Hetalia Axis Powers Consejo Nórdico navideño (finalizado)

Tema en 'Fanfics de Anime y Manga' iniciado por InunoTaisho, 13 Diciembre 2017.

  1.  
    InunoTaisho

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    Consejo Nórdico navideño (finalizado)
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    Para todas las edades
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    Comedia
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    3
     
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    Consejo Nórdico navideño (Gakuen Hetalia).



    El Consejo Nórdico ─en danés y en noruego, Nordisk Råd (específicamente råd en noruego); en islandés Norðurlandaráð; en sueco Nordiska rådet; y en suomi finés Pohjoismaiden neuvosto─ o Consejo Nórdico de Ministros, es una organización interparlamentaria de cooperación entre los cinco países nórdicos: Islandia, Dinamarca, Suecia, Finlandia y Noruega, junto con las regiones autónomas de las Islas Feroe, Groenlandia y Åland.



    Presento este fic con mi pequeño toque de humor, nuevamente con los consentidos (míos) de Hetalia: el grupo de los Nórdicos. Y nada mejor que cantar villancicos en el festival escolar de la Academia… sonrían todos y muy feliz año nuevo con la bendición de Dios.


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    La invitación…



    Por los pasillos de la Academia “W” podemos ver caminando juntos a una de las parejas más disparejas a nivel mundial: él, joven rubio y bastante peinado de muy buena estatura, de semblante adusto y porte serio, cuyos orbes turquesa lucen enmarcados en unas gafas de delgada montura cuadrada; y su acompañante es un chico no muy alto, cabello corto y liso en tono rubio oscuro, redondas pupilas en un suave color azul violeta, y que generalmente muestra una sonrisa tímida aunque su carácter es, al contrario que su condiscípulo, abierto y platicador.



    Esa tarde en especial, a esa hora en particular, Suecia y Finlandia tenían una tarea que cumplir después de la última clase del día todo por sugerencia de Dinamarca, quien había tenido la brillante idea de convocar al Consejo Nórdico para presentarse en las actividades del festival escolar navideño antes de salir de vacaciones de fin de año.



    Al acercarse el inicio de las fiestas se respiraba en el ambiente ese aire de nostalgia, y por todo el instituto podían observarse los adornos correspondientes que lo hacían ver más bello que de costumbre. En la realización del festival participaba todo el alumnado de forma entusiasta, así que el danés se sentía más que motivado para mostrar la grandeza de su región por todo el mundo mundial, y nada mejor que preparar el coro de villancicos. Así que el sueco y el finlandés fueron los comisionados para reclutar a los miembros invitados al Consejo: Los países Bálticos acompañados de Polonia.



    ***** Flash Back *****



    ─… y, por lo tanto, necesitamos reunirnos con los Bálticos en el Consejo Nórdico y organizarnos para el festival… ¿o alguien tiene otra idea mejor? ─les preguntó Dinamarca tras deliberar sobre su participación en el festejo navideño de la academia.


    ─… sólo una cosa, Anko… ¿quién va a ir a invitar a los Bálticos? ─preguntó Noruega soltando un leve bostezo de aburrimiento.


    ─ Buena pregunta, Nor… nadie es el más adecuado que Fin para ir a hablar con ellos, total que ya se conocen de años ─respondió el danés más que sonriente volviendo la vista hacia su tímido y menudo compañero─. Contamos contigo, Fin… ─agregó despreocupadamente mientras le daba un sorbo a su lata de cerveza calidad de exportación.


    ─ Claro que sí, Ta – san, no hay problema ─dijo éste con una afirmativa inclinación de cabeza, levantándose de su asiento para ir a cumplir su deber.



    Suecia no dijo nada y dejó que el finlandés saliera del salón y avanzará lo suficiente antes de ponerse de pie para ir discretamente tras él sin despedirse de nadie. Los demás le vieron partir y luego Islandia comentó en voz baja y susurrante:



    ─ No sé ustedes pero tengo la impresión de que un día de estos Svi matará a Fin de un susto… ─a lo que su frailecillo mascota, el buen “Mr. Puffin”, soltó un silbido bajo y levemente burlón.



    Efectivamente, al pobre Finlandia casi le da un infarto en cuanto el sueco le dio alcance antes de doblar el pasillo.



    ***** Fin Flash Back *****



    ─ ¿No te parece maravilloso, Suu – san? ─ya recuperado de la impresión Finlandia hablaba con Suecia empleando una entonación de voz emocionada con los ojos brillando de la felicidad─, vamos a cantar villancicos con Esutonia y los demás.


    ─… mph…─el sueco se mantuvo indiferente con las manos metidas en los bolsillos del pantalón─… si eso te hace feliz me parece bien, Fin… ─respondió en tono monocorde sin siquiera mirarle.


    ─ Vamos, Suu – san, Esutonia y todos los Bálticos han sido buenos amigos de nosotros en los últimos años… ─le replicó el finlandés haciendo un leve puchero.


    ─… y nunca dije que no lo fueran… ─contestó el alto rubio encogiendo un poco los hombros.



    Prontamente llegaron a esa área a la que pocos se atrevían a entrar por la marcada influencia de Rusia. Y es que casi nadie quería asociarse con el ruso por su manera tan pesada de ser, dedicándose a amedrentar a todos por igual al sentirse el supremo dueño del mundo por ser la encarnación del país más extenso. De hecho Suecia había batallado contra él muchas veces y muchos años por el completo dominio de Finlandia (algo que ambos, el sueco y el finés, preferían dejar en el baúl de los recuerdos), y por ello no se llevaban nada bien. Afortunadamente ahora no parecía encontrarse cerca por lo que los nórdicos podían llevar a cabo su cometido sin ser molestados.



    ─… ¿Esutonia… estás ahí, Esutonia?... ¿Esutonia?... ─prontamente Finlandia se asomó al interior de un aula donde las luminarias se encontraban prendidas, pero no topó con nadie ni escuchó nada. Y casi se da de bruces en el pecho de Suecia al voltearse para volver sobre sobre sus pasos─… ¡Suu –san!...─exclamó un poco abochornado apartándose por lo menos unos veinte o treinta centímetros a manera de conservar fuera de riesgo su integridad física─… eto… ¿no crees que estás demasiado cerca de mí?... ─agregó sonriendo tímidamente con algo de temor en la voz.


    ─ No podría llamarme un buen esposo si dejo que algo malo te pase, Fin… ─fue la respuesta del aludido sin pizca de emoción en su tono, aunque le miraba fijamente con total intensidad─… eso es parte de mi deber.


    ─… aaa… ─la mayoría de la veces el finlandés no sabía ni que pensar de eso y tampoco encontraba el suficiente valor para dar una firme negativa─… de verdad te… te lo agradezco, Suu – san, pero… no es necesario que lo hagas de esa forma, es en serio… ─le dijo con bastante vergüenza.



    Justo entonces advirtieron unos pasos apurados que se acercaban a su posición y el sueco se volvió ágilmente con una pistola en una mano, salida de quién sabe dónde, apuntándole directamente al desconocido recién llegado mientras con el otro brazo rodeó protectoramente al finés acercándole a su cuerpo, con lo que consiguió que el rubor de éste se incrementara en grado máximo.



    ─ Si sabes rezar es mejor que lo hagas ahora… ─le dijo con dureza al pobre que tenía enfrente al tiempo que se escuchaba el sonido del seguro del arma, y el amenazado dejó caer sin nada de cuidado el paquete que traía en las manos.


    ─ ¡Por favor no… no me mates! ─dijo llorosamente con temblorosa voz levantando ambos brazos en actitud sumisa.


    ─ ¡Suu – san, es Esutonia! ─comentó Finlandia en voz baja al reconocer a su amigo, en tanto hacía un esfuerzo para librarse de su prisión.


    ─… ¿Finrando… y Suu~ēden – san?... ─el aludido Estonia se acomodó las gafas para enfocar mejor a los invasores de su área─… ¿qué… qué les trae por aquí a esta hora? ─les preguntó a continuación pasando por alto el contexto de la escena que veían sus ojos, con Suecia estrujando a Finlandia sin ninguna pena.


    ─… eto… hola, Esutonia… ─respondió el tímido finlandés con una sonrisita boba mientras el sueco no cambió el gesto ni un ápice aunque si bajó el cañón─… este… Suu – san, ¿podrías soltarme por favor? ─por ello el menor se dirigió a su compañero en tono suplicante.


    ─… no hay problema, Fin… ─le contestó y sin más le dejó libre mirándole con atención un momento, para después hacerse el desentendido al guardar la pistola en el interior del saco.



    Estonia decidió no intervenir y aprovechó el lapso para levantar la caja que había dejado caer, revisando cuanto antes su contenido en espera de que no se hubiera dañado.



    ─ Discúlpanos, Esutonia, pero ya sabes cómo es Suu – san de desconfiado… ─Finlandia se acercó para ayudarle, sonriéndole apenado por lo sucedido.


    ─ Descuida, Finrando, estás son sólo algunas cosas viejas de las que Roshia – san quiere deshacerse este año ─respondió éste con gesto aliviado después del rápido vistazo.


    ─ Espero que Roshia no esté cerca de aquí ─se expresó el finlandés con algo de pesadez lanzándole una miradita a su compañero sueco, quien parecía estar mirando algo más que interesante por la ventana que daba al patio exterior.


    ─ No te preocupes ya que se Roshia – san se fue con Amerika – san y sus Aliados para celebrar algo, por lo que no creo que vuelva hasta más tarde ─explicó el estonio algo más alegre.


    ─ Menos mal… ─suspiró con alivio su joven interlocutor. De verdad no hubiera sido agradable que la atmósfera del lugar cambiara de forma negativa si acaso el eslavo llegaba a aparecerse de súbito por ahí.


    ─… Bueno, entonces… ¿se les ofrecía algo, Finrando? ─Estonia le hizo la pregunta en cuanto se enderezaron de nuevo, dedicándole a Suecia una sutil reverencia ya que el alto rubio parecía más interesado en limpiar sus gafas para criticar la decoración del lugar con marcado estilo soviético.


    ─ Verás, Suu – san y yo venimos a invitarlos, a ti, a Ritoania y a los demás, a que se unan a nosotros junto con Ta – san y nuestros compañeros del Consejo Nórdico y así nos organicemos en un coro navideño para participar en el festival escolar; ¿qué te parece, acaso no es una buena idea? ─le explicó su menudo amigo sin ocultar su entusiasmo.


    ─… Suena bien pero… no sé, voy a consultarlo con Ritoania y Pōrando para ver si no hay problema… ─respondió su interlocutor un tanto dubitativo, pero más que nada porque lo que le preocupaba era que alguien más fuera de ellos se enterara y les echara a perder la fiesta. Afortunadamente sus súplicas internas fueron escuchadas pues en ese instante se asomaron por ahí los antes mencionados.


    ─ ¿Escuché bien, qué nos invitan a participar en un coro navideño? ─Polonia entró saltando alegremente como toda buena colegiala que se respete (a pesar de ser chico… ☺) olvidándose momentáneamente de su acompañante, mirando al finés con interés y pasando por alto la presencia del sueco.


    ─ Hola, Pōrando… sí, a Ta – san le pareció fabuloso organizar un coro para el festival ─respondió Finlandia sin borrar la sonrisa complaciente.


    ─ ¡Ay, sí, ay, sí, yo quiero cantar villancicos!... ¿Verdad qué es fantástico, Liet, verdad qué sí? ─dijo el polaco volviéndose hacia el lituano para tomarle las manos y obligarlo a girar con él a modo de ronda infantil─. ¡Voy a ponerme un lindo traje navideño para verme hermoso!


    ─… eee… claro que sí, Pōrando, seguro te verás genial… ─fue la contestación del pobre Lituania tratando de no imaginar a su amigo enfundado en un sexy vestido rojo de fiesta como si fuera una chica.


    ─ ¡Anda, Esutonia, únete a… Och, mój Boże, na Litwie, tam jest przerażający człowiek! ─Polonia se dirigió hacia el otro joven báltico para “invitarle” a bailar cuando al fin se fijó en el inexpresivo Suecia, lo que le ocasionó un sobresalto de forma tal que se abalanzó gritando de miedo a los brazos de Lituania.



    Afortunadamente el pobre lituano pudo conservar el piso después de trastabillar unos pasos atrás, enrojeciendo más intensamente de las orejas de la puritita vergüenza, ni pensar en lo que diría la damita que le gusta si lo encontrara en esa comprometedora situación. Estonia, por su parte, también puso gesto abochornado con una sonrisa boba en el rostro y Finlandia sólo abrió la boca con visible desconcierto.



    ─… eto… no era la intención de Suu – san el asustarte así, Pōrando… ─disculpándose de inmediato con una leve reverencia antes de volver la vista hacia su amigo─… ¿verdad, Suu – san? ─haciéndole la pregunta obligada de forma un tanto consternada para no quedar mal con sus invitados al coro.


    ─… ─éste no le respondió al momento ya que por una fracción de segundo miró con leve interés a la dupla formada por Polonia y Lituania, dado que el primero no se había tomado la molestia de librar a su amigo de su peso. Después dijo con su tono de voz monocorde sin mostrar nada de pena por lo sucedido─… Por supuesto que no, Fin, solamente estaba pensando en… ─más al instante prefirió darles la espalda para que nadie notara el tenue rubor que coloreó sus mejillas por fantasear en cosas subidas de tono─… debemos irnos ya, se ha hecho tarde ─puntualizó dirigiéndose con total parsimonia a la salida del aula.


    ─… ¿ah?... ─el finlandés se quedó perplejo por un momento.


    ─ No te preocupes, Finrando, creo que la invitación para el coro queda aceptada, ¿verdad que sí, Pōrando? ─le dijo el estonio dándole una palmadita amistosa en el hombro para hacerle sentir mejor, conservando la sonrisita boba en el rostro antes de dirigirse respetuosamente al polaco.


    ─ Indudablemente y positivamente la respuesta es yes… ─contestó éste de forma relax en pose de “princeso” manteniéndose en los brazos de Lituania, quien de forma caballerosa le sostuvo así sin quejarse─… o sea, evidentemente que yo voy a cantar en ese coro y luciré mi mejor traje navideño ya que el rosa pastel combina perfectamente con mis ojos ─agregó más que decidido en tanto sus pupilas verdes brillaban con aire de diversión.


    ─… eso es… un verdadero gusto… ─observó el finés sonriendo algo apenado por las extrañas maneras del polaco─. Entonces les esperamos mañana después de clases para empezar a practicar ─dedicándoles seguidamente una reverencia a modo de despedirse para después correr en un intento de alcanzar al sueco─. ¡Oye, Suu – san, espérame por favor! ─llamándole a voces.


    ─ Finrando es un chico tan lindo y dulce como un pan… ─observó el de verdes ojos bajando con agilidad de Lituania─. No deberías dejar que el temible Suu~ēden se quede con él, Esutonia ─agregó de manera casual sonriendo de forma un tanto traviesa.


    ─ ¿Qué cosas estás insinuando, Pōrando? ─replicó el estonio más rojo de la vergüenza.


    ─ Ay, sólo digo, sólo digo… no te lo tomes tan a pecho ─Polonia no pudo aguatarse y soltó una risotada burlona por la cara de su compañero─. ¡Mírate, estás más rojo que mi traje navideño rosa pastel! ─señaló divertido.


    ─ Pōrando, eso que dices no es muy gracioso… ─le dijo Lituania un tanto serio moviendo los brazos para desentumirse.


    ─ No te enfades, Liet, ya sabes que a ti te quiero con todo mi corazón que por eso deseo volver a dormir a tu lado, como en aquellos lejanos tiempos antes que fuéramos separados por las fuerzas del mal ─fue la respuesta del polaco sin pizca de vergüenza, ocasionándole al mayor báltico un arranque de rabia infantil.


    ─ ¡Pōrando, basta ya con eso! ─se quejó agudamente.



    Lo que no sabían, ni los nórdicos ni los otros, era que alguien les había escuchado discretamente desde un aula cercana.



    ─ ¿Un coro de villancicos navideños?... suena tan divertido que sin duda voy a tener que ir también ─dijo el desconocido con voz baja y emocionada.






    Nota: Ya saben, derechos de autor de Hidekaz Himaruya y socios, respetados de mí parte pues no planeo ni creo hacerme rica con sus personajes y su trama… ☺.

    No quise pasar las fechas por alto así que surgió esta idea mientras buscaba nuevos avatares navideños, encontrándome con una graciosa aunque no tan bonita imagen de los Nórdicos y los Bálticos cantando sobre su pertenencia a la región norte de Europa en un coro y… ¿adivinan quién llegó de colado? Se los dejo de tarea, nos vemos luego.


    Información adicional importante: El Consejo Nórdico lo constituyen 87 diputados de los parlamentos nacionales de estos países. Dinamarca, Noruega, Finlandia y Suecia cuentan con veinte miembros cada uno e Islandia con siete. El Consejo se estableció en 1952. Según el Acuerdo de Helsinki de 1962, existe para preservar y desarrollar la cooperación entre los estados miembros en asuntos jurídicos, culturales, sociales, financieros, de transportes y de la protección del medio ambiente. Más tarde se le agregaron asuntos de política exterior y de seguridad. Desde 1971, existe también el Consejo de Ministros Nórdicos, organización inter-gubernamental paralela al Consejo Nórdico.

    Actualmente el Consejo Nórdico ha sido opacado por la Unión Europea ya que muchas de sus funciones coinciden. Hoy en día es más que nada un organismo de fomento cultural. Además, los países bálticos, Estonia, Letonia y Lituania, han expresado su deseo de incorporarse como miembros al Consejo. Éste abrió oficinas de información en los tres países en 1991.


    P.D. No es de mi agrado el yaoi pero en este caso es inevitable dado que el autor reconoce los sentimientos amorosos de Suecia por Finlandia aunque no sean mutuos de esa forma, sólo trato de presentarlos sutilmente; y también se sabe que en el primer diseño Polonia iba a ser presentado como mujer aunque al final se decidió que fuera un chico más, pero conserva maneras y gustos de colegiala y, en apariencia, tiene sentimientos románticos hacia Lituania (y de hecho parece que le molesta mucho el que el lituano esté enamorado de una de las hermanas de Rusia), aunque eso no se ha confirmado abiertamente por el autor.
     
    Última edición: 13 Diciembre 2017
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    Hola me agrada tu fic, ojala hubiese continuacion siempre me gusto esta serie y leer fics de ellos!
    Sigue asi amigo, me agrada tu creatividad!
    Viva Hetalia Axis Power!
    Dios te guarde ;)
     
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    Consejo Nórdico navideño 2



    Previamente…

    ─ ¿Un coro de villancicos navideños?... suena tan divertido que sin duda voy a tener que ir también ─dijo el desconocido con voz baja y emocionada.



    [​IMG]



    El ensayo…


    ─ ¿Ya estamos todos listos? ─dijo el alegre Dinamarca al presentarse la tarde de ese día en el salón de música acompañado por otros dos condiscípulos, llamando la atención de los que ahí ya se encontraban.



    Polonia, Lituania y Estonia mantenían una alegre conversación con Finlandia… bueno, de hecho el polaco le estaba presumiendo al finlandés una abrigadora capita con gorrito hechos especialmente para la época navideña (en su color favorito, rosa pastel… ☺), en una especie de pasarela de modas, mientras Suecia les vigilaba discretamente haciéndose el desentendido acomodado en una banca cercana. Por su parte Letonia permanecía arrinconado entre Noruega e Islandia sintiéndose algo abrumado por el aplastante silencio de sus compañeros.



    ─ Hola, Ta – san, ya te esperábamos ─le saludó Finlandia soltando un suspiro bajo de alivio porque eso significaba que al fin podrían comenzar a ensayar.


    ─ Sí que te tardaste, Anko… ─le recriminó por su parte Noruega aunque sin mudar su usual gesto apático ni elevar el volumen de su voz, soltando un leve bostezo de aburrimiento.


    ─ Lo siento, lo siento, es que nuestro buen amigo Ōsutoria aquí presente nos apoyará con la musicalización mientras la bella Hangarī – san va a ayudarnos a vocalizar ─mencionó el danés un tanto apenado presentando a los que habían llegado con él.


    ─ Hola, chicos, que alegría saludarles ─Hungría les saludó jovialmente con un movimiento de la mano y una sonrisa en el rostro.


    ─ Así que de verdad espero se preparen a conciencia… ─fue el “cumplido” del austriaco por su parte dándose sus aires de importancia para después dirigirse al piano, comenzando a desentumir los dedos como una forma de afinar el instrumento.


    ─ Muchas gracias por su apoyo, Hangarī, Ōsutoria ─el finlandés se tomó la cortesía de agradecerles en representación de todos puesto que no parecía que alguien más fuera a hacerlo.


    ─ No hay ningún problema, es todo un gusto para nosotros ayudarles ya que también queremos participar en el festival ─la muchacha agradeció el gesto de igual manera a nombre de su parco compañero.


    ─ Esperen, esperen, esperen… ─Polonia puso gesto de gravedad encarándose a Dinamarca con las manos apoyadas en la cintura a manera de jarra, o sea en pose de chica fresa─… antes de empezar a cantar debemos darle un nombre de lo más elegantioso a nuestro coro… digo, ¿no? ─señaló con agudeza.


    ─… Aahh… ─el danés parpadeó algo absorto y confundido ya que no se le había ocurrido algo semejante. Además, la manera de vestir del polaco le pareció tan peculiar… demasiado rosa para su gusto.


    ─… eto… Pōrando, por favor no sigas… ─le dijo Lituania un tanto suplicante.


    ─ Eso suena tan lindo… ─opinó la húngara dándole la razón al de verdes ojos (al fin que ella sí es una chica… ☺). Prontamente se volvió a Austria con una sonrisa más grande─. ¿Usted cómo la ve, Ōsutoria – san? ─haciéndole la pregunta con voz dulce y amable.


    ─… ─el aludido levantó la vista del piano y le respondió con algo de irritación después de darle una fugaz mirada al polaco, y no porque estuviera enojado con ella─… vamos, Hangarī, ni siquiera han ensayado y ya hasta quieren un nombre como si fueran a grabar un disco… ─le explicó con circunspección.


    ─ Oh, Ōsutoria – san, como siempre usted tiene razón, así que permítame disculparme… ─admitió ella sin mostrarse enfadada dedicándole una leve reverencia.



    Obviamente que eso no le hizo mucha gracia al polaco, quien nuevamente le insistió al danés mirándolo fijamente mientras se aproximaba un poco a él.



    ─ Es en serio, Denmāku, ¿a ti no te parece necesario el que este coro tenga un nombre fabulosísimo para presentarnos en el festival? ─puntualizó remarcando sus palabras.


    ─… Bueno… la verdad es que… ─dijo el aludido sonriendo tontamente con bochorno, pues a pesar de su baja estatura y modales algo infantiles Polonia podía ser muy impertinente cuando se lo proponía. Rápidamente se volvió a sus compañeros nórdicos más cercanos buscando apoyo─… Nor, Ais… ¿tiene alguna idea para eso? ─les preguntó con algo de apuración.


    ─… Realmente creo que el nombre podemos dejarlo para después, Pōrando … ─el noruego fue el primero en responder en un susurro acercándose a ellos, haciendo a un lado al polaco con leve suavidad para alejarlo del danés─… lo importante es ensayar como dice Ōsutoria ─añadió con seriedad.


    ─… eso es cierto, así podrás pensar en el nombre adecuado con más calma… ─el islandés apoyó a su hermano sin moverse de su lugar y “Mr. Puffin” movió la cabecita de forma afirmativa soltando un silbidito bajo.


    ─ Noruu~ē y Aisurando dicen la verdad, Pōrando ─intervino Lituania después de suspirar aliviado por lo bajo, acercándose también a su amigo para palmearle un hombro a modo de confortarlo─. Si tú quieres más tarde podemos hacer una lista de nombres para ver cuál es de tu agrado.


    ─… mmm… ─el polaco tenía gesto enfurruñado y le lanzó a su amigo una mirada de reproche por no apoyarle, con lo que le hizo dar un paso atrás algo asustado. Sin embargo recompuso la expresión por una más normal─. OK., entonces así lo haremos… pero me van a dejar escoger el nombre, ¿sí? ─añadió al siguiente segundo volviendo a mirar a Dinamarca, dedicándole una caída de pestañas al más puro estilo de una señorita coqueta.


    ─… claro, claro, vamos a considerarlo entre todos… ─afirmó el danés más animado pasando por alto el gesto.



    Austria puso los ojos momentáneamente en blanco imaginando el tipo de denominación que le pondría el polaco al coro, Hungría soltó una risita discreta, Estonia y Letonia tenían gesto abochornado con una gota anime en la frente, Finlandia también sonrió aliviado y Suecia se mantuvo imperturbable en su propio mundo.



    Después de unos minutos Hungría les entregó unas partituras para comenzar a ensayar, haciéndoles unas cuantas indicaciones.



    ─ Primero necesitamos definir su tipo de voz, su cuerda vocal, y para ello practicaremos la vocalización ─les dijo con total amabilidad y su linda sonrisa─; así nos ordenaremos según la tesitura y los compases de la melodía que Ōsutoria – san va a tocar para que el coro pueda oírse armonioso antes del festival.



    Ellos la escuchaban atentamente hasta que Polonia le interrumpió con una pregunta revisando las hojas:



    ─… o sea, ¿qué es eso de tesitura?... y no es porque yo sea ignorante, para nada… lo que pasa es que quiero saber lo que no sé… ─se explicó en tono agudo de hombre sensato.



    El austriaco observó al polaco como si tuviera ganas de apretarle el cuello ante tamaña desvergüenza, los Bálticos enrojecieron apenados y los Nórdicos le miraron con confusión.



    ─ No hay problema, Pōrando, la tesitura hace referencia a la zona de la extensión de sonidos de frecuencia determinada que es capaz de emitir una voz humana o un instrumento musical; y se suele indicar señalando el intervalo de notas comprendido entre la nota más baja y la más alta que un determinado instrumento o voz es capaz de emitir… en el caso de los hombres pueden ser tenor, barítono, bajo y contratenor… ─le explicó la húngara sin borrar la sonrisa cordial.


    ─… Aahh… creo que entiendo… ─respondió el muchacho con los verdes ojos abiertos como platos ya que en realidad no había comprendido la gran cosa.



    Y Hungría prefirió pasar por alto su confusión dando por terminada la lección introductoria al tomar un lugar entre ellos.



    ─ Bien, Ōsutoria – san, podemos comenzar cuando guste ─le dijo atentamente.


    ─ Menos mal… ─refunfuñó éste antes de volver la vista al piano para empezar a tocar los primeros movimientos de una sencilla tonada.


    ─… un momentito… o sea, tengo una cosa más qué preguntar… ─volvió a interrumpir Polonia ocasionando que Austria tecleara un acorde espeluznante.


    ─… ¿Y ahora qué? ─le preguntó con enfado expulsando humo por las orejas.


    ─… eto… es qué no entiendo lo que dice esta letra… ¿en qué idioma está?... ─externó el polaco algo apenado, aunque hacía un esfuerzo por aguantarse la risa ante el comiquísimo gesto de fastidio de su interlocutor.


    ─… es ist nicht möglich… ─el pobre austriaco se dio un suave golpe en la frente ante la falta de cultura de su condiscípulo en tanto se lamentaba en voz muy baja.


    ─… ah, Pōrando, ¿en serio no conoces la letra?... ─le preguntó Lituania todo avergonzado tocándole por un hombro.


    ─… claro que conozco la letra, Liet, o sea… es sólo que no la comprendo… ─respondió el polaco muy quitado de la pena.


    ─… oye, Pōrando, ¿por qué no mejor cantamos primero y ya después averiguas de que se trata?... ─Finlandia habló a nombre de sus compañeros nórdicos con una sonrisa tonta en la cara y una gota anime en la sien. Dado que sí eso seguía así seguramente Austria se iría de ahí sin haberles enseñado nada.


    ─ Lo cual me parece muy sensato… ─inesperadamente Hungría se apareció detrás del polaco luciendo una sonrisa amenazadora en tanto un aura maligna la rodeaba, consiguiendo que todos, los Nórdicos (por difícil de creer eso incluye a Suecia y Noruega) y los Bálticos, dieran unos pasos atrás para alejarse de ella… más valía no hacerla enojar demasiado o podrían lamentarlo─. ¿Alguien tiene otra pregunta? ─dijo a continuación sin dejar de sonar amable… peligrosamente amable.


    ─ No, para nada… ─respondieron ellos al unísono manteniendo la distancia.


    ─ Qué bueno… ─comentó la muchacha y, recuperando el halo angelical, se volvió una vez más al austriaco para hablarle con dulzura─. Ahora sí estamos listos, Ōsutoria – san.


    ─… Eso espero… ─dijo éste recomponiéndose también, dándose sus aires una vez más al estirar los brazos para empezar a tocar.



    Así dieron comienzo con las clases de vocalización y los jóvenes intentaron seguirle el tono a la melodiosa voz de Hungría cantando:



    ─… ♪Adeste fideles laeti triumphantes. Venite, venite in Bethlehem. Natum videte, Regem angelorum. Venite adoremus, venite adoremus, Venite adoremus Dominum♪… ─soltando varios “gallos” por demás espantosos y ganándose con ello muchas llamadas de atención del estricto Austria porque, cuando se trata de armonía y ritmo, no hay nadie como él.



    Mientras tanto, en otro lugar del Instituto…



    ─… ♪Heute war ich auch wieder großartig! Ich bin der Beste!... Ich bin das Preußen!♪… ─el mayor Prusia tarareaba con despreocupación su propia canción (compuesta por él para él), escuchándola por los audífonos de su aparato celular. Iba tan distraído en su mundo que terminó dándose de bruces con alguien al doblar por un pasillo─… Oye, tú, no te me pongas enf… ─y ya iba a reclamarle cuando, al mirarle mejor, pudo reconocerlo─… ¡Jah!, ¿acaso no tienes algo mejor que hacer qué estar ahí parado como idiota? ─le preguntó con burlona irritación en tanto lanzaba un escupitajo al suelo, pues era uno de los sujetos que peor le caía en el Instituto.


    ─ Hola, hola, Puroisen, pensé que estarías ensayando en el coro con Ōsutoria y los demás… ─fue la respuesta del aludido con una sonrisa grande e inocente en el rostro sin mostrarse enfadado.


    ─ ¡Para nada!, yo no tengo porque estar con ese… ─dijo el prusiano dándose sus aires hasta que recapacitó en algo─… oye, un momento, ¿me estás diciendo que el señorito petulante está organizando un coro navideño para el festival y no me invitó a mí, el fabuloso yo? ─le cuestionó dudoso observándole con desconfianza.


    ─ Me enteré que Denmāku y los Nórdicos tuvieron la idea de crear un coro y le solicitaron su ayuda a Ōsutoria para practicar… ─dijo el otro por respuesta sin mudar el gesto alegre y despreocupado.


    ─… ¿y tú cómo sabes eso, eh? ─Prusia siguió su indagatoria mirándole con mayor recelo.


    ─ También tengo mis métodos, no lo olvides… ─admitió su interlocutor dándose de igual manera su importancia. Enseguida volvió a preguntarle con ese gesto cándido e infantil que suele caracterizarle la mayor parte del tiempo─… Entonces, ¿no vas a ir al ensayo?... yo voy a llegar un poco tarde porque aún tengo unas cosas que arreglar para el festival con Amerika e Igirisu… ─se disculpó a continuación con las mejillas levemente rojas de la pena.


    ─… Pues… no creo poder… la verdad es que… ─respondió el prusiano con aire dubitativo, más añadió a continuación─… ¡Pero claro que voy a estar presente pues ese aristócrata amargado no se va a divertir sin mí, no señor! ¡Cómo que me llamo Puroisen, el fabuloso yo! ─y prontamente dirigió sus pasos hacia el aula de música.


    ─ Sólo procura que Hangarī no vaya a noquearte ─le dijo su condiscípulo en voz muy baja a manera de despedida sin borrar la sonrisa burlona.



    Así que, en menos de diez minutos, Prusia se presentó en el aula de música llevando su guitarra eléctrica al hombro.



    ─… ♪Stille Nacht! Heilige Nacht! Alles schläft; einsam wacht… Nur das traute heilige Paar, Holder Knab im lockigten Haar♪… ─y entró cantando estridentemente de la manera en que sólo él suele hacerlo, consiguiendo su objetivo de escandalizar a Austria al hacerle desafinar el siguiente sonido de la composición que estaba interpretando en el piano.



    El coro se silenció de inmediato al verle llegar así y sólo Polonia terminó “de regarla” emitiendo una chillante nota discordante, ganándose una última mirada asesina del austriaco antes de que éste volviera su atención al recién llegado.



    ─ ¡Puroisen!, ¿cómo te atreves…? ─explotó a continuación con irritada voz, lanzándole al prusiano una mirada de odio sin poder agregar nada más de lo enojado que estaba.


    ─ No grites así que te ves muy mal… ─le regañó el aludido más que burlón regodeándose de su actuar, para inmediatamente ignorarle volviendo la vista a los demás saludándoles de forma marcial─. ¡Qué hay, pusilánimes camaradas que intentan cantar en un coro sin mí! ─empleando un tono de voz levemente altanero.


    ─… Pedazo de animal… ¿se puede saber qué haces aquí? ─le espetó Hungría después de auxiliar rápidamente a Austria, quien sollozaba de rabia sobre el piano… encima de tener que soportar un coro mal entonado ahora tendría que lidiar con Prusia, lo que le ocasionaba un intenso dolor de cabeza.


    ─ Tranquila, Hangarī, en cuanto pasen las fiestas organizaremos una nueva batalla por aquellas lejanas tierras, así que guarda tus energías para ese entonces porque no voy a ser considerado aunque seas una chica ─fue la respuesta del teutón sin mudar el gesto desfachatado, aunque se vio un tanto a la defensiva esperando que ella no sacara el amenazador y peligroso sartén rompe – cráneos con el que usualmente le atacaba. Prontamente se dirigió a Dinamarca acercándose a él─. Oye, tú, Denmāku, quiero formar parte de este coro de villancicos, así sonará más genial con mi preciosa voz porque yo soy el fabuloso yo ─externó con su habitual petulancia.


    ─… Eehh… que te digo, Puroisen… ─murmuró el danés con aturdimiento puesto que no estaba en los planes que el coro se abriera a más personas.


    ─ Tú sólo tienes que decir que sí y no hay problema, es así de fácil… ─opinó el prusiano con simpleza y presunción minimizando el hecho.


    ─ Pues yo no estoy de acuerdo… ─le interrumpió Polonia mirándole con leve desagrado, cruzándose de brazos con aire ofendido─… o sea, ¿en base a qué dices que tú eres un mejor cantante que yo? ─agregó agudamente poniendo un cómico gesto de diva.


    ─… ¿Aahh?... ─por ello Prusia le quedó mirando con total extrañeza parpadeando con confusión, ya que el polaco todavía lucía su capita rosa con esponjosas borlas en las orillas─… ¿Qué eso que traes puesto, tú, Pōrando? ─le cuestionó levemente confundido pues recordaba que se trataba de un chico, no una chica.


    ─ Este es nuestro uniforme del coro, ¿a qué es lindo, no?... ─respondió el mencionado muy quitado de la pena dándose sus aires─… O sea, nos vamos a vestir divinamente para el festival, ¿te enteras?… ─añadió mientras daba un pequeño giro sobre sí mismo para presumir el complemento de su vestuario.


    ─… eee… ─Dinamarca pensaba contradecir ese argumento más Noruega le detuvo a tiempo tomándole por el hombro.


    ─… es mejor que lo dejes así por ahora, Anko, ya que puede ser muy conveniente… ─le dijo en un susurro muy cerca del oído en tanto Islandia daba su aprobación con un imperceptible movimiento de cabeza.


    ─… ¿Tú crees eso, Nor?... ─preguntó el danés en el mismo tono bajo.


    ─… Suve también está de acuerdo conmigo… ─dijo el noruego para convencerlo.



    Por su parte el prusiano dio unos pasos atrás mostrándose horrorizado por la situación.



    ─… ¿¡Jah!?, ¿en serio van a usar esa cosa? ─exclamó espantado volviendo la vista a Hungría y Austria.


    ─ ¿Y por qué no lo haríamos? ¿Acaso no te parece muy original? ─le respondió la húngara mostrando una sonrisita burlona de satisfacción en tanto el austriaco prefirió guardar silencio teniendo el gesto un tanto contrito.


    ─… Ya… están de broma, ¿cierto? ─Prusia no se mostró muy convencido así que se dirigió a los Nórdicos, unos tipos bien machos en su opinión que seguramente no usarían el rosa pastel… ni pensarlo.


    ─… Fin se verá adorable con ese traje… ─milagrosamente Suecia se atrevió a decir sus pensamientos en alto observando un momento con intensidad al condiscípulo por el que siente un profundo aprecio, recobrando en un milisegundo el gesto de total desinterés que suele caracterizarlo la mayor parte del tiempo antes de mirar al prusiano como si no hubiera dicho nada extraño.


    ─… aaa… ─balbuceó el nombrado algo confundido en tanto enrojecía de las orejas avergonzado… ojalá el sueco no lo quisiera tanto de esa forma─… claro que sí, Suu – san, nada más genial que eso… ─admitió al momento sonriendo tontamente.



    Dinamarca, Noruega e Islandia confirmaron el dicho de sus compañeros afirmando con la cabeza, y los Bálticos agregaron a continuación:



    ─ ¡El rosa pastel es la moda de hoy! ─recibiendo de Polonia una sonrisa de agradecimiento.


    ─… ─Prusia dio varios pasos más atrás contemplándoles con total incredulidad



    Y se puso a meditar en lo grotesco que sería ese coro con todos vestidos de rosa pastel, especialmente Austria y unos guantes de lana blanca para cubrir sus delicadas manos de “princeso”, lo que le provocó un ataque de risa que tuvo que disimular tapándose la boca con las manos… definitivamente sería mejor verlos de lejos para poder burlarse abiertamente de él.



    ─… Alles klar!... ¡pero que conste que ustedes me pierden a mí, el fabuloso yo! ─masculló dándose un momento para sobarse el estómago y después salir del aula sin cerrar la puerta.



    Al cabo de medio minuto Austria soltó un elegante improperio exhalando humo por las orejas:



    ─ Ich werde nicht der Spott von jedem sein, der Rosa trägt, also denke nicht einmal daran! ─dijo rabioso.


    ─ Cálmate, amigo Ōsutoria, que nadie va a vestirse de rosa… ─le dijo Dinamarca con una sonrisa boba pidiéndole paz con las manos.


    ─ ¿Ah, no? ─inquirió Polonia con aguda voz─… O sea, yo pensé que estábamos todos de acuerdo ─externó ofendido.


    ─ En serio, Pōrando, el color usual de la Navidad es el rojo, no el rosa pastel… ─comentó Lituania mirando al polaco entre apenado e irritado sonriéndole tontamente.


    ─ Anda, Liet, el rosa sólo es un tono más claro de rojo… o sea, la combinación perfecta de los colores de mi linda bandera ─se explicó éste dándose sus aires de importancia.



    En ese momento llegó a sus oídos una conocida y cálida voz que los saludó de esta manera:



    ─ Yo siempre he dicho que Pōrando tiene muy buen gusto, por algo me cae bien… ─dijo alegremente con una sonrisita de suficiencia en el rostro.







    Nota: ¡Creo que esto bien podría llamarse el show de Polonia y Prusia!... espero se hayan divertido y esperen por lo demás para resolver el suspenso de quién es el fisgón, así podamos disfrutar de nuestro coro navideño.


    P.D. Cuando me llega la imaginación no puedo escribir cortos breves de menos de cinco mil palabras… ustedes entienden… ☺.
     
    Última edición: 17 Diciembre 2017
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    Hadassah

    Hadassah Iniciado

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    Wow!
    Sin palabras me has dejado :o
    Me agrado la continuación chico ojala tenga continuación, sobre todo el personaje de Polonia el cual es mi favorito <3
     
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    Fushimi Natsu

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    Ay, Dios, ¡me encantó este capítulo! Me he reído como no te lo imaginas, ¡de veras! C': Y es que cuando se reúnen tantos países en una misma habitación y con una tarea por hacer, ya sabes que lo único que obtendrás será pura diversión :XD::XD:

    Me han fascinado todas las participaciones, pero en especial las de Polonia y Prusia. Ese momento en que todos le siguen la corriente al rubio para quitarse de encima al prusiano fue mi favorito. Apenas podía imaginarme la escena sin delirar :XD:

    Me gustó también el gesto de Hungría y Austria de ayudar con el coro, más aún cuando comienzan a perder la paciencia. Lástima que la sartén de la castaña no hizo su aparación, pero supongo que en el próximo estará. Es decir, estoy convencida de que el recién llegado es Rusia y nadie de allí lo tiene en alta estima. Encima que Prusia ya hizo lo suyo por caldear el ambiente jajajaja.

    No te preocupes por lo extenso de los capítulos que ha sido fácil leerlo. ¡Es más! Esta vez he sentido que te has quedado un poco corta, pero también lo has dejado en un momento genial. Estoy súper impaciente por la continuación. Bye~ n3n
     
    Última edición: 21 Diciembre 2017
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    InunoTaisho

    InunoTaisho Orientador del Mes Orientador

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    Fushimi Natsu , no creo que Rusia le huya al sartén de Hungría ya que hay cosas peores y más terroríficas que le espantan... XD. Yo también deliré un momento con Prusia y de tanto reírme ya no podía escribir (y eso que yo lo estoy escribiendo... :D).

    Bueno, haz dado en el clavo, ya sólo tengo que terminar los detalles para disfrutar del recital musical, que ciertamente no será con un uniforme rosa pastel... XD
     
    Última edición: 21 Diciembre 2017
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    Ey, un relato sobrio y ameno, muy a tu estilo. Que además destaca por su fidelidad a las personalidades de los personajes que sueles utilizar en tus escritos.
    Sobre la historia en sí, me gustó la propuesta general del coro.
    Al llegar a esta parte: "Polonia entró saltando alegremente como toda buena colegiala que se respete..."
    Debo decir que me entusiasmé (son muy pocas las mujeres en Hetalia)
    Pero luego, alcancé esta acotación: "(a pesar de ser chico… ☺)"
    Y todo se me vino abajo, jajajaja.
    Ah, y por cierto, ¡yo te vi coquetear con el shonen-ai! De ahora en más te molestaré con esto (?)
     
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  8.  
    InunoTaisho

    InunoTaisho Orientador del Mes Orientador

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    Escritora
    Título:
    Consejo Nórdico navideño (finalizado)
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    2421
    Consejo Nórdico navideño 3



    Previamente…

    ─ Yo siempre he dicho que Pōrando tiene muy buen gusto, por algo me cae bien… ─dijo el recién llegado alegremente con una sonrisita de suficiencia en el rostro.



    [​IMG]



    Conclusión​



    ─ ¡Es… es Roshia – san!... ─exclamaron todos los Bálticos asustados e intentaron ocultarse detrás de Polonia temblando de miedo.


    ─… o sea… ¿y a ti quién te invitó a venir, eh? ─fue el retador cuestionamiento del muy valiente rubio sin mostrarse acobardado por el hecho de que el alto ruso se acercara a él con total confianza─… Espero no se te haya olvidado que, el día que yo quiera, puedo hacer de Varsovia tu capital… ¿te enteras? ─agregó belicosamente.


    ─ Y yo espero que tú recuerdes lo divertido que fue vivir dividido entre Purosien y yo, y todos esos buenos momentos que pasamos juntos jugando en mi casa mientras destruíamos la tuya, ¿ajá?… ─masculló éste bastante jovial logrando que el polaco se enfurruñara más quedándose sin argumentos─. Me sentí muy triste cuando mi nee – chan me dijo que tú y los muchachos no bailarían el recital de “El cascanueces” con nosotros, Ritoania, así que por eso vine a verles ─se explicó a continuación en cuanto tuvo a su alcance la cabeza de Letonia para darle unas “cariñosas” y fuertes palmadas en lo alto como un gesto de ternura, mientras los otros dos se hicieron algunos pasos más atrás con la finalidad de salvaguardar su físico.


    ─… Lo… lo sentimos, Roshia – san… pero es que… ─fue el tartamudeo del lituano tragando un poco de fluido bucal después de que ambos, él y el estonio, le dedicaran una leve reverencia.


    ─ Discúlpeme, Roshia – san, ya no lo vuelvo a hacer… ─dijo por su parte el pobre letón con voz baja y llorosa soportando el maltrato.


    ─ ¡Ah, Finrando también está aquí, ahora si podemos estar todos unidos! ─pero Rusia se hizo el desentendido al concentrar su atención en el grupo de los Nórdicos como si apenas hubiera notado su presencia, y su rostro brilló de la felicidad.



    A todo esto Suecia ya había tomado sus precauciones rodeando al finlandés por los hombros en un abrazo cálido y protector acercándolo peligrosamente a él, ocasionándole este último un enrojecimiento más pronunciado de las mejillas; sin embargo consideró adecuado no quejarse pues, sí le dieran a escoger, prefería mil veces vivir con el sueco que con el ruso por más que su compañero cercano lo abrumara de amor. E incluso Austria y Hungría decidieron guardar silencio para no tener que cruzar palabra con el eslavo.



    ─… Eee… qué hay, Roshia… esto es una verdadera sorpresa… ─Dinamarca le saludó intentando disimular su malestar para poder pasar el bochornoso momento, ya que sería más difícil librarse del ruso dado que también era un tipo de gustos insólitos en muchos aspectos─… ¿cómo es qué te enteraste que Ritoania y los demás estaban con nosotros? ─le preguntó a continuación con suficiente amabilidad para poder aclarar el suceso.


    ─… ¿Eso?... fue muy fácil, Denmāku… ¿acaso no sabes que hay pajaritos chismosos en los alambres? ─dijo Rusia con una sonrisita de suficiencia sin mostrarse nada molesto─. Uno de ellos me contó y por eso quise venir a ver si era cierto ─puntualizó con aires de suficiencia.



    Para todos en el instituto era un secreto a voces que Rusia contaba con un sistema de espionaje repartido por varias áreas, sin embargo nunca habían podido probar que fuera verdad aunque Estados Unidos había tratado de contrarrestarlo.



    ─… muy bien, Roshia, ahora que viste a Ritoania, a Esutonia y a Ratobia y comprobaste que están bien sin ti me parece que ya puedes irte… ─Noruega es, de igual manera, uno de esos sujetos que no se amedrenta muy fácilmente, así que no dudó en decirle al ruso con su suave voz que no era bienvenido al grupo.


    ─… Tú también eres muy simpático, Noruu~ē, así que me gustaría que fuéramos amigos más cercanos… ¿qué opinas?… ─respondió el alto eslavo conservando la sonrisa alegre y el gesto despreocupado, sin dar señales de enfado por el comentario ni con intenciones de retirarse del salón.


    ─… yo paso… ─respondió el noruego sin cambiar el gesto indiferente soltando un bostezo de aburrimiento.


    ─ Bueno, Roshia, de verdad, ¿qué es lo que quieres aquí? ─a todo esto Austria empezó a arrojar humo por las orejas en señal de que estaba perdiendo la paciencia… ante todo el tiempo es oro y el coro tenía que estar listo para antes de navidad, y con tantas interrupciones no podían avanzar a un buen ritmo.


    ─ Vamos, vamos, Ōsutoria, como ya casi es navidad me dije a mí mismo: “Es necesario hacer otra cosa para la fiesta”; y por eso estoy aquí, porque quiero cantar en el coro ya que sin Ritoania y los muchachos no podremos bailar “El cascanueces” ─se explicó éste con su mejor gesto de niño bueno y voz dulce en tono angelical─. Pero no se preocupen, pueden empezar donde se quedaron que yo les seguiré la tonada─ agregó a continuación con total confianza.



    Los demás se miraron discretamente unos a otros sin saber que hacer a continuación (con los Bálticos temblando de miedo ya que Letonia seguía siendo “torturado”); tal vez tendrían que tomar medidas drásticas, aunque no sabían cuáles podrían ser efectivas.



    ─… eto… Roshia… la verdad es que… ─tartamudeó Dinamarca un poco indeciso intentando encontrar las mejores palabras para darle la negativa.


    ─… ya no tenemos lugar en el coro para nadie más… ─intervino Islandia con su voz susurrante mientras “Mr. Puffin” soltó un silbido bajo y chirriante como un insulto mal disimulado. Por ello todos voltearon a verle mirándole con agradecimiento (al ave, no se confundan).


    ─… ─a lo que Rusia pareció levemente sorprendido por la inesperada respuesta de su parte (del islandés, tampoco se confundan). Pero prontamente recuperó la sonrisa despreocupada para agregar─. Bueno, siendo así creo que me quedaré a ver… así que pueden seguir practicando como si yo no estuviera aquí ─puntualizó y sin más fue a tomar un lugar en el fondo del aula liberando, al fin, al desafortunado letón de su martirio.


    ─… aaa… ─el danés parpadeó confundido puesto que eso no era lo que esperaban conseguir.


    ─… es mejor hacerle caso por ahora, Denmāku, ya después arreglaremos cuentas con el muy bastardo… ─Suecia se dirigió inesperadamente al él con algo de respeto conservando el gesto impasible sin haber soltado a Finlandia de su agarre, aunque se percibía un leve halo de enfado emanando de su ser ya que, obviamente, sentía mayor aversión por el ruso que por su compañero nórdico.


    ─… está bien, Suu, si tú lo crees así… ─respondió Dinamarca un tanto dubitativo.


    ─… yo también estoy de acuerdo pues no tenemos por qué guardar silencio sólo porque él esté aquí de metiche… ─masculló Hungría con leve desagrado lanzándole al eslavo una miradita de molestia. Inmediatamente se dirigió a Austria hablándole con amabilidad─. Podemos continuar cuando guste, Ōsutoria – san.


    ─… Bien… ─dijo éste soltando un ruidoso suspiro para recobrar la calma, reiniciando la melodía donde se habían quedado tras la interrupción de Prusia.



    Pero, como fácilmente nos daríamos cuenta, el hecho de que Rusia estuviera ahí mirándoles les ocasionaba a los Bálticos una especie de crisis nerviosa que no podían cantar mejor que al principio, lo que le provocó al austriaco un dolor de cabeza más punzante.



    ─… alles ist nutzlos… ─murmuró alicaído dejándose caer sobre el piano al tiempo que sobaba sus sienes.


    ─… Ōsutoria – san… por favor resista un poco más… ─le dijo Hungría con preocupación acercándose a él, prodigándole unas palmadas cariñosas en la espalda para confortarle.


    ─… creo que el coro no va bien, ¿verdad? ─preguntó cínicamente Rusia sin moverse de su lugar, con una sonrisa de oreja a oreja disfrutando la desgracia ajena.


    ─ ¿Y tú por qué crees que es así, eh? ─le respondió Polonia agresivamente después de darle un abrazo disimulado a Lituania para hacerle sentir su apoyo─. O sea, ¿sabes que eres lo peor de lo peor y qué nadie te quiere? ─agregó ácidamente intentando verse intimidante y malo.


    ─… ─el ruso le miró con interés y aparente incomprensión sin borrar la risita burlona─… ¿en serio, Pōrando, tú tampoco me quieres? Pero si todo el tiempo que viviste conmigo la pasamos bien, incluso me dijiste que Ritoania era como tu sirviente personal porque siempre hacía la limpieza en tu casa; y en eso tienes razón ya que trabaja muy bien ─cuestionó haciéndose el desentendido de la acusación, ocasionándole a los dos señalados una mueca entre la desesperación y la incredulidad.



    Afortunadamente alguien más se presentó en el aula de música para evitar una prolongada discusión…



    ─ ¡Oh, Roshia – chan!... qué bueno que te encontré ─era una joven de cabello corto y pronunciados bustos que entró dando saltos rítmicos, con los que hacía sonar sus encantos de forma más que notoria.


    ─ ¡Nee – chan! ─el aludido la saludó jovialmente sin dejar de sonreír abiertamente.


    ─ Hola a todos, es un gusto ver que el coro navideño va muy bien ─la joven se volvió a los demás y les dedicó una reverencia amigable y una sonrisa encantadora.


    ─ Hola, Ukuraina… ─todos correspondieron de forma lo más educada posible pues la ucraniana no tiene la culpa de ser la hermana mayor de un tipo como Rusia.


    ─ Roshia – chan, ya todo está listo para el ensayo del ballet, así que puedes dejar que Ritoania y los demás participen en el coro ─inmediatamente ella se volvió a su hermano menor explicándole la situación de su participación en el festival, ignorando a sus acompañantes como si estuvieran solos. Sin embargo éstos se mostraron algo interesados pues eso significaba que el ruso tendría que irse, lo cual sería un verdadero alivio.


    ─ ¿Entonces el Ballet imperial sí va a venir? ─preguntó el joven sin mostrarse asombrado de verdad.


    ─ Y ya tenemos tu traje listo… ─agregó la doncella muy sonriente─… de hecho Berarūshi –chan va a traerlo para que te lo midas ─puntualizó feliz.


    ─ ¿Berarūshi? ─ante la mención de su hermana menor el gesto del ruso cambió drásticamente por uno de absoluta preocupación, y volvió la vista hacia la entrada del salón para poder escapar a la menor oportunidad. No tuvo que esperar mucho ya que al siguiente segundo…


    ─ ¡Roshia nii – san, ven aquí inmediatamente para que podamos casarnos en el show luciendo tu hermoso traje de novio! ─le reclamó la mencionada muchacha de larga cabellera rubia platinada, ataviada con un vaporoso tutú de ballet, haciendo una entrada al mejor estilo de películas de guerra al abalanzarse sobre él.


    ─… Berarūshi –chan es tan linda… ─dijo Lituania en un suspiro bajo e ilusionado al verla entrar así, más fue pellizcado por Polonia haciéndole volver a la realidad al mirarlo con leve enfado.


    ─ Pervyye mertvyye, chtoby sdelat' eto! ─para fortuna del ruso es bastante ágil a pesar de su pesada apariencia, así que pudo esquivar el ataque de su hermanita por muy poco para salir huyendo del aula como alma que lleva el diablo.


    ─ Toje, što my možam heta vypravić, darahi brat! ─puntualizó ella sin amedrentarse y prontamente le siguió los pasos sin saludar ni despedirse de nadie.



    Ucrania sólo se limitó a sonreír divertida con gesto de ternura en tanto los demás presentes pusieron un cómico rictus de aturdimiento ante lo sucedido (sin contar a Suecia, Noruega e Islandia, los cuales permanecieron con el mismo semblante de indiferencia).



    ─… Esos traviesos… ─mencionó tras medio minuto de silencio luego que los gritos de Rusia se perdieran en la lejanía. Después se volvió a los demás para despedirse─. Disculpen a mis hermanitos, son tan bulliciosos cuando juegan juntos… espero escuchar un lindo coro en el festival ─añadió dedicándoles una reverencia educada para inmediatamente salir del aula dando saltitos, haciendo sonar sus pechos al compás.


    ─… hasta luego, Ukuraina… ─le dijeron en voz baja correspondiendo a la despedida.



    Epílogo.​



    ─ Nuestro nombre es bastante genial… ─dijo Dinamarca alegremente al admirar el orden del programa con el que se presentarían al festival.


    ─… Lo bueno es que Fin pudo convencer a Pōrando para no usar un nombre ridículo… ─comentó Noruega con gesto impasible y voz de aburrido mirando el programa por encima del hombro de su colega danés.


    ─… Y que tampoco vamos a vestirnos con ese traje de color nada armonioso… ─añadió Islandia con la misma voz susurrante al tiempo que “Mr. Puffin” soltaba un silbidito de conformidad.


    ─ Eso fue gracias a que Esutonia me apoyó para que Ritoania hablara con él… ─mencionó el sonriente finlandés con algo de pena, ruborizándose un poco de las mejillas.


    ─… buen trabajo, Fin… ─Suecia le dio unas palmadas cariñosas en lo alto de la cabeza despeinándole un poco, mirándolo fijamente con intensidad antes de atraerlo a su lado dándole un abrazo por los hombros; eso le provocó al finés un enrojecimiento más pronunciado pero prefirió no quejarse, sintiéndose agradecido de que sus amigos reconocieran su labor.



    Las voces del coro “Armonía navideña del norte de Europa”, con la musicalización de Austria y la guía de Hungría, se oyeron bastante bien afinadas y coordinadas en el festival de la Academia, ganándose los aplausos de sus compañeros y una reseña de primera plana en la primera edición del siguiente año del Club de periodismo.



    ♪ We wish you a Merry Christmas,

    We wish you a Merry Christmas,

    We wish you a Merry Christmas,

    And a Happy New Year.

    Good tidings to you,

    And all of your kin,

    Good tidings for Christmas,

    And a Happy New Year. ♪




    Lo mejor de todo fue que no se vistieron de rosa pastel.






    Nota final: Un gracias extra a Sin Rostro por darse el tiempito de leer... y sólo mencioné algo de shonen - ai reconocido no por mí, eh? ─bueno, sólo resignadamente─, así que nada de molestar con eso o no te vuelvo a hablar.

    Un clásico que no puede faltar aunque sea repetitivo, ya que sólo Belarús en su faceta obsesiva es capaz de ocasionarle pánico escénico a Rusia y hacerle huir de donde quiera que se encuentre… ☺. Si hubiera puesto a los Allies o a los Axis esto se hubiera alargado sin mucho sentido.


    En realidad mis Nórdicos no tuvieron bastante participación pero ellos fueron los organizadores de la idea, así que en la Academia pudieron disfrutar de un bello coro… espero se hayan divertido y les deseo de todo corazón un inicio de año lleno de bendiciones y nuevos retos a cumplir. Saludos a todos y disculpen la tardanza.
     
    Última edición: 30 Diciembre 2017
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    ¡Acabo de terminar de leer!
    Sobre el segundo episodio, me gustaron las participaciones de Austria y Hungría (mis favoritos personales). En cuanto a Polonia... me cae bien, pero a la vez no me convence esa actitud amanerada que tiene, aunque es gracioso (ya de plano se gana la etiqueta de comic relief de su grupo). De Prusia no puedo decir mucho, todavía me falta conocerlo bien.
    Finalmente, en el tercer episodio me pareció curioso la personalidad de Rusia. Y si tengo que elegir entre Ucrania y Bielorrusia, sigo optando por la segunda.
    Así que mi top tier lo componen estas dos:​

    [​IMG]
    Pues eso, fue divertido leer tus escritos, amiga.
    Feliz año y que la pases bien.
    ¡Este fue el comentario de Sin Rostro, el fabuloso yo!
     
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    Mi buen Sin Rostro , Rusia es complicado y cínico, Prusia es un ególatra como bien te diste cuenta (el casi único fabuloso yo porque Estados Unidos le hace la competencia, aunque Dinamarca no se queda atrás pero no es muy notorio), Polonia es todo un chico fresa de gustos indefinidos... y Ucrania y Bielorrusia son tan opuestas en apariencia pero ambas "quieren" a su hermano de una forma singular, cada quien a su manera lo tortura... jejejeje.

    La historia de Austria, Hungría y Prusia está muy relacionada y generalmente les retratan juntos a pesar de que en lo que han animado no se ha visto mucho al prusiano. Por ello sigue empapándote del anime y del manga... jajaja.

    Saludos y gracias por leer, te amenazo con continuar escribiendo el siguiente año... jojojojo.
     
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