Para el día de hoy, ya no es lo mismo, ya estar contigo es gozar del tiempo con la sombra de lo que fue. Lo que no entiendo es el porqué de la farse. No hay necesidad de continuar empujando a rastras una mentira que se cree invisible cuando es descomunal. Tú dijiste un día que me amabas, lo hiciste. Hoy desprenderme de los bichos que han engendrado esos momentos es simplemente fastidiante, aunque ni siquiera imposible. Se sacuden con la mejor actitud flemática que puedo adoptar: ya no me interesas. No, en lo absoluto. Tu presencia en mi vida se trató de un pozo de poca profundidad, del que sin mancharme las manos pude escapar. Ahora que estoy fuera de él, río de cualquier forma de lo que se supuso a sí mismo un obstáculo, y su afán necio en pretender que crea que la boca de su abismo es un campo floreado y primaveral. Es mejor que ahora te desvanezcas de mi vida y no engendres fastidios. De cualquier manera, tu actitud es ridícula. Ya lo que pudo haber sido lo dejaste volar con aquellas alas negras que tú misma le colocaste. Fue un lapso de tiempo que ni siquiera emitió un aroma. Ahora finges tan terriblemente que tu cariño rebosa, que ni siquiera al hombre más ingenuo causaría algo de pena. Quiero que te largues ahora mismo de mi vida, por si no lo entendiste. Sólo serás una mancha en mi pasado que incluso con pocos esfuerzos terminaré eliminando. Supongo que el hombre al que aparentemente amas sí soportará tus deslices inquietos, o por lo menos, por tu bien espero que así sea. Un amor compartido nunca puede ser correspondido, y eso lo olvidaste. Vete, que al tomar tu mano ya no experimento ningún sentimiento vibrante, si acaso repulsión. ___ Saludos.
