One-shot Chuu~ [Pokémon Rol Championship] [Destiny x Alpha]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Naiki, 12 Agosto 2018.

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    Naiki

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    Título:
    Chuu~ [Pokémon Rol Championship] [Destiny x Alpha]
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    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1877
    Pues hoy me han dado las ganas de escribir y me he decidido a hacerlo cuando se me vino la idea de "¿Y cómo explico yo el rompimiento de Des y Alpha si llega a existir el Bakashipping?" Entonces me puse a escribir de a poco. ¿Sabes cuando metes un microondas en la licuadora? Pues resulta que tienes una idea y luego al final no sabes qué pasará... Algo así me ha pasado escribiendo esto xD Y como estoy intentando mejorar un poco mi estilo simple y agregarle más descripciones creo que la oportunidad ha venido bien. También el hecho de probar narrar de mano de otro personaje~ Y eso, saludos :D

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    Estaba ocurriendo de nuevo. Una vez más estaba copiándome de esas personas que tanto me dieron en mi infancia. De nuevo estaba pasando toda la noche de largo para poder trabajar y que no se fuera al carajo toda la compañía Inashu.

    Me levanté cuando noté que los rayos del sol empezaban a chocar con la tela que cubría la ventanill, bebí un poco del café que había preparado hace casi una hora; Estaba asquerosamente frío y eso hacía nulo aquél sabor tan fino propio de las tierras de su origen. Seguido a eso me acerqué al marco de la ventana y ahí deslicé con delicadeza las cortinas de satín por la barra que las sostenía sobre el marco y entró el sol: Cegador, caliente y un desagrado para mis pobres ojos totalmente cansados y con una areola de oscuridad alrededor de estos. Recuperada de aquel flash abrí la ventana empujando con delicadeza ambas partes de esta. El viento entró de inmediato, haciendo que un pequeño escalofrío recorriese mi espalda, estábamos apenas saliendo de invierno y las temperaturas a horas tan tempranas no eran más agradables todavía, se podía notar con simplemente estirar la mano hacia afuera.

    Me di la vuelta y miré la hora en el reloj de la pared: Las seis y cuarenta aproximadamente. Refregué suavemente mis ojos con mis manos, bostecé y tapé de inmediato mis labios con el dorso de mi mano, estiré suavemente mi cuerpo y lentamente comencé a caminar a la puerta del cuarto, lo mejor sería poder ir a tomar una pequeña ducha para luego seguir trabajando.

    Tiré hacia adentro la puerta de la habitación y salí al pasillo infestado de cuadros, decoraciones y tapizado con una alfombra lujosa y tan reluciente que cualquier persona pagaría por tener un plato de comida sobre ella. Era un lugar familiar para mí: Mamá siempre solía enseñarme acerca de los cuadros, señalándome los tipos de estilo que habían usado los creadores de éstos y lo que caracterizaba a cada una de esas formas de arte. Papá era más simple y solo compartía conmigo sus preferencias mientras me cargaba en sus brazos. Era un contraste que ahora solo vivía en mis recuerdos y cada vez que lo evocaba provocaba un ardor en mi pecho de satisfacción y luego un dolor abdominal traído de la idea de que realmente nunca volvería a pasar. Sus manos sobre mi dorso y cabeza jamás podrían estar ahí de nuevo. Sus rostros ya pálidos y un poco esqueléticos por las constantes horas de trabajo eran mi más reciente memoria de ellos… Lo odiaba. Sabía que era lo único que se podía hacer, que ellos tenían que llevar la compañía, que si no se hacía no podríamos comer, pero a veces simplemente desearía que esta mansión se evaporase y a cambio los tuviera conmigo.

    Bu~

    Escuché ese ruido pegado a mi oreja y reaccioné dando un salto de manera inmediata. Mi corazón se aceleró muchísimo y sentí como todo se heló en mí. No esperaba para nada eso, estaba tan absolutamente concentrada en mis pensamientos que simplemente no pude percatarme de otra presencia en el corredor. Cuando pude recomponerme para voltear mis ojos se dieron cuenta del responsable de mi estado actual. Cabello de un color claro totalmente desaliñado, unas ropas sucias de lodo, tierra y sabe Arceus qué otra cosa, unos ojos dorados llenos de electricidad y vida que se estaban enfocando en mi persona sin dejarme ir de su mirada y finalmente una sonrisa. Esa sonrisa que simplemente era muy difícil de borrarle del rostro. Esa curva que demostraba la despreocupación por la vida que él cargaba.

    Alpha, Alpha Xenodis.

    Nos habíamos conocido hace más de dos años en la lejana región de Galeia. Él siempre se mostraba entusiasta en combatir y viajar de un lado para el otro. Siempre que necesité su ayuda me la brindó y finalmente hizo que me cautivara. Definitivamente no era la clase de hombre que buscaba para mi vida: Él a veces tiene un sentido común muy reducido, está obsesionado con el entrenamiento de sus Pokémon y siempre hay que estar pendiente de que no haga algo imprudente o de que se comporte para las cenas elegantes que tenemos con otras compañías. Alpha no pertenecía al mundo de los ricos, pero para mí él era una persona irremplazable.

    —Hey, rubia—Se dirigió a mí con ese típico apodo. —, ¿trabajabas de nuevo hasta tarde?

    Vaya pregunta más obvia. Él sabía perfectamente que estaba así todo los días, llena de trabajo hasta las horas más insoportables de la noche, atacada por el cansancio, el hambre y obvio, por la interminable pila de hojas que debía leer, revisar, corregir y firmar.

    —Sabes que uso lentes cuando estoy trabajando—Respondí de inmediato, un tanto fría. Estaba cansada, y lo último que quería era una conversación tonta sobre cosas que estaban a la vista de todo el mundo. Era como tener una conversación de sobre dos y dos son cuatro. —. Y veo que tú estabas entrenando como de costumbre, espero que no hayas hecho ningún tipo de desastre.

    No era la primera vez que nos topábamos a estas horas. Alpha solía salir constantemente a fortalecerse a las altas horas de la noche, pues tras que llegase a las portadas de varios periódicos como el entrenador que poseía un Pokémon de tal calibre como Rayquaza me había obligado a encararle y prohibirle salir con Shen, como él le llamaba, de día. En consecuencia, él solía llegar así casi todas las noches de la semana y había ocasiones donde nos encontrábamos en el pasillo.

    —¡Puedes apostarlo! —Respondió con tanto ánimo que tuve que hacerle bajar la voz de manera un tanto violenta con un rápido Shh y una mirada fulminante. Tragó saliva antes de proseguir. —. Estuvimos en la ruta 18 trabajando muy duro. Shen cada vez se vuelve más un compañero, ¿sabes? Al principio costaba mucho llevarnos bien—Solo escuché el lugar donde estuvo, pero asentí con una pequeña sonrisa forzada para que no se sintiera mal. —. Ahora mismo creo que podríamos enfrentarnos a los líderes de gimnasio y destrozarlos a todos… Pero como dijiste que no querías alborotos supongo que me contentaré con entrenar.

    Cuando él acabó de hablar simplemente le sonreí.

    —Me alegra mucho, Alpha, pero ahora iré a darme una ducha y luego seguiré trabajando.

    Giré sobre mi propio eje y entonces comencé a caminar en dirección a mi habitación. Sí, eso era lo que yo realmente necesitaba: Agua caliente para eliminar mi cansancio y luego volver a la oficina para terminar el trabajo de hoy, acumulado por no haber trabajado el día de ayer.

    Pero mi caminata se vio interferida, mis pies dejaron de tener algún tipo de contacto con el suelo, mi cuerpo se vio de pronto azotado por el calor que él producía.

    —Bájame, apestas.

    Había tapado en poco mi nariz con una de mis manos. Toda la comodidad que me podía entregar el ser tomada como una esposa tras la boda se estaba esfumando debido a aquél ácido olor a sudoración, lodo y tierra.

    —Tienes razón, ¿está bien si nos duchamos juntos?

    La propuesta fue inesperada en ese momento, pese a que habíamos hecho eso un par de veces en el pasado siempre fue porque era yo quien se escabullía dentro de la bañera con intención de ver su rostro rojo. Actualmente era mi cara la que estaba hecha un infierno. Quería negarme de toda manera y bajarme de sus brazos, pero mi cuerpo no reaccionaba, estaba cansada y no podía dar más.

    —Ya bájame, Alpha, puedo hacerlo sola.

    —Testaruda.

    Simplemente río y cargó conmigo hacia el baño. En el camino no pude evitar quedarme observándole. Él siempre aguantaba mis caprichos, mis palabras hirientes, mis juegos atrevidos y además cada vez que podía hacia entregas de los papeles que me restarían tiempo para dedicar a otras cosas. Definitivamente no podía ayudarme con muchas cosas, pero era algo que apreciaba. Él era alguien a quien apreciaba.

    Llegamos en poco al baño, una habitación bastante amplia pintada de un blanco en las paredes y un contraste de beis en el suelo, que se extendía por el exterior de la bañera de jacuzzi y los pequeños escalones que llevaban a la puerta cristalina de la ducha. Un poco más cercano a la puerta, y a la izquierda de la habitación, se encontraba un mueble donde se encontraban mis distintos productos de belleza y los artefactos eléctricos para el tratado del cabello, además de eso se encontraba el grifo y un espejo cuadrado rodeado por un elegante marco de madera café. En el techo colgaba un hexágono de madera y dentro de éste había uno más pequeño de color blanco, al cual le colgaba en el centro un ventilador con motivo de despejar el vapor de la habitación tras usarse

    —Espera aquí, ¿sí?

    Me dejó suavemente sobre una de las sillas del lugar, puestas ahí para poder secarse el cabello de manera cómoda o esperar a que la bañera esté llena sin la necesidad de estar de pie, y esa última era la idea de ahora mismo. Poco a poco la habitación empezó a subir su temperatura y el vapor apareció. Alpha se posicionó frente a mí y sus labios se curvaron, una vez más.

    —Déjame ayudarte.

    Sus manos se colocaron en mi cintura y lentamente comenzó a arrebatar la ropa de mi cuerpo. Sentí como el pulso se me iba acelerando, como mi corazón luchaba por escapar de mi pecho y mi rostro a su vez solo buscaba incendiarse en ese mismo momento, incluso cuando él consiguió que quedase solo con mis prendas menores.

    Él no fue menos, se despojó de sus prendas con total tranquilidad del mundo y dejó ver su cuerpo tal como vino al mundo, pero se dio la decencia de cubrir su zona más privada.

    —Eres un perver-

    Interrumpió mis palabras cargadas de enojo y vergüenza. Sentí la humedad y su cercanía por unos cortos segundos. Segundos que quise se volvieran eternos. Segundos donde pude olvidar completamente que soy Destiny Inashu y simplemente ser una chica tontamente enamorada.

    —¿Vienes? —Preguntó antes de alejarse.

    Idiota, me había dejado completamente desarmada. Me hizo sentir tan vulnerable con una sola acción, pero a su vez hacía que estuviese tan cómodo con ella que dejé las barreras. En ese momento solo quería disfrutar de su compañía, sentir su cuerpo cálido, sus brazos rodeándome y verlo nuevamente tan cerca, prohibiéndome el habla y el pensamiento. Curando mis males con un simple choque de labios.

    Yo… Definitivamente quería quedarme a su lado.
     
    • Adorable Adorable x 3
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