Drogo había llegado al límite de su paciencia, estaba cansado y harto de aguantar las estupideces de ese Targaryen, sus hombres agarraron a este y lo mantuvieron quieto y de rodillas. Tomo el oro y lo echo en un caldero que estaba a una temperatura muy alta, esperó a que el oro se deshiciera y estuviera líquido. —Aquí tienes tu corona rey—Dijo mientras le arrojo el oro hirviendo en la cabeza. Murió casi al instante, cayo al suelo con el oro pegado en la cabeza. Luego Drogo ordenó sacarlo de allí mientras se relajaba en su asiento junto a su esposa.