Crepúsculo [Concurso-Mundo Quileute] Intentando Olvidar [Bella&Jacob&Leah]

[Concurso-Mundo Quileute] Intentando Olvidar [Bella&Jacob&Leah]

El cielo estaba de mercurio, descolorido, cubriendo con gruesas y esponjosas nubes, los rayos cálidos del sol, pintando el lugar con tonos grises y fríos.

El viento gélido soplaba como un suave arrullo, abrazando todo lo que encontrara, abriendo más su herida, como un acido cayendo en su pecho…

Porque la soledad es peor, no alivia, sino destruye…
Lenta y dolorosamente.

¿Por qué todo tenia que ser difícil? ¿Por qué la vida se empeñaba en enterrarlo en ese pozo? ¿Por qué ella seguía empeñándose en seguirle la contraria a la corriente?

Todo sería más fácil si esos detestables chupasangres nunca hubieran regresado, ella seria feliz y él también…

Pero la vida le encanta jugar, y él es su juguete favorito.

Por eso se encontraba allí, tieso, sin vida, tratando de eliminar la herida que se estaba comiendo su corazón, como una oruga hambrienta de dolor. Por eso se encontraba allí, esperando que la suave brisa salada del mar que pegaba en su rostro, le ayudara a despejarse…

Por culpa de la cruel vida que se empeñaba en destruirlo.

Pero nada ayudaba, es más, podía sentir esa herida mas intensa, podía sentir como se estaba destruyendo por dentro, podía sentir como se estaba muriendo lenta y suavemente, como el arrullo del viento, solo, como un piedra.

Porque la realidad es seca y acida, como lo que estaba en su pecho, porque sabia que ella nunca lo cambiaria por él, porque sabia que la magia no se aplicaba allí, porque sabia que ella nunca estaría con él, de la forma en que quisiera.

Cerró su puños fuertemente, e inhalo el gélido oxigeno del lugar, tratando de por todos los cielos librarse de ese peso, de ese vacio doloroso que colgaba en su pecho, que lo absorbía, que lo destruía como dos puñales hirviendo, dejándolo solo en ese vacio negro y espeso….

Llamado impotencia.

Impotencia por no poder regresar el tiempo, por no poder cambiar el presente, por no poder eliminar la estúpida magia; sin ella, todo seria más fácil.

Porque la sanguijuela no debería de existir, él es de otro tiempo, otra época; ese insoportable vampiro debería estar en un tumba. Pero por culpa de la magia, ese ser existe, destruyendo toda barrera, destruyendo el “Jacob y bella”

Sin esa cruel magia, él y bella serian felices, y estarían juntos hasta que se volverían arrugados y con cajas de dientes.

Pero la vida no es injusta, es cruel, porque el amor es no es perfecto, es engañoso, como una fina rosa con afiladas espinas listas para torturar.

Abrió los ojos desesperanzado, volviendo al mismo punto sin retorno.

Y vio a la última persona que tenia en mente, y a la única que puede curarlo, por más que se niegue.

Su brillante y liso cabello negro caía en cascada por sus hombros, cubriendo su suave y tersa piel cobriza, con sus ojos negros como agujeros vacios, pero atrayentes, y sus pestañas largas arqueadas como plumeros.

Hermosa a la vista, amarga al probar.

Porque ella es como un tequila caliente, amargo y fuerte al tomar, pero el mejor de los tragos, que ayuda a olvidar, y eso era lo que necesitaba en esos momentos.

—¿Qué quieres? –preguntó a secas, vacio. Pero en su perturbada mente agradecía que estuviera allí.
—Tranquilo, ya estoy obteniendo lo que quería –dijo divertida y a la vez cínica. Porque Jacob sabía que ella estaba disfrutando de su dolor, porque no era la única que le pasaba lo mismo, a él también, y eso le agradaba.
—¿Ya te han dicho que eres una arpía? Porque sino te lo recuerdo… –dijo el lobo, escupiendo las palabras.
—Si, lo sé –dijo despreocupadamente. Aunque él podía sentir en esas palabras, el dolor que escondía.

Debía ser duro ser Leah Clearwater, ella era la viva imagen de la mala suerte como algunos dicen, o tal vez, el juguete predilecto de algún dios sin nada que hacer, que le gustaba ver sufrir.
Porque ella sufre igual que él, o peor. Nadie entendería el sufrimiento por el cual todos los días vive ella, sentir que es una completa inútil, una menopáusica como ella se definía.
El dolor de sentir como tu príncipe lobo te cambia por tu prima.
Tal vez por eso de allí la amargura de la loba, tal vez de allí saliera su acidez, debido a los juegos que realizaba el destino, el asco de vida.

No pudo evitar sentirse como un pedazo de basura, al sentir tan fuerte su dolor, y se odio por ser tan blando.

—L-o…lo siento Leah –dijo torpemente, mientras escondía su rostro en sus manos, tratando de librarse de ese peso que lo carcomía por dentro.
—Cierra esa bocaza Jacob –dijo molesta- no necesito de tu compresión –dijo con la voz repleta de sarcasmo. Pero de nuevo ese dolor pasaba como viento acido y frio que se pegaba más a la herida abierta de él, alimentando a la sádica oruga.

Siempre tan arisca, porque simplemente no podía aceptar una disculpa, ¿que quería?, ¿que se le arrodillara y le besara los pies?

Bajó su mirada, y su boca tomo la forma de una línea recta.
Volviendo al mismo punto.

Intentó olvidarla.
Si, estuvo buscando imprimarse, y lo intentó con toda chica que se le cruzara, pero ninguna funcionó, la dichosa magia no apareció.

Ahora se había dignado por desaparecer.

Todas podían ser la candidata perfecta, algunas incluso eran más hermosas que Bella, pero nada funcionaba, nada aparecía, era como un bombillo fundido, que se rehacía a prender.

Levantó la mirada de nuevo, encontrándose a Leah ausente, si, estaba perdida observando las olas verdosas chocar fuertemente contra las rocas, tratando de destruirlas, liberando toda la furia guardada del mar.

Y él la detalla.
Ella es hermosa y exótica, una belleza poco común, y él lo sabe.
Como una pavo real, una reina cobriza, un sol eclipsado.

Algo en su interior trono como un tambor, como el sonido de un rayo al caer.

Tal vez lo haría, aunque fuera la mayor de las locuras, no tenia nada porque perder, tal vez así podría descubrir si podía atraerle otras chicas que no fueran Bella.

Si, aunque resultara con un buen golpe en el rostro.

Se paró mientras respiraba profundamente, esperando a que su mente le digiera que estaba mal, pero nada apareció; en cambio sus músculos se movieron solos, llevándolo a acercarse a la morena, como un imán, sin nada que lo detuviera.

La cogió fuertemente por el brazo y la obligó a voltearse, observando su rostro de confusión, luego con una de sus grandes manos, cogió su rostro y le plantó un brusco y fuerte beso.

Él profundizo el beso, atrayéndola mas a su cuerpo, ella mordió su labio inferior bruscamente, separándolo.
Tan pronto como sus labios quedaron separados, un fuerte puño quedo estampado en la mejilla del lobo.

—No vuelvas hacer eso, Jacob Black –dijo cortante y molesta, con el ceño fruncido.
—Como digas, Leah Clearwater –respondió con una media sonrisa en los labios.

La loba soltó un exagerado suspiro, y desapareció de allí trasformada.
Tan pronto como la vio desaparecer de su vista, tocó su mejilla con dolor.

Suspiró.
Bella seguiría con ese detestable sanguijuela, la vida seguiría siendo un asco, pero al menos, logro olvidar por unos segundos.

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Nota: bueno, este one-shot es para el concurso "Mundo Quileute" perdón por los errores, y también discúlpenme si hay Ooc.










































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