Long-fic de Naruto - Contigo.

Tema en 'Fanfics de Naruto' iniciado por Maffery, 14 Junio 2016.

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  1.  
    Maffery

    Maffery Uzumaki Hyūga

    Acuario
    Miembro desde:
    25 Mayo 2016
    Mensajes:
    24
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Contigo.
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    4022
    Este es mi primer fic en muchos años, espero que sea de su agrado :')
    Advertencia:
    Esta historia es una realidad alternativa de Naruto, no tiene nada que ver con la historia original. Los personajes no me pertenecen, son de completa autoría de Masashi Kishimoto. Sólo me pertenece la idea creativa de esta historia. La pareja central de este fic es NaruHina.

    [​IMG]


    Contigo.
    Autor: Maffery <3~


    Capítulo 1: Desconocido.
    Existen muchas historias, algunas ciertas, otras no tanto. Cada quien tiene una que contar. En realidad la vida es un cuento que ya está escrito con tinta roja, en donde somos los protagonistas y el destino es el autor. Si, la vida es una historia, simplemente eso.

    Su mamá siempre le contaba historias de princesas y castillos encantados donde siempre habían finales felices. Pero una noche, decidió relatarle algo fuera del mundo fantástico de la magia y las hadas… Era una leyenda, que a su criterio, era la más cierta de todas las que existen.

    —Cuenta una antigua leyenda que, todas las personas al nacer, se les ata un pequeño hilo rojo alrededor de su dedo meñique, y que ese cordón está conectado de igual manera a tu alma gemela— relataba una hermosa mujer de cabello oscuro a una pequeña niña.

    —¿De dónde salió esa leyenda?— preguntó la niña con mirada curiosa.

    —Es una historia muy vieja, me la contaba mi abuela cuando yo tenía tu edad. Hace muchos años existió un emperador que creía en eso, buscó a una poderosa bruja para que le enseñara con quien estaba enlazado él mediante el cordón, la bruja accedió a su petición y comenzó a seguir el hilo, al terminar la búsqueda, la bruja lo guio hacia un mercado en donde yacía trabajando una mujer campesina con una bebé en brazos y le dijo: 《“Aquí termina tu hilo rojo”》. El emperador se sintió ofendido, ya que pensó que la bruja le estaba jugando una broma, furioso empujó a la campesina junto a su bebé, provocando que ambas cayeran al suelo y haciendo que la criatura se hiciera una gran herida en la frente. Luego de eso, ordenó la ejecución de la bruja— continuaba relatando

    —¡Que horrible historia, madre!— interrumpió la niña cubriéndose la boca por el asombro.

    —Todavía no termina mi niña— dijo la mujer acariciándole el cabello a su hija —Muchos años después, aquel emperador quería casarse. Su corte le aconsejó desposar a la hija de un poderoso general. Este aceptó ciegamente. El día de la boda llegó, era el momento en donde iba a ver por primera vez la cara de su esposa, esta al quitarse el velo que cubría su hermoso rostro, dejó al descubierto una enorme y peculiar cicatriz que tenía en su frente- culminó contando.

    —Quiere decir que, ella era el bebé que él empujó en el mercado— dedujo la pequeña.

    —Sí, mi inteligente flor. Así es el destino. Como te contaba, estamos atados a un hilo rojo invisible. A pesar del tiempo y la distancia, nunca desaparecerá; el hilo se estirará infinitamente y no se romperá— explicaba la sabia mujer mientras se acariciaba su recrecido vientre. Estaba embarazada, pronto daría a luz a su segunda hija.

    —Pero mami… ¿Y si llegase a pasar, que una de las personas atadas, muere?— preguntaba la chiquilla con mucha curiosidad.

    —Cómo lo dice el relato, no importa cuánto tiempo pase, o la distancia que los separe, esas personas se encontrarán, así sea en el más allá- agregó mientras cubría a la niña con una manta.

    —Es muy confuso, no entiendo muy bien, mami – dijo la niña entre bostezos.

    —Tranquila pequeña, el destino se encargará de explicarte cómo funciona todo- dijo la madre dándole un beso en la frente. – Ahora descansa, cierra esos hermosos ojos de luna. Mañana seguiré contándote más historias – dijo apagando la luz.

    —Mamá…— habló la pequeña.

    —¿Si?— dijo deteniendo su caminar.

    —Entonces… ¿Papá y tú están atados mutuamente por ese dichoso hilo? — balbuceó pobremente quedándose dormida.

    Hanako soltó una suave risa viendo como su hija caía rendida del sueño.

    — Sólo el destino lo sabe — dijo con voz baja cerrando la puerta de la habitación.

    Aquella niña creía en su madre, pero pensaba que era absurdo que alguien estuviese destinado a algo en concreto. O bueno, a alguien. Pero aun así, la pequeña Hinata no dejaba de preguntarse con quién compartía ese dichoso hilo desde su nacimiento.


    ||15 años después||


    Comenzaba el otoño. Las flores de cerezo caían cual gotas de lluvia en una tormenta, delicadas, en aquel hermoso tono rosa. Vestía por completo el suelo de aquella universidad, donde estudiaba ella.
    Allí se encontraba, con una pila de libretas y libros en sus brazos, yendo hacia su salón de clases. De pronto el gran reloj de la institución sonó indicando las 8:00 a.m.

    —¡Dios! Llegaré tarde si no me apresuro.

    Aquella chica de larga cabellera azulada corría por el pasillo principal de la universidad, era su primer día como estudiante becada en aquella prestigiosa casa de estudios. Sólo los jóvenes con familias ricas y poderosas entraban allí, aunque como en toda universidad, algunos jóvenes ingresaban becados por sus excelentes calificaciones obtenidas durante la preparatoria. Hinata Hyuga pertenecía a ese pequeño grupo. El apellido Hyuga era célebre dentro de la universidad, ya que todos sus integrantes habían obtenido becas para estudiar allí. Así que ella tenía que seguir con la sucesión de alumnos sobresalientes de su familia.

    Aquella chica tenía un gran peso sobre sus hombros, al mínimo error en sus notas, podía perder la beca y por ende manchar la intachable reputación de su familia.

    Los Hyuga eran afamados en la ciudad, no exactamente por tener alta posición económica, si no por ser una exitosa familia de arquitectos egresados de la Universidad Autónoma de Tokio. Cada generación fue obligada a estudiar dicha carrera, forzados a ser los mejores. Mientras que Hinata, ella debía seguir con esa absurda tradición, aunque no le llamaba la atención diseñar estructuras. Su verdadera pasión era la medicina, amaba cuidar de los demás, amaba la ciencia y los conocimientos anatómicos. Pero era obligada a estudiar aquella costosa carrera. Ella en su interior no se veía diseñando planos ni haciendo maquetas, no se veía en clases de matemáticas. Ella soñaba hacer algo por los necesitados, por simple bondad y vocación. Pero ahí estaba, corriendo por entrar a tiempo a su primera clase de Diseño. Apostaba a que su madre la apoyaría en su decisión de quebrantar aquel absurdo arraigo. Pero lastimosamente, su madre había partido desde hace varios años, quedando su padre a cargo de ella, y no tuvo otra opción que solo ceder.

    —Aula R 3-4— repetía ella con la respiración agitada por correr. —Si, este es mi salón de clases— dijo para sus adentros verificando una hoja de papel. Tocó la puerta y al abrir pidió permiso para entrar.

    —Adelante, tome asiento— dijo una voz masculina indicando su puesto asignado. — Buenos días estudiantes, mi nombre es Kakashi Hatake, seré su profesor en esta materia por el resto del semestre, lo único que les exijo es respeto. Si tienen dudas de las clases, no duden acercarse a mí, no tendré problemas en aclarárselas — dijo levantándose de su silla —¿Preguntas?— cuestionó. Nadie gesticuló ni una palabra. —Bien, entonces comencemos— dijo tomando su marcador para empezar a escribir en la pizarra.

    Kakashi era un hombre joven, de unos 35 años, cabello gris, y tez pálida. Parecía ser amable y pacífico. Aunque tenía reputación de tener una personalidad difícil, pero muy atento con sus estudiantes. Era perfeccionista, y motivaba a los nuevos a hacer las cosas lo mejor posible. Muchos decían que se transformaba en demonio a la hora de aplicar exámenes, y que nadie lograba copiarse. Pero otros decían que él era una excelente persona y que él solo buscaba ayudar a los demás. De todas formas no parecía ser un ogro, si no que era una persona a la que le gustaban las cosas bien hechas.

    En el aula había unos 20 estudiantes, todos nuevos. El salón era muy amplio, con una gran ventana que dejaba entrar mucha luz natural. Cada asiento tenía un trozo de papel pegado en el espaldar indicando el nombre de cada estudiante. Hinata era una de las últimas, desde atrás se podían ver los nombres de cada uno. Ella reconoció varios de estos, entre ellos estaban su primo Neji Hyuga y un antiguo compañero de preparatoria, Sasuke Uchiha.

    La mañana transcurrió rápidamente, Hinata miró su reloj de muñeca, este indicaba la 1:13 p.m. Estuvo tan ajetreada con las clases que no se percató que se había pasado la hora de almorzar. Para su suerte ya era hora de irse a casa. Tomó sus cosas y caminó hacia afuera del edificio. Su primo Neji la esperaría en algún lugar del campus para acompañarse mutuamente a casa. Y así fue.

    —¿Qué tal te pareció la Universidad?— le preguntó Neji a su prima.

    —Es muy hermosa, me gustó mucho su ambiente. Me sentí cómoda— Respondió ella con una leve sonrisa.

    —Sé muy bien que te sientes mal por estudiar lo que no te gusta, Hinata-sama. Esta no es mi pasión tampoco. Pero son órdenes, debemos hacerlo o deshonraremos el apellido Hyuga— Dijo él mirándola a los ojos. —No tenemos escapatoria. También sé que es ridículo que en estos tiempos aún exista ese tipo de obligaciones, pero así pensaban nuestros antepasados, y también nuestros padres— Terminó de decir poniéndole la mano en el hombro a ella como señal de comprensión.

    —Lo sé primo. Estoy segura de que mi madre no estaría de acuerdo con eso. Cuánto daría por tenerla aquí. — Dijo Hinata mientras un par de lágrimas se asomaban en sus ojos.

    —No llores, sé que la extrañas, pero llorando no se resuelve nada. Sólo nos queda ser valientes y nunca perder la fe— Dijo él dándole una sonrisa tierna.

    —Tienes razón— Dijo la chica limpiándose las lágrimas.

    Siguieron su curso conversando sobre su primer día en la facultad hasta llegar a casa.

    POV HINATA

    Al llegar a casa sólo me dirigí a mi habitación. No había comido, pero estaba tan triste que no tenía nada de apetito. Me recosté en mi cama y abrazando las almohadas comencé a llorar. Recordaba a mi madre claramente, como si su partida hubiese pasado ayer. Lloré a mares hasta quedarme dormida.

    Al despertar me di cuenta que era de noche, la luna se asomaba por mi ventana con su potente luz blanca. Miré mi celular, tenía 3 llamadas perdidas y 7 mensajes de texto. Al revisarlos vi que las llamadas eran de mi padre y los mensajes de mi mejor amiga, Sakura Haruno. Sus mensajes decían que estaba preocupada por mí porque no la había contactado en todo el día. Y me repetía que la llamara lo antes posible.

    Decidí salir de mi habitación para ver si mi padre se encontraba en casa, revisé toda la casa, no lo encontré. Me di cuenta que sobre la mesa estaba una nota que decía “Intenté contactarte a tu celular para avisarte, y al verte dormida no quise despertarte. Surgió un viaje de negocios repentino. Tengo que irme a Londres por un par de semanas. No sé cuándo volveré a casa ya que fue algo espontáneo. Dejé a tu hermana al cuidado de tu tía, supuse que sería lo mejor, no quería dejarte esa responsabilidad. Tienes que enfocarte en tus estudios por ahora. Por favor cuídate. Dejé a Neji a cargo de ti. Nos vemos pronto – Hiashi Hyuga

    Al leer eso caí en cuenta que tendría la casa para mí sola, decidí llamar a Sakura y preguntarle si podría venir a hacerme compañía esta noche. Necesitaba a alguien con quien hablar, no quería molestar a mi primo, a pesar de que vivía en la casa de al lado. Por suerte mi amiga contestó rápido mi llamada, y con una respuesta alegre aceptó venir a casa.

    —¡Claro! Voy inmediatamente. Dudo que mi madre no me dé permiso, ella te conoce— dijo Sakura a través del teléfono.

    —Muchas gracias, te necesito amiga— dije yo con voz temblorosa.

    Ella captó inmediatamente que estaba triste, y sin mediar más palabras, colgó el teléfono. En menos de 15 minutos estaba tocando el timbre con un pequeño bolso en donde traía sus cosas, y una bolsa con helado napolitano y unas películas. Yo solo la abracé y le di las gracias por acudir a mi llamado.

    —Deja de agradecer. Sabes bien que estoy para ti, tonta—me dijo con una enorme sonrisa —Eres mi mejor amiga, y nunca te dejaré, así no me necesites a tu lado.

    Yo sólo dejé que mis lágrimas cayeran mientras la abrazaba. Ella era como mi hermana, la conocía hace muchos años, fuimos a la misma escuela y ahora a la misma universidad. Lastimosamente su facultad quedaba lejos de la mía, hubiese sido increíble poder pasar los ratos libres juntas. Sakura me conocía como nadie, sabía de mis debilidades y mis más locos secretos. Sabía lo mal que lo estaba pasando desde hace años por la repentina muerte de mi madre.

    —¿Cómo te fue en tu primer día?—me preguntó ella limpiándome las lágrimas.

    —Bien, a pesar de todo—me limité a contestar.

    —¿Tus compañeros te trataron bien?—continuó preguntándome.

    —Sí, todos son muy serios, pero buenas personas—dije sonriendo—Sasuke-kun y yo coincidimos en varias clases.

    Sakura se sonrojó, tenía meses sin ver a su amor de la secundaria. Yo sabía perfectamente cuales son los sentimientos de ella por Sasuke, lo había amado durante toda la escuela. Pero él, nunca demostraba empatía por ninguna chica, ni siquiera por ella.

    —¿Cómo está él? ¿Le hablaste? ¿Ha cambiado?—preguntaba una y otra vez mi amiga.

    —Calma, no hablé con él. Puedo decir que está igual que siempre—dije viéndola a los ojos.

    —Oh, tengo meses sin verle. A veces le escribo por Whatsapp para saber cómo está o para simplemente entablar una conversación, pero sólo se limita a responder por cortesía. Me duele que sea tan indiferente conmigo—dijo ella cabizbaja.

    —Él es así con todo el mundo, Sakura-chan. Es su forma de ser—le dije dándole apoyo.

    Ella solo asintió.

    —¿Y qué tal tu primer día estudiando medicina?—dije buscando desviar el tema. A pesar de que yo quisiera estudiar lo mismo, no sentía envidia por mi amiga, me alegraba que ella cumpliera sus sueños.

    —Estuvo increíble, mis compañeros son súper geniales. Conocí a un par de chicas y chicos muy buenos. Me gustaría que alguna vez salgamos todos juntos—me dijo alegremente.

    Yo asentí, tal vez una salida no me caería mal después de todo.

    Me tomó de la mano para arrastrarme a mi habitación. Hablamos durante un rato, vimos las películas que había traído y comimos más de la mitad del helado. Fue una noche divertida, necesitaba eso, un rato con mi mejor amiga.

    FIN POV HINATA

    Varios días pasaron, las chicas se veían a diario. Habían hecho un pacto mientras estaban en la casa de la peliazul, se encontrarían todos los días al salir de clases, sin falta.

    Sakura vivía al otro lado de la cuidad, tenía que tomar un tren para llegar a casa, así que Hinata la acompañaba diariamente hasta la estación. Neji ya no podía acompañarla a casa como habían acordado, él salía un poco más tarde ya que se había inscrito en actividades extracurriculares. Así que la chica no tenía más remedio que devolverse sola a casa.

    Las chicas caminaban por las grandes calles de Tokio, charlaban de sus clases. La cuidad era inmensa, tenían que caminar por el centro para llegar a la estación de trenes Kuruhaure. Muchísimas personas caminaban por esas calles, era muy transcurrida, había mucho ruido por los claxon de los automóviles y las voces de la gente. No era un lugar seguro para un par de hermosas chicas jóvenes, Tokio era muy peligroso por ser un foco de turístico, mucha delincuencia se vivía allí.

    Mientras caminaban, Sakura le contaba a su amiga que su madre la estaba obligando a comprar una bicicleta para trasladarse, en caso de que no pudiera tomar el tren, podría conducir hasta casa sin problemas. Hinata soltó una risita al escuchar eso, pero creía que era buena idea.

    —¿Tú también apoyas esa ridiculez?—preguntó Sakura haciendo puchero con el ceño fruncido.

    —No me parece que sea ridículo, muchas personas se movilizan de esa forma, Sakura-chan—dijo mientras señalaba a un par de personas que andaban en bici.

    —Lo sé, pero eso de montarme en esas cosas no va con mi estilo—dijo la pelirosa.

    —Bueno, entonces tomaré esa idea para mí—respondió la ojiperla sonriéndole.

    Sakura rió a carcajadas, se imaginaba a su torpe amiga andando en bicicleta. —Ya te veré con raspones en las piernas, Hina-chan—dijo haciendo referencia a que aquella chica nunca había aprendido a manejar una.

    —Nunca es tarde para aprender—dijo la morena con una sonrisa.

    Ambas llegaron a la estación y se dieron una corta despedida. Sakura rápidamente tomó el tren.

    Hinata leía un libro mientras caminaba sola a casa. Su imaginación la consumía, caminaba casi por inercia. Ese libro actuaba como un profundo pozo de donde no era fácil salir, estaba tan atrapada con la trama que daba pasos sin fijarse en el camino, ignorando que cruzaba una avenida muy transitada por automóviles. De pronto el semáforo cambió de rojo a verde, interrumpiendo la señal de paso de peatones. Ella no se dio cuenta, pronto se vio en una situación muy peligrosa. Un automóvil perseguido por la policía que corría a máxima velocidad se acercaba a ella, estaba a punto de arrollarla.

    —¡CUIDADO!—gritó un chico tomándola del brazo halándola hacia la acera con mucha fuerza. Su libro salió volando. Ambos cayeron al suelo violentamente. Hinata se quejó de dolor, confundida se levantó rápidamente del suelo.

    —¿Qué ocurrió?—preguntaban las personas a su alrededor muy confundidas, todo había pasado en cuestión de segundos.

    El chico que había salvado la vida de Hinata se levantó del suelo sacudiéndose la ropa, miró a la chica y se dispuso a preguntarle si estaba bien.

    —S-sí. Muchas gracias, venía tan distraída—dijo apenada mientras se ponía una mano en la frente.

    —Casi mueres, no puedes andar así por la calle sola—agregó el chico.

    —Lo siento, te puse en riesgo—dijo ella más apenada aun.

    —Tranquila, no me pasó nada- agregó él, vio como la rodilla de la chica sangraba.—Estás herida—le dijo preocupado mientras se agachaba para examinar su rodilla.

    —No es nada, es sólo un raspón—dijo ella alejándose un poco.

    Aquel chico era rubio, de ojos azules como el océano mismo. Tres curiosas marcas le daban personalidad a sus mejillas, además de ser extremadamente apuesto, vestía ropa casual, parecía ser muy normal, aparentaba tener unos 20 años.

    Hinata lo miró por primera vez a los ojos e inmediatamente un escalofríos recorrió su cuerpo de principio a fin. Era muy atractivo, con un leve sonrojo hizo notar su vergüenza y movió la vista a otro sitio.

    Él parecía muy preocupado por ella, le insistió en que estaba herida y que debía ir al hospital a que la curaran. Ella sólo se negaba, no era para tanto, aunque sí que se dio un mal golpe, no podía afincar esa pierna al caminar. El chico no quería dejarla ir sola en ese estado, Hinata cojeaba del dolor.

    —Debes tener un musculo lesionado o algún ligamento roto. No te dejaré ir así de mal—dijo el rubio insistentemente.

    —¿Ligamento? ¿Cómo podrías saber eso?—preguntó ella curiosa.

    —La única manera de saberlo es llevándote a un médico—respondió él.

    Ella al final tuvo que ceder, en serio el dolor se intensificaba a medida que se esforzaba para caminar. El chico detuvo un taxi, ayudó a la ojiperla a subirse y se sentó junto a ella.

    —Necesitamos ir al Hospital más cercano, por favor—le pidió el rubio al chofer. Este asintió y aceleró el automóvil.

    —¿Te sientes bien?—preguntó el chico.

    —S-sí, si la mantengo quieta no duele—dijo ella mientras se miraba la pierna lastimada—¿Tú estás bien? Perdón por ser descortés y no preguntártelo antes.

    —Yo estoy bien, perdóname a mí, caí encima de ti, por eso te lastimaste así—dijo el muy apenado.

    —P-pero me salvaste la vida, estaré eternamente agradecida por eso—dijo ella dándole una leve sonrisa poniendo su mano en el hombro del chico.

    Llegaron rápidamente al Hospital, el rubio rápidamente la bajó del taxi, la cargó en brazos para que no hiciera peso en su pierna y caminó con ella rápidamente a la sala de emergencias. Inmediatamente un par de enfermeras recibieron a Hinata con una silla de ruedas y la introdujeron a una habitación para examinarla. Una de ellas se quedó con el chico y le interrogó sobre lo sucedido.

    —¿Qué le ocurrió?—preguntó la enfermera.

    —Ella venía distraída cruzando la calle, en eso venía un automóvil perseguido por la policía a muy alta velocidad, casi la arrollan. La halé hacia la acera para evitarlo y caí encima de ella. Tiene una herida en la rodilla y cojeaba al caminar así que la convencí en venir—explicó él.

    —¿No se quejó de otra dolencia?—interrogó la mujer.

    —No, pero ella demostró ser muy modesta. Tal vez se haya lastimado en otro sitio y no quiso decirme—respondió preocupado.

    —¿La conoces?—terminó de preguntar ella.

    —No, yo sólo iba caminando por la calle cuando eso pasó—dijo el chico.

    —La doctora la examinará para descartar cualquier traumatismo. Pronto te avisaré de su estado, puedes tomar asiento en la sala de espera si así lo deseas—sugirió la enfermera.

    El rubio asintió y esperó.

    30 minutos después sale la misma enfermera buscándolo, al verlo lo llama.

    —¡Hey, chico! Tu amiga está bien, sólo tiene un esguince. Con un par de días de descanso estará mejor. Ya desinfectamos su herida, es sólo un pequeño raspón—le dijo la mujer.

    —Gracias a Dios—dijo él con alivio.

    —Ya está de alta—culminó por decir la enfermera.

    —Muchas gracias por su ayuda, yo pagaré todo—dijo dándole la mano a la mujer.

    El ojiazul se dirijo rápidamente a pagar, quería hacerlo antes de que Hinata se diera cuenta, sabía que esta pondría trabas para no dejarlo hacer eso.

    Pronto la ojiperla salió de la sala con la rodilla vendada, el rubio la ayudó poniendo su brazo alrededor de su cuello y nuevamente llamó un taxi.

    —Esta vez lo pagaré yo—reprochó Hinata.

    —Por supuesto que no—dijo él con un tono serio.

    El taxi llegó pronto, ambos se subieron.

    —¿Dónde vives?—preguntó el rubio.

    Ella lo miró con un gran sonrojo en sus mejillas, pero luego cayó en cuenta que era para que el taxista supiera a donde ir.

    —En Konoha—dijo ella con voz baja. El chofer pudo escuchar, sin más espera arrancó el auto.

    —Konoha es algo lejos del centro de Tokio. ¿Qué hacías allí sola?—preguntó el ojiazul.

    —Estaba acompañando a una amiga a la estación Kuruhaure. Veníamos de la universidad—respondió Hinata.

    —¿Universidad?—preguntó extrañado.

    —Sí. ¿Por qué te extraña?—preguntó ella con cara de curiosidad.

    —Te ves muy chica para estar en la universidad—respondió él.

    Hinata se sonrojó notablemente.

    —Tengo 19 años—respondió ella con un tono de voz muy bajo.

    El chico se sorprendió, le calculaba unos 16 años cuando mucho, su rostro era muy angelical para ser alguien adulta, aunque su silueta ya estaba bien formada. Era hermosa.

    Ambos cruzaron miradas un par de veces en el trayecto, sin mediar palabra alguna. Al llegar a la casa de Hinata, él la ayudó a bajarse del auto.

    —M-muchas gracias por tu amabilidad, perdón nuevamente por traerte tantos inconvenientes—dijo ella dándole una pequeña reverencia antes de meterse a su casa nerviosamente.

    Él sólo sonrió y se subió nuevamente al auto. Le indicó al taxista la ruta y se dispuso a mirar por la ventana.

    —¡AAAAGGGHH! ¡SERÉ IDIOTAAA! ¡Ni siquiera le pregunté su nombre-ttebayo!—se dijo para sus adentros el rubio.

    ________________________________________________
    Continuará...
    ________________________________________________

    ¡Gracias por leer! <3~
     
    Última edición: 20 Agosto 2016
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    Kyouko Kiryuu

    Kyouko Kiryuu Adicto

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    Es la primera vez en mucho tiempo que leo un long-fic que llame tanto mi atención como lo ha hecho el tuyo. Me fascinó de principio a fin del capítulo, te lo puedo asegurar que seguiré tu historia como fiel lectora, captaste mi atención desde el momento que supe que era un NaruHina y que relatabas una de mis historias favoritas, "el hilo rojo del destino".

    Me gustó mucho la forma en la que le das vida a Hinata, es decir, mantienes su timidez tal cual y su personalidad la amo. Si te soy sincera ya quería que apareciera Naruto en la historia, mientras iba leyendo me preguntaba, "¿ya saldrá?, ¿en qué momento aparecerá?, ¿qué pasará cuando se encuentren?" Sí, así me tenías, toda ansiosa por saber como sería el encuentro.

    "—¡AAAAGGGHH! ¡SERÉ IDIOTAAA! ¡Ni siquiera le pregunté su nombre-ttebayo!—se dijo para sus adentros el rubio."
    Sí, ya me preguntaba en qué momento saldría con alguna tontería... bien tontito al no preguntarle su nombre.

    En serio que hice conexión con tu escrito, me envolvió en su totalidad y lamenté que terminara el primer capítulo. Quiero leer más, no tardes en actualizar, es raro que me fije en leer un Long-fic, ya que luego me dejan a medias o no encuentro alguno que llame mi atención.

    En pocas palabras te lo digo, sacaste mi lado más fangirl que puedo tener. <3

    Te seguiré leyendo y estaré esperando ansiosa la continuación.

    Saludos.
     
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    Maffery

    Maffery Uzumaki Hyūga

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    Haré los capítulos más cortos, para publicar continuación más seguido y hacer el fic un poco más largo, además que no tengo mucha inspiración en este momento y escribir los capítulos me lleva muchos días. La historia es muy extensa, así que voy a aprovechar esta estrategia para explicarla bien y darle su debido protagonismo a cada pareja. Gracias por leer <3~

    Capítulo 2: ¿De dónde te conozco?
    Al cerrar la puerta nerviosamente, Hinata se recostó a esta con un notable sonrojo en su rostro. Nunca se había sentido así, ningún chico la ponía de esa forma. Sentía una extrema vergüenza por lo que vivió hace poco, que incomoda situación. En su mente sólo veía el rostro de aquel hombre, revivía con sus pensamientos cómo fue salvada. Para ella era sumamente extraño, su rostro le parecía tan familiar.

    —Ése chico, esos ojos, esas marcas —decía ella mientras trataba de recordar dónde lo había visto.— Te he visto antes, pero… ¿Dónde? — culminó confundida.

    Con un suspiro se rindió, estaba muy agotada como para forzarse al tratar de recordar algo tan vano, de todas formas, no lo volvería a ver jamás… O eso pensaba.

    ||Al día siguiente||

    Hinata debía llevar el reporte médico a la universidad, se le había recomendado no subir escaleras por un par de días, además de utilizar una venda ajustada en su rodilla lastimada. Todas sus clases eran en pisos altos, así que sus profesores tomaron el reporte como un corto reposo, mientras su rodilla sanaba, podría hacer sus trabajos en casa y mandarlos por correo, así no perdería las evaluaciones de esa semana.

    Sakura no había visto el estado de su amiga, no estaba enterada del pequeño accidente que había sufrido el día anterior, Hinata no quiso preocuparla por algo tan tonto. Pero la chica de cabello rosa tenía una especie de sexto sentido, sabía que algo andaba mal, así que no dudó en llamar a su amiga.

    —¿Dónde estás? —preguntó rápidamente la ojijade a través del teléfono.

    —En la enfermería —se limitó a responder la morena.

    —¿Qué haces allí? —preguntó preocupada, pero esta no esperó ni un segundo a que su amiga respondiera— Voy para allá ahora mismo.

    Sakura corrió, al llegar pudo ver a Hinata con la rodilla vendada y un par de moretones en su mano.

    —¡¿Qué le ocurrió?! —preguntó casi gritándole a la enfermera.

    —No me pasó nada, Sakura-chan. Estoy aquí validando mi reposo, ayer tuve un pequeño accidente camino a casa —explicó calmadamente la ojiperla.

    —¿Qué pudo pasarte para dejarte de semejante manera? ¿Te arrolló un autobús? —dijo regañándola con un tono sarcástico.

    —Algo así —agregó la Hyuga.

    —¡No me digas que estabas aprendiendo a andar en bicicleta y te arrollaron! —dijo Sakura imaginando la situación.

    Hinata soltó una pequeña risa burlona.

    —No seas tonta, yo ni siquiera tengo bicicleta —dijo riéndose— Luego te cuento.

    —Bien, te estaré esperando afuera —dijo la Haruno retirándose de la habitación.

    Pocos minutos después salió Hinata, aún cojeaba. Sakura rápidamente la ayudó a caminar haciendo que ella se apoyara en su hombro.

    —Entonces… ¿Piensas contarme de una vez por todas qué te ocurrió?

    —Pues, luego de dejarte en la estación caminé hacia mi casa, pero iba leyendo—dijo la morena siendo interrumpida.

    —¿Leyendo? ¿Cómo se te ocurre leer mientras caminas por un lugar tan transitado, Hinata?—regañó furiosa Sakura.

    —Déjame terminar —pidió la ojiperla.— Iba distraída con mi libro, de repente escuché a una persona gritarme mientras me halaba fuertemente haciéndome caer al suelo. Inmediatamente después sentí una punzada muy dolorosa en la pierna —dijo señalándose la pierna.— Cuando abrí los ojos me di cuenta de todo, casi me arrolló un auto —culminó.

    —¡Por Kami-sama! ¡Es un milagro que estés viva! ¿Quién te salvó?

    —Un chico que iba pasando por allí —respondió sonrojándose.

    Sakura notó cómo su amiga se ponía colorada.

    —Hmn, tu cara me dice que ese chico era apuesto —bromeó la chica.

    —Pues… lo era —se sonrojó aún más.

    —Vaya Hinata, ahora que lo pienso, nunca te había visto tan roja —dijo con un tono burlón.

    —Pues… —balbuceó la Hyuga.— fue muy amable, me llevó al hospital y luego me acompañó a casa.

    —¿Cómo era él físicamente? —preguntó su amiga curiosa dándole una mirada pícara.

    —Tenía el cabello rubio, con unos ojos azules en donde cualquiera podría perderse —dijo la ojiperla viendo hacia el cielo.

    —Vaya, vaya —soltó una risa—¿Intercambiaron números? —preguntó pícaramente Sakura.

    Hinata se puso aún más colorada y negó con la cabeza, ella no era de ese tipo de chicas. En realidad nunca había intercambiado números de teléfono con nadie, nunca había tenido una cita en su vida.

    —Pero, al menos sabes su nombre… ¿no?

    —No —respondió la morena cubriéndose el rostro con ambas manos.

    Sakura se golpeó la frente en señal de decepción. No podía creer que su amiga fuese tan tonta para esas cosas.

    ~*~*~*~

    Mientras tanto, al otro lado de la ciudad, una chica rubia con hermosos ojos azules trabajaba arduamente. Su empleo lo significaba todo para ella, adoraba hacer lo que hacía.

    Las floristerías Yamanaka eran muy famosas en Japón. Lo que hace algunos años había empezado como una microempresa familiar, se convirtió en una muestra de éxito empresarial que recibía más de 200 pedidos diarios de diferentes lugares. Como muchas pequeñas empresas, el negocio inició su recorrido de promoción con un costoso sistema de ensayo y error; probó con los medios de publicidad tradicionales, como el directorio telefónico, anuncios en la radio y luego en televisión. El fundador quería mantener el negocio como algo íntimo y modesto, pero luego de su muerte, su hijo quiso honrar a su padre haciendo crecer el negocio al punto de ser un éxito nacional. Así que no dudó en atreverse a modernizar todo, incluyendo pedidos virtuales y a invertir en nuevas sucursales alrededor del país.

    Por su parte, Ino podría estar fácilmente encargada de dirigir la enorme cadena de negocios, o simplemente disfrutar de las ganancias sin mover un solo dedo por ser la hija del actual dueño, pero ella siempre amó trabajar con las flores, su abuelo le enseñó a manejarlas correctamente, además de cientos de técnicas, despertando en la rubia su lado artístico. Ella no sólo estaba ahí por el dinero, ella realmente amaba lo que hacía.

    Mientras trabajaba en la tienda, muchos clientes llegaban y hablaban con ella sobre diferentes temas, cualquiera que trabaje puede decir lo mismo. Pero un comentario se hacía común y repetitivo entre ellos, un prestigioso artista que venía de Inglaterra había llegado a la ciudad. La rubia no sabía mucho sobre esas cosas, no se sentía atraída a las pinturas, ella hacia su propio arte a su manera.

    —Oye, Ino. ¿Supiste que un famoso pintor está en la ciudad? Se presume que vino en busca de inspiración para sus obras —comentó una de las empleadas.

    —Todo el mundo habla de él. ¿Qué lo hace tan genial? —dijo la Yamanaka con un tono de fastidio.

    —Es guapo —respondió la chica con una pequeña risa.

    Ino bufó, le parecía tonto emocionarse por algo tan ridículo.

    A la hora de cerrar, la Yamanaka se dispuso a pasarle llave a la puerta de la tienda. Pero alguien evitó esto, un cliente.

    —Está cerrado —dijo la rubia.

    —Por favor, sólo necesito un par de flores —agregó el hombre.

    Lo pensó un poco y lo dejó pasar, después de todo no se tardaría mucho.

    —¿Cuáles le gustaría?

    —Orquídeas violeta, por favor —pidió el chico.

    Mientras tomaba las flores, Ino quiso ser amable y darle un buen trato al cliente, así que abrió una pequeña conversación con él.

    —¿Qué tal te pareció la noticia sobre un tal pintor inglés que llegó a Tokio? —preguntó ella.

    El chico soltó una pequeña risa.

    —¿Sai? —preguntó él.

    —Para ser sincera, no sé ni cómo se llama. Todo el mundo habla sobre él, no sé qué lo hace tan genial —dijo ella con un tono sarcástico.

    —Hay personas que aprecian mucho su arte.

    —Sí, está bien eso. Pero me parece tonto que haya venido de tan lejos sólo para buscar “inspiración” —dijo ella haciendo el gesto de comillas con sus dedos.

    —No creo que haya viajado solo para eso. Oí que él es japonés, pero que se residenció en Londres desde hace muchos años y quiso volver a su país. De hecho, escuché que se mudó a un apartamento muy cerca de aquí —agregó él.

    —Sea quien sea, me importa poco. Esos artistas son muy egocéntricos, me cae mal la gente así —dijo ella dándole las flores.

    —Bueno, muchas gracias por las flores —dijo él dándole el dinero.— Y disculpa por venir a esta hora.

    —No se preocupe. Estamos para servirle, vuelva pronto.

    Aquel chico le parecía extraño, era de tez pálida, cabello negro y ojos oscuros como la noche. Nunca lo había visto por allí, por lo general sus clientes eran de esa zona. No perdió más tiempo, apagó las luces y cerró la puerta después de salir.

    Durante varias semanas, el mismo hombre extraño seguía yendo cada día a la hora de cerrar, a comprar las mismas flores.

    ~*~*~*~

    Un festival se llevaba a cabo en la Universidad de Tokio. Anualmente los nuevos mostraban sus cualidades y hacían demostraciones en el auditorio general del campus. Era el foco de atención de la comunidad cercana y atraía cazatalentos de diferentes zonas del país. Todos los estudiantes colaboraban para hacer del festival algo espectacular, como todos los años. Los profesores aprovechaban la ocasión para evaluar a algunos estudiantes con bajo rendimiento y darles unos créditos extras.

    Ese era el caso de Tenten Ama, una chica común que había sido aceptada en esa casa de estudios por cosas del destino. Ella era una estudiante totalmente becada, ya que no era de una familia adinerada ni poseía los recursos para costearse una carrera allí. Pero a pesar de no tener que pagar nada, tenía dos trabajos para poder pagar los gastos de su casa. Eso la perjudicaba considerablemente en su promedio académico. Había decidido estudiar Periodismo, desde niña soñaba con ser una famosa presentadora de noticias.

    Debido a sus malas notas, su profesor de Periodismo Impreso le asignó a ella, junto a dos compañeros más, realizar un periódico en donde se publicara los hechos más relevantes ocurridos dentro de la universidad durante esa semana. Para ellos importante hablar sobre el festival en el periódico. Tenten no se desenvolvía muy bien con las cosas de diseño, ni con la computación, así que se ofreció a ser la fotógrafa para el trabajo. El espectáculo sólo duraba un día, así que la morena se tenía que esforzar bastante en conseguir buen contenido para obtener una buena calificación.

    Durante el evento, la chica daba lo mejor de sí, capturando con su cámara, todo lo que podría ser de utilidad para su proyecto, desde los extravagantes diseños arquitectónicos hechos con palillos de madera, hasta las pinturas abstractas. Así como también a las personas que asistían, participantes y la decoración del espacio.

    Luego de unas horas, la chica agotada, decidió darse un descanso sentándose bajo un árbol cercano.

    —¡Vaya! El trabajo de los fotógrafos no es nada fácil, ahora comprendo por lo que tienen que pasar —dijo para sí misma mientras se pasaba la mano por la frente. — Todo sea por esa calificación. No voy a dejar que se vuelvan a repetir este tipo de situaciones.

    En ese momento Tenten se percata de que alguien familiar caminaba hacia ella, un chico con larga cabellera obscura con ojos perlados. La chica lo reconoció de inmediato, ese chico había sido su amor platónico desde la primaria. En sus sueños, Neji Hyuga era ese príncipe con armadura dorada que la rescataba de sus pesadillas.

    Inmediatamente se puso nerviosa, a pesar de que eran mejores amigo desde niños, nunca habían llegado a hablar sobre sus sentimientos. Ella aún se sentía ansiosa en ese tipo de situaciones. Los chicos no eran su fuerte. El castaño siempre estuvo a su lado, pero él nunca demostró tener alguna intención romántica con ella.

    —¿Descansando? —le cuestionó el chico.

    —Creo que ya he terminado, tomé muchas fotografías, espero que sean lo suficientemente buenas para el periódico —respondió la morena sonriendo.

    —Me alegra saberlo, ya verás que sí. Después de todo, eres muy buena en todo lo que haces.

    Tenten se limitó a sonreír.

    Hubo un silencio algo incómodo por un largo rato, pero la morena no dudó en romper el hielo.

    —Oye, ¿Cuándo le dirás a tu papá que no quieres seguir estudiando Arquitectura?

    —No lo sé, no es tan sencillo como solo decir que no quieres continuar con la tradición. Se trata de una larga línea sucesiva de profesionales en esa área. Nuestro apellido es famoso por ello. —explicó cabizbajo.

    —Estos son otros tiempos, debe haber alguna manera de convencerlo. Tú quieres ser Psicólogo, es totalmente opuesto a lo que estudias ahora. Aún tienes tiempo de cambiar de carrera, apenas estás comenzando.

    —Sé que es otra época, pero nuestros antepasados crearon esa ridícula ley familiar para mantener en pie nuestra reputación. El negocio familiar es muy antiguo. Pero no creas, lo he meditado mucho, he buscado mil formas para hacer saber lo que quiero. Pero, es difícil. No quiero lastimar a mi padre, tiene su fe puesta en mí. —dijo el castaño con mirada triste. —No quiero ser el tipo que simplemente destruyó todo.

    —No es rebeldía, es tu sueño. Se trata de ti, Neji. Tu futuro está en juego. Apuesto todo a que tu padre piensa que estás feliz haciendo esto. Conozco a tu papá, es un hombre bondadoso, te entenderá. —dijo la morena dedicándole una mirada de preocupación.

    —Me siento tan frustrado.

    —No te preocupes, todo se resolverá. Estoy contigo. Buscaremos una solución juntos. —dijo Tenten poniendo una mano en el hombro del chico.

    —Gracias. —respondió el Hyuga dándole un abrazo a la chica.

    Luego de charlar un rato más, ambos se hicieron compañía camino a casa. Tenten vivía a un par de calles de Neji, así que acordaron irse juntos todos los días.
     
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    Maffery

    Maffery Uzumaki Hyūga

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    3
     
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    Siento mucho la demora ;-; me ha costado mucho obtener inspiración para escribir. De paso que me perdí un rato de estos lares. La continuación está un poco corta, pero espero compensar luego con otro capi más largo.

    Nota
    : Recomiendo demasiado escuchar esta canción mientras leen la escena de Hinata. La escribí con esa intención.
    Sin más preámbulos, la continuación :')
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    Capítulo 3: El encuentro.
    Un rubio corría por la estación, si no llegaba pronto perdería el último tren que le llevaba hasta su casa. Justo cuando el vagón comenzaba a cerrar sus puertas, corrió lo más rápido posible y escabulléndose entre las apretadas puertas hidráulicas, logró entrar victorioso. Se notaba su agotamiento, gotas de sudor recorrían su rostro. La mayoría de los pasajeros dedicaron una mirada de extrañez hacia él, menudo escándalo había generado sólo para entrar al tren. Ignorando a la gente, buscó con la mirada algún asiento vacío en donde recostarse y recuperar un poco el aliento. Sólo quedaba un puesto vacío, junto a la única persona que no se había percatado de su presencia. Una chica con la mirada perdida, sólo viendo por la ventana, ahogándose en sus propios pensamientos.

    —Pues, aquí será ...— Pensó el chico mientras se acercaba. Al momento de sentarse, el tren hizo un movimiento brusco, provocando que el chico perdiera el equilibrio cayendo sobre la chica.

    —¡Hey! ¡¿Qué diablos te pasa?!— se quejó la chica golpeándolo fuerte en la cabeza.

    —¡¿Por qué me golpeas?!— logró exclamar el rubio quejándose del dolor.—¡Fue un accidente!

    —¿Eh? Pensé que te habías abalanzado hacia mí a propósito— respondió apenada.—Lo siento, a veces me defiendo impulsivamente. Permíteme ayudarte.

    —No te preocupes, puedo levantarme sólo— contestó él acariciándose la cabeza.

    —De verdad lo siento. Pensarás que soy una bestia.

    —No, tranquila— dijo el chico recogiendo algunas cosas del suelo para luego tomar asiento. La gente volvió a mirarlo raro, pero esta vez no era sólo a él, la chica había gritado muy alto.

    —Ahora la gente nos ve raro— dijo ella.

    —Hm, para lo que me importa lo que piensen los demás— rió un poco el rubio.

    —Por cierto, me llamo Sakura— respondió extendiendo la mano y sonriendo.

    —Menuda forma de conocernos. Yo me llamo Naruto—exclamó correspondiendo el apretón de manos.

    —¿A dónde vas?—preguntó ella.

    —A Yukanimoto. ¿Tú?

    —¡Que coincidencia! Yo me dirijo al conjunto residencial vecino.

    Ambos iniciaron una extensa conversación camino a su destino, luego de bajar del tren se hicieron compañía mutua caminando, manteniendo la charla.

    —Oye, como compensación por el golpe que te di en el tren, permíteme invitarte a una pequeña fiesta que haré este fin de semana en mi casa. Me has caído bien, y después de todo, vives cerca—dijo Sakura.

    —¿Fiesta? Hace mucho no me tomo un tiempo libre para divertirme. Vale, tomaré tu oferta de paz.

    —Genial. Mis amigos y tú se llevarán muy bien. Será el sábadoa eso de las 6 p.m.—respondió ella.

    —¿Puedo llevar a un amigo?

    —Por supuesto. Pero si resulta ser un psicópata los echaré a los dos—contestó Sakura entre risas.

    —De acuerdo, lo tomaré en cuenta—dijo también en un tono burlón.

    —Ya hemos llegado. Gracias por acompañarme, fue divertido hablar contigo. Disculpa nuevamente lo que ocurrió.

    —Tranquila. ¡Nos vemos!—dijo él despidiéndose.

    ~*~*~*~

    Sin muchas ganas levantó la mirada al escuchar el ruido de la puerta abriéndose, notó de inmediato que su compañero se daba paso hacia adentro.

    —Pensé que por fin te dignarías a dejarme la casa para mi sólo. Creo que mi alegría no duró mucho...— dijo con un tono sarcástico el chico.

    —Ja. Eso quisieras—respondió el otro percatándose de un olor desagradable presente.—Te he dicho muchas veces que no fumes adentro Sasuke. El olor a cigarrillo queda impregnado en todos lados.

    —Pareces mi mujer reclamándome por todo—contestó el azabache.—Estoy empezando a creer que sólo lo haces para fastidiarme, Naruto.

    —En parte, sí. Pero hablando en serio, deberías aprovechar el enorme balcón que hay allá afuera—respondió señalando el lugar.

    Sasuke sólo lo ignoró. De todas formas no le prestaba atención a los comentarios de su compañero, era su casa después de todo. Podía hacer lo que le diera la gana en ella.

    —Por cierto, espero que no tengas planes el sábado—comentó el rubio.

    —¿Por qué? ¿Me llevarás a cenar?

    —Vamos a una fiesta. Y no te vas a negar, es hora de que dejes de ser tan asocial.

    —No puedes obligarme a nada. Si no me da la gana, no voy.—replicó el Uchiha con seriedad.

    —No seas idiota. Vamos a divertirnos un rato. Es cerca de aquí—dijo Naruto tratando de convencerlo.

    —Dependerá de cómo esté mi humor.—contestó soltando una pequeña risa.

    El rubio volteó los ojos hacia arriba, y sin agregar una palabra más se dirijo a su habitación.

    ~*~*~*~

    Ella no podía evitar pensar en el pasado. Esa dulce melodía resonaba en su cabeza sin cesar, el hermoso sonar que escapaba de las teclas del piano cuando su madre lo tocaba con tanta pasión. Ella era una excelente pianista, en cada pieza se notaba su amor por la música. Cada nota sonaba de una manera celestial y combinaba perfectamente con la siguiente. Ella lograba que el compás de los sonidos fuese una experiencia mágica de oír. Hinata había heredado la fascinación por la música de su madre, de pequeña memorizaba las canciones que tocaba, y poco a poco ella le enseñó a tocar el piano. Había una tonada en especial que la hacía vivir los momentos con su madre nuevamente, la hacía trasportarse en el tiempo convirtiéndola en aquella niña orgullosa del talento de su madre. Aquella canción que se sabía a la perfección.

    De un momento a otro, las ganas por volver a sentir las teclas entre sus dedos se avivaron dentro de ella, y sin pensarlo dos veces corrió hasta la sala de su casa, y quitando rápidamente la sábana que lo cubría, se sentó en su máquina del tiempo... El piano de su madre.

    Como si de un concierto se tratara, la opalina empezó su frenesí musical. Con cada tecla, una lágrima caía. A pesar de que lloraba, tocar el piano la hacía sentir libre. Creía que esa era la única manera de comunicarse con su madre, de sentirla nuevamente cerca de ella. Sentía como su madre fuese la que le daba vida a sus dedos.

    Pronto toda la casa se inundó de las maravillosas tonadas que creaba Hinata con aquel instrumento. Se sentía como la atmósfera cambiaba a una calidez impresionante, el ambiente era total y absolutamente mágico, melancólico y perfecto.

    Sin darse cuenta, Hiashi y Hanabi la observaban atónitos, disfrutaban de aquella prestigiosa melodía. Ella era el recuerdo vivo de Hanako. Invadidos por la melancolía, acompañaban a Hinata en su viaje a través del tiempo.

    ~*~*~*~

    Sakura se encontraba en su habitación con una pequeña libreta a su lado y su celular en mano. Enviaba mensajes de texto a todos sus conocidos invitándolos a la fiesta que haría el fin de semana. Tenía todo preparado, sus padres viajarían un par de días y le dejarían la casa completamente sola. Ocasión perfecta para reunirse con sus viejos amigos del instituto y con sus nuevos compañeros de facultad. Alrededor de 30 personas fueron bombardeadas con mensajes de Sakura esa tarde, ella quería asegurarse de que sus conocidos recibieran la invitación.

    Luego de un par de horas y de leer varios mensajes de confirmación, Sakura aún no le enviaba el mensaje a una persona en específico. Su mente y su corazón debatían arduamente entre sí y no. Ella sabía que esa persona la rechazaría, pero otro lado de ella le insistía en que lo intentara. Una y otra vez escribió el mensaje, para luego arrepentirse y borrarlo antes de enviarlo. Sabía perfectamente que Sasuke no era muy social, siempre le huía a ese tipo de situaciones. Ella sabía que si enviaba el mensaje, sólo recibiría un No por respuesta, o aún peor, sólo sería un mensaje ignorado.

    Repentinamente, un mensaje interrumpió sus pensamientos. Era Hinata, avisándole que sólo podría asistir a la fiesta si se quedaba desde un día antes en su casa, ya que le había mentido a su padre diciendo que sólo iban a pasar e fin de semana juntas, ocultándole que sería para ir a la reunión porque sabía que este se iba a oponer a toda costa. Sakura sólo se limitó a responder "Ok".

    -

    El día de la fiesta por fin se suscitó. Sakura se encontraba en la puerta de su casa recibiendo a las personas que iban llegando. El ambiente era genial, música alta, luces espectaculares adornaban el lugar junto con globos brillantes. Bebidas de todo tipo y mucha comida. Se había lucido organizando todo.

    Luego de unas horas se hizo presente el chico rubio que conoció en el tren junto a su compañero.

    —¡Bienvenido!—saludó al chico sin percatarse de la presencia de otra persona detrás de él.

    —Gracias por invitarme. Por cierto, él es mi amigo—dijo señalando al chico.

    —¿Sasuke?—preguntó sorprendida.

    —Hola.—se limitó a decir el pelinegro.

    —¿Se conocen?—preguntó Naruto extrañado.

    —No. Bueno, sí.—contestó Sasuke con frialdad.

    Sakura no pudo pronunciar una sola palabra más. Su cuerpo se entumeció al ver al Uchiha. No podía creer que él estuviese ahí, en su casa, en su fiesta. La conversación fue interrumpida por un chico preguntando por alguien con cierta desesperación...

    *Minutos antes*


    —Padre, ¿en dónde está Hinata?—preguntó Hanabi.

    —Con su amiga Sakura, dijo que pasarían el fin de semana juntas en su casa.

    —Qué extraño, acabo de ver en la red una publicación de Sakura anunciando que hoy sería la fiesta en su casa. Eso quiere decir que...

    —Hinata debe estar allá por esa dichosa fiesta—interrumpió su padre para luego tomar su teléfono y llamar a su sobrino.

    Hiashi le ordenó a Neji ir inmediatamente a buscar a Hinata. Para él, esas fiestas estaban llenas de personas inescrupulosas dispuestas a aprovecharse de chicas como su hija. Era inconcebible que ella estuviese en reuniones de ese tipo, él era muy sobreprotector.

    El chico no tuvo otra opción que seguir la ordenanza de su tío e ir por su prima, él sabía que no era para tanto, pero no podía sólo ignorarlo y ya, era una orden y tenia que demostrar respeto. Con algo de pesar tomó el auto de su padre y condujo rápidamente a la casa de la Haruno.

    Rápidamente llegó al lugar de la fiesta, Sakura estaba ocupada recibiendo a dos chicos en la puerta de su casa.

    —¿Dónde está Hinata?—se limitó a preguntar con preocupación interrumpiendo la conversación entre los presentes.

    —En mi habitación, creo—pudo alcanzar a decir la ojijade antes de que Neji entrara casi por la fuerza.

    Neji buscó en cada habitación hasta que dió con el paradero de su prima.

    —¿Q-que haces aquí?—preguntó la opalina sorprendida.

    —Tu padre me envió a buscarte, sé que deberías estar aquí y divertirte, pero sabes como es él. No quería desobedecer a su petición.

    —Pero... ¿Cómo se ha enterado?—preguntó la chica.

    —No lo sé, yo no he sido. Ya no perdamos tiempo, tengo que llevarte a casa inmediatamente.

    Hinata sólo bajó la mirada y asintió. Ambos salieron de la habitación rápidamente, Hinata seguía a su primo cabizbaja. Sakura se dió cuenta de la situación y no dudó en acercarse a ellos para preguntar qué pasaba.

    —¿A dónde te la llevas? La fiesta aún no termina—cuestionó la ojijade tomando del brazo a su amiga.

    —Luego te explico—contestó la morena sin verla a la cara—Tengo que irme.

    —Pero no puedes irte así como así. Hay gente que quiero presentarte.

    —No puedo quedarme más tiempo Sakura—reprochó la opalina subiendo la mirada. Hasta ese momento no se había percatado de la presencia de otra persona cerca de su amiga. Un chico rubio estaba de espaldas a ella hablando con un par de personas. En seguida lo reconoció, su cuerpo se paralizó y sus ojos se abrieron notablemente.

    —¿Qué sucede?— dijo la ojijade dándose cuenta de la extraña reacción de su amiga, se volteó para ver que pasaba a sus espaldas.—¿Que pasa con ese chico?

    Hinata seguía tiesa, un leve rubor se hizo presente en sus mejillas.

    —Él...—dejó escapar de su boca la morena.

    Neji comenzó a desesperarse.

    —Hinata, ya vámonos—dijo fuertemente, acercándose a ella y tomándola del brazo.

    En ese preciso instante, el chico volteó la mirada y se encontró con la de ella. Una chispa se encendió entre ellos, él también la había reconocido. El rubio rápidamente caminó hacia ella sin apartar la mirada en sus ojos.

    —Tú...—dijeron ambos al unísono.

    CONTINUARÁ...
     
    Última edición: 27 Agosto 2016
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    Stitch

    Stitch Voy sonriendo por ahí

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    ¡Hola, hola! ^^
    Puf, hace mil años no dejo un comentario en un fic porque...hace mil años no leo uno. Pero bueno, me dieron ganas de sumergirme en alguna lectura y entre a ver que me parecía el tuyo y...acá estoy, comentado (lo que es una buena señal). Me gustó, sé que van pocos capítulos pero con cada uno me fui metiendo más en la historia; me encanta que sea un NaruHina porque es mi pareja favorita *-* ...pero también espero por como se van ir desarrollando las otras parejas.

    No encontré casi errores, creo que faltaron algunas comas pero no recuerdo bien donde. Más allá de eso, todo perfecto. Me gusta como las personalidades están acordes con cada personaje y como las demostras en cada escena. Y...creo que por ahora eso es todo ^^

    Espero el próximo capítulo.
    Nos leemos.
    Anto.
     
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