One-shot Consuelo (Liza x Mimi) [Pokémon Rol]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Yugen, 6 Marzo 2020.

  1.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

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    Escritora
    Título:
    Consuelo (Liza x Mimi) [Pokémon Rol]
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1637
    Título: Consuelo (Liza & Mimi)
    Fandom: Pokémon Rol [Club!Verse]
    Personajes: Liza White & Mimi Honda
    Summary: "La fama le pesaba en esas noches solitarias. Pero al menos alguien sabía quién era ella en realidad. Detrás de la máscara, detrás de las mentiras. Y eso le bastaba".
    N/A: Basado en el fic del Club. Hurt/confort como me gusta <3
    (?)

    ***

    A veces le costaba sobrellevarla. La fama que se había ganado como la Diosa indiscutible de Galeia. Portada de revistas, de carteles de teatro y pósteres de películas. Encabezaba las listas como la estrella más cotizada de la región. Siendo además hija del Gobernador actual, Mimiko Honda gozaba de la glamurosa importancia a la siempre aspiró.

    Pero a veces era demasiado. Los fans, las fotos, los autógrafos. A veces deseaba poder volver a ser esa chica normal, esa entrenadora que aspiraba con ser reconocida algún día... y no una celebridad de su porte. Tras la masacre de los Haxorus y su clamorosa subida al estrellato, Mimi parecía estar feliz, disfrutar de las atenciones del público y los medios, de los cegadores focos del escenario... pero cuando caía la noche, en la soledad de su cuarto tendía a deshacerse en lágrimas de rabia y frustración.

    Era un esfuerzo casi titánico. Y le resultaba todo tan vacío y plástico. ¿Cual era su razón de ser? ¿Distraer a los Galeianos de la masacre? ¿Cómo iba a hacer eso cuando se habían perdido padres, madres, hijos...? ¿Cómo podía ella canalizar un hecho de tanta trascendencia e importancia? A menudo deseaba que todo volviera a ser como lo fue algún día. Que los Haxorus jamás hubieran perdido la cabeza y se hubiesen rebelado contra los humanos. Que su padre—ahora completamente absorbido por más ansias de poder que nunca—jamás hubiese tomado el control de Galeia. ¿De qué le servía? Si de todas formas le prestaba mucha menos atención que antes. Mimi era como una muñequita de exposición. Su billete de ida al poder político de la región. Siendo una estrella de su talla sus fans se volcaron en ella y Moura Honda obtuvo muchos más simpatizantes... a pesar de que tomó el poder de forma muy poco diplomática.

    Ella no era más que un peón en el tablero. Un simple títere para mantener a la población sumisa, para evitar que se revelase contra el poder establecido por el Gobernador y el Comisario—al cual desconocía— mientras disfrutaban de verla actuando en televisión.

    Sobre su cama Mimi contuvo un profundo suspiro que le estremeció el pecho.

    Arceus, estaba tan harta de todo.

    —Mimi... ¿puedo pasar?

    Aquella voz ni siquiera la sobresaltó. Se trataba de Liza White, la actual campeona de la región y su mejor amiga y confidente desde que sus influencias como ganadora lograron alzarla hasta las más altas esferas mediáticas. De cualquier modo, no eran meras extrañas. Habían tenido contacto en su adolescencia como Holders de tercera generación.

    Que supieran, solo se tenían la una a la otra en esos momentos. Todos los recuerdos que le quedaban a ambas de un pasado mejor. Una pizca de esa felicidad conjunta no exenta de trabas. Pero mucho más liviana que los recoldos de una catástrofe como la acontecida.

    —Pasa anda.


    La puerta se abrió y Liza White ingresó al cuarto. Mimi se había incorporado y había abierto la puerta de cristal que daba al balcón. Las luces de Ciudad Témpera—alzándose más hermosa y viva que nunca tras la masacre—reflejaba sus dispares luces en sus ojos azules. Mimi se abrazó a sí misma y contempló la ciudad con seriedad.

    Ciudad Témpera. Una Ciudad que había perdido toda su verdad.

    —No crees que a veces es... ¿demasiado duro?—inquirió.

    Su voz fue un murmullo bajo y contendio. Cuando quiso darse cuenta Liza estaba a su lado, sus manos sobre la baranda, el cabello castaño agitándose con la brisa nocturna. El tiempo lo había dejado crecer desde que lo cortó... pero aún era lo suficientemente corto para apenas sobrepasar sus hombros.

    —Pensaba que era esto lo que siempre quisiste— replicó con una pequeña sonrisa. Frágil, sardónica. No provenía de ninguna alegría interna pero de algún modo trataba de cortar la tensión tan palpable.

    Mimi no la miró. En sus orejas seguían brillando aquellos pomposos pendientes de diamantes. El cabello rubio, largo y delicadamente ondulado enmarcaba un rostro fino, de rasgos casi aristocráticos. Si le preguntaran, Liza diría que parecía un princesa.

    Una princesa en una jaula de oro.

    —Te equivocas—Mimi apretó sus dedos aún más en torno a sus brazos tensando la piel nacarada en un intento por contender sus emociones—. Yo nunca quise... esto. Hacerme con la fama a costa del sufrimiento de la gente. Aprovecharme de esa vulnerabilidad para escalar hasta la cima. Es abrumador.


    Sus ojos azules dirigieron una mirada insondable al horizonte. La brisa jugó con sus hebras doradas, meciéndolas con suavidad.

    —Como hizo mi padre—bufó ligeramente y dejó escapar una risa seca e irónica caminando hasta apoyar también sus manos en la baranda—. Es ridículo ¿no? Todo este circo. Gente ha muerto. Pokémon han muerto. Nuestros amigos... Arceus sabrá dónde están. Y a mi padre todo lo que le importa es el poder político.

    Liza desvió la mirada. Sus orbes azules como el mar en calma recorrieron cuidadosamente Ciudad Témpera desde el balcón. Se mantenía invicta. Resurgiendo de sus cenizas como un Fénix. Quizás era lo único que quedaba invicto tras la masacre y la erupción del Volcán Barniz que había reducido la ciudad homónima a cenizas.

    ¿Dónde estarían Dante, Emily o Hubert? ¿Dónde estaban los antiguos Holders, esos a los que el Gobernador y las autoridades habían puesto precio a su cabeza como los causantes de la catástrofe de los Haxorus? ¿Effy, Ian o Ukita? ¿Qué habría sido de ellos?

    —Yo... no creo que tuvieran nada que ver con todo esto. Con la catástrofe, quiero decir—intervino y al mirar a Mimi se llevó un mechón de cabello tras la oreja en un ademán tímido—. Estoy segura de que están bien. Estén donde estén. Quiero creer eso.

    Mimi no respondió. En sus ojos había una indescriptible nostalgia y añoranza. Su mirada vidriosa quedó fija en el horizonte mientras su mente se perdía en recuerdos del pasado. Memorias distantes que jamás volverían. Parpadeó varias veces luchando por contener las lágrimas que ardían en sus ojos con fiereza.

    —Siempre pensé que la fama me haría sentir menos sola cuando todo lo demás fallase—comentó. Soltó una risa vacía por la nariz—. Pero no es cierto. Solo me siento más y más vacía cada vez.


    >>Es—

    Repentinamente sus palabras se cortaron en la garganta y un calor que no sentía desde hacía mucho, verdadero calor humano, de alguien que realmente la conocía y se preocupaba por ella, se apoderó de su ser. Liza había puesto su mano sobre la suya, conciliadora.

    Cálida como un rayo de sol.

    —Hey—le dijo con suavidad y se acercó a ella para secar sus lágrimas con sus pulgares en un gesto preñado de cariño y honestidad. Y le sonrió. Las luces de la ciudad arrancaron destellos dorados de sus ojos—. Todo estará bien ¿si? ¿Qué dirían tus fans si viesen a la gran Diosa Honda llorar?

    Lo cierto era que Mimi se sentía tan sola y desamparada. Tenía a tanta gente a su lado pero se sentía incluso más sola que durante su infancia en Sinnoh. Y Liza compartía el mismo sentimiento aunque no lo demostrase.

    —Qué le den a mis fans—replicó con las mejillas enrojecidas.Y retrocedió un poco para lograr calmar sus emociones de la calidez que le transmitía la campeona—. Ellos no saben nada de mí. Solo conocen mi imagen. No tienen idea de la verdadera Mimi Honda.

    >>Nadie la conoce en realidad.

    Añadió con cierta decepción, tristeza, desviando la mirada.

    —Yo la conozco.

    Mimi la miró con sorpresa. Liza sonreía con los brazos flexionados sobre la baranda. Los ojos cerrados en un gesto tierno, lleno de honestidad.

    La joven Honda no pudo apartar por un instante eterno sus ojos de su expresión. Si debía ser sincera no estaba preparada para una respuesta como esa. Su relación nunca había sido especialmente cercana aunque ambas tenían un Samurott como inicial. Nunca se habían tomado un tiempo de calidad para conocerse como debían. Para intentar indagar un poco más profundo, bajo esa máscara superficial que ambas llevaban. La de Mimi tosco orgullo e indiferencia, la de Liza, falsa felicidad.

    Estar juntas ahora, como amigas, era un mero capricho del destino. Pero al menos tenían la certeza de que no estaban solas. De que compartían sentimientos y visiones similares.

    Y en el momento en que Mimi comprendió aquello, en el momento en que se dio cuenta de que al menos una única persona la veía a ella—a su yo real, su ser más auténtico—y no el producto mediático en el que se había convertido, sonrió de verdad. Y ya no pudo contener las lágrimas.

    Liza se apresuró a rodearla entre sus brazos. A salvo del frío de la noche, del ruido ensordecedor en su cabeza. Protegerla como si fuera de nuevo aquella niña torpe y soberbia, que lloraba por un amor imposible a sus diecisiete años de edad.

    —Eres una tonta—musitó la Honda con el rostro hundido en su hombro.

    —¿Eh? ¿Encima que te consuelo? ¡Hay que ver, eh!

    Mimi le dio un golpe juguetón en el hombro.

    —Ugh, cállate ya.

    Y Liza respondió con una risita divertida, clara y suave como el repiqueteo de un centenar de campanillas.

    La fama le pesaba en esas noches solitarias. Pero al menos alguien sabía quién era ella en realidad. Detrás de la máscara, detrás de las mentiras. Y eso le bastaba.
     
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    Aaaaaa perdón por tardar en leer, cuando lo subiste me pillaste en clase y luego se me fue el santo al cielo, pero sha estoy aquí <3 La verdad es que no me esperé un fanfic del Club de los que no quieren a Haxorus. Hace un montón que ya no se habla de eso y fue como volver cinco años atrás (dios, ¿de verdad pasó tanto?) y me pegó toda la nostalgia too. Como si ya de por sí la historia no me estuviese dando en los feels. Pero en verdad tiene todo el sentido porque Liza y Mimi apenas tienen cosas que las relacionen, por desgracia, y este es uno de los mejores hilos de donde tirar.

    Poniéndome en la piel de esas dos, debe ser durísimo conseguir la fama a costa de una masacre sin precedentes como lo fue esa. Mimi tiene toda la razón: tanto ella como la campeona realmente son figuras de entretenimiento para las masas, deben estar ahí como ejemplos a seguir y a admirar, y esos ejemplos nunca lloran. Nunca se quejan. Nunca se rebelan. ¿Qué clase de masas calmadas y contenidas conseguirían mantener si ellas mismas diesen el mal ejemplo de salirse de los esquemas? Y eso les debe producir, aparte de la impotencia de no poder saber acerca del paradero de sus seres queridos, una angustia horrible por no poder sacar todo lo que tienen dentro. Por eso nos consuela ver que, al menos en su soledad, ambas se tienen la una a la otra. Y saben que dentro del mundo donde deben portar esa asfixiante máscara, en algún momento pueden sacársela de encima y respirar.

    Toda la escena en sí se me hizo hermosa de imaginar. Ambas contemplando las luces de la ciudad (o lo que queda de ella), con la brisa nocturna refrescando la estancia, desahogándose en la confianza de la noche. Fue bastante IC esa tranquilidad con la que Liza ha tratado a Mimi, asegurándose siempre de que no está molestando, de que de verdad necesita de su presencia aunque al menos solo sea recordarle que está ahí. Y Mimi confía en ella y sabe que puede sincerarse con alguien, y eso desde luego que da mucha paz. Me gusta porque veo a Liza como la amiga que le da calma, dentro de toda esa hiperactividad de la que se rodea diariamente Mimi (con Emi y Alpha and stuff). Como que al final del día sabe que tiene a alguien con quien sentarse a contemplar las estrellas, y sabe que no tiene la obligación de intercambiar palabras, porque se siente bien estar solo allí, acompañada de alguien más.

    Llevo bastaaante tiempo con un bloqueo horrible, pero como que después de esto me entraron las ganitas de escribir algo, awns. A ver si me sale algo uwu Anyway fue muy lindo, seguiré leyéndote como siempre <33




     
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