One-shot de Pokémon - Conversación a medianoche (PokéShipping Week 2017 Día 7)

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Summary: En una de sus tantas estadías en la residencia Ketchum, Misty se despierta a mitad de la noche para tomar un poco de agua, y encuentra a Ash haciéndose un bocadillo nocturno a escondidas. Los dos deciden salir un momento para conversar un poco. Escrito originalmente para el Día 7 de la semana PokéShipping 2017, tema: Conversación de medianoche.

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Pueblo Paleta, residencia Ketchum…

¿Cuándo fue la primera vez que se hospedó en esta casa? ¿Diez, casi once años o tal vez un poco más? Ya había perdido la cuenta. Pero aun así, la casa de la familia Ketchum siempre se sintió como un segundo hogar, un sitio cálido, familiar y acogedor donde ella siempre era bienvenida.

A raíz de la celebración que tendría lugar al día siguiente, Pueblo Paleta estaba abarrotado de turistas, y el hogar de los Ketchum había tenido que hospedar a varios de los amigos de Ash ya que los hoteles estaban repletos de gente. No era para menos: haber ganado la Liga Índigo era un gran motivo de celebración, pero sin duda, la pequeña casa necesitaría remodelaciones para acomodar a tantas personas la próxima vez.

Al momento de sortear las habitaciones, May, Dawn y Serena se quedaron juntas en el cuarto de huéspedes, que por fortuna tenía dos camas grandes. El sofá en la sala se lo ganó Max, de modo que Brock, Cilan, Clemont y Bonnie tuvieron que dormir en sacos o colchonetas inflables. Iris dijo que no le molestaba dormir en el árbol de afuera, y lo habría hecho de no ser por la insistencia de Delia de no quedarse a la intemperie. Y en cuanto a Misty, le tocó compartir el cuarto con Delia. Ash era el único que tenía su cuarto solo para él.

La pelirroja de repente abrió los ojos. Al ver el reloj digital en la mesita de noche, se dio cuenta de que eran casi las doce de la noche. Dándose la vuelta, vio a Delia todavía dormida y de espaldas a ella. Era una suerte que tuviese una cama matrimonial. Misty se levantó con cuidado para no despertarla; de pronto le dio sed con el calor que hacía. Se puso unas pantuflas y bajó para ir por un poco de agua.

Al bajar las escaleras, vio una luz tenue que venía desde la cocina. Por lo visto alguien más se había parado, y posiblemente para asaltar el refrigerador. Y con toda certeza, era Ash, preparándose un gran sándwich con todo lo que pudo encontrar. Ya estaba poniéndole la segunda rebanada de pan encima cuando vio a la pelirroja en la entrada.

- ¿Te lo vas a comer tú solo? – preguntó Misty con una sonrisa.

- Esa era la idea. – admitió Ash. – ¿Quieres un poco?

- Solo venía por un poco de agua, pero ya que insistes. – aceptó ella.

Ash partió diagonalmente su sándwich para darle un trozo a Misty, aunque no se le escapó que deliberadamente se quedó con el más grande. Bueno, no era que fuese a molestarlo, y era mucho decir que él le ofreciera algo de su comida. Años atrás eso habría sido impensable.

- Fuera de venir por un bocadillo nocturno… ¿alguna razón por la cual estés despierto a esta hora? – preguntó Misty.

- ¿Se nota? – dijo él, levantando una ceja.

- Ash, nos conocemos desde que eras un entrenador novato. He aprendido a leerte mejor que nadie. – replicó ella con un pequeño deje de orgullo.

- Hm… ¿por qué no vamos afuera un rato, para no despertar a los demás? Creo que tal vez me vendría bien hablar con alguien. – admitió él.

Cerrando la puerta del refrigerador, Ash y Misty se deslizaron con mucho cuidado por la sala. Todos dormían en silencio, excepto Brock que murmuraba algo de "Lucy, mi reina bella" abrazando su almohada. Al llegar a la puerta, Ash quitó el seguro y la abrió. Misty la cerró detrás de ella con cuidado para no hacer ruido y los dos fueron a ponerse junto a la cerca del jardín.

Una de las cosas que más le gustaba a Misty de Pueblo Paleta era lo pacífico y tranquilo que podía ser el lugar. Perfecto para relajarse cuando querías alejarte de todo y de todos. Los dos miraron hacia el cielo nocturno. La luna estaba bastante brillante, opacando a todas las estrellas aquella noche.

- Y bien, ¿qué es lo que te preocupa? – preguntó Misty.

- La verdad no lo sé. – dijo Ash. – Toda mi vida soñé con ganar una Liga Pokémon, y ahora que ya lo hice… no estoy seguro de qué hacer.

- ¿Y eso? Creí que estarías feliz por haber ganado. – dijo ella.

- Y lo estoy. – replicó él. – El asunto es… que no sé qué voy a hacer ahora. Toda mi vida he querido ser un Maestro Pokémon, y cuando gané el torneo me di cuenta de algo… que nunca me había parado a pensar qué significaba ser un Maestro Pokémon.

Misty le echó una mirada de reojo a su amigo de toda la vida. Era muy raro que Ash se pusiera así de filosófico, pero cuando lo hacía, definitivamente era algo que no deseaba perderse. De momento no dijo nada, así que simplemente se limitó a escuchar lo que tenía que decirle.

- He viajado por muchas regiones, visto muchas cosas, capturado diferentes Pokémon… y aun así a veces no me siento muy diferente al día que inicié mi viaje por primera vez. – prosiguió el chico. – Creí que tal vez cambiaría si ganaba un torneo de la Liga Pokémon por fin, pero la verdad, es como si ganar o perder no hiciera ninguna diferencia. Y aunque gané este última Liga Índigo… no estoy seguro de qué hacer a partir de ahora.

- Interesante. – dijo ella. – Nunca creí ver a Ash Ketchum sin poder decidir qué hacer. A pesar de tu pésimo sentido de la dirección, con respecto a tus metas siempre estabas bastante claro.

Ash se enfurruñó ligeramente, pero no pudo refutarle nada. Tenía razón en ambos puntos. Pero era extraño, tenía las cosas muy claras cuando iba por el camino, y ahora que aparentemente había llegado a su destino, se sentía perdido.

- Mira… si quieres mi opinión, creo que la definición de Maestro Pokémon es algo muy subjetivo. – dijo la pelirroja. – No es por nada, pero de cierta manera, creo que tal vez tú ya lo fueras desde hace tiempo, solo que no te habías dado cuenta.

- ¿Qué quieres decir? – preguntó Ash.

- Piénsalo, tú compites regularmente en torneos de la Liga Pokémon, y en general siempre lo haces bastante bien. – La chica empezó a listar sus logros con cada dedo. – Top 16 en la Conferencia Índigo la primera vez, Top 8 en las Conferencias Plateada, Ever Grande y Vertress, Top 4 en la Conferencia del Valle Lily, y subcampeón en la Conferencia Lumiose. Fue poco a poco, pero eventualmente ascendiste peldaños hasta hacerte con un campeonato, y lo lograste ahora.

- Sí, ¿y qué con eso? – insistió Ash.

- Eso sin mencionar que conquistaste la Liga Naranja, el Desafío de las Islas de Alola, y la Frontera de Batalla. Ahora que lo pienso, los entrenadores de esta última suelen ser más fuertes que los Líderes de Gimnasio promedio, ¿no? – prosiguió Misty. – Y además, ¿cuántos entrenadores pueden jactarse de haber luchado e incluso vencido a Pokémon Legendarios en un combate directo?

En eso vinieron a la mente de Ash sus combates con Noland, Brandon y Tobias. Era extraño cómo cuando era un novato presumía de haberse ganado dos medallas que en realidad prácticamente se las regalaron por lástima, y ahora, no le daba mucha importancia a haber podido vencer legítimamente a Pokémon de la talla de Regice, Articuno, Darkrai o Latios.

- También has participado en toda clase de competencias. Es cierto, no las has ganado todas, pero te llevas puntos por el esfuerzo, y no negarás que siempre te llevas algo bueno de ellas. – prosiguió Misty.

- No sé qué tenga que ver eso con ser Maestro Pokémon. – dijo él sin entender.

- ¡Pues tiene todo que ver! – dijo ella, alzando ligeramente la voz. Menos mal que estaban afuera y con eso los demás no podían oírlos. – Lo que quiero decir es… que tú siempre tomas algo de todo lo que haces, aprendes y lo usas para mejorar. Y eso te ha convertido en un gran entrenador. En un Maestro Pokémon.

Ash se quedó viéndola fijamente. Misty lo veía con algo de severidad, pero en sus ojos se reflejaba una sinceridad total. No estaba bromeando, ella realmente creía en él. Y admitiéndolo, él era competitivo por naturaleza, pero le importaba más el desafío en sí mismo que el hecho de si ganaba o perdía. Siempre se sentía satisfecho cuando daba su mejor esfuerzo independientemente del resultado, si se divertía al final valía la pena. De hecho, las únicas veces que tomó mal una derrota fue cuando esta sucedió por circunstancias fuera de su control, como su primera vez en la Liga Índigo.

- Te concedo eso. – admitió él.

- ¿Sí lo ves? – dijo Misty. – Y mira, si no sabes qué hacer ahora, tienes muchas opciones. Ahora que ganaste una Conferencia de la Liga Pokémon, puedes optar para desafiar al Alto Mando e incluso optar por el título de Campeón regional. Y si mal no recuerdo, ¿no sigue abierta la oferta de Scott de convertirte en Cerebro de la Frontera?

- Es verdad. – dijo Ash.

- Y sin importar lo que hagas, el viaje de un entrenador como tú nunca termina. – dijo Misty. – Siempre habrá nuevos lugares por visitar, nuevos amigos que conocer y nuevos Pokémon por capturar. Y si te pierdes de nuevo… bueno, para eso estoy yo, ¿no?

Ash volteó a ver a su amiga. Viéndolo de esa manera, Misty tenía toda la razón. Siempre había sido más el viaje en sí mismo que el destino, y eso no tenía por qué cambiar ahora. Tenía toda una vida por delante, y aun había muchas cosas que podía hacer. El entrenador por fin le sonrió.

- Bueno, todavía no decido lo que quiero hacer, pero por ahora, sí sé algo. – dijo Ash, poniendo su mano sobre la de ella.

- ¿Qué cosa?

- Que pase lo que pase, quiero que estés allí, conmigo, para compartirlo.

- Siempre lo estoy, Ash. Y siempre lo estaré. – dijo ella.

Los dos se miraron fijamente a los ojos. Ambos habían compartido mucho en todos estos años, y sin duda seguirían haciéndolo. Misty tenía su método para hacer y decir las cosas, pero cuando quería, realmente resultaba.

Tal vez debería tener con ella este tipo de pláticas de medianoche más seguido.

FIN.

Notas del autor:

Y con este termino la miniserie de la semana PokéShipping llega a su fin. Aclaro que obviamente este fue escrito antes de que Ash ganase su primera Liga Pokémon, ya que en ese entonces todavía estaba fresco el amargo sabor de la derrota de Ash en la Liga Kalos. Por un lado fue un alivio que Alola rompiera esa mala racha, aunque por el otro... bueno, creo que entienden que esa victoria causa sentimientos encontrados para muchos, y yo no soy la excepción.

En fin, lo crean o no este oneshot fue el que más cambios sufrió, debido a que lo escribí antes que los dos anteriores, pero empecé a quitarle y ponerle elementos de este a los otros, y a la final terminé con un resultado totalmente distinto del original. Pero me siento satisfecho. La discusión sobre qué significa ser un Maestro Pokémon fue tomada de un oneshot escrito de un amigo cercano, de la serie Pokémon Reset Bloodlines que sigo y traduzco. Si lo piensan, la definición de ese término es muy vaga, y creo que todos nosotros nos hemos formado una propia. ¿Cuál sería la suya? ¿Ganar una Liga Pokémon? ¿Llegar a ser campeón regional? ¿Atrapar a todos los Pokémon? ¿Qué creen ustedes que hace grande a un entrenador, lo suficiente para ser considerado maestro?

No hay más que decir excepto, gracias por leer.