Ciclo Interminable

Título: Ciclo Interminable
Fandom: Vampire Knight
Tipo: One-Shot
Género: Fantasía (iba a ponerle algo como "Suspenso", pero no creo que sea adecuado...)
Personajes: Yuuki Cross, Zero Kiryûu, Kaname Kuran.
Advertencias: Estupideces al 1,000% (?). Soñé con algo así así que lo adapté, lol.
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Ciclo Interminable​

Volvió a sentirse mal… Hacía tanto frío ahí donde se encontraba… Sentía que los huesos le dolían de tanto estar expuesta a aquella brisa helada con nada más que un abrigo muy fino y una falda liviana, sin mencionar las botas de la Academia que siempre utilizaba.

Cerró sus ojos ante el fuerte viento que la azotó por completo.

—Zero… ¿Zero dónde estás? —Llamó entre la oscuridad, el frío y los copos de nieve que caían del cielo violentamente. No recibió respuesta alguna, ni siquiera algún indicio de que él estuviese cerca.

Caminó con dificultad entre los pisos nevados, hundiéndose conforme iba avanzando y acercándose a una especie de luz que se abría paso entre tanta oscuridad. Su ansiedad aumentó en cuanto se dio cuenta de que aquella luz irradiaba calidez; sonrió con esperanzas, dando largas zancadas con el fin de llegar a aquel punto de llegada.

Viéndose a sí misma a punto de sentir el calor y recibir la luz en su piel, fue tomada bruscamente del antebrazo por una mano fría y sumamente áspera, deteniéndola en su travesía.

—Yuuki, ¿a dónde vas? —Era el prefecto de ojos violetas y cabello plateado el que la mantenía presa en su agarre—. Creí que esto era lo que querías. —Bramó con crudeza en su voz, confundiendo a la menuda chica.

—¿De qué hablas, Zero? —Preguntó fuera de onda; el cazador simplemente no dejaba de escudriñarla con la mirada—. ¿A qué te refieres, qué es eso que yo quería?

—¿Qué más iba a ser, Yuuki? Dijiste que querías quedarte aquí, conmigo… —Añadió en un tono dulce y meloso, uno que en efecto, no pertenecía a él sino a…

—¿Kaname-senpai? —La pequeña Cross observó confundida cómo la imagen de Zero desaparecía ante sus ojos, deformándose hasta concebir la silueta de Kaname justo en frente de ella, mirándola con ojos del color de la sangre, examinándola sin un ápice de culpa o vergüenza.

—Quédate aquí conmigo, Yuuki… En mi mundo. —Pidió con anhelo, atrapando a la chica entre sus largos brazos.

—K-Kaname-senpai…

¿Qué? ¿Cómo había llegado a esa situación? Ya no sentía frío, se sentía cálida y estaba sumamente sonrojada; Kaname la estaba abrazando tan cariñosamente, con tanto anhelo de que ella se quedara en ése lugar tan… Inhospitable con él, que sintió ternura y a la vez, sintió miedo y la invadió la duda. En primer lugar, ¿Y Zero, dónde estaba? Lo había visto desaparecer justo frente a ella para dar paso a la imagen de Kaname; también se preguntaba ¿cómo demonios había llegado ahí?

Apoyó con confianza su cabeza en el fuerte pecho del sangrepura, sintiendo la calmada respiración de éste. Como pudo observó a su alrededor. Se encontraba en un sitio árido, frío y sin señales de vida por ningún lado, además, aquel sitio se parecía mucho al lugar en el que Kaname la había salvado de aquel vampiro fuera de control.

Respingó y dejó de pensar en aquello al sentir la respiración del castaño muy cerca de su oído.

—¿Estás perdida, pequeña? —Pronunció él socarronamente. Yuuki tembló completamente… ¡Esa voz, esa misma voz era la de aquel vampiro desgraciado!

—¡K-Kaname! —Gimió asustada en cuanto él se separó de ella rápidamente y la tomó de los brazos violentamente.

—¿Me permitirías tomar tu sangre?

Shock…

Aquel no era Kaname, había dejado de ser él para transformarse en ese ente maldito que trató de matarla cuando se había encontrado a sí misma perdida en aquella tormenta de nieve tan salvaje, sola y con mucho miedo… Forcejeó lo que pudo y no logró soltarse del agarre del vampiro.

—¡Déjame ir! —Pidió, lamentándose al no tener a Artemis consigo. El nivel E sólo rió con ganas.

Listo, estaba perdida, su vida acabaría en el mismo sitio en el que ella creía haber empezado. Sería mordida y drenada cruelmente por ese vampiro de mala muerte y no podría hacer nada para defenderse.

—¡Yuuki!

El grito de cierto chico de ojos violetas le arrancó la más sincera de las sonrisas.

—¡Zero, ayúdame! —Pidió asustada e intentando zafarse, nuevamente, no logró nada.

Kiryûu inmediatamente alzó su arma y quitó el seguro de la misma, disparando su Bloody Rose y enviando un disparo que dio certero en la cabeza del vampiro, desvaneciéndolo en el acto.

Yuuki cayó en la nieve sumamente atemorizada y con los ojos fuertemente cerrados, frotándose los brazos para calentarse. Le tomó unos minutos calmarse y obtener la poca calma que la había abandonado, abriendo sus ojos para encontrarse completamente sola y sin un solo rastro de Zero.

Se puso de pie.

Volvió a sentirse mal… Hacía tanto frío ahí donde se encontraba… Sentía que los huesos le dolían de tanto estar expuesta a aquella brisa helada con nada más que un abrigo muy fino y una falda liviana, sin mencionar las botas de la Academia que siempre utilizaba.

Una vez más volvió a caminar, ajena a todo lo que había vivido y sin un solo recuerdo de lo sucedido; atrapada eternamente en un ciclo interminable.