Antes había sido una sospecha, una persistente sospecha, pero sólo una sospecha. No fue sino hasta la noche sin embargo, que sus temores se habían confirmado para ser verdad. Fue la Espada que había hecho darse cuenta de la verdad. No el débil que se había deshecho de fácilmente con Sode no Shirayuki, pero la fuerte. La que cuando ella había sentido, había sentido miedo. Cuando hubo llegado a ella no había tenido tiempo de reaccionar. Había metido la mano por su pecho y luego tuvo oh tan a la ligera la arrojó a un lado. Había sido como si estuviera tirándole una gota de agua de las manos. Él apenas había siquiera la miró. Ichigo por otro lado había conocido a la Espada con su espada. Había igualado golpearlo para la huelga, mientras que ella había yacía en el suelo, sangrando, incapaz de moverse siquiera. Después de la batalla (que Ichigo no había ganado, pero no había perdido a diferencia de ella), como lo había hecho estaba en el suelo mientras te cura Inoue, Rukia había tenido la oportunidad de reflexionar sobre su realización. Siempre había sabido que Ichigo era fuerte. Todo lo relacionado con ser un Shinigami había parecido algo natural para él. Al principio, ella había escrito esto como se debe a sus excelentes habilidades de enseñanza. Sin embargo, como Ichigo había dejado de crecer y crecer más allá de sus expectativas más salvajes que había visto obligado a admitir que había algo especial en él. Ella había sospechado entonces. Pero tenía sus poderes, y ella no lo hizo, así que ella fue capaz de aceptar el hecho de que por el momento él era más fuerte que ella. Él pudo haber tenido tiendas ridículas de reiatsu y una aptitud aparentemente natural para las actividades Shinigami, pero tenía 150 años de experiencia. Ella tenía 150 años de sangre, sudor, trabajo y sacrificio. Ella convenció a sí misma de que cuando sus poderes devueltos serían iguales. ¿Qué tan malo que había sido? Nunca había esperado que el abismo entre ellos sea tan grande. Se sentó mirando hacia ella, meditando, porque pensaba que había perdido, mientras que ella, que realmente había perdido, yacía sangrando en el suelo con la amarga constatación de que ella no era más que un compañero. Él siempre sería el héroe, el que las historias serían aproximadamente, el que iba a abrir el camino. Ella, por otro lado sería el asistente, la nota, el subordinado, el que sería el héroe siempre caminar en la ayuda cuando las cosas se pusieron difíciles. Como cazaban huecos Rukia empezó a notar más y más. Antes de que ella había sido su maestro. Él la había necesitado para su conocimiento y experiencia en lo que respecta a los derechos de Hollows y Shinigami. Ahora todo lo que necesitaba era el teléfono. Todavía mató huecos. A veces. Pero él realmente no la necesitaba allí. Ellos nunca encontraron ningún huecos que honestamente no podría haber tenido cuidado de por sí. Más a menudo entonces no, aunque ella ni siquiera luchar. En lugar de eso sólo nos colamos. Incluso en la vida cotidiana, empezó a notarlo. Como todo el mundo los llama a Ichigo y Rukia. ¿Cómo la gente siempre asume que ella estaría dondequiera que estuviese? La realización había empezado a comer lejos en ella. ¿Sería la misma la próxima vez que se encontró con un Espada? ¿Sería también la miraba como si fuera una mosca y luego de forma incidental aplastarla o repudiarla? ¿Sería incluso tomar nota de ella? Ella permaneció despierta en la noche cavilando sobre esto. Se comenzó a ocupar sus pensamientos tanto que incluso Ichigo se dio cuenta que algo andaba mal. Ella quería hablar con él. Quería derramar su corazón a él, pero él no lo entendería. Él no entendía lo que era sentirse débil. No entendería lo que era para dudar las propias habilidades. Cuando se les dijo que Inoue había sido llevado a Hueco Mundo Ichigo inmediatamente había mirado a ella. Él le había pedido que fuera con él para ayudar a salvar a Inoue. Fue entonces Rukia había llegado a otra realización. En el puente en la Sociedad de Almas, cuando Ichigo había venido a salvarla, mirando cada centímetro del héroe, ella se había puesto furiosa. Furiosa porque si él era el héroe entonces eso significaba que era la damisela en apuros. Por un breve momento y luego ella lo odiaba, lo odiaba por haber hecho eso a ella. Ahora Rukia dio cuenta de que no puede haber sido Ichigo de la igualdad, pero que prefería luchar a su lado de pie detrás de él. Ella prefiere ser la compañera de la damisela en apuros. ¿Cuándo se había sugerido que se separaron en Hueco Mundo? Ichigo había dicho que era demasiado peligroso. Durante todo el tiempo que había estado mirando, y la frágil confianza que había acumulado en su interior añicos. Ni siquiera era el compañero. Ella era débil en sus ojos. Ella era una carga. Tal vez eso es lo que había sido para él todo el tiempo. Una carga. Como si hubiera sido por Renji. Para Nii-sama. Para su hermana. Kaien-dono le había pedido que matarse. Dele a su vida para expiar lo que ella había tomado. Ella estuvo de acuerdo. No era más que una carga para su familia, a sus amigos, a él. Entonces él le había pedido que matara nakama. Había recuperado su voluntad de luchar. Ella pudo haber sido una carga, pero no era un traidor. Él la había salvado. Una vez más. Fue una Espada de nuevo, uno más fuerte esta vez, pero sólo una Espada, no obstante. La batalla final con Aizen había llegado. Ichigo había estado luchando con Aizen uno a uno. Entonces Aizen, al darse cuenta de que estaba perdiendo había apuntado un cero en el Chad heridos. Ichigo no había tenido tiempo para desviar la explosión, pero al ser el héroe que se había arrojado a sí mismo frente a su nakama. Como ella lo vio caer le había susurrado una palabra: Bankai. Debería haber sido un momento de triunfo para ella. Después de 150 años que por fin había logrado Bankai. Pero su Bankai era débil, Aizen apenas tuvo que chasquear su espada para desviar su ataque. Esto dejó una abertura sin embargo, para Ichigo, ya recuperado de la cero, para dar el golpe final que pondría fin a la guerra de invierno. Fue el héroe. Se ponía el honor y la gloria, pero ella fue capaz de tomar orgullo en el hecho de que, incluso si ella no era el héroe que había conseguido por fin de salvar a alguien que amaba. Todos dentro estaban celebrando. Ella sin embargo estaba de pie en el balcón, apoyado en la barandilla y contemplar las estrellas. Se preguntó si alguna vez lo iban a inmortalizar en las estrellas como los héroes de la antigüedad. "Por qué no estás en el interior celebrando" Ella oyó su voz detrás de ella. "Yo no quería estropear su momento." Rukia respondió, diciendo una verdad a medias. Lo que ella no hablaba de era la amargura. Su amargura que habría echado a perder el estado de ánimo si hubiera estado dentro de él. Ella estaba feliz de que la guerra había terminado. Feliz de que él había sido el que para acabar con ella. Pero todavía había una amargura. La amargura de saber que no importa lo duro que trabajaba ella nunca sería lo suficientemente bueno. La amargura de saber que siempre estaría años luz por delante de ella. "Estropear mi momento” ¿Cómo hiciste eso? Te quiero en mi lado." Al lado de él. ¿Junto a él, como qué? "Ichigo, ¿qué soy yo para ti? ¿Estoy en una carga?" “¿Una carga? ¿Por qué piensas eso?" "En Hueco Mundo no querías que nos separemos. ¿Era porque pensabas que era débil? ¿Que yo no sería capaz de cuidar de mí mismo?"Preguntó Rukia, finalmente dejando todas sus inseguridades salen a la superficie. "Yo no quiero que nos separamos porque yo peleo mejor contigo a mi lado. Mira la pelea con Aizen. Yo no habría sido capaz de ganarle sin ti." Rukia sonrió ante esto, "Es difícil para mí aceptar que siempre va a ser mejor. Eso siempre serás el héroe y siempre voy a ser el compañero. Pero creo que está bien ahora." "No," dijo Ichigo inclinandose en "Tú no eres el ayudante. Debido a que el héroe no hace esto para el compañero." Y entonces él la besó. Después cuando llegaron por vía aérea, dijo "Tú eres mi pareja."
