Te encerraste en tu cuarto sin focos y de cortinas gruesas, y pusiste el cerrojo, para abrirlo cuando quieras. "No me busques, no me hables", me gritaste tras el muro, buscando que intentara derrumbarlo con mis manos despojadas. Pero es la última noche que el frío de tu voz me paraliza los miembros, y tus dedos congelados se me clavan a quemarme el pecho. Y es el último día que te escribo un poema porque tú pusiste el cerrojo por dentro, y yo lo pongo por afuera.
Creo haberlo entendido bien y me ha gustado, eso sin duda. Cuando alguien decide que la relación se terminó, pero aún así le encanta que le estén detrás, que alguien esté preparado para en cuanto decidas volver a intentarlo puedas ir junto a él y que todo esté igual, es cuando más egoísta es uno. No podemos pretender que alguien siempre esté ahí para nosotros, aún además habiéndole causado dolor por la "ruptura". Y me encantó el final del poema, esos dos últimos versos terminan el escrito de una forma hermosa, me ha gustado mucho. No tengo mucho más que decir, te ha quedado bonito el poema y espero poder disfrutar más de tu escritura. Sigue escribiendo.