Explícito de Naruto - Consejos de un compañero para su amante (Boruto x Namida) [One-shot]

Tema en 'Fanfics Terminados de Naruto' iniciado por Emilion, 30 Abril 2019.

  1.  
    Emilion

    Emilion ¡Adoro escribir con mis parejas favoritas!

    Aries
    Miembro desde:
    23 Octubre 2016
    Mensajes:
    307
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    Consejos de un compañero para su amante (Boruto x Namida) [One-shot]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    5187
    Aclaración: Naruto no me pertenece, es de su creador "Masashi Kishimoto". Solo me encargo de crear la historia de mi fanfic sin lucros de su magistral obra.

    "Consejos de un compañero para su amante"

    {Boruto x Namida}

    Namida se encontraba caminando de un lado a otro entre las largas calles de Konoha, desesperada y estresada, mientras la expresión de su rostro denotaba inseguridad completa.

    La causa de ello se debía a su relación prohibida con Wasabi, su compañera de equipo, llevando su emparejamiento en sumo secreto. Pero, desde hace dos años, Namida quería ya dar el siguiente paso con su pareja. Ella deseaba tener relaciones sexuales para demostrar sus sentimientos a través de su cuerpo.

    Hubo una ocasión en que quiso colapse en su habitación durante una misión, pero hubo algo que le impedía cometer con su objetivo de tener contacto con ella. Ese impedimento era claramente su tremenda inseguridad. Detestaba quedar como una tonta en la cama si llegaba a tener sexo con Wasabi.

    —¿Qué haré? No quiero que Wasabi-chan piense que soy una inexperta. Yo... Yo necesito que alguien me ayude con esto, ¿pero quién? —se dijo algo inquietad.

    —Oh, qué sorpresa verte por aquí, Namida.

    La castaña de coletas se volteó de inmediato para reconocer al dueño de aquella voz.

    —¡Boruto!

    El joven de cabellera rubia y ojos azules se encontraba comiendo de una deliciosa hamburguesa mientras la miraba con cierta curiosidad.

    —¿De quién necesitas una ayuda?

    —¡Eh! Esto... ¿Lo escuchaste todo? —la cara de la Suzumeno se volvió toda roja de la vergüenza, temiendo que su amigo la cataloga como una completa pervertida.

    —Bueno, no del todo. Solo te escuche que necesitabas ayuda para no sé qué —le respondió, muy tranquilo, dando otro mordisco a su comida chatarra—. Si tienes algún problema no dudes en pedirme que te ayude, ¿de acuerdo?

    —¡¿En serio?! —abrió los ojos de la sorpresa.

    —¡Claro! —le sonrió—. Si es algo que yo pueda hacer lo haré sin dudarlo, 'ttebasa.

    Namida se puso a pensar en su reciente problema sexual y el repentino ofrecimiento de Boruto. Debido a eso, ella no tardo mucho tiempo en sacar su propia respuesta.

    —Podemos hablar en el parque —le dijo en un tono bajo, a lo cual el chico aceptó.

    Los dos jóvenes se dirigieron al parque Senju para tener una charla en privado. Tras llegar, ambos buscaron una banca disponible para sentarse, ahí Namida le contó su problema con su pareja, omitiendo claro que se trataba de Wasabi. Aún temía que su compañero la vea como una inmoral por tener una relación lésbica con su mejor amiga.

    —Ya veo. Tu problema es realmente serio, pero no tan grave. Es lo normal en cualquier pareja, supongo —se puso a analizar el rubio luego de escucharlo todo.

    —Y tú... ¿Podrías ayudarme con eso?

    —¡Eh! ¿Qué dijiste?

    —Lo que estoy diciendo es que si tú... podrías... ayudarme teniendo sexo conmigo —desvió un poco sus ojos para no verlo a la cara. Realmente era muy incómodo ser tan directa.

    —No hablarás en serio, ¿verdad?

    —¡Es obvio que lo digo en serio, Boruto! —le gritó, muy avergonzada. No podía creer que él pensara que lo decía de broma, eso la enfureció aún más—. Y te agradecería mucho que no me hagas repetirlo de nuevo.

    —Está bien, está bien —intentó calmarla como pudo, después paso a rascarse la parte de atrás de su cabeza—. Pero ¿por qué yo exactamente?

    —Ah, eso es porque... Porque yo escuche algunos rumores sobre ti.

    Y eso era muy cierto.

    Desde hace unas semanas, Namida se había enterado por mera casualidad de un supuesto rumor sobre su compañero Uzumaki. Dichos rumores hablaban que él mantenía una relación abierta con Sarada, Sumire y hasta con la shinobi de la arena, Yodo. Al comienzo ella no lo podía creer, pero más tarde eso quedaría desmentido, cuando en una de sus reuniones para chicas, ella se percató que a Sarada le costaba caminar bien excusándose que la causa se debía a una lesión que tuvo durante un entrenamiento.

    —Ahora lo entiendo todo —mencionó Boruto un poco nervioso—. No creí que hubiera esa clase de gente que supiera de mi vida personal.

    —¡Eso significa que tienes una relación con las tres al mismo tiempo! —gritó, exaltada.

    —¡¿Qué?! ¡Claro que no! Es un poco complicado de explicarlo, 'ttebasa.

    Namida se cruzó de brazos y lo miró con el ceño fruncido.

    —Pues tengo todo el tiempo del mundo para escucharlo. Me cuesta creer que el mismo Boruto Uzumaki se encuentre jugando de forma tan vil con mis dos mejores amigas.

    —Preferiría no hacerlo ahora. Además, ¡te juro que no estoy jugando con Sarada y la delegada! ¡Ambas son muy importantes para mí, 'ttebasa!

    —Por esta vez voy a creer en tus palabras, Boruto. Ahora volviendo a nuestro tema principal, eso quiere decir que me ayudarás a tener sexo. ¿Sí o no?

    —Ahh... Entiendo, lo haré —se rindió ante la testaruda castaña—. Pero asegúrate de mantenerlo en secreto. Odiaría que más de esos chismes se hiciera público en la aldea.

    —Estoy de acuerdo. No quisiera que nadie se enterada sobre esto —mirando por todos lados, Namida se dio cuenta de la gente que rondaba por el área. Repentinamente, tomó la mano de Boruto—. Vayamos a mi casa.

    —¡A tu casa! —sin poder decir nada más, él fue arrastrado a la fuerza por la joven.

    -O-O-O-O-O-

    No paso menos de diez minutos para llegar a la casa de Namida, el lugar se encontraba vacío y sin la aparición de sus familiares. La castaña le explico que sus padres se fueron en la mañana a visitar a sus parientes en la zona más alejada de la villa, por lo cual ellos regresarían hasta el día siguiente.

    A Boruto le pareció muy oportuna y a la vez extraña la situación, recorriendo por toda la casa al lado de su compañera que hace de guía.

    En el caso de Namida, parecía que se estaba arrepintiendo de acostarse con el rubio para adquirir experiencia. No quería traicionar la amistad de Sumire y Sarada, especialmente con Wasabi que era el amor de su vida. Pero luego pensó que solo sería una vez, después de eso quedaría entre Boruto y ella aquel secreto íntimo y pecaminoso. Además, el temor de ser inexperta en la cama fue tan fuerte que decidió valientemente hacerlo.

    Una vez que llegaron a su habitación. Boruto se puso a mirar curioso las cosas infantiles que tenía Namida desde muñecos adorables hasta póster de actores famosos que aparecen en la televisión y en el cine, luego se sentó en la cama mientras veía como ella seguía apegada a la puerta y sin decir ninguna palabra desde que ingresaron a su hogar. Curiosamente, el chico se dio cuenta que la cama era amplia y cómoda.

    —¡Oye Namida! —la llamó, ocasionando que ella lo viera alterada.

    —¿Q-qué ocurre Boruto?

    Boruto dio un corto suspiro, luego se levantó de la cama y se acercó a ella.

    —Creo que es mejor dejarlo aquí. No quiero obligarte a hacer algo que no quieres, además me sentiría como un patán si te doliera perder tu virginidad —cuando iba a salir del cuarto, justo ahí sintió la mano de la chica. Boruto se volteó a verla, pero por culpa de su flequillo no le dejo ver claramente su expresión—. ¿Namida?

    —Yo... Yo... ¡Yo deseo que me enseñes a hacer el amor! ¡Quiero tener sexo! —gritó con un rostro avergonzado y cerrando los ojos. De repente, ella sintió su boca tapada con la mano derecha de Boruto.

    —¡No lo digas tan fuerte, idiota! ¿Qué pasaría si tus vecinos te escuchan?

    —L-lo siento mucho —dijo entre leves sollozos.

    —No te culpes. Yo lamento mi forma tan brusca de gritarte —sacó su mano de la joven, volviendo a sentarse en la cama—. Si te soy sincero, al principio no entendí tu petición de tener sexo, sin embargo pude darme cuenta que es muy importante para ti. Incluso es la primera vez que una chica se me ofrece de esa forma tan inusual y con poco sentido.

    —Eso significa que tendremos sexo —entonces sus ojos se le iluminaron.

    —Sí, sí, tendremos sexo. Te agradecería que no fueras tan obvia al decirlo, ¡hasta pienso que sólo lo haces con el único propósito de seducirme!

    —¡No soy una zorra! —refunfuñó.

    —Yo nunca dije eso —le respondió con una gota resbalando por su sien.

    —¡Pero lo pensaste!

    —Ahh... Mejor sigamos a lo que vinimos. Pero antes, quisiera hacerte una pregunta muy importante, ¿estás en tu periodo?

    —No, claro que no. Hoy es mi día seguro.

    —Ya veo —entonces dio unas palmadas a la cama—. Siéntate.

    Namida le hizo caso y se sentó con total confianza.

    En eso, Boruto le quitó su emblema ninja hasta dejarlo caer al suelo y deslizo un poco el cierre de su casaca por la mitad, luego acercó sus labios peligrosamente a su cuello libre, dándoles unos cortos besos y ocasionando que Namida soltara un pequeño gemido audible por la sensación fría de su saliva.

    —¡¿Q-qué haces Boruto?!

    —Tú que crees que hago... ¡Te estoy enseñando a cómo besar en lugares importantes!

    —E-es que se siente muy raro —gimió—. A-además no quiero que me dejes una marca.

    —Tranquila —con su lengua hizo un camino en su delicada piel—. Nadie se dará cuenta de esa marca si lo tienes escondido con tu emblema ninja.

    —P-pero...

    Boruto abrió por completo la casaca y su mano se adentró en su polera, mientras continuaba con su ataque de besos. La sensación suave y cuidada de su cuerpo era un poco diferente a las demás. Su mano se elevó poco a poco hasta llegar a su sostén, justo ahí se percató que los pechos de la castaña tenían un tamaño decente y considerable a la de Yodo, casi llegando a rivalizarla.

    Namida emitió un pequeño chillido por el tacto de su mano.

    —Veo que tu punto más sensible son tus pechos, ¿o me equivoco?

    —N-no es verdad —y volvió a gemir ahora con fuerza, siendo esta vez por la mano de Boruto que apretó repentinamente uno de sus pechos.

    —Tus gemidos me dicen otra cosa —sonrió, juguetón.

    —¡Ya deja de burlarte de mí!

    Boruto se rió por un buen rato ante la expresión infantil de Namida, dejando apartado sus manos y sus labios de ella. Luego de relajarse, quiso enseñarle la siguiente lección.

    —Namida, ¡quítate la ropa!

    —¡Eh! ¿P-p-por qué? —y sin motivo alguno cubrió su cuerpo con las sábanas.

    —Para continuar con tu aprendizaje —arqueó una ceja—. ¿O acaso piensas tener sexo con la ropa puesta?

    —Lo entiendo. Me quitaré la ropa enseguida —dijo toda sonrojada, pero entonces le señalo de manera acusadora—. Pero, ¡tú también has lo mismo!

    —Esta chica... —murmuró fastidiado.

    Namida, apenada, empezó a quitarse la ropa lentamente hasta quedar completamente desnuda. Boruto se quedó fascinado mirando su escultural cuerpo donde la parte que sobresalía fueron sus senos voluptuosos y de un adorable color rosado, sin duda alguna tenía que admitir que eran más grandes que los de Sarada y Sumire.

    Tras percatarse que era observada con esos ojos lascivos, Namida rápidamente paso a cubrirse con ambas manos la zona de sus pechos y su vagina.

    —No estás nada mal, Namida. Tienes un hermoso y sensual cuerpo —exclamó Boruto, muy complacido—. Bueno, ahora es mi turno de quitarme la ropa.

    Se empezó a desvestir dejando ver su cuerpo bien marcado, ahí la joven se dio cuenta de la prenda que llevaba puesto en la parte de abajo.

    —¿Usas un boxer rosado?

    —Tienes algún problema con que tenga un boxer de este color —la miró con seriedad, poniéndola inquieta. No era la primera persona que le hacía esa misma pregunta, lo malo es que todavía no entendía la razón de esa extraña curiosidad por su ropa interior.

    —N-no lo estoy diciendo de mala forma —agitó sus manos con nerviosismo, dándose cuenta tarde que dejo al descubierto sus partes íntimas volviéndolos a cubrir—. Yo solo estuve un poco sorprendida porque se ve genial y a la moda. Créeme.

    —Está bien, te creo —y se quitó la última prenda mostrando su desnudez sin tanta vergüenza.

    Namida se quedó asombrada como atontada por contemplar el pene de Boruto, jamás vio uno real que sea tan grande y grueso. No sabía cómo reaccionar ante el imponente tamaño de su miembro. Por un lado sentía algo de miedo de no ser capaz de soportar esa cosa dentro de ella, aunque también le invadía la sana curiosidad de sentirse penetrada durante su primera vez. Tan solo de recordar el incidente con Sarada le daba la clara sospecha que lo había disfrutado, y mucho.

    —Ahora que sigue —le dijo con un toque de timidez y ansias.

    Boruto coloco su mano derecha en su mentón.

    —Hum... Como primera lección porque no intentas hacerme una felación.

    —¡¿Qué?!

    —No lo sabes, ¿cierto? Es igual a una mamada, 'ttebasa —le explicó haciendo movimientos obscenos con sus manos, ocasionando que Namida tuviera toda la cara roja.

    —¡C-claro que lo sé! No creas que por ser virgen no tengo el conocimiento necesario para saber sobre esas cosas vulgares.

    —Entonces, ¡demuéstramelo! —y paso sentándose en la cama y cruzando sus brazos.

    Colocando su cuerpo de cuclillas y acercando su rostro a la altura de su pene, Namida lo tomó entre sus temblorosas manos para acariciarlo y sentir su increíble grosor. Se hizo memoria de aquel vídeo que miró hace un año en su computadora, donde la mujer se llevaba la cosa del hombre a su boca para darle mucho placer y luego finalizar con tragarse su semen como si fuera la cosa más dulce del mundo. De solo recordarlo hacía que su vagina se mojada de repente.

    Tenía dudas de continuar con esto, mas no iba a detenerse por ello.

    Abriendo bien grande su boca introdujo de golpe el pene de Boruto, después recorrió con su lengua el pedazo de carne que se devoro. Se sentía muy rara por hacerlo. Moviendo insegura sus labios le hizo un movimiento lento para estimular y complacer a su profesor.

    —No lo haces tan mal, Namida. ¡Esto es realmente fantástico, 'ttebasa! —la halagó con una sonrisa, observando como ella chupaba su masculinidad con tanta ímpetu—. Seguramente tu pareja quedara muy complacida por tu forma de mamar.

    Con solo escuchar las palabras de aliento de Boruto, la motivo a seguir adelante. Su cabeza iba de arriba hacia abajo mientras su lengua saboreaba el amargo y agrio sabor de su esperma. Namida se esforzaba en poder engullir aún más ese tremendo pene hasta lo profundo de su garganta, a la vez que usaba una de sus manos para jugar con sus testículos y hacerlo correr lo más pronto posible. Eso provoco que Boruto soltara un ronco gemido, haciendo que la castaña estuviera muy orgullosa de su trabajo.

    Tal vez esto no ayudaría a complacer a su amada Wasabi, pero ella ahora se encontraba muy caliente y excitada para intentar razonar con su consciencia.

    Los gruñidos de Boruto se hicieron más frecuentes. No se creía que fuera la primera vez que hiciera una felación, por lo cual le demostró que tenía un talento natural con este tipo de cosas, como una verdadera kunoichi de antaño. Luego de un par de minutos no resistió más tiempo y descargo su semen dentro de su boca, lo cual Namida cerró los ojos e intento tragarse todo lo posible con cierta dificultad y dejando un poco de esos restos en su glande, que enseguida ella utilizo su lengua para limpiar su pene completamente.

    Boruto pudo notar que los ojos de Namida le trasmitían un sentimiento deseo y pasión.

    —Dime Boruto, ¿lo hice bien? —le preguntó, muy inocente, relamiéndose los labios.

    —Para ser tu primera mamada, lo hiciste excelente —se levantó de su sitio, luego de cargarla entre sus fuertes brazos la hizo recostarse en la cama. Namida lo veía con una expresión confusa—. Ahora te enseñare a como lo hago yo.

    Una vez que Boruto se colocó enfrente de las piernas de Namida, las abrió para tener un vistazo de su vagina que lucía muy mojada, e incluso le encanto mucho como ella intentara cerrarlas torpemente para que no siguiera observando. Namida no podía evitar sentirse incómoda por cómo su intimidad se encuentra totalmente expuesta ante el chico, que hizo de manera inconsciente un poco de fuerza en sus piernas.

    De pronto Boruto se acercó a su vagina e introdujo con gran habilidad su lengua para explorar sus labios vaginales.

    La cabeza de Namida se hizo para atrás mientras su boca dejaba escapar un audible gemido. Una oleada de placer le recorrió por todo su cuerpo, todo provocado por la lengua de Boruto, que la hacía sentir en su gloria. Pasó dos minutos para llegar a su orgasmo, aferrando la cabeza de Boruto con sus piernas y bañándolo con sus fluidos. Agotada y satisfecha. Namida dejo libre a su compañero mientras su corazón latía como loco.

    —Eso fue... Eso fue fantástico, Boruto.

    —Me alegro que lo hayas disfrutado —le dijo, un poco agitado, mientras se limpiaba la cara—. Ahora que tu vagina ya se encuentra lubricada, supongo que estas lista para el plato fuerte. ¿Verdad?

    —¡Por supuesto! Para eso vinimos a mi casa en primer lugar —ya recuperada, la motivada Namida miró a Boruto recostarse a su lado mientras observaba hipnotizada su erecto pene.

    —Quiero que pongas mi pene dentro de tu vagina. Pero procura hacerlo despacio para no sentir mucho dolor, ¿entendiste?

    Namida respiro profundamente antes de acatar su orden. Levantando un poco su cuerpo se puso encima de Boruto, después alineó el miembro a su entrada y poco a poco lo fue introduciendo a su interior, hasta llegar a romper su preciado himen. Apretó sus labios con suma fuerza debido al insoportable ardor en sus paredes vaginales, e incluso algunas lágrimas traicioneras se le escaparon de sus ojos color chocolate.

    Eso alarmó a Boruto.

    —¡¿Estás bien Namida?!

    —Sí —le respondió como pudo, apoyando sus manos en el torso del chico—. Solo dame unos segundos para poder acostumbrarme, luego empezamos con esto. ¿De acuerdo?

    —Está bien. No te esfuerces mucho y hazlo a tu propio ritmo.

    Poco tiempo después, Namida comenzó a sentir un pequeño cosquilleo en su interior, y el dolor de hace unos minutos se volvió ahora placentero. En eso, comenzó a saltar de forma estrepitosa sobre Boruto haciendo sacudir la cama. Tanto fue su placer que no podía evitar gemir y chillar de alegría por la exquisitez que le producía ser penetrada.

    Boruto se aprovechó de la posición en la cual estaban para agarrar sus tentadores pechos y jugar un poco con ellos, los apretó de tal forma que excitó cada vez más a la joven castaña.

    —¡Esto se siente tan bien! ¡Dame más duro, Boruto!

    Obedeciendo a su desesperada petición. Boruto empezó a mover sus caderas más rápido provocando que Namida aumentada el volumen de sus gemidos, llegando al punto de asustarlo por creer que activaría en cualquier momento su poderoso jutsu de sonido.

    Al final, fue falsa alarma y se tranquilizó.

    La vagina de Namida era muy apretada y acogedora, y eso le agradaba. Incluso el experto masaje que le hacía a sus pechos ocasionaba que sus paredes vaginales le apretaran, haciendo que sus embestidas fueran bien firmes y difíciles de atravesar.

    —Boruto... Boruto... Por favor no dejes de masajear mis tetas, hasta puedes exprimirlas a tu antojo —echó otro gemido tras sentir que los apretaba con más fuerza—. ¡Qué rico!

    Al darse cuenta que estaba llegando a su punto máximo, Namida empezó a saltar con rapidez haciendo que su vagina chorreada un montón de sus fluidos. Por otro lado, Boruto estaba igual que ella soltando una nueva descarga de su semen adentro de su útero.

    Después de llegar a su respectivo clímax, ambos se quedaron apegados el uno del otro. Boruto no dejaba de acariciar y oler la sedosa cabellera de Namida, quien se aferraba a su pecho sintiendo su calidez junto con los latidos agitados de su corazón.

    —¡Felicitaciones, Namida! Te has convertido en toda una mujer, 'ttebasa —le dijo cerca de su oído, recibiendo una mirada fastidiada de la muchacha.

    —Tonto... —le respondió, inflando las mejillas, después con su mano derecha hizo círculos imaginarios en el pecho del chico—. Ahora, ¿cuál es la siguiente lección, sensei?

    Con solo oír "sensei", Boruto tuvo otra erección que sintió enseguida su compañera.

    —Lo que haremos a continuación es una pose clásica, siendo incluso una de las favoritas de los hombres —y entonces le susurró muy bajo, provocando que su alumna se sonrojada intensamente y echada humos por la cabeza—. ¿Te gusta la idea?

    La ingenua Namida tan solo asintió con la cabeza tímidamente, entonces se puso en la posición solicitada por el Uzumaki. Su cuerpo estaba colocado en cuatro sobre la cama, mostrándole su intimidad que seguía chorreando la esencia de ambos. Boruto se posiciono detrás de ella, pero antes de penetrarla y hacerla de nuevo suya, aprovechó la ocasión para acariciar con devoción sus redondas y suaves nalgas.

    —Tienes un buen culo, Namida, aunque todavía no estás al nivel de Sarada.

    —¡No quería saberlo! ¡Ahora ya no hables y cógeme!

    —Como desee la señorita —de inmediato introdujo con suma delicadeza su pene en el interior de su vagina, adentrándose.

    —Que bien se siente tenerte dentro —soltó un largo suspiro al notar que tocó lo profundo de su útero, ni siquiera al comienzo se creía que ese pene pudiera caber dentro.

    Los movimientos de Boruto eran lentos, provocando que Namida desprendiera algunos gemidos. A los siguientes minutos la intensidad de sus embestidas subió, hasta el punto de penetrarla con algo de violencia y agarrar de sus coletas para jalarlas al ritmo de sus embates. El tremendo placer que sentía Namida por tal salvajismo fue indescriptible.

    A Boruto le empezaba a encantar su estrecha vagina, ya que su miembro era aprisionado fácilmente por sus paredes vaginales. Sin perder el ritmo de sacarlo y meterlo. La fuerza de sus embestidas iban en aumento provocando que sus cuerpos crearan ruidos sucios producto del choque constante, y todo gracias al apoyo de Namida, quien movió sus caderas a su mismo ritmo para que entrara más adentro y pudiera disfrutar aún más.

    No falto tanto para que Boruto volviera a llegar a su orgasmo y soltara otra ráfaga de su esencia adentro de Namida, la cual recibió con mucho gusto. Luego de separarse de su unión, esta se le acercó gateando, como una astuta gatita, hasta su decaído pene para saborear con perversión los restos de su semen combinados con sus propios fluidos.

    —Sabes algo Boruto... Ya me está comenzando a gustar tu semen... Su amargo sabor... Su olor fuerte... ¡Hasta incluso me fascina seguir ordeñándote! —dijo ella entre risitas—. Dime, ¿cuál es la siguiente lección, sensei?

    —Veo que eres una chica muy traviesa y con mucho aguante. Bueno, lo que sigue es la posición del misionero —Boruto estaba ansioso de continuar explorando todo su cuerpo, jamás había probado tantas poses en un solo día con las demás chicas. No hubo duda que Namida era un caso especial—. Espero que tengas energías porque esto durara hasta la noche. Pero antes de iniciar con la lección, ¿sabes besar con la lengua?

    —No, no lo sé. Pero tengo una noción básica de lo que es —si fuera sincera consigo misma, le diría a Boruto que nunca lo intentó por culpa de la vergüenza. En eso, tuvo una brillante idea—. Aunque me gustaría aprender contigo ese beso. ¿Puedo?

    —Si lo dices de esa forma tan adorable es imposible no poder negarme, 'ttebasa.

    Boruto se acercó a Namida quedando a centímetros de tocar su rostro, luego acarició su mejilla con una de sus manos y le comenzó a besar con algo de furor. La joven Suzumeno entrelazó sus brazos a la espalda de su profesor. Ambos abrieron sus bocas y se inició una lucha con sus lenguas por el dominio, el cual Namida perdió con mucha facilidad por su evidente inexperiencia mientras Boruto pudo explorar cada rincón de su boca.

    Luego de aquel beso se dieron otro más, pero más apasionado e intenso.

    Namida se recostó en la cama y espero entusiasmada a Boruto para que se posicionara entre sus piernas, sin percatarse que empezó a babear de solo imaginar que volvería a tenerlo dentro. El chico fue directo al grano y la embistió para entrar en una, ocasionando que su compañera gimiera de puro placer, después se sintió aprisionado por sus esbeltas piernas para sujetarlo firmemente y pudiera hundir más su pene en lo profundo de su zona íntima.

    El continuo movimiento de caderas hizo que nuevamente llegaran a su clímax. El Uzumaki soltó todo su semen dentro de Namida, que también llegó a su orgasmo, sintiendo de nuevo como ese líquido pegajoso ensuciaba todo su interior.

    Ambos jóvenes cayeron rendidos pero con una sonrisa adornada en sus rostros.

    —Gracias, Boruto. Jamás pensé que el sexo se sintiera tan rico.

    —Lo mismo digo, Namida —y la volvió a besar con pasión, donde esta vez la castaña ganó la batalla de lenguas—. Veo que alguien está mejorando muy rápido.

    —Eso es porque tengo a un excelente sensei.

    —Tal parece que debo darle una buena recompensa a mi alumna favorita —y se lanzó encima de ella para penetrarla, mientras Namida lo abrazaba con mucha ternura.

    Solo bastaron unos minutos para ir nuevamente a otro asalto pasional, donde probaron varias poses eróticas por varias horas. Todo esto antes de que llegara el anochecer.

    -O-O-O-O-O-

    En el interior del baño, Boruto se hallaba sentado en una pequeña banca a la vez que Namida le hacía una increíble felación. La joven ahora no tenía problemas en hacerlo entrar más profundo, ahora utilizando su mano derecha para masturbarlo mientras su boca se ocupaba de sus testículos. No demoro mucho en correrse dejando caer su semen en el piso.

    Tras aquella sesión pasional, Boruto se adentró a la bañera para asearse y relajarse, a su lado estaba Namida, recostada en su torso y mirando el techo sin razón aparente mientras tarareaba una melodiosa canción. El ambiente lucía silencioso y calmado, sólo escuchándose el eco del agua en el cuarto. Ninguno de los dos se sintió avergonzado por compartir el mismo baño, en especial la castaña que se acostumbró a su mera compañía.

    —¿Cuánto tiempo vamos a estar así, Namida? —preguntó Boruto, rompiendo el prolongado silencio entre ambos. Namida paró de cantar y lo vio a la cara, con una sonrisa y una expresión muy tranquila.

    —Te incómoda que te use de sofá.

    —Para nada. Es solo que tenerte a mi lado hará que no pueda controlarme, además que estoy comenzando a marearme —le confesó, rascando su mejilla con rasgo felino.

    —Oh... ¿Y si hago esto? —entonces hizo unos movimientos con su trasero, percatándose de la nueva erección que se posaba entre sus nalgas. Mirando con picardía al muchacho de cabello rubio—. ¡Vaya, vaya! Tu cosa se ha puesto duro, Boruto.

    —Y de quien crees que es la culpa, ¿eh? —aprovechó la situación para vengarse y le manoseo ambos pechos, especialmente a sus pezones que se pusieron erectos—. Tú también te encuentras muy excitada. ¿Quieres hacer una última ronda?

    —No hace falta que me lo preguntes, tonto —y acercó a su rostro para besarlo.

    Namida volteó su cuerpo para encontrarse frente a Boruto, después acercó su intimidad a su pene y lo dejo ingresar a su interior. Ella hizo un vaivén con sus caderas mientras se sujetaba de su cuello. Incluso viendo el rostro agitado del Uzumaki, ella no pudo aguantarse a volver a besarlo como si fuera un deseo anhelado. Nunca tuvo un interés romántico por el rubio de ojos azules desde su época en la academia ninja, pero ahora entendía la razón por el cual Sarada y Sumire le tenían un gran apego sentimental.

    El agua de la bañera se escurría por todo el piso, entonces Boruto tomó la delantera de la castaña para impulsarla a ir más rápido y profundo. El fuerte eco de sus propios gemidos ocasionó que se escuchara afuera del cuarto, pero eso no les importo en lo más mínimo.

    —¡Boruto! ¡Boruto! ¡Ya estoy apunto...! —no pudo continuar, sus labios fueron sellados por la boca del joven Uzumaki que sabía perfectamente lo que iba a decir.

    Y con una fuerte estocada, ambos llegaron a su deseado orgasmo. Namida descanso muy cansada y agitada en el pecho de Boruto, que aferró sus manos a su espalda para darle un reconfortante abrazo. Sin embargo, a pesar de sentirse llena de su caliente esperma, la joven Suzumeno por alguna razón se sentía con un hueco vacío en el pecho.

    -O-O-O-O-O-

    La luz de la luna se hizo presente a través de la ventana de la habitación.

    Tiempo después, Boruto ya se encontraba vestido con su ropa ninja mientras Namida solo llevaba puesto su pijama. En el momento que abrió la ventana, este se dio cuenta de la mirada entristecida que reflejaba el rostro de la chica que compartió una de las mejores experiencias de toda su corta vida.

    De pronto una idea arriesgada como inesperada se le vino a la mente.

    —¡Namida! —la llamó, captando su atención—. Si vuelves a tener problemas en el tema del sexo, entonces puedes llamarme para poder ayudarte de nuevo.

    En eso, la Suzumeno dibujó una sonrisa esperanzadora.

    —¡Claro! Eso significa que a partir de ahora somos amigos con derechos, ¿verdad?

    —Eh… Sí, supongo que sí —se encaminó a la ventana para salir. Sabía de antemano que no podía llegar muy tarde a su casa, de lo contrario, su querida madre lo interrogaría sin cesar para descubrir el motivo de su tardanza. El cuerpo le temblor de solo imaginarla activar su temible Byakugan. Pero antes de irse, extendió su mano y miró con una amigable sonrisa a su nueva compañera sexual—. ¡Nos vemos pronto!

    Tras verlo desaparecer entre la intensa oscuridad de las calles de la villa. Ella cerró la ventana y de un salto se echó a la cama, oliendo la dulce fragancia de Boruto mientras recordaba con un sonrojo lo que hicieron hace unas horas. Incluso pasó de ser lesbiana a bisexual. Ahora podría mostrarle a su amada Wasabi todo lo que aprendió en este día, pero solo por esta noche se dormiría y soñaría con él.

    Ansiaba con todo su corazón volver a tener lecciones con su querido y talentoso profesor.

    F I N

    Notas del Autor:

    ¡Lo prometido es deuda! La historia que leyeron ahora fue gracias a un lector que hace unas semanas me pidió colocar a esta inusual pareja, sólo espero que le guste por la manera en como lo hice. Mi siguiente trabajo se enfocara en el "Boruto x Yodo", siendo una clara explicación de los supuestos rumores con el Uzumaki y las chicas.

    Todavía no tengo una fecha exacta para publicarlo, esperando que sean muy pacientes para poder terminarlo lo más pronto posible.

    ¡Comenten que les pareció el capítulo!

    Emilion se despide de ustedes, lectores, hasta la próxima.
     
    Última edición: 24 Agosto 2019
    • Gracioso Gracioso x 1
  2.  
    Tarsis

    Tarsis Usuario VIP Comentarista supremo Escritora Modelo

    Cáncer
    Miembro desde:
    20 Abril 2011
    Mensajes:
    7,072
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Jajajajaja, en realidad me mató de risa la parte: puedes explimirlas si quieres, que rico!
    Claro, me gustó que te mantuviste en la línea de inocencia y de descubrimiento y sobre todo, de amistad entre ellos. Claro, me dio risa que le gustó, aunque fue como muy extremo para la primera vez y eso se sale un poco del realismo (? Pero, parecía que iba a exprimirlo xD
     
    • Zukulemtho Zukulemtho x 1
Cargando...
Similar Threads - Consejos compañero (Boruto
  1. Tarsis
    Respuestas:
    3
    Vistas:
    666
  2. paul
    Respuestas:
    2
    Vistas:
    574

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso