Tyrion Lannister. "-Dime, Ned, ¿de qué sirve llevar corona? Los dioses se burlan de las plegarias de reyes y pastores por igual." Robert Baratheon —¿Qué demonios me ves? —bufó el pequeño rey Lannister desde el imponente trono de hierro. Tyrion se quedó en silencio sin responder, sólo lo observaba allí sentado, con esa sonrisa de suficiencia y poder. —En lo hermoso que te ves ahí, sobrino mío...—sonrió con ironía. Giró su pequeño cuerpo dándole la espalda para abandonar aquel maldito lugar. Ese lugar manchado de sangre y gritos, un campo de batalla; todo por una corona de espinas, que se te va hundiendo hasta desangrarte y cuando te das cuenta, ya es demasiado tarde. Eres una más de esas estatuas sin vida, una historia más que contar a los habitantes de los siete reinos.