guardo mi dinero, lo que tengo depositado en el banco, mi número de cuenta corriente… todo —dijo Mimi—. Vivimos en el mismo departamento, después de todo.

    —Entonces arreglaré los detalles de la fianza con tu amiga, la Srta. Hodges —asintió Hubert—. Eso es todo por esta noche, Mimi. Sé que puede sonar difícil de hacer después de lo que acabas de vivir… pero ahora debes dormir y reponer tus fuerzas.

    >> Nos veremos mañana nuevamente, y haré lo posible para que, cuando nos veamos, sea afuera de esta estación de policía.

    Mimi asintió. Hubert se puso de pie, encaminándose hacia la puerta, y golpeó dos veces para que la Oficial Rhyme le abriera.

    —Gracias… Hubert… —llegó a musitar Mimi en voz baja antes de que su abogado se retirara.


    oo00oo00oo00oo00oo00oo00

    [8 de Diciembre. 01:55. Estación de Policía]


    Luego de que otro policía lo guiara, Hubert se encontró de regreso en el pasillo por el que había ingresado a la sala de interrogatorio, el cuarto donde le habían permitido reunirse con su cliente. Allí, buscó con la mirada a Emily

    La mujer de cabellera negra lo había acompañado hasta allí con la ilusión de poder ver a su amiga, pero él sabía que eso no iba a ser posible, al menos no hoy. La encontró sentada en una silla del pasillo, charlando con un policía bajito y de aspecto juvenil.

    A simple vista no parecía ser un oficial; no llevaba uniforme puesto, y a decir verdad parecía demasiado joven como para portar un arma. Sin embargo, un análisis más cercano del joven evidenció que este era su lugar de trabajo; la placa que portaba en su cinturón lo comprobaba.

    —Oh, Hubert, te presento al Oficial Ukitashi —se lo presentó Emily con una pequeña sonrisa—. Somos amigos desde hace años.

    —Dime Ukita, es más corto… y es sólo Ukita, realmente, dado que no soy un oficial de policía. Aún soy un recluta a prueba —dijo Ukitashi luego de estrechar manos con el abogado—. Así que, Hu, ¿tú serás el abogado de Mimi?

    —En efecto.

    —Ah, ¡aceptó! Que alegría… sé que podrás demostrar que no fue ella la asesina, estoy segura —se alegró Emily, dando un pequeño saltito de emoción, como si aún fuera una niña pequeña.

    —Espero que tengas razón, Emi… Mimi Honda es muchas cosas, pero no tiene pinta de asesina —opinó Ukita—. En cualquier caso, será mejor que me vaya… Rhyme ya me ha dicho que me cortará la cabeza si no termino con el papeleo antes de irme, y algo me dice que no era una broma…

    Ukita se despidió de Emily y se marchó, determinado a enfrentar la montaña de papeles que le esperaban. Por su parte, Hubert se volvió hacia la muchacha mientras se encaminaban hacia la salida del edificio.

    —¿Tienes dónde quedarte, Emily? —preguntó Hubert—. Tengo entendido que vives con Mimi, ¿no?

    —Sí… me quedaré en casa de Dante, mi novio. Él no asistió a la fiesta, pero está al tanto de lo que sucedió y me ofreció quedarme con él para que no pasara la noche sola… —respondió Emily—. Hablaremos mañana por la mañana, ¿verdad?

    —Por supuesto… mañana trabajaremos juntos para la liberación de Mimiko Honda —le aseguró él—. Así que será mejor que descanses cuanto puedas, porque mañana será un día bastante largo.

    Muchas dudas lo asaltaban después de su reunión con la joven Honda. Aunque creía en su inocencia, era cierto que todo parecía sugerir su culpabilidad; el arma le pertenecía, Liza White la había hallado en aquella escena más que comprometedora, y estaba segura de que había un centenar de pruebas más que aún desconocía.

    Pero de algo estaba seguro. No abandonaría a su cliente. Daría todo de si mismo, y lucharía con uñas y dientes para probar la inocencia de Mimi.
     
    Última edición: 12 Octubre 2016
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    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

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    Oh Nami... yo te amo. En serio. Es tardísimo y estaba por irme ya a la cama, pero vi la alerta y no pude evitar pasarme a comentar, so daré mi mayor esfuerzo por reprimir mi parte fangirl y poner algo con sentido acá, ya que son muchas cosas xD

    Primero que nada, la entrada en escena de Mimi fue sublime. Y Rhyme con ella, aunque esta última apenas si fue mencionada un par de párrafos. Esa presentación es tan ella xD

    —Llámeme Mimi —ordenó la aludida de inmediato—. Todo el mundo lo dice. “Mimiko” es muy largo y suena como un animal japonés, y “Srta. Honda” suena demasiado formal para la situación en la que nos encontramos… así que llámeme Mimi.

    Hay dos cosas muy curiosas que me llamaron la atención aquí. Cuando dice que suena como un ''animal japonés'', supongo que querías decir como un ''anime'', porque el otro término me suena bastante extraño ahí xD btw, yo no puedo imaginarlos de otro modo. Siempre veo a los personajes del rol como personajes anime, incluyendo por supuesto, este AU.

    Dejando de lado eso, toda la conversación con nuestro querido abogado Hubert Mattenson fue genial. Todo ese exabrupto, el desconcierto de Mimi, su confusión y sus exigencias tan típicas... Creo que si alguna vez termino dejando el rol, dejaré a Mimi en tus manos, porque como ya he dicho, tu control de los personajes es increíble.

    Y llegando a la parte de los hechos... todo lo que cuenta suena muy sospechoso. O sea, yo soy malísima para sacar conclusiones e hipótesis, pero hay algo que no me cuadra en el relato de Mimi. Más aún porque tiene que ver con Destiny y Alpha (? Quiero creerla, pero si algo me han enseñado las películas de crímenes es que no debes fiarte de nadie, y por no fiarme no me fio ni de mi propio personaje x'D. En cualquier caso, esa parte me encantó. En especial la explicación de los cuchillos de caza, porque Mimi realmente haría cualquier cosa por obtener la atención de su padre, aún si lo odiase o no le agradese demasiado como es el caso aquí.

    Y entonces vino mi momento fangirl. OMG, really. Morí con esto porque no es ni normal lo mucho que las shippeo:

    OMG, viven juntas. ¡Viven juntas! x'DD
    Morí.

    Y mi corazón fangirl se quebró con esto:

    Aws. Bueno, fue bonito mientras duró x'D
    En otro orden de cosas y dejando de lado mi corazón yurista, me alegra ver que el Comebackshipping se mantiene intacto aquí. Ellos son bien lindos juntos.

    Creo que no me queda mucho más que decir. Disculpa si me dejéo algo pero ando con una gripe horrenda y estoy bastante cansada y el fangirlismo y pues... <3
    En cualquier caso, me ha encantado este capítulo. No son nada cortos, pero a mí me lo parecen. Será porque me meto tanto en la lectura que no me doy cuenta de nada. (?

    Salvo lo de ''animal japonés'', no he notado ningún otro error en este capítulo. Y si hay, yo al menos no lo noté.

    Oh, casi se me pasa... ¡Ukita! ¡El señor amo de la Frizz apareció al fin! Me pregunto si en lugar de café tomará bebidas enérgicas tipo Monster de la máquina expendedora, en pos de ocuparse de todo ese papeleo que le ordenó Rhyme (? Y Liza fue mencionada, así que probablemente aparezca en el próximo capítulo, ¿verdad?

    Tengo muchas ganas de ver que papel tendrán los demás, aún espero ver a Effy. No puedo ni imaginarme que se cuece con ella en esta historia xD

    Nada más que añadir por el momento, Nami, disculpa de nuevo si me dejo algo, son muchas cosas que mencionar y tengo la memoria de un pez de colores. Ojalá se pasen los demás a comentar también <3

    Ja ne <3.
     
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    Nami Roronoa

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    Y bueno… ¡llegamos al tercer capitulo! Las cosas se ponen en marcha para el juicio de Mimi… aunque, ¿a favor o en contra de la Honda? Sólo el tiempo lo dirá… y dependerá de Hubert defenderla de las acusaciones que aparezcan.

    Gracias @Noir por tu hermoso comentario, de verdad me hizo fangirlear mucho tus palabras… y espero te recuperes pronto de esa horrible gripe <33 Y lo del "animal japonés", realmente quise poner eso, en referencia a pokémon (que son animales, y provienen de Japón) y como Elisa le decía que su nombre sonaba como un pokémon XD Pero… pensándolo mejor, anime sonaba mejor XDD

    ¡Espero les guste este nuevo capitulo! ¡Adelante, disfruten! :3




    Capitulo 3: Encuentros

    [8 de Diciembre. 08:01. Palacio de Justicia: Oficinas]


    A primera hora, bien temprano por la mañana, Hubert hizo acto de presencia en el Palacio de Justicia.

    No había dormido mucho, a decir verdad, debido a lo tarde que terminó su entrevista preliminar con Mimi Honda la noche anterior. Pero aún así, las horas de sueño conseguidas le habían alcanzado para renovar energías para el día de hoy. Tras una buena ducha y un buen café matutino, estaba listo para toda la larga lista de tareas que le correspondían el día de hoy.

    Las oficinas del Palacio de Justicia, lugar de asiento de los tribunales y juzgados de la ciudad donde los jueces ejercían sus funciones, siempre le habían parecido un lugar algo intimidante. Las salas eran inmensas y el edificio era bastante antiguo; le hacían sentir minúsculo ante la inmensidad del sistema judicial. Esas oficinas no sólo consistían en los despachos de los jueces, sino que también incluía a la Oficina de Procuradores, donde se encontraban los despachos de los fiscales que servían a la nación.

    Antes de llegar a las oficinas en si, sin embargo, se encontraba frente a un gran primer obstáculo: la secretaria. La joven que funcionaba como secretaria de los fiscales ocupaba un modesto escritorio frente a la entrada al pasillo que llevaba a las mencionadas oficinas, y tenía instrucciones de no dejar pasar a nadie que no estuviera autorizado.

    Por fortuna, en esta ocasión, no necesitaba pasar de largo de ella. De hecho, era a ella misma a quien acudía allí a buscar.

    —Buenos días, Mitsuki —saludó con cordialidad. La secretaria levantó la vista del papel que había estado leyendo hasta entonces.

    Se trataba de una muchacha de cabello negro que llevaba arreglado en una coleta alta, ojos de color ámbar, y con un aire de inocencia que parecía flotar a su alrededor. Mitsuki Arima era una buena chica, simpática, y a Hubert le caía bien aunque por la naturaleza de su trabajo lo usual era que se encontraran en bandos opuestos.

    —Buenos días, Hubert —respondió al saludo con amabilidad—. ¿Qué te trae por aquí?

    —Papeleo, ¿qué más? —suspiró el muchacho, sacando de su maletín un par de papeles—. Lo primero es una copia del contrato que firmé con Mimiko Honda, donde me asigna como su abogado defensor. Y lo otro es todo lo demás; cédulas, identificaciones, nuestra declaración de “no-culpable”, y… bueno, ya sabes, lo de siempre.

    —Me aseguraré de que añada al expediente cuanto antes —le aseguró la joven, tomando los papeles y depositándolos sobre su escritorio—. El caso es “El Estado contra Mimiko Honda”, ¿no es así?

    —Así es —confirmó Hubert—. ¿Ya hay fecha y hora de la primera sesión del juicio?

    —Sí, ya la hay, déjame revisar…

    La joven Arima se volvió hacia la computadora que posaba en su escritorio y presionó un par de teclas a gran velocidad. Tras un breve instante de silencio, la pantalla brilló con el resultado de su búsqueda.

    —Nueve de Diciembre, a las 15:30 —confirmó Mitsuki—. Vaya, sí que ha sido rápido eso… el juicio ya comienza mañana.

    Eso era lo que me temía” suspiró el abogado para sus adentros.

    Sabía que no tendría mucho tiempo para construir su caso, había rogado tener dos o tres días, pero tan sólo uno… bueno, por suerte era nada más que la primera sesión; si sobrevivía a eso, tendría más tiempo para construir una defensa más sólida.

    —Bueno, será mejor que me ponga a trabajar cuanto antes entonces —resolvió él—. Ah, y esto también te lo tengo que presentar… es un escrito donde se pide que se publique la fianza para mi cliente cuanto antes.

    —Lo tomaré enseguida —asintió Mitsuki, tomando este nuevo papel—. Ahora se lo llevaré al fiscal a cargo del caso… calculo que para la hora del mediodía ya estará listo todo.

    —Muchas gracias, Mitsuki… y sólo por curiosidad, ¿quién es el fiscal que se encarga del caso?

    Mitsuki le respondió con una sonrisa misteriosa que él no supo descifrar.

    —Lo descubrirás mañana, Hubert… —dijo con tono críptico.


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    [8 de Diciembre. 08:31. Palacio de Justicia: Entrada]


    Tal y como habían pactado, Emily lo estaba esperando en la entrada del Palacio de Justicia, y allí fue donde se encontraron una vez que él terminó de presentar los papeles correspondientes al caso.

    Una vez Hubert dejó atrás las oficinas y los tribunales, se reunió con la muchacha de cabellos negros, quien lo esperaba en el umbral de la enorme puerta de bronce que se abría para que la gente ingresara al edificio principal del poder judicial. En esta ocasión, sin embargo, no había acudido sola al encuentro.

    La acompañaba un joven de aproximadamente su misma edad. Era un poco más bajo que Hubert, pero a la vez más alto que Emily. Su cabello color café estaba un poco largo, y un mechón de pelo tapaba uno de sus ojos color miel. Vestía una camisa blanca con un suéter sobre ella, unos pantalones color marrón y zapatos negros. Además, llevaba puesta una bufanda blanca que abrigaba su cuello.

    —¿Y? ¿Qué sucedió? ¿Ya la declararon inocente? ¿Ya podemos llevarla a casa? —lo cuestionó Emily de inmediato, ansiosa—. Oh, claro, déjame presentarte… él es mi novio, Dante Miles…

    —Un gusto —comentó el muchacho con serenidad, extendiendo una mano con gentileza.

    Hubert le respondió al muchacho con una pequeña sonrisa y estrechó su mano. Se veía como una persona bondadosa, y no sabía por qué, pero su actitud tranquila parecía transmitir un aura de paz a su alrededor que no sabía explicar.

    Era un gran contraste con su novia, quien parecía a punto de estallar de los nervios. Intentando apaciguarla, el abogado defensor se apresuró a contestar sus inquietudes.

    —La fianza está siendo procesada ahora mismo —respondió Hubert—. Si lo que me ha dicho la Srta. Arima es correcto, deberíamos poder pagarla y liberar así a Mimi de su celda alrededor del mediodía.

    —¡¿Mediodía?! ¡Pero faltan horas para eso! —se quejó la muchacha, indignada.

    —Tuvimos suerte… hay casos donde el acusado es mantenido bajo custodia durante todo el proceso y se niega la fianza.

    —En todo caso —intervino Dante—. ¿Dónde deberíamos pagar esta fianza?

    —Aquí mismo —replicó el otro hombre, señalando el Palacio de Justicia que se encontraba detrás de él con su pulgar—. Si siguen por la entrada y luego doblan a la derecha, encontrarán a una secretaria llamada Mitsuki Arima. Ella les explicará la forma de pago de la fianza y todo lo demás.

    >> Luego deberán ir a recoger a Mimi a la estación. Una vez que ella sea liberada, tendrán que buscarla por ahí, y les pediré que la lleven cuanto antes a mi oficina. Nos encontraremos en el estudio jurídico alrededor de esa hora.

    —¿Nos encontraremos? —repitió Emily, confundida—. ¿Acaso no vendrás con nosotros?

    —No, hay otros asuntos que debo atender. Ahora mismo, los resultados de la autopsia de la Srta. Inashu deberían estar completos… será mejor que vaya a examinarlos cuanto antes.

    —De acuerdo… ¡no te preocupes, Hubert! ¡Todo saldrá bien! ¡Probaremos la inocencia de Mimi! —exclamó Emily con decisión.

    Eso espero…” pensó Hubert antes de dejarlos atrás y meterse en el primer taxi vacío que frenó para que se subiera.


    oo00oo00oo00oo00oo00oo00

    [8 de Diciembre. 09:57. Morgue]


    El tiempo no parecía pasar en aquel lugar. En aquella morgue, era como si el tiempo mismo se congelara junto con los cuerpos que eran guardados en los refrigeradores del establecimiento.

    O al menos, así le parecía a Hubert Mattsson, quien se encontraba sentado solo en la silla más incómoda del mundo, a la espera de que la persona a cargo de la autopsia saliera a la sala de espera para darle el informe correspondiente. Sin embargo, sentía que estaba allí hace una eternidad; empezaba a sentir que el juez ya habría dictado sentencia para cuando saliera de allí.

    Mientras aguardaba allí a que se le entregara el informe, Hubert decidió aprovechar el tiempo disponible para indagar un poco acerca de la víctima, con la ayuda de su teléfono celular.

    Una rápida búsqueda por internet le arrojó algunos datos más acerca de quién era exactamente Destiny Inashu. Fue la hija de Toku Inashu, un hombre que construyó un imperio empresarial con su empresa, Kalos S.A., y hoy por hoy era uno de los hombres más ricos e influyentes del país. Destiny trabajaba en las oficinas centrales de Kalos S.A., junto a su padre, aunque no pudo encontrar cuál era exactamente su puesto de trabajo.

    Su madre, por otro lado, había fallecido cuando ella era joven. No pudo descubrir mucho más sobre ella, ni siquiera su nombre aparecía en la red, pero sí descubrió que tenía un hermano mayor llamado Axe. No pudo descubrir mucho más que el hecho de que era un año mayor que Destiny; no había mucha información sobre Axe Inashu disponible al parecer.

    La espera fue finalmente traída a su fin cuando la puerta frente a él se abrió, acción que lo llevó a ponerse abruptamente de pie y guardar el teléfono celular en su bolsillo. Ya tendría tiempo de indagar más acerca de los Inashu en otro momento.

    Una doctora salió por aquella puerta y se acercó a él. Era una mujer alta y esbelta, con largo cabello rojo y curvas para el infarto. Traía puesta una bata blanca que la identificaba como parte del cuerpo médico del lugar, y unos anteojos redondos se posaban delante de sus ojos verdes.

    —Dra. Iota, a su servicio —se presentó la mujer con velocidad—. Usted está aquí por la autopsia de Inashu, Destiny, ¿correcto?

    —Así es.

    —Bueno, no hay mucho que reportar, realmente —comentó Iota. Tomó la planilla que llevaba en su mano derecha para leer lo que allí tenía anotado—. Hora de muerte, aproximadamente entre las 22 y 22:30 del día 7 de Diciembre. Causa de muerte, un cuchillo atravesó su corazón. Recibió un total de tres puñaladas, aunque la primera ya fue fatal.

    —¿La primera fue fatal? —repitió Hubert, desconcertado—. ¿Qué quiere decir eso?

    —Que la muerte fue instantánea —contestó la pelirroja, chasqueando la lengua—. La primera puñalada sola acabó con la vida de esta joven.

    >> De todas formas, está todo en el reporte de la autopsia. Tengo aquí una copia de la autopsia para la defensa, idéntica a la que le di al fiscal.

    —Ah, entonces el fiscal a cargo del caso ya pasó por aquí… —musitó Hubert; había tenido esperanzas de descubrir allí quién sería el misterioso hombre al que enfrentaría en la corte al día siguiente, pero parece ser que eso tendría que esperar hasta mañana—. Muchas gracias, docto-

    —¡Iota!

    Una voz interrumpió las palabras de agradecimiento de Hubert. Por la puerta principal ingresó a la sala de espera ingresó el dueño de aquella voz; un muchacho de cabello marrón, un poco más alto que Hubert, con una sonrisa burlona plasmada en el rostro.

    —¡Iota! —repitió el recién llegado con ímpetu—. Te estuve esperando como una hora… ¿no se suponía que teníamos planes?

    —La justicia no se toma ni un descanso, aparentemente —respondió Iota, encogiéndose de hombros—. Otra vez será, Ian…

    >> Iré a buscar aquella copia de la autopsia, Sr. Mattsson, enseguida regreso.

    Un incómodo silencio hizo acto de presencia en la sala de espera una vez que la Doctora Iota abandonó el lugar. El tal Ian lo examinó de arriba abajo, y Hubert no pudo evitar sentir como si el joven fuese un animal salvaje que estudiaba a su presa antes de lanzarse al ataque.

    Finalmente, decidió que debía al menos hacer un esfuerzo para romper el hielo y salir de esta incómoda situación. Así que, resolvió que podía al menos presentarse.

    —Buenos días, mi nombre es Hu-

    —Estabas intentando ligar con Iota, ¿cierto? —lo interrumpió Ian. Una sonrisa desafiante se presentó en sus labios, y se señaló a si mismo con su dedo pulgar—. Pues olvídalo, porque ella es únicamente mía.

    —... —Hubert se quedó sin palabras ante aquella insólita conclusión, pero rápidamente se repuso—. Te aseguro que esa no era mi pretensión.

    —Pues más te valía. De todas formas a ella no le gustan de tu tipo —le espetó Ian, sonriendo como si le hubiese tirado con eso un insulto terrible.

    —Así que, tú y la doctora son…

    —¿Pareja? No, no, nada de eso… —replicó aquel sujeto, moviendo su mano a un lado como restándole importancia—. La relación entre Iota y yo es mucho, mucho más compleja que eso. No tendría caso ponerle una etiqueta tan absurda como “pareja” o “novios”; sería casi un insulto, honestamente.

    —Comprendo —dijo Hubert por mera educación, porque realmente no entendía nada de lo que el otro acababa de decir.

    En ese instante, la puerta volvió a abrirse y por ella emergió Iota nuevamente. Le entregó a Hubert su copia de la autopsia sin reparar en que Ian seguía allí presente.

    —Aquí tiene, la copia de la autopsia…

    —¡Ey! ¿Así que tú te ocupas del caso de Destiny? —intervino Ian, tras haber visto el nombre arriba del sobre marrón que contenía el reporte—. Pobre Des; espero que consigas una condena, Destiny no se merecía terminar así.

    —¿Conocías a la víctima? —preguntó Hubert, aunque no debió de ser sorpresa; era la hija de un reconocido empresario, al fin y al cabo.

    —Hubert no es el fiscal del caso, Ian —objetó Iota, mientras el susodicho asentía con la cabeza a la pregunta del abogado—. Sino que es el abogado defensor de la Srta. Honda.

    El rostro de Ian se ensombreció ante aquella aclaración. Al parecer, la idea de estar hablando con alguien potencialmente del lado de Mimi no le hacía ninguna gracia. Se cruzó de brazos y miró al joven Mattsson con desdén.

    —Así que estás defendiendo a esa tal Mimi, ¿eh? —dijo Ian, y sus labios se torcieron en una mueca burlona—. Será mejor que te rindas ya, ¿sabes? No tienes chances de ganar; Mimi fue agarrada con las manos en la masa, tenía motivo, y tenía el arma. ¿Qué más se necesita para evidenciar lo obvio?

    —¿Un motivo? —repitió Hubert. En todo este tiempo, esa era una pregunta que no se había hecho; ¿podría Mimi tener un motivo para asesinar a Destiny?

    —Exacto; tenía un motivo clarísimo —afirmó Ian—. Claro que no todo el mundo lo sabe, pero bueno… como el mejor amigo de Alpha, por supuesto que lo sabía.

    >> Escucha, y escúchame bien claro, abogado cuyo nombre desconozco, porque no me voy a repetir. Mimi Honda estaba celosa de Destiny, y por eso la quería muerta.

    ¿Mejor amigo de Alpha? ¿La quería muerta? Las cosas que decía el tal Ian no tenían sentido, como piezas de rompecabezas que por más que las forzara no encajaban. Pero eso tal vez significaba que necesitaba más piezas para poder completar el rompecabezas…

    —¿Por qué dice que estaría celosa la Srta. Honda? —interrogó Hubert, presionando un poco más a Ian, a ver qué estaba dispuesto a revelar.

    —¡Pero si es obvio, hombre! —exclamó Ian, con una pequeña risita burlona—. Realmente, si así es como vas a defender a Mimi en el juicio, no tengo nada de qué preocuparme; será condenada culpable sin duda…

    Hubert pensó por un momento. Si alguien como Mimi estaba celosa, debía ser porque la otra persona tenía algo que ella no. Su primera idea fue el dinero, porque eso era algo que Destiny tenía de sobra, pero Mimi tampoco vivía en la pobreza como para querer a alguien muerto por eso. Pero para responder esta interrogante, entonces, necesitaba saber exactamente qué tenía Destiny que Mimi no poseía.

    Lo que Destiny tenía… algo que no mucha gente sabía… el mejor amigo de Alpha…

    Algo dentro de la cabeza de Hubert hizo clic al darse cuenta que la solución era, realmente, algo ridículamente simple.

    —Alpha… —dijo Hubert lentamente.

    —¡Hasta que te das cuenta! —rió Ian con sorna—. No puedo esperar a ver como condenarán mañana a Mimi. ¡Va a ser todo un espectáculo, ¿no crees?!




    Continuará…
     
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    Yugen

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    ¡Oh, que fangirl me puso ver la alerta del nuevo cap! <33

    Antes de nada, gracias Nam. Ya estoy mucho mejor de la gripe, menos mal ;u; <3
    En cuando a lo de animal japonés... no lo había visto de ese modo, creo que fue una referencia muy graciosa. Bueno, sé que es una referencia graciosa ahora que sé a que se refería. Reconozco que no lo vi así xD

    Pasando al capítulo... ¡Qué capítulo tan bueno! ¡Y lleno de apariciones de personajes! <33

    Primero que nada, creo que sé que papel tendrá Effy acá. Sí. Estoy casi segura (repito que casi) de que será... ¿la fiscal? O sea, quién mejor que Effy para actuar en contra de la defensa de Mimi, ¿verdad? Se enfrentaría a ambos en el juicio, a Hubert y a la Honda (ya que son sus rivales en el rol) ¡y sería muy épico! Effy de fiscal, omfg. Va tan bien con su personalidad... (?

    No quiero hablar muy alto porque aún no estoy segura, pero la idea me está poniendo fangirl por momentos xD <3

    En otro orden de cosas, que feliz me hace que Mimi pueda salir bajo fianza al fin, conociéndola tiene que haberlo pasado horrible en esa celda xD

    Y aparecieron Mitsuki y Dante <3

    Poquito, pero ahí están.

    Sin embargo, debo decir, que el capítulo se lo robó Ian y su genialidad. Omg, ¡Ian! E Iota. Omg, ¡Iota! Los amo. Los amo juntos y los amo por separado y los amo en cualquier lugar. Y amo tu modo de plasmar sus personalidades y hacerlo todo tan bien, es ciertamente entretenido y disfrutable.

    La forma en la que Ian hizo aparición en plan "don't touch muy girl" fue sublime. Pude imaginarlo perfectamente diciendo eso y me puso fangirl, pues yo siempre shippeé muchísimo el Mirageshipping y mi kokoro de shipper palpita sin remedio. E Iota de forense. Iota debe llevar la bata blanca. Iota es sexy af (??

    Sabía que Mimi tenía motivos, claro que sí. Por eso no podía creer en su inocencia a pies juntillas, el yanderismo me tiraba demasiado fuerte. Es decir, obvio que Mimi estaba celosa. ¿Cómo no estarlo? Le quitó a su dulce tonto. Y se iba a casar con él. Probablemente ocultase sus celos porque eran amigas, pero celosa debía estar. Y mucho.

    Me gusta, por supuesto, el hecho de que Ian no las tenga todas con Mimi. Porque es como el rol. Me encanta que hayas mantenido tan bien sus personalidades y que hayas tomado hechos y situaciones que han sucedido en el mismo, pero adaptándolos a la trama de este UA. Es tan genial. Estoy muy emocionada, en serio xD

    De hecho estoy haciendo un gran esfuerzo por no presionar teclas al azar y desvariar, creéme que me cuesta. Más a horas tan intempestivas. Pero me encanta esta historia, y me encanta que te hayas decidido a escribirla y publicarla. No es algo fácil.

    No debe ser nada fácil manejar tantos personajes, con tantas personalidades. No puedo dejar de repetirlo porque a mí me cuesta muchísimo.

    Creo que si, sumado a este escrito, Hubert actualizara el Club, mi vida fangirl estaría resuelta <3

    De momento, poco más puedo añadir, me parece que esta vez no me dejo nada en el tintero. Excepto quizás el informe forense. Pobre Destiny. Tres puñaladas en el corazón, definitivamente quien lo hizo la quería bien muerta. (?

    Espero que Bruno se pase pronto a leer esta historia. @Bruno EVF ven a leer esto ya, hombre :<

    Y que Effy sea fiscal. Voy a escribir un TsunTsun con esa idea. #EffyFiscalFTW. Eso sería tan asdfg. Juro que estoy muy fangirl xD

    Ja ne.
     
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    Bruno TDF

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    Bueno, hasta que al fin puedo pasarme a comentar.

    Como ya te adelanté en mi perfil, me quedé con deseos de leer más de esta historia desde que terminé la lectura del tercer capítulo. Simplemente, me ha gustado en demasía tanto el planteamiento de la historia como el manejo de los personajes; porque respecto a este segundo punto, según mi punto de vista, plasmaste muy bien la personalidad de todos los personajes, pero sobre todo la de Hubert. Conforme la lectura avanzaba, podía sentir que se trataba de mi pequeño retoño; además, otra cosa que me pareció muy buena fue la mención a los motivos por los que Arend tiene una oficina tan simple, ya que eso es lo que caracteriza al padre de Hubert: la sencillez. Y también al de romantiscismo, eso de irse a vivir con su esposa al campo para acompañarla mientras se recupera de su salud fue muy tierno <3

    Como en lo ortográfico y narrativo no hay nada que reprochar, me referiré directamente a la trama en sí. Todo fue genial, si bien es cierto que el primer capítulo es apenas una introducción sobre el protagonista y todo se pone en movimiento desde la segunda entrega. Adoro el misterio y, por el momento, se ve que voy a tener que esperar bastante hasta que se revelen los puntos fuertes del caso de la muerte de Destiny. Lo que más quiero saber en estos momentos es quién es el fiscal del caso y ansío ver el duelo que tanto Hubert como éste mantendrán en los tribunales, principalmente por lo adverso del caso. Hubert tiene razón al decir que se trata de un caso perdido (al menos como primera impresión). Y amo demasiado a Mimi, me daría bastante pena verla tras las rejas... Pobre... Ni en los fanfics deja de caer en desgracia :(

    En resumen, excelente relato. Hubert se ve tan cool <3

    ¡Estaré a la espera del próximo capítulo!
     
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    Nami Roronoa

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    Bueno, aquí estamos… ¡capitulo 4! Espero sea de su agrado :3

    Oh, y por supuesto; ¡muchísimas gracias @Noir y @Bruno EVF por sus hermosos comentarios! Me alegra que les guste la historia, me hizo muy feliz leer sus palabras, en serio <33

    En fin, vamos a lo que vinimos, ¿sí? Enjoy ;)



    Capitulo 4: Pizza

    [8 de Diciembre. 12:25. Estación de Policía]


    —¡Emily!

    La muchacha se sorprendió cuando una persona se lanzó a sus brazos en un eufórico abrazo, envolviéndola con emoción. Por supuesto, la chica correspondió al abrazo de inmediato (pues es de Emily de quien hablamos, al fin y al cabo), pero aún así siempre era una sorpresa cuando Mimi Honda hacía una muestra de afecto de tal magnitud.

    —Tranquila, Mimi, ya estás fuera —sonrió Emily, acariciando su rubia cabellera mientras aún la mantenía entre sus brazos.

    —¡Fue horrible! ¡Horrible! —soltó la Honda, con una mezcla de horror e indignación en su voz—. Mi cabello es un desastre, y tuve que usar el baño sin un ápice de intimidad, y… y… argh, ¡no quiero recordarlo! ¡Meses de terapia necesitaré para recuperarme de esto! ¡Quizás años! Y un spa… necesito un retiro de spa cuanto antes…

    —Tienes mucha suerte, Honda —soltó una voz a sus espaldas.

    Mimi liberó finalmente a Emily para detectar al origen de aquella voz que osaba interrumpir su tan ansiado reencuentro. Se trataba, como había supuesto, de Rhyme; aquella oficial de policía a quien no podía evitar odiar, ya que ella fue quien esposó sus manos y la arrestó en aquel momento en la mansión Inashu.

    —Realmente, el ponerte así… no durarás ni un segundo en una cárcel de verdad —comentó Rhyme, cruzándose de brazos—. Tuviste la fortuna de poder afrontar el costo de una fianza, pero no creas que eso significa que te has salvado… simplemente significa que tienes un tiempo más de libertad hasta que el juez te condene.

    Mimi apretó los dientes y miró a Rhyme con rabia, mirada que la mujer policía devolvió con creces. Chispas parecían saltar de los ojos de ambas mujeres; realmente a ninguna de las dos le agradaba la otra, y decir eso era quedarse corto. Emily depositó una mano gentil en el hombro de Mimi, intentando apaciguar las aguas.

    —Oficial Rhyme —intervino la tranquila voz de Dante—. Sí sabe que amenazar deliberadamente a un sospechoso de esta forma puede ser penado por la ley, ¿verdad?

    Mimi ni siquiera había notado la presencia de Dante cuando fue liberada, y sintió una ola de gratitud hacia el muchacho que había puesto a Rhyme en su lugar. El joven se había mantenido callado desde su liberación, esperando pacientemente al lado de Emily en compañía de Ukita, quien se había acercado a ellos apenas los vio llegar.

    Rhyme ahora parecía desencajada por las palabras de Dante. Al parecer, no esperaba que le contestaran. Era curioso; aparentemente a Rhyme no le hacía nada de gracia que la tomaran por sorpresa de aquella manera. Sin embargo, fue capaz de recuperarse rápidamente.

    —Tú dices amenaza, yo digo meramente mencionar los hechos —dijo Rhyme, encogiéndose de hombros—. El que Honda sea culpable… es claramente un hecho. Y sólo es cuestión de tiempo hasta que el juez descubra lo mismo.

    >> En cualquier caso, es momento de mi retirada… tengo trabajo que hacer.

    Y sin una palabra más, la mujer se retiró de su vista. Emily se volvió hacia su novio y lo abrazó de la emoción.

    —¡Eso ha estado genial, Dante! —exclamó Emily, radiante, una vez que lo soltó—. ¡Sí que la has puesto en su lugar!

    —No es para tanto… —murmuró Dante en respuesta, rascándose la nuca—. Me pareció mal la forma que le habló a Mimi… y además lo que dije era cierto, así que…

    —De todas formas… gracias, Dante —le agradeció Mimi, con una pequeña sonrisa—. Es… es bueno saber que… que hay gente de mi lado, ¿sabes?

    —Exactamente —asintió la joven Hodges—. ¿Ves, Mimi? Estamos de tu lado… y ni esa antipática Rhyme ni nadie podrá con nosotros…

    —Además, no te sientas mal por lo que diga la Oficial Rhyme… ella es así con todo el mundo —le aseguró Ukita, dando un paso al frente—. Conmigo también. El otro día por poco y me apunta con su arma… ¡y lo único que hice fue sacar su botella de agua de la heladera para que entraran todas las latas de Frizz! ahí!

    Un corto silencio siguió a aquella declaración. Durante aquel lapso de tiempo, por la cabeza de todos los presentes pasó la misma pregunta. ¿Realmente cuantas latas de Frizz! había metido Ukita en aquella heladera?

    —En cualquier caso, será mejor que vayamos partiendo —habló Emily, rompiendo el silencio—. Lo siento Mimi, pero el retiro de spa deberá esperar… ahora mismo tenemos que ir a reunirnos con Hubert en su oficina. ¿Vamos, Dante?

    —Yo las alcanzaré luego en la oficina —informó el joven como toda respuesta—. Tengo un par de cosas que hablar con Ukita antes de irnos.

    Tras las correspondientes despedidas, ambas jóvenes se determinaron a partir y abandonaron la estación de policía. En cuanto lo hicieron, Ukita le dedicó una mirada curiosa a Dante en cuanto ellas dejaron el recinto.

    —¿Y bien? ¿Qué es eso de lo que tenemos que hablar, Dante? —preguntó Ukita—. Oh, ¡ya se! Estás planeando una fiesta sorpresa para celebrar el cumpleaños de Emily, ¿verdad? No te preocupes, ya mismo te ayudo con los preparativos; primero deberíamos ir comprando unas cuantas latas de Frizz!, después…

    —Ukita, no estamos ni cerca de la fecha de cumpleaños de Emily —suspiró Dante con una pequeña sonrisa ante su amigo—. No, no se trata de nada de eso… quería preguntarte algo sobre el caso de Mimi…

    Unos minutos después, Dante se encontraba en el medio de la oficina central de la estación de policía.

    Era un lugar no muy grande, con varios escritorios abarrotados de expedientes y papeles, los cuales se encontraban en su mayoría desocupados por el momento. Al fondo, se podía ver una puerta firmemente cerrada que daba a una oficina privada, con una placa incrustada en la misma donde se leía “Teniente Irvine”.

    De los escritorios pertenecientes a los múltiples oficiales de policía que trabajaban en aquella estación, sólo dos de ellos se encontraban actualmente ocupados. En uno de ellos trabajaba un hombre de cabellos despeinados y puntiagudos, cuyos ojos negros se encontraban algo entrecerrados mientras leía un informe, sin prestarle atención a lo que sucedía a su alrededor; una placa colocada sobre su escritorio lo identificaba como “Oficial Joel”. El otro escritorio ocupado era junto al cual se encontraba parado Dante, puesto que este pertenecía a Ukitashi.

    El escritorio de Ukita era, en pocas palabras, un desastre. Había papeles, informes y reportes de todo tipo y color, apilados unos sobre otros sin ningún tipo de orden ni siguiendo patrón alguno. Al parecer, Ukita simplemente dejaba una cosa arriba de la otra conforme al orden en que le llegaban, de modo que no era ninguna sorpresa que ahora no pudiese encontrar lo que buscaba.

    —Lo había visto por aquí, estoy seguro… —musitaba el oficial recluta, revolviendo los papeles frente a él—. Este es mi último mes como recluta a prueba, ¿sabías, Dante?

    —¿En serio?

    —¡Sí! Pronto se cumplirá mi tiempo a prueba y pasaré a ser Oficial Ukitashi… recién en enero, claro. ¡No puedo esperar! ¡Me dejarán portar un arma y todo!

    Dante decidió guardarse sus comentarios acerca de esa realidad para si mismo.

    —Ey, ¿y cómo te está yendo a ti? —interrogó Ukita, ahora pasando a revisar los cajones de su escritorio—. ¡Esa exhibición del otro día estuvo muy buena! Incluso a Alf le gustó, y sabes que a Alf no le gustan ese tipo de cosas…

    —Por ahora bien —sonrió Dante, optimista—. Las exposiciones de fotografía no son muchas en la ciudad, pero fue genial haber logrado exponer algunas de mis fotos en esa galería…

    Dante siempre había tenido una afición por la fotografía, desde temprana edad, y esa afinidad por las fotos terminó volcándose a su carrera de adulto. Si bien su trabajo normal era como fotógrafo de un diario local, la aparición de una exposición de fotos le dio la oportunidad de presentar allí las fotos personales que él había tomado en su tiempo libre, y le había ido bastante bien en ello. Y ahora, quién sabe, quizás en un futuro podría haber una segunda exposición…

    —Oh, y por cierto, debo decir que ha estado genial que hayas defendido a Mimi allá atrás —comentó Ukita, bajando un poco la voz para que el otro oficial no lo oyera—. La Oficial Rhyme a veces puede pasarse un poco, en especial cuando se enoja... y se enoja con bastante facilidad. Por cierto, ¿cómo sabías que lo de la amenaza era ilegal y todo eso?

    —Oh, eso. Es que… se lo escuché una vez a mi padre…

    Dante calló tras decir esas pocas palabras. Su padre, un exitoso abogado, era alguien con quien hoy en día casi no tenía contacto alguno, excepto alguna que otra corta llamada telefónica en ocasiones de cumpleaños o fiestas como Navidad, por lo que no le hacía ninguna gracia hablar de él.

    Algo de ese sentimiento debió de reflejarse en su rostro, porque de inmediato Ukita dejó el tema y se concentró más en revisar su escritorio de arriba abajo.

    —¡Aquí está! —exclamó finalmente el muchacho, alzando el papel encontrado—. Creí que lo había perdido… aquí tienes, Dante, una copia del informe de arresto de Mimi.

    Tras unas rápidas palabras de agradecimiento, Dante inmediatamente se puso a examinar el informe que acababa de llegar a sus manos. Ukita, ahora más tranquilo, se relajó en su silla mientras lo observaba leer.

    —No hay mucho que decir de eso —dijo Ukita, cruzándose de brazos—. Ya lo he leído. Fue el padre de Des, Tofu Inashu, quien llamó a la policía a eso de las 22:30.

    —Toku —lo corrigió su amigo, sin dejar de leer—. El padre de Destiny se llama Toku, no Tofu. Y el llamado fue a las 22:35, según dice aquí… ¿por qué habrán tardado tanto en llamar a la policía?

    —¿Quién sabe? La gente reacciona distinto al shock de la muerte, eso es algo que he visto aquí a menudo, sí señor —replicó el otro joven, asintiendo con la cabeza—. De cualquier manera, la policía acudió de inmediato.

    >> Los oficiales Joel, Rhyme y Erwin fueron quienes llegaron a la escena, y quienes arrestaron a Mimi Honda bajo sospecha de asesinato. Y eso es básicamente todo, creo… ¿realmente crees que esto te sea útil?

    —Sí, creo que… —los ojos de Dante se detuvieron en un punto del informe—. Sí, definitivamente puede sernos útil. ¿Es mucha molestia si me quedo con esta copia?

    —¡Para nada! Llévatela si quieres. Yo tengo otra copia por aquí… creo.

    —Gracias, Ukita…

    Y sin mas, Dante decidió marcharse de la comisaría. Lo que acababa de leer en ese informe… sí, definitivamente debía llevárselo a Hubert cuanto antes.


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    [8 de Diciembre. 13:00. Estudio Jurídico Mattsson]


    Hubert llevaba un buen rato esperando a que su clienta llegara. Por lo que había hablado por teléfono con Emily, hacia rato ya que había sido puesta en libertad, y les había instruido específicamente que fueran a su estudio apenas fuese liberada de su celda, pero… parecía que habían decidido hacer una parada antes de llegar.

    Cuando el reloj marcó la una de la tarde, fue entonces cuando un golpe en la puerta anunció que había llegado.

    Mimi se veía mucho mejor ahora que cuando la había visto en la sala de interrogatorios. Se había dado un baño, se había arreglado y alisado el cabello, y se había aplicado una nueva capa de fino maquillaje. Además, ahora vestía una blusa blanca y una pollera turquesa; un look más coqueto y adorable que el vestido de fiesta manchado que había lucido durante su primer encuentro, sin duda alguna.

    Sin embargo, algo más le llamó la atención en cuanto la Honda atravesó el marco de la puerta. Las cuatro bolsas de compras que cargaba difícilmente pasaban desapercibidas.

    —Han ido de compras —observó Hubert tras dejarlas entrar.

    —¡Por supuesto! —exclamó la rubia tras ingresar y depositar sus bolsas junto al sillón negro—. Hubert, no tienes idea del infierno que he vivido, encerrada en aquella celda como si fuese una criminal… necesitaba un baño y pasar por una peluquería urgente. Y claro, camino hacia aquí tuvimos que pasar por un centro comercial… hacer compras es bueno para combatir el estrés, ¿sabías?

    —Tendré que intentarlo alguna vez, entonces —comentó Hubert, cuyo nivel de estrés se encontraba aumentando en aquel preciso momento—. Pasemos a mi oficina, ¿quieren?

    —Intenté detenerla, pero… bueno, es Mimi, es casi imposible de detener cuando algo se le pone en mente —admitió Emily con una risita, siguiendo a los otros dos a la oficina de Hubert, y cerrando la puerta detrás de ella.

    El abogado de aquel estudio tomó asiento en la silla que le correspondía, mientras que las dos mujeres se sentaron en las dos libres que se encontraban del otro lado del escritorio. Tras un pequeño momento de silencio, Hubert comenzó a hablar.

    —Si voy a ser tu abogado, Mimi, tendrás que ser completamente honesta conmigo —dijo él sin miramientos—. Si me mientes, no podré darte una buena defensa, lo que no nos daría un buen resultado.

    —Ey, ey, ¿a qué viene eso? —objetó la Honda, apartando su rubia cabellera de su cara—. ¡He sido completamente honesta contigo!

    —Lo sé, y espero que así siga siendo —asintió el joven—. Además, cuando firmaste el contrato, acepté un importante compromiso; todo lo que me digas queda protegido por la confidencialidad entre cliente y abogado.

    —¡Ah! Eso es como cuando tu psicólogo no puede discutir tu terapia con cualquier otra persona, ¿verdad? —comentó Emily, comenzando a comprender.

    —Es un caso muy similar, sí —admitió Hubert—. En resumen, todo lo que mi clienta, es decir, Mimi, me cuente será confidencial y no puedo contárselo a ninguna otra persona sin correr riesgos.

    —Creo que comprendo… —dijo Mimi, asintiendo.

    —Muy bien… ahora que hemos aclarado eso, ha llegado el momento de que continuemos la entrevista que tuvimos en la sala de interrogatorios —declaró el abogado, cruzándose de brazos—. Necesito saber, ¿qué clase de relación tenías con Destiny?

    —Nos conocíamos —confirmó Mimi—. No voy a mentir y decir que éramos amigas, porque no lo éramos, pero… nos llevábamos bien. Teníamos muchas cosas en común; nos gustaba la misma clase de ropa, ambas proveníamos de familias adineradas… si bien no éramos amigas, teníamos intereses similares, y salimos de compras juntas varias veces.

    —Ya veo… ¿y cómo fue que se conocieron?

    —Oh, eso fue gracias a mi —intervino Emily entonces—. Yo conozco a Destiny desde la secundaria. Ella, Liza, Ian, Dante y yo asistimos todos a la misma clase, pero luego tuve que dejar el colegio por un año… cuando fallecieron mi padre y mi hermano.

    —Lo siento… —dijo él respetuosamente ante aquella revelación.

    —No, no hay problema… pasó hace años ya —repuso la chica de cabello negro, sonriendo—. Pero tras tener un año para aceptar la pérdida y superarla, regresé al colegio… y claro, me quedé un año detrás, pero seguí siendo muy amiga de todos. Y me hice muy amiga de Mimi, quien es un año menor que yo y a mi regreso se encontraba en mi mismo curso… y bueno, eventualmente las presenté la una a la otra.

    —Comprendo… aunque se debían de conocer antes, digo, si asistían a la misma secundaria…

    —Es una escuela bastante grande —objetó Mimi—. Realmente no conocía a Destiny, Liza, o a ninguno de los demás hasta que Emily me los presentó. Supongo que los tenía de vista, pero nunca había interactuado con ellos antes…

    —Ya veo. En cualquier caso, pasemos a otro tema —resolvió él—. Y, ¿qué clase de relación tienes con Alpha Xenodis? ¿Eras amiga suya, o eran conocidos, al igual que con Destiny?

    El ambiente cambió inmediatamente. La atmósfera hasta entonces amigable, se volvió afilada como un cuchillo, y el cuerpo entero de Mimi se tensó. ¿A qué se debía tal reacción?

    —No.

    Eso fue lo único que Mimi dijo. Esa simple palabra, aquella sencilla negación, fue lo único que escapó de sus finos labios. ¿Qué quiso decir con esos? ¿No eran amigos? ¿No eran conocidos? ¿No era ese su tipo de relación? Muchas preguntas, pocas respuestas.

    —Mimi, ¿a qué te refieres con…

    —No voy a hablar de eso —declaró la Honda, apartando la mirada—. Tendrás que… tendrás que hallar la forma de representarme sin hablar de eso.

    —¿Cómo? —fue lo único que pudo decir él, atónito.

    —¿Qué no me has escuchado? ¿Estás sordo o eres idiota? ¡He dicho que no hablaré de Alpha! —le espetó ella, cruzada de brazos y sin mirarlo a los ojos—. ¡He dicho que no hablaré de él y punto! Además, él no tiene nada que ver en esto… la muerta es ella, no él. ¡Así que no lo metas en esto! ¡No tiene nada que ver!

    Un momento de tenso silencio siguió a las palabras de Mimi. Emily, sin poder pensar en qué decir en esta situación, miraba a los otros dos como esperando que le dijera qué sucedía a continuación. Mimi seguía apartando la mirada, sin mirar a nadie en particular. Y Hubert… Hubert se tomó su tiempo antes de responder, pero cuando lo hizo… pensó sus palabras cuidadosamente.

    —Mimi —habló él finalmente; su voz hizo que Mimi finalmente lo mirara. Sonaba gélida, e intimidante—. He dicho antes que si me mientes, no podré ayudarte. Lo mismo se aplica a si quieres ocultarme la verdad.

    —Eso no tiene nada qu-

    —No me interrumpas, aún estoy hablando —la atajó Hubert. Mimi tragó saliva—. ¿Sabes lo que pasa si no me dices la verdad? Entonces el fiscal te llamará a declarar. Puede hacerte declarar, ¿sabes? Si lo haces, no tengo idea de lo que vayas a decir… no tengo idea de lo que él pueda llegar a hacerte decir.

    >> Y entonces no sólo no puedo defenderte… sino que él te destrozará, te hará pedazos, y cuando roges por piedad él arrojará lo que quede de ti a una celda de prisión donde conocerás el verdadero infierno, y llegarás a la conclusión de que tus horas en aquel calabozo de la estación policial… fueron unas vacaciones en las Bahamas comparado con lo que allí te espera…

    Mimi se quedó callada cuando Hubert finalmente terminó de hablar. Sus ojos estaban vidriosos, y apretaba los puños con fuerza. Emily miró la escena desarrollarse sin interrumpir; sabía que allí estaba de espectadora, y que quien debía hablar ahora era su amiga.

    —Si no quieres que te ayude, no hay problema. Vete —continuó Hubert tras una pausa—. Romperé el contrato, y podrás conseguir otro abogado. Pero si quieres mi ayuda… necesito tu total honestidad y coopera-

    —Lo amo —declaró la Honda, sin atreverse a hacer contacto visual.

    Esta vez, a Hubert no pareció molestarle que interrumpiera su monólogo. Al parecer, el punto había quedado más que claro. Miró a su clienta con curiosidad, y decidió seguir presionando en busca de respuestas.

    —¿Lo amas?

    —Yo… estoy enamorada de Alpha —admitió ella; parecía capaz de llorar en cualquier momento, pero ponía toda su fuerza en no hacerlo—. Y esa es una verdad irrefutable que no puedo negar.

    —Mimi… —susurró Emily con tono comprensivo.

    —No mucha gente lo sabe; no soy de las que van por ahí gritándolo, ¿entiendes? —continuó Mimi—. Pero… finalmente se lo admití a Alpha. Y él me dijo, con sorprendente amabilidad, que estaba enamorado de Destiny…

    >> Y al día siguiente, él le propuso matrimonio.

    El silencio reinó luego de que Mimi pronunciara esas duras palabras. Evidentemente, por lo que pudo deducir Hubert, estos eran hechos que habían ocurrido hace tan sólo unos pocos días, debía de ser muy duro para ella… pero así eran las cosas. Y por más que fuese difícil, debían afrontarlas si querían ganar este juicio.

    Un sonido quebró la calma en el estudio. El sonido que hacía la puerta de entrada al abrirse. Hubert se preguntó quién rayos era… y luego recordó que sólo una persona más tenía la llave de aquel lugar.

    —¡Hubert! ¡Espero no hayas almorzado, porque ya llegué! Y si ya almorzaste, mejor… ¡más para mi! —informó una voz masculina, cuyo dueño abrió súbitamente la puerta de la oficina del abogado.

    El hombre que acababa de ingresar al estudio jurídico tenía una melena larga de despeinado cabello café oscuro. Vestía una chaqueta roja y unos jeans oscuros. Unos auriculares naranja iban colgados alrededor de su cuello, y en su mano derecha cargaba una caja de cartón rectangular.

    Sus ojos de color rojo carmesí se enfocaron inmediatamente en las dos jóvenes sentadas frente a él. Instintivamente, apartó la caja que cargaba un poco de ellas, como intentando protegerla de todo daño.

    —Ey, ustedes no son Hubert —reconoció el recién llegado.

    —Tan perspicaz como siempre, Chad —comentó Hubert con tranquilidad.

    Chad Redflame… el auto-proclamado mejor amigo de Hubert. Un joven amigable y, en su opinión, con demasiado tiempo libre en sus manos. Actualmente, era la única persona que contaba con una copia de la llave del estudio, pues se la había dado por cualquier emergencia… no debió sorprenderlo que fuese él quien ingresara entonces.

    —Estas son mis nuevas clientas, Mimi Honda y Emily Hodges —las presentó Hubert, señalando una a la otra—. Y éste es Chad Redflame, un buen amigo mío.

    Ambas volvieron a verlo y respondieron a la presentación. Emily le dedicó una sonrisa al muchacho de cabellos color café, mientras que Mimi hizo una pequeña inclinación con la cabeza a modo de saludo.

    Al parecer, aún quedaba algo de tensión por lo que habían estado discutiendo hasta entonces. Chad debió de percatarse de algo de eso, porque de inmediato rodeó el escritorio y se paró en un costado del mismo, depositando la caja rectangular que traía en el medio de los cuatro.

    —Ey, ey, parece que el clima esta algo tenso… pero eso no es nada que una buena comida no pueda solucionar —repuso Chad con energía, abriendo la caja—. Y es por eso que traje… ¡esta deliciosa pizza!

    El aroma a queso y salsa de tomate invadió sus narices de inmediato; ante ellos Chad había dejado una gran pizza de muzzarella, ya cortada en ocho grandes porciones.

    —Hubiese traído una más si hubiese sabido que seríamos más de dos —dijo el joven Redflame a modo de disculpa—. Pero ya ven… ¡esta es la mejor pizza de la ciudad! En serio, deben probarla… ¡no se arrepentirán!

    Mimi le lanzó a Chad una mirada de circunstancias, aunque éste ni siquiera se dio cuenta. Emily, por su parte, decidió seguir el consejo del desconocido y probar una modesta porción de aquella pizza. Tras darle un primer bocado a la porción que acababa de agarrar, sin embargo, sus ojos se abrieron grandes de la sorpresa.

    —¡Está deliciosa! —exclamó Emily con alegría—. ¡De verdad! Oh, Mimi, tienes que probarla…

    —¡Espera, espera, Emily! —gritó Mimi; Emily le acercaba la pizza a la boca como si fuese una bebé, cosa que hizo que la Honda se sonrojara inmediatamente—. ¡Yo puedo comerla sola, no necesito ayuda!

    Chad no pudo evitar reír mientras Emily desistía de sus intentos de alimentar ella misma a la rubia con una pequeña risa, y Mimi pasó a agarrarse una porción para ella misma. Cuando la probó, al igual que a su amiga, el sabor la tomó por sorpresa.

    —Es… es realmente deliciosa —admitió Mimi; un leve sonrojo teñía aún sus níveas mejillas. Luego levantó la mirada y la enfocó en su abogado—. Podemos tomarnos una pausa para almorzar, ¿verdad?

    Mimi comía aquella porción de pizza como si no hubiese comido en semanas. Realmente no la debió pasar muy bien en aquella celda… probablemente ni siquiera había recibido comida durante su estadía allí. Hubert le dedicó una pequeña sonrisa y tomó él también una porción.

    —Claro que sí —dijo Hubert—. Gracias por la comida…
     
    Última edición: 6 Julio 2017
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    Bruno TDF

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    El entusiasmo que me está despertando esta historia es innegable. Y cada vez que se introduce un nuevo personaje a la trama me embarga esta sensación que muchos definen como "fangirleo", porque en serio me gustó mucho la entrada rompe-hielo de Chad a la oficina. Al principio se me cruzó por la mente la idea de que era compañero de trabajo de Hubert, es decir, un tipo de secretario o, inclusive, abogado. Claro está que cuando eñ narrador menciona lo de su "tiempo libre" deseché esta idea. Aunque no deja de intrigarme la posición que tiene en el contexto de la historia y qué rol puede llegar a cumplir. En resumidas cuentas: su aparición fue adorable.

    Mención especial a la escena inicial. Al margen del fanservice para los Mimilyshippers (?) (y lo que se agradece), fue muy bueno el manejo de las personalidades. Resultó bastante inusual leer que fue Mimi quien se lanzó a los brazos de Emily, cuando por lo general la cosa es al revés; los resultados siguen siendo igual de tiernos... ¡Y Dante! Un genio total poniendo a Rhyme en su lugar pero, al mismo tiempo, sin perder la simpleza y modestia que lo definen. Fue genial. Y ahora tendré que sumar el misterio de qué fue lo que descubrió en el informe del arresto de Mimi; lo pondré al lado del misterio de quién es el fiscal...

    La parte en la que más tenso me puse fue cuando Mimi se negó a revelar el tipo de relación que tenía con Alpha porque, madre mía, yo pensaba lo mismo que decía Hubert: ¿Cómo iba a defenderla si no tenía conocimiento de todo? Fue SUBLIME cuando Hubert se puso duro y tajante con ella... No tengo recuerdos de que en el rol de Pokémon se haya puesto de esa manera, con ese "enojo"; pero le pega bastante esa faceta de su actitud. Impone respeto no sólo a Mimi, si no también al lector.

    Ukita también fue un gran factor en este capítulo, dando una cuota de humor junto con Chad. Es inevitable ponerlo en ese lugar del chico simpático de buen corazón que se toma todo muy relajadamente, sin dejar de preocuparse con lo suyos. Su posición en la historia también me tienen pensando.

    En realidad, son muchas las cosas del fic que me tienen pensando... Sobre todo el fiscal, que tiene complejo de Comisario (?)... No aguanto las ganas de ver la batalla dialéctica que él/ella y Hubert mantendrán.

    ¡Espero el próximo capítulo mordiéndome las uñas!
     
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    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

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    ¡Awww! <333 ¡Pero que capítulo tan tierno, Nami! <33

    Yo tenía muchas ganas de ver al fiscal— cada vez tengo más claro que será Effy (?— pero si bien no apareció en este capítulo, eso no importa porque esto ha sido fantástico igual xD Son tan lindos. Todos son tan lindos y tienen personalidades tan distintas que esos momentos donde están juntos son épicos y muy memorables cuanto más. Deberían estar más tiempo juntos en el rol, comiendo pizza como acá (? Con nuestro abogado y su personalidad profesional, Hubert; Dante— que bueno que vimos más de ;u;— amable y servicial, la dulce Emily y Mimi, orgullosa y mimada como siempre, sus interacciones se hacen muy disfrutables, pues cada uno tiene algo distinto que aportar a la mezcla.

    Que más decir que amé esa escena xD ¡Y qué decir de la aparición estelar de Chad, cargando una caja de pizza! Con esa personalidad alegre y optimista tan inconfundible. Amé también, de más está decir, la pequeña conversación de Ukita y Dante en la estación. Yo los shippeo, ¿ok? Los shippeo mucho, y verlos juntos fue muy genial. Y el trabajo de Dante es perfecto para él, puedo imaginarlo al punto con un fedora y una cámara en las manos mientras va captando primicias por ahí xD

    Y entonces, llegamos al momento en el que mi kokoro se rompió un poquito más.

    Aws, Mimi. Mi pobre Tsundere enamorada... lo mucho que le cuesta tratar el tema. ¿Y es obvio no? Después de todo es una chica orgullosa con el corazón roto... le cuesta mucho manejarlo. No es como si estuviese acostumbrada al rechazo, y ya sabemos que la soledad es algo horrible para ella. De modo que el detalle de que se negase a hablar del tema fue genial. Y como Hubert lo abordó, casi amenazándola con que la fiscal la destrozaría— Effy la destrozaría, lol (?— fue ÉPICO. Lo disfruté enormemente, creéme xD

    Se me hizo muy cortito, pero supongo que ahí está la gracia. Siempre nos parece mucho menos aquello que disfrutamos y nos gusta. Me estoy metiendo mucho en esta historia y tratando de sacar mis propias conclusiones, pero de momento no tengo muchas teorías. El asesino pudo ser cualquiera— Mimi tiene más papeletas porque es la acusada y además tiene un institnto yandere oculto (??—, pero cualquiera puede serlo en principio. La única teoría que tengo, y que ya sabes, es la identidad de la fiscal. Y que Hubert dijera que iba a destrozar a Mimi en el juicio reforzó aún más esa idea... aunque es eso, una idea.

    Es Effy. Es Effy. Effy. Effy. EFFY <3

    ¡Y casi olvido el genial momento BitchShipping del principio! xD Esa pequeña pelea de miradas entre Mimi y la pficial Rhyme. SUBLIME. Y ese principio Mimily <33 Aws, si es que son tan lindas juntas x'D

    ¡Creo que no tengo nada más que decir salvo que, como Bruno, espero el próximo capítulo mordiéndome las uñas!

    La fiscal es Effy. Yo lo sé. TIENE QUE SER ELLA. No creo que me equivoque. SASDFGOknosí.
     
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    10
     
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    3401
    ¡Aquí vamos, capitulo 5! :3

    Gracias nuevamente a @Bruno EVF y @Noir por sus hermosos comentarios. ¡Realmente me hizo muy feliz leer sus palabras! <33 Espero este nuevo capitulo les guste ;)



    Capitulo 5: Escenario

    [8 de Diciembre. 14:11. Estudio Jurídico Mattsson]


    Ya habían pasado de las dos de la tarde, y la pizza hace rato que se había terminado.

    Chad se encontraba ahora sentado en el sillón negro frente al televisor, donde le contaba a Mimi todo acerca de la pizzería donde había comprado aquella delicia que habían almorzado. Al mismo tiempo, Hubert se encontraba en su oficina. Lo acompañaban Emily y el recién llegado Dante, quien insistió que había algo en el informe del arresto de Mimi que ellos debían ver.

    —Lo leeré en voz alta —resolvió Hubert tras agarrar el papel.

    —Lee a partir de aquí —señaló Dante, esperando que él captara a lo que iba.

    La Oficial Rhyme realizó el efectivo arresto de la Srta. Honda, esposándola y leyéndole sus derechos antes de llevarla a la estación de policía correspondiente.

    La sospechosa se entregó sin resistencia y fue reducida sin problemas.

    Previo al traslado de la sospechosa, el Oficial Erwin debió intervenir para separar a dos personas, un hombre y una mujer, en una discusión en la escena del crimen que requirió de su intervención para calmar la situación.

    La disputa fue resuelta sin mayores complicaciones. No se presentaron cargos de agresión física o lesiones.

    El traslado de la sospechosa, la Srta. Honda, fue exitoso, y fue fichada dentro del recinto a las…”

    —Hasta ahí es suficiente —intervino Dante. Se volvió hacia su novia—. Emily, tú has estado ahí… ¿sabes de la situación de la que habla el informe? ¿La discusión?

    —No lo vi con mis propios ojos —suspiró la muchacha—. Me encontraba ocupada intentando averiguar algo acerca del abogado que Mimi me había pedido que buscara… pero sí oí rumores.

    —¿Rumores? —preguntó Hubert; este pequeño misterio había picado su curiosidad.

    —La mujer de la que habla el informe, según lo que llegué a oír de otros invitados, es Liza White —reveló Emily—. Decían que había abofeteado a alguien con mucha fuerza… y que tuvieron que intervenir Alpha y un oficial de policía para calmarla.

    —Bueno, simplemente debemos añadir eso a la lista de cosas que debemos preguntarle a Liza White —suspiró el abogado, resignado.

    —¿Y por qué no lo hacemos? —cuestionó Dante—. Digo, Liza fue quien encontró a Mimi, quien tuvo esta fuerte discusión luego de que arrestaran a Mimi… debe saber cosas que podrían ser útiles, ¿verdad?

    —El problema, Dante, es que no podremos preguntárselo —dijo Hubert, cruzándose de brazos—. Lo más probable es que Liza White sea el testigo estrella de la fiscalía en el juicio de mañana.

    >> Verás, en la primera sesión de un juicio, los abogados presentan sus declaraciones iniciales. Ahí es cuando decimos que Mimi se declara “no culpable”. Aunque es una instancia inicial, el fiscal tiene derecho a presentar un testigo para que declare en esta primera sesión… aunque sólo tiene uno, lo más probable es que vaya a usar el testigo que haga su caso más favorable desde el inicio.

    —Osea que no podremos hablar con Liza hasta mañana, durante el juicio —concluyó Emily, enfadada.

    —Exacto. Probablemente la fiscalía hasta tenga hombres custodiándola y protegiéndola hasta la hora del juicio.

    —¿Y qué haremos entonces? —insistió la chica—. No podemos quedarnos de brazos cruzados hasta que llegue mañana, debemos hacer algo…

    —Por supuesto que no —se negó Hubert—. Yo estoy pensando ahora mismo una estrategia para contraatacar a lo que Liza pueda llegar a decir; puedo hacerme una idea por lo que me contó Mimi…

    >> Entretanto… creo que es hora de contemplar el escenario del crimen. ¿Podrían indicarme cómo llegar a la mansión Inashu?


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    [8 de Diciembre. 15:26. Residencia Inashu]


    El trayecto hacia la mansión de la familia Inashu fue tranquilo; el taxista era un hombre callado y silencioso que escuchaba la música que pasaba la radio y no atinó a sacar un tema de conversación con sus pasajeros.

    Dante se había ofrecido para acompañar a Hubert a la escena del crimen. El abogado pensó que no podía ser mala idea que alguien que conocía mejor a las personas involucradas en el caso lo acompañara, y decidió aceptar su compañía. Emily, por su parte, había accedido a quedarse en la oficina con Mimi, para cuidar de que la Honda no se escapara y se quedara allí como le había sido indicado. Chad se había quedado también porque, como él mismo dijo, no tenía nada mejor que hacer.

    —Hubert… tú crees en la inocencia de Mimi, ¿cierto? —preguntó Dante abruptamente, interrumpiendo los pensamientos del otro hombre.

    —Sí —contestó él con sinceridad—. ¿Tú no?

    —Confieso que tengo mis dudas —admitió el fotógrafo, mirando por la ventana—. Es una situación extremadamente sospechosa, sin duda… pero por otro lado, Emily cree fervientemente en su inocencia. Y eso es suficiente para mi.

    —Inocente hasta que se pruebe lo contrario —argumentó Hubert—. Y en un juicio, la prueba es todo. Si no puedes probar que el cielo es azul, la otra parte puede declarar de igual manera que el cielo es violeta. Sin evidencia, es la palabra de una persona contra la palabra de otra… y el juez puede declarar verdadera la palabra de cualquiera de los dos.

    —Entonces sólo tenemos que asegurarnos que la verdad escogida sea nuestra verdad, ¿no? —dijo Dante con una pequeña sonrisa antes de abrir la puerta.

    El taxi se había detenido. Habían llegado.

    El hogar de la familia Inashu se ubicada un poco alejada del centro de la ciudad, en una zona suburbana, rodeada de casas grandes y ostentosas. Sin embargo, ninguna era tan grande o tan ostentosa como la que tenían frente a ellos.

    Era una edificación enorme e intimidante, con un enorme portón negro que separaba la casa en si de la calle, actuando como una imponente barrera. Antes de este portón también había una cinta amarilla que identificaba el lugar como la escena del crimen, y que prohibía el paso. Algunos policías se encontraban cerca de la entrada, así como también un puñado de reporteros que reportaban la noticia y algunos curiosos que pasaban por allí.

    Entre los policías, Dante identificó a Joel, el oficial que había visto más temprano en la estación de policía. Joel se encontraba hablando con otro hombre, de cabello castaño claro y menor estatura que él, que portaba una placa en el pecho de su uniforme que lo identificaba como “Oficial Erwin”.

    Tras una breve conversación con ambos oficiales de policía, Joel admitió que Hubert tenía derecho de ver, a una distancia prudencial, la escena del crimen. Erwin fue designado a guiarlos a la escena, y Joel permaneció allí afuera mientras que el otro hombre guió a Hubert y Dante hacia dentro de la mansión.

    Por dentro, la residencia Inashu era tan imponente como por fuera. Lujosa y espaciosa, la recámara principal era tres veces del tamaño de la oficina de Hubert, tanto que lo hizo sentir un minúsculo insecto al lado de tan intimidante estructura. Fueron recibidos por un mayordomo bien entrado en años, quien hizo una pequeña reverencia ante los recién llegados.

    —El Sr. Inashu se encuentra en la sala de billar —informó el mayordomo—. Y el Sr. Axe se encuentra en su dormitorio. ¿Hay algo en lo que los pueda ayudar yo?

    —No creo realmente… ellos son los abogados de la sospechosa principal —respondió Erwin, señalando a los otros dos—. Vienen a echar un vistazo a la escena del crimen… no tomará demasiado tiempo, lamentamos las molestias.

    —Ya veo… comprenderán, sin embargo, que deberé informar de esto al Sr. Inashu de inmediato, claro.

    —Por supuesto. No supone ningún problema.

    Tras el pequeño intercambio con el oficial, el mayordomo se retiró, dejándolos a solas en la mansión. Erwin los guió hacia la planta superior a través de una lujosa escalera con alfombra de terciopelo roja situada al fondo de la entrada, que al final se dividía en dos, y tomaron el camino de la izquierda.

    En la tercera puerta, había más cinta amarilla que decía “escena policial no pasar”, por lo cual era evidente que se trataba del lugar donde se había producido el crimen. Pasando por entre la cinta que bloqueaba la entrada, cuya puerta se encontraba abierta, ingresaron a la escena.

    —El acto se produjo aquí, en el salón de té —informó Erwin, entrando tras ellos—. Tienen permitido observar y hacerme algunas preguntas, pero bajo ningún punto de vista pueden tocar algo de la escena… aunque supongo que ya deberían de saber eso.

    La sala era amplia, con un techo alto del cual colgaba un candelabro cuyas luces estaban prendidas, aún cuando el lugar era iluminado por la luz solar que se colaba por la ventana. Un piano de cola se encontraba hacia el fondo del salón, y junto al mismo había una larga mesa con un elegante mantel lila sobre ella, con varias sillas a su alrededor.

    Sin embargo, los ojos de ambos de inmediato se vieron atraídos por la tiza blanca dibujada en el suelo, en el centro del lugar. Rodeado por rastros de sangre seca, éste era el lugar donde había sido asesinada la víctima. Éste era el escenario del crimen.

    —Pueden mirar alrededor si quieren, pero dudo que encuentren algo nuevo… —comentó Erwin, cruzándose de brazos—. Hemos revisado el lugar de cabo a rabo, y no hemos encontrado nada inusual.

    —Oficial Erwin, usted estuvo aquí cuando sucedió, ¿verdad? —le preguntó Dante con curiosidad.

    —Así es. Llegué a la escena con los oficiales Joel y Rhyme —respondió el hombre de la ley—. Como teníamos suficiente evidencia para confirmar sospecha, arrestamos en el acto a la Srta. Honda.

    —Hubo una discusión durante el arresto, ¿cierto? ¿No fue usted forzado a separar a dos personas que discutían?

    —Ah, sí… la Srta. White ciertamente estaba enfurecida en aquel momento —replicó Erwin, rememorando—. No tengo ni la más remota idea del porqué, pero le dio una bofetada al hermano de la víctima y no parecía dispuesta a parar ahí. Se la veía muy mal… natural, claro, dado que ella halló a…

    —¿Al hermano? ¿Axe Inashu? —dijo Dante, perplejo—. No sabía… ¿por qué… por qué estaban discutiendo?

    —No sabría decirlo, sinceramente —admitió Erwin, lo cual fue un poco decepcionante para el joven Miles—. La Srta. White empezó a gritarle varias cosas, pero entre todo el ruido de lo que ocurría era muy difícil escuchar lo que gritaba con claridad. Otro joven me asistió y logramos separarlos antes de que la cosa escalara a mayores.

    Hubert apenas si escuchaba lo que decían los otros dos. Había rodeado la marca del cuerpo hecha con tiza, y ahora se dedicaba a examinar el resto del lugar. Llegó hasta las ventanas, y miró desde allí el exterior; podía ver a los policías en la entrada, que intentaban hacer que los periodistas y curiosos se retiraran del lugar.

    Luego se dedicó a pasear un poco por el salón de té. La mesa parecía intacta, y las sillas aparentemente no habían sido movidas en algún tiempo. El piano, por su parte, parecía encontrarse en perfecto estado. Hubert estuvo tentado de tocar una de sus teclas, sólo para oír como sonaba, pero desistió de inmediato a hacer caso a ese impulso.

    —¿Y qué hay de esto, Oficial Erwin? —interrumpió el abogado defensor, una vez se encontró de frente al piano—. ¿Esto sí sabría decirme qué es?

    En la cola del piano, sobre la tapa que podía abrirse, había algo tallado. Con algún elemento filoso, alguien había tallado dos letras claramente legibles, una L y una G. Dante no dudó en acercarse, sacar su teléfono celular y tomar una foto de aquella curiosa inscripción: “LG”.

    —Pues… no sabría decirle qué significa —dijo Erwin como toda respuesta—. Esa inscripción estaba tallada antes de que llegáramos a la escena, pero el Sr. Inashu ha asegurado que no había tal cosa en el piano antes de la fiesta de compromiso, así que… realmente no sabemos qué significa.

    —El significado es claro: alguien cometió un acto de vandalismo en mi casa —intervino una voz imponente—. Y, al igual que con el otro acto criminal ocurrido bajo este techo, alguien deberá pagar por ello.

    Hubert se volvió a descubrir el origen de aquella voz. Un hombre grande, mucho mayor que él, se encontraba de pie en el umbral de la entrada. Era un sujeto alto e imponente, con cabello rubio oscuro donde algunas canas comenzaban a aparecer, y un rostro que le recordó al de un halcón a punto de lanzarse contra su presa. Llevaba puesto un traje que con sólo verlo Hubert supo que costaba aproximadamente lo que él ganaba en un año.

    —Creo que es hora de que hablemos, Sr. Mattsson —dijo Toku Inashu con firmeza.


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    [8 de Diciembre. 15:46. Residencia Inashu: Oficina de Toku Inashu]


    La oficina del Sr. Inashu lo hizo sentir que su propia oficina, la cual mantenía lo más limpia y ordenada posible, era una pocilga.

    Era una recámara grande y amplia, como todas las de aquella casa, que contaba con un escritorio de roble y, detrás del mismo, una enorme biblioteca con incontables libros que ocupaban sus estantes. Un imponente retrato del Sr. Inashu y su señora esposa (una dama muy hermosa y de rubia cabellera, increíblemente parecida a Destiny) se encontraba colgado a la izquierda del escritorio, y a su derecha había un ventanal oculto por cortinas color gris.

    Toku Inashu ocupaba una silla en su escritorio, mientras que Hubert y Dante ocupaban dos sillas, un poco más pequeñas, ubicadas frente a él. El Oficial Erwin los había abandonado allí, para reunirse así con sus colegas en el exterior de la casa.

    —¿Y bien, Sr. Mattsson? —soltó el Sr. Inashu, su voz tan filosa como un cuchillo—. Tengo entendido que usted representa a la asesina. ¿En qué puedo ayudarlo?

    —Sr. Inashu, comprendo como lo sucedido le ha afectado… pero mi clienta no es una asesina —le aseguró Hubert.

    —Tal vez lo sea, tal vez no… pero a usted le pagarán de igual forma, así que vamos a ahorrarnos las formalidad e ir directo al grano —lo atajó el Sr. Inashu—. Usted está aquí buscando evidencia que persuada al juez de su argumento. Tanto la policía como la fiscalía ha revisado mi casa ya; no sólo el salón de té, sino cada rincón de este lugar… y no han encontrado nada que arrojara siquiera un mínimo de duda sobre la culpabilidad de la Srta. Honda.

    —Y sin embargo, aquí estoy —dijo el abogado, sin quitar aquella amable sonrisa de su rostro—. Sólo haré unas breves preguntas que espero no sean molestia, y luego me retiraré.

    —Pregunte, entonces —lo invitó Toku, abriendo los brazos—. Parece que va a necesitar toda la ayuda posible si quiere que su clienta salga ilesa de esta, ¿eh?

    Hubert intercambió una mirada de complicidad con Dante. El joven Miles se había mantenido callado desde la aparición del Sr. Inashu, y ahora lucía un poco incómodo en aquella oficina. Al parecer, el padre de Destiny tenía la habilidad de incomodar a la gente mediante la intimidación y su carácter audaz. Por suerte, Hubert no se intimidaba fácil.

    —¿Sabe lo que significan estas letras? —preguntó Hubert, alzando la fotografía que Dante había tomado en el salón de té.

    —¿La inscripción en el piano? No. Al igual que le declaré a la policía, el piano estaba intacto antes de la fiesta de compromiso de mi hija. Cuando la policía llegó a la escena, aquella inscripción ya se encontraba allí.

    —Ya veo… pero mi pregunta no era si sabe cuando se realizó la inscripción, sino si está al tanto de lo que significa “LG”.

    —No, desconozco su significado.

    —¿Qué hay acerca de la fiesta? —preguntó el joven abogado defensor—. Sería importante para mi si pudiese contarme acerca de la noche de la fiesta de compromiso.

    —Originalmente iba a ser un evento muy pequeño, pero Destiny no se pudo resistir y terminó invitando a más gente de lo planeado —comenzó el Sr. Inashu—. Diría que alrededor de unas sesenta personas más o menos estaban presentes en la fiesta. Tengo una copia de la lista de invitados aquí, si desea mirarla, Sr. Mattsson.

    >> La fiesta comenzó cerca de las 21:00. Había bebida y comida para los invitados, y música para deleitarlos. La noche transcurrió con normalidad hasta que ocurrió… bueno, lo que ustedes ya saben que ocurrió, a las 22:30.

    —Pero no transcurrió todo normal hasta ese entonces, ¿no es cierto? —lo interrumpió Hubert—. Tengo entendido que hubo un apagón, a eso de las 22:00 horas.

    —Hm, estás bien informado —asintió el Sr. Inashu—. Sí, eso es correcto. Tuvimos una falla eléctrica; por alguna razón que desconozco, la casa entera se quedó sin luz a las 22:00.

    —Pero luego regresó, ¿verdad?

    —Momentáneamente. Verás, esta casa cuenta con un generador eléctrico independiente. Cuando la luz se cortó, el generador comenzó a funcionar, y le dio electricidad a la fiesta nuevamente. Sin embargo, el generador también dejó de funcionar al cabo de unos minutos, y la luz volvió a marcharse.

    >> A eso de las 22:20 aproximadamente, la instalación eléctrica volvió a funcionar con normalidad, como por arte de magia.

    —¿Y se descubrió el origen de esta falla eléctrica?

    —Me sorprende, Sr. Mattsson… creí que alguien inteligente como usted lo habría deducido ya. Tal vez le estaba dando demasiado crédito —dijo el hombre, haciendo una mueca—. La electricidad de la casa fue saboteada durante la fiesta.

    —¿Saboteada? —preguntó Dante, atónito, sin poder contenerse. Los ojos amarillentos del Sr. Inashu se posaron en él y Dante se encogió en su asiento, deseando ser diminuto y que aquel hombre intimidante no lo mirara más.

    —Así es —respondió finalmente el padre de Destiny—. Cuando revisaron la instalación eléctrica, no encontraron nada que indicara que el apagón se debería haber producido. Sin embargo, al examinar el generador descubrieron que el mismo había sido saboteado a propósito para que dejara de funcionar.

    —Eso ciertamente es curioso… —observó Hubert.

    Curioso e inútil” argumentó en su mente el abogado. De momento, esta información no le servía para la defensa de Mimi; no podía probar por qué otra persona había realizado el apagón ni con qué propósito, puesto que la luz ya había regresado unos diez minutos antes de la hora de muerte de Destiny.

    —Tengo otra inquietud. ¿Está al tanto de la discusión entre Liza White y su hijo Axe?

    —Sí, estoy al tanto —dijo el Sr. Inashu con tono severo—. Las acusaciones de la Srta. White fueron infundadas, producto del dolor de perder a su mejor amiga desde la infancia, y por lo tanto obviamente no deben ser tomadas en serio.

    —¿Acusaciones? —repitió Hubert, sin comprender.

    —Tengo entendido que, entre otras barbaridades, la Srta. White le gritó “asesino” a mi hijo. Lo que deben entender, claro, es que fue todo producto de la furia e impotencia que sentía la Srta. White… estoy seguro de que si hablan con ella hoy, les dirá lo mismo.

    Porque le habrás dicho que diga lo mismo” corrigió Hubert en su mente. El pensamiento había surgido por su cuenta, pero estaba seguro de que no era erróneo. Sin embargo, aunque sabía que no era prudente, decidió seguir con aquella línea de cuestionamiento.

    —¿Y el joven Axe? El también podría confirmar esto, ¿no es así? —insistió Hubert—. ¿Sería mucha molestia si le hago un par de preguntas a su hijo?

    —Sí, lo sería —replicó el hombre secamente.

    Aquella respuesta lo tomó por sorpresa, y no pudo hacer más que mirar desconcertadamente al Sr. Inashu. ¿Por qué no quería que hablara con su hijo? Era ciertamente sospechoso… y si no tenía nada que ocultar, como había parecido hasta ahora, le habría dejado hablar con él… esto era extraño, sin duda.

    —Mi hijo ha pasado por demasiado, al igual que yo, y creo que ya hemos tenido suficiente de sus preguntas, Sr. Mattsson —dijo el Sr. Inashu, poniéndose de pie—. ¿Confío en que tiene todo lo que necesita?

    —Sí, señor —mintió Hubert; había mucho que aún le quedaba preguntar, pero era evidente que la paciencia del hombre había llegado a su límite—. Nos veremos mañana, supongo… que tenga buenas tardes.

    —Nos veremos en la corte, Sr. Mattsson —asintió el Sr. Inashu con brusquedad—. Y le deseo buena suerte… porque ciertamente, la necesitará.



    Continuará…
     
    Última edición: 20 Octubre 2016
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    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

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    ¡Nami, que capítulo tan interesante!<3 Ya queda poquísimo para saber la identidad del fiscal, lo que me tiene muy emocionada xD

    Bueno, pasando al capítulo... Lo primero que debo decir es que amo el protagonismo que le das a Dante en esta historia. Ya sea por su profesión como fotógrafo o por su interés personal para con el caso, no desentona en lo absoluto con en el personaje, de naturaleza tranquila y esquiva. Dante tiene más que merecido ese protagonismo que le das <3

    (Creo que empezaré a shippearlo con Hubert, se ven súper lindos juntos <3)

    Otro asunto, me sorprendió mucho el tema de la discusión/pelea de Liza con Axe, el hermano de Destiny. Porque vamos, más que nada, no imagino a Liza como una persona violenta en principio. Sin embargo, sabiendo que acaban de matar a su mejor amiga, en medio del shock, la confusión y probablemente la rabia... No me parece una reacción tan extraña. Eso sí, me tiene curiosa el por qué Liza lo acusaría a él, pues debe de saber algo que el resto no. Todos en esa fiesta eran sospechosos. ¿Por qué querer echarle las manos al cuello a una persona en concreto cuando todos podrían haber sido los asesinos?

    Hmm... curioso.

    Toku... Toku tiene algo que me escama. No sé si es su parecido con Moura en el fic del Club o otra cosa, pero no se le ve como... ¿muy tranquilo? Sé que es un hombre serio y todo, pero... está tan tranquilo después de que hayan matado a su hija que me frustra un poco (?

    No lo imagino llorando ni nada parecido delante del abogado defensor de la principal sospechosa del asesinato de Destiny, pero al menos... que haga una mueca, un gesto, algo que demuestre su dolor (? okno xD

    Y esa excusa del "hemos pasado por mucho" para evitar que le pregunten a Axe sobre el tema... No se lo cree nadie señor Inashu. Sorrynotsorry (?

    Las cuestiones más importantes de este capítulo, sin lugar a dudas, son: ¿Qué sabe Liza que los demás no para acusar a Axe del asesinato de Destiny? ¿Quién saboteó la instalación eléctrica y con que fin? ¿Qué significan las letras "LG" grabadas en el piano?

    LG... Así, de pronto... No se me ocurre ningún personaje del rol con esas letras en su nombre, lo que lo vuelve todo mucho más interesante. ¿Quién lo escribió? ¿Qué significan?

    Creo que me quedaré con las ganas de saberlo por el momento, en este instante, lo que más me llama la atención... Es la identidad del fiscal xD Really, no puedo. Eso me tiene muy emocionada.

    Poco más puedo añadir salvo que amo esta historia, y por supuesto amo lo poco que te tardas en actualizar ;-;

    Bruno debería seguir tu ejemplo. Vamos Bru, actualiza ya por favor. De rodillas te pido (?

    Nada más que decir, ¡espero el próximo capítulo con muchas ganas, Nami! <3

    Ja ne.
     
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    ¡Sexto capitulo completo! Finalmente, comenzará el juicio contra Mimi, veremos que nos trae de interesante la primera sesión…

    Nuevamente, mil gracias @Noir te amo a ti y a tus hermosos comentarios <33 ¡Se lo mucho que aguardabas este capitulo en particular! ;)

    Espero les guste :3




    Capitulo 6: Juicio (Parte I)

    [8 de Diciembre. 22:03. Departamento de Hubert]


    Finalmente, tras concluir un día que parecía no terminaría jamás, Hubert ingresó a su propio departamento.

    Apenas llegó al modesto departamento en el que vivía, a unas cuatro cuadras del estudio, se desplomó sobre su cama. El maletín había quedado abandonado junto a la puerta, y aún tenía su traje puesto, pero poco importaba en aquel instante. Estaba exhausto; la gran cantidad de trabajo que le llevó preparar el caso de Mimi en tan sólo un día, sumado a las pocas horas de sueño del día anterior, lo había agotado considerablemente.

    Un siseo suave lo hizo voltear la cabeza. No muy lejos de la entrada, logró ver a su mascota dentro de la jaula de vidrio en la que se encontraba. La serpiente mamba verde le devolvió una mirada tan serena como la de su dueño.

    —Sí, sí; no te preocupes, Serperior, no me he olvidado de ti —dijo Hubert, poniéndose de pie nuevamente.

    Una vez que se encontraba sobre sus dos pies otra vez, caminó hasta la cocina, donde guardaba la comida para la serpiente. Sacó la carne que comía la serpiente, abrió la jaula momentáneamente y depositó dentro la comida para que su mascota procediera a devorarla.

    Había sido un día extremadamente largo. La preparación de la defensa de Mimi había sido un arduo trabajo, cuyo resultado tendría que esperar hasta mañana. Tenía sus argumentos listos, pero el problema yacía en el testigo que presentara la fiscalía; no tenía idea de lo que Liza White iba a declarar en el estrado.

    Pudo hacerse una idea básica de lo que White diría a partir de lo que Emily y los demás le dijeron del carácter de la chica. Tendría que pensar en el momento y examinarla lo mejor que pudiese. Además, podía presionar acerca de la pelea con Axe Inashu durante el arresto; eso seguramente serviría para arrojar algo de duda en su historia.

    Sin embargo, cabía la posibilidad de que el fiscal a cargo de caso optara por la segunda mejor opción en vez de White; la propia Mimi, cuya actitud podía llegar a traerle problemas si la llamaban a declarar. Por precaución, decidió dedicarle gran parte de la tarde a prepararla para el estrado y explicarle qué debía decir exactamente.

    Serperior irguió la cabeza mientras comía para ver a Hubert, quien ahora se encontraba quitándose su saco y colgándolo en una percha de su armario. Se hallaba deshaciendo el nudo de su corbata cuando el teléfono de su hogar comenzó a sonar.

    —¿Hola? —atendió una vez llegó al teléfono, localizado en la cocina.

    —Ah, hijo, que bueno escuchar tu voz —saludó su padre del otro lado de la línea telefónica—. Temía que siguieras en la oficina… la justicia nunca descansa, ¿verdad?

    —Pues, si hay alguien que sabe de eso, ese eres tú —replicó Hubert, y aunque no podía verlo, supo que su padre estaba sonriendo—. ¿Cómo está todo en el campo? ¿Cómo está mamá?

    —Ah, tu madre sigue con la misma energía de siempre —suspiró Arend; hubo una pequeña pausa, y su hijo supo que se encontraba fumando, muy probablemente a escondidas de su esposa—. Ahora se encuentra durmiendo, estaba exhausta, pero al menos se la ve contenta y más saludable.

    >> Está muy entusiasmada organizando nuestra primera Navidad aquí, aunque aún faltan varios días para esa fecha… ¿sí vendrás, verdad?

    —Por supuesto —confirmó el muchacho—. No me lo perdería por nada en el mundo.

    —Hendrika se alegrará mucho de oír eso —afirmó Arend con efusividad—. Cuéntame de ti, hijo. ¿Cómo está todo en el trabajo? Me enteré que tu último caso no ha ido exactamente como esperabas… son cosas que pasan en esta línea de trabajo, lo sabes, ¿verdad?

    —Sí, lo se… de hecho, ahora me encuentro trabajando en un caso nuevo. Defendiendo a una mujer acusada de homicidio.

    —Oh, ¿homicidio? Suena interesante… ¿ya tienes fecha para el juicio?

    —Sí. Mañana.

    —¡¿Mañana?! —exclamó Arend, atónito—. ¡Pero si dijiste que es un caso nuevo! Por Dios, hoy en día no paran de acelerar los procesos, antes tenías como mínimo una semana para prepararte para la primera sesión…

    >> Pero no dudo que puedas con ello, por supuesto. ¡Eres mi hijo, después de todo! Sabes que tienes mi total y completo apoyo y confianza.

    Hubert sonrió levemente, agradeciendo sus palabras de apoyo. Una idea entonces asaltó su cabeza repentinamente. Había algo que había estado revoloteando por su mente desde la noche anterior, y éste era el momento perfecto para aclarar aquella duda.

    —Padre, ¿tú conociste a una mujer llamada Anna Honda? —preguntó Hubert con seriedad.

    —Hmm… ah, sí, claro que la recuerdo —respondió su padre tras un momento de silencio que utilizó para rememorar—. Sí, una mujer espectacular. Podía parecer un poco débil a simple vista, al menos físicamente, pero psicológicamente era una mujer muy fuerte, sí señor. Tenía una determinación sin igual, fue una gran mujer… hasta que una condenada enfermedad reclamó su vida.

    Determinación sin igual… supongo que de tal madre, tal hija, ¿eh?” comentó Hubert para sus adentros. Oír hablar a su padre de la madre de Mimi inexplicablemente causó que una pequeña sonrisa se presentara en sus labios. Sonaba como una persona maravillosa.

    —Era amiga de tu madre, ¿sabías? —continuó Arend—. Fueron juntas al colegio primario y secundario. Así fue como yo la conocí a Anna, a través de Hendrika… pero debo preguntar, ¿de dónde viene esta pregunta tan repentina?

    —Es el caso… la acusada, a quien estoy defendiendo, se trata de su hija, Mimi.

    —Ah, la pequeña Mimiko… aunque supongo que hoy en día de pequeña no debe tener nada, ya debe ser toda una mujer —suspiró el hombre, dejando escapar una bocanada de humo del otro lado de la línea—. La recuerdo cuando tenía unos tres o cuatro años, cuando Anna se juntaba a charlar con tu madre.

    >> Hendrika y Anna se juntaban a conversar y ponerse al día en la biblioteca de tu madre, y a veces Anna llevaba a Mimi con ella. Aún me acuerdo, como si hubiese sido ayer, como insistía para que le dejáramos tocar el piano que había en la biblioteca… ¡y lo bien que tocaba! Era toda una prodigio, sin duda…

    —No creo que sea culpable, papá —dijo Hubert—. Creo… creo en su inocencia. Es decir… no la conozco tan bien, así que puede ser que no sea inocente, pero… hay algo que me dice que no fue ella.

    —Es tu intuición, hijo —sonrió Arend—. Y la intuición de los Mattsson nunca falla… ahora será mejor que te deje descansar. Buenas noches, hijo mío, y buena suerte.


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    [9 de Diciembre. 15:28. Palacio de Justicia: Tribunal Nº3]


    El día siguiente los recibió por la tarde en el Palacio de Justicia. La hora del juicio había tocado por la tarde, de modo que habían tenido toda la mañana para preparar a Mimi para que no los tomaran de sorpresa si la fiscalía decidía llamarla al estrado, así como para que Hubert solidificara más su defensa del caso.

    Unos minutos antes de las tres y media de la tarde, ya se encontraban dentro del tribunal número tres, el cual había sido asignado para el caso, aguardando a que el honorable juez hiciera acto de presencia.

    Hubert se encontraba ubicado en el banco que ocupaba la defensa, vestido con uno de sus mejores trajes, con Mimi sentada junto a él. La Honda, que lucía un vestido de encaje negro bien formal para la ocasión, parecía nunca haber estado tan nerviosa.

    El tribunal estaba abarrotado de gente. Dante y Emily estaban ubicados en la segunda fila de las cinco hileras de bancos detrás de los reservados para las partes involucradas en el juicio, aunque actualmente de esos dos sólo estaba ocupado el banco de la parte defensora. La fiscalía aún no hacía acto de presencia en la sala.

    Una fila más atrás, hacia la izquierda, se encontraba el Sr. Inashu, acompañado por su mayordomo y un muchacho desgarbado con cabello oscuro como la noche, a quien Mimi rápidamente identificó como Axe Inashu, el hermano mayor de Destiny. Junto al Sr. Inashu se encontraba Liza White.

    Hubert no necesitó de la ayuda de Mimi esta vez para identificar a la persona en concreto, pero en aquel momento Liza realmente no lucía como en las fotos en las que la había visto.

    Su cabello castaño estaba suelto, en vez de recogido en una coleta y con una gorra sobre el como solía llevarlo en fotos. Sus ojos azules estaban enfocados en el suelo, y no parecía dispuesta exactamente la muchacha jovial y gentil que Emily había descripto. Y su expresión… la sonrisa alegre que había visto en fotos, un rasgo característico sin duda, definitivamente no se veía ahora.

    Al lado de Liza se hallaba un joven de aproximadamente su misma edad, quien intentaba reconfortarla, charlándole y ofreciéndole una fresca sonrisa optimista. El muchacho de piel trigueña tenía ojos color café claros y cabello de un tono castaño más oscuro que el de Liza. Vestía una bufanda de un amarillo verdoso que parecía ser su distintivo. Mimi lo identificó como Steve Stone, un amigo cercano de Liza.

    —Hubert Mattsson… nos volvemos a encontrar.

    Esa voz” pensó Hubert apenas oyó aquellas palabras que lo trajeron a la realidad, y lo obligaron a volverse hacia su derecha para descubrir quién había hablado. “Esa voz, sólo puede ser…”

    Sus ojos se chocaron con un par de bellos orbes azul eléctrico. Una mujer de su misma edad le devolvía la mirada. Su cabello rubio, que usualmente iba desarreglado pero el día de hoy se encontraba alisado, llegaba hasta un poco más abajo de su cuello. Vestía una camisa blanca con un saco negro sobre la misma, y un pantalón del mismo color.

    A juzgar por su vestimenta, se notaba que no estaba allí por casualidad. Su sonrisa de lado, ciertamente, lo hacía parecer de esa forma. Hubert tragó saliva y se puso de pie para saludar a su colega.

    —Effy Joy… así que tú serás… —dijo Hubert, luego devolvió la sonrisa a la muchacha—. Sí, nuestros caminos vuelven a cruzarse en la corte. Pero esta vez, debo decir, me siento mucho más optimista respecto de nuestro último encuentro.

    —Optimista es quedarse corto, Hubert… prueba con delirante —espetó Effy, cruzándose de brazos—. Espero que tengas una declaración de “culpable” ya preparada, porque realmente no veo manera de que salgas bien parado de esta.

    >> Aunque si es por mi… no lo hagas, declara “no culpable”. No veo la hora de que la batalla comience.

    Effy se despidió con aquellas palabras y se marchó a su sitio. Hubert volvió a sentarse, y al volverse hacia la izquierda descubrió a Mimi, quien miraba con odio a la rubia que se marchaba.

    —La detesto —declaró Mimi de inmediato, en voz baja para que sólo él la oyera—. No tengo idea de quién es, pero la detesto.

    —Pues, es natural que no te lleves muy bien, supongo… dado que ella es nuestra rival —dijo Hubert, señalando a su derecha con su pulgar; Effy acababa de tomar asiento en el banco de la fiscalía.

    —Ella… ¿esa es la fiscal? —murmuró la Honda, desconcertada—. Pero… yo pensé que el fiscal del caso sería un hombre grandote e intimidante… ¿y es esa chiquilla?

    —Esa chiquilla, como la llamaste, es la estrella de la fiscalía —susurró el muchacho; había un tono de leve admiración en su voz al hablar de ella que para Mimi no pasó desapercibido—. La fiscal Effy Joy, una abogada muy inteligente y muy astuta, ha manejado casos de enormes magnitudes y jamás, hasta el día de hoy, ha perdido ni un solo caso.

    —¡¿Ni uno?! —musitó Mimi, horrorizada—. Pero tú la conoces… ¿ya has tenido que enfrentarte a ella en un caso antes de esto?

    —Tres veces —rememoró Hubert, recordando los últimos tres cliente que había tenido que defender.

    —Y… y, ¿cómo fue el resultado? —preguntó la rubia, nerviosa.

    —Como dije… ella no ha perdido ni un solo caso.

    Antes de que Mimi pudiera objetar algo más, Hubert le ordenó que se pusiera de pie, y él también lo hizo de inmediato. Effy imitó la acción, y también lo hizo el resto de los presentes. El juez acababa de entrar al tribunal.

    Era hora de comenzar.

    El juez llevaba puesta su toga negra característica, y había entrado al lugar por una puerta que se encontraba al final de la sala, avanzando hasta quedar en su posición, desde la cual podía observar a todo el juzgado. Su cabello era negro y largo, llegando a taparle parcialmente uno de sus grandes ojos color gris.

    —Tomad asiento —ordenó el Juez Lion, sentándose en su lugar y tomando su mazo; todos los presentes se sentaron en el acto—. Bien, el caso ante nosotros es… “El Estado contra Mimiko Honda”. ¿Ambas partes se encuentran aquí?

    —Fiscal Effy Joy, Su Señoría, en representación de la fiscalía —respondió Effy con su tono de voz más formal.

    —Abogado defensor Hubert Mattsson, Su Señoría, en representación de la Srta. Honda —dijo Hubert, empleando el mismo tono de voz que ella.

    —Muy bien, comencemos con la primera sesión —decidió el juez, golpeando su martillo como para afirmar lo que acababa de decir—. Que la fiscalía haga su declaración inicial.

    Effy se puso de pie en el acto. Como si hubiera hecho esto ya unas mil veces (cosa que probablemente fuese cierta), la joven de rubia cabellera rodeó su escritorio para salir y luego procedió a hablar mirando directamente a los ojos grises del Juez Lion.

    —Su Señoría, la acusada se encuentra aquí el día de hoy debido al incidente ocurrido en la noche del siete de Diciembre —comenzó Effy—. Un incidente durante el cual apuñaló a una joven llamada Destiny Inashu tres veces, acabando con su vida en el acto.

    Effy se tomó un momento y giró sobre sus talones. Se encontraba parada en el centro del espacio entre la plataforma del juez y los bancos de las partes. Ahora, antes de seguir hablando, enfocó su mirada en la parte defensora; puntualmente en Mimi, y la Honda no pudo evitar sentirse intimidada por aquellos orbes tan azules como el océano.

    —No estoy aquí para pedir venganza en nombre de su familia y sus amigos, que han quedado destrozados por la prematura muerte de su ser querido —declaró la fiscal—. Ni estoy aquí para lanzar acusaciones infundadas contra una pobre joven inocente. Estoy aquí para reclamar justicia. Para que la gente como Mimiko Honda no quede impune, y pague un precio por haberle arrebatado la vida a la pobre víctima, para que sepa… que no puede cometer un crimen y salirse con la suya.

    >> La evidencia es clara. Las pruebas son irrefutables. Y yo misma me encargaré de enclarecer los tintes de oscuridad que la defensa arroje para intentar salvarse de la inevitable verdad. Yo me encargaré… de que en este tribunal, la justicia prevalezca.

    Y con esas palabras, Effy dio por finalizada su declaración inicial y tomó asiento nuevamente en su lugar correspondiente.

    Si su objetivo había sido intimidar, había funcionado, pues Mimi se encontraba ahora deseando estar en cualquier lugar del mundo excepto el banquillo de acusada. Effy había cautivado a todos con sus palabras, y había comenzado a inclinar la balanza a su favor… tenían que hacer algo al respecto y pronto.

    —¿Cómo se declara la defensa? —preguntó el juez, mirando al abogado de cabello oscuro.

    —Se declara no culpable, Su Señoría —declaró Hubert sin vacilar.

    Hubo un pequeño revuelo en la sala. El juez rápidamente hizo callar todos los murmullos golpeando su mazo dos veces y reclamando orden. Cuando todos callaron, hizo un gesto de que Hubert podía seguir hablando.

    —Estoy de acuerdo, en parte, con lo dicho por la Srta. Joy —expresó el hombre—. Ciertamente, es la justicia la que debo prevalecer en toda sala de este gran palacio… pero es justamente por ello que debemos combatir las acusaciones que nos llegan, y afirmar nuestra no culpabilidad.

    >> Porque condenar a Mimiko Honda no es justicia. Justicia es buscar al verdadero culpable, y condenarlo… porque Mimiko Honda no ha cometido el delito de homicidio, no ha asesinado a la Srta. Inashu, y yo mismo me encargaré de demostrar que sin lugar a dudas esa es la pura y absoluta verdad.

    Tras su pequeña declaración, Hubert tomó asiento nuevamente y volvió a mirar a Mimi. Parecía un poco más tranquila que cuando Effy había terminado de hablar. Le obsequió una pequeña sonrisa, esperando que ayudara a calmar sus nervios. No la ayudó a estar menos nerviosa, pero ella musitó un casi inaudible gracias en agradecimiento del gesto.

    —Muy bien, he examinado la evidencia que llegó a mi despacho —pronunció el juez—. Debo decir, Sr. Mattsson, que las cosas no pintan exactamente bien para la parte defensora… hallada en la escena del crimen, con huellas dactilares de la acusada en el arma homicida.

    —Ella simplemente halló el cuerpo luego de que Destiny fuera asesinada, Su Señoría —replicó Hubert—. Y como explico en uno de mis escritos presentados, el cuchillo hallado en la escena pertenecía a la Srta. Honda, así que es natural que tenga sus huellas. El verdadero asesino puede haber usado guantes, y así sólo quedarían las huellas de Mimi.

    —O, lo más probable, fue Mimi quien empuñó el cuchillo para asesinar a la Srta. Inashu —intervino Effy abruptamente—. Es su cuchillo, después de todo… ¿quién más iba a usar aquella arma específica sino su dueña?

    —Cualquiera pudo haberlo usado, puesto que el cuchillo desapareció del departamento de mi clienta hace meses.

    —Simplemente desapareció… muy conveniente para la Srta. Honda, ¿verdad?

    El juez Lion volvió a golpear su martillo contra la mesa y ambos abogados hicieron silencio, mirando al honorable juez que ante ellos se encontraba.

    —Si bien la evidencia contra la acusada es ciertamente abundante —dictaminó Lion—. Eso no significa que ya esté listo para condenarla. Aún falta prueba definitiva de que fue Mimiko Honda es la culpable, y sin eso o una confesión no habrá una sentencia, no aún al menos.

    >> ¿La fiscalía tiene alguna nueva evidencia que ofrecer en esta primera sesión?

    —Así es, Su Señoría —respondió Effy, asintiendo con la cabeza—. La fiscalía quisiera llamar a declarar a un testigo, que espera sea capaz de enclarecer las cosas para todos los presentes.

    Es ahora” pensó Hubert, tragando saliva. Ahora era el momento de la verdad. Tendrían que examinar a un testigo, y lo que dijera el testigo podía redirigir completamente el curso de este juicio. ¿Liza o Mimi? ¿Quién sería el testigo escogido por Effy? Cualquiera de las dos sería un problema… no sabía qué podía llegar a decir Liza, pero por otro lado si Mimi se enfrentaba a Effy en el estrado… temía de lo que pudiera pasar, por lo que, ahora que sabía quién era el fiscal, rogaba que fuese Liza la escogida para declarar.

    —Sí, es su derecho —admitió el juez—. Recuerde, sin embargo, que sólo se le permite un testigo en la primera sesión. Señorita Joy, por favor llame a su testigo.

    —La fiscalía llama a declarar a la señorita Emily Hodges.

    El tiempo pareció detenerse en aquel instante, cuando aquel nombre completamente inesperado surgió de los finos labios de la fiscal Joy. Hubert y Mimi intercambiaron una mirada de horror; ninguno de los dos había previsto que Effy fuese a hacer declarar a un tercero en aquella instancia tan importante.

    Pero sus caras no eran nada comparadas con la de Emily, quien había palidecido en cuando su nombre fue pronunciado. Miraba a Dante confusa, como si hubiese escuchado mal y estuviese esperando que él le dijera que se equivocaba, que no había sido su nombre el que había escuchado. Sin embargo, él era incapaz de hacer tal cosa.

    —¿Puede negarse a declarar? —preguntó Mimi en voz baja—. Es decir, no pueden obligarla, ¿cierto?

    —No, no pueden forzarla… pero si se niega, nos hace lucir más sospechosos a nosotros. Y Effy lo sabe —admitió Hubert con voz queda.

    Es incluso más astuta de que pensé” tuvo que admitir para sus adentros. Effy simplemente sonrió mientras Emily era escoltada al estrado por el alguacil, un cincuentón con sombrero de vaquero llamado Stock.

    Stock guió al testigo todo el camino desde su asiento hasta el estrado, donde Emily finalmente se sentó. Se la veía nerviosa y agitada; miró a Hubert como esperando que él la salvara, pero él sabía que no había nada que pudiera hacer. Tendría que esperar y ver lo que tenía planeado la fiscal… y sabía que no sería nada bonito.

    —¿Jura solemnemente decir la verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad? —pronunció Stock con voz ronca, luego de sacar una Biblia y hacer que Emily depositara su mano izquierda sobre ella.

    —S… sí, juro —pronunció Emily con un hilito de voz.

    El juez Lion golpeó su maza contra la mesa una vez más, y miró a la fiscal. Sin necesidad de palabras, ella comprendió que tenía permitido ahora examinar al testigo.

    La mujer se puso de pie y avanzó con pasos firmes hacia delante, colocándose frente a Emily. A Hubert se le vino a la mente, inevitablemente, la imágen de una leona que rodeaba a una gacela indefensa antes de atacarla.

    —Por favor diga su nombre y profesión, para el registro —solicitó Effy con serenidad.

    —Emily… Emily Hodges —dijo la chica, recuperando poco a poco su confianza usual—. Profesión… bueno, soy una actriz. Aunque no he logrado conseguir trabajo como actriz aún. Trabajo como camarera en el restaurante Olympus Délices, hasta que logre conseguir un trabajo estable como actriz al menos.

    —Ya veo… y la acusada también se encuentra en esta misma línea de trabajo, ¿no es así?

    —Sí, es así… ambas trabajamos como camareras e intentamos conseguir trabajo como actrices en diferentes castings, aunque a Mimi también le interesa una carrera como modelo, pero a mi me dan un poco de miedo las pasarelas…

    —¿Cómo es su relación con la acusada? —la atajó Effy.

    —Pues… ella es mi mejor amiga —sonrió Emily, completamente sincera—. Vivimos juntas, y hemos sido amigas desde el secundario. Y, como ya dije, trabajamos juntas.

    —Ya veo… entonces, supongo que hablaban de todo tipo de cosas —argumentó la fiscal, empleando un tono casual, como si estuvieran teniendo aquella conversación en un café—. De chicos, por ejemplo. ¿Hay o había algún hombre en la vida de Mimi Honda que merezca mención?

    Emily tragó saliva. Evidentemente, estaba nerviosa nuevamente. Lanzó una mirada de soslayo al banco de la defensa, y Mimi compartía la misma expresión de nervios; temía que lo que había rogado fuese dejado de lado finalmente saliera a la luz ahora.

    —¡Objeción! —intervino Hubert antes de que Emily contestara—. ¿Relevancia? Esa pregunta no es nada relevante al caso.

    —La relevancia se establecerá en cuestión de minutos, Su Señoría, si me permite continuar preguntando —objetó Effy.

    —Denegada, Sr. Mattsson —declaró el Juez Lion, usando su martillo una vez más—. Srta. Hodges, responda la pregunta.

    —La verdad… no, no hay hombres con los que ha salido para mencionar, no realmente —respondió finalmente la joven Hodges—. Bueno, tiene un ex-novio, pero han terminado hace mucho ya… y desde entonces, no, Mimi no ha salido con nadie más.

    —¿Y qué hay de hombres con los que no ha salido?

    —¡Objeción! —saltó Hubert nuevamente; se había dado cuenta finalmente de hacia donde iba esta línea de cuestionamiento, y no le gustaba para nada—. Señoría, está hostigando al testigo con estas preguntas.

    —Srta. Joy, sea concreta por favor, y vaya al punto de la cuestión —dijo el juez, tomando el lado de la defensa ahora.

    —Bien, iré al grano entonces —decidió Effy, cruzándose de brazos delante de Emily—. Srta. Hodges, por favor declare acerca de la relación entre la acusada y el señor Alpha Xenodis. ¿Qué relación tenían ellos dos?

    Emily abrió grande la boca, sorprendida ante la pregunta tan directa por parte de la fiscal. Miró en todas direcciones, esperando poder escapar de sus acusadores ojos azules. Ante la tardanza, Effy comenzó a perder la paciencia, y alzó una ceja ante el repentino silencio de la joven.

    —Srta. Hodges, le recuerdo que está bajo juramento —le recordó la mujer de corto cabello rubio—. Si miente o nos oculta la verdad, se le puede imponer una multa y hasta tiempo en la cárcel como pena por ello.

    —Yo…

    —¡Emily! —exclamó repentinamente Mimi; para horror de Hubert, se había puesto de pie y habló en voz alta mirando directamente al testigo—. ¡No te preocupes por mi! ¡Sólo di la verdad, sin importar como parezca!

    —¡Orden! ¡Orden! —tronó el Juez Lion, intentando callar los susurros en la sala originados por las palabras de Mimi—. ¡Orden en la sala!

    >> Srta. Hodges, responda por favor la pregunta.

    —Yo… sí, sé acerca de su relación —declaró Emily con tristeza; no le hacía gracia decir lo que debía decir, pues se sentía como una traición, aún si la propia Mimi le dijo que no mintiera—. Mimi… Mimi sentía un leve enamoramiento. Hacia Alpha.

    —Así que está enamorada de él —concluyó Effy, sonriendo, al parecer satisfecha con la respuesta—. Enamorada de Alpha Xenodis, quien, le recuerdo a la corte, es el prometido de Destiny Inashu.

    >> Es decir que la acusada está enamorada del novio de la víctima. Las coincidencias simplemente no paran de surgir alrededor suyo, ¿verdad, Srta. Honda?

    —¡Objeción! ¡Hostiga a la acusada! —exclamó Hubert, con el simple propósito de que la rubia también fuese penalizada de alguna forma. Con esta declaración, claramente se había puesto a la delantera en esta primera sesión.

    —Retiro lo dicho en la última oración —se adelantó Effy con simpleza, moviendo su mano a un costado como restándole importancia al asunto—. Ahora, Srta. Hodges, tan sólo me quedan un par de preguntas más. Quisiera que me hable de la fiesta de compromiso de Alpha y Destiny. Usted asistió, ¿no es así?

    —S… sí —murmuró la joven de cabellos oscuros; había comprendido ya que, con esta mujer, debía cuidar lo que decía—. Sí, asistí junto con Mimi a la fiesta en la mansión Inashu.

    —Y durante el transcurso de la fiesta, ¿estuvo con la acusada? ¿O se separaron apenas llegaron?

    —No; estuvimos la mayor parte de la fiesta juntas —la contradijo Emily con una pequeña sonrisa; era satisfactorio pensar que había dicho algo que complicara el ataque de Effy—. Cuando llegamos fuimos juntas a felicitar a Destiny, y comimos juntas, también recuerdo que estuvimos juntas hablando con el DJ…

    —Sí, varios invitados con los que hablé me informaron que se las vio juntas la mayor parte de la fiesta —asintió Effy, borrando la sonrisa de Emily de su cara—. Y hay una invitada en particular que dijo algo que me resultó curioso. ¿Recuerda haberse cruzado con Elisa Daroch en la fiesta?

    —Lo recuerdo, sí… Elisa y Mimi son muy amigas —dijo la joven Hodges, asintiendo con la cabeza.

    —Elisa también lo recuerda. Cuando charlé con ella, me contó acerca del momento en que se cruzaron, lo cual ocurrió antes del apagón de las 22:00 —afirmó Effy con convicción—. Déjeme que le refresque la memoria… la Srta. Daroch declaró que se cruzó con ustedes cuando ingresaba al baño y ustedes salían del mismo, ¿esto es correcto?

    —Sí, es correcto —confirmó Emily—. Yo había ido al baño y Mimi me acompañó, porque no quería ir sola… y nos cruzamos a Elisa y charlamos un poco con ella, pero no veo que tiene que ver con…

    —¡Objeción, Su Señoría! —interrumpió el abogado defensor enseguida; no comprendía hacia donde iba Effy con estas preguntas, pero realmente no lo quería averiguar—. No veo la relevancia en las preguntas que hace la fiscalía…

    —Esta siguiente pregunta hará evidente su relevancia —expresó Effy con calma, caminando hacia su banco—. Verá, Su Señoría, tengo aquí mismo una copia escrita del interrogatorio que la policía tuvo con la acusada cuando fue detenida en la noche del siete de Diciembre…

    >> Srta. Hodges, si es tan amable, ¿sería capaz de leernos a partir de aquí, para todos los presentes, lo que la Srta. Honda declaró en la noche que fue arrestada por la Oficial Rhyme?

    Emily, confundida, asintió al pedido de la fiscal. Recogió la hoja de papel y, una vez que el juez expresó su aprobación, la muchacha de cabellos negros comenzó a leer desde donde se le indicaba.

    “Honda: ¡Ya me he explicado, maldita sea! ¡¿Qué es lo que no quieren comprender?!

    Rhyme: Tú eres quien no quiere comprender. Si realmente encontraste el cuerpo de la Srta. Inashu por casualidad, entonces respóndeme esto: ¿por qué entraste en el salón de té?

    Honda: Otra vez con eso… ¡ya lo dije, no sabía que era el salón de té! ¡Estaba buscando el baño, pero no tenía idea donde era y como la casa de Destiny es enorme me perdí por ahí!”

    —Hasta ahí es suficiente, Srta. Hodges —intervino Effy con una sonrisa de satisfacción plasmada en el rostro—. Ahora, simplemente me queda una pregunta más que hacer, la cual todos los que están aquí se deben estar haciendo también…

    >> ¿Cómo puede la Srta. Honda alegar que no sabía donde se encontraba el baño, cuando unos momentos atrás fue al baño en compañía de la Srta. Hodges? ¿Por qué entró en el salón de té, que está en la primera planta, cuando, debido a que había ido antes con la Srta. Hodges, ya sabía que el baño se encontraba en la planta baja?

    Los susurros y murmullos estallaron en aquella sala, y Mimi pudo sentir la mirada acusadora de prácticamente todos los presentes.

    Hubert sintió que se le caía el alma a los pies. Esto… esto no podía estar pasando. Como le había dicho a Mimi… si no eran sinceros entre ellos, si no se tenían confianza… si eso pasaba, el fiscal los destrozaría. Y eso era exactamente lo que estaba haciendo ahora mismo; Effy los estaba destruyendo, pintando a Mimi como una mentirosa y envidiosa que asesinó a una pobre joven que estaba a punto de casarse con el hombre que Mimi amaba. Era un cuadro que, para la gente común, era muy sencillo de aceptar en la situación actual.

    —Déjenme responder esa pregunta —añadió la fiscal con tranquilidad—. La Srta. Honda no contaba con que Liza White la agarraría con las manos en la masa, o que gritaría para atraer más gente a la escena del crimen. No contaba con que sería detenida y obligada a responder qué hacía en el salón de té… y entonces inventó lo primero que se le ocurrió. Que iba en busca de un baño.

    >> ¡Pero ahora la verdad sale a la luz! Y la verdad es pura y definitiva… la Srta. Honda había ido al salón de té con un solo motivo en mente… ¡asesinar a la Srta. Inashu!

    La gente empezó a cuchichear otra vez de inmediato. El juez golpeó furiosamente su martillo para hacerlos callar, aunque apenas si lo logró esta vez. Las palabras de Effy habían sacudido a todos los presentes, quienes al parecer parecían en su mayoría bastante convencidos tras escuchar el argumento de la fiscal.

    —No más preguntas, Su Señoría —declaró la rubia una vez que todos los presentes hicieron silencio.

    La joven fiscal giró sobre sus talones, le dio la espalda a Emily y caminó en dirección de regreso a su correspondiente banco. Al pasar, Mimi pudo ver una pequeña mueca burlona que le hizo hervir la sangre, y apretó los nudillos ante la impotencia de no poder hacer nada al respecto.

    —El testigo es todo suyo ahora, Sr. Mattsson —dijo Effy antes de tomar asiento. Y cuando pasó por al lado de él añadió, en voz baja de modo que sólo él fue capaz de oírla—. Muéstrame lo que sabes, Hubert.




    Continuara…
     
    Última edición: 5 Julio 2017
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    AY, ARCEUS, CUÁNTA TENSIÓN. Creo que voy a sufrir un colapso, porque entre el fangirleo de ver a Effy como la fiscal del caso (<3) y la forma en que empezó a desarrollarse el juicio no hay cuerpo lector que aguante tantas emociones juntas; se ha sentido como una montaña rusa, todo vertiginoso y, a la vez, genial. Hasta ahora, para mí, este es el mejor capítulo de tu fic y no es para menos, dado que llegamos al corazón de su historia: la batalla en los tribunales.

    Nunca me han llamado la atención las novelas judiciales, pero créeme cuando te digo que tu escrito ha logrado que me interese en adquirir unas cuántas, porque estoy descubriendo que es un género que, junto al policial, me encanta. Y aún sin haber bebido de este tipo de literatura y apenas conocer lo más general de los procesos judiciales, en todo momento este fic me ha parecido muy realista, a la vez que seductor. Uno, simplemente, no puede parar de leerlo, más cuando los obstáculos van in crescendo. Hacés un manejo de los giros y las oportunidades narrativas de una manera magistral, sabés condimentar los hechos sin que el ambiente de la Justicia pierda su esencia.


    En cuanto a la trama, obviamente no quiero dejar de lado del capítulo 5, que no llegué a comentar antes de la publicación de sexto porque sos una genia que actualiza rápido y por eso todos te amamos, sobre todo yo (¿?). También me gustó el protagonismo de Dante, siempre me agrada verlo junto a Hubert y el hecho de que le tenga cierto miedo en la vida real (vida real = rol [¿?]) es una verdadera lástima; los dos son tan tranquilos y suaves que van repartiendo paz por ahí con sus solas presencias, jaja. Como siempre, cada capítulo no hace más que regalarnos cabos sueltos, al punto de que uno ya no sabe que creer porque es consciente de que seguro hay mentiras de por medio (como lo de Mimi y el baño, o eso parece). En este capítulo se trató de la discusión entre Liza y Axe, que hasta ahora no sabemos el motivo. También la misteriosa inscripción en el piano, esa LG; me hace pensar en GL XD. Y el señor Inashu no me huele bien, ese FIJO que está embarrando la cancha; no me cierra del todo que esté tan poco afectado por la pérdida de su hija… ¿Y qué estará pasando con Alpha, a todo esto?


    En cuanto al capítulo 6, su inicio me pareció realmente enternecedor, mostrándonos a un Hubert más cotidiano. El detalle de Serperior como una mamba verde de mascota fue genial, muy creativo de tu parte; no sólo tiene unos ojos serenos como los de su dueño, sino que parecen entenderse a través de la mirada. Eso me pareció MUY amor <3. Tan amor como la conversación con Arend, siempre tan tranquilo y a la vez atento con sus seres queridos… ¡Ah! Y cuando le preguntó a su hijo si iba a estar con ellos para Navidad me hizo ser consciente de lo cerca que está el juicio de esa… Ahora tengo miedo de que el trabajo impida a Hubert estar con su familia :c


    Ahora hablemos del juicio. EL JUICIO. CREO QUE ME VOY A DESMAYAR. Cuando empezó el segmento del juicio tuve que hacer un esfuerzo bastante grande para no saltarme la lectura hasta el punto donde aparece el fiscal del caso, por en serio tenía mucha ansiedad por confirmar si se trataba de Effy o no… ¡Y EFECTIVAMENTE ERA ELLA! Sabés bien que es el personaje al que más amo junto a Mimi, pero en este fic la estoy amando aún más. La fiscal más sexy del mundo además; aunque no se hable de su figura y la narración se centra en su acusación (como corresponde xd), uno simplemente queda seducido por su modo de actuar. Me hace mucha gracia que Hubert haya perdido todos los juicios en los que se cruzó con Effy. Igualito a lo que pasa con el historial de batallas pokémon en el rol.

    De momento veo un panorama muy negro para él, aunque estoy seguro de que hará un movimiento que lo deje más o menos bien parado en la primera sesión del juicio. Pero en resumen, la amé intensamente. Me dan ganas de que cometer un crimen para que me acuse (¿?)

    Ahora bien, lo que no esperaba para nada fue que llamara a Emily a declarar como testigo. Simplemente me quedé como...

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    Y encima ya vine mascando la tragedia cuando Emily contó que se había dirigido al baño con Mimi, porque me di cuenta al toque de que aquello contradecía los dichos de la Honda… Hasta el momento, este detalle fue el golpe más duro en todo el juicio para la parte defensora y no puedo imaginar qué va a hacer Hubert para salir de esa… ¡Pero sé que lo hará!

    Hasta aquí mi comentario. Te admito, te adoro, creo que la ansiedad por el próximo capítulo me terminará matando.
     
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    OMGGGGGGG!!! ¡EFFY! ¡ES EFFY! AHFDHSFSJD. SHE'S JUST SO SEXY AF. I'M GOING TO CRY!!!

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    Ok, ok... no quiero decir que lo dije pero... LO DIJE. I TOLD YOU. Debí apostar algo con Bruno porque en serio xDD ¡¡Es Effy!! Lo sabía, omg, lo sabía... ¿quién más si no podría hacerlo, sino la genial, sensualosa y boss ass bitch de Effy, eh? NADIE. Y no sólo es Effy... ¡¡es Effy sexy súper badass as fuck omg la amo como no tienes idea!! <3 Ya la amaba antes, pero este capítulo maravilloso me hizo amarla aún más. No puedo esperar a ver como destroza a Mimi en el estrado <3 (?

    Calmando un poco mi corazón fangirl, lamento no haber comentado antes Nami, no había podido :c
    Sin embargo, algo curioso que me pasó esta mañana mientras leía el capítulo fue que tenía el televisor prendido en ese momento... y justo estaba por aparecer Effy como la fiscal, que salía un anuncio publicitario de ''Fiscal Chase'' en el televisor; una serie de drama jurídico. ''Qué conveniente'', pensé xDD

    Btw, ¡qué capítulo tan intenso! Me sumo al comentario de Bruno, ¡que tensión! Y esa rivalidad ''sana'' entre Effy y Hubert no puede sino recordarme sus andanzas en el rol. La aparición de Effy fue SUBLIME con mayúsculas. Así, bien grandotas. Entró y sin lugar a dudas se robó todo el capítulo con su presencia, su convicción y sus palabras. Una auténtica femme fatale en su terreno.

    AMO como Mimi la odia sin conocerla xD No sólo por que son rivales más que obvias aquí— Effy puede meterla de por vida en una asquerosa prisión— sino porque me recordó al rol. Fue como ''La detesto. No tengo idea de quién es pero la odio. Es... como si la conociese de otro lugar ''. Please, tan genial. Y sigo shippeándolas. OMG, las shippeo tantísimo xD Necesito un descanso, entre el Mimily y el TsunTsun no puedo vivir (?

    [​IMG]

    Emily al estrado. Pobre Emily, ella no está nada acostumbrada a tratar a una Effy así, imagino lo nerviosa y asustada que debió estar xD Obvio que no se lo esperaba, reconozco que yo tampoco lo hacía. (? Pero a medida que iban apareciendo las preguntas de la fiscal, me iba dando cuenta de que es lo que Effy pretendía. Y la forma en la que su declaración contradice las palabras de Mimi... ¡wow! Porque claramente significa que Mimi mintió sobre el qué hacía en la habitación de té en primer lugar. Evidentemente no buscaba el baño.
    ¿Qué hacía entonces? ¿Qué hacías ahí Mimi, eres consciente de dónde te metes? No creo que matar a Destiny, pero quizás... ¿Que no era ahí dónde estaba el piano?

    Y esto. Qué decir de ESTO:

    ASDDFGJ. Si esa no es la muda promesa de que tarde o temprano se enfrentarán en el estrado no sé lo que sea. Really. Y será ÉPICO. Y juro que me estoy muriendo por verlo ya xD <3

    Hubert y Serperior al principio. Please, que detalle tan magistra ponerle a Hubert una serpiente de mascota y llamarlo de ese modo haciendo alusión a su sereno y diligente acompañante en el rol. Y luego la conversación con Arend y su charla sobre Anna, la madre de Mimi. Realmente creo que Anna y Hendrika podrían haber sido amigas en el rol. (?

    En cualquier caso, un capítulo maravilloso como siempre. Ya sea por la aparición de Effy (La amo muchísimo, dios <333), como la declaración de Emily y la pequeña rivalidad existente entre la fiscal y el abogado Mattson, amé este capítulo de principio a fin. Cada punto y cada coma que hay allá escritas <33

    Nada me queda salvo decir que me MUERO por ver que tal le irá a Hubert en la segunda parte de este primer juicio. Omg, en serio que no puedo esperar x'DD <333

    Ja ne <3.
     
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    Nami Roronoa

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    Y aquí estamos… ¡séptimo capitulo! Hora de la emocionante culminación de la segunda parte de la primera sesión… espero les guste como quedó :3

    Y por supuesto, ¡muchísimas gracias @Noir y @Bruno EVF por sus bellísimos comentarios! No me canso de repetir cuanto adoro sus hermosas palabras hacia esta historia; no hay nada que me ponga más contenta que leer que les esta gustando esto que escribo <333

    Sin mas, el cap… disfruten ;)



    Capitulo 7: Juicio (Parte II)

    [9 de Diciembre. 15:49. Palacio de Justicia: Tribunal Nº3]


    Hubert había quedado paralizado en su lugar. Desde que Effy había regresado grácilmente a su asiento correspondiente, su mente era un caos; su cerebro le gritaba con furia a su cuerpo que reaccionara, pero éste se negaba a cooperar, debido a que era incapaz de decidir de qué manera actuar a continuación.

    Lentamente, se puso de pie. El mundo a su alrededor parecía moverse en cámara lenta. Podía ver como Effy sonreía, como Mimi se removía el sudor de la frente con el dorso de su mano, como Emily jugaba con sus pulgares para intentar distraerse de lo que sucedía, como Lion miraba qué haría a continuación…

    Colocó sus manos sobre la mesa frente a él y la utilizó para ayudarlo a ponerse de pie. De a poco, caminó con pasos cautelosos hasta encontrarse a una distancia prudencial de Emily… intentó aprovechar el tiempo al máximo para pensar en algo, y tal vez… tal vez lo único que le quedaba era arriesgarse.

    —Srta. Hodges —finalmente habló el abogado, habiendo por fin logrado controlar su voz—. ¿Podría declarar acerca de la fiesta de compromiso?

    Emily parpadeó un par de veces, confusa. No parecía comprender hacia dónde se dirigía él con aquella línea de cuestionamiento. Siendo honestos, ni el propio Hubert estaba seguro de hacia dónde se dirigía… pero era lo único que se le cruzaba por la cabeza.

    Debía hallar alguna contradicción. Tenía que encontrar algún agujero, por más mínimo que fuese, en la teoría de la fiscalía. Si no llegaba a hacerlo… había visto los ojos grises de Lion cuando Effy terminó de hablar. Había una alta probabilidad de que este juicio terminara en su primera sesión si no hacía algo al respecto.

    —Cla… claro —musitó Emily, dubitativa—. Habremos llegado a la fiesta de compromiso a eso de las 21:00 horas aproximadamente… lo primero que hicimos fue felicitar a los novios. Fue algo difícil para Mimi, pero cuando nos sacamos eso de encima pudimos disfrutar de la fiesta.

    >> Doy fe de que estuvimos gran parte de la fiesta juntas. Saludamos a muchas personas conocidas que también pueden dar fe de eso, y… y ahora que lo pienso, creo que no estuvimos en casi ningún momento separadas, hasta después del apagón que se retiró al baño, que fue cuando descubrió… el cuerpo…

    —Así que se retiró con la excusa del baño su amiga, ¿eh? —intervino Effy repentinamente, con una mueca burlona—. Su Señoría, como ve, las palabras del testigo no hacen más que poner en evidencia las mentiras que cuenta la defensa; retirándose al baño y apareciendo por casualidad en el salón de té…

    Mimi miró a la mujer de corto cabello rubio con furia y musitó “presumida” por lo bajo, aunque afortunadamente nadie en la sala lo notó.

    Hubert apenas si escuchó la intervención de la fiscal. En su mente, los engranajes se habían puesto en marcha, y ahora una idea comenzaba a tomar forma. Era una posibilidad remota que funcionara, pero por como estaban las cosas la defensa de Mimi pendía de un hilo… tenía que arriesgarse sí quería ganar contra alguien como Effy.

    —Srta. Hodges —soltó el abogado defensor, mirando exclusivamente a la mujer en el estrado—. Entonces, ¿asegura haber estado junto a Mimi durante la fiesta de compromiso hasta el momento en que concluyó el apagón?

    —¡S… sí! —exclamó Emily; las palabras de Effy la habían puesto más nerviosa que nunca—. Sí, cuando se cortó la luz ella estaba muy nerviosa, bueno, todo el mundo lo estaba… yo le daba agua para que se tranquilizara, debió de tomarse como un litro, así que no me sorprendió que fuera para el baño cuando volvió la luz…

    —¿Qué es este apagón del que sigo oyendo? —preguntó el juez—. Demando que se me explique qué fue lo sucedido.

    —Verá, Su Señoría, a eso de las 22:00 hubo un apagón en la residencia Inashu —explicó Hubert con una pequeña sonrisa; su confianza usual, poco a poco, se estaba recuperando—. Por una falla eléctrica aparentemente desconocida, la fiesta se quedó sin luz por unos momentos. Luego se restauró, luego hubo una segunda falla y se volvieron a quedar sin luz…

    —¿La electricidad de la casa falló dos veces? —preguntó Lion, alzando una ceja.

    —Esa es una forma de decirlo —dijo el hombre de cabellos oscuros—. He hablado con el señor Toku Inashu y me ha explicado que la mansión tiene un generador de emergencia que se activa ante la falla eléctrica. Cuando se cortó la luz de la casa, el generador de emergencia se activó y la restauró.

    —¿Y luego el generador también dejó de funcionar? —completó Emily, dudosa.

    —No, no dejó de funcionar —negó Hubert—. Alguien saboteó el generador, para volver a dejar a la mansión Inashu sin luz.

    Hubo un revuelo en la sala ante aquella declaración. Effy se movió en su asiento, incómoda; era claro que había comprendido ya hacia dónde iba orientado el pensamiento de Hubert. Se puso de pie para objetar a lo establecido.

    —¿Tiene prueba de lo que dice, Sr. Mattsson? —preguntó el juez Lion antes de que ella dijera algo.

    —Aquí mismo, Su Señoría —asintió él, alzando un papel en su escritorio—. Este es un reporte que el electricista profesional, un hombre llamado Chisp, hizo tras examinarlo todo al día siguiente. El generador fue sin lugar a dudas saboteado.

    —¡Objeción! —saltó Effy repentinamente—. ¿Y qué tiene eso? Es evidente que la acusada pudo haber saboteado el generador con sus propias manos…

    —He allí el problema, Srta. Joy —replicó Hubert con serenidad—. Mi clienta definitivamente no ha saboteado el generador, pues como bien ha declarado aquí la Srta. Hodges, tanto ella como mi clienta se encontraban dentro de la mansión cuando el apagón ocurrió, así que no pudieron haberlo causado.

    —¡Es cierto! —añadió Emily, asintiendo repetidamente con la cabeza—. Nosotras en ningún momento salimos afuera de la mansión y definitivamente nos encontrábamos en el salón principal cuando la luz se apagó, ambas veces… ¡no hay manera de que Mimi causara el apagón!

    —Lo cual quiere decir, obviamente, que alguien más causó el apagón, saboteando al generador —completó el abogado con firmeza—. ¡Y ese alguien es el verdadero asesino de la Srta. Inashu!

    Una nueva ola de murmullos y susurros asaltó a la corte. Mientras Lion intentaba restablecer el orden golpeando su mazo repetidas veces, Hubert miró de reojo hacia atrás para darle a Mimi una sonrisa esperanzadora. Effy se mordió el labio, preocupada por un instante… pero enseguida su expresión se suavizó y se mostró súbitamente relajada, cruzándose de brazos tranquilamente.

    —Esa es una teoría muy interesante, la que propone la defensa —dijo la fiscal, sin perder aquella sonrisa relajada—. He aquí mi pregunta… ¿tiene alguna evidencia que la pruebe?

    —¿Evidencia? —repitió Hubert, sin comprender.

    —Por supuesto. En la corte, si alegas algo, tienes que probarlo... y la fiscalía exige ver alguna prueba de lo que alega la defensa.

    —Como acaba de decir el testigo que la fiscalía misma subió al estrado, la acusada no pudo haber saboteado el generador o haber causado el corte de energía —se explicó el abogado defensor—. Sin mencionar que múltiples testigos presentes en la fiesta podrán confirmar la presencia de ambas en el salón principal cuando se cortó la luz y durante la persistencia del apagón.

    —Oh, me temo que no me comprendió, Sr. Mattsson —replicó Effy, soltando una risita casual—. Me refería a evidencia de que el apagón y el asesinato están relacionados. Porque a juzgar por lo que vemos aquí, son dos hechos independientes el uno del otro…

    >> No hay ninguna evidencia de que ambos hechos, el asesinato y el apagón, fueron causados por la misma persona. Y por lo tanto, no sólo su teoría no excusa la culpabilidad de la Srta. Honda, sino que debería ser borrada del registro debido a que no es relevante al caso en cuestión. ¿No es así, Su Señoría?

    Hubert sintió que el mundo se le venía abajo. Su argumento, su teoría, la única salida que había podido encontrar de esta infernal primera sesión… y ahora se derrumbaba ante sus ojos. Effy hizo una mueca triunfante al ver como la desesperación se asomaba en sus ojos.

    —Ciertamente, Sr. Mattsson, la fiscalía presenta un buen punto —admitió el juez, mirando directamente al hombre frente a él—. Si no hay una conexión probada entre ambos hechos, realmente el caso no ha cambiado en nada, y la teoría de culpabilidad de la Srta. Honda que presentó la fiscal Joy continúa siendo la explicación más lógica de los hechos.

    Él no pudo hacer más que asentir lentamente. Tenía que pensar en algo. Rápido. El argumento de Effy era muy fuerte; se notaba que ella no era una rival cualquiera. Pensaba sus estrategias y sus contraataques antes de lanzarse a la carga. Se veía como una rival inalcanzable… ¿realmente podía vencerla?

    No se si puedo vencerte, Effy” musitó el abogado para sus adentros, mirando de reojo a la fiscal. “Pero… definitivamente voy a dar lo mejor de mi en esta batalla. Mimi cuenta conmigo… ¡no me daré por vencido!”

    —¡Srta. Hodges! —exclamó él abruptamente—. ¡Por favor declare acerca del apagón una vez más!

    —¡¿Eh?! —se sorprendió la muchacha—. Pe… pero… ya he dicho todo lo que ocurrió… no se que más podría decir acerca de eso…

    —Específicamente, quiero oír acerca de lo que sucedió durante el segundo apagón —insistió Hubert; estaba caminando sobre la cuerda floja aquí, pero su intuición le decía que se encontraba en la senda correcta—. ¿Qué se encontraban haciendo los invitados? ¿Qué hacían los novios? ¿Intentaron contactar a algún profesional para que se encargue de la falla eléctrica?

    —Objeción, Su Señoría —lo atajó Effy de inmediato—. Si alguno de esos detalles fuese importante, el testigo lo habría mencionado en su declaración anterior. La defensa sólo intenta ganar tiempo, y a la vez hacernos perder tiempo a todos nosotros al parecer…

    —Su Señoría, creo que existe una relación entre el apagón y el asesinato —contestó el abogado de la defensa—. Y aquí está la clave que probará efectivamente esa relación.

    —Denegada, Fiscal Joy —dictaminó el juez—. Srta. Hodges, responda a las preguntas hechas por la defensa.

    A Effy no pareció hacerle ni pizca de gracia que su objeción fuera denegada sin mayor preámbulo. Cruzándose de brazos, la fiscal observó como Emily continuaba jugando con sus pulgares, lo cual al parecer servía para tranquilizarla. Con suavidad, la muchacha comenzó finalmente a hablar.

    —Bu… bueno… el Sr. Inashu estaba realmente furioso. No paraba de hacer llamados a técnicos y especialistas para que vinieran a arreglar el problema, pero era muy tarde y ya nadie atendía a esas horas… Alpha insistió en que él podría con el problema, y salió junto con Ian a ver si podían arreglarlo…

    —Así que el Sr. Xenodis salió a inspeccionar el sistema eléctrico…

    —Sí, pero al minuto regresó y nos dijo lo del generador —continuó la joven de cabellos oscuros—. Que alguien lo había destrozado para cortar la electricidad, pero que el sistema central de la casa, que fue el primero que falló, se encontraba intacto.

    —Todo esto es fascinante, realmente —comentó Effy, con sarcasmo bien presente en cada sílaba pronunciada—. Y, como dije anteriormente, irrelevante. Incluso si alguien saboteó la electricidad de la fiesta, y si ese alguien definitivamente no fue la Srta. Honda, eso no prueba que la Srta. Honda no sea la asesina, ya que ambos hechos no están relacionados.

    —Pero por otro lado, esta cuestión nos lleva inmediatamente a otra pregunta —teorizó el abogado de Mimi—. ¿Por qué alguien cortaría la electricidad de la fiesta?

    >> ¿Para intentar escaparse de la fiesta sin ser visto, quizás?

    Unos leves susurros entre los presentes prosiguieron al argumento del abogado, los cuales el juez rápidamente silenció con un golpe de su martillo. Hubert no pudo evitar sonreír de lado; ya había conseguido arrojar algo de duda entre los presentes.

    —Alguien intentaba escaparse de la fiesta sin ser visto —prosiguió Hubert—. Alguien que se encontraba en el centro de la fiesta, alguien que no podía escapar del ojo de todos así sin mas… Srta. Hodges, ¿dónde se encontraba la Srta. Inashu durante el apagón?

    —¿Des… Destiny? —repitió Emily, atónita ante la pregunta—. Ella… ahora que lo mencionas, nadie fue capaz de encontrarla durante el apagón. Recuerdo que Alpha y Liza la buscaban pero no la encontraban… por eso Liza la buscaba después, cuando encontró la escena del crimen.

    —Es decir que nadie puede dar fe de dónde se encontraba la víctima durante el abrupto apagón… sospechoso, ¿no lo cree, Su Señoría? —sugirió Hubert con convicción.

    —Oh, por favor… ¿acaso vas a culpar a la víctima ahora? —intervino Effy, alzando una ceja con desconfianza—. Eso es bajo, Sr. Mattsson…

    —¿Quién está hablando de culpar a la víctima? Creo que no comprendió el punto, Fiscal Joy —replicó él—. El punto es que esto significa que nadie sabe dónde se encontraba la Srta. Inashu durante los veinte o treinta minutos que duró el apagón, durante los cuales hubo caos en la mansión Inashu…

    >> La hora de muerte presentada en la autopsia me ha llamado la atención porque fue algo imprecisa, como me dijo la Dra. Iota cuando la vi… por lo cual es perfectamente posible que Destiny fuese asesinada durante el apagón.

    —¡Eso es ridículo! —exclamó Effy de inmediato, mientras los murmullos entre los presentes se intensificaban como nunca.

    —Entonces, pruébelo —la desafió Hubert—. Como usted dijo, en esta corte hay que presentar evidencia… presente evidencia definitiva de que Destiny no murió durante el apagón, y entonces le tomaremos la palabra.

    —¡Suficiente! —interrumpió el juezLion, golpeando su martillo para aclamar orden en la sala—. Fiscal Joy, Sr. Mattsson, el interrogatorio al testigo ha concluido. He llegado a una decisión.

    Aquella súbita declaración le puso los nervios de punta. Con la mayor tranquilidad que pudo fingir, Hubert regresó a su asiento. Emily, por su parte, fue acompañada de regreso al suyo por Stock, el alguacil de la corte. Lion miró a ambos abogados antes de continuar hablando.

    —Si bien el argumento de la fiscalía es sólido, la defensa tiene un buen punto al mencionar que no se puede dar fe del paradero de la Srta. Inashu durante la duración del apagón —declaró el juez Lion—. Y por lo tanto, he llegado a la siguiente decisión.

    >> La fiscalía deberá continuar la investigación sobre la culpabilidad de la Srta. Honda. Asimismo, les pediré que se investigue más a fondo acerca de dónde se encontraba la víctima durante el tiempo del apagón. Debido a los interrogantes que persisten, es claro que aún no puedo dictar una resolución para el caso, de modo que nos reuniremos nuevamente en la segunda sesión.

    Y con esas palabras, el juez dio por terminada la jornada legal. Golpeó su martillo por última vez, y la primera sesión del juicio de Mimi finalmente concluyó.


    oo00oo00oo00oo00oo00oo00

    [9 de Diciembre. 16:15. Palacio de Justicia]


    Mimi tomó una bocanada de aire apenas abandonaron el tribunal número tres. Por momentos había sentido que todo se derrumbaba a su alrededor, que sería condenada en aquel momento y que su vida como la conocía habría definitivamente terminado. Pero ahora… ahora, finalmente, podía respirar. Por el momento al menos.

    Mirando a Mimi tener esa reacción fue un poco tranquilizante para Hubert. Le sonrió; al menos no había sido el único que había sufrido un infierno allí dentro. Effy se marchó de la sala sin dirigirle ni una palabra, aunque sí le pareció ver una pequeña sonrisa desafiante cuando se volvió para verla partir. Los Inashu, por su parte, se habían marchado apenas el juez Lion golpeó su martillo por última vez.

    —Bueno, seguimos vivos —dijo Dante con un tono optimista, intentando calmar los ánimos de los demás.

    Hubert y Mimi se habían reunido con Dante y Emily afuera del tribunal; habían sido los últimos dos en salir de la sala. Emily aún parecía un poco nerviosa, pero Dante ahora sostenía su mano y eso parecía tener un efecto tranquilizador en la joven, que le sonrió a los otros dos en cuanto los alcanzaron en el pasillo.

    —Por ahora —contestó Hubert con una sonrisa diminuta que escapó por sus labios—. Aunque estuvimos a punto de perderlo todo algunas veces… ahora seguimos a la siguiente instancia.

    —Ah, yo creí que íbamos a perder en cuanto me llamaron al estrado a mi —exclamó Emily; Dante le sonrió y acarició con ternura su mano—. Esa fiscal realmente es brutal. Por un momento realmente temí por mi vida.

    —No creo que fuera a atacarte, Emi —le aseguró su novio… aunque internamente no estaba tan seguro de ello.

    —Hubert, ¿qué sigue ahora? ¿Cómo es lo de la segunda sesión? —preguntó Mimi con curiosidad.

    —Mañana a primera hora publicarán la fecha y hora de la próxima sesión —explicó él—. De modo que entonces continuaremos con lo que aquí dejamos pendiente, y tenemos tiempo hasta entonces de solidificar nuestra postura y construir más argumentos… por suerte solemos tener más tiempo para esto, así que estaremos mejor preparados.

    —Dante…

    Aquella voz hizo que todos voltearan hacia atrás. Porque el origen de esa voz femenina no era ni Emily ni Mimi, sino una tercera mujer que llegaba a la escena. Una mujer de cabellos castaños que no se mostraba exactamente cómoda de estar allí; miraba en todas direcciones nerviosa, como esperando a ver si alguien la retaba por estar ahí hablando con ellos.

    —Liza… —susurró Dante—. Oh, Liza, ¿cómo has-

    —Aquí no —lo detuvo Liza súbitamente. Sacó un papel y se lo extendió al joven fotógrafo—. No… lo siento, sé que… sabes que la fiscalía me ha puesto un grupo de guardaespaldas para mi seguridad, ¿verdad? Me he escapado de ellos ahora con una pequeña distracción, pero debo volver antes de que se den cuenta.

    >> En ese papel hay un número de teléfono. Es una línea segura; el teléfono de Steve, a él no lo están vigilando ni cuidando ni nada. Hablaremos por ahí luego…

    Liza alzó la vista al sentir que Dante agarraba el papel que le tendía. Le dedicó una pequeña sonrisa y sacó algo que había estado escondiendo detrás de su espalda… una gorra. Se la colocó sobre el cabello antes de partir apresuradamente, y en cuestión de segundos se perdió de vista.

    Liza White… ¿qué misterios estarás guardando?” se preguntó Hubert para sus adentros, viéndola partir.

    —Deberíamos irnos, ¿no? —soltó Emily de repente, sacando a todos de su estupor tras la reciente escena—. No aguanto ni un minuto más aquí dentro… necesito aire fresco urgente.

    —Vayan saliendo —soltó repentinamente Mimi—. Tengo que ir al baño urgente, me he tenido que aguantar desde esta mañana… esperenme en la entrada, los encontraré ahí en unos minutos.

    Tras acceder al pedido de la Honda, los otros tres partieron hacia la entrada del Palacio de Justicia, donde se pusieron a charlar de quién sabe que cosa mientras la esperaban.

    Mimi cerró la puerta de baño de damas tras ella. Caminó con pasos pausados pero firmes hasta el lavabo más cercano y se mojó la cara. Por Dios, estaba toda sudada… y su rímel se había corrido un poco. Colocó ambas manos sobre el lavabo, intentando serenarse.

    —Esto… esto es tan estúpido —musitó la rubia, apretando los puños. Débiles lágrimas se esforzaban por escapar de sus ojos, pero ella las combatió con furia, intentando resistir las tentadoras ganas de romper en llanto—. Yo soy inocente… yo soy inocente… ¿por qué yo?

    La puerta del baño volvió a abrirse y Mimi se obligó a controlarse. Volvió a mirar su reflejo en el espejo para comprobar su apariencia y estuvo a punto de gritar al ver en el reflejo del espejo, parado detrás de ella, a la última persona que pensaba ver allí.

    —Mimi… —dijo aquel hombre—. Tenemos que hablar.




    Continuará…
     
    Última edición: 28 Octubre 2016
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    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

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    A mí me da que será alguno de los hombres de la vida de Mimi... Alpha o Drake (? Aunque este último es más una corazonada que nada, pues creo que él es ese ex-novio del que hablaba Emily en el capítulo anterior. No preguntes por qué (? xD De cualquier modo eso me tiene muy emocionada <333 Ahora esperaré la actualización con más ganas, si es eso posible. Digo yo, que por la reacción de sorpresa de Mimi es obvio que se trata de una persona conocida y que no esperaba verle ahí, pero... ¿quién?

    Me encanta la confianza de Effy y como enfrenta a Hubert con sus rápidas estrategias, frenando magistralmente cada uno de sus movimientos antes de que pueda cantar victoria siquiera... igual que en el rol. Sin embargo, en esta ocasión Hubert también tuvo un buen punto y pudo salir airoso de esta primera sesión de juicio, y yo que pensé que no lo lograría xD. La verdad es que estuve pensando bastante cómo lo haría, pues el capítulo anterior y la acusación de Effy lo dejó bien crudo para el pobre abogado. Effy se esforzó bastante en pintar a Mimi como la culpable, y aún así, con inteligencia y sentido común, Mattsson logró mantener a Mimi lejos de las rejas un poco más. Buen trabajo, Hu <3

    Confieso que yo no había pensado eso... Agradezco que Hubert no lo pasara por alto.

    ¡Y apareció Liza! :'DD
    OMGG. Aún si fue durante tan poquito tiempo me puso bastante feliz verla. Me pone muy feliz ver como poco a poco van apareciendo todos, no puedo esperar a que los demás hagan aparición también <333 Y que todo acabe bien para que puedan ir a comer pizza como en el capítulo tres (?

    Lo que más me llama la atención y me tiene pensando es ese final... Mi pobre Mimi, negarse a flaquear delante del resto es tan típico de ella xD Imagino que se mezclaron muchas emociones en su interior. Alivio, por haber logrado salir bien librada de la primera sesión, miedo y preocupación. Seguramente también se sienta indignada y humillada, pues si no es algo agradable que duden de ti, aún menos es agradable que duden de ti cuando eres ''inocente'' y una persona tan orgullosa como ella. Y qué te traten como una criminal... debe de ser horrible xD

    ¿Quién será el hombre del espejo? ¿Alpha, Drake? ¿Quizás Matt, su hermanastro? Creo que voy a fangirlear muchísimo sea quién sea xDD Moriré de la intriga y me morderé las uñas mientras espero con gran impaciencia el próximo capítulo.

    Te repito que amo esta historia y te amo a ti por escribirla, Nami <3

    Ja ne <3.
     
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    Nami Roronoa

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    Bueno, aquí estamos… ¡capitulo ocho! ¡Espero lo disfruten!

    Y como siempre, mi fiel @Noir te adoro, tus comentarios son hermosos y me hacen muy feliz <33 Y a todos los que leen, les agradezco de corazón… espero esta continuación sea de su agrado :3




    Capitulo 8: Mentiras

    [10 de Diciembre. 10:30. Estudio Jurídico Mattsson]


    El silencio presente en el estudio jurídico en aquel momento había durado unos cinco minutos, aunque se sintieron cinco horas para los presentes, y la tensión podía cortarse con un cuchillo. Hubert miraba a la mujer que tenía enfrente, ella le devolvía la mirada… y ninguno de los dos hablaba. Como si aún intentaran encontrar las palabras para explicarse.

    —Me mentiste —dijo finalmente el abogado con voz queda.

    —Técnicamente, no fue una mentira —replicó Mimi, jugando con uno de sus mechones rubios—. De acuerdo, bueno, fue una mentira, pero una pequeña…

    —No me vengas con tecnicismos. Estuvimos a punto de perder el caso entero por culpa de esa “pequeña” mentira —la atajó Hubert, completamente serio—. Te dije que si me mentías la fiscal nos destrozaría en la primera sesión, y eso fue exactamente lo que sucedió. ¡¿Acaso quieres ir a prisión, Mimi?!

    —No… ¡claro que no! ¡Por supuesto que no! —exclamó ella de inmediato—. Es sólo que…

    —¿Qué? Porque si no tienes una buena razón, debo concluir que no quieres ganar el juicio.

    —¡Es que no quiero que él vaya a prisión tampoco!

    El silencio volvió a tomar nuevamente el control del estudio por unos momentos. Hubert se acomodó apropiadamente en su silla, reflexionando lo que se le acababa de escapar a la Honda, quien se encontrada cruzada de brazos, resignada, a sabiendas de que esta era una conversación de la que no podía huir.

    —Hablas de Alpha Xenodis, ¿correcto?

    —S… sí… —murmuró Mimi, mordiéndose el labio—. ¡Pero él no es el asesino! Él no… ni él ni yo somos culpables, pero si hubiese hablado… seguramente lo habrían condenado en el acto, así que no, no puedo…

    —Mimi —la interrumpió Hubert con firmeza—. ¿Qué fue exactamente lo que sucedió aquella noche?


    oo00oo00oo00oo00oo00oo00


    [9 de Diciembre. 16:17. Palacio de Justicia: Baño de damas]


    —Mimi… tenemos que hablar.

    —¡Alpha! —dejó escapar Mimi de la sorpresa, ahogando un gritito—. ¿Qué rayos haces? ¡No te aparezcas así de golpe! ¡Y mucho menos en el baño de damas, baka!

    La Honda lo miró con rabia. La última persona a la que pensaba encontrarse… y allí se aparecía de la nada, tan casual y tranquilo como sólo él mismo podía serlo.

    Alpha Xenodis era un muchacho de tez tostada y sonrisa fácil, algo despistado e inocente en algunos aspectos, pero también era una persona muy orgulloso. Sus ojos dorados brillaron ante la reacción de la muchacha, y sus labios se curvaron en una sonrisa burlona.

    —Ah, la verdadera Mimi… es bueno verte de nuevo —le dijo Alpha, sin dejar de sonreír.

    —E… es… ¡este no es momento de tus idioteces! —exclamó ella, intentando esconder el leve sonrojo de sus mejillas—. ¿Acaso siquiera llegas comprender la situación en la que nos encontramos, baka? ¿O lo has olvidado todo? Realmente eres un verdadero baka, ¿sabes?

    —Claro que lo se —la interrumpió él con brusquedad.

    En ese instante, el ambiente se tensó de inmediato. Mimi pudo sentir como el aire a su alrededor comenzaba a cambiar; la reciente muerte pesaba fuerte sobre ambos, era un hecho que no podían remediar.

    El rostro de Alpha se ensombreció y Mimi deseó golpearse a si misma; por supuesto que comprendía la situación, era su novia la que había muerto… y ella acababa de recordárselo, justo cuando había logrado apartar su mente del hecho y volver a ver, por unos breves momentos, al verdadero Alpha que tan bien conocía y al que tanto quería.

    —Lo… lo siento, yo no quería… —balbuceó la rubia, pero no pudo llegar a completar su disculpa.

    —Destiny ha muerto —afirmó el muchacho de orbes dorados con severidad—. Esta es una realidad que no se puede cambiar… pero lo que sí podemos cambiar, es hacia dónde se dirigen nuestras vidas a partir de ahora. Y no me gustaría que tu vida se dirigiera hacia una prisión; no lo mereces, Mimi. Ahora, déjame hacerte una pregunta, y quiero que me contestes con la verdad…

    >> ¿Tú crees que asesiné a Destiny?

    Mimi hizo un ruidito casi inaudible y desvió su mirada hacia el suelo, considerándose incapaz de enfrentar a Alpha con la mirada. Apretó sus puños… pero por más que apretara, sabía que debía responder a la súbita pregunta de Alpha. Por lo que procedió a hacerlo.

    —Yo no… no mentiré. Tuve mis dudas —admitió ella, haciendo un esfuerzo sobrehumano para que su voz no sonara quebrada—. El salón de té y… y el cuchillo y… y ese apagón…

    —Yo no he causado ese apagón… ni esa muerte —aseguró Alpha, completamente serio.

    —Lo se —se apresuró a añadir Mimi—. Lo se ahora. Como dije, tuve mis dudas luego de lo que he oído hoy en la corte pero… pero creo que no harías algo como esto, ni en un millón de años. Te conozco, Alpha, y… y estoy segura de ello. Sé que eres inocente.

    —Gracias por creerme, Mimi —sonrió Alpha, animado—. Aunque vaya, has sido más difícil de convencer que Ian cuando le pregunté si me creía inocente. Él simplemente dijo “eres demasiado idiota como para hacer un asesinato tan premeditado como este”.

    Mimi asintió a ese argumento, por primera vez en la historia estando de acuerdo con algo que decía Ian.

    —Ahora es mi turno de preguntar —dijo la rubia con tono sombrío—. ¿Crees que yo asesi-

    —Oh, no hace falta eso, no creo que seas la asesina —intervino Alpha con tono casual—. Pero el verdadero asesino sigue suelto… y no descansaré hasta encontrarlo. Mi Destiny se merece al menos eso.

    Mi Destiny. Esas dos palabras fueron como un puñal que atravesó repentinamente el malherido corazón de Mimi. Es que aún no se recuperaba… ella sabía que él estaba de novio con Destiny hace años, y que planeaba proponerle matrimonio, pero…

    Pero no podía evitarlo. Porque incluso si el corazón de él tenía únicamente lugar para la joven Inashu, Mimi no podía evitar codiciar aquel lugar. Porque veía su sonrisa fresca, su expresión burlona y desafiante, su actitud orgullosa que usaba para enmascarar el hecho de que tenía un corazón tan noble… le era inevitable encontrarse completamente enamorada de este hombre que no la amaba. Y eso era, sin lugar a dudas, un dolor que no se creía capaz de superar jamás.

    —Si quieres ayudarme, por favor… no mientas más por mi en el juicio —rogó Alpha.

    —Pero… pero si digo toda la verdad, parecerá que tú…

    —Es mejor así. No digo que tengas que ir gritando todo a los cuatro vientos, pero… si te suben al estrado, no dudes en decir la verdad, sin importar como eso me haga lucir a mi, ¿de acuerdo? —sonrió él—. No te preocupes… yo puedo defenderme también, ¿sabes?

    Alpha se dio media vuelta, dándole la espalda a Mimi, quien se encontraba al borde de las lágrimas. Tan sólo verlo, desde aquel fatídico día en que ella había confesado sus sentimientos y no fueron correspondidos, era un dolor enorme… y ahora hablar con él como si nada hubiera pasado entre ellos. Mimi era una persona sorprendentemente fuerte, realmente había que reconocerlo.

    —Alpha —lo detuvo la voz de ella, y él se congeló en su sitio, aún dándole la espalda—. La inscripción… “LG”, ¿tienes idea de lo que significa?

    —Tengo mis teorías —admitió el joven—. Pero… no tendría nada de gracia si te lo dijera así como así, ¿verdad?

    Y con una última sonrisa misteriosa, Alpha abandonó el baño de damas.


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    [10 de Diciembre. 10:31. Estudio Jurídico Mattsson]


    —Y eso… eso sucedió ayer —finalizó Mimi, cruzándose de brazos—. Y la verdad es que voy a seguir el consejo de Alpha. No se si lo revelaré en la corte… pero a ti de seguro te contaré la verdad ahora.

    Hubert chasqueó la lengua. Ya dos veces Mimi le había mentido, y la tercera probablemente sería la vencida; le había dejado en claro que si había otra mentira más en lo que le contaba, Effy probablemente usaría eso para convencer de una vez por todas al juez de su culpabilidad.

    —Te escucho —dijo Hubert con tranquilidad—. ¿Qué era lo que hacías en el salón de té?

    —En… encontrarme con Alpha —admitió finalmente la Honda, lanzándole al joven una mirada de circunstancias—. ¿Ya ves por qué no quería decirlo? Sé exactamente como suena eso.

    Y sí, claro que lo sabía. Si Alpha y Mimi habían pactado juntarse en el salón de té para quién sabe qué, y el salón de té había sido el lugar donde Destiny fue asesinada, entonces…

    —Sí, suena como que él podría haberla asesinado y dejado la escena para hacerte ver como la asesina —replicó él, afirmando lo que ella ya sabía—. ¿Fue él quién propuso de encontrarse allí?

    —S… sí, durante el segundo apagón. Se me acercó en un momento en que Emily estaba ocupada hablando por celular con Dante, y me dijo que nos encontremos a las 22:30 en el salón de té del primer piso —confesó la joven—. Pe… ¡pero no es como dices! ¡Él no podría ser el asesino! ¡Es imposible!

    —La gente a veces puede sorprenderte, Mimi —soltó su abogado con firmeza—. ¿Por qué se reunían ahí?

    —No… no lo se, jamás llegué a saberlo —dijo ella tristemente—. Con todo lo ocurrido… yo había llegado primera y encontré… bueno, ya sabes lo que encontré.

    —Pero aunque digas que es inocente, realmente debes admitir que el cuadro no pinta bien para Alpha…

    —Y eso… y eso no es todo —lo interrumpió Mimi súbitamente—. Hay… hay algo más…

    >> No he perdido mi colección de cuchillos de caza. Se la regalé a Alpha y Destiny como regalo de compromiso, porque a Alpha siempre le parecieron bonitos y… y por lo tanto, los cuchillos estuvieron en la mansión Inashu todo el tiempo. Cualquiera podía agarrar uno.

    —¿Dónde se guardaban los regalos de compromiso durante la fiesta? —preguntó Hubert, temiendo la respuesta.

    —En el salón de té.

    Un silencio de ultratumba se hizo en la oficina. Hubert desearía poder creer en la inocencia de Alpha tan fervientemente como lo hacía Mimi, pero temía que los sentimientos de ella nublaran su razón… ¿y si había sido él el culpable? ¿Y si era todo parte de su macabro plan, hacer que Mimi fuese presa por el crimen, pues sabía que ella jamás lo acusaría?

    Mimi se puso de pie de golpe, alarmando al abogado, quien por poco se cayó de su silla por la súbita acción. Mimi puso ambas manos sobre el escritorio con firmeza y lo miró.

    —Hay un lugar al que tenemos que ir —declaró la Honda.


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    [10 de Diciembre. 10:54. Residencia Daroch: Entrada]


    Mimi se encontraba en la entrada de la residencia Daroch, esperando a que la hicieran pasar, mientras que Hubert se encontraba un poco distanciada de ella, hablando por su teléfono celular.

    No podía dejar de admirar el lugar. Era una casona hermosa; no demasiado grande en verdad, pero con un extenso jardín y muchas flores de distintos tamaños y colores. Realmente era un paisaje hermoso el que ofrecía aquella casa que ella ya conocía… donde vivía su amiga Elisa.

    —¿Tienen turno con Madame Daroch? —preguntó una mujer de unos treinta años, alta y con lentes cuadrados, quien al parecer era la secretaria de la mujer en cuestión.

    —No, vengo a visitar a su hija… mi nombre es Mimiko Honda —dijo la rubia rápidamente.

    La mujer chasqueó la lengua y decidió ir a chequear si la jovencita se encontraba dentro de la casa. Mimi la vio partir y volvió su mirada hacia Hubert, quien había terminado de hablar y se acercó hacia ella.

    —¿Buenas noticias o malas noticias? —preguntó ella.

    —La buena noticia es que Chad logró localizar a Chisp, el electricista, y consiguió una copia de su reporte original —dijo el abogado con optimismo.

    —¿Y la mala?

    —Cuando dejó el lugar, se cruzó con Effy… y se la veía bastante confiada.

    Eso no podía significar nada bueno, Mimi lo sabía. Aunque aquella mujer parecía siempre estar confiada, si iba a visitar al electricista… probablemente había descubierto algo del apagón que los complicaría, podía presentirlo.

    —Ugh, esa maldita seguro ya está un paso adelante de nosotros. Siempre parece estarlo —musitó la Honda con rabia—. ¿Sabes algo de Emily y Dante?

    —No, no he tenido novedades aún —admitió Hubert—. Pero estoy seguro de que todo marchará según lo planeado…

    —Sólo espero que Liza mantenga su palabra —dijo Mimi con rudeza—. Y mientras tanto… nosotros buscaremos respuestas por nuestro lado. Es la mejor forma de armar una buena defensa, ¿verdad?

    —Es cierto que conocer mejor los hechos nos ayudará a crear una defensa más sólida —concedió él, asintiendo con la cabeza—. Pero… ¿qué respuestas vamos a hallar de la boca de Elisa Daroch?

    —Tú sólo confía en mí…

    A Hubert no le quedó otra que confiar en Mimi, porque su conversación entonces se vio abruptamente interrumpida. La puerta de la residencia se abrió por completo; la secretaria de Madame Daroch había regresado.

    —La joven Elisa los recibirá ahora.



    Continuará…
     
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    Me ha gustado lo que leo aquí, siempre he amado como escribes y la verdad soy una fan del misterio, suspenso y las novelas policiales, así que la combinación de todo ello es un deleite para mi persona.

    Ahora sobre la historia... Me gustan los giros que está tomando, como te dije mi tercera teoría loca es que Alpha lo hizo y ahora todo apunta a ello, pero aún hay algo que me inquieta, la razón. Aunque esta teoría se ve algo manchada, si la primera apuñalada fue mortal no había necesidad de las otras dos, cosa que me recuerda lo que dijo la psicóloga de mi colegio "Una mujer celosa da más de una puñalada por el odio que siente" o algo por el estilo, así que vuelvo a la cuarta teoría loca, Mimi lo hizo y punto, fin, Eli revolvió el misterio, ahora vamos por donas (?)

    Ya llegó el momento de como Nami me ilusionó y luego destrozó mi corazón (?), Elisa sólo ha sido mencionada Q.Q, yo venía con el orgullo de madre a leer y no aparece, pero bueno, disfruto más un buen suspenso, así que te lo perdono <3

    Y eso, no soy buena con los comentarios, así que dejaré esto antes de irme por las ramas, espero el próximo capítulo muy impaciente. Adiós.
    Elías.
    P.D: No sabía dónde meter esto... ¡Alpha es una perra!, no se pide matrimonio después de romperle el corazón a una chica, eso está mal e.e, y no recuerdo que me hizo decirlo en este capítulo, y eso que lo releí, pero es una perra e.e (va con cariño, es sólo una broma, no me odiéis Q.Q)

    P.D2: Otra teoría, Ian lo hizo... Parece que yo solo lanzó culpables al azar, pero algún día daré con el verdadero culpable.

    P.D3: Ja, yo entendí a la primera la referencia al "Chica de nombre pokémon", y no tiene relación con que yo creé eso :P

    P.D4 Es la última, creo... Simplemente ame esto "Y con una última sonrisa misteriosa, Alpha abandonó el baño de damas."

    Ya, ahora si, dejo este comentario hasta aquí.

    Eli.
     
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    OMFG. OMFG. ¡¡ESTÁ AQUÍ, ESTÁ AQUÍ, DESPUÉS DE LO QUE PARECIERON SIGLOS! GOD IS REAL!

    [​IMG]

    ¡Te juro que morí esperando este capítulo y que casi me da un paro cardíaco cuando vi la alerta esta mañana! x'DDD
    ¡Pero por el amor de Arceus, mis corazonadas funcionan siempre, no me lo puedo creer! Era Alpha. ALPHA. ¡¡Es el gran e ingualable baka de Alpha, omg lo amo demasiado!! xDD

    Tantos feels en un solo capítulo, Nami. Fangirleé muchísimo cuando vi como mis sospechas se confirmaban y realmente se trataba de Alpha. Él es mi husbando (? y le tengo un cariño muy especial a este personaje desde el rol de Pokémon. Tanto él como Gold son muy importantes para mí, de modo que ver a Alpha con Mimi otra vez me trae muchísimos recuerdos del rol y es como: damn feels. Mi kokoro duele. Le quiero y le admiro mucho, pero con este aire tan misterioso me cuesta no tacharlo como sospechoso. No digo que haya sido él, claro, pero... tengo mis dudas.

    ¿Y cómo es que tiene sus teorías sobre las siglas L.G? ¿Y se va sin más? ¿Y ya está? ¡Pero por favor, no me dejes con la intriga, hombre! ¡Regresa acá! xDD

    Lo que me tiene pensando es por qué Alpha querría reunirse con Mimi en el salón de té. ¿Acaso no es sospechoso? O sea, se encuentra con una chica que lo ama —y él lo sabe pues ella se lo dijo—, a solas, en un salón de té, durante su fiesta de compromiso con otra mujer. Lo único que se me ocurre así de buenas a primeras es que quería ponerle los cuernos a Destiny xD. Aunque no creo que sea eso, porque si bien no soy muy fan del Tragicomic por cuestiones obvias, tampoco deseo que su relación se quiebre por algo como eso.

    Amo como Mimi acude sin pensar en nada solo porque Alpha se lo dijo, es como ''¡Cielos, Alpha quiere hablar conmigo! ¿Querrá cancelar la boda?'' Y suena como la muchacha tonta y enamorada que es, para que después, en lugar de encontrarse con eso, le cuelguen el muerto a la pobre. Y nunca mejor dicho xD

    Hmm... ¿y si son cómplices de asesinato? Como Eli ha recordado Des murió a la primera puñalada pero recibió dos más. Lo que, si mis conocimientos sobre criminología son ciertos, denotan ensañamiento. Quién lo hizo la quería bien muerta y una mujer celosa encaja perfectamente en ese perfil. O, en su defecto, un chico torpe que no tiene idea sobre anatomía humana (? Los cuchillos estaban en el salón de té después de todo.

    Teorías muy locas, pero nada seguro. Este capítulo arroja más preguntas y pocas respuestas. Al menos sabemos ya el paradero de los cuchillos, y no que simplemente desaparecieron como dijo Mimi en anteriores capítulos.

    Y ese final... ¿para qué necesitará Mimi hablar con Elisa? Me tiene pensando. Saber que probablemente la veamos en el próximo capítulo me pone fangirl, no puedo esperar<3

    Sólo me queda añadir...

    NAMI, PLEASE...

    [​IMG]

    Creo que esto es todo de momento, moriré esperando el próximo capítulo. De verdad que no tengo idea de que pasará ahora xD

    Ja ne <3.
     
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