One-shot Comenzar de nuevo

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Graecus, 19 Junio 2016.

  1.  
    Graecus

    Graecus uwu7

    Libra
    Miembro desde:
    26 Marzo 2013
    Mensajes:
    3,357
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    Comenzar de nuevo
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2440
    Esto es parte de la historia de Drake, inmediatamente después del último recuerdo que ha tenido en Galeia. Decidí que esta parte salía bien escribiendose en tercera persona, así que decidí a la vez que era hora de estrenarme en esta zona de fics (? Disfruten :3

    @Noir, tu que estas leyendo los recuerdos de Drake y querias leer más del tema, aquí esta uwu<3 Sobre el spoiler que se encuentra a mitad de escrito, era inevitable e///e me fué imposible llegar ahí sin añadir eso /\

    Cuando escuchó pasos acercandose a su habitación, Drake se lanzó a la cama y fingió dormir.

    En realidad, no había podido dormir en toda la noche. La euforia de su plan lo había mantenido motivado y con una adrenalina que había suprimido su cansancio. Se había pasado la madrugada dando vueltas en su dormitorio mientras guardaba cosas y las volvía a poner en su sitio. Tenía que ser minucioso, tenía que pasar desapercibido...tenía que ser preciso. No sabía que podría pasar en caso de fallar, pero se conocía lo suficiente para saber que solo se daría a si mismo aquella oportunidad para intentarlo. Drake no era de los que insistían en actos que a primera observación le parecían incómodos.

    Piplup, en cambio, se había quedado dormido al pié de la cama en cuanto se había dado cuenta de que no sería de ayuda por el momento, y Drake lo agradeció. Mientras menos movimiento hubiera en aquel lugar, menos ruido harían.

    Escuchó dos toques. Estaba acostumbrado, los criados tocaban las puertas de las habitaciones antes de entrar en alguna, de esa manera tan repetitiva y exacta que parecía pre-grabada. A Drake lo incomodaban los criados. Eran como máquinas, ojos que solo deben ver lo que se les permite, oídos que están hechos para ignorar todo excepto órdenes. ¿Quien apreciaría una vida así?

    Drake cerró los ojos al escuchar girarse el pomo de la puerta, a pesar de que de todas formas se encontraba en un ángulo en que era imposible que lo miraran a la cara.—Señor Drake, su desayuno lo espera. ¿Podría usted bajar?

    Por un segundo se le ocurrió negarse. Sería interesante ver que llegaría a pasar en tal caso. Pero supuso que la cosa terminaría en un 'De acuerdo' y que el siguiente en llamar a su puerta sería su padrastro. Con su respetuoso pero gélido trato, en su respetuosa pero gélida cara.

    "Pasar desapercibido" se recordó. "Hoy es un día normal hasta que se pruebe lo contrario".

    Fingió desperezarse.—En un minuto..—fue la respuesta. Con eso solía bastar. Por lo menos en esa ocasión lo habían llamado por su nombre, cuando en anteriores ocasiones habían tratado de que se acostumbrara a su nuevo apellido. Supuso que había sido demasiado obvio al demostrar su odio a aquello.

    Supo que el criado había asentido sin ni siquiera verlo-ellos asentían por todo, lo que para Drake solo incrementaba su seguridad de que eran robots-e ignoró la despedida respetuosa, solo deseando que se acordara de cerrar la puerta al salir. Lo hizo.

    Se levantó de un salto. Piplup a su lado, igual de emocionado que él, se frotó los parpados con las pequeñas aletas. Tenían unos cinco minutos para preparar todo una última vez, y otros tres antes de que el criado volviera para asegurarse de que no se había quedado dormido de nuevo. Pasados esos ocho minutos no volvería a encontrarse a solas hasta mucho después del desayuno. Y además, estaba seguro de que alguien subiría a limpiar su dormitorio mientras el desayunaba abajo, y si abría el armario y encontraba el bolso con sus cosas...No, era ahora o nunca.

    Se cambió rápidamente de ropa. Cambio el pijama por unos jeans y una camisa, además de un sueter que le quedaba a la medida, de color morado y rombos negros grabados como si se tratase de piel de Swalot. Su medio de transporte era de aire acondicionado omnipresente, debía ir bien abrigado.

    Se acomodó el bolso en su espalda, y sintió que era imposible estar más listo. Asintió hacia Piplup, mientras abría la puerta.

    Bien, no habían Mankeys en la costa. La zona desde el pasillo hasta las escaleras parecía completamente desierta. Había estudiado el escape al más mínimo detalle, no podía haber margen de error...

    Pip~—comentó Piplup, haciendo que Drake se girara. En segundos, todo el dormitorio se había llenado de burbujas, y al parecer Piplup necesitaba que Drake saliera para terminar de 'burbujear' la habitación. Eso estaba bien, era justo lo que habían ensayado.

    "Solo podrán pensar en lo irreal de la situación" pensó él. "No pensaran que es imposible que yo esté en aquel dormitorio sin darme cuenta de nada, solo querrán deshacerse de las burbujas". Lo cual les tomaría minutos. Preciosos minutos extra que Drake sabría aprovechar.

    Drake cerró la puerta, tratando de no hacer mucho ruido. Luego agarró a Piplup en brazos, y echó a correr. Bajó las escaleras de solo cinco saltos, antes de girar hasta la puerta trasera. Sabía que se había tardado mucho mientras se vestía, pero no sabía exactamente cuanto. Para lo que sabía, podía tener a alguien persiguiendolo justo ahora.

    Llegó hasta la puerta trasera. Cerrada. Forcejeó un par de veces, hasta terminar notando lo podrido y simple que era el seguro. ¿Que tan poco usada era aquella salida?

    Ni siquiera lo pensó. Le dió una patada a la puerta, que hizo que los músculos de su pierna gritaran, pero que logró ejercer la presión suficiente para romper el seguro y dejarle la vía libre. Mientras cojeaba, pensó que solo en las peliculas una persona podía abrir una puerta con cerrojo de una patada y seguir teniendo energía para bailar algo de tap.

    Rodeó la mansión hasta la entrada principal con el corazón en la garganta. Sabía que en alguna ventana, alguien debía de estarlo viendo. Alguien que estaba demasiado estupefacto para reaccionar, porque se suponía que el señor Drake debía de estar desayunando en la mesa, no tratando de fugarse. Cuando escuchó los gritos, aceleró el paso.

    El guardia que vigilaba la entrada tampoco parecía esperar encontrarselo allí. Eso era estar en buena racha.

    Señor...

    —Saldré a correr—mintió Drake rapidamente, porque supo que el vigilante iba a llamarlo por su apellido. Por su otro apellido, aquel que había obtenido al firmar aquella estúpida carta, meses atras. Drake podía perder a su madre, podía perder su hogar en Ciudad Marina, pero no aceptaría que le quitaran lo último que lo ligaba a ella. "Sigo siendo un Orestes" se dijo. "No importa lo que ellos digan".

    A correr—repitió el guardia como un Chatot, y Drake supo que estaba fijandose en su equipaje. Pero bueno, él no habia dado por hecho que iban a creerle. Drake siempre tenía un plan b.

    —¡Placaje!—ordenó. Piplup era pequeño, pero era fuerte y astuto. Un cabesazo en la entrepierna de parte de su pokémon inicial, y el guardia había dejado de ser un problema. Drake tenía la vía libre...

    —¡Joven Honda!—el grito venía de alguien a quien solo había visto un par de veces, y siempre de lejos. Drake se giró.

    El que se consideraba la mano derecha de su padrastro acostumbraba vestirse como un empresario, aunque su apariencia le hacía parecer más un militar. Era alto y robuzto, de hombros amplios y cabeza cuadrada. Cargaba una honorball en la mano, y su Luxray estaba fuera de ella, mirando al chico imperturbablemente.

    —No me llames así—gruñó Drake, furioso.—No soy...

    —Este es su hogar, señor Honda.—fue la respuesta.—Así fue establecido, usted debe cooperar. Será más fácil para todos de esa forma.

    Su Luxray dió un paso al frente. No había forma de que Piplup pudiera vencer a esa cosa. Sabía que si lo intentaba, Luxray debilitaría a su pokémon inicial de un solo ataque eléctrico, y luego acorralaría a Drake hasta que su entrenador los alcanzara.

    Así que en cuanto Luxray saltó hacia él, no tuvo otra idea que patear el suelo frente a sí, lanzando un puñado de tierra hacia los ojos del felino.

    Había funcionado. En cuanto el Luxray rugió adolorido, Drake se volvió y abrió las enormes y estúpidas rejas con su enorme y estúpida "H" dorada en el centro. Luego agarró a Piplup como todo un Quarterback, y salió corriendo, ignorando por completo su cojera anterior.

    Paso varias calles, y no se detuvo hasta estar seguro de que lo habían perdido de vista por un momento. Luego de eso, se permitió tomar un taxi.

    El viaje hacia el aeropuerto de Ciudad Canal solía ser bastante caro, pues pedía tomar atajos y direcciones diferentes a las habituales. Pero Drake había obtenido sus propias tarjetas de crédito desde que había entrado a lo que sería su nueva vida. No tuvo ningún problema con pagar previamente.

    Al salir, se encargó de vigilar los alrededores. No dudaba de la capacidad del hombre que había querido detenerlo en las puertas de la mansión. Si tenía la mas mínima sospecha de que Drake quería tomar un avión, iba a ser encontrado pronto.

    Se cambió de sueter a uno más ligero y menos llamativo, de color blanco, y se subió la capucha. Esperaba que sus perseguidores se estuvieran guiando por el enorme sueter color Swalot que había estado usando al salir.

    Como suponía, a esa hora el aeropuerto estaba casi vacío. Compró rápidamente su pasaje, pagando en efectivo para evitar dar algún aviso electronico con sus datos hacia donde se dirigía. Si alguien se enteraba de ello, lo averiguaría a la antigua usansa, y eso tomaría tiempo.

    Sin embargo, al llegar a las barras que separaban la zona con la sala de espera, un hombre lo detuvo.—¿Tarjeta?

    —¿Eh?—preguntó Drake, confundido.

    —Eres entrenador, ¿no?—preguntó el vigilante, con una mirada de soslayo al Piplup en sus brazos.—Necesito verificar su tarjeta de entrenador.

    El alma de Drake cayó a sus piés.—Yo...

    —Menores de dieciocho no pueden viajar sin la presencia de sus representantes, a excepción de que tenga una tarjeta de entrenador—respondió el vigilante, sacando una especie de tarjeta digital en su bolsillo y un teléfono.—Si no tiene una, podemos remediarlo rápidamente. Permitame el número de teléfono de su representante, y en cuanto tenga su permiso procederemos.

    No, eso no iba a funcionar. De ninguna manera.

    Pensó en sus posibilidades rápidamente. Supuso que no podía solo escabullirse, porque la tarjeta de entrenador iba a ser pedida también del otro lado, y en el aeropuerto al que llegara luego del vuelo. Solo quedaba una salida, y se odió por ello.

    —Esta es la única tarjeta que tengo—respondió, fingiendo indiferencia mientras le plantaba al frente una tarjeta de credito de platino.—No está a nombre de nadie, y no tiene limite en fondos consumibles—recitó, como si no fuera la gran cosa.—Ahora, ¿me dejará pasar? Falta media hora para el vuelo, y me gustaría pasar por la cafetería primero.

    El hombre alzó una ceja. Por un momento Drake se imaginó siendo arrastrado hacia la salida del aeropuerto, justo ante los piés de sus perseguidores. Pero luego el hombre habló—Podría perder mi empleo...—y Drake sintió esperanza.

    —Estoy seguro de que vale la pena—respondió.

    El vigilante dudó, pero en cuanto tuvo en sus manos la tarjeta de platino, lo dió por hecho. Entregó al chico una tarjeta de entrenador electrónica, además de una pequeña pokeball.

    —¿Eh?—soltó Drake, confuso. Al abrirla, un Munchlax lo saludó con energía.

    —No hace más que comer y comer—explicó el hombre—ahora es tuyo, consideralo parte del trato.

    Una parte de Drake se enojó al pensar en que alguien pudiera intercambiar a un pokémon como si fuera el vuelto de un pago. Sin embargo, su parte racional se obligó a asentir y devolver a Munchlax a su pokeball antes de pasar a la sala de espera.

    Le había mentido al vigilante, por si la mano derecha de su padrastro se aparecía por allí. Estaba seguro de que, luego de unos pocos billetes, el vigilante le diría que el chico se había ido a la cafetería, pues aún faltaba media hora para su vuelo. En realidad la cafetería quedaba en la otra punta del aeropuerto, y solo faltaban unos quince minutos.

    Al entrar en el avión, se sintió extraño. Ya había volado antes, pero nunca en un avión de esa magnitud. Los aviones a los que estaba acostumbrado eran más pequeños, los que estaban hechos solo para viajes a otras ciudades de una misma región.

    Se sentó al lado de la ventanilla, aún con Piplup a sus brazos. No pasó mucho antes de que viera al hombre que había tratado de detenerlo en la mansión, corriendo euforico. No hacia su avión, no. Era obvio que esa clase de gente solo podía pensar en que el plan de Drake era volver a casa, en Ciudad Marina. Él habría querido hacerlo, en realidad, pero supo que esa ya no era más su casa. No hasta que fuera mayor de edad. Él no volvería a su pasado para verlo hecho pedazos.

    Encendió su ficha de entrenador. Para su sorpresa y horror, en cuanto tocó la ficha, la misma se llenó por si sola con su información. Edad, género, número de medallas. Nombre. Drake se sintió horrible al ver al lado de esa última categoría el nombre 'Drake Honda'. Le habría gustado lanzar la ficha por la ventana. Le habría gustado mucho.

    En vez de eso, se la guardó en el bolsillo, y esperó a que el avión hubiera despegado antes de encender su móvil. Una azafata pareció querer reprocharselo, pero Drake hizo un gesto de 'solo un minuto' y escribió un mensaje a su padrastro:

    "Me voy de viaje por unos años, espero que no sea un problema. Por cierto, se me ha perdido la tarjeta de platino, creo que será mejor que la bloquees. Hasta nunca, señor Moura".

    Luego apagó el teléfono, sintiendose un poco mejor. Munchlax había sido vengado.

    Miró por la ventanilla como su región era tragada por las nubes y se convertía en una mancha. Se dijo que estaba de camino a un nuevo lugar, un lugar en donde podía llamarse a si mismo Drake Orestes y no pensar que habría alguien corrigiendolo. Un lugar donde sería él mismo, viviendo como estaba acostumbrado. Un nuevo comienzo.

    —Galeia, ¿eh?—se dijo, mirando su boleto de avión. Luego se recostó sobre la ventanilla, y no tardó mucho en quedarse dormido. No había dormido en toda la noche, después de todo.

    Ese día cumplía quince años. Le había parecido correcto.
     
    Última edición: 27 Agosto 2016
    • Me gusta Me gusta x 2
    • Ganador Ganador x 2
    • Fangirl Fangirl x 1
  2.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

    Piscis
    Miembro desde:
    25 Mayo 2013
    Mensajes:
    5,616
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Te dije que comentaria y al final... ya ves. Pero ahora estoy aquí y vengo a eso precisamente e.é

    Bueno, desde que me comentaste la idea de convertir a Drake en un Honda supe que sería un giro súper épico. Y no me equivoqué. ¡Esto derrocha epicidad por todos lados! <3

    Drake es súper badass y tiene un buen par de pokebolas para desafíar a Moura así, ese hombre se las trae.

    No imagino lo difícil que debió ser para él que su madre muriese y tener que vivir con una persona completamente desconocida, en una casa y ciudad desconocidas, con un estilo de vida completamente distinto. Pobre Drake, por muchos lujos que tengan allá no creo que fuese fácil. Pero bueno, él se cansó y decidió dejar todo eso.

    ¡Y de qué manera! Amé como narraste la huida de Drake; las burbujas de Piplup, la puerta, el tipo que trató de detenerle. Logre imaginarlo todo perfectamente, y me pareció genial que le pusieras un Luxray al tipo este. Es mi pokémon favorito e.e Y además, es el sello de los Honda.

    Lo que más me alegra de todo esto, es que al fin el pasado de Drake deje de ser un misterio. Como dices, tenía muchas ganas de saber más de él x'D Y bueno, no me decepcionó para nada. Todo el escrito estuvo maravillosamente narrado, y no noté ningún error a simple vista. La forma en la que dejó la mansión, Sinnoh, su padrastro y con ello su pasado atrás fue sublime. Plasmaste muy bien ese sentimiento de adolescente rebelde que desafía a sus progenitores para buscar su propio camino en el mundo. Lo amé <3

    Y bueno, sabes que estoy deseando ver como se desenvolverá todo esto en el rol. Me muero porque eso pase, de verdad x'DD
    Muy buen trabajo, Grae. Espero leer más cositas tuyas <3

    Ja ne.
     
    • Adorable Adorable x 3
  3.  
    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado fifteen k. gakkouer

    Piscis
    Miembro desde:
    10 Julio 2013
    Mensajes:
    15,845
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Interesante escrito que nos cuenta el pasado de Drake. Debería decir que me sorprende pero la verdad, hace ya mucho tiempo que me dijeron que Drake era un Honda así que al leérmelo ahora no me ha causado ese impacto. Lo suponía de antes, de alguna manera, así que bueno.

    El fic es muy interesante, cabe decir, pues nos cuenta el momento clave y el por qué de que Drake empezara su aventura por Galeia, y es una explicación muy interesante. Entiendo lo difícil que debió ser para él cambiar totalmente de forma de vida. Por muchos lujos que tuviera esa casa, nada podría sustituir el cariño y amor de su madre que había perdido y sería imposible para él olvidarla.

    La escena, aunque parece muy de película (niños que se escapan de casa, ¿quién no ha visto esa escena en una peli alguna vez?), lo has narrado bien y es fácil imaginarse la situación así que te felicito por eso.

    No tienes grandes faltas, lo único que he visto por ahí han sido unas cuantas tildes que te han faltado (además has escrito "pié" con tilde y estará bien si hablaras del pasado de "piar", pero refiriéndote a la parte del cuerppo está mal, no se acentúa por ser monosílabo, al igual que "dió" no tiene tilde, esas son las que más me han chirriado) y un par de "s" en lugar de "z" (usansa -> usanza / cabesazo -> cabezazo), pero poco más.

    No tengo nada más que señalar, salvo que mejores ese pequeño problema que tienes con las tildes~

    Sigue así ^^
     

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso