One-shot Cita [Pokémon Rol | Ian x Emily]

Título: Cita.
Fandom: Pokémon Rol Championship.
Personajes: Emily Hodges, Ian Lockhart, Emma, Blaus.
Palabras: 1113
Summary: "Ian sonrió ligeramente, mirándola mientras se alejaba. Sea lo que sea que aquellos tres le escondían, estaba seguro que acabaría por enterarse."
N/A: Juanjomaster cosas que se le ocurren a una cuando decide faltar al cibercole (?) Im just so soft with them but also, emian being emian you know (?)

Emily e Ian se encontraban en el sofá, la primera en los brazos del segundo mientras buscaban algo que ver en la tele. Pretendían pasar la tarde viendo alguna película que seguramente acabaría aburriéndoles hasta hacerles dormir… el plan perfecto para un viernes por la tarde, sí señor.

Apenas llevaban unos minutos sentados cuando vieron la cabeza de un adolescente asomando por la puerta del salón.

—M-mamá… —ambos giraron la cabeza al escuchar la tímida voz del chico—. ¿P-puedes venir a mi cuarto un momento?

—Claro, cariño.

Mientras el chico salía, prácticamente corriendo, hacia su habitación, el matrimonio compartió una mirada llena de curiosidad antes de que ella le diese un beso a Ian y se levantase, dirigiéndose hacia la planta de arriba.

Entró a la habitación de Blaus sin perder esa curiosidad y, saludando al Chandelure de Ian que solía pasar tiempo con el niño, se dirigió hacia la cama para sentarse en el borde de la misma. Le dirigió entonces la mirada al chico, expectante.

—¿P-podrías… prestarme una camisa de papá? ¿Y p-podría salir mañana por la noche hasta tarde? ¿Por favor?

Emily ladeó la cabeza, confundida, pestañeando un par de veces intentando procesar la información recibida, sin ser capaz de entender lo que estaba sucediendo.

—¿Por qué? —fue lo único que acabó pronunciando, tras unos segundos.

Emily no quería ser controladora con sus hijos, ni mucho menos, pero lo cierto es que no podía quedarse tranquila sin saber qué hacían. Además, aquello estaba siendo demasiado repentino.

El chico esquivó la mirada de su madre, avergonzado, sin responder. Pasaron varios segundos así hasta que una tercera presencia apareció, asomándose por la puerta de la habitación.

—Blaus tiene una cita~

Los otros dos giraron la cabeza de manera abrupta, encontrándose con la pequeña Emma que sonreía de manera traviesa. El chico le dirigió una mirada llena de molestia a lo que ella respondió sacándole la lengua, burlona.

Emily se levantó para coger a la pequeña entre brazos, cerrando la puerta después para volver a la cama, donde se sentó una vez más, aunque en aquella ocasión con la niña sobre sus rodillas.

—¿Una cita? ¿Qué sabes tú, pillina? —le preguntó, haciéndoles unas cosquillas juguetonas en el costado.

—¡Lo he visto mientras lo esperaba a la salida! —comenzó la pequeña a explicar, emocionada—. ¡Es una chica que ha venido de intercambio! ¡Es de Kalos y es muuuuy guapa! En el recreo todos querían hablar con ella, ¡menos el tonto de Blaus! Pero, pero… a la salida, ¡se ha acercado a nosotros! Y le ha pedido a Blaus si podía enseñarle la ciudad, ¡que parecía un chico muy amable! ¡Y el tonto se ha quedado callado y estaba rojo, rojo, como cuando lo regaña papá! Así que yo tuve que decirle a la chica que sí, ¡claro! ¡Así que tienen una cita!

Emily escuchó el trepidante relato de la niña con los ojos muy abiertos, asintiendo con la cabeza de vez en cuanto y completamente inmersa en la misma. Cuando terminó, dejó escapar una risilla divertida y, tras darle un beso en la frente a la chica, la colocó sobre la cama y se acercó al niño.

Tuvo que colocarse de cuclillas para poder mirar al chico al rostro, pues nuevamente estaba cabizbajo, terriblemente sonrojado. Pero Emily simplemente le sonrió con amabilidad.

—¿Vas a verla por la tarde, cariño? —él asintió ligeramente—. ¿Qué te parece si por la mañana vamos a buscarte algo de ropa nueva? —el chico levantó la cabeza, algo sorprendido, pero finalmente asintió con una sonrisa emocionada, provocando en la mujer una respuesta parecida—. Muy bien. Pero, cariño, déjame decirte algo. No intentes impresionarla siendo alguien que no eres. Si se ha acercado a ti es porque le has gustado así, ¿no crees?

Emily llevó entonces la mano a la mejilla de su hijo, acariciándola con ternura. El chico volvió a asentir con la cabeza, sintiéndose algo avergonzado por las palabras de su madre… pero sabiendo que tenía razón.

La morena se puso en pie y volvió a coger en brazos a la niña, sin lograr perder esa sonrisa llena de emoción. La primera cita de su niño… ¡aquello era emocionante!

>> Y tranquilo, puedes quedarte hasta tarde~

Diciendo aquello, se dirigió hacia la puerta, descubriendo a un curioso Ian al abrirla, cruzado de brazos y con la ceja alzada.

—¿Qué pasa? —preguntó.

Blaus se giró, repentinamente preocupado de que todo su plan de mantenérselo en secreto a su padre se fuese al garete en unos segundos. Porque tenía claro que él no le iba a dejar salir sin haber descubierto, mínimamente, quiénes eran los tatarabuelos de la chica.

—Nada~ —respondió Emily, con un tono dulce—. Solo que Blaus quería pasar un día entero con su querida mamá, porque se lo pasa muy bien conmigo, y no quería hacerte sentir mal si lo decía delante de ti, ¿verdad, cariño? —la morena giró la cabeza entonces, guiñándole un ojo al niño.

Ian frunció el ceño, intercalando miradas analíticas entre ambos. Aquello sonaba demasiado sospechoso, y él sabía que Emily solo usaba ese tono cuando quería distraerlo de algo que escondía.

Sin embargo, no estaban solos, Emma también estaba dispuesta a que la cita de su hermano saliese bien así que con emoción, extendió los brazos hasta rodear el cuello de su padre, cambiando así de brazos, y depositó un beso sobre la nariz del hombre.

—¡Así que papá y yo podemos pasar todo el día juntos también! ¡Vamos a tomar el té en el jardín y vamos a hacer un baile, ¿verdad?!

Ian asintió con la cabeza, perdiendo en ese momento todo rastro de molestia que podría tener y sustituyéndolo por una enorme sonrisa.

—Está bien, pero para eso tienes que acabar tus deberes, ¿sí?

—¡Aaah! ¡Mamá está celosa! —gritó la niña, corriendo hacia su habitación cuando finalmente bajó de los brazos de su padre.

Emily rio ligeramente, viendo cómo se alejaba, hasta que sintió los brazos de Ian rodeándola por detrás y apoyando su cabeza sobre su hombro.

—¿Has elegido la peli, entonces?

—Uh… cierto. La peli —Emily suspiró, pero Ian pronto depositó un beso sobre su cuello para distraerla—. ¿Y si mejor hacemos otra cosa?

Emily, sin embargo, llevó sus dedos hasta la frente del hombre y le dio un leve golpe con el índice, alejándolo así.

—Mejor vete a hacer la cena, que siempre tardas mucho —sentenció, cruzándose de brazos, antes de dirigirse de nuevo al piso inferior.

Ian sonrió ligeramente, mirándola mientras se alejaba. Sea lo que sea que aquellos tres le escondían, estaba seguro que acabaría por enterarse.

Pero no iba a estropearles la diversión, porque a él también le divertía.