Otro Como un Lord

Tema en 'Relatos' iniciado por Maze, 26 Marzo 2018.

  1.  
    Maze

    Maze Usuario común

    Aries
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    Escritor
    Título:
    Como un Lord
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1721
    Buenas noches... o días. Tenía ganas de subir una historia original y salió más o menos esto. Hay un poco de lenguaje soez, so... eso. Espero que les guste.

    Yow.


    Como un Lord


    Miles avanzaba desganado, con la vista fija en sus propios pies y contando "uno, dos, tres, uno, dos tres" sin parar. No era mucho, pero le servía para no ver los rostros de los otros presos, o las sucias celdas con sus sucios barrotes. Todo lo que tenía que hacer era poner la mente en blanco y seguir la sombra de Gregor, el guardia que lo llevaba a su propia celda.

    Gregor era un buen tipo, tan bueno como podía serlo cualquiera dedicado a hacer turnos de 48 horas en ese lodazal, e incluso un poco más porque le gustaba conversar con los reos y a menudo estaba de buen humor, pero la verdad es que Miles hubiera preferido que se callara.

    —¿Oye, eres marica?
    —¿Qué?
    —Bueno, tienes el tipo, ya me entiendes.

    Miles suspiró, se lo habían dicho a menudo. Es cierto que tenía un rostro algo afeminado, de facciones suaves y piel muy blanca, y que tenía cuidado con su aspecto personal porque le gustaba verse bien, pero pensó que si se lo explicaba a Gregor este replicaría algo y no podría hacerlo callar. Así que no dijo nada.

    —Bueno, si no lo eras, lo serás. A estos cabrones les gustan los niños bonitos. Hubo un nuevo una vez, se parecía a ti, se llamaba...

    Luego de unos minutos, o tal vez horas, Gregor lo dejó en su celda y cerró la puerta, olvidándose del niño-hombre y pensando en qué haría dentro de doce horas, al terminar su turno.

    La celda era pequeña y sucia, como todas las celdas, y en la litera de abajo estaba tumbado un hombre de cabello enmarañado y sucio como la mugre. Levantó la vista hacia el recién llegado con el ceño fruncido, y volvió a tumbarse.

    —Soy Miles, tu nuevo compañero...

    El hombre pateó el techo de su cama.

    —Ya deja la farsa ¿Crees que no sé lo que eres? Reconozco a los cabrones como tú cuando los veo, y además, apestas a plata, carajo. Eres un cazador, un puto cazador.

    Miles se encogió de hombros y apoyó la espalda contra la pared, deslizándose hasta el suelo. Después dijo como escupiendo las palabras.

    —Lord Ruthven.
    —Sí, sí, ya sé que soy famoso y todo eso. Antes de ti vinieron otros tres imbéciles que creyeron que infiltrarse a prisión para cobrar mi recompensa era una buena idea, y a los tres los maté. Si quieres puedo enviarte con ellos, o puedes dar la vuelta y volver al puto agujero de donde saliste.

    Miles no respondió. Se palpó encima del uniforme y encontró el paquete de cigarrillos que logró esconder. Entonces recordó que le habían quitado el encendedor. Lord Ruthven seguía parloteando.

    —¿Qué te trajo aquí, chico? He estado encerrado en esta jaula por quince años, y pareces muy joven como para que te haya hecho algo... ¿Me cogí a tu madre o algo? ¿Maté a toda tu familia? A lo mejor las dos cosas.

    Miles bufó molesto, pensó en aplastar los cigarrillos en la mano pero se contuvo porque supo que lo lamentaría después. Lord Ruthven le extendió una mano con dos dedos alzados, pidiendo uno.

    —No tengo fuego —le dijo.
    —Yo sí.

    Miles le extendió un cigarrillo y Lord Ruthven encendió una pequeña llama en la punta de su dedo índice y prendió el suyo. Después hizo aparecer una llama igual en el cigarrillo de Miles. Dio una calada y declaró:

    —Un hombre se merece al menos esto antes de morir, seas tú o yo.
    —¿Puedes cortar con eso? — respondió harto de su tono de sabelotodo. —No voy a matarte.
    —¿Ah?
    —Que no vine aquí por ti, carajo. Soy un preso normal. Me atraparon, me juzgaron y me soltaron en esta celda de mierda.

    Lord Ruthven repitió las palabras en su cabeza una y otra vez, como si la oración estuviera estructuralmente mal —¿Dices que un cazador de monstruos fue y cometió un crimen, y la policía lo atrapó como a un gilipollas? — decirlo era tan ridículo que rompió a reír.

    —Sí, bueno. A mí también me parecería gracioso si le hubiera pasado a otro.

    —¿Y qué coño hiciste para joderte la vida así? —preguntó entre risas.

    —Yo sólo quería hacer el bien a otros. Uno de tu clase mató a mi padre cuando tenía seis años, y...

    —Sí, sí, apareció alguien que te ofreció justicia y ahora eres un cazador. Ya me sé la historia, defender al inocente y todo eso pero ¿cómo te atraparon? ¿Mataste a un hermano a mitad de la calle?

    Miles negó con la cabeza.

    —Fueron dos niños, un chico y su novia, de secundaria, creo. Volvía a casa después de un trabajo y se le hizo fácil al mocoso ponerme una navaja en el cuello mientras ella me robaba. Entonces la tomé del brazo y le di la vuelta. Aún recuerdo cómo su brazo se doblaba al revés —dijo haciendo una demostración con su propio brazo. Lord Ruthven asintió.

    —Sí, me hace gracia cuando pasa eso.
    —El caso es que el chico se asustó me rajó la cara, apenas un corte, pero me cabreé y le clavé una mano a la pared con su navaja. Me fui a casa de mal humor esperando que todo acabara así, y al día siguiente la policía llama a mi puerta —entre más hablaba, más se cabreaba— Los putos niños y sus padres contaron lo que les vino en gana, y me cayeron doce años.

    —Qué putada.
    —Y tanto más. Toda mi vida protegiendo a esos hijos de puta y así me pagan: un puto uniforme y una puta celda.
    —Te entiendo, chico.
    —¿Cómo podrías?
    —Aún no te he contado mi historia.
    —Eres famoso, eres Lord Ruthven.
    —Hablo sobre cómo llegué aquí. Ya sabes que soy una leyenda y todo.

    »Tuve mis buenos tiempos, hace dos siglos ser un vampiro era la gloria, seducir jovencitas, quemar campos, codearse con la alta sociedad, cazar y cazar y ser temido... aunque nada como las jovencitas. No hay nada como una de esas señoritas recatadas y tímidas. Pensaba entonces que podía llevar una vida como esa para siempre.

    —¿Qué pasó?
    —Yo podía, pero el mundo no. La gente ya no es como antes... ya no hay una alta sociedad con la cual codearse. La gente de ahora ya no tiene nada de clase ¿Qué caso tiene seducir jovencitas si ya son tan putas como... bueno, las putas?

    —Vale, lo entiendo.

    —Uno va perdiendo las ganas de vivir, y se degenera. Perdí la forma, me volví apático y antes de darme cuenta era un pasma como cualquier otro pasma. No sé cuantos años o décadas viví así, pero supe que tenía que cambiar. Si el mundo es diferente, tal vez yo pueda ser un Lord Ruthven diferente, pensé. Tal vez pueda ayudar a otros, devolverle un poco de clase al mundo, un poco de dignidad para ellos y para mí. Pero ¿cómo? Pensé en ser un político o un artista.

    —¿Funcionó?

    —No, pero sí hice desaparecer mi fortuna. Luego ustedes se pusieron de moda, los cazadores, y le dieron algo de vida al juego, pero creo que ya era tarde. Matar a tu gente fue divertido al principio, después comenzó a volverse tedioso y por el final lo último que quería era tener que abrirle la cabeza a otro gilipollas que venía por la mía... No sé, a lo mejor es que me estoy haciendo viejo, aunque no envejezco.

    —No, no es eso, es esta puta gente y su puta sociedad. Me he pasado la vida protegiéndolos de monstruos como tú, cuando lo que debí hacer fue protegerme de ellos. Ellos fueron los que me tiraron aquí ¿Qué clase de sistema protege a dos malditos delincuentes y castiga a un miembro útil de la comunidad?

    —Un día estaba en el tráfico de camino al trabajo, horas detrás del volante mientras esos hijos de puta con sus carteles y sus insignias gritaban no sé qué mierda comunista, y vi mi reflejo en el retrovisor, y le dije a mí mismo que era el puto Lord Ruthven, no tenía que soportar nada de eso, no necesitaba activistas imbéciles, ni un puñetero trabajo ni esa puñetera vida. E hice lo que tenía que hacer: —hizo una pausa dramática, disfrutando su dulce recuerdo— Pisé el acelerador.

    —¿Ahí te atraparon?
    —Los catorce minutos más gloriosos del último siglo.
    —Y por eso te estás pudriendo aquí ¿Nunca pensaste en escapar?
    —Tengo muchos poderes, chico. Puedo manipular el fuego, la niebla y la sangre.puedo entrar en los sueños de las personas, puedo ver a través de las cosas y tengo capacidades sobrehumanas. Por desgracia, ninguno de esos dones me sirve para salir de aquí. Podría abrir los barrotes de la celda, pero la puerta de afuera es de acero reforzado. No tengo de otra mas que cumplir mi condena, pero cada vez que uno de tus colegas gilipollas viene a tratar de matarme, tengo que sumar algunos años más. Uno de ellos, Lanris, creo que se llamaba...

    —Mat Lanris

    —Sí, ese. Intenté convencerlo de que se fuera. No me hizo caso, tenía una especie de complejo de héroe, creo que era famoso y todo. Le doblé ambos brazos y piernas para hacer un nudo mariposa. Esa pequeña broma me costó otros doce años, supongo que los jueces no se convencieron de que fue en defensa personal. No quiero saber cuánto me hubieran dado de haberlo matado.

    —Pues fue casi lo mismo. Nadie ya vuelto a verlo desde entonces. Me alegra, era un pelmazo.

    —Cuando salga —dijo Lord Ruthven con añoranza, incorporándose en la cama— quiero abrir un burdel. Un buen burdel, y tal vez también un bar. Un lugar con clase para gente con clase.

    —¿Y cuánto tiempo más te queda?
    —Unos sesenta años. Siempre y cuando no venga otro gilipollas a alargarme la condena.

    Miles alzó las manos en gesto de paz.

    —No será este gilipollas. Tampoco quiero alargar mi condena. Pero joder, aunque seas inmortal, sesenta años es mucho tiempo.

    —Sí, lo es —respondió Lord Ruthven volviendo a recostarse— Mucho tiempo. Quizás el mundo cambie un poco para cuando salga de aquí.
     
    Última edición: 27 Marzo 2018
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    Gold

    Gold Entusiasta

    Géminis
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    No puedo creer que di un sello y no comenté. Deshonor a todo mi ganado.

    Es una sátira al interminable cuento de cazadores y vampiros, a la vez que una crítica a la sociedad; como los vampiros a pesar de su inmortalidad también se cansan, se aburren, se desmotivan al ver la degeneración humana y ya no tiene sentido ser el monstruo de leyendas cuando los humanos se convierten en monstruos mucho peores. Y los cazadores, con sus ideales casi perfectos, con historias trágicas y pasados calcados del mismo molde, que creen ciegamente que protegen a los suyos cuando realmente su gente está más podrida que los monstruos que aniquilan, y que se dan cuenta demasiado tarde que a la sociedad les vale mierda sus vidas en cuanto hacen cualquier desliz que los mocosos y los padres sobreprotectores tuercen a su favor para salir bien librados.

    Sí, como humanos estamos jodidos, dónde en internet es más común luchar por la orientación sexual de un dragón a capa y espada pero no por injusticias que verdaderamente valen la pena. Donde todo tiene que tener un filtro de peluche agradable para no herir la sensibilidad de llorones ignorantes que creen saber todo y darselas de prodigios de la época. Dónde, desgraciadamente, hombres y mujeres parecen estar cada día más enemistados por culpa de un movimiento que se torció tanto hasta niveles inimaginables, buscando ya no una igualdad, sino una superioridad y victimismo.

    Al final, solo queda mimetizarnos de forma más o menos aceptable, o bien ser como un Lord. Mandar a la mierda todo lo que la sociedad cree que hace bien para volver a nuestra propia esencia, aunque tengamos que ser juzgados y a veces, encarcelados en un mar de argumentos falaces. Es caer y levantarse, pero saber hacerlo y seguir, a pesar de que el mundo a nuestras espaldas explote.
     
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  3.  
    Cygnus

    Cygnus Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

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    Bueno... no sé, a mí me parece en general bastante cómico. Creo que llevaste la sátira hacia varias direcciones. Por una parte, y aunque no soy muy amigo de los relatos de vampiros, me gustó mucho el hecho de que hayas utilizado estos dos arquetipos de fantasía para aterrizarlos en una crítica muy realista. Podría haber funcionado con cualquier otro universo, o con cualquier otra criatura, pero el hecho de haber utilizado a un vampiro para atraparlo en una celda y quejarse de su realidad le da un toque paródico.
    También me gustó mucho cómo la historia y su lógica va desfigurándose poco a poco, desde un planteamiento que pinta para ser todo un drama, hasta un desenlace en donde ambos terminan hablando de poner un burdel en unos sesenta años. En algún momento nos robaste la historia y nos dejaste con lo que quisiste dejarnos, y ese cambio de manos ni se notó.
    Los diálogos fueron bastante verosímiles dentro de todo lo que supone esta especie de parodia, se sintieron en todo momento naturales e interesantes.
    En fin, tiene una estructura bastante limpia y amena, quizás la única pega que podría ponerle es que, como se compone de tantos diálogos, de pronto me extraviaba un poco sobre quién era el que hablaba (hay pocas acotaciones).
    Saludos (:
     
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  4.  
    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Leo
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    Hace rato quería darme a la tarea de leer algo tuyo y bueno, aunque debería estar durmiendo estoy aquí porque necesitaba despejarme un rato.

    No estoy muy segura de qué esperaba inicialmente, creo que nada en particular, pero con el asunto de los vampiros (tampoco soy muy fan de ese tipo de historias, para ser honesta) me hice a la idea de que de repente el asunto se iba a poner dramático o algo x'D pero no y así me fui todo el relato, esperando otra cosa pero sin que me molestara que no fuese nada de lo que creí y ahí tienes un gran punto a favor, al menos desde mi lectura. Me alegró ver que no era algo tan predecible como había pensado y más bien adquirió ese toque cómico que hace que termines de leer con una sonrisa.
    Me encantó la naturalidad de los diálogos, de verdad, era como cualquier conversación corriente que en algunos puntos hasta hacía que se me olvidara que de hecho estaban en una celda.
    La cuestión de los diálogos, esa confusión respecto a quién habla (y el contexto carcelario, supongo) me recordó un poco al Beso de la mujer araña, que cabe decir fue un libro que me terminó gustando bastante por eso mismo. Al final uno sabe exactamente quién habla, en este caso, hasta donde de repente se nos pierden las acotaciones que nos lo dicen.

    En fin, fue bueno sacar unos minutos para leerte, Kiwi (estos cambios de nick me hacen toda la gracia, en el buen sentido). Espero poder hacer tiempo para volver a leerte pronto :D
    Saludos.~
     
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  5.  
    Sonia de Arnau

    Sonia de Arnau Let's go home Comentarista empedernido

    Leo
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    Ohh, debo dejar por lo menos mi pequeño comentario. Recién lo leí en el break de mi trabajo.

    Me gustó mucho el relato, fue ameno de leer y sobre todo, los diálogos entre los personajes me dejó con un muy buen sabor de boca; creo que nunca había leído algo similar. ¿Quién dice que no se pude contar algo bueno usando, en su mayoría, diálogos?

    Fue grato leerte :)
     
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